Escuela Normal de Salta: una escuela, una ciudad

 

 

María Elina Tejerina(*)

 

 

Resumen

 

El artículo refiere a la Escuela Normal de Maestras de Salta, desde su fundación en 1881 hasta la etapa peronista. Se analiza las características de esta institución en tres momentos históricos: etapa fundacional, etapa de los centenarios y la etapa peronista. Los estudios referidos a las Escuelas Normales y a la historia del normalismo, en nuestro país, son numerosos y abordan campos diversos. El artículo recupera varios de esos aportes, que abonan el campo de indagación y de interpretación de esta temática. Para el caso Salta, no se cuenta con estudios desarrollen esta problemática. El artículo tiene como objetivos analizar y relacionar la institución escolar con los procesos políticos y sociales de Salta para comprender los rasgos identitarios de la Escuela Normal y señalar los cambios y continuidades con relación a la identidad institucional, profesoral y de los estudiantes lo que es de gran utilidad para comprender la imagen social que porta la Institución.

 

Palabras clave: Escuela Normal; maestras; identidad institucional.

 

 

 

 

Escuela Normal de Maestros of Salta: one school, one city

 

The article refers to the Escuela Normal de Maestros of Salta, from its founding in 1881 to the first Peronist stage. It analyses the characteristics of this institution in three historical moments: foundational stage, period of the centenaries and Peronist phase. The studies referred to the subjects matters of Escuela Normal and normalism history are numerous and they tackle diverse fields. This article recovers several of these contributions, which support the field of inquiry and interpretation of this topic. There are not available works that develop the normalism as field of study in Salta province. The article aims to analyse and to relate the history of the school institution referred to Salta political and social processes, between 1881 to 1955. It pretends to understand the identity features of Escuela Normal Salta, and to point out changes and continuities of the historical process in relation to the institutional identity, to teachers, and to students. We think this work it will be of great utility to understand the social image that Institutions carry.

 

Key words: Escuela Normal; primary school teachers; institutional identity.

 


 

Escuela Normal de Salta: una escuela, una ciudad

 

I. Consideraciones generales

 

La creación de las escuelas normales, destinadas a formación de maestros -especialmente desde el último tercio del siglo XIX y gran parte del siglo XX- fue de gran importancia para el sistema educativo argentino. En la ciudad de Salta, la Escuela Normal de Maestras fundada en 1881, se destaca por su larga trayectoria como institución formadora.

Nos proponemos considerar las características de esta institución educativa desde el momento fundacional -fines del siglo XIX- hasta mediados del XX, coincidente con los gobiernos del primer peronismo. Examinamos su relación con la sociedad, la política, la economía y las características que adquiere el espacio urbano de nuestra ciudad en ese período. Señalamos los cambios y continuidades con relación a la identidad institucional, profesoral y de los estudiantes lo que es de gran utilidad para comprender la imagen social que porta la Institución.

Los estudios referidos a las Escuelas Normales y a la historia del normalismo en nuestro país son numerosos y abordan campos diversos. El artículo recupera varios de esos aportes, que abonan el campo de indagación y de interpretación de nuestro objeto análisis. Ahora bien, las producciones locales vinculadas son, en su mayoría, reseñas generales realizadas con motivo del primer centenario y otras, escasas, aluden tangencialmente a la Escuela Normal y la educación durante el peronismo.

La Escuela Normal General Manuel Belgrano -junto con otros colegios religiosos adscriptos a ella-, fue la institución formadora de maestros por excelencia. Para conocer el origen y proceso de crecimiento de la escuela Normal apelamos a la documentación existente en el archivo de la institución: Correspondencia oficial, Resoluciones internas y actuaciones de los Inspectores. Otro punto de apoyo, para el desarrollo del trabajo, fue el rastreo de diarios de época los que proveen de información que orienta y permite enmarcar la investigación en las problemáticas locales y su relación con la política nacional.

 

II. Las primeras décadas de la Escuela Normal de Maestra de Salta

 

La ciudad de Salta, a fines del siglo XIX contaba con una población que superaba los 20.000 habitantes[1]. El plano de la ciudad, confeccionado en 1.888[2], después de la epidemia del cólera, nos informa que contaba con 138 manzanas y 4 barrios claramente determinados como “el central”, “la banda”, el barrio de abajo” y “el barrio de arriba”.[3] El centro de la ciudad tenía como límites al norte la Calle Gral. Güemes, al sur la calle Corrientes –actual Avda. San Martín-, al este la calle Lerma y al oeste la calle Sarmiento; su corazón era la Plaza 9 de julio sobre la que se ubicaron el tradicional club 20 de Febrero, refugio de la oligarquía salteña.

La ciudad, en los inicios del siglo XX, creció en su estructura urbana la que triplicó el número de manzanas, extendiéndose fuera de los límites antes señalado. Así en 1901 se inaugura la casa gobierno sobre la actual calle Mitre al 500[4] y no obstante haberse rellenado algunos tagaretes, se conservaban terrenos pantanosos que exigieron desarrollar políticas sanitarias y la construcción de cloacas.

La llegada del ferrocarril (1891) fue visto por los habitantes de entonces como la panacea, sin embargo “…la provincia de Salta se convirtió, en forma paradójica, en una región aislada del boom expansivo, aunque integrada de manera plena al grupo que dirigió los destinos de la República por esos años”.[5]

En esta época -fines del siglo XIX y primeros años del siglo XX- el estado provincial trabajaba en relación con el estado nacional en busca de su consolidación y definió políticas educativas siguiendo los lineamientos de los hombres de la generación del 80. En este sentido, los presupuestos provinciales dan cuenta del apoyo recibido del estado nacional para satisfacer los sueldos destinados a educación, y a la creación de las oficinas del registro civil, entre otros. Desde el punto de vista político, un rasgo característico del estado fue el predominio de familias que ejercieron el control del gobierno a través de los vínculos de parentesco.[6]

Otro rasgo de la sociedad de salteña está claramente definido con la frase: “Salta: una sociedad dual”.[7] Las distintas perspectivas historiográficas señalan las diferencias sociales, por un lado estaban los autodenominados aristócratas, los blancos, los cultos, la gente decente que ocupaba los espacios privilegiados de la ciudad. Por otro lado, el pueblo, “la clase baja”[8], los otros que se ocupaban en diferentes oficios, peones, tenderos y en los cuales el color de la piel también marcaba las diferencias. En síntesis, el contexto histórico en el que se enmarca la creación de la Escuela Normal de Maestras de Salta, se corresponde con gobiernos oligárquicos/conservadores desde fines del siglo XIX y primera década del siglo XX.

La Escuela Normal de Maestras de Salta, funcionó en la etapa fundacional frente a la plaza 9 de Julio de la ciudad y logró su edificio propio a partir de la gestión del gobierno nacional con el provincial que cede la manzana en la que hoy se encuentra ubicado el edificio escolar, inaugurado en 1909.

Las primeras referencias oficiales sobre la Escuela Normal de Maestras de Salta, datan de 1882; consignan que la escuela se abrió el 2 de febrero y por un corto tiempo la dirección estuvo a cargo de la Sra. Benigna Saravia.[9]

Los primeros años de vida de la institución están marcados por la precariedad del edificio que retardó su habilitación, por eso la escuela comenzó a funcionar al año siguiente. La directora Pilar Sarriera informó a las autoridades nacionales que: “…las obras de la escuela están paradas y que el constructor don Francisco Riguetti, a pesar de su buena voluntad, no continúa con la obra”.[10] La mala condición edilicia hizo que la autoridad de la escuela solicitara alquilar otro inmueble mientras se realizaban los arreglos correspondientes. Recién hacia 1886 la escuela pudo mejorar -parcialmente- la condición del edificio lo que permitió que funcionara la escuela de aplicación.[11] Otra razón por la que la escuela no pudo acceder a otro edificio fue -de acuerdo lo manifestado por la entonces directora- porque “…en Salta hay pocas casa en alquiler…”[12]

Sus inicios están signados por diferentes hechos: el cambio de directora y la designación de María del Pilar Sarriera[13] como directora provisoria, en septiembre de 1882, esta se propuso organizar la escuela de aplicación, lo que logró tempranamente. En sus escritos e informes explicitaba la concepción de escuela, sus ideas de educación y formación y lo expresaba así:Al encargarme de ella mi primera idea fue la de formar una Escuela de Aplicación en la que se pueda complementar la instrucción y ensayarse en el arte de la enseñanza, primero por la observación y más tarde por la práctica en la escuela de aplicación”.[14]

En esta primera etapa se afrontaron problemas relacionados con: la designación del personal docente y administrativo, el atraso en el pago de los sueldos, las becas recibidas del gobierno nacional y la heterogeneidad del grupo de alumnas. La institución, en general, contaba con escaso número de personal administrativo, docente y de limpieza.

La Escuela de Aplicación no disponía de maestros preparados para enseñar, a tal punto que se propuso traer maestras egresadas de Catamarca. Tampoco había profesores para cubrir el segundo curso normal por lo que se tuvo que recurrir a los profesores que trabajaban en el Colegio Nacional.

El rasgo común de las escuelas normales desde su fundación –Salta no escapa a ello- fue la falta de maestros y profesores adecuadamente formados. Igualmente, los estudios magisteriales se desarrollaban siguiendo los lineamientos de los planes de estudios nacionales y su duración fue variando. En los primeros años se aplicó un plan de tres y a partir de 1887 se comenzó a implementar -a nivel nacional- un plan de cuatro años. En realidad las primeras egresadas –como consta en la correspondencia que la directora mantiene con el ministro de Instrucción Pública- fueron formadas con el “…programa que se impartió en esta escuela es el mismo que el de la capital por lo que solicita el diploma de profesoras…”.[15]

En este primer trayecto constitutivo los cursos de Normal tenían asistencia “casi perfecta” aunque no sucedía lo mismo en la Escuela de Aplicación, la que contó, desde 1884, con el cargo de Regente.[16] Además las alumnas que asistían recibían becas del gobierno nacional y se denunciaba que algunos funcionarios postulaban y favorecían a las becarias.[17]

El cuadro siguiente refleja el número de alumnos que asistió, en esta etapa.

 

Cuadro I. Cantidad de alumnos período 1882-1886

 

AÑOS

Cursos Normal

Escuela Aplicación

Total de Alumnos

1882

-

-

127

1883

35

242

277

1884

30

125

155

1885

40

146

186

1886

32

121

153

 

La epidemia del cólera que atacó la ciudad afectó a la Institución por que las clases comenzaron en abril para los cursos del Normal y julio para la Escuela de Aplicación, los exámenes se tomaron en noviembre por temor a la epidemia y de acuerdo a las pautas que dio el gobierno de la provincia.

Para llevar adelante su labor, la escuela contaba con muy escasos y precarios bienes, algunos de mala calidad por lo que se solicitaba reiteradamente materiales y objetos muebles para cubrir las necesidades. La llegada del ferrocarril alentó la idea de satisfacer la rapidez de los envíos y la directora lo expresaba así: “…Con la terminación de las vías férreas a esta ciudad se allanarán muchas dificultades, llegando pronto y en buen estado todos los objetos que el ministerio se sirva dar orden de remisión para esta escuela.”[18]

Las nuevas leyes que se aplicaban a nivel nacional también repercutieron en la Escuela Normal de Salta, especialmente la ley que establece la educación laica. La acción de la iglesia, a través del mensaje de los obispos, dejó en claro la resistencia a esta medida. La documentación- existente en la escuela- refleja la oposición de la iglesia y se informó que el obispo Buenaventura Risso Patrón fijó a través de la pastoral una postura contraria cuando la Escuela Normal fue declarada laica y muchos padres “…retiran a las niñas de la escuela y la matrícula baja”.[19]

En síntesis, los logros de esta primera etapa constitutiva de la Escuela Normal de Maestras de Salta se sintetizan en: la construcción de su edificio, la conformación de la biblioteca, el número de maestras que egresaron de la escuela, las que son valoradas por ser “…buenas profesoras que se encargarían de desparramar sus ideas propias sobre la educación y guiarían a sus discípulos con rayos de la luz que en esta le sirvió para conocer la verdad de cuanto es posible y permitido que la mujer conozca…siete alumnas de esta escuela Normal perfectamente preparadas para emprender la difícil carrera del magisterio y pido para ellas el honroso título de Profesoras Normal”.[20] En 5 años de existencia la escuela ha formado 22 maestras. También en el período se puso en evidencia el poder de los grupos dominantes para designar en cargos a personas que no estaban preparadas para la enseñanza, la demora en el pago de sueldo a los docentes, la falta de profesores para cubrir los cargos de las distintas materias, incorporación de médicos, abogados, entre otros.

 

III. La Escuela Normal en tiempos de Centenarios

 

En esta etapa la ciudad transitó tiempos de centenarios; se celebró el centenario de la batalla de Salta y el centenario de la muerte del general Martín Miguel de Güemes. Para el desarrollo de este apartado extendemos el período de análisis hasta la década del 30. La población de provincia, de acuerdo con el censo de 1914 era 142.156 habitantes y Salta capital tenía 33.636, siendo el departamento más poblado. La estructura urbana se había extendidos considerablemente, incorporando terrenos hacia la zona oeste y sur. El plano del año 1931 realizado por el topógrafo Rodolfo Llimós nos presentaba una Salta conectada por las vías férreas con Bolivia a través de Jujuy-La Quiaca y por Salta – Salvador Maza. También, se activa el primer tramo del ferrocarril a Chile-Antofagasta.

En este período los sectores conservadores mantienen predominio político aunque accede al gobierno el Dr. Joaquín Castellanos (1919-1921) y otros enrolados en el Radicalismo.[21] No obstante, el golpe del 30 hizo colapsar la continuidad constitucional. La preponderancia en el gobierno de representantes de los sectores tradicionales es una característica del período y una figura clave fue Robustiano Patrón Costas, dueño del Ingenio azucarero San Martín del Tabacal y fundador del partido conservador Unión Provincial. Por otra parte, la plaza continuó siendo el corazón de esta ciudad: la figura del Gral. Arenales[22] la presidía desde el centro de la misma y frente a ella se inauguró el nuevo edificio del Club 20 febrero.[23]

En referencia a la escuela hemos considerado como fuentes documentales para el desarrollo de este período el Libro de Inspección de la escuela, la Revista Joaquín Castellanos[24], edición de carácter mensual y diarios de la época. En esta etapa la escuela ha consolidado la Escuela de Aplicación, a cargo de una regente y comprende de 1º a 6º grado. También cuenta con Jardín de Infantes a cuyo frente está una directora secundada por tres maestras.[25] La Escuela Normal de Maestras se estructuró en 4 años, ha incorporado algunos profesores con título docente -la mayoría son maestras y otros son abogados, médicos y otros no tienen título pero sí conocimiento de la lengua que enseñan-. Los inspectores realizaban visitas con periodicidad y sus informes permiten conocer la función que les corresponde a las distintas autoridades[26] de la institución, sus responsabilidades administrativas y documentales. Por otra parte, en sus escritos registraban las orientaciones y disposiciones relacionadas con contenidos de las materias, confección de programas, métodos para la enseñanza.

La categoría de gramática escolar de D. Tyack y L. Cuban, posibilita comprender cómo era la escuela en esta etapa. Los autores hacen referencia a aquellas estructuras profundas, a las normas escritas o no, a las costumbres que le dan sentido al trabajo escolar. Las escuelas tienen unas maneras de dividir el tiempo, de separar el espacio, clasificar a los alumnos, fragmentar el conocimiento y otorgar calificaciones que las han marcado y que perduran a pesar de los intentos de introducción de cambios en diferentes momentos históricos. En este sentido se habían establecido criterios para organizar los programas de las diferentes materias de los distintos colegios nacionales. Vinculados con la escuela Normal se establecieron precisas instrucciones para los programas de matemáticas- comprendía aritmética y álgebra y geometría- geografía, lenguaje, instrucción cívica.

Las recomendaciones con respecto a la enseñanza estaban destinas a las distintas materias, así se señalaba con respecto a geografía: “los profesores tendrán cuidado de secundar esta acción, desestimando la tendencia de repetir textualmente la lección. …La memoria es necesaria sin duda… pero no en aquello que enmascara la ausencia de raciocinio....” “Recomiendo que se evite pasar toda la hora de clase tomando lección a uno o más alumno.....”.[27]

La enseñanza que se impartía -desde fines de la década del 20- en los distintos grados se caracterizaba por la utilización de manera experimental del Plan Dalton. Además las futuras maestras también podían trabajar con este plan. A propósito el informe del inspector dice: “…no se excluye que se ensaye el método en determinadas materias de los grados superiores a fin de que, los practicantes lo conozcan y las maestras adquieran experiencias...”.[28]

El otro referente documental que nos permite re-significar la escuela en el marco de la formación y la acción cultural fue la Revista Joaquín Castellanos; de la misma participaban escritores, profesores y alumnos que asistían a esta escuela. Asimismo se publicaban poemas y recortes de obras de reconocidos poetas y escritores nacionales. Siempre, al final de la revista, se consignaba el cuadro de honor y el listado, por curso, de los mejores promedios.

En síntesis, la escuela a fines del período contaba con aproximadamente 1000[29] alumnos, 16 grados, 8 divisiones normales, gabinete de física y química, biblioteca –la que fue denominada Dr. Joaquín Castellanos-, la carrera tenía una duración de 4 años. Era una institución reconocida por la sociedad de Salta, estuvo presente en hechos importantes de la etapa[30] y realizó labores culturales -destacamos “La Hora Cultural”, conferencias a cargo de docentes de la escuela- que se extendían al medio.[31] Sin embargo la composición del cuerpo docente de la institución daba cuenta de un fuerte componente elitista. Los apellidos tradicionales se mantenían en la Escuela de Aplicación y Normal de Maestras.

 

IV. La escuela Normal en tiempos del primer peronismo.

 

El contexto histórico provincial a mediados del siglo XX está ligado y hasta condicionado por el proceso político social que se desarrollaba a nivel nacional: la emergencia de nuevos sectores sociales y predominio del peronismo. Este, fue por primer vez gobierno en Salta en 1946, gobernó el estado provincial en reiterados períodos constitucionales y desde entonces persiste como partido mayoritario.

Salta, según el censo de 1947 tenía una población de 290.826 habitantes sobre 15.893.825 que conformaban la población total del país. Sólo representaba el 1,8 % del total y la población rural (60,4%) superaba ampliamente a la urbana (39,6%), tendencia que permanece hasta la década de los 60. El departamento Capital de Salta albergaba la mayor población urbana. El censo agropecuario provincial de 1952 nos informa que la ciudad de Salta contaba con el 13% de obreros industriales nucleados en fábricas y talleres dedicados a la producción de alimentos.[32] La industria azucarera –Ingenio San Martín[33]-, los aserraderos y las empresas petroleras radicadas en el departamento de Orán concentraban el 55,3% de obreros.

Desde el golpe del 1943, la política desplegada por Perón –desde la Secretaría de Trabajo – dejó sentir su influencia y tuvo amplia acogida en los trabajadores rurales y los sectores urbanos. Así por ejemplo, el interventor Arturo Fassio[34] fue recibido con beneplácito por trabajadores al grito de “La revolución llegó a Salta”. Fassio se abocó a aplicar a rajatabla las medidas tomadas por Perón, especialmente el Estatuto del Peón fuertemente resistido por los propietarios de fincas, la Sociedad Rural Salteña. Los sectores ligados con la tradicional fuerza conservadora oligárquica –incluido el Partido Radical- vieron amenazada su posición. El diario “El Intransigente” fue órgano de difusión de esta resistencia.

El 17 de octubre tuvo escasa repercusión en el ámbito provincial, sin embargo marca el inicio de una nueva etapa. Como consecuencia, en Salta también se conformó el partido Laborista (noviembre de 1945) y posteriormente el Peronista (1947) como de garantía de los cambios sociales y políticos logrados. Las elecciones de febrero del 1946 dieron un amplio triunfo a Lucio Cornejo Linares[35].

En síntesis, el mapa político provincial después de las presidenciales de 1946 mostró: el impacto de los nuevos estratos sociales, el predominio del nuevo signo político y la casi nula representación de las minorías. Si bien, los sectores oligárquicos mantenían presencia en cargos claves, también aparecieron apellidos desconocidos, sin tradición política, provenían de las filas obreras que adhirieron a la nueva fuerza de gobierno. En el período que nos interesa, 1946-1955, gobernaron la provincia el Dr. Lucio Cornejo 1950-1951), el Sr. Carlos Xamena (1951-1952) y Dr. Ricardo Joaquín Durand (1952-1955).

En estos tiempos la ciudad incorporó varios barrios obreros -como Barrio Evita, Barrio Ferroviario, Barrio Postal- ubicados distantes del centro, asimismo el asfalto se extendía por cientos de cuadras.

Ahora bien, para adentrarnos en el conocimiento de la Escuela Normal en este período consideramos diferentes fuentes documentales: Libro de Inspección, Libro de Resoluciones de la Dirección o Rectorado y de toma de posesión de cargos de directivos y secretarios de la escuela Normal de Salta y los diarios El Tribuno y El Norte, entre otros.

Los libros citados evidenciaron las formas de accionar del partido gobernante y cómo empezó a tener presencia en la institución; en este sentido, los inspectores se constituyeron los engranajes claves para el disciplinamiento social a la política del Ejecutivo Nacional.[36] En 1949, el Dr. Francisco Estrella Gutiérrez, Inspector Técnico de Enseñanza, tomó “juramento de fidelidad a la Constitución” de 1949 a los directivos de la Escuela Normal y colegios adscriptos.[37] Al tiempo, dejó precisas instrucciones para que los directores cumplimentaran la misma con todo el personal de la institución.[38] El Libro de Resoluciones de la Dirección o Rectorado y de toma de posesión de cargos de directivos y secretarios de la escuela Normal de Salta también da cuenta de esta situación.[39]

Los inspectores, en sus escritos y recomendaciones invocaban la cuestión política partidaria, además de aludir a los aspectos docentes y de enseñanza. Así, manifestaban que se debía “…exaltar en la docencia las formas cultas dentro de su desempeño como educadores,… y dedicación a sus cátedras… enseñar con el ejemplo”. También dejaban claro que el profesorado “actuará con fervorosa devoción a las obras de recuperación nacional del gobierno de la nación.[40]

La aplicación del Segundo Plan Quinquenal, en el campo educativo se dejó sentir y se plasmó en contundentes reformas. Fueron los inspectores quienes reforzaron su difusión; a partir de abril de 1953, las circulares informaban de manera directa a las autoridades educativas la "aplicación de los nuevos programas en concordancia con el 2º plan quinquenal”. A propósito, en la educación secundaria se incorporaron nuevos planes de estudios, programas y materias, entre ellas Cultura Ciudadana. Asimismo, hacían responsables a las autoridades escolares de su aplicación.[41]

La fuente documental el Libro de Resoluciones de la Dirección o Rectorado y de toma de posesión de cargos de directivos y secretarios nos permitió analizar el funcionamiento y organización de la escuela, las distintas asignaturas, la organización de los actos escolares, las responsabilidades de los agentes, las orientaciones y directivas didácticas, quiénes ocupan los cargos directivos y docentes en este período.[42]

Los apellidos pertenecientes a las auto-consideradas familias tradicionales no desaparecen durante la etapa peronista. El cargo de directora estuvo ocupado por Ana María Usandivaras de Méndez y como vice-directora Lía Figueroa de Mera. El cuerpo docente de la Escuela de Aplicación y los cursos Normal eran heterogéneos, la mayoría maestros, abogados y médicos y pocos tenían título docente.[43] Hacia final del período se incorporaron profesores titulados.[44] Sobre 41 docentes que son designados ese año 28 poseían títulos específicos. Ello significó una renovación para la escuela[45], no obstante conservó un cuerpo de profesores anclado en la elite local.

En octubre 1952, asumió como director Francisco Solano Quiroga (hijo)[46] que fortaleció la relación entre el gobierno peronista y la institución educativa, en consonancia con el Segundo Plan Quinquenal. El interior de la escuela fue el lugar elegido “… para hacer más efectiva la campaña de difusión del mismo y su mayor comprensión para el pueblo para quien está destinado…”.[47] Toda la ritualidad, la práctica y la liturgia peronista impregnaron y se apropiaron del espacio escolar. Otro tópico central fue la exaltación de la vida y obra de Eva Perón.

En esta etapa la relación gobierno e iglesia llegó a un clima de máxima tensión[48] (1954/55). En Salta los diarios de época comentaban la huelga de estudiantes que logró adhesión de los colegios públicos, como la Escuela Normal y el Colegio Nacional. Las refriegas callejeras, la detención de algunos estudiantes fueron parte de las noticias. La Escuela castigó con doble inasistencia estos actos de indisciplina. En síntesis: el 2º Plan Quinquenal y la Constitución de 1949 tuvieron notoria visibilidad en la vida escolar, y especialmente en las recomendaciones realizadas a los profesores.[49]

Las fuentes documentales revisadas en la Escuela Normal nos permiten reflexionar sobre las relaciones del peronismo con la educación y considerar las estrategias desplegadas por el partido gobernante en la institución educativa para lograr el control y disciplinamiento. Sin embargo, esta socialización política desde arriba, aparentemente, no habría logrado los efectos esperados y en ciertos colectivos como el de estudiantes.

 

Bibliografía

 

BOTANA, Natalio, El orden conservador, Sudamericana, Buenos Aires, 1977.

CORREA, Rubén, FRUTOS, María, ABRAHN Carlos, TORINO, Ester, “Tendencia de la formación económico-social durante el primer peronismo en Salta, 1946-1955”, en Revista Escuela de Historia, Nº 2, 2003, pp. 309-347.

DUSSEL Inés, BRITO Andrea, NÚÑEZ; Pedro, Más allá de la crisis, Santillana, Buenos Aires, 2007.

FIGUEROA, Fernando, Diccionario biográfico de salteños, Eucasa, Salta, 1980.

FRÍAS, Bernardo; Tradiciones Históricas de Salta, Fundación Michel Torino, Salta, s/f,

JUSTINIANO, María Fernanda, Entramados del poder. Salta y la nación en el siglo XIX, Universidad Nacional de Quilmes, Buenos Aires, 2010.

MICHEL, Azucena del Valle, “Elecciones legislativas en la provincia de Salta durante las primeras presidencias peronistas”, en Revista Escuela de Historia, Nº 7, 2008, pp. 173-199.

SWEENEY, Ernest S., DOMÍNGUEZ BENAVIDES, Alejandro, Robustiano Patrón Costas, Emece editores, Buenos Aires, 1998.

WEBER, Max Economía y Sociedad, Fondo de Cultura Económica, México, 1980.

 

 

Recibido: 13/09/2016

Evaluado: 13/11/2016

Versión final: 03/12/2016

 

 

 

 

 

 



(*) Escuela de Historia e Instituto de Estudio e Investigación Histórica (I.E.I.His). Universidad Nacional de Salta (UNSa). Profesora de Historia, Especialista en Didáctica. Profesora Titular de Didáctica de la Historia y Práctica Docente y responsable del dictado del Seminario de Salta y la Nación en el siglo XIX. Docente de la carrera del profesorado de Historia de la UNSa, Directora de la Revista Escuela de Historia y del I.E.I.His. Directora de Proyectos de Investigación del Consejo de Investigación de la UNSa. Email: elinatejerina@gmail.com

[1] Consideramos la población existente entre los dos censo nacionales 1869 y 1895. Censo de 1895 informa 20.391 habitantes.

[2] Se confecciona con el relevamiento realizado por el ingeniero civil Fernando Sola.

[3] FRÍAS, Bernardo; Tradiciones Históricas de Salta, Fundación Michel Torino, Salta, s/f, p. 32.

[4] Actualmente en ese edificio funciona la legislatura de la Provincia.

[5] JUSTINIANO, María Fernanda, Entramados del poder. Salta y la nación en el siglo XIX, Universidad Nacional de Quilmes, Buenos Aires, 2010, p.30.

[6] Las familias predominantes Güemes, Uriburu, Solá, los Ortiz. BOTANA, Natalio, El orden conservador, Sudamericana, Buenos Aires, 1977, pp. 106/7.

[7] JUSTINIANO, María Fernanda, op. cit., p.105.

[8] Según la memoria descriptiva de Woodbine Parish, citado por JUSTINIANO, María Fernanda, op. cit., p. 105.

[9] Exiliada su familia en Bolivia como consecuencia de las luchas civiles, Benigna Saravia regresa recién en 1845 a su tierra natal. Tres años después fundó con recursos propios un establecimiento dedicado a la formación de maestras. Integró el staff educativo provincia desempeñándose en diversos cargos. En 1870, el gobierno de Tucumán la contrata para organizar la formación docente en esa provincia, donde dejó instituido el Colegio Domingo Faustino Sarmiento, exclusivo de señoritas. Dos años después, en Salta intervino en la fundación del Instituto Jesús Sacramentado. Murió en Córdoba en 1888. FIGUEROA, Fernando, Diccionario biográfico de salteños, Eucasa, Salta, 1980, p. 238.

[10] Escuela Normal de Maestras (ENM); Correspondencia oficial 1882-1887, p. 4, Archivo Escuela Normal.

[11] Idem, p. 70.

[12] Ibidem.

[13] En sus escritos enviados al ministro de Instrucción Pública de la Nación Dr. Wilde dice que es egresada de la escuela Normal de Buenos Aires. Idem.

[14] Idem, p. 11.

[15] Idem, p. 53, 22 de marzo de 1886. En realidad la directora solicita el diploma de profesora y espera que la escuela sea calificada en esa categoría.

[16] La primera regente de la Escuela de Aplicación fue la Srta. Delia Robles, posteriormente se nombra a la Sra. Elena Horney de Quiroga, 1885.

[17] En el informe elevado a ministro, la directora, cuando se refiere a las becas, sostiene que hay personas influyentes que hacen otorgar becas a quienes después no responden a las exigencias de la escuela. Confía en el ministro que tiene poder para terminar con esta situación perjudicial a la institución. ENM; Correspondencia…, op. cit., p. 106.

[18] Ibidem.

[19] Idem, p. 102.

[20] Las primeras maestras egresadas fueron Rosa Niño, Carmen Niño, Julia Sosa, Carmen Isasmendi, Manuela Alderete, Teodolinda Figueroa, Antonia Guell. Idem, p. 51.

[21] Gobernador Adolfo Güemes (1922/25), Joaquín Corbalán (1925/18) y Julio Cornejo (1928/30).

[22] Esta escultura monumental fue inaugurada en 1919, durante el Gobierno de J. Castellanos.

[23] En 1913, en el año del centenario de la Batalla de Salta. Estaba ubicado en Mitre 23.

[24] Fue una revista, de edición mensual, contenía artículos culturales. Participaban de ella poetas, escritores, docentes y alumnos de la escuela.

[25] Corresponde a la década del 1920 y se continúa.

[26]La Sra. Vice-directora tendrá a su cargo el Libros de clasificaciones del que habla el art.23...”. La secretaría tenía ente sus funciones: el libro de personal, de clasificaciones y los legajos de las alumnas de los colegios incorporados. ENM, Libro de Inspección, p. 70, Archivo Escuela Normal.

[27] Idem, pp. 73/4.

[28] Idem, p.70.

[29] En 1934 la escuela contabilizaba 911 alumnos.

[30] Al inaugurarse el monumento al Gral. Arenales la escuela organizó, en sus salón, una velada literario musical de reconocido nivel. La Voz del Norte, Salta, 25 de octubre de 1919.

[31] Las directoras del período fueron: María López Gazcón, Isaura Robles Madariaga, Florentino M. Serrey, José E. Alderete y desde 1918 María Ernestina Gutiérrez, graduada en la Capital Federal. En: Revista Joaquín Castellanos, Nº 11, septiembre de 1934, Salta.

[32] A propósito de las características económicas y sociales de la provincia, entre 1947 y 1955, podemos señalar que “En términos generales la participación de Salta en el proceso de proletarización nacional, había levemente avanzado en relación a los parciales de 1935…”. CORREA, Rubén, FRUTOS, María, ABRAHN; Carlos, TORINO, María, “Tendencia de la formación económico-social durante el primer peronismo en Salta, 1946-1955”, en Revista Escuela de Historia, Nº 2, 2003, pp. 309-347.

[33] Robustiano Patrón Costas, dueño de este ingenio azucarero, era una figura política vinculada a los conservadores, ocupó cargos de diputado y senador provincial y nacional respectivamente, fue gobernador de la provincia (1913/16) y candidato a presidente de la Nación en 1943. El otro ingenio azucarero importante era “San Isidro”, ubicado en el departamento Güemes, propiedad de Lucio Alfredo Cornejo Linares ligado a familias de militancia en el radicalismo y posteriormente primer gobernador peronista de Salta.

[34] Fassio se desempeñaba, en Salta, como Presidente de la Comisión Interventora de la Delegación Regional de la Secretaría de Trabajo y Previsión Social y era funcionario de confianza de Perón.

[35] Salido del Radicalismo Yrigoyenista; brindó estructura partidaria, experiencia política y los hombres que el nuevo partido necesitaba. Y por sobre todas las cosas contó con la aprobación de Perón.

[36] Por disciplina (Disziplin) debe entenderse la probabilidad de encontrar obediencia para un mandato por parte de un conjunto de personas que, en virtud de actitudes arraigadas, sea pronta, simple y automática. WEBER, Max; Economía y Sociedad, Fondo de Cultura Económica, México, 1980, p. 43.

[37] ENM, Libro de Inspección, 18 de abril de 1949, p. 93. Del acto participan “ Directora de la Institución sra. Ana María Usandivaras de Méndez y las hermanas directoras de los Institutos adscriptos, Colegio de Jesús, Colegio del Huerto y Colegio Santa Rosa, Reverenda Hermana Victoria Augusta del Valle Torres, Reverenda Hna. María de la Nieves Blanzari, Reverenda Hna. Margarita Strubbia…”.

[38] Esta medida oficial fue de cumplimiento obligatorio se apoyó en diversas resoluciones coercitivas. Se advertía que “quedaría cesante de inmediato todo maestro que se negara a jurar la constitución de 1949.

[39] En sus hojas quedó plasmada la toma de juramento de fidelidad a la Constitución de 1949, que también fue registrada por la autoridad escolar en la libreta cívica de los agentes. ENM, Libro de Resoluciones de la Dirección o Rectorado y de toma de posesión de cargos de directivos y secretarios, p. 55, Archivo Escuela Normal.

[40] ENM, Libro de Inspección, 25 de noviembre de 1952, p. 107.

[41] Idem, 1 de abril de 1953, pp. 117/119. Las instrucciones fueron dadas por el Inspector Técnico de enseñanza Secundaria del ministerio de educación profesor Regis Campalbert a todos los directivos de los colegios secundarios dependientes del ministerio de la nación. A la vez que les daban instrucciones como “elegir adecuadamente a los profesores que tendrán a su cargo Cultura Ciudadana, que sean personas preparadas e identificadas con la materia...” También se los mandaba a confeccionar el reajuste de personal docente y elevar lo actuado a la Dirección General de Personal.

[42] En términos de D. Tyack y L. Cuban estas fuentes nos acercan a la gramática escolar, que debe ser entendida como conjunto de normas en que la escuela divide el tiempo y el espacio, clasifican a los estudiantes y los asignan a clase conforme al saber, citado por DUSSEL Inés, BRITO Andrea, NÚÑEZ; Pedro, Más allá de la crisis, Santillana, Buenos Aires, 2007, p. 13.

[43] En este avance no analizaremos la composición social del cuerpo docente de la escuela normal.

[44] Profesor de literatura Albeza, de filosofía Sara San martín de Dávalos, de pedagogía V. Savoy Uriburu, entre otros, A. M. González, de matemáticas Juana Santis de González, de geografía Inés Saiz, de química Sara de Sastre.

[45] ENM, Libro de Resoluciones…, op. cit., pp. 38 a 41.

[46] Fue designado por Decreto Nº 6742.

[47] ENM; Libro de Resoluciones…, op. cit., p. 35.

[48] Se expresa en la quema de iglesias, la ley de divorcio, la supresión de la enseñanza religiosa, entre otras. En la escuela la suspensión de las materia de Religión y Moral, dispuesta por el Ministerio se hizo efectiva en la Escuela Normal y el personal docente de la asignatura pasó a desempeñarse en otras tareas hasta tanto la superioridad dispusiese. ENM; Libro de Resoluciones…, op. cit., pp. 44-45. A los docentes le asignan tareas de atención de bibliotecas, atención de agencia escolar de caja nacional de ahorro postal, servicios en vice-dirección. Además está la lista de docentes afectados y la carga horaria correspondiente.

[49] Así, las comunicaciones de los inspectores tenían frases como la siguiente: “…en el cumplimiento del 2º Plan Quinquenal no hay lugar para espectadores, todos somos actores que debemos cumplir con alguna obligación para obtener que el éxito corone la obra para beneficio y felicidad de la nación. [49] Así, las comunicaciones de los inspectores tenían frases como la siguiente: “…en el cumplimiento del 2º Plan Quinquenal no hay lugar para espectadores, todos somos actores que debemos cumplir con alguna obligación para obtener que el éxito corone la obra para beneficio y felicidad de la nación. ENM; Libro de Inspección, 14 de octubre de 1953, pp. 123 a 125.