Conflicto en la autopartista
Paraná Metal (2008-2010): Las máquinas se silenciaron y hablaron los
trabajadores
María de Lourdes González(*)
Resumen
En el presente artículo se intenta
encontrar las múltiples causas que provocaron en el período 2008-2010 la crisis
y el posterior cierre de la autopartista Paraná Metal en la ciudad de Villa
Constitución, Santa Fe, dejando un saldo de 600 trabajadores despedidos. El
paro que los trabajadores realizaron por 14 días en mayo-junio de 2010 y la
última huelga donde los obreros se mantuvieron por 33 días cortando la
autopista Rosario-Buenos Aires en la intersección
de Villa Constitución en septiembre del mismo año, fueron cruciales para
comprender el desenlace final. A través de entrevistas, se analizó el accionar
y el margen de negociación que tuvo el gremio junto a los trabajadores y las
características particulares de las dos gerencias que dirigieron la
autopartista en ese período. El artículo también da cuenta de la influencia de
la implementación del modelo económico Neoliberal en la Argentina en la década
del ´70, para observar la crisis estructural del sector automotriz legitimada
por un modelo de acumulación capitalista mundial que entra en crisis en 2008.
Palabras clave: autopartista; crisis;
conflicto; huelga; neoliberalismo.
Conflicts
in Parana Metal, the auto parts manufacturer (2008-2010): The machines were
silenced and the workers spoke
Abstract
This
article pretends to find the numerous reasons that caused the crisis and
definitive closure of Parana Metal, an auto parts manufacturer, between 2008
and 2010 in Villa Constitución, leaving 600 redundant workers. The protest that
the workers held for 14 days in May-June 2010 and the last strike in which the
workers cut for 33 days the motorway that joins Rosario and Buenos Aires at the
intersection of Villa Constitución in September of the same year, were crucial
to understand the final outcome. Through interviews, the action and the
negotiating margin that the union had, were analysed with the workers and the
particular characteristics of the two management departments that ruled the
motorway in that period. The article also accounts for the influence of the
implementation of the Neoliberal economic model in Argentina in the 1970s to
observe the structural crisis of the automotive sector legitimized by a model
of global capitalist accumulation that goes into crisis in 2008.
Key
words: auto parts manufacturer; crisis; conflict; strike; neoliberalism.
Conflicto en la autopartista Paraná
Metal (2008-2010): Las máquinas se silenciaron y hablaron los trabajadores
Introducción
Con el conflicto y cierre de la autopartista Paraná Metal
nuevamente el movimiento obrero de la histórica ciudad de Villa Constitución
(Santa Fe, Argentina) vuelve a ser protagonista de un conflicto obrero-patronal
que sensibilizará y rememorará en el imaginario colectivo de los ciudadanos las
huelgas y manifestaciones llevadas a cabo por los trabajadores en la década del
’70. En este caso el contexto económico, político y social se ha modificado, la
crisis del Estado de Bienestar, la apertura de la economía y la implementación
de medidas neoliberales condujeron a un deterioro de las condiciones de trabajo
del movimiento obrero y una reestructuración de las prácticas sindicales
produciendo un apaciguamiento y un conformismo por parte de los trabajadores ante
el avance del capitalismo.
De esta manera, trataremos de dar cuenta de la influencia
en la realidad local y en este conflicto en particular, el neoliberalismo y su
implementación en la Argentina en la década del ’90 a partir de las políticas
llevadas a cabo por el “menemismo” (convertibilidad, flexibilización laboral y
privatización) y a los trabajadores inscriptos en este contexto. Estas
políticas fueron legitimadas, además, por un modelo de acumulación capitalista
tendiente a una concentración monopólica insaciable que ha superado a la
“vieja” fase imperialista por una “nueva” llamada “neoabsolutismo”[1].
El conflicto y posterior cierre de la fábrica
autopartista Paraná Metal de la ciudad de Villa Constitución será el eje
centralizador de la investigación, en un período determinado: 2008-2010,
período de eclosión del déficit económico que presentaba la fábrica.
En diciembre de 2008 Paraná Metal presentó convocatoria
de acreedores, los empresarios aludieron que no podían cumplir con sus
obligaciones debido a la difícil situación económica que arrastra y a los
efectos de una crisis internacional. Los trabajadores en pie de lucha se
movilizaron en defensa de los puestos de trabajo en una lucha que llevó varias
negociaciones y reclamos hasta el año 2010.
La situación se agudizó a mediados de 2010, luego de que
se cayera su principal cliente Ford de Brasil durante el paro que los
trabajadores realizaron a fines de mayo paralizando la fábrica por 14 días,
porque los empresarios pretendían no implementar como correspondía el aumento
surgido en las paritarias a nivel nacional. El conflicto desembocó en una
última huelga en septiembre de 2010, que se desarrolló durante 33 días, con
toma de fábrica y corte de la autopista Rosario-Buenos Aires en la intersección
de Villa Constitución, en donde los trabajadores lucharon por la defensa de los
puestos de trabajo y el fantasma de un inminente vaciamiento de personal, que
luego se concretaría en el acuerdo final.
Este acuerdo finalmente, de características particulares,
no derivó en la apertura de la autopartista, el mismo contemplaba una serie de
condiciones que indefectiblemente se debían cumplir; la recuperación de clientes, el
pago a los acreedores y el compromiso de los trabajadores de mantener la paz
social para garantizar la producción, estableciendo como fecha de
apertura el cumplimiento de estas condiciones.
La hipótesis que planteo en este artículo es que si bien
la injerencia del factor económico adverso que presentaba la autopartista
incidió en el surgimiento del conflicto, también considero que la crisis
estructural de la empresa actuó como un “agente” extorsionador por parte de los
empresarios para la resolución final; desentrañar los factores que determinaron
el último paro que los trabajadores realizaron, previo a la última huelga,
sobre el que me permito afirmar que fue inducido por los Directivos de la
empresa para justificar su postura de reducir la plantilla de trabajadores y a
partir de allí modernizar el proceso de producción, el cual, implicaba
necesariamente una reducción de la fuerza laboral.
Con la presente investigación se busca dar cuenta de las
causas que provocaron el fracaso de la última huelga de 2010. Además se
pretendió explorar el accionar del gremio y los trabajadores, que terminaron
por aceptar las condiciones que fue imponiendo la patronal como si fuera el
último recurso que les quedaba, el acuerdo significo el despido de más 600
trabajadores y la incertidumbre sobre la apertura de la fábrica. En
consecuencia, se trabajó para encontrar las diversas causas que produjeron que
se desencadenase un conflicto de tal magnitud. El acuerdo que propicio una
resolución de tamaña magnitud resultó ser una nueva derrota para los obreros de
Villa Constitución y un replanteo sobre la práctica sindical frente al avance
del capital. Se utilizaron para la investigación fuentes escritas
(periodísticas, documentación) y orales a partir de entrevistas no
estructurales a obreros que participaron del conflicto para poder observar
desde la mirada de los protagonistas la naturaleza del conflicto.
Entre las investigaciones que se han ocupado de este tema
consultamos los trabajos, para el caso del conflicto por la flexibilización
laboral en la fábrica Acindar en 1991, de Marcela Jabbaz[2]
plantea que no son los argumentos técnicos los que se esgrimen para justificar
la necesidad de cambios en la organización del trabajo sino la crisis
económica, no es la modernización la que los legitima, sino el riesgo de la
amenaza de desaparición de la empresa. Sergio Velázquez[3], a
través del uso de fuentes orales, concluyó que hubo complicidad entre el
sindicato local y los empresarios, produciéndose luego del conflicto una
burocratización de la conducción sindical. Para finalizar Valeria Filippa[4]
indica que la reconversión productiva tuvo un impacto negativo sobre la
subjetividad de los propios trabajadores y sobre la tradición combativa que se
había construido desde el “Villazo”.
El trabajo de Virginia Majud y Noelia Codoni[5]
sostienen que Paraná Metal no pudo constituirse como una fábrica con control
obrero porque no se tomó con seriedad la idea de autogestionar la empresa a
través de una cooperativa de trabajo ya que las Terminales no negocian con los
trabajadores. Con respecto al rol que jugó el sindicato en este conflicto
Mónica Peralta Ramos[6]
afirma que, cuando la expansión de la producción y la organización social del
trabajo dependen básicamente del reemplazo de fuerza de trabajo por bienes de capital,
el volumen del desempleo aumenta erosionando de este modo la capacidad de
negociación sindical.
Evidentemente la autopartista requería de un recambio
tecnológico para adquirir competitividad, la política de los empresarios fue
intercambiar mano de obra por bienes de capital para que a largo plazo la
fábrica pueda producir en óptimas condiciones y hacerles frente a los altos
costos de producción. En este contexto los dirigentes sindicales tuvieron poco
margen de negociación para poder desequilibrar las fuerzas a favor de los
trabajadores.
Este artículo está estructurado en cuatro apartados. El
primero de ellos se detalla un recorrido sobre la historia de la fábrica dando
cuenta del conflicto, 2008-2010; las fuentes documentales (periódicos de la
zona) serán parte de este recorrido. El segundo apartado se detalla la crisis
internacional de 2008 y su efecto en el sector automotriz. El tercer apartado
se abocara a las consecuencias de las políticas neoliberales y su efecto en la
producción automotriz. Por
último, en el cuarto apartado, reconstruimos el conflicto a partir de las
“voces” de los trabajadores, a través de entrevistas abiertas.
Auge, Latencia y Decadencia de la Autopartista Paraná
Metal
Villa Constitución es y forma parte de la historia del
movimiento obrero, en sus raíces se encuentra la lucha, la combatividad, las
huelgas, la persecución y la muerte de aquellos trabajadores que por convicción
y solidaridad daban su vida por lo que consideraban que era justo.
Situada al sur de la Provincia de Santa Fe a orillas del
Río Paraná, a 53 km de Rosario y a solo 7 km de San Nicolás su historia se
remonta al desarrollo portuario-ferroviario en el contexto del modelo
agroexportador de fines del siglo XIX y principios del siglo XX y el
asentamiento industrial de la década del ´40 y ´50 en el contexto de
consolidación del modelo de Industrialización por Sustitución de Importaciones
(I.S.I) donde la producción se orienta hacia el mercado interno, acompañado por
la implantación de grandes industrias de capital extranjero químicas y
metalúrgicas básicas. Este asentamiento industrial dará forma al territorio y a
la geografía social del sur provincial a lo largo de más de sesenta años,
concentrándose allí la mayor producción de acero y otros derivados industriales
de la Argentina. Según el censo de 1960, “más del 60% de los establecimientos
industriales estaba concentrado en los departamentos del sur, Rosario, San
Lorenzo y Villa Constitución”[7].
En esta panorámica nacional y provincial es que se crea
en Villa Constitución en 1957 ACINFER (Industria Argentina de Fundiciones de
Hierro y Acero S.A), esta firma fue creada por Acindar, industria siderúrgica
que en ese momento se estaba expandiendo con la reapertura de varias plantas en
la zona con el objetivo de diversificar la producción industrial. ACINFER S.A
comienza produciendo material para la industria siderúrgica y ferroviario, ya
en la etapa desarrollista con la aplicación de políticas destinadas a la
radicación de capital extranjero, principalmente en el rubro automotriz, se
transformará en proveedora de motores y otras piezas fundidas para las fábricas
de automóviles y tractores que se estaban instalando en el país, como IKA
(Industrias Kaiser Argentina) y Fíat Concord.
En 1966 ACINFER fue vendida a Ford Motor Argentina,
pasando a llamarse METCOM (Metalúrgica Villa Constitución). En la década del
’70 la firma desarrolló un plan de modernización en donde se instalan nuevas
maquinarias con el objetivo de desenvolverse únicamente en la industria
automotriz y se desactivan viejas instalaciones. Este plan trajo consigo
algunos inconvenientes, los equipos fueron mal distribuidos y se necesitaba un
alto componente de transporte interno que la fábrica no contaba.
Para 1987 las terminales automotrices Ford y Volkswagen
de Brasil y Argentina formaron AUTOLATINA, las plantas industriales de ambas
firmas ubicadas en ambos países pasaron a ser parte de la nueva corporación.
Durante esta época METCOM cambia muy poco su fisonomía. Esta sociedad se
disuelve en 1996 quedando Ford en solitario.
Como parte de una política global de todas las terminales
automotrices, FORD se desprende de las plantas de producción y en el año 2002
METCON pasa a ser una Sociedad Anónima que toma el nombre de Paraná Metal. Ford
siguió comprando block de motores lo que le permite asegurar a la nueva firma
societaria un cliente de peso. La devaluación de 2002 significó, por un lado,
achicar costos en detrimento de los trabajadores, impactando directamente sobre
el salario, y por otro lado, los costos de producción de la fábrica se
redujeron, ya que, Paraná Metal exportaba el 85% de lo que producía a Ford de
Brasil. Esto implicó un crecimiento acelerado, que le permitió retornar a
niveles productivos altos e incluso llegó a tomar nuevos empleados, se llegó a
producir un ciento por ciento más alcanzando las casi 3500 toneladas mensuales
para el 2008.
El período 2008-2010 fue crucial para la historia de esta
fábrica porque es la etapa de transición en la cual tuvo lugar la eclosión del
déficit económico que presentaba la autopartista y que venía arrastrando de
largo tiempo producto de la falta de inversión y actualización tecnológica[8].
Esta crítica situación va a tener como protagonistas a los trabajadores en plan
de lucha en defensa de los puestos de trabajo. En este caso, no será el salario
el que puso en jaque a los trabajadores sino un posible quiebre y vaciamiento
que impactó directamente sobre los 1200 trabajadores y, como efecto colateral
sobre la economía de la ciudad.
La fase “final” (2008-2010) puede dividirse en dos etapas
diferentes que a su vez se complementan porque son producto de una misma
problemática que tuvo que ver con la crisis económica que atravesaba la
fábrica. Esta situación se dio en un contexto mundial de crisis financiera, que
indirectamente repercute sobre la economía Argentina y principalmente sobre el
sector automotriz.
1. Etapas del conflicto: avances y retrocesos
La primera etapa se dio entre fines 2008 y principio del
2009 cuando la autopartista presentó convocatoria de acreedores[9]
aludiendo que no podían cumplir con sus obligaciones debido a la difícil
situación que arrastraba y a los efectos de una crisis internacional. Si bien
los Directivos se comprometieron a que la fábrica seguiría operando pero a un
ritmo de menor producción, la situación se puso más tensa cuando se decidió
paralizar la producción y suspender por un mes al personal sin goce de sueldo y
pedir un procedimiento preventivo de crisis (PPC) debido a una fuerte caída en
las ventas agravada por una situación de altos costos.
A partir de ese momento comenzó la lucha de los
trabajadores junto con el sindicato de la U.O.M (Unión Obrera Metalúrgica) en
defensa de los puestos de trabajo. El plan consistió en movilizaciones masivas
junto con el acompañamiento y la solidaridad de los ciudadanos, cortes de ruta
y la instalación de una carpa dentro de las instalaciones de la fábrica donde
los trabajadores cumplían el horario de trabajo, además de organizar ollas
populares.
El paliativo utilizado para destrabar la situación fue un
acuerdo que si bien permitió la permanencia de los puestos de trabajo, impactó
claramente sobre el bolsillo de los trabajadores. La propuesta fue votada en
asamblea y fue aprobada por amplia mayoría de los trabajadores (657 contra 76)
y estableció un régimen de suspensiones rotativas para el personal de planta
permanente a cambio de no despedir a nadie; reducción del 70% del salario para
los trabajadores cesanteados y la postergación de los aumentos salariales que
surjan de las paritarias nacionales hasta 2010. Aquella circunstancia, lejos de
mejorar se fue tornando cada vez más crítica, la producción de blocks había
caído de 4000 toneladas que registraba previo a la crisis del 2008 a 500
toneladas por mes después del conflicto.
La segunda etapa se dio a fines del 2009 hasta finales
del 2010, en un contexto de radicalización en el modus operandi de los
empresarios hacía los trabajadores. Este cambio es advertido con la entrada de
un nuevo Directorio, en el período de salvataje, del grupo inversor INDALO
M&S liderado por el empresario Cristóbal López[10]. Como primera condición
exigieron reducir en un 50% la nómina de trabajadores apelando a retiros
voluntarios, este porcentaje representaba a 525 trabajadores. El plazo
estipulado para reducir el personal es el 28 de febrero y el 1 de marzo si la
producción seguía siendo deficiente, para equilibrar la planta, lo harían con
suspensiones al 20% del salario[11].
Esta postura se tornó más evidente cuando los
trabajadores realizaron un paro a fines de mayo y paralizaron la fábrica por
más de diez días ante la negativa de aplicar el aumento salarial acordado en
paritarias nacional en abril (cumplido el plazo de postergación de aumento
salarial vigente en el primer acuerdo). A raíz de este paro los empresarios
señalaron que Ford de Brasil dejaba de comprar autopartes a Paraná Metal por no
haber cumplido con los pedidos estipulados[12].
Considero que este paro fue crucial para el desenlace
final del conflicto porque a partir de ese momento se intensificó aún más la
posición empresarial de exigir que 600 trabajadores quedaran afuera y solo 300
permanecieron en la planta. ¿Por qué digo que fue crucial? porque si bien, hubo
un elemento económico adverso, este fue utilizado para justificar un plan de
inversión que implicaba necesariamente reducción de personal, ya que Paraná
Metal estaba rezagado con respecto a la industria autopartista vigente como
consecuencia de la falta de reconversión tecnológica que impusieron tácitamente
las políticas neoliberales de los’90.
A partir de ese paro, el grupo inversor se erigió como un
“benefactor” de la fábrica al que no se le podían poner condiciones.
Causalmente, a partir de ese momento la negociación giraría en torno a la
cantidad de despidos.
La estrategia de la Empresa no sería doblegada, ni por
las sucesivas movilizaciones que se realizaron, con el acompañamiento y la
solidaridad de la ciudadanía que apostó a la histórica lista Marrón[13], ni
los sucesivos cortes de la ruta 21 (sobre la entrada a la planta) y la
autopista Rosario-Buenos Aires en la intersección de Villa Constitución por 33
días, donde los trabajadores pusieron a prueba su fortaleza ante tanta
adversidad, ni por la lucha y la perseverancia de un sindicato que hasta último
momento mantuvo su postura, negociando por la permanencia de todos los trabajadores.
Sin embargo, el gremio y los trabajadores terminaron
aceptando las condiciones que fue imponiendo la Dirección como si fuera el
último recurso que les quedaba. El fin de la huelga no posibilitó una mejora de
las condiciones estructurales y materiales de los obreros.
El acuerdo[14]
significó para más de 600 trabajadores un despido anticipado, la Dirección de
la empresa se mantuvo firme en su posición de reducir el personal a solo 300
trabajadores, una cifra menor de la que había solicitado cuando se hizo cargo
de la fábrica (525 trabajadores).
La rápida apertura de la fábrica estaba sujeta a tres
condiciones que insoslayablemente se debía cumplir, la recuperación de
clientes, el acuerdo de pagos a los acreedores y un compromiso de paz social
con los trabajadores para garantizar la producción.
1.1. Crisis internacional del 2008
Analizar
la crisis internacional de 2008 como crisis del modelo neoliberal a escala
global es de gran importancia para comprender las consecuencias que tuvo en el
sector manufacturero, principalmente en el sector automotriz a nivel local.
La
reestructuración del sistema capitalista a mediados de los ’70 implicó un
cambio en el modelo económico mundial impulsado por la Escuela Monetarista de
Chicago, la cual, proponía el regreso al liberalismo clásico, el libre
funcionamiento del mercado y la desregulación del Estado como “recetas” a la
crisis del modelo keynesiano. En América Latina este modelo económico se
consolidó en la década del ´90 expresadas en el Consenso de Washington, lo que
implico la subordinación de los Estados a las “recetas” que imponía el Fondo
Monetario Internacional (FMI) a cambio de créditos y financiamiento para el
gran endeudamiento que padecían. Durante la década del ’80 y ’90 el patrón de
acumulación para mantener la tasa de ganancia en alza consistió en una
concentración monopólica exacerbada a partir de las fusiones y megafusiones de
empresas trasnacionales, eliminando cada vez más las fronteras nacionales. Para
que se diera este proceso esta burguesía más concentrada operó dentro del
mercado interno como externo y fue subordinando la autonomía política, social y
económica de los grandes Estados nacionales y a las fracciones más débiles de
la burguesía.
Fabio
Nigra[15]
plantea que esta etapa avanza sobre la tradicionalmente llamada “imperialista”,
ya que la concentración monopólica ha sido cada vez mayor y ha superado a la
anterior. El neoliberalismo representa el sostén teórico de esta fase
particular del capitalismo, este desdibujamiento de las fronteras nacionales
por esta burguesía altamente concentrada representan un “neoabsolutismo”
político. Lo que entró en “crisis” en el 2008 en Estados Unidos como propulsor
e intérprete de este modelo económico que le permitió perfilarse como potencia
hegemónica a nivel mundial, es precisamente este modo de acumulación
capitalista.
Entre
mediados de 2000 y fines de 2004 se emitieron créditos hipotecarios por tres
billones de dólares a particulares en un contexto donde los precios aumentaban
y los salarios se estancaban. Mientras las familias se endeudaban con las
hipotecas mantenían una calidad de vida con alto consumo y bajos ingresos
mediante la compra con tarjetas de créditos. Este medio profundizó el consumo
sin tener que aumentar los salarios. La crisis de las hipotecas impactó y repercutió
sobre el pago de las tarjetas de créditos generando una crisis financiera
generalizada que comenzó a sentirse entre 2007 y 2008.
El
centro de la crisis se originó en el sector financiero pero la producción
sintió inmediatamente sus efectos decayendo el consumo y generalizándose el
desempleo y la pobreza.
1.2. Crisis internacional y su impacto
en el sector automotriz
Inevitablemente
la “crisis internacional” se expande hacía toda la economía mundial como efecto
domino, teniendo su correlato en América Latina. La dependencia económica que
ha caracterizado al continente americano desde su inserción al sistema
capitalista en la segunda mitad del siglo XIX ha condicionado su propio
desarrollo económico, político y social. Esta dependencia la ha vuelto muy
susceptible a cualquier cambio brusco que se produzca en el mercado externo
afectando la balanza de pagos. En la Argentina cuando la balanza comercial era
deficitaria los economistas aplicaban métodos ortodoxos para regular el
mercado. Estas políticas económicas restrictivas tendían a contraer la economía
a través de la aplicación de medidas como devaluación de la moneda,
congelamiento de los salarios, desocupación, privatización de empresas públicas
y aplicación de una política monetaria y crediticia constrictiva.
Después
de la crisis de 2001-2002 la Argentina tuvo un crecimiento sostenido que le
permitió tener un margen de maniobra más amplio para hacerle frente a la crisis
internacional. El crecimiento de la economía a elevadas tasas y un Estado fortalecido
por el intervencionismo económico permitieron obtener un desendeudamiento
externo, un superávit comercial y superávit fiscal.
Martín
Abeles[16]
plantea que es la primera vez en varias décadas que un shock externo de
magnitud no genera una crisis de balanza de pagos ni pone en jaque al sistema
financiero local. La crisis internacional impactó en la Argentina
fundamentalmente como una “crisis de comercio” y no como una típica crisis de
liquidez de divisas.
De
todas maneras, a mediados del 2008 y primer semestre de 2009 la crisis
internacional empezó a sentirse, la economía comenzó a desacelerarse afectando
con mayor fuerza a “la industria manufacturera y en los demás sectores
productores de bienes”[17].
Cuando
la crisis comenzó a sentirse en América Latina, Brasil, el principal socio
comercial y competidor de Argentina devaluó su moneda, esto abarató los
productos brasileños en el mercado internacional afectando a algunas industrias
de nuestro país. El Estado Argentino llevo el dólar a casi cuatro pesos para
impulsar nuevamente la producción.
La
desaceleración del nivel de actividad global se manifestó con mayor virulencia
en la actividad industrial, la producción de las dos ramas más dinámicas dentro
de la industria manufacturera se desplomó a comienzos del 2009: la industria
automotriz redujo la producción a la mitad y la siderúrgica en un tercio[18].
En
este contexto la autopartista Paraná Metal se hundía no solo en una crisis
interna de altos costos que le generó su ingreso en concurso de acreedores,
sino también que comenzó a sentirse el efecto de la crisis internacional sobre
la producción; “de 3500-3600 toneladas que estábamos haciendo en octubre
bajaron a 1000 toneladas en diciembre”.[19]
A
principios de 2009, con el advenimiento de los principales efectos de la crisis
se manifestaron fuertes caídas en la producción automotriz. Esto puede
observarse por ejemplo, en las caídas de enero 2009 (-54,6%) y febrero 2009
(-55,7%). Durante los meses siguientes, hasta julio, se observaron caídas de
entre el 20% y el 30%. A partir del mes de agosto se evidencia que las caídas fueron
cada vez menores y a partir del mes de noviembre la producción volvía a crecer
con relación al año anterior. La tendencia positiva continúa hasta enero de
2010, en febrero los datos demuestran que dicha recuperación fue casi total[20].
A
pesar de esta recuperación del sector automotriz la autopartista no recupero
volumen de producción hasta principio de 2010; “en enero de 2009 arrancamos con
300 toneladas, nunca recuperamos el nivel de producción que hubo anteriormente
y lo máximo que se llegó fueron 1800-1900 toneladas en abril de 2010”[21].
Esa leve recuperación coincide con el repunte que tuvo el sector ese año.
A
fines de 2010 las exportaciones del complejo automotor incluidas las ventas de
autopartes se incrementaron un 45% con respecto al 2009 y un 20% superior al
2008[22].
A pesar de esa situación favorable, en este mismo período Paraná Metal cerrabas
sus puertas por tiempo indeterminado hasta recuperar volumen productivo y
saldar las deudas del concurso de acreedores.
Política
de “Desarme”
A
mediados de la década de 1970, en el contexto internacional marcado por la
crisis del petróleo y la consecuencia inmediata de un proceso inflacionario en
las economías de los países desarrollados, la Argentina se encontraba
sumergida, desde hacía tiempo, en un proceso signado por la proscripción del
peronismo y la carencia de un orden político y económico a causa de la
incapacidad de la clase gobernante (civiles o militares) de poder construir
legitimidad sobre la sociedad y superar el “empate hegemónico[23]”
y los ciclos económicos de stop and go.
Con
la entrada de los militares en marzo de 1976 el país se ve sumergido en el
espanto de los desaparecidos y los centros clandestinos de detención. El
objetivo era limitar las aristas interventoras y reguladoras del Estado y una
drástica reducción del peso que tenían los trabajadores[24]
en la sociedad. Los principales ejes de la política económica apuntaban a una
creciente apertura de la economía, la desregulación de los mercados y el
predominio del sistema financiero.
Durante
la década del ´80 se fortaleció el poder de una fracción concentrada del
empresariado nacional en alianza con la burguesía extranjera, el cual, presiono
sobre el estado por la puja distributiva entre los demás sectores, la
denominada “patria contratista”, compañías[25]
proveedoras del estado que se consolidaron en los´90 con la compra de empresas
estatales. El gobierno de Raúl Alfonsín estuvo condicionado permanentemente por
el peso del gran endeudamiento externo que tenía el estado, heredado del
proceso dictatorial y agravado a partir de la estatización de la deuda externa
privada[26].
En este clima de crisis la producción automotriz entre 1974 y 1982 declino en
un 50%[27]
como efecto de la desindustrialización que se estaba llevando a cabo. En la
década de los´80 la industria automotriz se caracterizó por tener “un
considerable atraso tecnológico y un alto nivel de contracción de la
producción. La mayoría de las terminales extranjeras optaron por retirar sus
filiales del país o por reducir su presencia como forma de enfrentar la
contracción del mercado interno”[28].
Con
la llegada al poder de Carlos Menem en 1989 se consolido el patrón de
acumulación Neoliberal y se emprendió el camino del desarme y la
descentralización del estado. El modelo económico se inicia en 1991, para
hacerle frente a las sucesivas crisis de hiperinflación, con la Ley de
Convertibilidad que establecía la paridad de la moneda nacional con respecto al
dólar, obligaba al Estado a satisfacer cualquier demanda de divisas, el
denominado “uno a uno”. Esta política fue acompañada por la reforma del estado[29]
transfiriendo servicios que prestaba el estado federal a las provincias. La
apertura de la economía, la desindustrialización, desregulación del mercado de
trabajo a partir de la flexibilización laboral que arremetía contra derechos
colectivos de los trabajadores y la acelerada privatización de empresas
públicas. El balance comercial mostró un persistente déficit solo mitigado con
un mayor endeudamiento[30].
La
industria automotriz se integró al Mercosur adoptando un comercio bilateral con
Brasil, esto produjo una fuerte contracción del sector autopartista local como
consecuencia de la reducción de la exigencia de contenido nacional de los
vehículos fabricados localmente y la reducción de aranceles de importación de
las autopartes, creando un protección negativa para dicho sector, el saldo
comercial fue deficitario favoreciendo el intercambio a la economía brasileña.
En
esta etapa se profundiza la transición desde modelos “fordistas” de producción
hacía modelos “toyotistas”[31],
estos cambios tuvieron en la Argentina un alcance no generalizable a toda la
industria automotriz, ya que las terminales fueron readaptando sus procesos de
producción a esta nueva lógica de elaboración. Comenzaron a desarrollarse
empresas autopartistas multinacionales[32]
que abastecieron a las terminales con un alto grado de especialización
tecnológica en sus procesos productivos. Estas modificaciones en la
productividad demandaron otro tipo de producción de parte de las autopartistas
“aumento en la responsabilidad de los proveedores en el diseño, el incremento
en la fabricación de subconjuntos o conjuntos en lugar de piezas y por último,
una mayor participación de las terminales en los sistemas de producción y
calidad de proveedores”[33].
Estructuralmente
la crisis mexicana de diciembre de 1994 acompañada luego por la crisis asiática
y brasileña en 1997 empujaron a la Argentina a una de las peores crisis
económicas que desembocó en diciembre de 2001 en la abrupta salida del
Presidente Fernando De La Rúa. Tras la crisis económica, social y política que
siguió al estallido del régimen de convertibilidad, el gobierno de Néstor
Kirchner rechazó lo acontecido durante los años 90 y sentó las bases para un
modelo de acumulación con inclusión social. El nivel de la actividad económica
se recuperó rápidamente, la industria lideró la recuperación económica con un
incremento del 49%. Esta expansión se basó, en un principio, en la utilización
de la capacidad ociosa que alcanzaba un 56% para el conjunto del sector y un 21%
para la industria automotriz.
En
este sentido, el sector automotriz se consolido dentro del modelo económico,
entre 2003-2012 la producción automotriz creció a una tasa anual del 18% y el
año 2011 alcanzó un record histórico de producción. Por otra parte, este sector
presentó una dependencia tecnológica que debe ser importada y explica también
el déficit comercial que presenta.
Las
“voces” del conflicto
Este
apartado dará cuenta del conflicto obrero-patronal a través de las “voces” de los
trabajadores que participaron desde diferentes puestos dentro de la fábrica.
Resulta
fundamental el aporte y las herramientas de las que dispone la “historia oral”[34]
para darle fuerza y contenido a esta investigación que insiste en dilucidar el
motivo por el cual una fábrica despide a 600 trabajadores después de un arduo
conflicto de más de dos años, cerrando sus puertas. Consideramos que la última
huelga de septiembre de 2010 fracasó en su objetivo de preservar las fuentes de
trabajo y evitar el cierre de la misma, el acuerdo entre las partes puso
condicionamientos a los trabajadores que iban a permanecer, en cuanto al
salario y el rol que debían cumplir dentro y fuera de la fábrica, además de
establecer el “número” de despidos.
Las
entrevistas permiten observar el poco margen de negociación que tenía el gremio
ante la posición de los empresarios. El principal objetivo que tuvo la primera
gerencia desde que se hizo cargo en el 2002, fue sacarle la mayor ganancia
económica y no invertir, produciendo en palabras de los propios trabajadores un
“vaciamiento”.
Este
grupo empresario, era denominado por los propios trabajadores como los “ex
gerentes de Acindar”, porque provenían de Acindar y trían sobre sus espaldas el
conflicto en 1991 en el contexto de flexibilización laboral, dejando un saldo
negativo de más de 3600 trabajadores despedidos[35].
Con la entrada del Grupo Indalo a la gerencia a fines de 2009 se abrieron dos
posibilidades, por un lado, que la fábrica pudiera acceder a una inversión
tecnológica, y por el otro, el objetivo de reducir la nómina de trabajadores
para después modernizar la planta y que pueda ser sustentable a largo plazo. El
costo social de esta última maniobra recayó sobre los trabajadores los cuales
fueron responsabilizados por la “pérdida” de su principal cliente Ford de
Brasil, (posteriormente al paro que realizaron los trabajadores del 19 de mayo
al 3 de junio, el cual consideramos que fue inducido por los empresarios para
así adoptar una posición inamovible con respecto a la cantidad de despidos).
Para
preservar la confidencialidad de los trabajadores entrevistados no vamos hacer
uso de sus nombres originales y preferimos caracterizarlos por un nombre
ficticio, a excepción de un trabajador que no tuvo inconvenientes en
proporcionar su identidad y nos parecía relevante por ser un representante del
gremio.
Contamos
con el testimonio de Juan un trabajador con 20 años de servicio, pasó por
diferentes puestos dentro de la fábrica y desde hacía varios años se encontraba
en la sección de Despacho de Producción, al momento de la entrevista trabajaba
en Paraná Metal. Se encuentra Rodolfo un operario con sectores a cargo,
con 30 años de antigüedad, fue uno de los tantos trabajadores que acató el
retiro voluntario. Esteban se encontraba trabajando en Paraná Metal para una
contratista hacía más de 13 años en el área de limpieza y fue uno de los tantos
despedidos, dicho en sus propias palabras “yo me quedé hasta que el barco se
hundió yo fui uno de los tantos despedidos”.
Por
último, Leandro Del Greco quién fuera en ese momento Secretario de Organización
de la UOM Villa Constitución, venía de ser Delegado en empresa contratista
dentro de Paraná Metal y ya en planta pasó por Comisión Interna, actualmente se
encuentra trabajando en la fábrica en planta y es Delegado.
Estrategia de “vaciamiento” por
parte de los “ex gerentes de Acindar”
Leandro
nos relata la estrategia que tenían los “ex gerentes de Acindar” cuando se
hacen cargo de Paraná Metal en un lapso de 6 años del 2002 hasta el 2008; “cuál
fue la estrategia de la gerencia, plantea vamos a trabajar a la rotura y vamos
a producir todo lo que se pueda producir, bueno con esta política Paraná Metal que
hizo crecer de 1800 a 1900 toneladas hasta en algún momento vender hasta 4200
toneladas, pero cómo lo hizo, utilizó el resto de la planta que no se estaba
utilizando, que es el resto, más turno, entonces pasó de un turno a tres
turnos, entonces lo que hicieron fue hacer más producción y con más gente, a
que llevó todo eso, a lo que nosotros habíamos dicho en el 2002 que iban a
destruir la planta, la iban a superexplotar y una vez que estuviera la planta
reventada se iban a ir, fue una estrategia que podría parecer un vaciamiento
pero llenando la planta fijate que contradicción, ahora la terminó rompiendo,
no invirtió un peso y después la vació”.
Resulta
interesante lo que plantea Esteban sobre esta cuestión pero desde su lugar de
trabajo; “en la planta del año 97 que estaba yo la planta paraba por 15 días
para hacer una reparación importante de la misma, donde había una inversión
importante no para innovarla pero si de mantenimiento, bueno desde el 2001 que
asume la gestión de Zenos no hubo más paradas en la planta no se invirtió más
nada. Y por qué si me da buena guita y de acá a 5 años me quiero ir no sé si
quiero repararla, vos fijate que esa planta durante una cantidad importante de
años produjo una muy buena cantidad de block y ganancia tuvo, después queda a
criterio de cada uno”.
Rodolfo
nos cuenta los problemas que tenía con la gerencia cuando reclamaba por el
cambio o arreglo de una máquina; “no pensaban a futuro, cuando yo pedía algo
para reparar una máquina no se traía, una maquina en malas condiciones es
ineficiencia de trabajo. No hicieron nada los pocos años que estuvieron apenas
que la mantuvieron para producir a todo trapo, dejaron destruida la fábrica
como estos se iban choreaban y se iban, yo te digo choreaban, vaciamiento de
empresa.”
La posición del gremio…
Esta
situación va a terminó por estallar con los efectos de la crisis internacional
sumado a la propia crisis interna de la fábrica, Leandro Del Greco nos cuenta
que desde el 2006-2007 la empresa planteaba reducir el personal, el salario y
hacer una mejora porque a partir del 2005 empezaron a tener déficit; “lo que
nosotros le propusimos desde el sindicato es colaboración para que la fábrica
funcionara mejor, para mejorar los procesos productivos para ver donde estaban
las perdidas, pero no íbamos aceptar despidos cuando la fábrica tenía 165 mil
horas normales y entre 12 y 15 mil horas extras por mes, cómo un sindicato le
explica eso a los compañeros. Empezó a caer toda la responsabilidad sobre los
trabajadores, por qué, porque en teoría según la empresa ganábamos mucho y
bueno esa fue la discusión eterna de tres años hasta que bueno, digamos, lo que
beneficia la estrategia de la patronal a fines del 2008 fue que bueno se vino
abajo el mundo”.
Comienzan
a aparecer las limitaciones del sindicato en cuanto a su poder de negociación;
“no es que nosotros nos callamos todo el tiempo o que no vimos, ahora también
sabíamos que nosotros estábamos limitado en el accionar en función de que lo
nuestro era denuncia yo no puedo ir agarrar la firma del presidente firmar esta
inversión firmar este cheque y encima siempre discutiendo desde lo salarial,
siempre la discusión rondó sobre lo que era salarial y puestos de trabajo hasta
que bueno cerraron la planta”.
La estrategia del grupo Indalo
durante el conflicto…
La
estrategia de la empresa fue solicitar desde un principio una reducción del 50%
de los trabajadores a través de retiros voluntarios estipulando un plazo de no
más de dos meses para poder equilibrar la planta económicamente y que pueda
llegar a ser rentable. Esta estrategia fue visualizada por Esteban de una forma
muy específica; “muchos se fueron con los retiros pero el retiro fue un despido
encubierto”. El retiro lo acataron
cerca 200 personas aproximadamente.
Pese
a esto la empresa hasta el paro que realizaron los trabajadores por 14 días
entre mayo y junio, (porque los empresarios pretendían no implementar como
correspondía el aumento surgido en paritarias nacional de 2010) no habían
planteado como estrategia el despido masivo.
El paro de mayo-junio…
Con
respecto al paro Esteban nos explica cómo llegan a esa situación; “El paro se
hace por la siguiente razón en el acuerdo del 2008-2009 que se votó donde la
gente resigna mucha cosas para activar a la planta, porque la gente quería esa
planta vos me preguntas a mí yo quiero a esa planta y la extraño, entonces la
gente resigna muchas cosas durante una equis cantidad de tiempo la gente no iba
a recibir los aumentos que dieran a nivel nacional se cumple ese plazo hay una
paritarias que en teoría teníamos que cobrarla no se paga la gente adopta la
medida y va al paro”.
Por
otra parte, Leandro Del Greco nos da una explicación técnica sobre esta
situación; “cuando nosotros tomamos la definición de parar que fue primero a
través de una junta de delegados y después ratificada por una asamblea, el 18
de mayo nosotros tuvimos una reunión con la empresa a la 5 de la tarde, nos
indican que no van aplicar el aumento sobre el básico sino que va a dar lo
mismo que significa el aumento sin tener en cuanta adicional empresa, adicional
posición y lo va a dar como un ítems aparte hasta que terminemos de discutir la
aplicación, ellos querían otro año más de no aplicar el aumento, ya no lo
habían aplicado en el 2009 tampoco lo querían aplicar en el 2010. Logramos
sacar que den esta guita pero no estábamos de acuerdo porque no figuraba en el
básico figuraba como un ítems aparte, el 19 hacemos una junta de delegados, la
junta de delgados determina paro total de actividades hasta que nos atienda el
Ministerio de Trabajo de la Nación”.
Desde
el sindicato plantean una alternativa para evitar llegar al paro y generar un
conflicto en el que claramente se encontraban en desventaja; “hay dos
cuestiones que son llamativas, primero nosotros le dijimos que inclusive demorara
la entrega de los recibos de sueldos que demorara el pago y que nos sentáramos
a discutir, que hasta ahí teníamos aire con los compañeros para demorar unos
días el pago y negociar, la empresa dijo que no, por otro lado, la empresa
nunca jamás utilizo lo que cualquier empresa utiliza que es el pedido de
conciliación obligatoria porque lo principal que tiene que hacer la empresa es
preservar los bienes y uno de los bienes más preciados es la producción y la
tiene que preservar a toda costa porque es responsabilidad de ellos la
producción, con la UOM nacional coincidimos que lo debía pedir la empresa, son
dos elementos muy llamativos dentro del conflicto que no hayan pedido la
conciliación obligatoria, en ese momento tampoco lo podes pre visualizar después
le dijimos ustedes lo hicieron a propósito porque nosotros le tiramos
alternativas”.
En
esta circunstancia, el paro se levantó cuando después de varias reuniones se
alcanza una propuesta superadora, los Directivos terminaron por aplicar el
aumento vigente sobre el adicional Empresa y un congelamiento sobre el
adicional personal, las suspensiones pasaron al 65% en lugar del 70% que se
venía pagando.
En
el mes de agosto los empresarios sostienen su postura en el Ministerio de
Trabajo de no pagar las quincenas que incluye a trabajadores activos y retirado
hasta que no se reduzca la plantilla de trabajadores de 900 a 300, de aquí en
adelante la discusión ya no será por el salario sino por la cantidad de
despidos. El paro, según los empresarios, había propiciado perder como cliente
a Ford de Brasil al cual se le destinaba un 85% de la producción.
Al
respecto Del Greco explica que; “Paraná Metal dice que pierde Ford, inclusive
no se le dejó sacar la producción que estaba hecha, entonces ellos alegan que
ese paro de 14 días al paralizarle la planta de motores principalmente a Ford
hace de que Ford pierda la confianza y le retire la producción. Ahora también
hay algo encubierto que la empresa nunca dijo que nosotros si se lo dijimos a
todos los compañeros que Paraná Metal había recuperado producción de blocks en
2010, en septiembre de 2010 iba a ver una nueva renegociación con Ford que
podía terminar en que no le de los blocks, nunca lo vamos a saber porque no se
llegó, nosotros tampoco sabemos si detrás de la estrategia de no pagar ellos ya
sabían de que no iban a tener producción, vos podes tener todas la
predisposición a acordar, nosotros nos bancamos la reestructuración de salario
no cobramos un aumento, los aguinaldo proporcionales, las vacaciones
proporcionales, si la empresa te quiere acorralar para que vos pares en algún
momento lo haces. A ver en el diario del lunes vos ves que la empresa logró lo
que tal vez pensaba desde el 2005, porque más allá que hubo un cambio de
gerencia nunca dejó de presionar sobre el salario y luego sobre los puestos de
los trabajadores”.
Esteban
fue uno de los trabajadores que estaba en contra de este paro porque
consideraba que la empresa lo podía utilizar como estrategia para
perjudicarlos; “con ese paro discrepé mucho yo, un paro medio raro en una
circunstancia quizás no la más óptima, estratégicamente yo no lo hubiese hecho.
A esta gestión (refiriéndose a los Empresarios pertenecientes al grupo Indalo) “lo más conveniente era provocar una
crisis tener la excusa en el bolsillo, si yo cierro la planta políticamente no
daño a nadie porque la culpa es de los trabajadores, ahora qué momento espero y
bueno que momento justo que sacarle las paritarias que sabía que la gente iba a
reaccionar, hacía dos años que no cobrábamos el aumento, la gente iba a
reaccionar iba al paro y listo cierro la planta no me conviene perdí el último
cliente me voy”.
Al
respecto Del Greco teniendo una mirada retrospectiva del conflicto considera
que este paro le permitió tener una ventaja significativa para la estrategia de
la Empresa; “vos me podes decir y bueno el paro ustedes sabían que iban a
generar un problema y todos los paros generan problemas, no hay uno que no te
genere problema sino perdés compañeros perdés horas, la reconversión del ´91 se
hizo y se paró y nadie le echo la culpa a los trabajadores, vos podes ser muy
diplomático menos belicoso si la empresa no te paga el sueldo a fin de mes vos
paras, de acá a dos años podes decir groso favor le hice porque paré pero
contextualizándote vos te pones contemporáneamente en la situación y cuando vos
vez que los compañeros cuando vos ibas a la planta, loco sino está el aumento
paramos, los compañeros delegados que entraban en la comisión interna o en la
junta de delegados, che loco no da más, se pudre, paramos, bueno había todo un
caldo de cultivo efervescente que ya no había más sostén para darle otra
ventaja más a la empresa. Con el diario del lunes yo te podría decir que lo
defendería de la misma forma ahora tal vez no haría el paro o si hago el paro
le dejo sacar las piezas porque yo ahora sé que eso le dio las herramientas la
justificación para echarnos la culpa a nosotros ante el gobierno ante los
mismos compañeros ante la sociedad ante los clientes”.
Restructuración tecnológica versus
restructuración de personal…
Los
trabajadores fueron quienes pagaron el costo social que implicó un conflicto
obrero-patronal que derivó en despidos masivos y el cierre mismo de la planta
por tiempo indeterminado; no cabe dudas que la planta demandaba de una
reestructuración tecnológica para obtener mayor competitividad a largo plazo.
Para lograr este objetivo había que realizar un intercambio de mano de obra por
bienes de capital.
¿La
reestructuración de la fábrica consistió en sacar trabajadores para introducir
tecnología?; “si, todavía no lo han hecho, en teoría esto les iba a dar a ellos
una empresa más ordenada, más controlada, con la meta de llevar esta empresa a
tener tecnología de punta de las mejores de la región”. Leandro Del Greco.
El
trabajador que optó por el retiro voluntario, Rodolfo, nos cuenta sobre la
situación edilicia en la que se encontraba la fábrica; “a esa empresa había que
hacerle una reestructuración, para hacer una reestructuración había que sacar
gente. No lo pudieron mantener (por Ford de Brasil) porque no tenían las piezas
homologadas, no hubo arreglo con Ford, estaban pidiendo el pre mecanizado para
que no haya tanto rechazo, las mayorías se mecanizan en Brasil y el costo del
viaje se encarece. Cuando agarró la gente que era de Acindar ellos prometían el
pre mecanizado para hacer la pieza completa, para que ya no tuviese que
mandarlo a Brasil y de allá mandarlo de vuelta, todas las terminales las
reclaman para abaratar costos, porque una pieza pasearla es cara, el transporte
no es barato”.
Para
Juan, que en aquel momento era el encargado de revisar los pedidos que le
realizaban a Paraná Metal sostiene que, “el cliente ya estaba perdido porque
Ford de Brasil ya había avisado que quería la pieza completa sumado a que se le
habían entregado pedidos fuera término”.
De
esta manera, Del Greco concluye; “ellos lo que planteaban que tenían una
perspectiva de crecimiento y en esa perspectiva de crecimiento si habían
analizado las inversiones, si habían analizado el mecanizado”.
En
una entrevista del 2004 el vicepresidente de la empresa Enio Locatelli
planteaba la desventaja en la que se encontraba la autopartista por producir
una pieza simple, “vender solo la pieza fundida nos hace mucho más vulnerables
que si vendiéramos una pieza mecanizada, y mucho más aún si pudiéramos entregar
un conjunto armado”[36].
El poder de negociación del gremio
ante el conflicto…
El
poder de negociación se volvió a erosionar en función de que la producción no
dependía de la introducción de fuerza de trabajo sino del ingreso y del
reemplazo de mano de obra por bienes de capital. “Al tener una empresa que está
paralizada es difícil llevar una discusión. Obviamente que la herramienta
fundamental que tiene el trabajador ante una discusión es la producción, los
ritmos de producción al no tener el elemento principal vos lo que menos queres
es ir a una pelea.”. Leandro del
Greco.
De
esta manera, la postura del grupo inversor fue inamovible en cuanto a los
despidos y en función de que Cristóbal López había abandonado las negociaciones
en medio del conflicto, con el fantasma ya no del cierre de la fábrica sino de
la quiebra misma; “ahí volvieron con fuerza ahí vinieron con las condiciones
ahí si ya se fue encaminando para lo que sucedió después, la empresa dijo yo
retomo pero con estas condiciones. El acuerdo podía haber sido en un día,
nosotros en vez de estar 34 días en la autopista podríamos haber estado 15 o 16
porque la empresa planteaba de movida despidos y toda la reestructuración de
laburo”. Leandro Del Greco.
Teniendo
en cuenta el poco margen que tenía el sindicato para negociar se mantuvo firme
en su posición de preservar las fuentes de trabajo hasta el último momento; “yo termino con mucha discrepancia con
la gente que estaba pero lo justo es justo con un gremio en ese tiempo con una
fuerte resistencia a lo que es el despido, el gremio salvaguardo y protegió a
los trabajadores hasta el final”. Esteban.
Finalmente
el conflicto termino siendo un “juego de desgaste” donde ambas partes se
mantuvieron firmes en su posición, los trabajadores no tuvieron el peso para
desequilibrar las fuerzas a su favor y terminan firmando el acuerdo por
despidos.
La
planta requería de un recambio en el modo de producir y además, era condición
indispensable para mantener al cliente, resulta interesante el aporte de los
trabajadores cuando plantean que Ford de Brasil se había perdido porque
demandaba de una pieza mucho más sofisticada que Paraná Metal en las
condiciones en las que se encontraba no estaba preparada para abastecer el
mercado. De esta forma, el grupo Indalo debía invertir para darle
competitividad y esto implicaba indefectiblemente desprenderse de una porción
importante de trabajadores. En este contexto; entendemos que el paro de
mayo-junio de 2010 fue utilizado por la empresa para justificar la pérdida de
su mayor comprador y de esta forma iniciar un proceso de “negociación” que
culmino con 600 despidos; en este sentido es claro que esta medida de fuerza
fue beneficiosa para la estrategia del grupo Indalo. Por lo tanto y como dejan
en claro los trabajadores es que sostenemos que desde la empresa se presionó a
los trabajadores, en el marco de negociaciones salariales, para que llevaran
adelante un proceso de lucha que implico un paro de actividades.
Conclusiones
Expansión
y crisis son dos fenómenos simultáneos que se desarrollan dentro del sistema
capitalista y que intrínsecamente conviven en él, ambos se necesitan
simultáneamente para sobrevivir y ambos engendran las contradicciones mismas
del sistema.
La
etapa Neoliberal es una fase más del sistema capitalista, la teoría nuevamente
se choco con la realidad. Sus ideólogos no pudieron evitar que el sistema
colapsara en una crisis a escala mundial que trastocó los procesos productivos
sobre los que se cimentaba, lo que entró en crisis fue el modelo económico neoliberal,
el cual, por razones históricas había alcanzado un agotamiento razonable. En
Argentina el modelo colapsó en el 2001, la feroz desindustrialización, la
inequidad y desigualdad llegó a límites insostenible.
El
modelo económico fue nefasto para la industria nacional, contribuyo a erosionar
el desarrollo productivo, en este caso en particular el del sector automotriz.
Las políticas de Estado, totalmente alejadas del proteccionismo de otros
tiempos, alentaron la desinversión en un mundo que avanzaba hacía el desarrollo
tecnológico. La apertura de la economía contribuyó a que las autopartistas
nacionales se encontraran en desventaja con las demandas que las Terminales
transnacionales requieren, una mayor tecnificación en los procesos productivos.
La
autopartista Paraná Metal es un estudio de caso de las transformaciones que el
modelo económico Neoliberal genero en nuestro país, es un reflejo, la cara más
cruel de la desinversión y la desindustrialización. Los trabajadores fueron en
esa instancia la variable de ajuste del proceso de “modernización”.
Los
trabajadores resistieron hasta el final en una huelga que estaba perdida de
ante mano y son varios los factores que incidieron para que ello suceda. La
gerencia conformada por los “ex gerentes de Acindar”, como los denominan los
trabajadores, llevo a cabo una gestión con una muy alta producción y ninguna
intención de desarrollar el sector a partir de una mejora en los procesos
productivos y comerciales de la misma. Provocando una sobreexplotación de la capacidad
productiva de la fábrica y llevando adelante una política de contratación de
personal que en el contexto de esta particular forma de vaciamiento no era
sostenible en el tiempo. El resultante de esta gestión es fundamental para
poder entender esto como un elemento que da cuenta, a escala local, de las
causas que cimentaron la crisis posterior.
Los
Empresarios pertenecientes al grupo Indalo claramente presionaron sobre los
puestos de trabajo y el salario, el motivo es la reestructuración tecnológica.
Para llevar a cabo este proceso de modernización necesariamente implico
realizar un intercambio desfavorable para los trabajadores, lo que estaba en
juego eran los puestos de trabajo que claramente iban a ser intercambiados por
bienes de capital.
El
costo político y social de esta jugada va a recaer sobre los trabajadores que
son acusados por la empresa de ser los responsables por la pérdida de su único
comprador Ford de Brasil después del paro de mayo-junio de 2010 que los
trabajadores llevan a cabo por 14 días y así justificar el despido masivo. A
través de las entrevistas pudimos corroborar que los trabajadores fueron
inducidos para llevar adelante esta medida de fuerza y permitir que los
Empresarios pusieran condiciones y adoptaran una postura radical en cuanto a
los despidos. Además de considerar que el cliente les había retirado la
homologación para fabricar Block de motores, previo a dicho paro, por no contar
con las normativas que impone el mercado.
En
este punto es interesante analizar las características que asume la negociación
por la posición de cada una de las partes, en este sentido, nos interesa
resaltar algunas características del grupo Indalo. Este grupo inversor se hizo
cargo de la fábrica “por pedido” del gobierno nacional. Estos empresarios asumen
un rol de “salvadores”, trayendo consigo un proyecto de empresa en el cual no
contemplaba perder dinero en el mediano o largo plazo, esta postura le permitió
no aceptar condiciones. Tan así era la situación que en algún momento de la
negociación los mismos empresarios frente a las exigencias de los trabajadores
amenazaron con devolverle la fábrica.
Hasta
que punto será la presión de los Empresarios, y por otra parte, la fragilidad
de las posibilidades reales de los trabajadores, que finalizado el conflicto e
iniciado el proceso de selección de los trabajadores que se quedarían en la
fábrica, los empresarios decidieron descartar de esta lista a los Delegados
gremiales, los cuales por ley no pueden ser despedidos, una vez confeccionada
esa lista se despidieron a 32 de esos empleados justificándose en que los
delegados gremiales debían conservar su puesto. Esta medida persecutoria tuvo
como objetivo socavar la idea de la organización obrera como herramienta de
lucha.
Por
otro lado, sobre la base de que el elemento fundamental que tienen los
trabajadores para presionar y desnivelar las fuerzas a su favor, es la
producción, es claro que, la perdida de Ford de Brasil significo que su poder
de negociación se viera erosionado, debilitando las posibilidades de resolver
el conflicto a favor de los intereses de los trabajadores.
Es
nuestra intención dejar en claro que estas características que describimos en
cada una de las partes de la negociación significaron el fortalecimiento de una
de las partes y el debilitamiento de la otra.
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Fuentes hemerográficas
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Fuentes orales
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realizadas a trabajadores de Paraná Metal protagonistas del conflicto.
Recibido: 30/01/2017
Aprobado: 11/03/2017
Versión Final:
26/05/2017
(*) Profesora en Historia. Egresada del Instituto Superior del Profesorado Nº 3. Argentina. E-mail: mariadelourdes964@hotmail.com
[1] NIGRA, Fabio “El neoabsolutismo: ¿etapa neoliberal (y superior) del imperialismo?” en: Política y Cultura, otoño 2005, núm. 24, pp. 63-96.
[2] JABBAZ, Marcela; Modernización social o flexibilidad salarial. Impacto selectivo de un cambio organizacional en una empresa siderúrgica argentina. Centro Editor de América Latina. Buenos Aires. 1996.
[3] VELÁZQUEZ, Sergio; Impacto de las políticas neoliberales en la ciudad de Villa Constitución durante la década de 1990. La flexibilización laboral en el marco de la empresa Acindar. El papel del sindicato local durante el conflicto de 1991, Seminario de Historia Regional, Sección Historia. Instituto Superior del Profesorado, 2008.
[4] FILIPPA, Valeria “Neoliberalismo y flexibilización laboral. El conflicto del ’91 en la planta de Acindar de Villa Constitución. Sus efectos en la subjetividad de los trabajadores de base”; en: Historia Regional, Sección Historia, ISP N° 3, Año XXV, N° 30, 2012, pp. 217-236.
[5] MAJUD, Virginia y CODONI, Noelia; Acerca de la autogestión de Paraná Metal, Seminario de Historia Regional, Sección Historia. Instituto Superior del Profesorado, 2010.
[6] PERALTA RAMOS, Mónica, La Economía Política Argentina: Poder y Clases Sociales (1930-2006), Fondo de Cultura Económica, Buenos Aires, 2007, pp. 120-121.
[7] SIMONASSI, Silvia; “Perfil Industrial y dinámica social en la provincia de Santa Fe 1943-1976”, En: AGUILA, Gabriela (comp.): De los cordones industriales al eje de integración Mercosur (1940-2005), Tomo 11 de BARRIERA, Darío (Dir.) Nueva Historia Santa Fe, La Capital, Rosario, 2006.
[8] “La autopartista necesita una urgente actualización tecnológica, Paraná Metal es una industria con un alto grado de obsolescencia y una necesidad impostergable de invertir en una urgente actualización tecnológica, si no lo resuelve, es una empresa que no es sustentable en el tiempo porque tiene que modernizar un sector que es muy antiguo para la capacidad que tienen los hornos de fundición”. Comentario extraído al ministro de trabajo de la provincia en Diario El Sur, Villa Constitución 18/11/2008, p. 4.
[9] El concurso de acreedores es una instancia judicial donde puede haber cesación de pagos pero existen perspectivas de conservar la actividad. Durante este período se verifican las deudas y se busca un plan de pagos aceptables para los acreedores. Si no se llega a un acuerdo, se abre un período de salvataje, en el que el juez designa a un tercer administrador que no tenga relación con los dueños de la empresa. Si el administrador no logra salvar la situación, entonces se decreta la quiebra y se liquidan los bienes.
[10] Los padres de Cristóbal López crean una empresa familiar en la década del ‘60 que al poco tiempo se convirtió en la mayor forrajería de la Patagonia, comercializadora de productos avícolas y granos para toda la región. Diez años después Cristóbal López se hace cargo de la conducción de la firma. Sus empresas incluyen medios de comunicación, petroleras, constructoras, industrias alimenticias, bancas, industria automotriz entre otras. El empresario llegó a la fábrica Paraná Metal en febrero de este año, funcionarios del Gobierno Nacional son quienes lo acercaron para que viera la posibilidad de comprar la planta. La firma que se quedaría con Paraná Metal es MyS, una de las empresas pertenecientes al Grupo Indalo, que controla el empresario al que lo identifican como uno de los referentes del kirchnerismo en el mundo corporativo.
[11] “La pretensión de la adecuación del personal para la producción estimada no es nueva, ya sabíamos esto desde enero que arrancamos. Lo que no nos esperábamos era esta forma tan brusca”. Leandro Del Greco en Diario El Sur, Villa Constitución, 18/12/2009, p. 4.
[12] “Hemos perdido a nuestro principal cliente, Ford de Brasil, que nos compraba el 84 por de la producción de planta, por un incumplimiento del acuerdo firmado en febrero del año pasado, que sostenía que las diferencias que podíamos tener debían ser resueltas en el Ministerio de Trabajo. La UOM no lo entendió así, paró la planta y no dejó despachar el material y eso hizo que Ford buscara a otro proveedor” Carlos Leone Presidente del Directorio de Paraná Metal. En Diario El Sur, Villa Constitución, 03/9/2010, p. 6.
[13] La Lista Marrón gana las elecciones sindicales en 1974 para representar la conducción local del Sindicato de la UOM, la cual, estaba constituida por trabajadores fabriles agrupados en el Movimiento de Recuperación Sindical. Este movimiento de tendencia combativa y antiburocrática se enfrentó a la burocracia sindical nacional de Lorenzo Miguel y a la represión que ejerció el Estado en 1975 sobre los trabajadores en un operativo piloto previo al Golpe Militar de marzo del ’76.
[14] “Ingresaran a trabajar 300 operarios de 900. El resto, unos 600 trabajadores, permanecerán bajo un régimen de suspensiones rotativas por seis meses y otros seis meses de suspensiones fijas, cobrando 2001 pesos, con un plan de reinserción laboral. El gobierno se propuso abonar 1900 pesos de cada 2001 que cobren los operarios durante un año. Luego de un año, los trabajadores que no están dentro del plantel quedarán desvinculados de la compañía” en Diario El Sur, 05/10/2010, p. 4.
[15] NIGRA, Fabio, “El neoabsolutismo: ¿etapa…, op. cit., pp. 63-96.
[16] ABELES, Martin; “El impacto de la crisis internacional en la economía Argentina” en Revista de Trabajo, año 5, número 7, julio/diciembre 2009. Cepal, Buenos Aires, p. 185.
[17] BASUALDO, Eduardo y ARCEO, Nicolás; ¿Cómo nos afecta la crisis internacional?”. CEFS. Marzo 2010, p. 15.
[18] ABELES, Martin; “El impacto de la…”, op. cit., p. 202.
[19] Entrevista A Leandro Del Greco- Secretario de Organización UOM Villa Constitución.
[20] BASUALDO, Eduardo y ARCEO, Nicolás “¿Cómo nos afecta…”, op. cit., p. 30.
[21] Entrevista A Leandro Del Greco- Secretario de Organización UOM Villa Constitución.
[22] Los Andes, Mendoza, 08/12/ 2010. Disponible en < http://ww2.losandes.com.ar/notas/2010/12/8/industria-automotriz-cerrara-2010-como-mejor-historia-532006.asp>
[23] PORTANTIERO, Juan Carlos; “Economía y política en la crisis argentina: 1958-1973”, en Revista Mexicana de Sociología, Universidad Nacional Autónoma de México, Vol. 39, Nº 2, 1977, pp. 531-565.
[24] El sector manufacturero disminuyó de 1.114.000 trabajadores industriales en 1974 a 780.000 en 1981. ROXBOROUGH, Ian: “La clase trabajadora urbana y el movimiento obrero en América Latina desde 1930”. En BETHELL, L. Historia de América Latina. Critica, Barcelona, 1997, p. 185.
[25] Grupos como Acindar, Techint, Macri, Pérez Companc, Garovaglio y Zorroaquín, Benito Roggio, Astra, Bunge y Born, Soldati y Loma Negra contaron con enormes ventajas para liderar el proceso de reestructuración y privatización. Ídem, p. 273.
[26] Entre 1979 y 1980 la deuda externa privada se incrementó un 200%, gran parte de ella fue contraída por un número reducido de grupos económicos que tenían inversiones diversificadas en la producción y los servicios. BELINI, Claudio y KOROL Juan Carlos, Historia económica de la Argentina en el siglo XX, Siglo XXI, Buenos Aires, 2012, p. 239.
[27] Ídem, p. 266.
[28] JABBAZ, Marcela, DE MENDONCA Angel, JAIME, Analia y GONZÁLEZ, Natalia “Industria Automotriz: reconversión, crisis y cambios en la relación laboral”, Ponencia Quinto Congreso Nacional de Estudios del Trabajo, Agosto-2001, p. 4.
[29] Para una perspectiva más amplia de este tema ver OSZLAK, Oscar, “El Estado Transversal: el caso Argentino”. En Encrucijadas, Revista de la UBA, Año uno, N° 6, Abril 2001.
[30] La deuda externa local ascendió de unos 64.000 millones en 1990 a unos 100.000 millones en 1995 y a 146.000 millones al final de la década. La deuda pública continuó profundizándose año tras año hasta alcanzar los 130.000 millones de dólares en el año 2000 lo que representaba un incremento del 54% con respecto a 1990, BELINI, Claudio y KOROL Juan Carlos, Historia económica…, op. cit., pp. 255-256.
[31] Reducción de la mano de obra, mayor tecnología, reducido manejo de stocks y rápida adaptación a los cambios de la demanda.
[32]CASTAÑO, Angel “La Situación de la industria automotriz y de autopartes en la Argentina”. Disponible en [http://www.vocesenelfenix.com/content/la-situaci%C3%B3n-de-la-industria-automotriz-y-de-autopartes-en-la-argentina]
[33] Documentos de Pro Argentina. Series de estudios sectoriales, autopartistas, Secretaría de industria, Comercio y Pymes, 2005, p. 3.
[34] “la práctica de la historia oral comporta una dimensión personal, subjetiva, afectiva, que se despliega en el trabajo de campo y que supone un intercambio constante y un constante movimiento de roles entre los sujetos involucrados en él, que lo diferencian cualitativamente del trabajo con “fuentes muertas”.” ÁGUILA, Gabriela y VIANO, Cristina; “Las voces del conflicto: en defensa de la Historia Oral”. En: GODOY, Cristina (ed.), Historiografía y Memoria Colectiva. Tiempos y Territorios, Buenos Aires, Miño y Dávila. 2002.
[35] FILIPPA, Valeria; “Neoliberalismo…”, op. cit., p. 3.
[36] Disponible en <http://www.villaconstitucion.com/noticias.php?id=0000000630> [29/12/ 2004].