Pablo Verani y la UCR rionegrina. Consolidación de prácticas de patronazgo político y
de relaciones clientelares, 1983-2003
Graciela Iuorno(*)
Resumen
El radicalismo fue el partido de gobierno en la
Provincia de Río Negro, desde
Palabras clave: democracia; radicalismo; redes
clientelares; prácticas políticas; partido preponderante.
Pablo Verani and the “UCR Rionegrina”. Consolidation of political patronage
practices and client relations, 1983-2003
Abstract
Radicalism was the ruling party in the Province of Rio Negro, from 1983 to
2011, the year in which the “Frente para la Victoria” won a resounding victory
in alliance with the “Frente Grande”. The objective of this research is to
study the political practices deployed by radical leaders and militants who
accompanied the construction process of hegemony and consolidation of practices
of patronage that led to roquense leader Pablo Verani from the quartermaster of
Roca from the re-institutionalization in the country, to two government
managements (1995-2003) and the mode of political representation, helping to
shape the predominant party system in “Rio Negro”. In the case of this article
we analyze the Verani´s leadership construction and clientelist relationships
developed from the Administration for two periods (1983-1991); later from the
vice-governorship and finally governorship for two consecutive terms.
Key Words: democracy; radicalism; clientelist
networks; political practices; prevailing party.
Pablo Verani y la UCR rionegrina. Consolidación de
prácticas de patronazgo político y de relaciones clientelares, 1983-2003
Introducción
Cuando el territorio de Río Negro adquirió el estatus de
provincia -1955-, conjuntamente con otros ex Gobernaciones-1884-, la población
ya había logrado un impulso socio-económico proporcionado por su diversidad
geográfica-de los Andes al Océano Atlántico- con la explotación frutícola
orientada al mercado internacional, con la actividad ganadera desarrollada
desde el siglo XIX, con el descubrimiento turístico en los años cuarenta y,
posteriormente, con la producción energética (petróleo y electricidad).
Durante las primeras décadas de
vida política territoriana, los partidos políticos, ligados a referentes
nacionales-radicalismo y socialismo-, u otras expresiones ‘parroquiales’ de
fuerzas pueblerinas gobernaron los escasos municipios. En 1946 el peronismo
creó un partido territorial y tras su proscripción (1955), el radicalismo
gobernó dos periodos: UCRI (1958-1962) y UCRP (1964-1966), perdiendo en 1973
con el Partido Justicialista que logró una amplia mayoría y gobernó la
provincia hasta el golpe de 1976 .El radicalismo fue el partido de gobierno
desde
El objetivo de este artículo es
estudiar las prácticas políticas desplegadas por
Hemos realizado entrevistas a
militantes, funcionarios y al mismo senador Pablo Verani (2008-2013) que forman
parte del corpus de fuentes co-construidas, además de la documentación pública
que da cuenta del crecimiento del empleo público y de la administración
ministerial finalmente el análisis de la prensa local. En este sentido,
compartimos con Michel de Certeau que la ‘memoria’ es un fenómeno
permanentemente actual, es un lazo que nos une con el eterno presente, es decir
las memorias se adaptan al conjunto de percepciones actuales y enfatiza el
carácter ‘presentista’ del pasado.[1] Porque
cada imagen del pasado que no es reconocida por el presente como una de sus
propias preocupaciones amenaza con desaparecer irreversiblemente. Nuestra
memoria del pasado es afectada por nuestro ambiente social actual. Sin embargo,
Charles Tilly señala que debemos tener presente el proceso por el cual la
experiencia histórica compartida constriñe la acción política presente y la
disputa o coerción que ocurre sobre la interpretación apropiada de esa
experiencia. Asimismo la memoria política tiene un carácter estructurado y
capacidades estructurantes.[2]
Sectores sociales y política en el Alto
Valle. El caso de General Roca
El desenvolvimiento socio-económico de Río Negro ya
había tomado un impulso significativo mucho antes de la provincialización. En
particular el Alto Valle -de Chichinales a Catriel-[3], espacio receptor de
inmigración europea, chilena y de otras provincias argentinas, donde la
diferenciación y complejidad de la sociedad fue mayor que en el resto de la
región Nor-patagónica. Esos sectores sociales se expresaron políticamente,
mayoritariamente, a través del radicalismo. En las primeras elecciones
constitucionales de 1958,
Durante el proceso instaurado por
la denominada “revolución argentina”, los gobiernos nombrados por la dictadura
para administrar la provincia de Río Negro estuvieron jaqueados por movimientos
sociales y políticos difíciles de contener como las protestas populares de Roca
(1972), Cipolletti (1969) y Bariloche (1970). En este marco, se creó el Partido
Provincial Rionegrino -PPR-[5] que
expresó las aspiraciones “provincialistas” de un importante sector
independiente del electorado, logrando ocupar en 1987 un tercer lugar,
rompiendo con el bipartidismo nacional. Por otra parte, el Movimiento
Patagónico Popular -MPP-, de formación en la década del ochenta, expresaba más
una oposición al radicalismo gobernante que una identidad definida, aunque
reivindica la identidad regional patagónica del justicialismo de los años
setenta.
Recordemos que General Roca
fundada en 1881 y re-fundada tras la gran inundación de 1899 fue el primer centro
urbano de importancia y hegemónico del Alto Valle de Río Negro y Neuquén hasta
la década del cincuenta. A la población inicial -soldados, comerciantes,
familias e indígenas- se le incorporó, en las primeras décadas del siglo XX, un
importante contingente de italianos y españoles, en menor número, alemanes y
franceses, quienes realizaron las primeras plantaciones de frutales y
desarrollaron la horticultura que se sumaron a los ya existentes cultivos de
trigo y alfalfa. Empero, la región altovalletana, con la construcción del
sistema de riego (1910) comenzó un proceso de creciente expansión con el
surgimiento de colonias agrícolas entre los años 1912-1928.
En estos núcleos dinámicos fueron
conformándose, en la etapa territoriana -periodo histórico en que eran
gobernaciones, Territorios Nacionales-, importantes grupos empresarios
agroindustriales. Entre estas localidades valletanas, General Roca constituyó
un centro dinámico regional, habida cuenta que allí se conformó el Banco de Río
Negro y Neuquén (BRNN) -1920-; la Cámara de Agricultura, Industria y Comercio
del Valle Superior de Río Negro y Neuquén; la Asociación Deportiva de Río Negro
y Neuquén, el Instituto Secundario del Alto Valle -1942-, Sindicato de obreros
y empacadores de Fruta de Río Negro y Neuquén –1953-; además fue asiento desde
1916 de la compañía telefónica que servía a todo la región; en fin, sede de
instituciones y organizaciones básicas representativas de la economía, el
deporte, la educación y el trabajo en la región[6]. El BRNN, en 1950, tenía
sucursales en Cipolletti y Villa Regina. La década del treinta señaló el
comienzo de la radicación de una serie de reparticiones públicas locales y
nacionales con jurisdicción también en el Valle Medio y la parte neuquina del
Alto Valle.[7]
Contaban con el apoyo del Río Negro
fundado en 1912, semanario hasta 1958, que logró constituirse en el de mayor
prestigio en la Patagonia.
Mediante una planificación, se
trazó el programa de Desarrollo Económico del Río Negro (PRO 5) que buscaba
expandir el este de la provincia. Este proyecto pretendía superar el perfil
agropecuario provincial para lograr una expansión industrial y minera. Sin
embargo, los golpes militares que determinaron intervenciones y rupturas de la
continuidad democrática provocaron cambios en la política de desarrollo local,
en vistas que el gobernador Gral. Roberto Requijo intentó modificar el polo de
desarrollo provincial extrayendo recurso del Alto Valle trasladándolos al
aparato burocrático de la capital.[8]
El carácter eminentemente privado
de la producción frutícola hizo que la crisis cíclicas, particularmente a
mediados de los años setenta, fueran absorbidas fundamentalmente por pequeños y
medianos productores, los más dependientes del crédito estatal. Por un lado, la
des-industrialización –que contrastaba con el crecimiento experimentado por
otras provincias patagónicas en el mismo periodo- trajo aparejado un
crecimiento del sector terciario de la actividad de la economía (existían
industrias metal-mecánicas, textil, pesquera y agroalimentaria con
significativo desarrollo). Por otra parte, durante los años ochenta la economía
provincial asistió a un estancamiento de la actividad ganadera: ovina -caprina.
Esta nueva situación provocó una importante crisis social en la línea Sur de la meseta rionegrina
-Jacobacci, Maquinchao, Ñorquincó, entre otras localidades y parajes- y una
buena parte de la población rural migró a los centros urbanos del Alto Valle,
particularmente hacia General Roca. Con este diagnóstico de decadencia de las
formas de producción encaradas por el pequeño productor carente de
tecnificación, se presentó la necesidad de poner en marcha cooperativas para
que los chacareros aúnen esfuerzos, incorporando el uso de maquinarias,
fertilizantes y nuevas modalidades en el tratamiento de suelos y la puesta en
acción de prácticas de solidaridad y cooperación. Proyecto que no coaguló en la
mentalidad ‘individualista’ de los productores locales.
Esta realidad socioeconómica
estructural condujo a un proceso migratorio intra-provincial al que se suman
los inmigrantes chilenos -producto de la expulsión generada por el modelo
económico implementado por el régimen pinochetista-, quienes ante la falta de
oferta de trabajo en el ámbito rural se establecen en el área urbana como
‘cuenta-propistas’ o realizando changas, incrementado la población de los
barrios periféricos ya existentes o dando origen a nuevos asentamiento legales;
inaugurando un proceso de conformación de barrios populosos en la ciudad
valletana de histórica disputa localista en área comarcal: General Roca.
No obstante en este estado de
cosas, la ley de traslado de la capital (1986) colocó en el imaginario político de la gestión
provincial la posibilidad de organizar un nuevo modelo de provincia sobre las
líneas directrices que se pusieron en marcha con la democracia y la reforma del
Estado. La re-localización de la capital provincial reabriría la disputa no
cancelada en el imaginario social de
los alto-valletanos que aspiraban el asentamiento de las instituciones
políticas y administrativas para su localidad. Debemos tener presente que
durante las sesiones de la Convención constituyente provincial (1957), la
determinación de la ciudad donde se instalaría la capital fue uno de los ejes
de las discusiones que se trasladaron a la esfera pública y al seno de los
partidos políticos. El regionalismo y las pujas localistas, sumados a las disputas
por el liderazgo político fueron algunos de los ingredientes del complejo
debate.[9]
Al respecto, el gobernador
Álvarez Guerrero (1983-1987) reflexionaba en su último mensaje ante la
Legislatura: “La re-localización de
nuestra capital, la reforma de la constitución provincial, la redistribución de
los ejes de desarrollo en el territorio rionegrino, la estrategia de las
comunicaciones y un proceso de descentralización de poderes, concreto y
efectivo fortaleciendo las autonomías municipales y participación ciudadana en
la toma de decisiones, han inaugurado los rumbos anchos sobre los cuales el
quehacer rionegrino debe conjugarse en esta faena de transformaciones”[10]. Al mismo tiempo que debía
cumplir el papel articulador del espacio provincial, en la capital se
reconstruiría un estado moderno y
eficiente, pero sobre todo participativo, desde el cual los servidores
públicos gobernarán de cara a las demandas de los habitantes y permanente
dialogo con ellos. Que lejos de esta imagen y de este sueño estaba la realidad
histórica de las últimas décadas en la vida económica y política de los
rionegrinos.
Aspectos de la economía
rionegrina. 1980-1990
La década del ’80 es considerada
por la CEPAL como la década perdida debido al pobre comportamiento económico de
la mayoría de los países latinoamericanos, dentro de los cuales Argentina no
fue la excepción, caracterizada por la exportación de capital y la monetización
de los déficits públicos acumulados por el pago de la deuda. En este contexto
la economía provincial desacelera su crecimiento respecto de décadas anteriores,
con una tasa de crecimiento anual de 1,6%.[11] Los sectores que impulsaron
el crecimiento del PBG de Río Negro son los servicios comunales, sociales y
personales influenciados por las actividades estatales y los bienes inmuebles,
habida cuenta que la construcción de viviendas creció en esta década en un 50%.
Asimismo se incrementaron los cargos de la planta docente 84% y en la
administración general en 18%.[12] El
sector de la construcción experimentó un crecimiento similar al del PBG,
especialmente la construcción de viviendas y obras pública tras el anuncio, en
1987, del traslado de la Capital Federal y la concreción del proyecto gasoducto
Neuba II.
La hiperinflación y las deudas
que jaqueaban a las empresas privadas locales, contribuyentes de créditos desde
la dictadura militar (1976-1983) hasta los años de la denominada transición
democrática, condujo al gobierno provincial a firmar nuevos acuerdos con ellas,
acudiendo a su salvataje.[13] Estas
empresas involucraron en juicios a funcionarios del directorio de Banco Río
Negro y a funcionarios del gobierno provincial. Mientras tanto, los empresarios
locales transitan de refinanciación en refinanciación, integrando lobbies que actuaron sobre los
dirigentes políticos, escudándose en la defensa de las fuentes de trabajo, que
finalmente se cerraron. La crisis del estado
providencialista y la aplicación de políticas neoliberales que llevó a la
privatización de empresas nacionales afectaron a la sociedad provincial con el
aumento creciente de la desocupación.[14] A contra corriente de la
política nacional de cierre de empresas y privatizaciones, el gobernador
Horacio Massaccesi (1987-1995) creó los Servicios Ferroviarios Patagónicos
(SEFEPA), la energética (ENERSA), la empresa área (SASPE) y la aseguradora
estatal (Horizonte). El gobierno contó para ello con una impensable inyección
de dinero extra cuando el Estado nacional distribuyó una masa de fondos del
recalculo de las regalías petroleras. En este orden cosas, debemos agregar otra
información: el crecimiento de la
estructura estatal, tanto en relación con la administración central, como
con la creación de las empresas públicas mencionadas. En las gestiones de Pablo
Verani (1995-2003) la estructura del Estado -mensaje de ajuste y ordenamiento
mediante- también creció con la incorporación de contratados, becarios,
empleados de planta y asesores sin los requisitos que mandaba la constitución
provincial y las leyes de ingreso al empleo público.
La dinámica de la producción
frutícola y los salarios relativamente altos en los años ‘60 y ‘70 atrajo a la
región a inmigrantes chilenos del centro y sur del país, como de otras
provincias argentinas y de la pampa húmeda redundando en fuerte crecimiento
demográfico[15]. En
contraste, en los años ’90, el crecimiento poblacional de la porción rionegrina
del Alto Valle ha sido prácticamente nulo, mientras que en años ‘80 alcanzó una
tasa del 2,31% anual. Si se tiene en cuenta el crecimiento vegetativo -según
los datos vitales- cercano al 1,85% anual, se puede inferir que está expulsando
el 1,75% de su población, lo que equivale a unas 4.000 personas al año. La
fruticultura regional llegó a la década del noventa con más interrogantes que
certezas. La clave fue el programa de convertibilidad (1991) que significó uno
de los periodos más difíciles para las exportaciones del sector,
particularmente a partir de 1998 hasta el 2001 que comenzaron a aparecer las
primeras quiebras y convocatorias de empresas frutícolas.
La evolución de la demanda del
mercado de trabajo en Alto valle es el mejor indicador de la vitalidad del
proceso económico de cada una de las zonas y por ende de la capacidad que
tienen las empresas, instituciones y empresarios para generar nuevos empleos.
La pérdida de fuerza de la economía rionegrina se manifiesta en toda su
magnitud si se tiene en cuenta que en 1980 la población ocupada de la misma era
del doble que la de neuquina, mientras que desde 1997 el espacio neuquino del
alto valle ha superado en puestos de trabajo al lado rionegrino. En síntesis,
mientras que la porción altovalletana rionegrina es expulsora la porción
neuquina es espacio de atracción poblacional.[16]
Las razones que explican esta
tendencia del comportamiento decreciente de la dinámica poblacional en toda la
provincia se encuentran en el proceso de des-industrialización en los años
noventa, con la casi paralización de Indupa -industria química- que cayó en
33%, además el cierre de Lahusen (Viedma) que impactó de forma decisiva en la
industria textil como la disminución de la actividad de CRYBSA y COMSAL lo
hicieron con la industria metalmecánica. Esta situación implicó la caída global
del 47% en la industria manufacturera. No escapaba a la crisis la industria
alimenticia que vio menguada su producción de vinos y tomates procesados.[17]
En este contexto y dinámica
provincial, los sectores productores locales no tienen una tradición de
resistencia -un “tractorazo” de vez en cuando- ante el ‘irresponsable’ manejo
del Estado, más bien sus intereses se han conjugado con modo de ejercer el
poder. Los ciclos de buenas cosechas y buenos precios de la fruta en el mercado
externo garantizan al gobierno un control en su relación con los sectores más
dinámicos de la economía, sin embargo cuando ocurre lo contrario se invierte la
tendencia, las alternativas de solución para los problemas del valle pasan más
por el gobierno nacional que por el provincial. Debemos recordar que el último
“tractorazo” de repercusión nacional, fue encabezado por el gobernador Verani
(2002). Asimismo, la intensidad de la competencia internacional fragmenta
internamente ese ámbito social, eliminando a los pequeños productores y alimentando
la concentración en grandes empresas integradas. En este sentido, los sectores
más postergados son los migrantes internos y externos, los pueblos originarios,
los desocupados, concentrados en la periferia de los centros urbanos o
dedicados a las actividades de subsistencia en las áreas rurales.
Prácticas clientelares en el
espacio local. El Municipio de General Roca
El dos veces gobernador de la
provincia, el Dr. Pablo Verani, fue socio en un buffet de abogados con el
justicialista Carlos Soria (electo gobernador de Río Negro en 2011) y del
radical kirchnerista Miguel Saiz
(gobernador 2003-2011). La historia personal en el espacio público data de la
década del ’70, cuando se incorporó como presidente del Club Deportivo Roca y,
en 1983, a la arena política cuando resulta electo intendente de la ciudad de
General Roca -con otro período de gestión comunal en los años noventa-
situación que le permitió construir una significativa base, hoy ‘esmerilada’,
de poder político local con proyección provincial en la década del noventa.[18] Verani
ejerce un liderazgo en la vida política de General Roca desde el advenimiento
de la democracia y controló los destinos de la provincia desde 1995 hasta 2003.
Liderazgo cimentado en un reconocimiento social desde su gestión en el Club
Social y Deportivo: Deportivo Roca,
con un equipo de Futboll que alcanzó logros y éxitos en su categoría en el
campeonato nacional (1977) nunca antes alcanzado por un cuadro local.
Un
dirigente clave del ‘veranismo’ -como él se define, relata: “Pablo (Verani) es
el protagonista del cambio, le cambio la cara y la forma de hacer política al
radicalismo… Pablo nos ha dicho de empezar de la periferia al centro, nosotros
tuvimos éxito, tenemos éxito y lo vamos a seguir teniendo, porque comenzamos de
la periferia al centro. Porque nosotros no hacemos como los partidos y como
hacia
Esta
descripción en parte en contrastable y se puede constatar en los barrios viejos
y en los emergentes en las décadas del ochenta y noventa, no obstante el centro
de la ciudad no tuvo la misma atención en obras públicas que llenaran las
expectativas de los sectores medios que vieron postergados los emprendimientos
públicos que reubicaran a la ciudad en el lugar que había ocupado en los
tiempos anteriores a la Obra del Siglo: la represa hidroeléctrica “El
Chocón-Cerros Colorados”.
El ‘veranismo’ desde la retórica política y desde una
particular narrativa de los mediadores se asocia con la provisión de bienes a
los necesitados (chapas, remedios, colchones, ladrillos, mercaderías,
alimentos) en relación con las prácticas políticas. Se construyó una “identidad
radical” centrada alrededor de las necesidades económicas y de bienes
distribuidos por el municipio y el estado provincial. Todo ello en un proceso
dinámico que no condujo a reducir lo social a “formas fijas” sino que el
radicalismo rionegrino estaba imbuido de nuevas prácticas y tácticas de poder,
donde concurrieron los intentos de los actores políticos por controlar a los
sectores populares y las estrategias que se adoptaron para resolver los
problemas en la dialéctica -reproducción y mutación- del orden político local.
Las juntas vecinales –creadas en 1985- y las escuelas de los barrios
acompañaron este proceso con los porteros escolares pertenecientes al partido
que convocaban y co-organizaban los actos partidarios.
Una militante dice: “Lo primero
que nos explicaba Pablo (Verani) es que, en política se suma no se resta y, la
forma de sumar es andando en la calle cuando estas en la función pública, …es
saliendo a caminar y buscando los problemas pero, por supuesto, saliendo ya con
las soluciones…”.[20]
En
términos organizativos, opera un partido basado en los comités del centro -con
formas aceptadas de jerarquía social y símbolos de autoridad- que mutaba en un
partido semejante a una ‘maquina política urbana’.[21]
Estructura que se adaptó mejor a la fase actual del capitalismo, con alto
desempleo, crecimiento del empleo en el sector informal y segmentación social.
Las personas construyeron sus identidades ubicándose o siendo ubicadas dentro
de un repertorio de historia delineadas en su relación clientelar con el poder
político local.
El patronazgo denota la
distribución de bienes y servicios a cambio del futuro apoyo político y puede
ser utilizado como parte del clientelismo. Es el elemento primario que mantiene
entero al clientelismo moderno. En nuestro caso de estudio no existen
prácticamente “villas de emergencia”, habida cuenta que se ha construido en los
diez años (1980-1990) un número significativo de planes de viviendas y se han
levantado viviendas por esfuerzo propio en terrenos ubicados hacia el noroeste
de la ciudad, camino a las bardas sobre poblándose rápidamente el Barrio Nuevo
-fundado durante la gestión de gobierno municipal de Verani en 1983- y otros
barrios que se fueron organizando con la juntas vecinales.
Comenta
un testimonio de una militante: “el puntero opera por sobre las juntas
vecinales, ayudan directamente al vecino. Eso fomenta el individualismo
mientras que las comisiones de los barrios plantean necesidades de barrio, las
necesidades de todos… Pero, sin embargo la gente, quiere que los ayuden a cada
uno… Los lazos forjados en el interior de la red son sumamente importantes en
la política local”.[22]
La política clientelar es algo
que se da por descontado, es la política normal y normalizada. La aceptación no
discutida del mundo de la resolución de problemas a través de la mediación
política constituye la fortaleza de la posición de los mediadores. La capacidad
del mediador para mantener el lazo es también dependiente de la relación que
éste establece con terceras partes –Secretario de Obras Públicas, Ministro de
Salud y desarrollo social, representante del Área de desarrollo social municipal,
el coordinador ejecutivo del Plan de Mejoramiento Barrial- que le dan los
bienes para distribuir. Los lazos forjados en el interior de la red son
sumamente importantes en la política local.
Redes clientelares y el gobierno
provincial
“Somos el gobierno
de un pueblo no de un sector de la sociedad” (L.S.)
El accionar político de Pablo
Verani estuvo dotado de una significativa potencia -haciendo valer por su
‘capital social’, luego también político, incluso frente a la oposición, su
propia voluntad- y de un poder signado por una identificación que encarnó una
realidad específica incrustada en la propia historia, en la geografía y en el
camino mediante el cual la Unión Cívica Radical se instaló en los pliegues y
repliegues de la sociedad rionegrina. A resultas de lo expuesto, el gobernador
Verani ejerció un liderazgo en la vida política de la ciudad de General Roca
durante dieciocho años y manejando los destinos de la provincia desde 1995 en
adelante. La práctica política que involucró a gobernantes y gobernados en
todas las dimensiones de gobierno devela lo que estaba inscripto en las
prácticas históricamente constituida y permite comprender las acciones
políticas que cuenta con su forma equivalente en la microfísica de la vida cotidiana.
En este
marco de análisis, coincidimos que el estudio del clientelismo constituye un
desafio significativo para la política comparada tanto por la complejidad
instrumental y de los procesos políticos en diferentes instancias subnacionales
y en distintas naciones a través de diversos los momentos históricos; requiere
de indicadores empíricos de este fenómeno en espacio y tiempo. Asimismo
asumimos que las prácticas clientelares y políticas basadas en el patronazgo
son moneda corriente en casi todos los países, no solo en desarrollo sino
también en naciones desarrolladas y que puede avanzar al clientelismo político.
El patronazgo cuya práctica reside en la distribución selectiva de bienes
públicos a ‘seguidores’ o ‘clientes’ es un parámetro observable de lo que
teóricamente definimos como clientelismo. La distribución o reparto de favores
en forma de empleo en organismos o instituciones gubernamentales y ministerios
de gobierno es la expresión contemporánea y palpable del patronazgo político.[23]
Vale decir, se refiere al objeto de intercambio de modo más explícito de la
relación de poder e intercambio asimétrico que envuelve una transacción
particular asociada con la distribución de bienes.
Sin lugar a dudas, el
protagonismo del empleado público rionegrino -dentro de la economía regional-
ha crecido en forma desproporcionada en las últimas décadas. Desde 1960 al 2000
la cantidad de trabajadores estatales de la provincia pasó de los
Cuadro de situación del empleo público (2002) en la
provincia de Río Negro
Gastos en personal (miles de $) |
359653 |
Planta ocupada |
29295 |
Gastos medio mensual (en $) |
904 |
Empleados cada mil habitantes |
53 |
Costo medio laboral mensual de
Poder Judicial |
2869 |
Costo medio laboral mensual del
Poder legislativo |
1554 |
Costo medio laboral mensual de
Educación |
902 |
Costo medio laboral mensual de
la Policial |
1147 |
Fuente:
IERAL Comahue, Castro-Tappatá. Sobre la base de datos de la Secretaría de
Política Económica MEOySP, Río Negro,
2003.
Desde mediados de la década del
’70 hasta principios del ‘90 la política económica provincial se sostuvo con un
nivel de empleo a través de los típicos instrumentos de estímulo a la demanda
-crédito bajo y elevado gasto público-. El creciente déficit provincial de la
gestión de Massaccesi-Verani conllevó a la aplicación de políticas de ajuste, a
una importante reducción salarial y abultado endeudamiento, estallando en una
crisis social de ribetes imprevisibles con los hospitales sin servicios, las
escuelas sin clases, los salarios con más de dos meses de atraso y la
coparticipación comprometida hasta el año 2000. Recordemos, el gesto político
del gobernador Massaccesi cuando en 1991 ingreso a la sucursal del Banco
Provincia de Río Negro –hoy privatizado como Banco Patagonia- y se llevó del
tesoro regional del Banco Central los depósitos de 10 millones dólares para
pagar los sueldos de los empleados públicos. Este hecho ubicó la figura del
gobierno en el escenario nacional, un acontecimiento delictivo que lo posiciona
en el imaginario colectivo como el ‘Robin Hood argentino’ según lo nombró la
prensa nacional. El ex gobernador compitió en las elecciones nacionales (1995)
en representación de radicalismo, obteniendo un 15% de los votos de la ciudadanía
argentina.
El impacto social más evidente de
proceso de deterioro económico está dado por el crecimiento de la desocupación
y el aumento del desempleo de los principales conglomerados urbanos. En el Alto
Valle no sólo no se crearon más fuentes de trabajo sino que desde 1991 se
perdieron mucho de los empleos existentes. El deterioro del sistema educativo y
la precarización del sistema de salud van de la mano del incremento de la
pobreza y del ajuste fiscal. Este proceso se profundiza en los últimos años
cuando se termina de desmontar las redes de cohesión nacional, siendo
reemplazada por una estructura de transferencias financieras a las provincias a
través de la Coparticipación Federal de Impuestos. Así se sostiene un sistema
radical de punteros políticos que garantizan gobernabilidad por medio de
políticas clientelares.
En Río Negro el conflicto
emergente por la crisis fiscal es
amortiguado por el entramado de acuerdos articulados entre el gobierno y el
gremio de los estatales UPCN que se sostienen sobre el eje: recortes graduales
de salarios sin despidos masivos. Sólo Sitrajun -Sindicatos de Judiciales- y la
Unter (docentes) se expresan de tanto en tanto en término de escollos para los
radicales en el poder y el ciclo escolar en 2002 que alcanzó tan solo unos 80
días de clases.
El lenguaje aplicado, donde surge el ‘patronazgo’
subraya el afecto, real o fingido entre las partes: ‘amigo’, ‘paisanos’. Es el
apelativo preferido por los componentes de las clientelas políticas para
dirigirse unos a otros donde quiera que existan; este último, que se fue
generalizando conforme avanzaba el tiempo y se transformaban algunas de las
maneras de hacer política. Tampoco el patronazgo
debe confundirse con la primacía de los nexos de parentesco, aunque a menudo
las prácticas clientelistas se hayan mezclado con el nepotismo. El clientelismo
político demarca el contexto y crea las condiciones bajo las cuales patronazgo es empleado para asegurar lealtad y, a
menudo, catalizar la movilización política.
Algunos politólogos encuentran una relación entre el
carácter no ideológico de la competición partidista y la proliferación de redes
de patronazgo, no este el caso que nos ocupa. A pesar del carácter
instrumental, es probable que los vínculos clientelares cuenten con algún elemento
afectivo o emocional, lo cual llevó a veces a confusión de la relación cuando
se accede a los cargos públicos sin el concurso correspondiente, o cumpliendo
las formas legales con los resultados puestos.
Por otra parte, la oposición y
las pugnas de poder se suceden en el propio frente interno: los blancos, los
rojos, “veranistas” y “mendioristas”.[25] Las colisiones entre los líderes
en las internas no produjo una alternancia en el gobierno que marquen algunas
diferencias en el ejercicio del poder y además permitirían la renovación de una
parte de los cuadros técno-burocráticos y el aporte de nuevas ideas. La
estructura política rionegrina está plagada de políticos de rostros jóvenes
pero esmerilados por su dilatado paso por el poder. En los últimos meses del
2000, en
En este nuevo contexto político,
el gobernador Verani diseñó una reforma municipal que establecía una reducción
a la mitad de las autoridades locales. La mayor baja correspondía a la
desaparición de los tribunales de cuentas y su reemplazo por controles
unipersonales. Además, se propuso la creación de consejos municipales, con el
intendente como titular del cuerpo. La iniciativa del gobierno consignaba una
baja del 45% de los cargos públicos que llegaban en
La protesta social rionegrina
desencadenada entre setiembre/octubre de 1995 no impidió que Verani conservara
la gobernación por otro periodo de gobierno. En el marco de la crisis se
concentraron los sectores medio urbanos en las calles tras ver menguados sus
ingresos y ser avasalladas sus derechos de trabajadores pero lo que es más
profundo aún, el deterioro del sistema de salud, la educación y la justicia que
sacaron a la calle al conjunto de la sociedad. No obstante, una oposición
fragmentada condujo al triunfo del radicalismo y el justicialismo no alcanzó
con sus votos para una alternancia en sistema político. En este contexto, la
diferencia de 5000 votos aportados por electorado de General Roca fueron
suficientes para la preponderancia del radicalismo en la provincia.
En el ámbito nacional el caso más
acentuado de patronazgo se han producido durante la administración de Arturo
Illia (1963-1966), representante de la UCR, partido conocido por su discurso
condenatorio de prácticas de patronazgo abusivas. A pesar de la reputación de
Illia en cuanto a la calidad de su gestión de gobierno, su débil base de apoyo,
ya que ganó las elecciones presidenciales con sólo un 26% del voto, no le dejó
otra alternativa que recurrir al empleo ministerial como un medio para reclutar
aliados políticos, observación encuentra apoyo conceptual en el trabajo de
Geddes.[26]
El poder acumulado por el “líder
roquense” en el territorio rionegrino está basado, en parte, en su política
personal, ‘verticalista’, frontal que emplea modos/marcas populistas de
operación, con capacidad para generar fuertes lealtades y de sugestión
(Foucault), como una suerte de fascinación política. Asimismo está dotado de
una personalidad carismática[27] aunque
sin llegar a que la ideología del partido dependa del líder. Verani estuvo
menos constreñido a repartir beneficios materiales tangibles en el espacio
político local -General Roca- donde probablemente el apoyo era más difuso que
el que prevalecía en las redes clientelares provinciales durante dos décadas,
por ello, seguramente, no se evidencia la conformación de la UCR provincial en
un partido personalista, pero sí de alcance territorial, al menos en el
lenguaje político más allá de su gestión y en la prensa. Con Verani se
consolida un radicalismo territorializado en una provincia donde el peronismo
no puede ser la alternativa. Los resultados electores de 1999 podrían
conducirnos a reflexionar y repensar el lugar de la figura de Verani en la vida
política local, ganó las elecciones internas y luego las generales[28], ese
año mostró al Estado provincial en su punto máximo como generador de empleo
teniendo cerca de 34.000 trabajadores, aunque según datos oficiales al año
siguiente la planta se redujo en un 10 %.[29]
El epilogo…
El radicalismo -partido
gobernante desde 1983- logra mantener a través de distintas estrategias,
alianzas y prácticas 'clientelares' el control del gobierno y en algunas
instancias, la mayoría parlamentaria. No existe en estos veinte años de vida
democrática la alternancia, dado que el peronismo no logra serlo, ni aún en las
elecciones del 2007. El deterioro de los sistemas de salud y educativo, la
des-industrialización creciente, los bolsones de pobreza, la desarticulación
provincial no impiden que el partido radical se constituya en un partido
dominante, desde su re conformación tras los ‘años de plomo’,
Por un lado, las prácticas
políticas del partido y de su líder Pablo Verani manifiestan la presencia de
varios sistemas de movilización de las lealtades políticas, conserva a caciques
barriales o jefes políticos que ocupan empleos públicos. El apoyo político se
constituye con la distribución de recompensas concretas a individuos con
puestos burocráticos y privilegios personales desde la Director de Servicios
Públicos hasta en las porterías de escuelas.[30]
La UCR rionegrina conforma la
estructura política más poderosa de la historia constitucional de la provincia.
Un partido que cuenta con un respaldo masivo forjado por la simbiosis de
prácticas clientelares y sinceras lealtades. Asimismo, es proveído de un
conjunto de sentidos y de prácticas políticas que proyectan hacia adentro y
hacia fuera al radicalismo provincial como el “realizador” que tienen
los habitantes de Río Negro en política. Un radicalismo que se alimenta, nutre
y retro-alimenta de todos de la sociedad mediante un corte vertical sobre la
misma. Entre sus filas se encuentran el inmigrante chileno y el nieto de
familia “patricia” -atributo de honorabilidad de las familias fundantes de la sociedad
local-.
Que el radicalismo continuó con
el poder político por veintiocho años, quizás, pueda explicarse por los
mecanismos de dominación y los dispositivos legitimadores que se ponen en
acción, desde hace más de dos décadas, con los beneficiarios de los planes de
vivienda, los programas asistenciales, los empleados públicos provinciales y
por otro lado, los beneficiarios de la política crediticia y ‘prebenderia’. No
obstante, un número significativo de ciudadanos de esta sociedad heterogénea
-con escurridizos elementos materiales y simbólicos de ‘unicidad identitaria’- es interpelado por un partido que en las
últimas administraciones disfrazó, enmascaró de cambio lo que no quería que
cambie.
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Entrevistas orales
Luis
Salbucci, entrevistadora Graciela Iuorno, General Roca, Río Negro, febrero y
setiembre de 2003.
Pablo
Verani, entrevistadora Graciela Iuorno, General Roca, Río Negro, febrero de
2010 y marzo 2012.
Magdalena
Aedo, entrevistadora Graciela Iuorno, General Roca, Río Negro, mayo de 2000.
Recepción: 22/09/2017
Evaluado: 22/11/2017
Versión Final: 30/11/2017
(*) Profesora en Historia, Licenciada en Historia y Magíster en Educación Superior por la Universidad Nacional del Comahue (UNCo). Docente el Area Universal en la Facultad de Humanidades, UNCo. Investigadora en Centro de Estudios Histórico, de Estado, Política y Cultura / Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales (CEHEPyC/CLACSO). Email: gracielaiuorno@gmail.com
[1] DE CERTEAU, Michel; La escritura de la historia, Universidad Iberoamericana, México, 1993.
[2] Cfr. TULLY, Charles; Grandes estructuras, procesos amplios, comparaciones enormes, Alianza Editorial, Madrid, 1991y TILLY, Charles La desigualdad persistente, Manantial, Buenos Aires 1998.
[3] IUORNO, Graciela “Proceso de provincialización en la Norpatagonia. Una historia comparada de interés y conflictos” en: IUORNO, Graciela y CRESPO, Edda (coords.) Nuevos espacios Nuevos problemas. Los Territorios Nacionales, CEHePyC, UNCo, UNPJB, Neuquén, 2008.
[4] Osvaldo Álvarez Guerrero (1983-1987); Horacio Massaccesi (1987-1995); Pablo Verani (1995- 1999-2003), Miguel Saiz (2003-2011) Alberto Weretilneck (2011- )
[5] El partido fue fundado por el Gral. Roberto V Requeijo gobernador de la dictadura que administró la provincia entre 1969 y 1972. Durante su gestión centró su atención en los intereses de los sectores dominantes de la capital provincial y de la zona de influencia denominada la Comarca. Esto lo llevó a armar sus cuadros tecno-burocráticos con profesionales viedmenses y a obtener una mayor representatividad entre población de la zona atlántica.
[6] El BRNN fue el primer banco regional patagónico y llegó a tener hacia fines de los años sesenta más de 17 sucursales en las ciudades más importantes de Río Negro, y en Neuquén, Bahía Blanca y Buenos Aires. En 1974 se creó el Departamento de Promoción para el comercio exterior, abriendo así el financiamiento para las operaciones de exportación del sector frutícola. Pero los problemas económicos y financieros de 1975 determinaron que la morosidad de los créditos se disparan de forma importante afectando los cimientos del Banco que en 1978 razón por la cual el Banco Central dispuso el cierre y la liquidación de la entidad. En: 100 años. Río Negro. Diario de todos los tiempos, General Roca, 2012.
[7] VAPÑARSKY, César; Pueblos del norte de la Patagonia, 1779-1957, Editorial de la Patagonia, General Roca, 1983.
[8] Ver: MANZANAL, Mabel; “Lo aparente y lo real en la estrategia de desarrollo económico en la Provincia de Río Negro: 1958-1964”; en: Revista Interamericana de Planificación, N° XIV: 53, marzo 1980. Cfr. ROFMAN, Alejandro y ROMERO; Luis Alberto; Sistemas socioeconómicos y estructura regional en la Argentina, Amorrortu, Buenos Aires, 1974.
[9] IUORNO, Graciela “Proceso de provincialización…., op. cit., p. 401.
[10] Legislatura Rionegrina. Diario de Sesiones. Discurso inaugural del Gobernador Dr. Osvaldo Álvarez Guerrero, 01 de mayo de 1987.
[11] La tasa promedio de los períodos precedentes era del 2.6%.
[12] Secretaría de Programación económica Regional Provincia de Río Negro. Informe socioeconómico social. Dirección Nacional de Programación Económica Regional, Febrero de 1995.
[13] Las empresas son; Galme (pesquera), Cribsa (metal- mecánica), Toddy (alimenticia), Expofrut, De benedictus, Productores Argentinos Integrados (PAI) – frutícolas- Lahusen (Textil), Coerce, Sapse (aeroportuaria).
[14] Ver FAVARO, Orietta, IUORNO, Graciela y CAO, Horacio “Política y protesta social en las provincias argentinas” en CAETANO; Gerardo (comp.) Sujetos sociales y nuevas formas en la Historia Reciente de América Latina, CLACSO, Buenos Aires, 2006, pp. 110-111.
[15] Según Censos Nacionales de 1947: 134.000 habitantes, para 1960: 193.000 habitantes, en 1980: 383.000 habitantes, en 1991, 507.000 y de acuerdo al censo de 2001 eran 618.000 habitantes y en el último censo realizado en 2011. Fuente: Indec en AHRN.
[16] WOOD, Guillermo; Río Negro hacia el 2000. Situación económica, social y financiera de la Provincia de Río Negro, Diagnóstico y propuesta superadora, Publicación Río Negro, General Roca, 1998.
[17] CRIBSA metalúrgica que entró en crisis con la política de apertura de Martínez de Hoz, reabrió nuevamente en 1986 y pese a la promesa política de gobierno de no otorgar créditos, en 1987 el Banco Río Negro comenzó a liberarle créditos a ésta y a otras como la empresa Pesquera Galme que quebró en 1994. El denominador común de las empresas era que estaban manejadas por quienes utilizaban bancos y entidades financieras para obtener créditos para exportar y quebraron en la década del noventa.
[18] Se incorporó con otros vecinos en 1970, durante la intendencia de Pablo Fermín Oreja al Consejo Asesor de Vecinos de la ciudad colaborando con carácter honorario y en forma activa para la resolución de los problemas que afectaban a la ciudad de General, En: OREJA, Pablo Fermín, Luces y sombras del XX .Relatos y reflexiones desde General Roca (1899-1999); Ediciones Pastor; General Roca, 2000.
[19] Testimonio oral de Luis Salvucci, entrevista realizada por Graciela Iuorno en General Roca en febrero 2003.
[20] Testimonio Oral de Magdalena Aedo, entrevista realizada por Graciela Iuorno en General Roca el 20 de mayo de 2000.
[21] LEVITSKY, Steven. La transformación del justicialismo. Del partido sindical al partido clientelista, 1983-1999. Buenos Aires: Siglo XXI. 2005.
[22] Testimonio Oral de Magdalena Aedo, op. cit..
[23] GORDIN, Jorge P., “La sustentabilidad política del clientelismo: teoría y observaciones empíricas en América latina. Serie Documentos CIDOB, N°13, Barcelona, 2006.
[24] En 1974 existían por todo concepto 7.783 empleados provinciales, mientras que diez años después el gobierno rionegrino tenía bajo su órbita cerca de 22.000 trabajadores.
[25] Entre ellos se encuentran los líderes políticos continuadores de las prácticas de comité de aquellos que antaño se reunían en “El Molino” que desde la década del ‘40 se convirtió poco a poco en una institución familiar, mitad carpa política, mitad posta para el copetín y el express. Un ex intendente expresó con relación a esta forma de hacer política “La comunidad polémica y dialéctica que desde los confines territoriales peleó por su municipio y sus ideas, el debate político se instaló bien pronto en las mesas de la popular confitería. Los adultos y los jóvenes integraban aquel foro apasionado receptor de noticias y cometarios, donde florecieron liderazgos y candidaturas, prestigios oratorios y carismas incipientes”. En: OREJA, Pablo Fermín; Todo pasó y se fue... Imágenes y vivencias del antiguo, Ediciones Pastor, General Roca, 1993, p.169.
[26] GEDDES, Barbara. Politician's Dilemma: Building state capacity in Latin America. Berkeley: University of California Press; 1994, pp. 160 a163.
[27] Cfr. WEBER, Max, Ciencia y política, CEAL, Buenos Aires, 1991.
[28] El resultado de las elecciones para Gobernador-Vice arrojó los siguientes guarismos: UCR 42,68%, PJ. 30, 92%, otras fuerzas 26,39 %.
[29] LOJO, Javier, “El Estado rionegrino tiene sobredimensionada su planta de empleados”, en: Diario Río Negro Producción y Economía, 11 de junio de 2000, General Roca, Río Negro. pp.2-3.
[30] FAVARO, Orietta y IUORNO, Graciela “Poder político y estrategias de reproducción en los territorios de Neuquén y Río Negro, en FAVARO, Orietta (coord.) Sujetos sociales y política. Historia reciente de la Norpatagonia Argentina, la Colmena, Buenos Aires, 2005.