REVISTA DE LIBROS
CALDO, Paula; Un cachito de cocinera; Casagrande
Editorial, Rosario, 2017, 233 pp.
El
libro pretende conformar un ejercicio comparativo entre tres libros con recetas
de cocina que circularon en la Argentina entre 1880 y 1920: La perfecta cocinera argentina de
Teófila Benavento (1888), Cocina
ecléctica de Juana Manuel Gorriti (1890) y La cocinera criolla y recetario curativo doméstico de Marta (1914).
Su fin es dar una percepción del lugar de la mujer en el imaginario social de
la época y los modos de pensar la cocina en la formación de la identidad
cultural argentina. Además la autora realiza un rastrillaje analítico sobre
esas recetas con el objetivo de vislumbrar los caminos que llevaron al
ejercicio de la escritura, de dónde obtuvieron las recetas transmitidas, qué
objetivos perseguían tales publicaciones, cuál era el contenido de las recetas
y qué lugar ocuparon las cocineras de oficio en la gimnasia de poner por
escrito las fórmulas culinarias. En síntesis, hacer conocer historias de
mujeres que sabían más que cocinar, escribir.
El
libro está dividido varias partes, primero enumera las fuentes utilizadas y las
referencias, seguido a una introducción, para luego dar comienzo en el
desarrollo a las biografías de las autoras de los recetarios; cómo cada una
escribió su libro; el análisis discursivo de las obras, el rol de la mujer en
esos tiempos y a quiénes estaban dirigidas esas recetas y por último concluye
con una síntesis de su investigación.
En
la introducción se detalla el objetivo, que es dar cuenta sobre la relación
entre las mujeres, las recetas de cocina, las prácticas de escritura y los
estereotipos de género a finales del siglo XIX y principios del XX, a través de
una lectura de análisis sobre los recetarios de cocina escrito por mujeres y un
ejercicio comparativo de las obras seleccionadas. Mujeres que fueron buscando
un espacio de visibilidad para asumir sin cuestionamientos públicos, el rol de
autoras. En este contexto los recetarios de cocina se transformaron en uno de
los atajos por las cuales el género femenino ingresó sin cuestionamientos al
mundo editorial.
Como
dijimos, los primeros capítulos describen las biografías de las autoras de las
recetas y la decisión que las llevó a publicar dichos libros. Las tres
escritoras nacidas en la Argentina en el siglo XIX, pertenecientes a sectores
dominantes del país, compilaron saberes culinarios que eran producto de un
trabajo colectivo, por el cual no fue tamizado por reglas de estilo homogéneas,
no existiendo entre ellas un estilo discursivo en común y esto se evidencia
según Paula Caldo en las unidades de pesos y medidas, en la aplicación
indiscriminada y anárquica del vocabulario, en la ambigüedad en el modo de
presentar utensilios, en la heterogeneidad en la reglamentación de los tiempos
culinarios, y en los alimentos utilizados. Según la investigación, estas damas
marcaron el carril de las tradiciones y comenzaron apropiarse de un saber que
les correspondía en la práctica, pero en la escritura aún no. Ellas fueron las
pioneras en sentar una gramática culinaria femenina, sus recetas interpelaron a
un universal genérico y sobre todo dar indicios del lugar de la mujer en la
sociedad, si bien, quizás muchas de las cocineras no leían, eran las señoras
burguesas alfabetizadas las que recitaban en voz alta la lectura, preocupadas
por los quehaceres domésticos y el cuidado del hogar.
En
este sentido, Paula Caldo resalta que estos libros fueron escritos por mujeres
y dirigidos a sus congéneres, escritoras que se apropiaron de su saber desde la
mesa, más no así desde la práctica concreta. Así sus libros fueron
compilaciones que, pese a tener un procesamiento estético y literario no
dejaron de estar ligados a la oralidad y a la práctica.
Para
concluir, Un cachito de cocinera es una lectura que permite visualizar cómo las
mujeres de fines del siglo XIX en Argentina ingresaron al orden de los libros,
un ámbito o un espacio que era exclusivo al género masculino.
Franco
Cecilia
Instituto
Superior del Profesorado N° 3
(cecef22@hotmail.com)