Decididos de Córdoba.
La aparición pública del PRT-ERP
en Córdoba (1970 – 1973). Una aproximación a partir de la prensa
gráfica
Leandro Inchauspe(*)
Introducción
Los trabajos que han analizado el sistema político argentino desde 1930
han señalado una serie de rasgos que lo caracterizarían. Esto es, inestabilidad
y crisis de carácter permanente, alternancia de gobiernos de facto y
gobiernos civiles débiles; incremento de la intensidad de los conflictos
sociales ligado a enfrentamientos entre proyectos de sociedad opuestos,
expresados en niveles crecientes de conflictividad y violencia de diverso tipo.
En particular respecto a la violencia política, Luis Alberto Romero ha
realizado una prolija revisión de la producción académica, militante y de
investigación periodística, señalando para el período iniciado a finales de la
década de 1960 como “la violencia se instala como una de las
alternativas políticas y se constituye en un recurso normal y socialmente
aceptado”[1]. El autor pone de relieve la abundancia de acercamientos
a los años de agitación social y extensión de la violencia política. Aún así,
creemos que el fenómeno de la violencia revolucionaria constituye una de las
características de la etapa más difíciles de asir. Al respecto, en un
interesante artículo en el cual se analizan los puentes rotos que
dificultan hoy nuestro acercamiento a los ’70 se sostiene que “uno de los casos más
dramáticos de modificación de las cargas semánticas, y del todo pertinente al
problema de los puentes rotos, es la que ocurrió en torno de la violencia”.[2]
Asimismo son aún escasos los abordajes regionales sobre la temática,
pese a que han comenzado a difundirse algunos análisis locales sobre
experiencias diversas. Para los editores de la revista Lucha Armada en
En ese sentido este trabajo se propone analizar de qué manera el Partido Revolucionario de los Trabajadores – Ejército Revolucionario del Pueblo (PRT – ERP) surgió en el
escenario cordobés bajo una dictadura militar (1970 – 1973). Para ello
centramos la mirada en la particular combinación entre acciones militares y
políticas denominada propaganda armada[4].
Sostenemos que ese accionar potenció la repercusión de la organización, hecho este íntimamente ligado a la
militarización del sistema político[5].
De allí que a finales de 1972 su acción llegó a alarmar a los medios y a las
fuerzas represivas, lo que se tradujo en retaceos en el tratamiento informativo. Sin embargo
hacia finales de la dictadura, cuando el proceso electoral y el triunfo de un
gobierno peronista con fuerte presencia de sus sectores radicalizados
concentraban el interés mediático, la espectacularidad de ciertas acciones perretianas y su presencia en las movilizaciones que
enmarcaron la asunción del nuevo gobierno hicieron ineludible para los medios
gráficos locales las referencias a la organización.
Intentaremos demostrarlo dando cuenta de la trayectoria de la
organización guerrillera en los medios cordobeses
También pondremos de manifiesto algunas de las particularidades de la
regional Córdoba que entendemos la destacan a nivel nacional.
Cabe aclarar que, dado el estado inicial del desarrollo de nuestra
investigación no nos encontramos aún en posibilidades de dar cuenta en
profundidad tanto de la línea política de la organización como de sus
mecanismos y niveles de inserción en la sociedad cordobesa de la época. El
presente trabajo constituye entonces una primera aproximación a la problemática
en cuestión.
“Dentro del quehacer
subversivo”.
La instalación del ERP en los
medios gráficos
En un trabajo previo[8]
destacábamos la rapidez con que la organización se instaló en el escenario
mediático de Córdoba, con operaciones que movilizaron recursos humanos y
materiales limitados. Señalábamos la elevada eficiencia en términos de
repercusión en la prensa, teniendo en cuenta la amplia difusión obtenida en
breve tiempo. Por caso, hechos como el copamiento de la estación ferroviaria y
el destacamento policial de la localidad de Juárez Celman
impactaron fuertemente en las crónicas por el carácter simbólico con que se
realizaba: “(…) el Ejército Revolucionario del Pueblo se
acreditó la autoría en el atentado en la estación y el destacamento de Juárez Celman (…) ‘se izó en el mástil de la comisaría la bandera del
E.R.P., enseña similar a la bandera de Los Andes que el General San Martín
desplegara a lo largo de América en la gesta de la primera independencia, donde
hemos reemplazado el sol por nuestra estrella roja con la sigla E.R.P. en el
centro. Se distribuyeron volantes a la población y se pintaron las paredes de
la comisaría y la estación con consignas de nuestra lucha. Nuestros
combatientes actuaron usando el distintivo de nuestra fuerza militar: la boina
negra del Che con la estrella roja en la frente.”[9]
A poco del inicio de las operaciones guerrilleras, la prensa ya daba
cuenta tanto de la seguidilla de acciones como de las dificultades de la
represión estatal para enfrentarla: “(…) la policía (…) no da
en la tecla para poner coto a las actividades de los comandos, mostrándose
impotente para frenar esta ola de hechos que inquietan a la opinión pública (…)
De nuevo (…) una ‘confiscación’ (…) del ‘Ejército Revolucionario del
Pueblo’,
grupo que está cumpliendo gran actividad en nuestro medio”[12]
En ocasiones la sola espectacularidad de una acción garantizaba la
repercusión mediática. Así sucedió cuando el ERP interceptó un camión blindado
del Banco de Córdoba apoderándose de una importante suma, en el que fue
calificado como el asalto “de mayor importancia ocurrido hasta el
momento en todo el país”[13], noticia que se mantuvo en primeras planas por
varios días[14].
También lograba
repercusión participando de movilizaciones masivas como la del 12 de Marzo de
1971, al producirse violentos enfrentamientos entre manifestantes y fuerzas
policiales en Ferreyra –barrio del complejo fabril de
Fiat donde actuaron los sindicatos clasitas SITRAC y SITRAM –. La prensa señaló
que junto a los trabajadores: “(…) se
entremezclaron (…) miembros del autodenominado ‘Ejército Revolucionario del
Pueblo’ provistos estos últimos de armas largas, cortas y de repetición [y]
cócteles Molotov”.[15]
En esos hechos cayó asesinado un joven manifestante,
Adolfo Cepeda, identificado con la organización al punto que en su entierro “el féretro (…) estaba totalmente cubierto
por una bandera del titulado ‘Ejército Revolucionario del Pueblo’”.[16]
Las movilizaciones continuaban y el día 15 se realizó un paro activo convocado
por
Los análisis partidarios asignaron también gran
importancia a la segunda gran insurrección urbana mediterránea; en las
reuniones del Comité Ejecutivo de la
organización se destacaba que “El estallido popular de Córdoba (…) tuvo como
características especiales la inocultable simpatía demostrada por las masas
hacia los movimientos armados (…) las masas tomaron como suyo [Sic] sus
banderas”[19].
Para la dirigencia perretiana ello abría la
posibilidad de “un vuelco masivo del proletariado a la guerra revolucionaria”.
Más de un año después del hecho, Estrella Roja se refería a él como “esa
magnífica movilización de las masas cordobesas, que se caracterizó por la
presencia viva en su curso de
El ‘caliente’ mes de marzo cerró con otra acción de
propaganda armada de gran repercusión: el copamiento del Canal 10 de televisión
y la difusión al aire de una proclama[21].
“La organización guerrillera
más activa e importante de la
Argentina”. Represión y respuestas perretianas
Sin embargo la cobertura mediática que la organización
lograba a través de la prensa gráfica no eran solo resultado de acciones
exitosas, en otras ocasiones la motivaban los resultados de la represión
policial. Será este el caso de un enfrentamiento con la policía que culminaba
con tres integrantes del ERP muertos – las primeras bajas de la organización a
nivel nacional - y varios agentes del orden heridos[22].
El comunicado posterior se preocupaba por remarcar tanto la heroicidad de los
combatientes caídos como la inexorabilidad de la respuesta guerrillera, que la
lógica de la propaganda armada exigía como imagen a mantener: “(…) tres combatientes revolucionarios (…)
han caído en acción tras ofrecer heroica resistencia (…) abatidos después de
haber quedado sin municiones y al cesar de combatir, por esa causa fueron
asesinados [Se advierte] el Pueblo recuerda a sus combatientes (…) el E.R.P. ha
de saber vengar a sus muertos”
Otro tanto sucedía cuando la represión policial comenzaba a ser
efectiva en cuanto a detenciones de guerrilleros[23].
Por entonces la prensa ensayó una curiosa interpretación al explicar
simultáneamente supuestas dificultades del ERP por las ‘caídas’ y el incremento de sus
acciones: “(…) la organización (…) en su aspecto local,
habría perdido fuerza. Debido a ello (…) estarían empeñados en reclutar nuevos
elementos y (…) se habían incrementado los pequeños golpes de mano (…)
entrenamiento para seleccionar los elementos humanos.”[24]
Este argumento que relacionaba el incremento de operaciones menores con
el ‘entrenamiento’
de nuevos militantes sería luego recurrente en ocasiones similares.
Mientras la prensa insistía en esta línea el ERP realizó otra acción de
gran impacto: la fuga de cinco guerrilleras detenidas en la cárcel femenina del
Buen Pastor. La noticia se mantuvo
presente en forma consecutiva durante los siguientes seis días, siendo uno de
los hechos de mayor trascendencia mediática protagonizados por la guerrilla en
esta primera etapa. Además otorgaba un gran prestigio a la organización: “(…)
se tenían referencias (…) que integrantes del E.R.P. estaban preparando un
golpe grande, que tuviera mucha repercusión sicológica (…) con precisión
cronométrica.”[25] Las crónicas no ahorraban elogios a la
capacidad operativa y la “(…) precisión y exactitud con que fuera
consumado el golpe (…) operativo comando audaz y exitosamente concretado.”[26] Fortaleciendo esta visión, a pocos días se
producía la evasión de un militante detenido nada menos que en el Departamento
Central de la policía provincial.[27]
Pocos días después se producía otro éxito de la propaganda armada perretiana: la primera conferencia de prensa clandestina en
la cual, por primera vez también, se asociaría al ERP con su dirección
partidaria.[28]
Significativo logro propagandístico, permitió difundir las posiciones del
PRT-ERP en relación con importantes tópicos políticos del momento, como la
caracterización del proceso electoral y la posición de la organización. Además
se incluyó la fuerte crítica del partido hacia el peronismo: “se
instaló en el poder para defender los intereses de la burguesía (…) el general
Perón continúa cumpliendo ese papel (…) su figura constituye el último escape
de la burguesía argentina y en tal sentido es contrarrevolucionaria”. No dejaron de tocarse las conexiones
internacionales del ERP – “con los Tupamaros
en Uruguay (…) el MIR en Chile (…) el ALN en Brasil, Frente Sandinista de
Nicaragua, con revolucionarios paraguayos (…) Naturalmente también con Cuba
(…)”- ni el conflicto entre
SITRAC y SITRAM y la empresa Fiat. La conferencia
finalizó con lo que era a la vez un pronóstico y una propuesta del partido a
los trabajadores “(…) solo con la lucha se consiguen las
reivindicaciones más justas.”
El siguiente hecho que volvió a poner al ERP en el centro de la escena
mediática construida por la prensa gráfica fue un resonante triunfo policial:
el encarcelamiento de parte de su dirección nacional. Una vez identificados los
detenidos, la prensa revelaba la importancia del golpe asestado a la
organización; entre ellos se encontraba “Rodolfo [Sic] Santucho, el
cabecilla de la organización guerrillera en el orden nacional (…) uno de los
fundadores del Partido Revolucionario de los Trabajadores, aparato político de
la guerrilla.”[29]
A partir de estas detenciones comenzaría un contrapunto de la
organización con los medios, en el cual el ERP aparecía como empeñado en
mostrarse operativo, pese a los golpes represivos. En ese último cuatrimestre
de 1971 la guerrilla realizó once operaciones entre copamientos de plantas
fabriles y consulados, ‘desarmes’ de agentes policiales con ‘incautaciones’ de sus
armas, diversos robos y ataques a ejecutivos de Fiat para mantener presencia.
Debió reconocerlo el diario Los Principios al asumir que “a
pesar de las numerosas detenciones de elementos guerrilleros realizados por la
policía (…) los comandos guerrilleros continuaron con sus operaciones (…)”[30].
Comenzado el año 1972 la escalada de acciones del ERP continuaba y los
diarios registraron sus efectos.
Los
Principios por su parte recordaba: “hasta hace pocos días,
cuando los organismos de seguridad habían desbaratado a varias células
extremistas (…) todo hacía indicar (…) que se había eliminado a los ‘comandos
extremistas’”[32]. Sin embargo, “de unos días a esta
parte, la prensa debe ocuparse diariamente de uno o dos casos (…) en los que
tienen que ver los presuntos eliminados”. Ante esta contradicción, el diario se preguntaba “¿Qué
pasó entonces? ¿Es que existe una apreciación errónea en cuanto a las fuerzas
que actúan en los planes subversivos? o en su defecto, ¿se ha subestimado su
capacidad de acción?”.
Poco después el ERP intentaba uno de sus mayores actos de propaganda
armada: el copamiento del Correo Central, simbólico edificio de gran dimensión
ubicado en el mismo corazón del centro de la capital provincial. El hecho,
aunque fracasado, impactaba fuertemente en ambos diarios, Los Principios se
refería a que: “(…) solo 24 horas de descanso se dieron los
integrantes del denominado Ejército Revolucionario del Pueblo para volver a
realizar otra acción ‘comando’ (…) un fallido intento de copar nada menos que las
dependencias del Correo Central en uno de los neurálgicos puntos de la ciudad.”[33]
La respuesta represiva fue inmediata aunque, en los primeros momentos
al menos, infructuosa: “(…) fuerzas policiales especializadas realizaron
un operativo de búsqueda (…) apoyados por dos helicópteros pertenecientes a
Sin embargo pronto otra acción guerrillera ganó espacio en los medios
gráficos, el secuestro del ejecutivo de la empresa Fiat Oberdán
Sallustro que, aunque no se realizaba en tierras
cordobesas, igualmente repercutía debido a la amplia difusión nacional del
hecho[39].
Se realizaban más detenciones, por cuanto “Córdoba se convirtió en el
principal foco de atención [porque] se considera la posibilidad de que los
captores hubieran trasladado al Dr. Sallustro – presumiblemente en
avión –
hacia Córdoba”[40]
En ese marco se editorializaba sobre la existencia de una “Izquierda Inflexible”[41]
en donde se ubicaba a la organización sosteniendo que “el
ERP se ha transformado en la organización guerrillera más activa e importante
de
El trágico desenlace del secuestro de Sallustro,
que además fue coincidente con el ‘ajusticiamiento’ del general Sánchez, comandante del II Cuerpo de
Ejército con sede en Rosario, derivó en nuevas detenciones, allanamientos y
secuestros de armas y panfletos de la organización[42].
Sin embargo a pesar de la presión represiva el ERP se mantuvo operando – nuevamente los medios registraban que “La
acción de los grupos guerrilleros habíase llamado a sosiego en los últimos días (…) la aparente
tranquilidad fue quebrada ayer”[43]- y en mayo se iniciaba una nueva escalada.
En efecto, en los meses que corren entre mayo y agosto de 1972 el ERP
realizaba quince operaciones de propaganda armada con las cuales mantenía su
presencia mediática[44].
En esos momentos un hecho interrumpía una dinámica que ya podía calificarse
como habitual: un numeroso grupo de guerrilleros prisioneros copaban el penal de
Rawson. La repercusión en la prensa fue muy importante, el tema ganó las
primeras planas y se reflejaba en las acciones guerrilleras en nuestra ciudad.
Conocida la noticia una gran cantidad de “bombas molotov y de estruendo”[45] explotaban en residencias de miembros de las
FF.AA. y en centros de retirados, entre otros lugares ligados a las fuerzas de
seguridad. La tensión llegó a su pico máximo cuando se anunció con grandes
titulares que “Diecinueve guerrilleros fueron protagonistas de un
sangriento intento de evasión en Trelew”[46].
La respuesta cuando se conoció la trágica noticia fue inmediata; se
informaba de tomas del Hospital de Clínicas, el Comedor Universitario y
Días después se realizó otra acción de propaganda armada indudablemente
perretista que parecía inaugurar una forma distinta
de cobertura mediática: “(…) cinco individuos encapuchados, portando
metralletas y pistolas 11.25 ingresaron [a]
Es notable como a partir de este hecho Los Principios
silenció casi por completo las referencias al ERP. Eufemismos como “organización, grupo o agrupación
extremista” comenzaban a emplearse sin distinguir ya entre diferentes
organizaciones armadas. En la misma sintonía, se informaba que las fuerzas
policiales adoptaban también medidas contrarias a los objetivos de la
propaganda armada: “
Entendemos que las fuerzas de la policía cordobesa ya habían
comprendido la necesidad de no facilitar con su información el efecto mediático
de las acciones de propaganda armada perretista. A
pesar de ello el accionar guerrillero que podemos atribuir con bastante certeza
a elementos del PRT-ERP lo mantenía en las crónicas periodísticas locales aún
de esta manera solapada durante finales de 1972 y comienzos de 1973.[52] Pronto una acción de particular importancia militar
pondrá en cuestión este silenciamiento que ambos diarios implementaban.
“Un espectacular golpe de
mano”.
El copamiento
del Batallón de Comunicaciones 141
Por varias razones creemos que el copamiento del Batallón de
Comunicaciones 141 del Ejército Argentino el 18 de febrero de 1973 fue la
acción más importante realizada por la guerrilla perretista
en el periodo, por su envergadura militar y espectacularidad. Los diarios
locales le dedicaron varias páginas con extensos comentarios y profusión de
fotografías y testimonios. Además reunió algunas de las características
centrales de las acciones paradigmáticas de la organización; esto es,
repercusión mediática, importante planificación, cronometrada ejecución y nulo
derramamientos de sangre, realización de la acción en un escenario ubicado en
un emblemático sector de la ciudad.
Como hemos señalado, tanto
El diario destacó que los guerrilleros “demostraron conocer perfectamente el terreno (…) y haber
organizado un plan (…) que preveía hasta los menores detalles” y agregó que “A pesar de las características del suceso, no hubo derramamientos de
sangre”. Otros aspectos de la noticia ponían en evidencia la magnitud
del hecho; tanto por la cantidad de militantes participantes - “alrededor de treinta hombres, más los otros
que cumplieron tareas de apoyo en el exterior” - y de miembros del
ejército momentáneamente capturados - “en
el establecimiento se encontraban entre oficiales, suboficiales y tropa
aproximadamente sesenta hombres” – como por la importancia del armamento
capturado - “alrededor de 35 fusiles
automáticos livianos (FAL), 25 pistolas ametralladoras, municiones, cargadores
(…) y otros pertrechos” - y el despliegue operativo que incluyó “acciones de distracción” en distintos
puntos de la ciudad.
Los Principios, por su parte optaba por destacar el efecto perturbador que el hecho
producía en el supuesto clima de tranquilidad imperante: “Cuando a todo nivel se discute acerca de la
institucionalización del país y las elecciones de marzo próximo aparecen como
una esperanza de 26 millones de personas, la guerrilla, en un nuevo intento de
sembrar el desconcierto y la incertidumbre, logró asestar un espectacular golpe
de mano (…)[54].
Más que en los aspectos militares del copamiento del batallón, el
diario católico cargó las tintas sobre la participación de un soldado conscripto
militante del ERP que facilitó el ingreso de los guerrilleros, calificándolo
como “(…) un traidor, un soldado de quien sus padres pensaron que sería un
defensor de la patria. Ahora es solamente un prófugo, un hombre sin patria, sin
amigos ni hogar”. Es de hacer notar que ni aún esta acción llevó a Los Principios a salirse de su posición
de no mencionar a la organización guerrillera.
El PRT-ERP, por su parte dedicó un importante esfuerzo de difusión al
copamiento que mereció un número extra de su publicación Estrella Roja dedicado casi totalmente al hecho, titulado “Armas
para el pueblo” ilustrado con una
fotografía del camión militar secuestrado[55].
El periódico partidario se refería al hecho como la “primera operación de gran
envergadura de una unidad del ERP contra el ejército pro-imperialista y
oligárquico” que además constituía “un salto cualitativo en el accionar militar
de la guerrilla”. En tanto un Comunicado
del ERP explicaba en las páginas siguientes las semejanzas que atribuía a
la lucha del momento con las protagonizadas contra los españoles en el siglo
XIX: “En 1810 el pueblo de Córdoba formó y armó
Las apelaciones a esa tradición se reforzaban en la entrevista al
militante – soldado conscripto Félix
Roque Gimenez, de importante participación en la
operación, que señalaba su convicción respecto a que “El ejército ha olvidado
los principios sanmartinianos” y que por el contrario “Ese espíritu en el que
se forjaron los ejércitos patriotas de San Martín, Belgrano y Güemes está
presente en las filas del ERP”.[57]
Asimismo, en la que puede ser considerada la editorial política, se
sostenía que “La importancia que adquiere el copamiento (…) es precisamente la
de dar sólidas bases a ese objetivo de extender la guerra”[58].
Para la organización esto permitía que “Por encima del parloteo mentiroso de
los politiqueros (…) por sobre las traiciones de los burócratas (…) la bandera
de la guerrilla se levanta como la verdadera opción revolucionaria para las
masas”.
La publicación dedicada al copamiento cerraba con la trascripción de
Las publicaciones internas, es decir no destinadas a una circulación
más amplia que el de la propia militancia partidaria, también destacaban la
acción militar. Así, la reunión del CC
(Comité Central) realizada a pocos días del copamiento comenzaba diciendo que
“El CC se reúne bajo la impresión de la toma del Batallón 141 de Córdoba”[60]
dando cuenta de la trascendencia nacional que se le asignaba también hacia el
interior de la organización. Entendemos que la particularidad de la experiencia
de Córdoba tenía especial fuerza en el imaginario interno del ERP como
posibilidad de fuerte arraigo guerrillero en un proletariado altamente movilizado.
Ya a finales de
Por su parte, volviendo a los hechos del Batallón 141, cabe señalar que
las consecuencias del copamiento se mantuvieron presentes en los medios
cordobeses cuando estos daban cuenta de los infructuosos operativos militares y
policiales para dar con los autores y recuperar el material expropiado[64].
Sin embargo la presencia mediática del PRT-ERP no se reducía
exclusivamente a las acciones militares, en los agitados días del otoño de 1973
la organización mostraba su presencia también en las movilizaciones por la
amnistía a los presos políticos. Sea por mención explícita o por los registros
gráficos puede colegirse la presencia del columnas de militantes de la organización
en las marchas realizadas desde la sede de
Aparte de la movilización la guerrilla recurrió a acciones militares
como garantías de la liberación de los presos logrando nuevamente la atención
de los diarios locales como cuando “el Jefe de Gendarmería, el Comandante
Principal Jacobo Nasif, fue secuestrado” por personas
no identificadas que dejaron al retirarse “siglas y símbolos alusivas al
“Ejército Revolucionario del Pueblo” que pintaron en las paredes de la casa de
la víctima (…)”[66].
Como señaláramos arriba la organización difundió de diversas maneras (entre
ellas con el comunicado leído desde los balcones del local cegetista
en una de las movilizaciones que mencionamos) la condición de rehenes de Nasif y de otros oficiales secuestrados hasta la liberación
de los guerrilleros detenidos.
“Cuba va del brazo/de nuestro Cordobazo”.
El acto del 29 de mayo de 1973
Como resultado del triunfo electoral del Frente Justicialista de Liberación Nacional fueron electos como autoridades
provinciales Ricardo Obregón Cano y Atilio López. De manera similar a otros
distritos, la fórmula contaba con el firme apoyo de los sectores radicalizados
del peronismo. La figura del vicegobernador, dirigente de
Las movilizaciones festivas tuvieron su punto culminante en el acto de
celebración del cuarto aniversario del Cordobazo
organizado por
Este importante rol parecería haber sido especialmente destacado por el
ERP cuando menciona la presencia de “banderas y gallardetes” de “E.R.P.,
F.A.R., Montoneros, F.A.L., F.A.P., C.P.L.”[73]
y la presencia solo de oradores de las tres organizaciones mencionadas por el
diario. A más de ello, el periódico perretista
destacaba la consigna “Cuba va del brazo/de nuestro Cordobazo” con el que se
ovacionaba al presidente cubano y se lo identificaba con las “banderas del
Socialismo y de la guerra llevadas por las masas”
Conclusiones
Aún
alertando sobre la provisionalidad con que deben entenderse estas conclusiones,
por lo inicial de este trabajo, nos interesa remarcar algunas de las
características de las acciones de propaganda armada
llevadas adelante por los militantes del PRT-ERP en Córdoba en el período de
nuestro interés.
Lo
primero que se destaca en la cobertura realizada por los medios es el fuerte
contenido simbólico de estas operaciones, que siempre incluyen al menos alguno
de los siguientes recursos expresivos: despliegue de banderas, pintadas de la
estrella de cinco puntas, frases heroicas y marciales, apelaciones a la figura
del Che Guevara, uso de uniformes. Se
trata de una dramaturgia que permite amplificar los efectos de los hechos
armados realizados por la guerrilla.
Asimismo,
la espectacularidad de algunas de las acciones (robo del siglo, ataques exitosos o aún fallidos a importantes
edificios representativos del poder estatal, cuarteles) es otro elemento que
subrayamos en esta intención de conmover la escena mediática.
La
presencia en movilizaciones masivas es otra de las características destacables
de esta combinación de elementos militares y políticos que caracteriza a la
propaganda armada. En varias ocasiones, la aparición del ERP en medio de
columnas obreras y populares, en particular cuando incluyen ciertos niveles de
violencia callejera, preocupaban particularmente a la prensa.
Además,
podemos señalar algunas particularidades que la organización parece
especialmente preocupada en poner de relieve, esto es la precisión en la
planificación y la audacia en la ejecución de sus acciones, todo lo cual suele
redundar en exitosos resultados con escaso o directamente nulos costos en vidas
propias o del ‘enemigo’. Los medios parecían ser especialmente sensibles a
enfatizar estos aspectos. El copamiento del Batallón 141 es un palmario ejemplo
en tal sentido: entrar a un gran cuartel del ejército, dominar a más de medio
centenar de efectivos y retirarse con gran cantidad de armamentos casi sin
disparar un solo tiro requieren de mucha precisión y audacia. En este punto,
cabe destacar que la propia organización ya venía otorgando a la experiencia
cordobesa una particular valoración, destacando sus aspectos positivos ligados
a la presencia de un proletariado altamente movilizado y en sintonía con la
propuesta de “la guerra y el socialismo”.
Por
último, un elemento al que tanto el ERP como la prensa eran especialmente
sensibles: el mostrar operatividad a pesar de los golpes represivos recibidos.
Mientras más éxitos obtenían la policía o el ejército en detener o ultimar a
miembros del ERP y la prensa se regodeaba en señalar el inicio de la decadencia
de la organización, más empeño en realizar acciones que desmientan tal
perspectiva.
Ahora
bien, tanto las características señaladas como el notable éxito obtenido al
menos en términos de repercusión mediática creemos que deben entenderse en el
marco de la militarización del sistema político argentino. Podemos ejemplificar nuestra afirmación en la repercusión lograda
por una acción de copamiento de una muy pequeña localidad del interior
cordobés, militarmente de escasa envergadura si se tiene en cuenta que en la
delegación policial atacada se desempeñaba… un
solo efectivo. Solo en un sistema en el cual la dimensión militar de la lucha
política se encuentra sobredimensionada puede entenderse tal desproporción
entre resultados obtenidos y recursos empleados[74].
Por su parte, la presencia del PRT-ERP en las
movilizaciones que acompañaron la asunción del gobierno peronista en mayo de
1973 es una evidencia del éxito obtenido en referencia pública. Aparecer a la
par de las organizaciones armadas integrantes del movimiento político que
acababa de obtener resultados electorales cercanos al 50% del electorado debe
entenderse sin dudas como un gran resultado para una organización pequeña en
número y reciente en su aparición.
Otro indicador del éxito al que nos referimos
es la decisión policial, acompañada por parte de la prensa, en silenciar la
aparición explícita de las organizaciones armadas hacia septiembre de 1972.
Además con efectos medibles en nuestro rastreo: del total de 113 acciones
relevadas, 21 se registran desde octubre a diciembre de
1970; 52 acciones en 1971, solo 40 en 1972 de las cuales 35 se registran antes
del mes de septiembre.
Son numerosos los análisis y testimonios que aluden a la militarización
y el aparatismo
que habría afectado a las organizaciones armadas como el PRT-ERP. Una de las
más sugerentes metáforas al respecto ha sido la formulada por Tcach como el “Imperio
del Golem”[75],
para referir la coexistencia de una lógica romántica, creativa y rebelde con
otra guerrera, autoritaria dentro de las organizaciones, siendo esta última la
que finalmente se impondría. Para nosotros, otros interrogantes se abren a
partir del recorrido de esa bandera del ERP que
va de la modesta comisaría de Juarez Celman a los patios de
RESUMEN
Decididos de Córdoba. La
aparición pública del PRT-ERP en Córdoba (1970 – 1973). Una
aproximación a partir de la prensa gráfica
A fines de los ’60 la violencia
revolucionaria ocupaba un lugar central a nivel nacional y en el escenario
cordobés, las guerrillas lograron
gran difusión. A pesar de ello, la historiografía local no les ha prestado
suficiente atención. En esta línea, el trabajo da cuenta parcial de una
investigación sobre la experiencia del PRT-ERP en Córdoba durante los años
1970-1973. Analizamos de qué manera se constituyó en actor político, centrándonos en la
combinación de acciones militares y políticas denominada propaganda armada,
en un contexto militarizado que potenciaba su repercusión más allá de su
envergadura. De todos modos, el desarrollo local del ERP alcanzó importancia a
nivel nacional: aquí se organizó la primera compañía de combate mediana -Decididos
de Córdoba- y se realizó el primer ataque a una dependencia del ejército,
el Batallón 141 de Comunicaciones en Febrero de 1973
Palabras clave: Violencia Política - Guerra
Revolucionaria - Propaganda Armada – Guerrilla
ABSTRACT
At the end of the sixties the
revolutionary violence was of a central importance at national level, and in
Córdoba the armed parties got a big protagonism. In
spite of this the local historiography has not paid attention to those parties.
As regards this line, the work partially refers to an investigation about the
experience of the PRT-ERP in Córdoba between 1970 and 1973. We analyze
the way that this group became a political agent. For this, we will
concentrate in the combination of military actions and policies named as armed
advertisement in a military context which gave more emphasis in the impact than
to the dimension. Anyway the local development of the ERP reached
national importance: in this moment the first fighting company, known as Decididos de Córdoba, was
organized. In February, 1973, the first attack was carried out against a
headquarter of the army, Batallón 141 de Comunicaciones.
Key words: Political violence
- Revolutionary War - Armed advertisement - Guerrilla
Recibido: 30/04/07
Aceptado: 19/07/08
Versión final: 26/08/08
Notas
(*) Profesor en Historia (UNC). Maestrando en Partidos
Políticos, Centro de Estudios Avanzados, Universidad Nacional de Córdoba.
E-Mail: leandroinchauspe@fullzero.com.ar
[1] En el texto en cuestión el autor se refiere tanto a las obras generales
sobre la violencia política como a las que dan cuenta de múltiples de sus
aspectos parciales. También reseña la bibliografía sobre los ‘partidos armados’ en particular Montoneros y ERP; así como diversas interpretaciones sobre
el fenómeno. ROMERO, Luis Alberto: “La
violencia en la historia argentina reciente: un estado de
Si bien por razones de espacio no nos explayaremos sobre la totalidad de
los trabajos que han abordado la experiencia perretiana,
cabe señalar la importancia de obras testimoniales como la de MATTINI, Luis; Hombres
y mujeres del PRT-ERP.
[2] Para Sergio Caletti los puentes rotos que nos separan de los ’70 se explican por la desaparición de la revolución
como horizonte de sentido de la vida individual y colectiva, pública y
privada, presente y futura de los actores del período. CALLETI, Sergio: “Puentes rotos”, en Lucha Armada en
[3] BUFANO, Sergio y ROT, Gabriel: “Editorial”, en
Lucha Armada en
[4] Hemos rastreado los orígenes y el significado
de la estrategia de la propaganda armada en INCHAUSPE, Leandro: “‘La
organización militar del pueblo”. El PRT-ERP, guerra y política en
[5] Nos referimos de esta forma a los efectos
concretos del ya mencionado proceso de expansión de la violencia política. Son
numerosas las investigaciones que dan cuenta de diferentes aspectos; para
Romero, por caso, se trata de una “naturalización
de la violencia política” (2007:2) de larga data pero
particularmente condensada desde 1955. En su estudio sobre la identidad
política de los integrantes de
[6] Hemos podido consultar algunos números de El Combatiente y Estrella Roja en el Fondo Documental del Trabajo de Investigación
“La cultura política en los ’70: prácticas y representaciones de los
trabajadores cordobeses” dirigido por
[7] Dado que trabajamos principalmente con prensa gráfica somos concientes de
la necesidad de acercarnos también a fuentes orales y de profundizar el estudio
de la prensa partidaria para matizar el discurso mediático. Tales acciones
están previstas en próximas etapas de este trabajo de investigación.
[8] INCHAUSPE,
Leandro: “La guerra revolucionaria
ha comenzado. La aparición publica del PRT-ERP en el escenario cordobés
post Cordobazo (1970-1971)”, I Jornadas
Internacionales de Historiografía Regional, Chaco, 2006, Universidad
Nacional del Nordeste, CD-ROM.
[9] LP, Córdoba, 16/11/1970, pp. 1, 18 y 19.
[10] LVI, Córdoba, 16/11/1970, p. 16.
[11] El
comunicado en cuestión se reprodujo completo en LP, Córdoba, 18/11/1970, p. 11.
[12] LVI, Córdoba, 9/12/1970, p. 18.
[13] LVI, Córdoba, 13/02/1971, p. 18. LP,
Córdoba, 13/02/1971, pp. 1, 8 y 9. La trascendencia del asalto fue aprovechada
por la publicidad de la compañía de seguros del banco que una vez que cubrió la
suma robada lo difundió ampliamente señalando que “El robo
del siglo fue cometido [al] Banco de
[14] LP, Córdoba, 16/02/1971, p. 32. LP,
Córdoba, 17/02/1971, p. 1. LP,
Córdoba, 18/02/1971, p. 32.
[15] LVI, 13/03/1971, p. 14 y LP,
Córdoba, 13/03/1971, pp. 8-11.
[16] LVI, Córdoba, 15/03/1971, p.19.
[17] La alusión se
originó en un desafortunado discurso del gobernador Uriburu: “confundida entre la múltiple masa de valores de
Córdoba (…) anida una venenos serpiente
cuya cabeza quizás Dios me depare el honor histórico de cortar”, LP, 8/03/1971, p. 10; LVI, 8/03/1971, pp. 11 y 17. Luego
precisó más: “La víbora es la bandera roja”. LVI, Córdoba, 11/03/1971, p.
18. Estas palabras caldearon más los humores sociales y la ofídica metáfora
marcó la tónica de la protesta. La cobertura de la prensa fue amplia, con
numerosas fotografías, notas y columnas de opinión. LVI, Córdoba, 17/01/1971, pp. 1, 30-31.
[18] LP, Córdoba, 17/01/1971, p. 14.
[19] Hasta próxima
indicación, las citas siguientes corresponden a DE SANTIS, Daniel: op. cit., Volumen 2, p. 165.
[20] Ibidem p. 237
[21] Hasta próxima indicación, las citas siguientes corresponden a LVI, Córdoba, 29/03/1971, p.16.
[22] LP, Córdoba, 18/04/1971, pp. 1, 18 y 19. LVI, Córdoba, 18/04/1971, pp. 1, 30 y 31. Hasta próxima indicación,
las citas siguientes corresponden a esta nota. El 12 de mayo se informaba que
fallecía un policía gravemente herido en el hecho (LVI, Córdoba, 13/05/1971, p.
18). Daniel De Santis señala en su compilación documental que los mencionados
fueron “los primeros combatientes del ERP
y militantes del PRT caídos en combate” DE SANTIS, Daniel: Daniel: op. cit., p. 173
[23] Las primeras detenciones se realizaban a poco de la aparición pública del
ERP, LVI, Córdoba, 29/11/1970, p. 38
y LP, Córdoba, 29/11/1970 p. 1. Más
arrestos, entre ellos un importante cuadro partidario: Domingo Mena, en LVI, Córdoba, 13/01/1971, p. 16. Luego
era apresada Ana María Villarreal de Santucho, esposa del máximo líder
partidario junto a otro militante, LVI,
Córdoba, 12/03/1971, p. 18. Más detenciones en LVI, Córdoba, 16/05/1971, p. 31, LVI, Córdoba, 18/05/1971, p. 18. y LP, Córdoba, 18/05/1971, p. 16.
[24] LVI, Córdoba, 10/06/1971, p. 8.
[25] LVI, Córdoba, 13/06/1971, p. 17. Entre las fugadas se encontraba Ana María
Villarreal de Santucho.
[26] LVI, Córdoba, 14/06/1971, p. 16. La prensa perretiana dio difusión a la fuga
de las guerrilleras en una “Carta Abierta
de las compañeras liberadas en Córdoba” publicada en Estrella Roja Nº 4 del 1 de julio de 1971 (DE SANTIS, Daniel: op. cit., pp.174-175).
[27] LVI, Córdoba, 15/06/1971, p. 20. La audaz fuga de la sede policial central fue
protagonizada por Emilio Enrique Arqueola.
[28] LVI, Córdoba, 30/06/1971, p. 18. LP,
Córdoba, 30/06/1971, pp. 1 y 18. Hasta próxima indicación, las siguientes citas
pertenecen a esta última nota.
[29] LP, Córdoba, 03/09/1971, pp. 1 y 6.
[30] Robo de explosivos de una cantera, LVI,
Córdoba, 10/09/1971, p.12. Ocupación fábrica de calzados, LP, Córdoba, 10/09/1971, p.11. Ocupación planta fabril Pedriel, LVI, Córdoba, 23/09/1971, pp. 8-9 y LP, Córdoba, 23/09/1971, p. 9.
Ocupación centro médico de Fiat, LVI,
Córdoba, 30/09/1971, p. 12. Copamiento y pintadas en Consulado de Bolivia, LP, Córdoba, 03/10/1971, p. 26.
Copamiento puesto de policía ferroviaria, LVI,
Córdoba, 10/10/1971, p. 22. Copamiento y robo en Hospital Privado, LP, Córdoba, 28/10/1971, p. 6. Ataque a
casa del Jefe de Personal de Fiat, LVI,
Córdoba, 31/10/1971, p. 6 y LP,
Córdoba, 31/10/1971, p.8. Desarme de dos policías, LVI, Córdoba, 02/11/1971, p. 10. Otro desarme, LVI, Córdoba, 07/12/1971, pp. 1 y 16. Asalto academia de choferes propiedad
de empleados de Fiat, LVI,
Córdoba, 29/12/1971, p. 10 y LP, Córdoba,
29/12/71, p. 12. La cita pertenece a esta última nota.
[31] LVI, Córdoba, 14/01/1972, p. 15.
[32] Hasta próxima indicación, todas las citas siguientes corresponden a LP, Córdoba, 14/01/72, p. 13.
[33] LP, Córdoba, 17/01/1972, p. 7.
[34] LVI, Córdoba, 17/01/1972, p. 9.
[35] LP, Córdoba, 18/01/1972, p. 1.
[36] LP, Córdoba, 09/02/1972, p. 11.
[37] LP, Córdoba, 10/02/1972, p. 11:
[38] LP, Córdoba, 15/02/1972, p. 1 informa de siete detenidos y que tras un
tiroteo morían el guerrillero Ramiro Leguizamón y un agente apellidado Maldonado.
[39] Hemos señalado el impacto local, nacional e internacional del secuestro
del empresario de origen italiano en INCHAUSPE, Leandro: “No
justifico la violencia, pero…” La ambigua posición de la dirigencia
política cordobesa ante la lucha armada, Córdoba 1970-
[40] LP, Córdoba, 29/03/1972, p. 1.
[41] Hasta próxima indicación, todas las citas siguientes corresponden a LP, Córdoba, 07/04/1972, p. 8.
[42] LP, Córdoba, 21/04/1972, p. 11. Al
tiempo circulaban versiones de que el “el ataque en que perdió la vida el general Sánchez
había sido planificado en la ciudad de Río Cuarto”
[43] Reparto en una escuela y desarme de un policía, LVI, Córdoba, 28/04/1972, p. 17, de donde se extrae la cita. Otro
reparto e izamiento de bandera en escuela, LVI,
Córdoba, 29/04/1972, p. 15.
[44] Reparto de leche donde se consignaba que el chofer del camión expropiado “fue víctima de un ataque (…) uno de los extremistas lo atendió (…) haciéndolo reaccionar” LVI,
Córdoba, 06/05/1972, p. 15. Tras dar cuenta del desarme de un agente vuelve
argumentos del tipo “los servicios de seguridad piensan que de nuevo
se están formando células empleando las estructuras que quedaron de las
desarmadas organizaciones extremistas (...) en los últimos días han comenzado a
producirse escaramuzas a través de las cuales se entrenan (…) los elementos
nuevos” LVI,
Córdoba, 08/05/1972, p. 12. Reparto de ropa en un hogar de madres menores; LP, Córdoba, 14/05/1972, p. 11. Intento
de liberación de un detenido herido y, en otro hecho, reparto en escuela, LP, Córdoba, 17/05/1972, p. 7. Curiosa
acción de copamiento del acto conmemorativo del 25 de mayo, con desarme de un
agente e izamiento de bandera en una escuela, LVI, Córdoba, 27/05/1972, p. 15. Reparto de leche y panfleteo, LVI, Córdoba, 31/05/1972, p. 18.
Reparto de leche, LP, Córdoba,
06/06/1972, p. 16. Robo de automóvil, LP,
Córdoba, 22/06/1972, p. 20. Reparto de leche, LP, Córdoba, 25/06/1972, p. 16. Colocación de bandera en escuela, LP, Córdoba, 11/07/1972, p. 11. Cuatro
bombas colocadas en oficinas de empresas de transporte urbano, LVI, Córdoba, 01/08/1972, p. 13.
Copamiento e incendio de móvil policial, LVI,
06/08/1972, p. 27. Copamiento e incendio de móvil e incautación de armas, LP, Córdoba, 13/08/1972, p. 24. Reparto
de leche, LP, Córdoba, 13/08/1972,
p. 24.
[45] LP, Córdoba, 17/08/1972, p. 7. Sobre la fuga, la recaptura y la derivación
los guerrilleros a la base de Trelew donde fueron fusilados por
[46] LP, Córdoba, 23/08/1972, pp. 1,5,6,7,9. Las notas se encargaban de destacar
la vinculación de gran parte de las víctimas con el escenario cordobés. Además
de los militantes de las Fuerzas Armadas Revolucionarias – FAR (Carlos Alberto Astudillo, Alberto Miguel Camps,
Alfredo Elías Kohan, y la sobreviviente María Antonia Berger) y del Montonero
Mariano Pujadas; todos ellos oriundos de y/o detenidos en Córdoba; se menciona
a “(…) Humberto Adrián Toschi (ERP) (…)
domicilio en Avenida Carafa 950, Córdoba, detenido el 30 de agosto de 1971 (…) Ana María Villarreal de Santucho (ERP) (…) detenida el 11 de marzo de 1971 en Córdoba (…) Miguel Ángel Polti (ERP) (…) domicilio en Juan Bautista Alberdi 310 de Morteros
(Córdoba) (…) detenido el 3 de julio de
1971 en Córdoba (…)”
[47] LP, Córdoba, 24/08/1972, pp. 1,5,6.
[48] LVI,
Córdoba, 25/08/1972,
pp. 9 y 15.
[49] LP, Córdoba, 31/08/1972, p. 6.
[50] LP, Córdoba, 11/09/1972, p. 16.
[51] LVI,
Córdoba, 09/09/1972, p. 15.
[52] Registramos ‘petardos en el IPAM’ por sujetos identificados con ‘una
bandera (…) alusiva a una organización
extremista’ LP, Córdoba, 11/09/1972, p. 16. Un enfrentamiento en el se abatía a ‘Guillermo Ferreyra Pizarro y Raúl Enrique Martínez (…) compañeros de Roberto (SIC) Santucho’ LP, Córdoba, 15/09/1972, p. 20
y LVI, Córdoba, 15/09/1972, p. 18. Incidentes en el cementerio
cuando ‘un grupo se había concentrado (…) para rendir homenaje al guerrillero Humberto Adrián
Toschi’ LP, Córdoba, 25/09/1972, p. 20. Incidentes con sujetos identificados con ‘un estandarte de una agrupación extremista y la
fotografía del ‘Che’ Guevara’ LP, Córdoba, 09/10/1972, p. 16. Copamiento de una fábrica con pintadas de ‘la estrella de cinco puntas que caracteriza a los
guerrilleros de izquierda’ LP, Córdoba, 10/10/1972, p. 5. En la misma nota se registra la única
información fehacientemente atribuida al ERP en Los Principios en
esta etapa: la detención de ex dirigentes clasistas de FIAT a los que se
vincula a ‘las agrupaciones FAL y
ERP’. También se daba cuenta de las
detenciones de personas no identificadas a las que se les secuestraban planos “donde aparecen las instalaciones de plantas fabriles (…) y ordenes precisas para realizar disturbios y actos’ sobre los que se
sostenía que ‘pertenecían al ERP’ LP, 18/12/1972, P. 16. En
[53] Hasta próxima indicación todas las citas siguientes corresponden a LVI, Córdoba, 9/02/1972, p. 16.
[54] Hasta próxima
indicación todas las citas siguientes corresponden a LP, Córdoba, 19/02/1972, pp. 1 y 7
[55] ER,
N° extra, 28/02/1973, Fondo Documental del Trabajo de Investigación “La cultura
política en los ’70: prácticas y representaciones de los trabajadores
cordobeses”, CIFFyH (UNC). Hasta próxima indicación
las siguientes citas corresponden al “Parte
de Guerra”, p. 3.
[56] ER,
N° extra, 28/02/1973, Fondo Documental del Trabajo de Investigación “La cultura
política en los ’70: prácticas y representaciones de los trabajadores
cordobeses”, CIFFyH (UNC). “Comunicado del ERP sobre el copamiento del Batallón 141 de
Comunicaciones”, p. 5.
[57] ER,
N° extra, 28/02/1973, Fondo Documental del Trabajo de Investigación “La cultura
política en los ’70: prácticas y representaciones de los trabajadores
cordobeses”, CIFFyH (UNC). “6 Preguntas a un combatiente”, p. 6.
[58] ER,
N° extra, 28/02/1973, Fondo Documental del Trabajo de Investigación “La cultura
política en los ’70: prácticas y representaciones de los trabajadores
cordobeses”, CIFFyH (UNC) p. 7.
[59] ER,
Número extra, 28/02/1973 consultado en Fondo Documental de Fondo Documental del
Trabajo de Investigación “La cultura política en los ’70: prácticas y
representaciones de los trabajadores cordobeses”, CIFFyH
(UNC), “Condecoración”, p. 8.
[60] DE SANTIS, Daniel: op. cit., p. 303
[61] Ibidem, p. 51
[62] Ibidem, p 167.
[63] Ibidem, p 184
[64] Diversas crónicas de allanamientos policiales
en LVI, Córdoba, 20/02/1973, p. 13;
LVI, Córdoba, 22/02/1973, p. 15; LVI,
Córdoba, 23/02/1973, p. 15; LVI,
Córdoba, 24/02/1973, p. 13. En LVI,
Córdoba, 27/02/1973, p. 15 se daba a conocer un comunicado del Comando del III
Cuerpo sobre el copamiento. En LVI,
Córdoba, 08/03/1973, p. 17 se difundía la “identidad
de cuatro presuntos integrantes del grupo (…) 1. Enrique Aroldo Gorriarán Merlo: importante cabecilla del “E.R.P.”, evadido
del penal de Rawson y fugado a CUBA, que reingresó clandestinamente al país. 2.
Francisco Ventrici (a) “Cacho” (…) participó en
diversos episodios sangrientos en Capital Federal y Provincia de Buenos Aires.
3. Alejandro Enrique Ferreyra Beltrán (…) colaboró en
la fuga del penal de Trelew (…) Fugó a CHILE y CUBA,
reingresando clandestinamente al país. 4. Ex - soldado Félix Roque Gimenez: traicionó a su patria, entregando a sus compañeros
y su Cuartel a los enemigos de
[65] El 18 de abril y el 2 de mayo se realizaron
sendas marchas con ese itinerario. La participación del PRT-ERP no fue
mencionada directamente por los diarios, aunque para el primer caso contamos
con la crónica del Acto por los Presos en el
Suplemento 2. La situación de los presos políticos ¡Libertad a los Compañeros! de
la revista Posición, Córdoba, Año I, N° 5, mayo de 1973, p. 8. Asimismo se
reproducen algunos de los estribillos coreados por los manifestantes
reveladores tanto de la presencia perretiana como de
las intenciones unitarias de las marchas: “(…)
‘Santucho, Pujadas, la patria liberada’. ‘FAR, ERP y Montoneros, son nuestros
compañeros’”. Del segundo acto frente a
[66] LVI,
Córdoba, 27/04/1973, p. 17 y LP,
Córdoba, 27/04/1973, pp. 1, 6 y 7. Este diario agregó que según testigos el
grupo atacante actuó durante el secuestro con los ademanes típicos de “quien está drogado”.
[67] En El Combatiente N° 77, primera quincena de
abril de 1973, pp. 7 y 8, el PRT calificaba de compañero al Negro López
y rescataba su posición de “impulsar las
luchas de toda la clase obrera y el pueblo”. Consultado en Fondo Documental del Trabajo de Investigación
“La cultura política en los ’70: prácticas y representaciones de los
trabajadores cordobeses”, CIFFyH (UNC).
[68] Cabe recordar también que la experiencia camporista
cordobesa fue de efímera vida: en febrero de 1974 Obregon
Cano y Atilio López fueron desplazados por un golpe policial – el Navarrazo – convalidado por el propio
Perón que decretó una Intervención Federal (SERVETTO, Alicia: De
[69] LVI,
Córdoba, 27/05/1973, p. 30.
[70] LVI,
Córdoba, 30/05/1973, p. 13.
[71] LP,
Córdoba, 30/05/1973, pp. 8 y 9.
[72] LVI,
Córdoba, 30/05/1973, pp. 9 y 15. La tradición partidaria señala a Domingo Mena
como dicho orador, aunque no hemos podido reunir elementos que lo comprueben
fehacientemente.
[73] Las citas corresponden a ER, N° 21, junio de 1973, pp.
11 y 12, consultado en Fondo
Documental del Trabajo de Investigación “La cultura política en los ’70:
prácticas y representaciones de los trabajadores cordobeses”, CIFFyH (UNC).
[74] La toma de localidades con fines
propagandísticos fue una acción frecuente de las guerrillas. Implicaban un
importante despliegue militar, en tanto requerían cortar momentáneamente las
vías de acceso para retrasar la respuesta represiva, neutralizar a las fuerzas
policiales del lugar, ocupar los espacios representativos de la presencia estatal
(como bancos, oficinas de correo), concentrar a la población local a la cual se
arengaba y/o entregaba volantes y retirar por diversas vías a las fuerzas
actuantes. La toma de la localidad de Pando (Uruguay) por los Tupamaros, la de Garín por las FAR y la de
[75] TCACH, C: “Entre la lógica del partisano y el
imperio del Golem: dictadores y guerrilleros en
Argentina, Brasil, Chile y Uruguay”, en TCACH y QUIROGA Argentina 1976-2006. Entre la sombra de la dictadura y el futuro de la
democracia, Homo Sapiens, Rosario, 2006, pp. 159-163.