REVISTA
DE LIBROS
PASQUALI, Laura (comp); Historia
social e historia oral. Experiencias en la historia reciente de Argentina y
América Latina. Homo Sapiens Ediciones/Historia Regional Libros. Sección
Historia. Instituto Superior del Profesorado Nº 3, Rosario, 2008. 286 pp.
En pocas ocasiones reparamos
sobre las dificultades que atraviesan a un género altamente extendido bajo el
cual se nos ofrecen una multiplicidad de emprendimientos cognitivos. Realizar
una compilación es una tarea compleja, en algún sentido mas compleja que un
libro de autor/a si se quiere obtener un producto intelectual cuidado, valioso
y sobre todo con coherencia interna que se aleje de la tentación de reunir
materiales las más de las veces difícilmente articulables
y con poco interés de conjunto para las y los lectores.
En dirección opuesta, la
compilación que la historiadora Laura Pasquali nos ofrece posee varios méritos.
Los trabajos que ha reunido si bien reconocen incitaciones temáticas,
problemáticas, temporales y regionales amplias están todos y cada uno de ellos
amparados en una práctica de historia social crítica que recoge desde distintas
articulaciones los aportes y perspectivas de la historia desde abajo, la historia
oral y la historia reciente.
Asimismo resulta de interés
detenernos en uno de los propósitos que tensionan y articulan este
emprendimiento y que aparece explícito en la introducción que Pasquali realiza;
el de gestar un texto implicado en los problemas de su propio tiempo, en una
definición que postula su carácter militante. Ello aparece como un desafío a las
visiones historiográficas dominantes que han atribuido a este vocablo un carácter
fuertemente negativo, que con frecuencia es utilizado para denostar un conjunto
de producciones que intentan romper el cerco académico al volverlos
inmediatamente sospechosos de parcialidad. En esta dirección es muy oportuna la
presencia de un artículo como el de Pablo Pozzi (Mi
historia: “Para que algún día puedan ser libres”) que adentrándose en su propia
práctica investigativa, intenta poner en cuestión la relación sujeto
investigador /objeto investigado. Al proponer una reflexión sobre su propio
recorrido da cuenta de su formación como historiador a medida que investiga, no
como alguien que es impermeable a quienes o a que está estudiando, pero también
poniendo de relieve el “para quienes” de su trabajo; es decir asumiendo un
horizonte de interacción ampliado que no se consuma en el propio campo.
Si bien hemos recorrido
caminos en direcciones abiertamente contradictorias de aquellas prescripciones
sobre las cuales la historia se fundó como una ciencia social en el siglo XIX
que nos indicaban que debíamos alejar de nuestro horizonte los juicios de
valor, las tomas de posición al tiempo que también nos recomendaban tomar
distancia del pasado reciente y del presente; después de la última dictadura
militar la historiografía argentina avanzó en un proceso de profesionalización creciente al mismo tiempo que
rompía sus vasos comunicantes con el mundo de la vida imponiendo una agenda que
nos alejaba decididamente de las pasiones y convulsiones de los tiempos
recientes. Fueron las demandas sociales las que nos empujaron con mucha mas
fuerza que cualquier emprendimiento de grupos a hacernos cargo del pasado
reciente y del presente, al punto que la “historia reciente” se ha convertido
en una zona familiar del paisaje intelectual que ha acumulado rápidamente una
serie de estudios que involucraron e involucran a analistas culturales,
filósofos, ensayistas, cientistas de la educación,
politólogos, psicoanalistas, sociólogos, periodistas, historiadores y a
“militantes de la memoria”, entre muchos otros. Tanto es así que la labor misma
de las y los historiadores aparece de modos difusos; en esta dirección es muy
estimulante que Pasquali haya reunido a historiadoras e historiadores; y advierto
que esta afirmación no parte del propósito de realizar una insensata defensa
profesional, sino que más bien forma parte de una invitación a pensar en cuales
son los aportes específicos que efectivamente estamos produciendo.
El artículo que da inicio al
libro es el único que escapa a los límites temporales de la historia reciente
(Sandra Mc Gee; Volviéndose argentinas: mujeres
judías, educación y formación del estado en el campo 1889/1945). Sugestivamente
la autora se vale de entrevistas con mujeres anarquistas, socialistas y
liberales que le permiten construir su trabajo y su hipótesis sobre el rol que
asumieron las maestras judías al adoptar una forma de nacionalismo desde sus
ámbitos particulares de acción. Involucrarse en un espacio social concreto (el
multifamiliar Miguel Alemán) desde un conjunto de relatos le posibilita a
Gerardo Necoechea Gracia dar cuenta de las
experiencias de vida y las identidades de dos generaciones de mexicanas/os en el “Puerto del favor, isla del derecho”.
Resulta evidente que el
horizonte histórico que nos proveyeron los años ‘60 y ’70, ya sea por las
promesas radicales de cambio social o por los procesos represivos a gran escala
posteriores constituyeron una primera y decisiva frontera para los abordajes de
la historia reciente. Así el trabajo de Marisa Gallego sobre la clase obrera y
las prácticas de resistencia durante la última dictadura militar y el de Débora
Cerio que en clave historiográfica se acerca al problema de las identidades
políticas de los años ’70 en Argentina a partir del cruce entre cultura obrera
y militancia, responden a esta incitación.
Esta primera línea de demarcación temporal también es retomada por
Sebastián Pérez Leiva y por la propia Laura Pasquali, aunque centrándose ambos
en un actor colectivo característico de las experiencias político-sociales de
los años ‘60 y ‘70 en América Latina. Actor que no cesa de generar fuertes
controversias; las organizaciones armadas. El primero analiza el Movimiento
de Izquierda Revolucionario (MIR) chileno, invitándonos a pensar la construcciones de las organizaciones
políticas/militares desde un lugar alternativo al de una cerrada visión
sociológica o politológica. Así se adentra en la compleja construcción de poder
popular al que se volcó el MIR claramente desde 1972, en sus épocas de
crecimiento, en sus complejas relaciones con
Su trabajo, que conjuga un importante recorrido teórico y metodológico
con la indagación histórica concreta pone de relieve el significado de
entrevistar militantes socialistas, y también la decisión y el intento de
romper con ciertos silenciamientos. En esta dirección la autora postula que hacer
historia oral no es igual a oralidad, sino que se trata de un esfuerzo
enteramente consciente de gestar nuevos modos de acercarnos a procesos
sociales, comprenderlos y explicarlos; que elegir a quienes entrevistar no
tiene nada de azaroso, sino que se trata de una elección con una fuerte carga. Ello
queda expresado en el fuerte énfasis por entrevistar voces silenciadas, o por
decirlo de otro modo a una de las más silenciadas entre las silenciadas: la de
las mujeres militantes. Enorme paradoja, ya que esas mujeres que habían elegido
tomar activa participación en distintas organizaciones de la nueva izquierda
marxista, muy usualmente restan importancia o minimizan su activismo.
Si como ya fuera señalado
los estudios de historia reciente asumieron una inicial frontera temporal en
los años ‘60 y ’70, procesos posteriores nos han conmovido y transformado. Por
ello seguramente comienzan a escucharse algunas voces que reclaman que la
historia reciente debería ser (ya) mas reciente. Este libro recoge los frutos
de ese desafío. Los largos y sombríos años ’90 son abordados desde
problemáticas cruciales para su comprensión: Mónica Gatica, Susana López y Gonzalo
Pérez Alvarez dan cuenta del impacto de la políticas
de privatizaciones de YPF entre los trabajadores de Santa Cruz a partir del
testimonio de Jaime, un militante obrero opositor a la conducción sindical y
Orienta Favaro y Graciela Iuorno
se adentran en una de las nuevas formas organizativas que se ensayan en
Por Cristina Viano
(UNR. E-mail: crisviano@arnet.com.ar)
PERETTI, Pedro y CATALÁ Miguel, Máximo
Paz: del atraso latifundista al desarrollo rural. Aportes para una historia de
la agricultura familiar en
La fundación de Máximo Paz, gestada en la trama urdida por el trigo,
los rieles y los inmigrantes, no constituye el acontecimiento inaugural de este
texto. Por el contrario, el surgimiento del pueblo como tal enraíza la
investigación llevada a cabo por los autores, en dos problemáticas principales;
el latifundio y la tenencia de la tierra.; es decir, el manejo discrecional de
la tierra y sobre todo de las tierras públicas. Dos cuestiones que actualizan
el debate acerca de la colonización y tornan vigente el horizonte del ‘Grito de
Alcorta’, perturbando, con sus noticias, la linealidad de ‘orden y progreso’ pretendida
por aquella historia institucionalizada por los vencedores de un proceso cuyas
fuerzas eran, francamente, desiguales. Es que este enraizamiento no deja de
proliferar a lo largo de todo el texto y haciéndose indetenible desborda la
circunscripción local para poner en evidencia una realidad regional que, más
allá del Pago de los Arroyos, afecta a todo el sur santafesino. Pero, además,
ello provoca la emergencia de una historia-otra, aquella dejada bajo la
protección de un cono de sombras, aquella escrita por el sudor de hombres y
mujeres que se vieron obligados a hacer de la lucha, una rutina diaria y del
esfuerzo por cumplir imposibles obligaciones, el sustento para la defensa de sus
derechos. Es entonces, cuando surge el paradigma de otra heredad histórica: la
memoria entretejida en el tránsito generacional por ese sendero infinito que es
la configuración de la vivencia colectiva y popular. Precisamente, esta
concepción de la historia, en su atravesamiento textual, no permite cerrar la
temática abordada más que en una clausura que obliga a proyectar la actualidad
de la cuestión agraria y del desarrollo rural aun en un tiempo por-venir y en
la necesidad acuciante que requiere pensar el destino geo-político de la región
desde el punto de vista de un interior que debe recrear condiciones favorables
para el desenvolvimiento de su economía y de su capacidad para dar respuesta
social a sus habitantes. Por otra parte, es preciso destacar que junto a la
escritura, por momentos apasionada,- por la cual se compromete una subjetividad
que alejándose de la abstracción, se concreta en la materialidad de lo
escrito-, el texto exhibe, en 10 Anexos, las fuentes de información –y con
ello, avala la objetividad en la elaboración de lo testimoniado.
Por Olga Tiberi
(UNR-CIUNR. E-mail: OTiberi@arnet.com.ar)
BEST, Geoffrey; Winston
Churchill. Luces y sombras de la grandeza; Vergara, Barcelona, 2007.
¿Es posible ofrecer un punto de vista original y novedoso
sobre una figura histórica como la de Winston Churchill, revisitada en
cuantiosas obras a lo largo de la segunda mitad del Siglo XX? El historiador
británico Geoffrey Best intenta demostrar, a lo largo
de las casi quinientas páginas que componen su Winston Churchill. Luces y sombras de la grandeza que no sólo es
factible entregar una nueva semblanza de un personaje abordado exhaustivamente
por la historiografía contemporánea, sino que incluso es posible tanto
despertar pasiones olvidadas como resucitar controversias que se consideraban
perimidas. Desde el comienzo la posición del autor es patentemente laudatoria,
y pretende persuadir al lector directamente, sin ocultar la perspectiva propia
dentro de la exposición argumental y factual. Por el contrario, la traducción
de Andrea Montero y David Paradela altera
deliberadamente el subtítulo, que en inglés es “Un estudio sobre la grandeza” (A study in greatness), de una forma ajena a la frontalidad que Best despliega en el texto. Éste se estructura en veintiséis
capítulos, de los cuales catorce abordan directa o indirectamente su labor en
El libro comienza con una declaración de su factótum sosteniendo que su interés por
quien ha sido calificado, a su parecer justamente, como el “salvador de la
nación” y el ciudadano del Reino Unido más importante de la pasada centuria,
proviene desde precisamente los aciagos días en los cuales Inglaterra era
bombardeada por la luftwaffe alemana, y el héroe fue consagrado e
idealizado. Posteriormente Best, quien también se
desempeña en la actualidad como profesor emérito de
En base a estas aseveraciones, y luego de una
aclaración por la cual se deja asentado que este trabajo está dirigido al
público no especializado y no hacia la academia, se comienza el recorrido por
la vida de Churchill, específicamente por sus primeros años como destacado
militar y corresponsal periodístico en
Se aborda con detallada profusión los cambios
partidarios de sir Winston, desde el
conservadurismo al partido liberal (en donde tiene especial interés sus
cuantiosos traspiés como Primer Lord del Almirantazgo en
El rol excepcional que desempeñó entre los años 1940 y
1945 es examinado con esmero en las diversas áreas en que se evidenció: marina,
ejército, armamento, industria, economía, oratoria, manejo de las masas,
diplomacia y relaciones internacionales, geopolítica y demás. Aquel hombre
regordete, de cigarro y bombín, quien revirtió la moral de una Inglaterra
derrotada y le devolvió su confianza y heroísmo perdidos en la blitzkrieg,
reconfiguraría también el panorama global de
En el epílogo, el autor de este escrito enuncia que
desea haber repuesto la figura de este líder político excepcional en la crítica
conciencia inglesa contemporánea, la cual a su parecer enfatiza los defectos de
aquél, pero no sus valores y aciertos, los que constituyen para el historiador
un elemento positivo para reorientar todo tipo de práctica y vida en común. Así
como Churchill, quien fuese un historiador poco preocupado por aparentar una
imparcialidad que evaluaba innecesaria y contraproducente para presentar su
propio punto de vista sobre acontecimientos trascendentales de su tiempo, Best adopta una posición similar: desea encomiar a un
hombre que, si bien tuvo sus altibajos y oscuridades, alcanzó una posición de
indiscutible liderazgo en base a sus propios méritos y encaminó a una nación
entera hacia la autonomía, justo cuando ésta se encontraba peligrosamente cerca
del abismo. Ese es el fundamento legitimatorio no
sólo de esta sugestiva biografía sino que asimismo, y para ser fieles a sus
conclusiones finales, de toda exégesis churchilliana
que se precie de ser tal.
Por Matías Ilivitzky
(UNQ. Becario Conicet. E-mail: ilimati@yahoo.com)