Asociacionismo microterritorial gallego y vínculos intersocietarios: algunas reflexiones sobre el Centro Betanzos de Buenos Aires (1941-1965)

 

Denise Rocío Ganza(*)

(CIC Prov. Bs. As.; deniseganza@yahoo.com.ar)

 

Introducción

 

Como es sabido, desde mediados del siglo XIX y hasta comienzos de la década de 1930, la Argentina se convirtió en uno de los principales destinos latinoamericanos de la emigración europea, especialmente de italianos y españoles, en el contexto de la etapa masiva de las migraciones trasatlánticas. Particularmente, la inmigración española se caracterizó por la fuerte concentración de los arribos en los años próximos al Centenario y por el predominio del norte peninsular, en primer lugar Galicia, entre los ámbitos de partida.[1] Luego, entre 1930 y 1946, las dificultades económicas ocasionadas por la crisis internacional, los impedimentos políticos originados por la Guerra Civil Española y, más tarde, la Segunda Guerra Mundial provocaron un retroceso de los flujos migratorios. Sin embargo, a partir de la segunda posguerra es posible hablar de una última oleada de inmigración gallega en la Argentina que se extendió hasta 1960 y entre cuyas principales condiciones de posibilidad y causas de su magnitud -nuevamente los gallegos sumaron cerca de la mitad del número total de españoles- se encontró la atracción ejercida por las redes migratorias preexistentes.[2]

Frente al panorama de una sociedad en transición y ante el desafío de la integración, el movimiento asociativo fue, desde el principio, uno de los aspectos característicos de la acción de los inmigrantes en la sociedad local y una vía privilegiada para la satisfacción de múltiples necesidades: económicas, culturales o de representación y pertenencia, entre otras.[3] En este sentido, la colectividad española en la Argentina, consolidada en las dos primeras décadas del siglo XX, dio origen a la proliferación de entidades muy diversas: mutuales, instituciones de élite, corporaciones de oficio y partidarias y, finalmente, entidades de base regional.[4]

Por su parte, la mayoritaria comunidad gallega hizo del asociacionismo microterritorial su sello distintivo. Especialmente entre los años 1904 y 1936, surgieron instituciones que adoptaron como ámbito de referencia espacios de origen inferiores a la provincia, procurando reproducir vínculos comunales estrechos y contribuir a la movilización política y social de Galicia durante las primeras tres décadas del siglo XX.[5]

En el caso de los inmigrantes brigantinos -oriundos del Concello de Betanzos, La Coruña-, ya en las postrimerías del siglo XIX comenzaron a reunirse para celebrar sus tradicionales fiestas y colaborar con los recién llegados. En línea de continuidad con estas primeras manifestaciones de sociabilidad étnica, en 1905 surgió la asociación “Hijos de Betanzos”, antecedente inmediato del Centro Social Betanzos fundado en 1930. Posteriormente, entre la instauración de la Segunda República y el final de la Guerra Civil Española, la situación estuvo caracterizada por la división interna. La escisión de un grupo, decepcionado con la orientación eminentemente recreativa del Centro Social Betanzos e interesado en expresar su adhesión al proceso iniciado en 1931, dio como resultado la configuración de una nueva asociación: el Centro Cultural Betanzos. Recién en 1941, y a más de dos años de terminada la guerra, tuvo lugar la unificación de las dos entidades y la adopción de la denominación definitiva, Centro Betanzos de Buenos Aires. Pocos años después de este acontecimiento, en 1945, la sociedad contaba con un total de 191 socios, divididos entre activos -hombres oriundos de Betanzos, españoles en general o argentinos- y socias beneficiarias, categoría correspondiente a las mujeres que gozaba de los mismos derechos que los socios activos pero abonaba el 50% del valor establecido como cuota social.[6] Entre aquél año y 1949 la masa societaria de la entidad aumentaría considerablemente, hasta superar los seiscientos asociados.[7]

El momento de la unificación es el elegido como punto de partida de nuestra indagación. En las próximas páginas nos propondremos analizar los múltiples vínculos que sus instituciones antecesoras y el propio Centro Betanzos establecieron con otras entidades. En principio, podemos adelantar que la mayor parte de ellos lo acercaron a otras asociaciones de la colectividad gallega, en particular a aquellas con las que la institución compartió su sede social, y que dedicaremos especial atención a los esfuerzos realizados por la entidad para constituir o incorporarse a emprendimientos asociativos de mayor alcance, que ofrecieran ámbitos integradores para la colectividad. Entre ellos se destaca su incorporación a la Federación de Sociedades Gallegas en el año 1962, razón por la cual nuestro trabajo se extiende hasta mediados de la década de los sesenta.

En definitiva, será nuestra intención iluminar las circunstancias y los motivos que condujeron al establecimiento de vínculos entre el Centro Betanzos y otras entidades, así como aportar, a partir de los elementos que ofrece este caso, a la comprensión de la relación entre asociacionismo microterritorial y vínculos intersocietarios. En este sentido, procuraremos alejarnos de las visiones evocativas o conmemorativas de la historiografía más tradicional sobre estas asociaciones y, por el contrario, privilegiaremos el análisis de las redes en las que el Centro Betanzos estuvo inmerso. Este aspecto resultará de sumo interés para nuestra indagación en tanto el comportamiento del Centro Betanzos mostraría que el alto índice de dispersión en asociaciones de carácter microterritorial que Xosé Manoel Núñez Seixas señalara como elemento diferenciador de la colectividad galaica pudo convivir con la existencia de vínculos intersocietarios sólidos y fluidos.[8]

A tal fin, nos valdremos de la valiosa información que nos suministran los Libros de Actas del Centro Social Betanzos y del Centro Betanzos de Buenos Aires y los complementaremos con los datos sustraídos de publicaciones periódicas, estatutos y correspondencia intercambiada.

 

La sede social del Centro Betanzos como ámbito de relaciones

 

Durante la totalidad del periodo comprendido en este artículo las instituciones brigantinas en Buenos Aires carecieron de una casa social propia. Por otra parte, la dimensión de los inmuebles alquilados hizo posible contar con habitaciones que podían ser subalquiladas y destinadas a albergar las secretarías de otras asociaciones, así como con amplios salones requeridos para múltiples eventos. Ambos elementos fueron decisivos para la inauguración de la tendencia del Centro Betanzos a compartir su sede social con otras tantas instituciones. Muchas de ellas pertenecían a la colectividad española y a la gallega en particular. Algunas fueron entidades propias de la sociedad de acogida. Por último, muchas otras alquilaron ocasionalmente las instalaciones con fines específicos, principalmente la realización de fiestas. Estas circunstancias parecen haber sido, en primer término, sumamente importantes para el establecimiento de vínculos con otras asociaciones, puesto que el hecho de compartir la sede favoreció la colaboración en actividades comunes, al mismo tiempo que suscitó el desencadenamiento de situaciones conflictivas.

Antes de la constitución definitiva del Centro Betanzos, entre 1938 y 1941, el Centro Social Betanzos comenzó a convivir con otras instituciones en su casa social. Inicialmente, la Comisión Directiva se planteó como objetivo prioritario la compra de un edificio.[9] Pero, ante el fracaso de esta iniciativa -que sólo sería cumplida por la sociedad unificada bien entrada la década de los ochenta-, fue alquilado el inmueble situado en la calle México 967, que satisfacía uno de los requisitos principales planteados durante las primeras reuniones de la Comisión Directiva: contener “… la cantidad de habitaciones suficientes para que puedan instalarse en ella todas las sociedades del Partido Judicial de Betanzos, que existan en la Ciudad de Buenos Aires”.[10] Este fragmento nos recuerda que la comunidad brigantina estaba, por ese entonces, dividida, a la vez que hace evidente que existían otras asociaciones a las que se consideraba importante incorporar y para ello era necesaria una propiedad con el espacio suficiente para ubicar sus secretarías.

Sin embargo, con el correr de los meses la preocupación por la constitución de una federación más amplia fue postergada en reiteradas oportunidades. Por el contrario, la difícil situación económica del Centro Social Betanzos dio origen a la necesidad de subalquilar algunas de las habitaciones de la casa para la instalación de oficinas particulares y secretarías de otras asociaciones, además de la concesión del salón social para la realización de diferentes eventos. A la luz de las Actas de la asociación podemos concluir que uno de los vínculos más sólidos y estables que el Centro Social Betanzos estableció fue el que lo unió con el Club Hércules. Esta institución, que inicialmente fue una inquilina del salón para llevar a cabo sus fiestas sociales, se convirtió pronto en co-organizadora de diferentes actividades junto con el Centro Social Betanzos. Entre ellas, los bailes mensuales y los festivales de carnaval. Pero es también interesante considerar las atribuciones que fue conquistando el Club Hércules, el cual en reiteradas oportunidades realizó reclamos por las condiciones edilicias y de limpieza de la casa.[11]

A pesar de lo anterior, algunas preocupaciones de la Comisión Directiva reflejaron que el Club Hércules no pertenecería a la colectividad galaica.[12] De hecho, en la medida en que los vínculos se iban acrecentando, también comenzaron a expresarse propuestas alternativas para las actividades conjuntas con otras entidades. En una de las Actas se manifestaba lo siguiente:

[…] el señor J. Martínez propone que en lo sucesivo se trate de organizar fiestas conjuntamente con las sociedades gallegas de la casa. Se comisiona a este señor para que haga los trámites correspondientes a fin de llevar a feliz término su simpática iniciativa.[13]

A partir de ese momento, entonces, si bien la relación con el Club Hércules siguió siendo fluida, la organización de distintos eventos con las entidades galaicas creció considerablemente. Entre marzo y diciembre de 1940 pudimos registrar bailes, banquetes y picnics organizados junto a la Sociedad de Fragas y las sociedades de Valga y Catoira.[14] No obstante, en esta etapa, también se emprendieron actividades con la Sociedad de Residentes del Ayuntamiento de Vargas, referenciada en una localidad de Cantabria.

Uno de los aspectos más interesantes que las Actas de las reuniones de Comisión Directiva nos revelan acerca de este cambio de orientación en la organización de actividades comunes con otras asociaciones es su impacto en la situación económica del Centro Social Betanzos. Un análisis de los balances de la asociación entre septiembre de 1939 y diciembre de 1940 nos muestra un crecimiento del capital social hasta febrero de este último año y una disminución del mismo en lo sucesivo.[15] Podemos, además, inferir que el saldo obtenido de los festejos de carnaval celebrados junto con el Club Hércules, de 606,70 pesos a favor del Centro Social Betanzos, incidió más que favorablemente en aquel primer crecimiento.[16] Por el contrario, los balances asentados de actividades organizadas con las asociaciones gallegas de la casa arrojaban resultados francamente menos beneficiosos.[17] De este modo, no sería desatinado pensar que, dada la importancia de la organización de eventos para el presupuesto societario, la disolución de una Comisión de Fiestas que “perjudica los intereses de la institución”[18] en julio de 1940 pueda haber respondido a esta situación. No obstante, la planificación de veladas con sociedades gallegas continuó, aún a instancias de una clara disminución de las actividades con el Club Hércules. A modo de alternativa para la obtención de ingresos, aumentaron las ocasiones en las que el salón de la sede social fue alquilado a otras instituciones, muchas de ellas completamente ajenas a la colectividad gallega, por ejemplo el Boston Club, la revista Hombre de América o el Club Estudiantil Minerva.

Por su parte, el Centro Cultural Betanzos también llevó a cabo una tarea conjunta con otras instituciones en el marco de su casa social. La primera documentación de la sociedad unificada da cuenta de que fue en su sede, ubicada en la calle México 1660, donde se dio origen a “La Hermandad”, “… agrupación de 15 sociedades de la casa, fundada con el fin de organizar en conjunto bailes, festivales, Banquetes y Pic-Nic”.[19]

La vinculación con este grupo de entidades fue uno de los lazos ya establecidos al que el Centro Betanzos daría continuidad tras conformarse definitivamente en 1941, como resultado de la fusión de la Casa de Betanzos (nombre que adquirió la unión lograda en 1938 entre el Centro Social Betanzos y la asociación “Hijos de Requián y Piadela”) y el Centro Cultural Betanzos. A partir de ese momento la institución unificada se alojaría por más de cuatro décadas en la antigua sede del Centro Cultural Betanzos y la propiedad ocupada por el Centro Social Betanzos sería transferida al Club Hércules. De este modo, la tradición iniciada por las instituciones brigantinas que la precedieron, de compartir la casa social con otras entidades, se expresaría en el fortalecimiento de la relación anteriormente mantenida por el Centro Social Betanzos con la sociedad de Valga, además de la ya mencionada estructura de “La Hermandad”. Pero, al mismo tiempo, nuevas instituciones comenzaron a ocupar un sitio en la sede social del Centro Betanzos. A continuación, observaremos detenidamente las características de estas relaciones, establecidas por la institución que nos ocupa en el interior de su sede social.

En principio, la documentación que disponemos nos permitirá acercarnos a dos períodos diferentes dentro del arco temporal que aborda nuestro trabajo: las etapas 1941-1945 y 1957-1965.[20] El primer lapso se inició con la reunificación que dio origen al Centro Betanzos y contempla el que hemos observado como un periodo de consolidación para la entidad. El segundo, por su parte, pretende considerar la evolución de la institución hasta los años posteriores a su incorporación a la Federación de Sociedades Gallegas.

El análisis del primer periodo nos permite reiterar una de nuestras afirmaciones anteriores: la permanencia de algunos vínculos establecidos durante la etapa en que las asociaciones brigantinas se mantuvieron escindidas. La continuidad del lazo con la estructura de “La Hermandad”, para cuya organización se nombró un nuevo delegado durante el transcurso del proceso de constitución definitiva del Centro Betanzos confirma, en este sentido, que la unificación habría sido bien recibida por las sociedades inquilinas, que decidieron permanecer en la propiedad de México 1660. No obstante, al mismo tiempo, la documentación evidencia que, una vez resuelto el trámite de transferencia de la antigua propiedad sede del Centro Social Betanzos, las vinculaciones con el Club Hércules desaparecieron por completo.

Otro aspecto de importancia es que la sede social del recién conformado Centro Betanzos contaba con dos espacios distintos capaces de propiciar los vínculos con otras instituciones. Por un lado, las múltiples habitaciones, cada una de las cuales podía albergar las secretarías de una o más asociaciones. Por el otro, el salón social, requerido por las sociedades inquilinas, otras entidades y particulares.

Comencemos por analizar algunas de las características de las sociedades inquilinas.

Si bien desconocemos la nómina completa, las diversas instancias en las que fueron mencionadas en las reuniones de Comisión Directiva -solicitud del salón para asambleas o eventos, reclamos o negociaciones por el monto del alquiler- nos permiten inferir de qué instituciones se trataba. Inicialmente, para el período 1941-1945 hemos podido identificar un total de veintiún asociaciones que convivieron en el edificio que alquilaba el Centro Betanzos de Buenos Aires.[21] Cada una de ellas, por supuesto, abonaba un monto correspondiente al derecho de uso de su secretaría. El valor del alquiler no está especificado en las Actas, razón por la cual es lícito pensar que era negociado con cada una de las entidades en función de las comodidades de las que podría gozar -recordemos que en algunos casos debían compartir el espacio con otras-. Por su parte, para el período 1957-1965, el Centro Betanzos de Buenos Aires habría convivido con un total aproximado de veinticinco entidades, cinco de las cuales continuaban desde el período anterior. Los precios fijados para el uso de las secretarías tampoco aparecen especificados de manera unívoca. En este orden de ideas, cuando en 1958 se decidió un aumento del 100% del alquiler de las distintas habitaciones de la casa, para afrontar el respectivo aumento por parte del propietario, se aclaró que el mismo no alcanzaría a todas las sociedades.[22] Por el contrario, también ante el incremento del alquiler, parece haber sido más frecuente la existencia de una negociación caso por caso.

En cuanto a la pertenencia étnica de las instituciones, representada en el Gráfico 1, podemos decir lo siguiente. En los dos periodos analizados existió un claro predominio de las asociaciones gallegas. Las mismas alcanzaron un total de trece para los años 1941-1945, y veinte para la etapa 1957-1965.[23] En este mismo sentido, cabe aclarar que son estas entidades las que gozaron de mayor estabilidad en la sede social y las que más crecieron numéricamente. Entre uno y otro periodo las únicas cinco asociaciones identificadas que permanecieron en la casa eran gallegas. Las quince restantes se incorporarían progresivamente. Asimismo, es importante decir que una amplia mayoría de estas asociaciones tuvieron un carácter microterritorial, referenciándose en municipios o parroquias de las provincias de La Coruña, Orense, Pontevedra y Lugo. Entre ellas, las asociaciones microterritoriales coruñesas fueron mayoritarias, reuniendo un total de siete durante los años 1941 y 1945 y once en el periodo siguiente. Asimismo, cabe destacar que algunas de las entidades inquilinas estaban referenciadas en distintos municipios del Partido Judicial de Betanzos. Éstas fueron: la sociedad de Oza de los Ríos, durante la etapa 1941-1945, las sociedades de Coirós y Sada, para los años 1957-1965, y, por último, la sociedad de Rianjo, que convivió con el Centro Betanzos en los dos periodos.

 

Gráfico 1. Pertenencia étnica de las asociaciones inquilinas

 

 

Fuente: Elaboración propia a partir de los Libros de Actas del Centro Betanzos de Buenos Aires (1941-1965).

 

Entre las asociaciones de origen no gallego, las hubo tanto españolas como argentinas. Las dificultades ocasionadas por la posible ambigüedad de los nombres de algunas de ellas y su inexistencia en la actualidad no nos permiten mayores precisiones. Sólo a modo de ejemplo podemos decir que, entre las asociaciones pertenecientes a otras regiones de España, fueron inquilinas del Centro Betanzos el Centro Castilla y la asociación asturiana La Tierrina. Por su parte, entre las instituciones argentinas fueron frecuentes las asociaciones por oficios -armadores de radios, calesiteros, magos- y clubes -como el Club Argentino, el Club Estudiantil, el Centro Recreativo Súper Club-.

Asimismo, las actividades comunes del Centro Betanzos con las sociedades inquilinas fueron asiduas tanto en conjunto con las asociaciones gallegas como con algunas otras. La organización de bailes con el Club Argentino, por ejemplo, se reiteró en varias oportunidades a partir de marzo de 1942.[24]

El segundo espacio de la casa en el que se fortalecieron los vínculos intersocietarios fue el salón social. Por un lado, fue allí donde mayoritariamente se llevaron a cabo las actividades organizadas en forma conjunta con otras asociaciones de la casa. Pero, además fue un espacio requerido por otras instituciones de la colectividad gallega y ajenas a ella.

En este punto es importante considerar nuevamente la cuestión de los precios del alquiler. A diferencia de lo ocurrido en el caso de la ocupación de las habitaciones, los valores establecidos para el uso del salón sí fueron explicitados durante las reuniones de Comisión Directiva y asentados en las respectivas Actas. En este aspecto, el paso del tiempo supuso algunas discontinuidades. Entre 1941 y 1945 los valores de alquiler del salón fueron acordados por la Comisión en dos oportunidades. En la primera de ellas sólo se fijaron precios para los días sábados y domingos, distinguiendo entre dos horarios de uso. Las actividades por la tarde supondrían el pago de un monto de 45 pesos, mientras que los eventos nocturnos alcanzarían los 60.[25] Tres años más tarde, el listado de precios adquiriría una mayor complejidad. Ahora se consideraba una gama más amplia de posibilidades, a través de la diferenciación de cinco tipos de eventos: matinées, veladas, banquetes, banquetes con baile y casamientos. Como muestra la Tabla 1, además, se establecían precios distintos para las sociedades inquilinas y otras asociaciones. La diferencia del monto indicado para unas y otras osciló entre los 5 y 10 pesos, a excepción del valor del alquiler para los casamientos, que fue idéntico en los dos casos.

La distinción entre las sociedades de la casa y las otras entidades que solicitaban el salón se mantuvo también en el período 1957-1965, ahora a través del establecimiento de una bonificación de 100 pesos sobre el precio fijado. Además, en todos los casos, se señaló que las residentes en la sede social no deberían abonar monto alguno en concepto de seña.[26]

 

Tabla 1. Precios fijados para el alquiler del salón de la sede social (1944)

 

 

Sociedades Inquilinas

Otras Entidades

Matinée

35 pesos

40 pesos

Velada

45 pesos

50 pesos

Banquete

30 pesos

35 pesos

Banquete con baile

50 pesos

60 pesos

Casamiento

35 pesos

35 pesos

 

Fuente: Elaboración propia a partir de los datos contenidos en el Libro de Actas del Centro Betanzos de Buenos Aires (ACBBA; LACBBA; Acta N° 87; 2 de junio de 1944; f. 109).[27]

 

Otra de las ventajas con la que contaron las entidades inquilinas fue la de tener prioridad en la distribución de las fechas para la utilización del salón. En una oportunidad en la que se procedió a reservar para la Comisión de Fiestas del Centro Betanzos los días domingos, por ejemplo, se aclaró que se aprobaba la moción “… respetándose solamente los compromisos de las sociedades de la casa”.[28]

A pesar de que los precios del salón eran fijados de antemano, hubo ocasiones en las que fue posible hacer algunas excepciones. En múltiples oportunidades, el salón fue prestado o concedido a un precio menor al fijado a algunas sociedades de la casa.[29] Asimismo, su uso fue permitido sin cargo alguno como forma de pago o como modo de agradecer la colaboración con el Centro Betanzos por parte de particulares.

Por último, cabe agregar que muy pronto se sumó a los dos espacios hasta aquí considerados –la casa y el salón social– un campo adquirido por el Centro Betanzos en la localidad de Boulogne, cuya compra se concretó a fines de 1941.[30] A partir de allí, y hasta que fue vendido en el año 1959 a Vialidad Nacional,[31] el campo también fue un ámbito de confluencia del Centro Betanzos con otras asociaciones. En este sentido, su funcionamiento fue bastante semejante al del salón social. Allí eran frecuentes las fiestas campestres o picnics de distintas entidades, inquilinas o no. También se beneficiaban de él los socios particulares, pudiendo disfrutar de sus vacaciones en dicho lugar.

 

El Centro Betanzos en la colectividad gallega de Buenos Aires

 

En las próximas páginas desarrollaremos algunas ideas sobre las relaciones establecidas entre el Centro Betanzos y otras dos instancias del movimiento asociativo galaico en la Argentina: el Centro Coruñés y la Federación de Sociedades Gallegas.

Los vínculos que lo unieron a ellas son, en principio, sólo algunos de los que el Centro Betanzos construyó por fuera de los límites de su casa social. Si nos restringimos a las relaciones intersocietarias con otras entidades gallegas, durante los años analizados fueron muy frecuentes los intercambios de correspondencia y la organización de eventos con un importante número de ellas. Las prácticas que se registraron -comunicación de nuevas autoridades, invitaciones a fiestas oficiales, organización de homenajes y actividades diversas vinculadas al país de origen-, por otra parte, sugieren que se trataba de modalidades habituales de interrelación entre las sociedades gallegas. En junio de 1939, por ejemplo, la asociación Casa de Galicia invitó al Centro Social Betanzos a participar de un “plan de sociabilidad gallega” que comprometía “… a ambas sociedades a enviar a un representante, especialmente invitado, a las fiestas o banquetes, que con carácter oficial, realicen indistintamente”[32].

Sin embargo, los casos del Centro Coruñés y la Federación de Sociedades Gallegas fueron elegidos por distintos motivos. En primer lugar, porque los registros documentales del Centro Betanzos nos ofrecen múltiples indicios de la relación establecida con aquellas entidades, en virtud de los debates y las negociaciones suscitados por la decisión de participar en ellas. Por otro lado, porque ambas instituciones presentan la particularidad de ser emprendimientos asociativos de mayor envergadura, en los cuales se expresaron los cambios propios de la organización institucional del colectivo gallego a lo largo de los años cuarenta y hacia las cuales se reorientó, luego de la reunificación, la fuerte tendencia a la integración societaria manifestada por las entidades brigantinas.

En lo que refiere al conjunto del movimiento asociativo gallego en Buenos Aires, debemos tener en cuenta que la cuestión de la conformación de los centros provinciales y la fusión de las asociaciones microterritoriales existentes en grandes sedes ocupó a la colectividad organizada desde el inicio de la década de 1940. Hasta allí, el mapa de la sociabilidad galaica estaba caracterizado por el predominio de unas 300 microasociaciones y pequeñas entidades culturales organizadas de modo similar -coros, orfeones, grupos de danzas-, por sobre las cuales se destacaban dos emprendimientos asociativos más ambiciosos e integradores del colectivo emigrante: el Centro Gallego y la Federación de Sociedades Gallegas.[33]

La primera de dichas instituciones, creada en 1879 y refundada en 1907, se distinguió por su función esencialmente mutual y sólo secundariamente cultural, así como por su irrefutable peso numérico en el contexto de la colectividad.[34] Desde el punto de vista del involucramiento con la situación social y política de la sociedad de partida, el Centro Gallego se caracterizó mayoritariamente por un pretendido apoliticismo, que lo condujo a la connivencia con gobiernos de signo diverso.

Por su parte, la Federación de Sociedades Gallegas puede ser entendida como la contracara de la institución descripta anteriormente. La misma se convirtió, desde su fundación en 1931, en un referente político ineludible de los sectores republicanos, nacionalistas y de izquierda de la colectividad, por su claro compromiso con la experiencia de la Segunda República Española durante la década de 1930 y su militancia antifranquista a partir del fin de la Guerra Civil.[35] Por otro lado, este compromiso fue mantenido a lo largo del tiempo, a pesar de los diversos conflictos que signaron la trayectoria de este ente aglutinador de múltiples asociaciones microterritoriales gallegas -socialistas frente a galleguistas; moderados y comunistas-. Inclusive, se acentuó en coyunturas particulares. Por citar un ejemplo, cabe destacar el momento de arribo de un buen número de exiliados gallegos, que se insertaron preferentemente en la actividad periodística propiciada por la existencia del periódico Galicia -órgano oficial de la entidad- y desde allí contribuyeron a la consolidación del perfil ideológico de la asociación.[36]

Frente a este panorama, surgirían luego las iniciativas para la creación de las entidades provinciales gallegas, promovidas fundamentalmente por el escritor y dibujante gallego Alfonso Rodríguez Castelao. Nacido en 1886, atravesó la experiencia de la emigración al partir desde Vigo con sus padres en 1896 y permanecer en la Argentina hasta el año 1900. Más tarde, debió exiliarse ante la coyuntura de la caída de la república en manos del franquismo. Cuadro del Partido Galeguista, que dio forma institucional a la movilización política republicana-galleguista a uno y otro lado del Atlántico en los albores de la república, Castelao inició un periplo que lo condujo a la Unión Soviética, Norteamérica y Cuba, donde actuó como propagandista del régimen republicano español. Finalmente, la imposibilidad de regresar a la Península lo detuvo en Nueva York, hasta que en 1940 arribó a la Argentina.[37] Aquí, se constituiría en líder indiscutido del galleguismo político organizado, en un periodo de intensos cambios y durante el cual su proyecto de unidad del colectivo galaico derivaría en un proceso del que no estuvieron ausentes los conflictos.

Uno de los modos en que el debate sobre la necesidad de crear entidades aglutinadoras se plasmó fue a través de las publicaciones periódicas de los respectivos centros provinciales. Al respecto, Andrea Cobas Carral identificó algunos de los principales ejes de disputa: el ordenamiento institucional de la diáspora gallega en Buenos Aires -tanto desde el punto de vista ideológico como patrimonial-, las estrategias de integración en el país receptor y los deseos de intervención en la reconstrucción política, cultural y económica de Galicia. Su análisis de Lugo y El Orensano muestra las profundas diferencias que signaron el proceso de conformación de las entidades provinciales. Sobre el acuerdo en torno al agotamiento de las posibilidades de las asociaciones de carácter microterritorial, las nuevas instituciones manifestaron preocupaciones divergentes. Mientras el Centro Lucense centró su atención en la realidad de los emigrantes, su carácter de parte constitutiva de la identidad gallega y su participación activa en la historia argentina, el Centro Orensano otorgó un rol preponderante a las circunstancias de Galicia durante la segunda posguerra y a las posibilidades de los residentes en la Argentina de contribuir a la recuperación republicana en España.[38]

Los dos primeros centros provinciales en crearse, dentro del seno mismo de la Federación de Sociedades Gallegas y en el año 1941, fueron el Centro Orensano y el Centro Pontevedrés.[39] Ambos permanecieron federados hasta 1944 y 1945 respectivamente. Sin embargo, en el caso de la entidad orensana, los roces aparecieron tempranamente. Cuando esta institución accedió a una sede social propia, a los pocos meses de su conformación, la Federación interpretó este hecho como un desafío a su injerencia dentro de la colectividad.[40]

Más tarde, en 1943, fue fundado el Centro Lucense de Buenos Aires. En este caso, como resultado de las negociaciones entre quince asociaciones referenciadas en distintas parroquias de la provincia gallega de Lugo y por fuera de la estructura de la Federación de Sociedades Gallegas. Esta institución resultó ser la más numerosa entre las cuatro entidades provinciales y se caracterizó por su énfasis en la sociabilidad y la diversión.[41]

Finalmente, el Centro Coruñés fue el último y el más pequeño de los centros provinciales. Los avatares de su creación nos ocuparán particularmente más adelante, dada la importancia de la participación del Centro Betanzos de Buenos Aires en las negociaciones para su conformación.

En definitiva, el balance de esta experiencia de integración provincial, según Hernán Díaz, puede ser sintetizado a través de la idea de un éxito relativo. En principio, porque los centros provinciales no lograron reemplazar a las asociaciones microterritoriales -las cuales no desaparecieron- ni sus respectivas masas societarias alcanzaron a superar numéricamente a las de las asociaciones de base local. No obstante, su creación sí supuso una quita del valor simbólico de la Federación de Sociedades Gallegas. Esta última dejó de ser el único organismo político de la colectividad gallega y debió compartir ese espacio con las entidades provinciales, que se erigieron, mayoritariamente y a excepción del Centro Lucense, en instituciones de carácter político, vinculadas al nacionalismo de Irmandade Galega. Esta entidad fue concebida dentro del plan de Castelao para reorganizar las fuerzas del nacionalismo gallego en Buenos Aires y se constituyó en una organización de carácter suprapartidario, con un número poco considerable de socios, aunque de selecta procedencia.[42] Mientras tanto, la Federación fue asociada a una identidad socialista o comunista, a pesar de que los galleguistas moderados también formaron parte de algunas de las alianzas que accedieron al gobierno de la institución.[43] Si bien la relación entre la Federación de Sociedades Gallegas y los centros provinciales fue cordial, la creación del Consello de Galiza -órgano político gallego en el exilio- en 1944 y el alejamiento del Centro Orensano y el Centro Lucense de la Federación culminó por acentuar las fricciones, hasta relegar a esta última entidad a “… un papel de opositora externa a las políticas semigubernamentales del núcleo fuerte del galleguismo”.[44]

En el caso del Centro Betanzos, las referencias a la necesidad de contribuir a la integración de la colectividad fueron muy tempranas. Inicialmente, la unificación de todas las asociaciones brigantinas en una única entidad fue uno de los objetivos centrales de los distintos emprendimientos asociativos ligados a Betanzos. No obstante, esta intención en particular parece haber perdido centralidad progresivamente y en consecuencia los esfuerzos del Centro Betanzos fueron canalizados en otras direcciones.

Una de ellas fue el proceso de conformación del Centro Coruñés, caracterizado por una marcha heterogénea, con momentos de aparente consenso y otros de crecientes dificultades. Los datos disponibles sobre su creación dan cuenta, a simple vista, de estas tensiones. En principio, hacia 1947, pareció lograr algún vigor la creación de una entidad provincial coruñesa a partir de la existencia del poco vital Círculo Provincial Coruñés -fundado en 1926-. La Federación de Sociedades Gallegas participó activamente de esta iniciativa, y en sus salones fueron convocadas las asambleas para la constitución de la asociación. Pero finalmente en 1950 se dio origen al Centro Coruñés, con unos cien afiliados, por fuera de la estructura de la Federación y en estrecha vinculación con el resto de los centros provinciales.[45]

El Centro Betanzos de Buenos Aires, por su parte, comenzó a participar de las gestiones para la conformación del Centro Coruñés en mayo de 1944. En ese momento, dos integrantes de la Comisión Directiva, Manuel Freire y Juan Suárez, fueron elegidos para representar a la institución en las reuniones.[46] Posteriormente, a fines de junio del mismo año, el Centro Betanzos aceptó como inquilino a un Centro Coruñés todavía no plenamente conformado.[47] Algunos meses después, la Comisión Directiva invitaba al delegado Manuel Freire a agilizar las negociaciones destinadas a la agrupación de todas las asociaciones correspondientes a la provincia de La Coruña.[48]

En 1946, uno de los integrantes de la Comisión Directiva del Centro Betanzos y miembro de la Comisión de Cultura, Antonio Suárez Do Pazo, utilizó la revista social Betanzos para realizar un contundente llamamiento a las entidades coruñesas en pos de la definitiva consolidación de una asociación capaz de aglutinarlas. En el mismo se hacía referencia a las sugerencias de Alfonso Rodríguez Castelao, a quien se atribuía el deseo de ver consolidada la formación del gran Centro Coruñés, destinado a completar la tarea de unificación de la familia gallega, encabezada, hasta allí, por los otros tres centros provinciales. Al mismo tiempo, se proponía lo siguiente:

[…] pensemos lo realizado por las sociedades chicas, que a pesar de su gran voluntad y espíritu, y del sacrificio constante de sus dirigentes, apenas si pueden subsistir, e imaginamos lo que puede hacerse si todos nos uniéramos en una sola y grande entidad. Llegamos a un punto en que todos debemos comprender que así divorciados en tantas sociedades como pueblos tiene la provincia, ninguna obra puede realizarse, y además, corremos el riesgo de quedar para siempre rezagados, si nos comparamos con nuestros hermanos que han sabido ya unirse en respectivos Centros provinciales.[49]

Es notable la coincidencia que estas palabras reflejan respecto de las críticas al microasociacionismo que Cobas Carral encontró, por ejemplo, en el discurso de Castelao o en la publicación del Centro Orensano. Los artículos de Castelao, publicados en el periódico Lugo del Centro Lucense, caracterizaban al microasociacionismo gallego como un “minifundismo social, problema moral y molestia estética” a los que se atribuía la ineficacia económica y las dificultades de la colectividad para la proyección política, social y cultural.[50]

Si bien la falta de acceso a las Actas a partir del año 1945 nos impide seguir la trayectoria de las gestiones, sabemos que el Centro Coruñés fue creado en 1950. En los registros del Centro Betanzos correspondientes a 1957, encontramos evidencias de su pleno funcionamiento. Durante ese año, realizó fiestas a las que el Centro Betanzos fue especialmente convocado y a su vez, fue invitado especial del último, con motivo de cada una de las fiestas anuales de San Roque. Ambas entidades colaboraron, además, en la organización de un homenaje al galleguista Alfredo Brañas.

No obstante, en marzo de 1960 se realizó una nueva convocatoria de delegados para una reunión de entidades en la que el Centro Betanzos propondría la conformación de una federación de sociedades coruñesas.[51] Las Actas sucesivas dan cuenta de que la alternativa habría sido bien recibida en tanto los registros del intercambio entre el Centro Betanzos y el Centro Coruñés recuperan importancia. Nuevamente como entre 1957 y principios de 1960, ambas instituciones organizaron eventos en forma conjunta -el Día de Galicia 1962, los carnavales 1963- y se invitaron recíprocamente a sus fiestas oficiales.

Estas marchas y contramarchas en las negociaciones para la constitución del Centro Coruñés parecen sugerir que si bien, como sostuvo Suárez Do Pazo, el Centro Betanzos encontraba en su microterritorialidad un límite para su subsistencia y crecimiento, no estaba dispuesto a resignar su autonomía. Probablemente por ello otorgó una importancia central a la forma organizativa que la asociación provincial adquiriría, subordinando su adhesión a la adopción de la idea de una federación. Al tiempo que se encargó de enfatizar cuáles serían las funciones específicas de la nueva entidad, “…realizar actos de carácter cultural y artístico, o cualquier manifestación que se relacione con la cultura general de Galicia, así como actos patrióticos”, [52] excluyendo de plano las cuestiones vinculadas al posicionamiento político.

En este punto, coincide la interpretación de Hernán Díaz, quien señaló que una de las mayores dificultades para la creación de la entidad provincial coruñesa residió en la existencia de dos grandes asociaciones, el ABC de Corcubión y el propio Centro Betanzos, a las que atribuyó un “instinto de supervivencia” que resistió incluso a las intenciones de acercamiento político de Irmandade Galega.[53]

En lo que refiere a la Federación de Sociedades Gallegas, la incorporación del Centro Betanzos a ella, aparentemente concretada en 1962, parece ser algo tardía.[54] Especialmente, si consideramos que el Centro Betanzos había sido creado hacía más de veinte años y que ambas instituciones compartían un importante aspecto de su perfil ideológico: el republicanismo.

Sin embargo, es igualmente evidente que la colectividad española en general había sufrido en los años anteriores un profundo cambio en lo que respecta al compromiso político con la sociedad de partida. Debemos tener en cuenta que frente al fracaso de la expectativa, no exenta de recelos, generada por el desarrollo de la Segunda Guerra Mundial y el triunfo aliado como posible detonante de la caída del franquismo,[55] el colectivo inmigrante republicano se enfrentó al desafío de renovar las actividades destinadas a contribuir a la recuperación democrática en España. Finalmente, en función de la evidencia documental que disponemos hasta el momento, es posible sugerir que la decisión de la incorporación a la Federación obedeció a tres circunstancias que, por aquellos años, caracterizaron a la vida social del Centro Betanzos.

Por un lado, la institución inició su participación en la “Comisión Intersocietaria de Sociedades Gallegas pra conmemorar as datas patrióticas galegas”, integrada además por el Centro Orensano, el Centro Pontevedrés, el Centro Coruñés, Irmandade Galega, A.B.C de Corcubión y, por supuesto, la Federación de Sociedades Gallegas.[56] Este intento de confluencia con otras instituciones de la colectividad galaica, incluida la propia Federación y los centros provinciales, se orientó a la organización de actividades vinculadas a la reivindicación republicana y la oposición al régimen de Franco a partir de 1948 y procuró mantenerse ajena a las rivalidades propias de los organismos de la emigración gallega, aunque no siempre con éxito. Particularmente, en el ya mencionado contexto de intensa fricción entre la Federación de Sociedades Gallegas y las organizaciones vinculadas al Consello de Galiza.[57]

En el periodo para el cual disponemos de fuentes, hemos obtenido datos sobre la participación activa del Centro Betanzos en la Comisión Intersocietaria entre 1958 y 1961. Durante los tres primeros años, eligió representantes para las reuniones, participó de la sesión constitutiva del año 1959 y contribuyó económicamente a través de la fijación de un monto anual por parte de la Comisión Directiva. Entre las actividades realizadas, se destacó el homenaje a Castelao por el décimo aniversario de su fallecimiento, en agosto de 1960.

A pesar de que carecemos de detalles, sabemos que la conflictividad comenzó hacia mediados del año 1961, momento en que el Centro Betanzos de Buenos Aires registró el envío de una carta en la que se rechazaba la decisión de la Comisión Intersocietaria de negarse a ampliar su Comisión Directiva.[58] El conflicto se agudizó en el mes de junio, cuando el Centro Coruñés dejó de participar de la Comisión Intersocietaria.[59] Finalmente, en noviembre del mismo año, el Centro Betanzos se retiró en forma definitiva de dicha institución “…en razón del anacrónico programa y organización de la Intersocietaria”.[60]

Asimismo, en esta etapa, el Centro Betanzos atravesó un proceso de intensos cuestionamientos a la Comisión Directiva por parte de algunos miembros de la Asamblea Ordinaria, que derivó en un igualmente intenso debate acerca de la orientación política del ente societario.

Esta situación se hizo evidente por primera vez en la Asamblea General Ordinaria del 29 de marzo de 1958. Allí, se generó una discusión acerca de la pertinencia o no de celebrar, como se había hecho en otras ocasiones, el Día de los Mártires de Betanzos -en referencia a las víctimas del franquismo-. Sin embargo, el intercambio de ideas desencadenó una serie de intervenciones sobre la definición política de la institución. Algunos socios como Antonio Suárez Do Pazo y Oscar Dans manifestaron sus reservas frente al perfil ideológico del candidato a Presidente de la Comisión Directiva, Luis Picado, aparentemente contrario a las ideas republicanas que caracterizaban a la entidad.[61]

A pesar de que la encabezada por Luis Picado era la única lista presentada para las elecciones de Comisión Directiva, Suárez Do Pazo y José Da Porta optaron por insistir con la cuestión. A través de un escrito firmado por un grupo de socios, exigieron que la Comisión Directiva realizara una declaración política. En su respuesta, esta última se refirió al pedido como:

[…] desde todo punto de vista improcedente y anti estatutario […] Considera también que este escrito es la culminación de una campaña de difamación que se viene realizando, no solamente entre los asociados, sino que se extiende a la Colectividad Gallega […].[62]

En definitiva, la Comisión Directiva desconoció la legitimidad de la carta e incluso sugirió que los firmantes podrían haberla suscripto desconociendo de qué se trataba. No obstante, el comportamiento posterior de la Comisión tendió a acentuar el compromiso democrático de la asociación. Entre otras cosas, Luis Picado asistió a un acto por la reafirmación democrática organizado por la Unión del Partido Judicial de Órdenes, se adhirió al envío de una carta a la ONU solicitando el retiro de tropas extranjeras del territorio español y se aceptó la conformación de una Comisión de Homenaje a los Mártires de Betanzos. Finalmente, en la Asamblea General Ordinaria del 31 de marzo de 1959, Oscar Dans desmintió las acusaciones de antidemocrático vertidas sobre Luis Picado, y la lista que aquél lideraba fue elegida con la única oposición de Suárez Do Pazo.

El último elemento de acercamiento a la Federación de Sociedades Gallegas fue el inicio de la participación del Centro Betanzos en la Organización por la Amnistía y las Libertades Democráticas en España y Portugal. La colaboración comenzó, en noviembre de 1959, con la adhesión a una carta dirigida al Congreso Nacional Argentino en la que se pedía a diputados y senadores que llevaran a cabo gestiones en pos de la liberación de los presos políticos en España y se consolidó con el apoyo económico para el viaje de un delegado sudamericano. A principios de 1961 el compromiso se acrecentó. El Centro Betanzos de Buenos Aires adhirió a la II Conferencia Latinoamericana por la amnistía para los Presos y Exiliados de España y Portugal.

Coincidiendo con la Conferencia Pro Amnistía de Presos y Exiliados Españoles que reunió a delegados de los países de Europa occidental en París, la II Conferencia Latinoamericana se llevó a cabo en la ciudad de Montevideo entre los días 25 y 26 de marzo de 1961. Entre sus principales medidas, propuso la creación de comisiones, en cada uno de los países participantes, destinadas a proveer de ayuda legal, moral y material a los perseguidos políticos y sus familias.[63] A partir de ese momento, la institución brigantina participó de la frecuente organización de eventos en conjunto con otras sociedades, entre ellas la Federación de Sociedades Gallegas. Además, ofreció el patrocinio de trámites legales en España de forma gratuita para sus asociados.

En resumen, todas las circunstancias hasta aquí descriptas permitieron canalizar la voluntad de integración con otras entidades de la colectividad, que siempre había caracterizado al Centro Betanzos, en la dirección de la Federación de Sociedades Gallegas, a la cual lo unía una creciente afinidad y cercanía.

Como señaláramos anteriormente, sabemos que el Centro Betanzos se incorporó a la Federación en el año 1962,[64] aunque las fuentes que hemos consultado no nos permiten confirmar la fecha exacta. Sin embargo, los libros de Actas nos muestran que, mientras en el periodo 1941-1945 ambas instituciones no se vincularon en ningún momento, a partir de octubre de 1957 se relacionaron con asiduidad. En dicha oportunidad ambas instituciones participaron de la organización de un acto conmemorativo de la defensa de Madrid, para el cual la Federación cedió el uso de su salón social. Posteriormente, la Federación de Sociedades Gallegas se convirtió en destinataria de una invitación especial en cada una de las fiestas anuales de San Roque hasta 1965. Además de converger, como ya señalamos, en las actividades involucradas con el fortalecimiento del movimiento democrático español.

 

Reflexiones finales

 

Una vez desarrollados los aspectos centrales de la vinculación del Centro Betanzos de Buenos Aires con otras instituciones, procederemos a exponer nuestras principales conclusiones.

Como dijéramos anteriormente, Xosé Manoel Núñez Seixas señaló como una característica distintiva de la comunidad gallega su alto índice de dispersión en asociaciones de carácter microterritorial.[65] El Centro Betanzos y sus antecedentes son, en este sentido, un buen ejemplo. Sin embargo, su recorrido nos muestra que esa dispersión característica no impidió el establecimiento de vínculos sólidos con variadas instituciones.

En este trabajo, hemos podido abordar dos ámbitos diferentes en los que se desarrollaron aquellas relaciones. Por un lado, las asociaciones brigantinas tuvieron la particularidad de convivir, en sus sucesivas sedes sociales, con otras entidades de origen étnico diverso. De este modo, el Centro Betanzos recuperó un comportamiento iniciado por las entidades que representaron a los oriundos de ese concello coruñés durante los años de la escisión. A pesar de que esta situación pudo haber estado condicionada en distintas oportunidades por la coyuntura económica de la asociación, la vecindad condujo a relaciones más estrechas con muchas de las instituciones. Éstas se tradujeron, la mayor parte de las veces, en la organización conjunta de eventos.

Sin embargo, la trayectoria del Centro Betanzos y las asociaciones que le dieron origen muestra, también, que el mantenimiento de relaciones intersocietarias con otras entidades de la colectividad galaica gozó de una atención privilegiada. Las asociaciones microterritoriales gallegas constituyeron la mayor parte de las sociedades inquilinas y la organización de eventos con ellas se mantuvo aún a expensas de un desmejoramiento de la economía societal.

Más aún, y en segundo lugar, el análisis de la historia del Centro Betanzos muestra un interés continuo por la integración en diferentes niveles: local, provincial y regional. Inicialmente, se trató de una voluntad de aglutinamiento de las diferentes entidades brigantinas. Más tarde, de la conformación de un centro provincial. Y, finalmente, de la integración a una asociación de carácter regional: la Federación de Sociedades Gallegas. Incluso, a través de la figura de Antonio Suárez Do Pazo y en consonancia con el clima general de la colectividad, la institución hizo explícitas sus opiniones sobre los límites del asociacionismo microterritorial.

No obstante, el abordaje de las fuentes también demuestra que la voluntad de integración del Centro Betanzos en emprendimientos asociativos de mayor envergadura no estuvo exenta de condicionamientos. La exigencia de que el Centro Coruñés adquiriera la forma federal -evitando la disolución de las asociaciones microterritoriales- o el fracaso de su incorporación a la Intersocietaria Gallega son claras muestras del interés de la institución por mantener su autonomía. Al mismo tiempo que la posterior incorporación a la Federación de Sociedades Gallegas, referente indiscutido de las corrientes nacionalistas y de izquierda en el contexto de lucha contra el franquismo y en pos del progreso económico y social gallego, se mostró coherente con el fortalecimiento del compromiso político de la institución y la participación en organizaciones destinadas a la promoción de las libertades democráticas, tras un proceso de discusiones sobre su identificación con la causa republicana.

 

 

RESUMEN

 

Asociacionismo microterritorial gallego y vínculos intersocietarios: algunas reflexiones sobre el Centro Betanzos de Buenos Aires (1941-1965)

 

El Centro Betanzos de Buenos Aires es una de las asociaciones microterritoriales que constituyeron el sello distintivo del movimiento asociativo gallego en Buenos Aires a lo largo del siglo XX y que, como muchas otras, aún no ha sido suficientemente indagada. Este trabajo se propone analizar los múltiples vínculos intersocietarios establecidos por esta institución a partir de su unificación y durante toda su etapa de consolidación, entre 1941 y 1965. Basándonos en los Libros de Actas del Centro Betanzos y sus sociedades antecesoras, entre otras fuentes, abordaremos el establecimiento de lazos en dos ámbitos diferentes: el de la casa social –donde la institución convivió con otras tantas entidades de la colectividad española, galaica y de la sociedad local– y el de la colectividad gallega en general, destacando la participación de la institución en emprendimientos asociativos mayores como la Federación de Sociedades Gallegas y el Centro Coruñés.

 

Palabras clave: Centro Betanzos de Buenos Aires - asociacionismo microterritorial - vínculos intersocietarios - Federación de Sociedades Gallegas - Centro Coruñés

 

 

ABSTRACT

 

The Galician microterritorial associations and their relations: a study about the Centro Betanzos de Buenos Aires (1941-1965)

 

The “Centro Betanzos de Buenos Aires” is one of the micro-territorial associations that constituted the hallmark of Galician institutions in Buenos Aires during the twentieth century and, like many others, has not been sufficiently inquired into. This paper analyzes the multiple institutional relations established by this entity from its unification and throughout its consolidation phase, between 1941 and 1965. Based on the Proceedings of the Board of the “Centro Betanzos” and its predecessor associations, among other sources, the article discuss the establishment of ties in two different areas: the social headquarter -where the institution lived with many Spanish, Galician and local entities- and Galician community in general, highlighting the involvement of the institution in higher projects as the “Federación de Sociedades Gallegas” and the “Centro Coruñés”.

 

Key words: Centro Betanzos de Buenos Aires - microterritorial associations - institucional relations - Federación de Sociedades Gallegas - Centro Coruñés

 

 

Recibido: 10/02/2015

Evaluado: 30/04/2015

Versión final: 01/06/2015

 

 

Notas



(*) Becaria de Estudio de la Comisión de Investigaciones Científicas de la Provincia de Buenos Aires (CIC). El presente trabajo fue realizado en el marco de dicha beca y del Proyecto UBACyT 20020110100073 “La inmigración española en Buenos Aires: entre el espontaneísmo y la regulación estatal (1946-1960)”, dirigido por la Dra. Nadia De Cristóforis.

[1] FERNÁNDEZ, Alejandro; “Los españoles de Bs. As. y sus asociaciones en la época de la inmigración masiva”; en: CLEMENTI, Hebe (coord.); Inmigración española en la Argentina (Seminario 1990); Oficina Central de la Embajada de España; Bs. As., 1991; pp. 59-66.

[2] DE CRISTÓFORIS, Nadia; “Argentina como destino de la emigración gallega luego de la Segunda Guerra Mundial”; en: FARÍAS, Ruy (comp.), Buenos Aires Gallega. Inmigración, pasado y presente; Comisión para la Preservación del Patrimonio Cultural de la Ciudad Autónoma de Bs. As.; Bs. As., 2007; pp. 45-62. Además, para una visión general de los procesos migratorios en la segunda posguerra se puede consultar BARBERO, María Inés y CACOPARDO, María Cristina; “La inmigración en la Argentina en la segunda posguerra: viejos mitos y nuevas condiciones”; Estudios Migratorios Latinoamericanos; CEMLA; Bs. As., Diciembre de 1991; Año 6, N° 19; pp. 291-321.

[3] LUNA, Elba y CECCONI, Élida; De las cofradías a las organizaciones de la sociedad civil: historia de la iniciativa asociativa en Argentina, 1776-1990; GADIS; Bs. As., 2002; pp. 105-107.

[4] FERNÁNDEZ, A.; “Los españoles de Bs. As.…”; op. cit.; pp. 71-72.

[5] NÚÑEZ SEIXAS, Xosé M.; “Asociacionismo local y movilización sociopolítica: notas sobre los gallegos en Buenos Aires”, en: FERNÁNDEZ, Alejandro y MOYA, José (ed.); La inmigración española en la Argentina; Biblos; Bs. As., 1999; pp. 195-233.

[6] ARCHIVO DEL CENTRO BETANZOS DE BUENOS AIRES. (en adelante ACBBA); Estatutos de la Asociación Centro Betanzos; octubre de 1944; p. 4.

[7] ACBBA; Libro de Socios N° 1 del Centro Betanzos de Buenos Aires; f. 1-30

[8] NÚÑEZ SEIXAS, X. M.; “Asociacionismo local y movilización sociopolítica…”; op. cit.; p. 195.

[9] En agosto de ese año se plantea la necesidad de inaugurar un Fondo Especial destinado a la compra de un inmueble. ACBBA; Libro de Socios del Centro Social Betanzos (en adelante LACSB); Acta N° 37; 24 de agosto de 1938; f. 53.

[10] ACBBA; LACSB; Acta N° 2; 22 de abril de 1938; f. 3.

[11] El 17 de diciembre de 1939, las reformas realizadas en el salón social son inauguradas en una celebración junto con el Club Hércules. ACBBA; LACSB; Acta N° 49; 7 de diciembre de 1939; f. 78.

[12] Cabe aclarar, en este punto, que no nos fue posible obtener información certera acerca del origen de esta institución. Aunque la denominación de la entidad podría referirse a la llamada Torre de Hércules, faro situado en la ciudad de La Coruña, las preocupaciones de la Comisión Directiva a las que nos referimos muestran que no se trataría de una asociación gallega. En definitiva, su procedencia no consta en la documentación consultada del Centro Social Betanzos y la imposibilidad de entrevistar a personas que hubieran participado activamente de dicha institución durante los últimos años de la década del treinta nos ha impedido confirmar nuestras apreciaciones.

[13] ACBBA; LACSB; Acta N° 62; 7 de marzo de 1940; f. 99.

[14] Estas entidades representan, respectivamente, a una parroquia y dos concellos de la provincia de Pontevedra.

[15] El balance de septiembre de 1939 arrojaba un capital de 1871,91 pesos para el Centro Social Betanzos (ACBBA; LACSB; Acta N° 44; 2 de noviembre de 1939; f. 66), mientras que, por el contrario el capital fue de 1724,23 pesos en diciembre de 1940 (ACBBA; LACSB; Acta N° 90; 4 de febrero de 1940; f. 127). A modo de referencia respecto de la magnitud del capital social y los ingresos obtenidos, podemos señalar que la remuneración media anual de un asalariado en el sector de la industria manufacturera en 1940 ascendía al monto de 1240 pesos moneda nacional (dato reconvertido a partir del expresado en pesos ley en: LLACH, J.J. y SÁNCHEZ, E; “Los determinantes del salario en la Argentina. Un diagnóstico de largo plazo y propuestas políticas”; en: Estudios; Bs. As., Enero-Marzo de 1987; Año VII, N° 29; p. 34). En este sentido, el valor del capital social en ambos años apenas superaba el 60% de dicha remuneración.

[16] ACBBA; LACSB; Acta N° 62; 7 de marzo de 1940; f. 99.

[17] Por mencionar algunos ejemplos podemos señalar que el balance de un banquete organizado con la sociedad de Valgas arrojó un beneficio de 22,50 pesos para cada una de la instituciones (ACBBA; LACSB; Acta N° 88; 7 de enero de 1941; f. 125) y un picnic llevado a cabo con aquella misma sociedad y la de Catoira supuso una ganancia de 22,85 pesos para cada una de ellas (ACBBA, LACSB; Acta N° 90; 4 de febrero de 1941; f. 127). Remitirse a la Nota 15 por un valor de referencia.

[18] ACBBA; LACSB; Acta N° 75; 11 de julio de 1940; f. 111.

[19] ACBBA, Libro de Actas del Centro Betanzos de Bs. As. (en adelante LACBBA); Acta de Fundación (continuación); 13 de junio de 1941; f. 2.

[20] La principal limitación documental con la que nos enfrentamos es el extravío de los Libros de Actas del Centro Betanzos de Bs. As. correspondientes al período 1945-1957.

[21] El listado completo de sociedades es el siguiente: Brisas del Eume, San Genjo, coral “Os Rumorosos”, Club Argentino, Club Estudiantil, Outes, Rianjo, Negreira, Oza de los Ríos, Centro Castilla, Valga, Club Plenitud, Centro Armadores de Radios, Santiago de Compostela, Sociedad Hijos de Zás, Becerreá, Club Osiris, Club Dos Mundos, Centro Recreativo Súper Club, Centro Coruñés, Sociedad Regional Quintela de Leirado.

[22] ACBBA; LACBBA; Acta N° 385; 10 de mayo de 1958; f. 36.

[23] Para el primer periodo: Brisas del Eume, San Genjo, Outes, Sociedad de Rianjo, Sociedad de Negreira, Oza de los Ríos, Valga, Santiago de Compostela, Hijos de Zás, Becerreá, Centro Coruñés, Sociedad Regional Quintela de Leirado y coral “Os Rumorosos”. Para el segundo: Sociedad de Bueu, Carral, coral “Brétemas e Raiolas”, Becerreá, Santiago de Compostela, Gomesende, Centro Noyés, Cee, Negreira, Hijos de Arantey, Rianjo, Calo, Cacheira, Sociedad Hijos de Zás, Valle de Aro, Coirós, Unidos de Sada, La Fraternidad de Lugo, A Terra y Castro Caldelas.

[24] ACBBA; LACBBA; Acta N° 29; 27 de marzo de 1942; f. 47.

[25] ACBBA; LACBBA; Acta N° 5; 8 de agosto de 1941; f. 8. A modo de referencia respecto de la magnitud de los ingresos obtenidos por el Centro Betanzos por el alquiler del salón social para la realización de diversos eventos, podemos señalar que la remuneración media anual de un asalariado en el sector de la industria manufacturera en 1940 ascendía al monto de 1240 pesos moneda nacional (dato reconvertido a partir del expresado en pesos ley en: LLACH, J. J. y SÁNCHEZ, E.; “Los determinantes del salario…”; op. cit.; p. 34). En este sentido, el alquiler del salón del Centro Betanzos apenas superaba el 58% de un salario mensual promedio de 103 pesos moneda nacional, si tomamos en cuenta el monto previsto para el uso de las instalaciones de la entidad en horario nocturno (60 pesos). En virtud de lo anterior, cabe indicar que se trataba de precios relativamente accesibles.

[26] Durante este período los precios son fijados en dos oportunidades. En la primera, el 19 de julio de 1958, se establecen las siguientes categorías: veladas danzantes, 700 pesos; matinée danzante, 600 pesos; casamientos en día sábado, 700 pesos; casamientos en días hábiles, 600 pesos; asambleas, 260 pesos; baile posterior a banquete, 500 pesos; uso del micrófono, 100 pesos (ACBBA; LACBBA; Acta N° 389; 19 de julio de 1958; f. 41). Por su parte, el 6 de junio de 1959 se acuerdan estos precios: casamiento, 100 pesos; matinée, 600 pesos; velada, 700 pesos; baile, 500 pesos (ACBBA; LACBBA; Acta N° 404; 6 de junio de 1959; ff. 61 y 62). Recordemos, aquí también, que en el año 1959 la remuneración media anual de los asalariados en el sector de la industria manufacturera era de 47100 pesos moneda nacional (LLACH, J. J. y SÁNCHEZ, E.; “Los determinantes del salario…”; op. cit.; p. 34).

[27] Nuevamente a modo de referencia podríamos señalar que, mientras los precios del alquiler del salón -aunque con una mayor diferenciación- se mantienen relativamente estables, la remuneración media anual de los asalariados en el sector de la industria manufacturera ascendía en 1944 a 1565 pesos moneda nacional (LLACH, J. J. y SÁNCHEZ,  “Los determinantes del salario…”; op. cit.; p. 34). Por lo tanto, el monto máximo previsto para el alquiler del salón, correspondiente a 60 pesos para la realización de un banquete con baile por entidades ajenas a la casa, alcanzó a partir de ese año poco más del 46% de un salario promedio mensual de 130 pesos moneda nacional.

[28] ACBBA; LACBBA; Acta N° 34; 6 de mayo de 1942; f. 40.

[29] Por ejemplo, a las sociedades de San Genjo y Boiro les es alquilado el salón por 10 y 30 pesos respectivamente (ACBBA; LACBBA; Acta N° 5; 8 de agosto de 1941; f. 8; ACBBA, LACBBA; Acta N° 7; 29 de agosto de 1941; f. 10).

[30] ACBBA; LACBBA; Acta N° 12; 10 de septiembre de 1941; f. 15.

[31] ACBBA; LACBBA; Acta N° 412; 24 de octubre de 1959; f. 69.

[32] ACBBA; LACBBA; Acta N° 31; 23 de junio de 1939; ff. 42-43.

[33] DÍAZ, Hernán; “Instituciones de la colectividad gallega y redes culturales (1940-1960)”; en: DEVOTO, Fernando y VILLARES, Ramón Villares; Luis Seoane. Entre Galicia y la Argentina; Biblos; Bs. As., 2012; pp. 121-132.

[34] En 1917, la entidad contaba con más de 3.500 socios. Hacia mediados de la década de 1930 ya había superado los 50.000, y alcanzó los 70.000 asociados en 1941. DE CRISTÓFORIS, Nadia; “El Centro Gallego de Bs. As. ante la España dividida: tensiones y conflictos en una institución señera de la colectividad”; en: DE CRISTÓFORIS, Nadia (ed.); La inmigración gallega y su experiencia asociativa en Buenos Aires (1910-1965); Imago Mundi; Bs. As., 2014; pp. 19-43; SÁNCHEZ MILLARES, Eduardo y VÁZQUEZ VILLANUEVA, Graciana; Medio siglo en la historia del Centro Gallego de Buenos Aires; Xunta de Galicia; Santiago de Compostela, 1993; pp. 35-43.

[35] DÍAZ, H.; op. cit.; pp. 121-132

[36] FASANO, Laura; Exiliados republicanos en la Federación de Sociedades Gallegas de Buenos Aires: inserción y participación política (1939-1946); Tesis de Maestría en Historia; Instituto de Altos Estudios, Universidad Nacional de San Martín; Bs. As., 2012; pp.107-122.

[37] BERAMENDI, Justo G. y NÚÑEZ SEIXAS, Xosé M.; O nacionalismo galego; Ediciones A Nosa Terra; Vigo, 1996; p. 175.

[38] COBAS CARRAL, Andrea; “Da utopía á realidade: diáspora, república e lingua. Lugo e El Orensano, 1944-1945”; en: DE CRISTÓFORIS, Nadia (coord.); Baixo o signo do franquismo: emigrantes e exiliados galegos na Arxentina; Sotelo Blanco Edicións; Santiago de Compostela; pp.187-208.

[39]DÍAZ, H.; “Instituciones de la colectividad gallega…”; op. cit.; p. 123.

[40] Ibid.; COBAS CARRAL, Andrea; “Da utopía á realidade…”; op. cit.; p. 188.

[41] DÍAZ, H.; “Instituciones de la colectividad gallega…”; op. cit.; p. 123; COBAS CARRAL, A.; “Da utopía á realidade…”; op. cit.; pp. 188-189.

[42] NÚÑEZ SEIXAS, Xosé M.; “Emigración e exilio en Alfonso R. Castelao: Da ‘Moura Fartura’ á ‘Galiza Ideal’”; Estudios Migratorios; Arquivo Da Emigración Galega; Santiago de Compostela, 2003; N° 15-16; pp. 33-34.

[43] DÍAZ, H.; “Instituciones de la colectividad gallega…”; op. cit.; p. 124; DÍAZ, H.; Historia de la Federación de Sociedades Gallegas. Identidades políticas y prácticas militantes; Fundación Sotelo Blanco-Biblos; Bs. As., 2007; p. 150.

[44] DÍAZ, H.; Historia de la Federación…; op. cit.; p.151.

[45] DÍAZ, H.; Historia de la Federación…; op. cit.; DÍAZ, H.; “Instituciones de la colectividad gallega…”; op. cit.; pp. 123-124.

[46] ACBBA; LACBBA; Acta N° 85; 12 de mayo de 1944; f. 106.

[47] ACBBA; LACBBA; Acta N° 89; 28 de junio de 1944; f. 112.

[48] ACBBA; LACBBA; Acta N° 105; 8 de noviembre de 1944; f. 130.

[49] SÚAREZ DO PAZO, Antonio; “Nuestro deber en la hora presente”; Betanzos; Centro Betanzos de Bs. As.; Bs. As., agosto de 1946; Año XLI, N° 41; s/p.

[50] COBAS CARRAL, A.; “Da utopía á realidade…”; op. cit.; p. 190.

[51] ACBBA; LACBBA; Acta N° 416; 19 de marzo de 1960; f. 73; ACBBA; LACBBA; Acta 417; 2 de abril de 1960; f. 81; ACBBA, LACBBA; Acta N° 420; 20 de mayo de 1960; f. 88.

[52] COMISIÓN DIRECTIVA DEL CENTRO BETANZOS, “Aclarando posiciones. Copia de la carta enviada por la Comisión Directiva del Centro Betanzos a las autoridades del Centro Coruñés, relacionada con los propósitos de la formación de la entidad básica provincial coruñesa”; Betanzos; Centro Betanzos de Bs. As.; Bs. As., enero de 1951; Año XLV, N° 45; s/p.

[53] DÍAZ, H.; “Instituciones de la colectividad gallega…”; op. cit.; p.124.

[54] Esta es la fecha propuesta por el historiador brigantino Xesús Torres Regueiro (TORRES REGUEIRO, X.; “O ‘Centro Betanzos’ de Bos Aires. Cen anos de vida. 1905-2005”; Anuario Brigantino; Concello de Betanzos; Betanzos, 2004; N° 27; p. 360). No obstante, tal dato no consta en los Libros de Actas del Centro Betanzos de Bs. As.. Asimismo, ha sido infructuosa nuestra búsqueda en la Federación de Sociedades Gallegas (tanto en la correspondencia intercambiada entre los años 1960 y 1963, como en los Libros de Actas pertenecientes al periodo 1960-1965): en ningún caso hemos hallado referencias a la fecha exacta de incorporación del Centro Betanzos, aunque sí claros indicios del acercamiento entre ambas entidades.

[55] Para la profundización de esta temática ver FASANO, Laura; “Los republicanos españoles y la Segunda Guerra Mundial: expectativas y escepticismos frente al bando aliado”; en: RODRÍGUEZ OTERO, Mariano E. y DE CRISTÓFORIS, Nadia (comp.); Un mundo, dos guerras (1939-1991); Imago Mundi; Bs. As., 2010; pp. 87-112.

[56]Federación de Asociaciones Gallegas-Museo de la Emigración Gallega en la Argentina (en adelante FAG-MEGA); Correspondencia Recibida, Notificación de las autoridades de la Comisión Intersocietaria Gallega; 30 de noviembre de 1960.

[57] DÍAZ, H.; Historia de la Federación…; op. cit.; pp. 151-152.     

[58] ACBBA; LACBBA; Acta N° 441; 8 de junio de 1961; f. 119.

[59] FAG-MEGA; Correspondencia Recibida; Notificación del retiro del Centro Coruñés de la Comisión Intersocietaria, 18 de junio de 1961.

[60] ACBBA; LACBBA; Acta N° 448; 4 de noviembre de 1961; f. 126.

[61] ACBBA; LACBBA; Acta de Asamblea General Ordinaria N° 14; 29 de marzo de 1958; f. 29.

[62] ACBBA; LACBBA; Acta N° 386; 24 de marzo de 1958; ff. 37-38.

[63] FAG-MEGA, “Los pueblos de América por la amnistía”, Galicia, Federación de Sociedades Gallegas; Bs. As., 28 de febrero de 1961; p. 1.

[64] TORRES REGUEIRO, X.; “O ‘Centro Betanzos’ de Bos Aires…”; op. cit.; p. 360.

[65] NÉÑEZ SEIXAS, X. M.; “Asociacionismo local y movilización sociopolítica…”; op. cit.; p. 195.