Apuntes para la lectura del discurso sindical(*)

 

Elizabeth Martínez de Aguirre(**) y Paula Siganevich(***)

 

Introducción

 

Una de las preocupaciones más frecuentes de las reflexiones que intentan dilucidar los fenómenos sociales de nuestro tiempo parece in­sistir en la investigación de las condiciones que sostienen, mejoran o de­sestabilizan los discontinuos períodos democráticos que jalonan nuestra historia.

En este sentido se hace necesaria la evaluación de diferentes facto­res que convergen en la construcción de un complejo rompecabezas: azarosos factores de poder (sociales, económicos, políticos, ideológicos) cuya dinámica histórica no resulta sencillo entrever.

Creemos que el análisis discursivo será pertinente en este campo que llamaremos "investigación socio/histórica" ya que está en condicio­nes de realizar aportes significativos a partir de la consideración del dis­curso no sólo como producto lingüístico sino también como produc­ción, históricamente situada y sobredeterminada por las condiciones so­ciales, políticas e ideológicas que regulan su funcionamiento. Práctica discursiva que se realiza a través de la lengua pero que necesariamente se concibe trans-lingüística.

Recuperando a Michel Foucault diremos que: "esto la historia no cesa de enseñárnoslo: el discurso no es simplemente aquello que tradu­ce las luchas o sistemas de dominación sino aquello por lo que, por medio de lo cual se lucha, aquel poder del que quiere uno adueñarse"[1].

En esta línea de trabajo, nuestro interés reside en acercarnos al es­tudio de la discursividad sindical dado que las prácticas sociales del sin­dicalismo constituyen uno de los factores clave del poder político y también una de las formas anexas del discurso político.

Un cierto número de discursos pueden ser recortados en una pers­pectiva histórica, a partir del entrecruzamiento de significaciones que producen, constituyendo una continuidad discursiva.

Durante el transcurso del gobierno constitucional de 1973 se suce­dieron en el país distintos conflictos laborales de diferente naturaleza. Al­gunos de ellos coincidieron con el reclamo de mejoras en las condicio­nes de trabajo y reincorporación de activistas cesantes. Entre ellos, la huelga desatada en Villa Constitución fue uno de los episodios que más resonancia pública tuvo en su momento, afectando al corazón de la in­dustria siderúrgica y metalúrgica del país, uno de los pilares de la indus­tria nacional y por lo tanto una región de alto valor estratégico.

La huelga, iniciada en la empresa Acindar y a la que después se plegaron Metcon y Marathon, comenzó en marzo de 1974. Tal como la historia Torre: "frente al despido de cuatro miembros de la comisión interna y siete delegados a raíz de una disputa sobre condiciones de tra­bajo, los obreros en asamblea deciden la ocupación de la planta y recla­man: 1) la reincorporación de los despedidos, 2) la normalización de la seccional local de la Unión Obrera Metalúrgica, intervenida desde hacía cuatro años, 3) el mejoramiento de las condiciones de salubridad y segu­ridad en el trabajo. Desde el comienzo, el conflicto quedó centralizado alrededor de la cuestión de la representación sindical"[2].

Durante los días que van del 8 al 20 de marzo, fecha en la que se realiza en Villa Constitución el plenario de la democracia sindical, tuvo lugar una ruidosa batalla discursiva donde midieron sus fuerzas los sec­tores oficialistas del sindicalismo —representados en este caso por los dirigentes de la UOM— y otros sectores más combativos representados por la lista marrón que pugnaba por lograr una mayor participación en la conducción gremial.

Los diarios nacionales publicaban solicitadas de la dirigencia de la UOM mientras desde Villa Constitución se difundía el conflicto a través de canales no tan convencionales: actos públicos, volanteadas, declara­ciones de líderes. El 10 de marzo el diario Clarín publicaba la solicitada "Los hombres pasan, las instituciones quedan, la envidia y el odio son malos consejeros" y en Crónica, el 20 del mismo mes se leía: "Enfren­tando a la mentira". El mismo día 20, en una cancha de fútbol, los lí­deres opositores tomaban la palabra. El mensaje del dirigente Agustín Tosco fue particularmente significativo.

En un clima de gran tensión se produjeron y circularon estos dis­cursos que operaron un mutuo reconocimiento, cada uno se construyó como la adecuada y descalificadora lectura del otro, resumida en la fór­mula: "ellos dicen, pero..."

Estos acontecimientos discursivos no "expresaron" la coyuntura histórica en la que tuvieron lugar sino que constituyeron uno de los componentes de aquel momento histórico atribuyéndole sentido.

 

Un tipo de discursividad...

 

Sobre qué concepción del lenguaje se establece nuestra noción de la discursividad: a éste se le atribuye un nuevo status, lo que la reflexión actual sobre el lenguaje trata de construir es una nueva relación entre las palabras y las cosas[3].

Esta relación no estará ya basada en el carácter comunicativo del lenguaje donde las palabras funcionarán para informar sobre los acon­tecimientos, convirtiendo al discurso en un transmisor de contenidos siempre sostenidos por un sujeto cuya intención estaría en el origen. Es así como se renunciará a ver en el discurso un fenómeno de expresión, la traducción verbal de una síntesis efectuada por otra parte; se busca­rá en él más bien un campo de regularidad para diversas posiciones de subjetividad. El discurso concebido así, no es "la manifestación, majes­tuosamente desarrollada, de un sujeto que piensa, que conoce y que lo dice: es por el contrario, un conjunto donde pueden determinarse la dispersión del sujeto y su discontinuidad consigo mismo. Es un espacio de exterioridad donde se despliega una red de ámbitos distintos"[4].

A partir de esta perspectiva de lo discursivo deberemos comen­zar a pensar en el carácter de especificidad que le acordamos al dis­curso sindical.

El discurso sindical es un discurso político, resultado específico de la productividad social. La concepción de lo discursivo en términos de proceso de producción constituye un punto de acuerdo entre las di­ferentes escuelas que se dedican hoy al análisis de discursos.

Para poder entender cómo un discurso político puede explicar una acción política debemos acordar con Silvia Sigal y Eliseo Veron[5] en que en todo comportamiento social, la acción política no es comprensible fuera del orden simbólico que la genera, y del universo imaginario que ella misma engendra dentro de un campo determinado de relaciones sociales. Por lo tanto el único camino para acceder a los mecanismos imaginarios y sim­bólicos asociados al sentido de la acción es el análisis de los discursos sociales. Esto es así porque cuando analizamos un discurso no tomamos en cuenta lo que los actores sociales dicen en relación con lo que hacen sino que debemos identificar los mecanismos significantes que estructu­ran el comportamiento social.

Como una vía posible para identificar estos mecanismos las teorías lingüísticas nos proporcionan los resultados de sus investigaciones en el terreno de la enunciación.

Se deberá ante todo diferenciar enunciación de enunciado. El nivel del enunciado nos está señalando lo que sería "el contenido" de un dis­curso, lo que se dice: el nivel de la enunciación es aquel en el que se construye no lo que se dice sino la relación del que habla respecto de aquello que dice. Es decir la operatoria del sujeto de la enunciación con respecto a la estrategia y a la modalización del discurso. Seguir la presencia o la ausencia de las marcas del sujeto resultará en la produc­ción de sentido para el discurso.

 

La lectura...

 

La solicitada "Los hombres pasan, las instituciones quedan..." co­mienza con un interesante efecto de distaxia.

"Las acciones violentas... no conducen a nada efectivo"

El espacio vacío que genera la distaxia se completa con una carac­terización de las acciones violentas.

¿Cuáles son estas acciones violentas?

— "Las que destruyen la institución".

— "Las que se hacen con rabia".

— "Las que se valen de factores negativos".

— "Las que recurren al apoyo externo de disolventes del ser nacional".

— "Las que promueven delitos y afectan la integridad de propios y extraños" (podemos marcar en la construcción de este enunciado la in­terferencia del paradigma jurídico cuyo sentido parecería efectivamente afirmar la legalidad del discurso).

Dos estrategias quedan así planteadas para la construcción del sen­tido: la nominalización —las acciones violentas— y la predicación —cuá­les son estas acciones—. El discurso, tal como lo señala Vignaux se pre­senta como una "operación sobre el mundo" a través de la cual el suje­to manipula referentes y construye representaciones.

En este caso se reconstruye la imagen salvaje del contrincante po­lítico que aparece, entonces, como un enemigo no dispuesto a compar­tir las reglas de una acción social.

¿Cuál es el imaginario que sostiene el discurso de los que se deno­minan "afiliados metalúrgicos de Villa Constitución" y que en realidad representan al sector oficial de la UOM? Cierta idea de lo que es el "or­den natural", de lo que significa "el ser nacional", de lo que son los "principios morales y materiales", de lo que sería "la tranquilidad y ar­monía de una sociedad bien constituida". Entonces, nosotros nos pre­guntamos desde qué lugar y quién tiene la autoridad para imponer este paradigma. Su lugar en la historia del sindicalismo les había conferido "la autoridad", ese poder de plantear sus discursos como una verdad absoluta. En el orden discursivo lo verdadero y lo falso se definen por la relación entre el discurso y el poder, según lo manifiesta Michel Foucault. El reconocimiento que opera "el oficialismo sindical" se produce desde un lugar discursivo fijado histórico y socialmente, lugar que además le fija "la institución".

"Las acciones violentas destinadas a promover la destrucción de la institución".

Los que se manifiestan en contra del orden establecido ponen en peligro la vida de la institución.

¿Dónde aparecen las marcas del sujeto que enuncia, del enunciador en esta solicitada? La marca personal, el yo, la deixis, la modalización del sujeto se borra porque aquí de lo que se trata es de que por sobre todas las cosas se manifiesta un sujeto que encarna la voz de la Institución. El sujeto de la enunciación encara como estrategia discur­siva el mimetizarse con la Institución como manera de autorizar su voz.

En algunos momentos aparecen los sujetos del enunciado qué seña­larían el lugar del sujeto de la enunciación que quedó borrado: "Los de­legados normalizadores", "Los afiliados metalúrgicos". También se construye el lugar del opositor "grupo cabecilla", "grupo de cabecillas".

Paradójicamente aparece una tercera persona, el lugar de la no per­sona,

"Los obreros perdieron muchos días de jornales y se encuentran desam­parados ante la patronal"

que coincide con el sujeto que firma la solicitada: "Afiliados metalúr­gicos de Villa Constitución"[6].

La fractura discursiva muestra la distancia que mantiene el sujeto de la enunciación con respecto a su enunciado.

¿Los obreros que perdieron muchos días de jornales, no eran afi­liados metalúrgicos de Villa Constitución? y ¿los obreros que impulsa­ron la lista opositora, dejaron de pertenecer a la institución, perdieron su carácter de sindicalistas para convertirse en "agitadores" o lo que es peor en "delincuentes" cuyo único fin fue "la destrucción de la socie­dad argentina".

Contemporáneamente nos preguntamos si no es patrimonio de la vida democrática facilitar la participación de todos los sectores de la actividad política.

Si en la solicitada que hemos comentado aparecen borradas las marcas del sujeto de la enunciación, mimetizándose su voz con la de la institución como una manera de autorizarla, en la solicitada que ahora pasamos a analizar el Sujeto de la Enunciación se construye como un yo colectivo: nosotros, "los que afirmamos poseer una verdad insos­layable". Esta verdad no necesita ser demostrada ni mucho menos probada porque se asienta en la autoridad del líder indiscutido de la masa obrera: Juan Perón. Desbordando el campo del discurso referido y a través de la cita de autoridad se hace hablar al "otro" dentro del dis­curso. De modo que el "nosotros" no sólo incluye a los afiliados al sin­dicato sino también al propio Perón.

"En cuanto a la Ley de Asociaciones Profesionales, su espíritu está fun­damentado por el General Perón, circunstancia que desnuda la inten­ción de atacar a nuestro conductor bajo el pretexto de censurar esa ley".

Como lo explica Ducrot, "un recurso de autoridad intercalado en la exposición de un argumento permite deducir una conclusión de ese argumento mismo sin necesidad de demostrar su verdad ya que no lo enunciamos por nosotros mismos sino que "lo hacemos enunciar por el líder"[7].

"Califican al pacto social como un congelamiento de salarios tratando de desvirtuar así la afirmación del General Perón, que calificó a ese pa­triótico compromiso como el mis importante convenio laboral suscrip­to por el movimiento obrero en toda su historia".

La "afirmación" y la "calificación" del General Perón son verda­des que no pueden ser puestas en duda.

Este dispositivo enunciativo tiende a producir como sentido del discurso la afirmación de una verdad histórica y el reconocimiento de los aliados y enemigos políticos. Este efecto de reconocimiento desplaza la instancia del "tú" alocutor de la segunda y tercera persona del discurso porque si bien el alocutario declarado lo constituye: "los que pueden engañarse haciéndole el juego a la confusión que pretenden los personeros de la antipatria", en realidad el texto privilegia como auditores a Tosco, Salamanca y a las "denominadas comisiones internas de Acindar, Marathon y Metcon".

Estamos diferenciando, entonces, dos categorías de la teoría: se trata de la distinción que establece Ducrot entre alocutorio y auditor.

"Los auditores de un enunciado son todos aquellos que por una razón u otra lo oyen (...). Por lo tanto, no es necesario comprender un enunciado para saber quién es su auditor porque es suficiente cono­cer las condiciones en que fue producido".

"En cambio, los alocutarios son las personas a las que el locutor de­clara dirigirse. Se trata por consiguiente, de una función que el locutor confiere a tal o cual persona por la fuerza de su mismo discurso, de mo­do que el simple conocimiento de las circunstancias no basta para determinarlo: su determinación forma parte de la comprensión del discurso[8]. Como vemos, la organización de la subjetividad se complejiza de tal modo que:

a) En el polo de la locución el S se desdobla en

 

Locutor

Enunciador

 

 

 

 

UOM

Perón

 

b) En el polo de la alocución

 

Alocutario

Auditor

 

 

 

 

Los que pueden engañarse

Tosco

 

Salamanca

 

Las llamadas comisiones in­ternas

 

produciéndose así una compleja situación enunciativa ya que no es po­sible identificar la presencia de los sujetos correspondientes sin la figura del "otro" en este caso, opositor.

Es la localización del enemigo político el dato fronterizo que per­mite delimitar el campo de acción del aliado político, y sólo en rela­ción a ese dato se construye.

La acción política que promueven estas solicitadas son comprensi­bles dentro de un orden simbólico que las está generando y del universo imaginario que la misma acción va a engendrar dentro de un campo de relaciones sociales. En este caso la primera solicitada al borrar el sujeto de la enunciación constituye a "la Institución" como soporte de la vero­similitud de su discurso.

Las solicitadas que hemos comentado corresponden al Secretario Nacional de la UOM y significan a partir del lugar donde se materiali­zan como tales, los grandes diarios, los medios masivos de comunica­ción.

El día 20 de marzo, en el plenario mismo, a partir de la interven­ción de los principales líderes de la lista marrón y especialmente a través del mensaje que pronuncia Agustín Tosco, el discurso se significa de ma­nera diferente. El acto público instaura en el discurso al mismo tiempo que la palabra del líder la palabra de los trabajadores que éste represen­ta. Lo que se instala en el campo social es la discusión acerca de cuáles serán las condiciones que garantizarán la permanencia de la vida institu­cional y cuáles serán los mecanismos de vigencia y profundización de la democracia.

El mensaje de Agustín Tosco abre un espacio de interdiscursividad donde a través de la cita se refuta al opositor político. Dice Tosco refi­riéndose a las solicitadas:

"y plantear una última pregunta tratando de tocar una sensibilidad y dicen: ¿la ocupación en definitiva para qué?, para imponer criterios ex­traños a nuestro ser nacional".

La estrategia discursiva de este texto consiste en retomar la pala­bra del otro para constrastarla con la propia en la búsqueda de una iden­tidad diferenciadora: hablando también del "ser nacional" se predica sobre este nombre los caracteres de la clase obrera.

"El criterio de la clase obrera es que no haya analfabetismo, el criterio de la clase obrera es que todos puedan trabajar y ganar su salario para atender las necesidades de su familia, el criterio de la clase obrera es que todos tengan una vivienda para poder vivir, etc...".

De esta manera el mensaje de Tosco define los atributos de la clase obrera y la define no solamente como antipatronal sino también como antiburocrática y antiimperialista.

Para designarla hace uso de la primera persona del plural, es decir que se enuncia desde el lugar de un nosotros inclusivo que en un primer momento serán el locutor y los compañeros y compañeras asistentes, pero que luego serán también los compañeros de distintas tendencias partidarias: peronistas, radicales, socialistas y comunistas, para terminar incluyendo a todos los compañeros.

A diferencia de las solicitadas comentadas anteriormente aquí la presencia del otro incluida en el discurso para definir la instancia del yo no se refiere a la figura del opositor político sino que apela a los propios participantes del acto.

 

A modo de conclusión...

 

Cerrar un trabajo de investigación sería probar las hipótesis y en nuestro caso esto presenta algunas dificultades.

Por un lado el material comentado no es suficientemente abarcativo, además, debería hacerse una investigación colateral en el campo de la historia y de la sociología. Por otra parte si obviamos la norma esta­blecida, cual es la de cerrar los trabajos, seremos más coherentes con nuestra actividad que es la de comentar discursos, realizar lecturas... no establecer una normativa cuya aplicación a un campo produzca conclu­siones (ley de la ciencia). Como sujetos inmersos en la historia aborda­mos nuestro objeto: el discurso al mismo tiempo que lo constituimos.

A modo de ejemplo, por lo tanto, este material muestra de qué manera se centró en el ámbito gremial la discusión acerca de la representatividad sindical y sus modos de funcionamiento, importante tema para la convivencia democrática.

Estos discursos, que tuvieron lugar en un momento en que la diná­mica social tendía hacia la profundización de antagonismos enmarcados en un clima de violencia creciente, parecieron favorecer la radicalización de posiciones.

Los actores sociales que se construyeron respondían a sectores po­líticos en debate, cada uno con su propio proyecto que incluía la preo­cupación por el mantenimiento de la institución: el sindicato y sus con­diciones de funcionamiento.

Ruidosa batalla.

El silencio discursivo se extendió a la consideración de los mecanis­mos de inclusión del sindicato en la sociedad y la democratización de esta relación hacia afuera.

 

APÉNDICE

 

Solicitada "CLARÍN" (10/4/74)

 

Los hombres pasan las instituciones quedan la envidia y el odio son malos consejeros

Las acciones violentas destinadas a la destrucción de la Institución a la que se pertenece, efectuadas con fervor ra­bioso, valiéndose de todos los factores negativos, recurriendo al apoyo exter­no de sectores que se destacan por su permanente acción disolvente contra todo lo que significa el ser nacional, provocando situaciones delictuosas, afectando directamente a la integridad de propios y extraños, no conducen a nada efectivo.

Va en contra de los intereses que se pretende defender.

La ocupación de la fábrica Acindar que se extendió con paros en Mara­thon y Metcon, con el pretexto de im­poner las elecciones en la seccional de la UNION OBRERA METALÚRGICA fue simplemente eso. Una acción rabiosa y destructiva contra la propia OR­GANIZACIÓN SINDICAL.

Los delegados normalizadores nom­brados por el SECRETARIADO NA­CIONAL DE LA UNION OBRERA METALÚRGICA DE LA REPÚBLICA ARGENTINA tienen como función primordial, justamente convocar a elec­ciones de las autoridades que regirán los destinos de Villa Constitución.

Con estos procedimientos, simplemen­te se perjudica y obstaculiza ostensiblemente y hasta se atrasa el normal desarrollo pre-electoral.

Se elabora una imagen distorsionada muy diferente de la realidad que debe ser el proceso electoral en una Organi­zación Sindical.

Sí este es el fin perseguido por el grupo cabecilla, en principio lo han logrado. A costa del descrédito de la institución en el orden local. Avasallando sus pro­pios derechos y obligaciones. Procurando invertir el orden natural al pre­tender imponer condiciones a los cuer­pos orgánicos de la Unión Obrera Me­talúrgica.

Esta acción trajo como resultado de ta­les presiones una situación caótica que derivó en contra de todos los trabajado­res metalúrgicos y del pueblo de Villa Constitución.

Con qué autoridad pueden manifestar­se como defensores de los obreros los autores de este atropello y justificar su intención de ser dirigentes indivi­duos que arrasan contra todos los principios morales y materiales. Que además de poner en peligro vidas hu­manas, arrastran a sus compañeros por el miedo y las presiones a actitudes gravísimas. El resultado está a la vista. Se ha roto la tranquilidad y al armonía de una sociedad bien constituida.

Los obreros perdieron muchos días de jornales y se encuentran desamparados ante la parte patronal. Costará un tiempo reencauzar el sistema de la re­presentación sindical, única y autentica manera de defender los intereses pro­fesionales de todos los trabajadores metalúrgicos.

¿En definitiva para que?, ¿para impo­ner criterios extraños a nuestro ser na­cional? Evidentemente no prosperarán esas intenciones.

Es de suponer que la inmensa mayoría de los compañeros trabajadores y aún de sus familiares comprenderán ya la triste situación en que se encuentran por la decisión de un grupo de agitado­res, que lo único que persiguen es la destrucción de la Sociedad Argentina.

Felizmente, el tiempo que lo cura todo, esclarecerá las mentes, calmará las pa­siones y permitirá resolver ordenada­mente la elección de autoridades den­tro de un clima de tolerancia, respetan­do los estatutos que rigen los destinos de la prestigiosa Institución Sindical, del MOVIMIENTO OBRERO ARGEN­TINO. Ciento veinte días son suficientes.

 

 

Enfrentando la mentira

 

Solicitada "CRÓNICA" (Abril 1974)

 

Los personeros del fracaso pretenden abrir un nuevo frente contra el pueblo

Las denominadas comisiones internas, de Acindar, Marathón y Metcon han publicitado profusamente un acto que pretenden realizar el sábado próximo en Villa Constitución.

Esgrimen como banderas supuestas reivindicaciones, que no son tales, sino el justificativo para expresar el ataque desembozado y el agravio añero contra el Movimiento Obrero Organizado, contra el General Perón.

Esto que afirmamos tiene la verdad in­soslayable de hechos ciertos que los logreros de nuevos cuño y los personeros del odio no podrán negar que los pretextos utilizados por quienes organizan e inspiran el acto de Villa Cons­titución no resisten el menor análisis. Lo que ellos quieren es quebrar la uni­dad de las fuerzas del trabajo, resentir la fe del pueblo en su único e indiscutido líder y crear el campo propicio pa­ra que el caos reemplace la paz, que de­be presidir esta hora de la reconstruc­ción. No nos extraña que procedan así. Basta conocer el nombre de los oradores de ese acto para saber de dónde viene la mano. Porque los "camaradas" Tosco y Salamanca son sinónimo de filosofías y de actitudes antiargentinas que re­pugnan la verdadera vocación de na­cionalización de nuestro pueblo.

La historia reciente nos muestra a estos individuos como antepuestos a los reales intereses populares. En Cór­doba se acaban de consagrar como ada­lides del fracaso, derrotados por los propios trabajadores que se negaron a acompañarlos en la aventura funesta que habían instrumentado. Dicen los que prepararon este acto que quieren solidarizarse con la lucha de los obreros metalúrgicos de Villa Cons­titución.

Afirman que propician la democracia sindical y que están contra la Ley de Asociaciones Profesionales. Nosotros les decimos que democracia sindical es la practicada por los trabajadores meta­lúrgicos de todo el país que, en forma masiva, se volcaron a las urnas en un porcentaje jamás alcanzado en nuestra organización ratificando así su respal­do a la conducción de la UOM. En cuanto a la Ley de Asociaciones Profe­sionales, su texto y espíritu está fundamentado por el General Perón, cir­cunstancia que desnuda la intención de atacar a nuestro conductor bajo el pre­texto de censurar a esa Ley.

Califican al pacto social como "Congelamiento de salarios" tratando de des­virtuar así la afirmación del General Perón que calificó a ese patriótico com­promiso como el más importante con­venio laboral suscripto por el Movi­miento Obrero en toda su historia. No dicen esos señores que después de 18 años de lucha, los trabajadores pode­mos contar nuevamente, gracias a ello, con un salario real que nos permita afrontar sin angustia el sostenimiento de nuestros hogares.

Señalan su oposición a la Ley de pres­cindibilidad porque saben que esa Ley es el medio apto para eliminar de los cuadros de la administración a quienes están emboscados en ella para sabotear el esfuerzo nacional.

Por último pretenden reclamar castigo contra los responsables de atentados y asesinatos cometidos contra organiza­ciones y activistas obreros y popu­lares. Nosotros les preguntamos si se refieren en esa condena a los cobardes crímenes que tuvieron como víctimas a Vallese, Mussi, Retamar, Rosendo García, Vandor, Rucci, Moreno, Blanculli, Mansilla, Magaldi y otros muchos héroes de la fuerza del trabajo que fue­ron abatidos por quienes son cómpli­ces en ideología y procederes con los organizadores de este acto.

Esto es la verdad desnuda. Mientras el pueblo se une en busca de coincidencia, mientras se trabaja para aventar dife­rencias y rencores, tratando de alcan­zar el 1ro de Mayo, la convivencia ar­gentina de la fiesta del trabajo y la uni­dad Nacional, estos exponentes de la sinarquía, sirvientes de nuevos tipos de esclavitud, siguen tratando de reavivar el odio, de provocar la lucha fratricida y de detener al país, para impedir que podamos reconstruirlo para llegar a la liberación que tanto ansiamos.

Los señores Tosco y Salamanca fueron aplastados en Córdoba por la indiferen­cia de un pueblo que por conocerlos demasiados les dio la espalda. Ahora intentan abrir otro frente para seguir pe­leando contra la Patria y contra Perón. La UNION OBRERA METALÚRGI­CA DE LA REPÚBLICA ARGENTINA les dice que no tiene temor alguno. Su fuerza nace en las bases, en estos cien­tos de miles de compañeros que en las urnas reafirmaron la unidad monolíti­ca de nuestro gremio integrado al mo­vimiento nacional y popular que reco­noce una sola bandera, azul y blanca y a un solo líder, el General Perón.

Por eso nos dirigimos a los que pueden engañarse haciéndole el juego de la confusión que pretenden los persona­ros de la antipatria. Les mostraremos cuáles son las verdades de esta hora y cuáles los turbios propósitos de los que se niegan a vivir en una Argentina justa, libre y soberana.

 

El mensaje de Agustín Tosco

"Compañeros y Compañeras asistentes a este plenario antipatronal y antiburo­crático: Todos los que estamos aquí, en primer lugar los compañeros meta­lúrgicos de Acindar, Marathon y Metcon, y todos los compañeros y compa­ñeras que desde distintos lugares del país hemos venido a brindar nuestra solidaridad a esta lucha, reafirmamos como un solo hombre, que aquí en es­te plenario se reafirma la unidad com­bativa del movimiento obrero frente a la burocracia, frente a las patronales y frente al imperialismo. Cinco solicita­das hemos leído antes de llegar a Villa Constitución. Han escrito solicitadas en el diario "Clarín", han escrito solicitadas en el diario "La Razón", han panfleteado, se han hecho auto-atenta­dos para tratar de impedir la celebra­ción de un acto multitudinario como este. La burocracia es esencialmente antipopular, es esencialmente antide­mocrática y es esencialmente contra-revolucionaria. Hemos leído algunas solicitadas dirigidas a los compañeros, a los valientes compañeros metalúrgi­cos de Villa Constitución, donde se plantean todo tipo de acusaciones, de imputaciones por la ocupación de la Fábrica. Dicen ellos —porque no es ver­dad—, que son los compañeros afilia­dos metalúrgicos de Villa Constitución los que han pagado esta solicitada, por­que esta solicitada la pagó evidente­mente Lorenzo Miguel, cabeza visible de la burocracia de la UOM". Gritos: ¡Con la plata que nos roban!

"Exactamente, compañeros, con la pla­ta que sacan del sudor de la frente de los obreros insultan y difaman a los obreros. En esta solicitada se plantea que la envidia y el odio son malos con­sejeros, como si aquí hubiera algún compañero con su o ver olí, con su con­dición digna de trabajador, que envidie estos podridos sillones de la burocracia o sienta odio que no sea a la clase explo­tadora, a la patronal que los está avasa­llando todos los días. En esta solicita­da dicen que además de poner en pe­ligro vidas humanas, arrastran a sus compañeros por el miedo y las presio­nes a actividades gravísimas, o sea que éstos son los gendarmes de esta socie­dad y de este orden de explotación que nos está haciendo vivir horas de miseria, horas de lágrimas, horas de tre­mendo sacrificio y trabajo para poder parar la olla de todos los días. Enton­ces hablan de la falta gravísima. ¿Cuál es la falta gravísima? Es la dignidad del obrero, el coraje del obrero que no teme a la burocracia, que no teme a los ma­tones, que no teme a la policía, que se juega las pelotas, que toma las fábricas... y plantean una última pregunta tra­tando de tocar una sensibilidad y dicen: "la ocupación en definitiva, ¿para qué?, para imponer criterios extraños a nues­tro ser nacional". Nosotros defendemos a nuestra Patria, nosotros queremos a nuestra tierra, nosotros sentimos una profunda solidaridad por nuestros her­manos de clase y por nuestro pueblo. ¿Cuál es el criterio de la clase obrera que atenta contra ese ser nacional?: el criterio de la clase obrera es que todos tengan una vivienda para poder vivir, el criterio de la clase obrera es que to­dos los trabajadores puedan acceder a la Universidad, el criterio de la clase obrera es un nivel de vida digno, un nivel de vida decente que haga al respeto esencial de lo que es la personalidad humana; ese ser nacional que nosotros defendemos, no es el ser nacional de esos burócratas que entregan el sudor de nuestra frente, que nos delatan a los patrones para hacernos echar, que nos intervienen los sindicatos y que nos matan a nuestros propios compañeros.

Cuánta sangre de nuestros hermanos obreros, cuánta sangre de nuestras her­manas como Sara Hilda Guerrero de Molina, cuánta sangre de los obreros y de los luchadores del pueblo ha caído por defender esas consignas fundamen­tales que hacen a la dignidad y a la li­beración de la persona humana de este sistema explotador. A esos compañe­ros que han caído a lo largo y a lo an­cho de nuestra patria, a todos esos lu­chadores que han caído en nuestra querida América Latina, este Plenario les rinde su homenaje y compromete la continuidad de la lucha sobre la sangre caliente que ellos derramaron. Esas so­licitadas quieren romper con la solida­ridad que ha dado todo un pueblo co­mo el de Villa Constitución con los compañeros de las fábricas metalúrgi­cas, porque nosotros hemos visto y he­mos leído con emoción en este librito que han publicado, cómo 12.000 per­sonas hicieron una concentración, die­ron su apoyo, aplaudieron e impulsaron la lucha por la dignidad del hombre que trabaja. Entonces, saludamos a los obreros de Villa Constitución que dio esa tremenda solidaridad y que induda­blemente ha de continuar dando hasta que triunfemos en Villa Constitución, como indudablemente se ha de produ­cir en breves semanas. Estas solicitadas pagadas por la burocracia, pagadas por la patria metalúrgica, persiguen el obje­tivo de que aquí haya una derrota. Claro, hay un ministro de Trabajo, noso­tros decimos el ministro payaso de la burocracia, el ministro Otero, miembro de esa patria metalúrgica, conspicuo exponente de esa patria metalúrgica, y que también, con los clásicos proce­dimientos burocráticos han conquista­do la gobernación con Calabró en la Provincia de Buenos Aires; que tienen la titularidad de las 62 Organizaciones y de la UOM a través de Miguel y que quieren dar todos aquellos que traicio­nan a su clase y traicionan los mandatos del pueblo que fueron daros en cuanto a la necesidad de cambios profundos que debían producirse en nuestro país. Por eso compañeros, éste es un acto memorable, es un acto memorable por­que además de las gloriosas tomas del 7 y del 11 de marzo, vienen a demos­trar que hay un sentimiento y una conciencia nacional traducida en una solidaridad efectiva para derrotar a la burocracia. A la burocracia más pode­rosa y más corrompida que tiene nues­tro país, se la puede derrotar aquí, en Villa Constitución. No es cualquier bu­rocracia, no es el burocratito de un sin­dicato que se puede comprar un Citröen; éstos se llenan de los autos de lo más lujosos, éstos compran las Itakas por fardos y éstos ven aquí, en Villa Constitución, el comienzo del fin de la burocracia más corrompida que existe en la Argentina: es la que está repre­sentada en el Ministerio de Trabajo de la Nación por ese burócrata de Ricar­do Otero.

Eso es un compromiso: que tenemos que ganar esta batalla dentro de la gue­rra del pueblo por su liberación; de­bemos ganar esta batalla porque aplica­remos el impacto más poderoso a estos enemigos de la clase obrera y del pueblo argentino. No por nada se preocupan tanto de Villa Constitución, no por nada sacan cinco solicitadas, no por nada nos amenazan a nosotros de que si venimos aquí nos van a matar, como salió en la última solicitada del día de ayer en d propio "Clarín". Es porque aquí se juega un papel histórico contra la burocracia. ¿Qué va a pasar después del 1ro de mayo?, porque los plazos se vencen compañeros. Los compañeros metalúrgicos han logrado un compro­miso del Ministerio de Trabajo. No es para tenerle mucha fe a los compromi­sos de estos burócratas y mentirosos porque este ministro de Trabajo fue el que fue a Córdoba y rodeado de los matones, de la policía sediciosa y de los fascistas chales armados, con 24 burócratas normaliza la CGT de Cór­doba. Dejó afuera 26 organizaciones poderosas de los compañeros peronis­tas combativos, dejó 16 organizaciones afuera del movimiento sindical comba­tivo, más de 40 organizaciones queda­ron afuera, fueron 24 burócratas que jamás hacen asamblea.

Ese señor ministro de Trabajo, Ricardo Otero, que estampó la firma para el cumplimiento de este pacto, fue a ese plenario y habló que ahí habían recu­perado por fin la CGT de Córdoba pa­ra el movimiento obrero. Con esos 24 burócratas él se sentó, les dio la ben­dición y dijo: "esta es la CGT de Cór­doba". Pero ésa no es la CGT de Cór­doba (cánticos), como no es la Unión Obrera Metalúrgica de Villa Constitu­ción con esos delegados que ellos tie­nen ahí encerrados, preparando la pos­tergación del cumplimiento del pacto y programando un nuevo fraude para que en lugar de 4 años de intervención, para que en lugar de 4 años de usurpa­ción de la voluntad soberana democrá­tica de los trabajadores, se prolongue a 8, a 12 o hasta el infinito, porque ellos no sienten lo que siente el trabajador (aplausos), porque por ellos no corre la sangre roja que corre por las venas de los trabajadores, porque a ellos ya — aunque le quede mal— les corre sangre azul de aristócratas, porque ellos se juntan con la CGE, con la Unión In­dustrial. Y nosotros decimos que el compañero que ya ha dado una prueba de su coraje, de su decisión, va de su trabajo al sindicato y en el sindicato le­vanta las banderas reivindicativas, le­vanta las banderas obreras y populares, levanta las banderas de reconocimiento a su dignidad, porque para estos com­pañeros, su valor consiste en ser repre­sentativos de la confianza de quienes tienen el mameluco puesto y no del amparo de esa burocracia y de esa pa­tronal que los tiene ahí para violar los convenios, para no resolver los pro­blemas de la insalubridad en el trabajo, para no atender las justas demandas de aumentos de salarios, para no atender las guarderías, para no atender la salud del trabajador, para -a costillas de to­das esas cosas que le faltan a los trabajadores- seguir embolsando esas tremendas ganancias que tienen in­dudablemente los propietarios de esas grandes fábricas de que estamos ha­blando. Entonces, se vence un plazo, se vencerá un plazo. La legalidad del pla­zo no la da la firma del ministro Otero: entendámoslo bien, compañeros, noso­tros vamos a reclamar el cumplimiento de él, porque nosotros somos trabaja­dores con fe, con confianza; lo que fir­mamos queremos que se cumpla, lo que firman los demás también queremos que se cumpla, pero eso sólo se va a cumplir si estamos dispuestos aquí en Villa Constitución y en todo el país a coordinar nuestra lucha, a sumar nues­tro esfuerzo, presididos por los compa­ñeros de Villa Constitución para que ese pacto tenga validez; rescatemos es­te sindicato y vayamos paso a paso res­catando todos los sindicatos de manos de la burocracia para ponerlos con au­tenticidad al servicio de nuestra clase.

Compañeros: esta unidad indisoluble debe resultar de este plenario. Yo he entendido que en el documento pro­puesto por los compañeros de Villa Constitución y aprobado prácticamente por todos los compañeros, está sinteti­zada esa comisión de solidaridad que va­mos a integrar todos, compañeros, por­que estamos aquí no para venir a hacer un discurso, estamos aquí para hablar­nos de cara a cara, pero más estamos aquí para decirles a los compañeros: ahora mañana y siempre que el movi­miento sindical combativo de Córdoba -como con seguridad el movimiento sindical combativo en el orden nacional- va a estar en la coordinación, pero por sobre todas las cosas va a estar en la lucha junto a los compañeros de Villa Constitución (aplausos, cánticos). Vuel­vo a insistir que se van a terminar los plazos y ya están diciendo que hay un caos; están diciendo que en este clima de tensiones no se puede hacer la elec­ción; entonces están preanunciando no dar elecciones antes del 1ro de mayo como corresponde para las comisiones internas y para otras representaciones sindicales y menos todavía para el tér­mino de 120 días, cuando hay que ele­gir a la comisión seccional de la UOM de Villa Constitución. Nosotros estamos seguros de que o ellos cumplen los plazos que han firmado o los compañe­ros de Villa Constitución, con la soli­daridad del país, repetirán estas accio­nes de tomar la fábrica y de hacer valer con el derecho de la clase obrera, con su huelga y su ocupación, el respeto de la clase obrera para designar su comisión interna, para designar a sus delegados y para elegir a la seccional.

No, aquí va a haber lucha en Villa Constitución, y no lo decimos nosotros: lo han señalado vuestros propios com­pañeros de la comisión interna, nos han dicho: o aquí se cumple o noso­tros preparamos todo, tomamos la fá­brica, pedimos la solidaridad del país y se lo vamos a hacer cumplir a la fuerza si ellos no quieren respetar lo conveni­do. Aquí hemos hecho un acto de unidad, se ha escuchado hablar a compa­ñeros de distintas tendencias partida­rias; evidentemente aquí hay peronis­tas, hay radicales, hay socialistas y co­munistas y hay independientes. Pero aquí estamos como clase obrera con evidentemente nuestro pensamiento en particular que corresponda, pero por sobre todas las cosas siguiendo la tradi­ción proletaria, la tradición histórica de nuestra clase. Todos: peronistas, ra­dicales, socialistas, comunistas, esta­mos unidos para defender a la clase obrera que es nuestra clase, que es aquella que va a reivindicar los más grandes derechos de la sociedad y de la Humanidad. Hemos escuchado con emoción a los compañeros que habla­ban del no partidismo o del sin parti­dismo. Nosotros creemos y respetamos y creemos que es una obligación el par­tidismo de cada uno pero en esta patria­da contra un enemigo tremendo va nuestra solidaridad de clase y debe irse fomentando nuevamente, impulsando nuevamente la solidaridad del pueblo de Villa Constitución. Que se cumpla el compromiso pactado, que haya elec­ciones para que los trabajadores desig­nen libremente a sus representantes, que se rescate la seccional de la UOM en Villa Constitución, esas son las con­signas, consignas de un acto particular en el desarrollo de la lucha general del movimiento obrero, pero de un acto particular que tiene una gran proyec­ción, una proyección nacional, una proyección histórica. Por eso queridos compañeros y compañeras, comprometámonos todos, con todas nuestras banderas, con todas nuestras camisetas, con todos nuestros cantos a darnos aquí el abrazo de la unidad, el abrazo de la lucha, el abrazo de la solidaridad. Ese es el más grande triunfo de este ac­to con el cual les digo muchas gracias.

 

 

RESUMEN

 

Apuntes para la lectura del discurso sindical

 

El artículo presenta las bases para el análisis discursivo de un fragmento del discurso social de la década del ’70 desde un enfoque socio histórico a partir de la consideración del discurso no sólo como producto lingüístico sino también como producción, históricamente situada y sobredeterminada por las condiciones sociales, políticas e ideológicas que regulan su funcionamiento. Práctica discursiva que se realiza a través de la lengua pero que necesariamente se concibe trans-lingüística.

 

Palabras Clave: Discurso social - Investigación socio-histórica - "Villazo"

 

 

ABSTRACT

 

Notes for the reading to the syndicalist discourse

 

The article presents the bases for the discoursive analysis of a fragment of the social discourse of the decade of the ' 70 from an approach historical partner from the consideration of the discourse not only like linguistic product but like production, historically located and sobredetermined by the social, political and ideological conditions that regulate their operation. Discoursive praxis that is made through the language but that necessarily it is conceived trans-linguistic.

 

Key words: Social discourse - Historical investigation partner - "Villazo"

 

 

Notas



(*) Este trabajo fue presentado en el "Primer Congreso Nacional de la Asociación Argentina de Semiótica". Octubre de 1986, La Plata, Argentina. Años después fue publicado como parte de un trabajo mayor por la Universidad Nacional de Rosario: MARTÍNEZ de AGUIRRE, Elizabeth y SIGANEVICH, Paula; Investigación y Discurso Social; Dirección de Publicaciones. Universidad Nacional de Rosario, Rosario, 1990. Cuadernos de Ciencias Sociales 5. Agradecemos profundamente a las autoras por permitirnos reproducir el trabajo nuevamente.

(**) Profesora de Letras (UNR). Profesora Titular Ordinaria de Lenguajes I y Fotoperiodismo, Carrera de Comunicación Social y Directora de la misma Carrera, Facultad de Ciencia Política y RRII. UNR. Investigadora Categoría 2 Programa de Incentivos. E-mail: maguirre@citynet.net.ar

(***) Licenciada en Letras. Profesora en la cátedra de Comunicación, Carrera de Diseño Gráfico, Facultad de Arquitectura, Diseño y Urbanismo, UBA. Directora de Publicaciones de la FADU/UBA. E-mail: psiganevich@hotmail.com

[1] FOUCAULT, Michel: El orden del discurso. Tusquets, Barcelona, 1980, p. 12.

[2] TORRE, JUAN CARLOS: Los sindicatos en el gobierno, 1973-1976; Cedal, Bs. As., 1984.

[3] VIGNAUX; G., "El discurso y sus operaciones: lógica, sujeto, sentido, situación". Mimeo.

[4] FOUCAULT, Michel, Arqueología del saber, Bs. As., p. 90.

[5] SIGAL, Silvia y VERON, Eliseo: Perón o muerte. Los fundamentos discursivos del fenómeno peronista; Legasa, Bs. As.. 1986, p. 13.

[6] En este caso la firma cumple una doble función: no sólo indica cuál es el locutor que declara asumir la responsabilidad del enunciado sino que también "asegura la identidad entre el lo­cutor indicado en el texto y el individuo empírico". Lo que se vincula es el mundo real y el mundo lingüístico: "la firma cumple esta función de embrague gracias a una norma social en virtud de la cual la firma es auténtica". DUCROT, O. El decir y lo dicho. Hachette, Bs. As., 1984.

[7] Ídem.

[8] Ídem.