REVISTA DE LIBROS

 

 

RIOS, Guillermo (Comp.); La cita secreta. Encuentros y desencuentros entre memoria y educación, Ediciones AMSAFE, Santa Fe, 2007. [256 P].

 

Diálogos podría ser el vocablo que articule el libro que nos presenta en esta oportunidad Guillermo Ríos. Diálogos que indudablemente son producto de un intenso y fructífero recorrido del compilador, cuya preocupación investigativa se inscribe en la escena educativa, extendiéndose desde ese ámbito hacia los problemas sobre el pasado reciente, la transmisión y la memoria. Por ello tal vez ha logrado establecer vínculos múltiples con las preocupaciones que presenta cada artículo del libro. Asimismo, los propios textos contienen diálogos entre las especificidades temáticas, y entre ellas y el contexto sociopolítico al que casi todos los autores apelan. De hecho, si bien el título no lo indica explícitamente, la última dictadura militar emerge como el marco de referencia obligado para desnudar esa “cita secreta”.

El libro está estructurado en dos partes, precedidas por un texto que rinde homenaje a Rubén Naranjo por parte de la secretaria general de AMSAFE (cuya editorial tuvo a cargo la edición del libro), y una presentación de Ríos. Cada segmento presenta subdivisiones: el primero contiene “Memoria e historia” y “Maestras, mujeres y militantes”; la segunda parte organiza los textos en: “Usos escolares de la memoria” y “Transmisión, escenarios y cultura”.

Sin embargo, el libro admite otros recorridos, y esa es la operación que intentaremos aquí. De hecho, la multiplicidad de caminos con los cuales es posible transitar el texto, nos habla de una coherencia interna, atravesada especialmente por un cuerpo problemático que anuda discusiones sobre memoria y transmisión.

En un material que tiene como propósito llegar a lectores de múltiples orientaciones, sin dudas es oportuna la incorporación de un texto general sobre la última dictadura militar (Aguila). Todos los artículos remiten al problema de la memoria, anclando las reflexiones en ese período. De hecho esta etapa sigue siendo central en los debates sobre la transmisión en la escuela, y varios artículos de esta compilación centran sus preocupaciones en ello.

Abordando una discusión teórica e historiográfica sobre la memoria, Viano presenta un itinerario que como una suerte de “estado de la cuestión” recorre los estudios sobre la memoria y presenta las especificidades de los análisis históricos, enfatizando la impronta que éstos dejan en la práctica historiográfica que se ocupa del presente. Se destacan en este artículo dos ideas que otorgan sentido social y vigencia política al debate: una es la que describe el arco que trazan los caminos de la memoria que no sólo se ciñen a los ámbitos académicos, como demuestra la realidad social una y otra vez. La otra es la advertencia acerca de que el vocablo en sí mismo no implica nada, por lo que es necesario dotar de sentido político e histórico al término. Y en esa línea reconoce que la fuerza con que se imprimió el tema de la memoria en los discursos sociales se debió a la voluntad militante de los organismos de derechos humanos, habilitando los diálogos entre memoria y testimonios.

En esta compilación se presentan en modo un tanto desigual algunos de los problemas que intentan articular un diálogo entre docencia y conflictividad social, e incluso introducir la variable de género. En esa línea de análisis, la reconstrucción de biografías de mujeres (Lijtmaer; Alonso) puede ser un valioso recurso para aportar al conocimiento y la difusión del tándem docencia y género, que no ha sido suficientemente explorado, como también el rol que le cupo a las mujeres en la constitución de los movimientos sociales (Busaniche) y sus múltiples recorridos políticos y sindicales.

El artículo de Ríos se presenta como un “testigo” de estos diálogos posibles entre docencia, militancia, conflictividad social, renovación pedagógica y memoria; el objeto de esa articulación es la experiencia del SINTER, que a su vez oficia de excusa para introducir la preocupación sobre los procesos identitarios como pregunta central. Ríos profundiza en la caracterización de ese movimiento y lo ubica en el escenario del conflicto social de los años ’70. Y en ese mismo sentido, el análisis del proceso de sindicalización docente se inserta en la pluralidad de voces exponentes de la radicalización del período previo a la dictadura. En tanto fueron un emergente de la conflictividad social del momento, al indagar en la inserción social de los docentes y en la represión de que fueron objeto, nos propone nuevos problemas para pensar el movimiento social del período.

Son tres los trabajos dedicados a los usos escolares de la memoria. Entre ellos encontramos propuestas que apuntan al desarrollo de una memoria cívica en el aula (Kaufmann), enfatizando el carácter iluminador que puede tener la enseñanza; según ese criterio, en el diálogo entre el que transmite y quien recibe predomina la voz del docente. En un sentido divergente en cambio, se propone que la transmisión en la escuela nunca es neutra (Dussel), es decir que los diálogos que en ese escenario se originan están motivados por una intensión, y que no transitan un camino llano sino cargado por los mismos obstáculos que emergen también en los diálogos entre el pasado y el presente (y entre los portadores de esos relatos).

El artículo de Scalona se despliega alrededor de una reflexión sobre los problemas de la transmisión y la construcción de la memoria histórica, privilegiando el lugar que le cabe al aula como espacio de desarrollo de ese dialogo. A su vez, las vías de entrada que admite este texto son múltiples, puesto que en torno a la preocupación central nos habla de los vínculos entre historia/memoria/conmemoración o efeméride, ahondando en el desafío que supone al docente “enseñar y rememorar” un pasado del cual forma parte activa. Sin ser prescriptivo, este texto apunta a la trama entre docentes y alumnos, en tanto considera a la memoria como construcción social. Y por eso, este también es un relato que se preocupa por la transmisión de la historia reciente, que requiere de docentes “propiciadores” de preguntas, de diálogos entre los alumnos y las generaciones precedentes.

En una clave diferente, pero también preocupada por los diálogos intergeneracionales, en “Transmitir sin invalidar…”, Southwell desarrolla el problema en un sentido que privilegia el análisis de la transmisión entre identidades etáreas en el espacio educativo, sosteniendo que existen formas de filiación generacional en la realidad cotidiana escolar. Su tesis reside en que es necesario que alguien “nos cuente” y que ese reconocimiento de la posición de los sujetos en el orden de las generaciones, a la vez implica la construcción de un vínculo en el cual se constituyen los sujetos. El desafío se presenta porque se ponen en relación distintas experiencias del tiempo, lo que abre paso a la crítica, a despegarse de aquel sentido del mundo legado, a crear nuevas formas de incorporarse a él.

Finalmente, cierran el libro una serie de artículos anclados en los escenarios (Van Poepelen) y los vehículos culturales de la memoria (Serra; Acuña). Si bien existen numerosos trabajos que se ocupan del cine como recurso en el aula, aquí se nos presentan dos formulaciones que profundizan aquellos abordajes. Serra indaga en los diálogos entre escuela y cultura del “presente”, pasando revista de los usos que se hace en las escuelas de las producciones cinematográficas y reflexionando acerca de los modos y criterios de selección, lo que nos habla de aquello que elige decir la escuela cuando el vehículo de ese diálogo es el cine. Por su parte, y desde un enfoque que recupera la perspectiva regional, Acuña se pregunta por los diálogos entre memoria, generación y cine documental. Despliega el interrogante a partir de producciones documentales santafesinas realizadas por jóvenes que pertenecen a lo que la autora denomina una “unidad generacional”. Sin embargo, los derroteros de la memoria y su transmisión adquieren en este texto también un diálogo intergeneracional, en tanto se recupera una tradición que vincula a estos directores, de uno u otro modo, en diálogo con las generaciones anteriores de documentalistas.

La cita secreta… asume los debates en torno a la memoria y la educación, y se presenta como un conjunto de problemas y propuestas que trasciende el espacio de lo educativo para proponer un valioso recorrido a quienes se interesen en los problemas del período desde una perspectiva amplia y pluridisciplinar.

 

Laura Pasquali

(ISP 3 - CONICET - UNR. E-Mail: lmpasquali@ciudad.com.ar)

 

 

 

COLECTIVO SITUACIONES; ¿Quién habla? Lucha contra la esclavitud del alma en los call centers; Tinta Limón Ediciones; Colección De mano en mano; Buenos Aires; 2006; 208 pp.

 

"Esto es como en la Isla de Gilligan: quienes estaban ahí generaban planes continuamente para salir de la isla y nunca lo lograron, siempre se quedaron ahí; es más, creo que la serie terminó y no sabemos si salieron. Y acá estamos igual, todos caímos y estamos haciendo planes para ver cómo salir"

(Entrevista con "La bulldoguera", trabajadora de Atento; Capítulo "Del otro lado"; pag. 97)

 

¿Quién habla? es un libro realizado entre 2005 y 2006 por un colectivo que se constituyó especialmente integrado por miembros del Colectivo Situaciones de Buenos Aires y activistas políticos y sindicales presentes en la empresa Atento, el call center de atención al cliente de Telefónica de Argentina.

El hilo argumental del libro, sobre el cual se van colgando progresivamente los escritos como en una especie de constructivismo de las problemáticas, que incluye tanto testimonios sobre la experiencia como reflexiones de tipo más general, lo constituyen las condiciones de trabajo y la experiencia de lucha en Atento en el año 2005. Apuntalado en esos dos elementos, el libro va desplegando el conjunto de vivencias en relación a la jornada "normal" de trabajo, organizada por la empresa a los fines de obtener la máxima ganancia posible: la infantilización como forma de disciplinamiento y control, la presión sobre los tiempos de producción, el control virtual generalizado, la normatividad en torno lo que es posible decir y lo que no, los modos de relación con los clientes, la mentira como modo sistemático de trato al usuario. Se presentan asimismo  las estrategias que la empresa adopta en caso de que conflictos sindicales obstaculicen su valorización: despotenciación del conflicto (separación de trabajadores, represión, chantaje, desvío del servicio hacia otros call centers). Last but not least, incluso erigiéndose como el motivo y la forma principal para volver legibles los elementos mencionados más arriba, nos encontramos con un denso conjunto de testimonios que narran las experiencias de resistencias, tanto individuales como colectivas, sostenidas por los trabajadores (los sabotajes, el rechazo al trabajo, las movidas gremiales en favor de la Ley del Teleoperador). Sin dudas el acontecimiento fundamental lo constituye la denominada "Batalla de Atento", crónica de un largo proceso de lucha que resulta de enorme importancia a la hora de pensar los trayectos posibles y los obstáculos con los que se encuentran las  prácticas sindicales contemporáneas.

En el libro es posible encontrar varios modos narrativos: testimonios de los activistas, fragmentos analíticos, historizaciones, entrevistas y conversaciones. El conjunto resulta en un coro voces no siempre afinadas, no siempre armónicas, y que no se proponen serlo, que reflexionan sobre un problema común: el espacio de trabajo de los call center entendidos no sólo desde una perspectiva económica, que los abstrayera, sino como ámbitos de sociabilidades específicas y de efectos subjetivos determinados. Según se afirma en el libro, los call centers como mundos resultan ser lugares especialmente relevantes a la hora de generar conceptos que puedan dar cuenta de la contemporaneidad capitalista. Por los saberes puestos en juego, por la relación con la tecnología y los capitales globales, por el tipo de padecimiento psíquico que allí se sufre, por el tipo de dominación empresarial, por los modos de resistencias, constituyen un laboratorio para el pensamiento político contemporáneo.

El libro presenta los problemas desde el posfordismo, entendido éste como la lectura que sostiene mercantilización de capacidades humanas que anteriormente no se hallaban completamente subsumidas al mercado, a la lógica de la valorización económica: el habla, los afectos, la comunicación -en definitiva, el lenguaje verbal. Su aparición en la situación productiva suponía una excepcionalidad. "El lenguaje incluido en el trabajo es una novedad absoluta, la novedad que marca nuestra época", dice Paolo Virno en la conversación que los integrantes del colectivo autor incluyeron en el libro y que constituye una muestra interesante de las líneas fundamentales del pensamiento del filósofo italiano en torno a las actuales condiciones de vida. Hoy, aquello que era excepcional ha devenido la regla. Si el fordismo suponía una organización productiva de los cuerpos fundada en el silencio de los mismos, el posfordismo resulta ser, aquí, una organización de los parlantes, un disciplinamiento de su palabra en función de un objetivo económico. Es a partir de esas premisas que el libro puede ser leído como un viaje -no demasiado placentero- al interior del call center, de sus lógicas de dominación, de sus tácticas y estrategias, de las percepciones que allí circulan, y de las resistencias -individuales y colectivas- que se van produciendo.

¿Qué prácticas sindicales son posibles en las actuales condiciones del capitalismo financiero global? ¿Cómo resistir en un lugar donde la huelga no significa esencialmente la paralización de la producción sino simplemente el desvío de las llamadas por parte de la empresa a otros call center dispersos por el mundo? ¿Cómo pensar un sindicalismo ya no basado en la permanencia por muchos años de los trabajadores en sus puestos de trabajo sino en la movilidad constante, hecha de despidos y renuncias? ¿Cómo pensar, nuevamente, prácticas sindicales que no consideren ese deseo obrero de movilidad necesariamente como un obstáculo sino como una condición? De frente a las nuevas condiciones de organización y dominación del trabajo asalariado, ¿Quién habla? abre un campo de indagación sobre las nuevas prácticas.

Es por ello que este libro es también una intervención política. Su destino no es la academia ni el procesamiento universitario; al contrario, los autores han pensado la producción escrita como la resultante de un proceso de investigación que reune a implicados directos en la experiencia con militantes activos en campos ligados a la producción de conocimientos y que debe tener como fin la práctica política. En ese preciso sentido, ¿Quién habla? es un libro militante.

 

Ezequiel Gatto

(Estudiante de Historia, UNR, E-mail: ezequiel.gatto@gmail.com)

 

 

 

DALLA CORTE, Gabriela y PIACENZA, Paola; A las puertas del Hogar. Madres, niños y Damas de caridad en el Hogar del Huérfano de Rosario (1870-1920); Prohistoria, Rosario, 2006, 128 pp.

 

Brillo y color son dos rasgos distintivos del libro “A las puertas del Hogar”. Brillo por la calidad de la impresión que realizó la Editorial Prohistoria de Rosario y el contenido vertido en sus páginas.

El libro recoge las historias de miles de niños que encontraron protección en el Hogar de Huérfanos de Rosario entre finales del Siglo XIX y principios del XX. El dolor y la esperanza son sentimientos que dejan su huella a lo largo de los relatos que se construyen a partir de las cartas y señales dejadas con la ilusión de un futuro reencuentro. Los fragmentos permiten reconstruir un relato conmovedor, y ese relato –a su vez– poner a la luz labor generosa y valiente de un grupo de mujeres reunidas en una asociación privada conocida como, Damas de Protección al Huérfano, Asociación de Damas de Caridad, que a pesar del cambio de nombre, siempre mantuvieron el mismo objetivo: el cuidado de los niños abandonados “A las puertas del Hogar”, tal como dice el título. La esperanza y el abandono parecen dos caras de la misma moneda y, a su vez, se transforman en la vivencia de una época de inmigrantes en un lugar, Rosario, de la provincia de Santa Fe, dando lugar a un recorrido sobre vidas y desventuras, de gente que –como dicen las autoras– pasó parte de su vida en la institución.

La Caja de señales conservada en el Hospicio de la ciudad de Rosario opera como un espacio donde existen “tesoros” que sacan a la vista las consecuencias de un problema: la llegada masiva de inmigrantes y la insuficiente atención a la problemática, que da como resultado el abandono como producto de la miseria. Esto permite al lector realizar una inmersión histórica y una consecuente interpretación de las condiciones de vida de esa población que, por distintas razones, pasó por las puertas del Hospicio.

Es interesante también el recorrido que se realiza desde su fundación en diciembre de 1869 de la propia Asociación, y en ese camino la miseria, la exclusión y la necesidad funcionan como corolario de una Argentina de entonces y de ahora, en la que la niñez sigue en estado de desprotección.

En las Reflexiones Finales las autoras ilustran acerca de la función cumplida por el Hospicio, el proceso paulatino del abandono de las prácticas de dejar “señales” como consecuencia de otros aconteceres detallando los cambios históricos, el rol de las mujeres en la esfera de una maternidad extendida hacia la franja de población abandonada en una instancia presentada como previa a la legislación sobre la protección del menor.

Otro recorrido, el Color, lo permiten las fotografías, que –como en una galería– nos muestra actas, balances, toda una serie de objetos encontrados en las Cajas de Señales. Estos últimos adquieren un valor simbólico de un pacto de reencuentro en algunos casos, están guardados como signo para hacer saber algo del origen o de los deseos de sus progenitores, como reliquia histórica que permite rearmar trozos de la historia hasta ahora no relatada, como promesa de volver, como síntoma de una sociedad que desatiende a los más débiles y como insignia de identidad.

Un relato documentado en citas bibliográficas que permiten ampliar los temas con abundantes detalles y conmovedores historias de madres que a fines del siglo XIX y principios del XX dejaron bajo custodia a sus niños abandonados a su suerte en el Hogar del Huérfano de Rosario.

Encierra los colores de todos los donativos de las mamás angustiadas que dejaban el “pedazo de su corazón” en el resguardo de una “señal”. La “señal” por la que se guardará la identidad del niño o la niña que entregaron. El resguardo lo vinculamos y asociamos con el tema de la identidad. Esta identidad que buscarán las madres el día que vuelvan por ellos para recogerlos.

Ana Quiroga se plantea que la identidad como proceso y como concepto siempre la interroga con una carga de desafío emocional y teórico, más aún hoy la pregunta por la identidad adquiere otro nivel de dramaticidad. Tiene la dramaticidad de una crisis que se despliega en términos de existencia, lucha y destino1.

El desafío emocional que nos plantea esta temática encuentra la dramaticidad en los términos de una crisis de “existencia” para la época de referencia tal como lo planteara a principios de siglo Bialet Massé después de recorrer el territorio y la gran mayoría de ciudades argentinas incluída Rosario: “la mujer argentina, aún la inmigrada, será objeto de la rapacidad de los industriales, que buscan en su empleo aprovechar el menor jornal y sus cualidades especiales, para cierto género de trabajos, y, sobre todo, que no la veremos sustraída al hogar, con abandono de sus hijos. Nuestras costumbres lo repelen y la abundancia del país lo garantiza2.”

Esta crisis las lleva a entregar a sus bebés, lo más preciado de su “existencia”, que bien puede manifestarse cuando considera que las “mujeres que quedan sin hombre con quien aparejarse, por efecto de las emigraciones a las colonias o países extraños y que están representadas por millones de hombres, de las que por efecto de una moral extraviada, han renunciado o las han renunciado al matrimonio3”.

De estas mujeres no hay cuenta de su situación familiar, supuestamente están “solas” como la mano de obra más barata, en oficios miserablemente retribuidos, con la “dramaticidad de una existencia” espacial determinada, sin vivienda fija, sin familia que las cobije, sin protección social.

Mujeres madres, jóvenes, maduras o tal vez niñas frente “a la dramaticidad, luchan para enfrentar la crisis”. Esta lucha las lleva a buscar soluciones y en el abismo, tal como lo expresa el poema:

 

…“Acaricio un sueño

Y mi desvarío se torna lúgubre.

Luto

Muerte.

Desazón.

Martirio a mi cerebro.

Retruécano mental.

Quisiera vociferar silencios

Y no acallar mis gritos”…4

 

En este caso “lucha que se no sólo se apoya en esperanza, nace en situaciones límites y moviliza a romper la opresión presente, a diseñar un futuro, caminar en un proyecto, requiere organización, autoría, hacer, palabra, identidad, Esto no se da sin vicisitudes5”. Como destino encuentran el Hogar del Huérfano de Rosario para dejar su más preciados tesoros que son sus bebés.

Siguiendo a Quiroga la “dramaticidad de la crisis busca el destino”, ese destino estará marcado por la “señal” con que las mamás han dejado a sus niños para poder recuperarlos algún día. Pero, en los términos de la identidad de esos pequeños, al dejarles las marcas “se reconocen raíces en el pasado que irrumpen con fuerza de y los rasgos de lo nuevo6”, como lo planteara esta autora para anticiparnos a un futuro, “en interjuego con el pasado y el presente”.

 

“Quisiera…creo que no.

Morir no es la solución

Aunque se que descansaría

De…no lo sé.

Me siento cansada

 

Estoy cansada.

Debo resucitar,

Bajar de mi cruz,

Descrucificarme.

¡Hay madre, cómo pesas!

Me declaro huérfana.

Amén7.

 

Para estas madres, y parafraseando al escritor Eduardo Galeano los vientos borrarán las huellas; sin embargo, en este libro las huellas atan a la memoria, primero porque las dejaron, segundo porque alguien se encargó de que quedaran guardadas en el Hospicio y tercero, porque las autoras se ocuparon de que la escritura les diera condición de permanencia.

 

Berta Wexler

(ISP 3. CEIM-UNR, E-mail: berjorgi@hotmail.com) y

Graciela Sosa

(ISP Nº 3. ISFDT Nº 27, E-Mail: graciesosa@intercom.com.ar)

 Notas

 

[1] QUIROGA; Ana; Apertura de las Primeras Jornadas Latinoamericanas de Psicología Social y Tercer Encuentro en homenaje a Pichón-Riviere, “Identidad, inclusión social y salud mental”, Salvador, Bahía, Brasil, 6 al 9 de octubre 2005.

2 BIALET MASSÉ, Juan. Informe sobre el estado de la clase obrera II. Hyspamérica, Buenos Aires, 1986, pp.

3 Ibídem.

4 Elizabeth Llanos González. "Orfandad". Poema publicado en la Revista Contrastes. Universidad Pedagógica Nacional 097. Distrito Federal Sur. México. Nueva Epoca Año 9, Número 29,Primavera 2006

5 QUIROGA, Ana; op. cit.

6 Ibídem.

7 LLANOS GONZÁLEZ, Elizabeth; ob. cit

 

 

 

CERUTI, Leónidas y RESELS, Mariano; Democracia Directa y Gestión Obrera. El S.O.E.P.U., la Intersindical de San Lorenzo y la Coordinadora de Gremios 1962-1976. Ediciones Del Castillo, Rosario, 2006, 374 p.

 

El móvil principal de la obra es recuperar -para el abono de una memoria histórica de la clase obrera en permanente construcción-, la singular experiencia de la primera etapa de vida del Sindicato de Obreros y Empleados Petroquímicos Unidos (SOEPU), desarrollada en la planta de Petroquímica Argentina S.A. entre 1962-1976. Sus autores, Leonidas Ceruti y Mariano Resels, no son recién llegados al tema; han estado vinculados a las temáticas del mundo del trabajo y sus conflictos ya sea a través de su participación en diversas iniciativas institucionales como “Centro de Estudios de Historia Obrera” (Escuela de Historia, Facultad de Humanidades y Artes, UNR), la organización REMOS (Red de Recuperación y Protección de Archivos de los Trabajadores y de los Movimientos Sociales) o el Colectivo de Gestión de la revista “Cuadernos del Sur”; como a través de una producción previa visible de una serie de artículos y libros directa o indirectamente vinculados a la problemática.

Puesto entonces este trabajo en el horizonte del rescate de la memoria histórica de los trabajadores, Ceruti y Resels intentan reflejar a través de su recorte temporal la transformación de un sindicato de empresa, su metamorfosis gremial que transmutó de una práctica pro empresarial originaria hacia una concepción y praxis combativa, antiburocrática y antipatronal. A partir de este cambio los historiadores analizan las características de uno de los procesos más avanzados de democratización sindical y control obrero de la producción, como fuera la trayectoria del SOEPU en esos años.

Una breve revisión de las problemáticas planteadas en el libro nos permitirá entonces avanzar primero en sus características para finalmente adelantar algunas reflexiones sobre su aporte.

En el primer capítulo del libro los autores brindan al lector una clara descripción del perfil industrial de la zona norte del Gran Rosario y de las características de Petroquímica Argentina S.A., como así también de la calidad de su mano de obra. De este modo ofrecen una caracterización general de la conformación del polo petroquímico asentado en la zona de San Lorenzo -auspiciado por la política desarrollista de Arturo Frondizi-, y particularmente de la trascendencia de la empresa P.A.S.A., tanto por su nivel tecnológico y productivo, como por su aporte al desarrollo económico-social de su zona de radicación e influencia.

El segundo apartado está dedicado a reflexionar sobre el itinerario del Sindicato de Obreros y Empleados Petroquímicos Unidos, en su singular constitución como sindicato de empresa, al trasluz de los cambios en la coyuntura nacional. Los autores exploran minuciosamente el funcionamiento del SOEPU, sus resignificaciones y sus luchas, marcando de forma precisa los cambios en su orientación político-ideológica a partir del triunfo de la “Lista Verde”. Principalmente se vislumbra en la narración la nueva concepción puesta en práctica en el gremio basada en el método de la democracia de base o “democracia obrera”, recuperada por los autores a través de los boletines del sindicato, las crónicas de los diarios y algunos testimonios de petroquímicos.

La tercera sección del texto es destinada al abordaje del protagonismo asumido por los petroquímicos de P.A.S.A. en la conformación de la Intersindical de San Lorenzo, entre 1969-1973. Aquí Ceruti y Resels describen la cosmovisión, las formas de coordinación y el accionar adoptados por los gremios combativos de dicha zona para establecer una cooperación solidaria y clasista en las lucha obreras.

Por otra parte, en el cuarto capítulo de su obra, los autores dejan planteada la problemática sobre las implicancias del cuestionamiento gremial a la organización de la labor obrera al interior de la planta petroquímica. Analizan las definiciones y acciones propuestas por el sindicato en pos de la capacitación y rotación de los trabajadores frente a los objetivos empresariales establecidos para la mano de obra.

El quinto pasaje en el recorrido presentado por Ceruti y Resels explora la experiencia más destacada del SOEPU: la toma de fábrica, la administración y el control obrero de la producción, como derivación de un conflicto sindical. Los escritores examinan así los notables resultados obtenidos en la gestión obrera de la planta y señalan los ribetes simbólicos aparejados en el traspaso temporario de la petroquímica del control patronal a manos proletarias.

En el anteúltimo capítulo los historiadores trabajan un bienio de particular importancia en la vinculación gremial de los petroquímicos con otros sindicatos. Ofrecen al lector una descripción meticulosa de la nueva experiencia de unificación de las banderas gremiales combativas en 1975-1976, en el marco de la creación de la Coordinadora de Gremios en Lucha.

Como último apartado del libro los autores ofrecen, para la consulta y complementación de las ideas esbozadas, un apéndice con documentos de la época en estudio, que consiste principalmente en una recopilación de extractos de ejemplares de “El Petroquímico”, el Boletín del SOEPU. Bajo una selección propia presentan un importante material expuesto a partir de 120 textos recuperados de distintos números del Boletín del Gremio, que aportan una visión clara sobre los posicionamientos del SOEPU en su devenir histórico desde sus orígenes hasta su intervención en 1976.

Finalizada la descripción de la obra nos toca plantear algunas reflexiones al respecto. En primer término nos interesa resaltar el notable aporte que constituye la publicación de este libro a la preservación de la memoria histórica de los trabajadores de la zona norte del Gran Rosario. En cuanto a su aporte historiográfico creemos que contribuye a nutrir, a partir de una visión “desde abajo”, la escasez de trabajos de corte regional o local sobre el tema, en perspectiva con la historia nacional.

En segundo lugar, si bien los autores realizan una detallada reconstrucción del proceso histórico-político que enmarca la historia del SOEPU, creemos que en su análisis no aparece con suficiente claridad la influencia de la proscripción del peronismo y la vuelta al poder de su líder histórico -en apoyo, crítica o indiferencia frente a dicho movimiento político- sobre el accionar reivindicativo e identidad política de los trabajadores de la zona.

Por otra parte reconocemos el importante esfuerzo asumido por Ceruti y Resels para rescatar la experiencia histórica de los obreros petroquímicos a través de sus voces, documentos, comunicados, reflexiones. Pero junto a ello es necesario plantear que habría aportado a una mejor comprensión de los problemas abordados un análisis mas preciso sobre conceptos claves utilizados para caracterizar al objeto de estudio, como por ejemplo “clasismo”,democracia obrera” o “control obrero de la producción”.

 

Agustín Prospitti

(UNR - Conicet - E-Mail: agustinprospitti@yahoo.com.ar)