Ricardo Caballero y el radicalismo santafesino de la
primera mitad del siglo XX
Oscar R. Videla(*)
El articulo trata de reconstruir el derrotero político
de Ricardo Caballero dentro de la tradición del radicalismo santafesino a lo
largo de poco más de medio siglo (fines del siglo XIX a mediados del siglo XX),
particularmente
porque creemos que el mismo contribuye a explicar algo más que los muy particulares
recorridos de un político y de la tradición política a la cual el personaje
siempre se sintió adscripto (un radicalismo entendido mas como cuerpo de
tradiciones políticas y filiaciones de lealtades consulares que como estructura
partidaria), sino porque también es una vía de acceso para comprender una
experiencia posterior, el peronismo. En este sentido postulamos que la
experiencia caballerista había preparado a los actores locales para el
populismo peronista. En este caso podríamos referimos al caballerismo en
términos de un “populismo antes del populismo”, que a lo largo de su
experiencia histórica (casi medio siglo) recorrió el camino completo de sus
varias tensiones ideológicas, sean estas topologizadas a izquierda o derecha,
reaccionarias o progresistas.
Ricardo Caballero, nació en
Ballesteros Viejo (Córdoba) el 5 de diciembre de 1876 dentro de una familia de
vieja data en la región[1].
Muy joven parte a Paraná de donde regresa egresado como maestro de su Escuela
Normal, seguramente de allí provendrán algunos de los pocos rasgos positivistas
en el cuadro de sus muy heterogéneas influencias[2];
allí también es donde, posiblemente, establece sus primeros contactos con el
radicalismo a través de los Laurencena.
Posteriormente estudia
medicina en la universidad cordobesa, recibiéndose en 1902. Allí frecuenta
círculos político-literarios vinculados a ideas socialistas y anarquistas,
influencia esta que se hace evidente en los primeros años de vida política.
Para el cambio de siglo,
Ricardo Caballero se ha mudado a Rosario, ciudad que ya no abandonará y con la
que se identificara su figura de allí en más. En ella ejerce su profesión de
médico y se convertirá en un activísimo militante del radicalismo, teniendo una
destacada actuación en la revuelta de 1905[3].
La acción que, más allá de su fracaso coyuntural, marcará a fuego al propio
radicalismo no será solamente un paso importante en la constitución interna del
partido, sino que por otra parte será una prueba más de un estrecho vínculo que
el político ha estado estableciendo con algunos sectores del movimiento obrero
local, y que ya se había expresado en la crítica coyuntura de la huelga de
dependientes de comercio del año anterior[4].
En la ocasión Caballero escribe “Sangre proletaria” una clara convocatoria a
los obreros a la insurrección:
¿Qué pueblo es este, nos
hemos dicho ayer, en esa tarde melancólica, en presencia del oscuro muerto, que
permite impasible el asesinato de sus trabajadores?
¿Qué pueblo es este, que
contempla en silencio, quizás amedrentado, el galope de una horda asesina? ¿El
espíritu sanchezco ha invadido ya todas las almas?
¿No hay un grupo de hombres
que hable al pueblo para aconsejarle que no se deje asesinar cobardemente?
¿Y esto quedará impune?....
Si este no es aún el momento
¡oh! Pueblo de Rosario, preparaos, porque ya está cercano. Si por hoy es casi
imposible la justicia como la soñamos, como la soñáis, pensad que la venganza
es también una de sus formas.
¡Ah, si el pueblo se diera
cuenta de lo que es capaz!”[5]
El vínculo con los
trabajadores y algunos sectores del movimiento obrero (obreros de los
mataderos, carreros, obreros municipales, etc.) tenderá a la permanencia, tanto
como para que el insistente aserto que algunos militantes anarquistas
participaron en la revolución de febrero de 1905 sea considerado sino una
posibilidad cierta, por lo menos un resabio de las simpatías que el movimiento
generó entre los trabajadores rosarinos por esos años profundamente impregnados
por las ideas y prácticas del anarquismo[6].
En este sentido Caballero
traía al radicalismo un bagaje (discursivo, pero pronto se hará evidente que
también se podía contabilizar en votos) que este no incluía originalmente: una
interpelación a los “ciudadanos”, típico del discurso radical, pero en clave
“social” que en el caso de Caballero tomaba los rasgos de los obreros.[7]
Durante los años que
vendrán, pero particularmente en los prolegómenos de 1912, Caballero y sus
seguidores construirán un discurso político que a los clásicos tópicos del
radicalismo (impugnación moral, reparación, causa contra el régimen, etc.), le
agregan un agresivo nacionalismo “criollista”, pro-obrero por antipatronal y en
algún sentido xenófobo por su impugnación a la burguesía local (conformada en
gran medida por extranjeros); al mismo tiempo profundiza otro aspecto de su
discurso político, la constante referencia a la filiación del federalismo del siglo
XIX con el radicalismo yrigoyenista a través de reivindicación de las figuras
de los caudillos de esa raíz, y muy en particular del Brigadier General Juan
Manual de Rosas[8]. El
peso de este componente discursivo es tan importante que Caballero será considerado
años después como uno de los primeros antecedentes del revisionismo histórico,
tanto por estos como por analistas posteriores.[9]
Para fines de la primera
década del siglo XX, Caballero ya es uno de los dirigentes clave del
radicalismo y en este sentido su presencia será central en la coyuntura
política que derivara en la participación del radicalismo en las elecciones de
1912. Si bien es para esos años un yrigoyenista confeso, forma parte de la
dirigencia santafesina que tuerce la voluntad del líder radical, promoviendo la
participación del radicalismo en las elecciones a gobernador que, bajo el
influjo del reformismo saenzpeñista, se realizaran en Santa Fe en 1912 (influjo
y no la obligación, ya que las leyes nacionales no tenían jurisdicción sobre las
elecciones provinciales).
Figura expectable del
radicalismo, es mencionado como posible candidato a encabezar la fórmula
gubernativa radical, aunque con menores posibilidades que el “patriarcal”
santafesino Iturraspe o el “hombre nuevo” de las colonias, Lehman; pero su
doble condición de ex-anarquista y de hombre identificado con el sur, frustra
mayores logros quedando nominado como vicegobernador, detrás de una figura sino
menor por lo menos más opaca, pero que reúne la condición de estar firmemente asentado
en la ciudad capital.[10]
Con la contribución del voto
rosarino, que indudablemente está compuesto en buena parte por los trabajadores
a los que apelaba del discurso caballerista, el radicalismo triunfa en la
provincia, haciéndose de los electores suficientes para imponer su fórmula:
Manuel Menchaca – Ricardo Caballero.
Resultados
electorales en el municipio de Rosario (1912)[11]
Partido |
% |
|
UCR |
6.153 |
46,50 |
Liga del Sur |
4.682 |
35,50 |
Coalición |
2.318 |
17,50 |
Otros |
76 |
0,50 |
Total |
13.229 |
100,00 |
Ya en el ejercicio de la
vicegobernación, se verá directamente involucrado en el conflicto agrario que
estalla casi paralelamente a la coyuntura electoral, a su solicitud integra la
Comisión que mediara en la huelga agraria (el Grito de Alcorta), junto con el terrateniente
de origen español Toribio Sánchez y el también español J. Daniel Infante, con
quien tejerá un fuerte vínculo político que llevará a este a la Intendencia de
Rosario.[12]
La gestión de este muy
particular republicano (que se autodefinía como socialista práctico, al igual
que otro reformista español fuertemente vinculado a Rosario, Juan Bialet Masse[13])
fue sin dudas una de las más polémicas y particulares del periodo, tanto por el
grado de conflictividad social en que se desenvolvió, pero particularmente por
la nueva actitud que el ejecutivo municipal adoptaba ante la misma,
reconociendo la justeza de los reclamos y aún alentándolos.[14]
Pero los conflictos rurales
y obreros no son los únicos que revuelven el ámbito provincial y el rosarino en
particular[15]. El
propio partido gobernante rápidamente entra en un sinfín de conflictos que
estallan a poco de iniciarse la gestión, las apetencias propias de un partido
que ha dado cabida en los últimos meses a todo aquel que pudiera acercarle
votos, la tradicional disputa regional (no solo entre el norte y sur, sino
también con el poderoso impulso del oeste “colonial”), las idas y venidas del
Comité Nacional en la vida partidaria provincial, pintan el panorama de un
radicalismo que, en la coyuntura de un régimen de participación ampliada,
demuestra tanto un dinamismo tan poderoso que le permitirá ganar cualquier
elección de ahí en más, como una constitutiva inestabilidad producto del
pragmatismo de las heterogéneas fuerzas que lo integran.[16]
En este contexto, Caballero será
uno de los fundadores de la Unión Cívica Radical de Santa Fe, que se escinde
del radicalismo del Comité Nacional en 1915 y será más conocida como
“disidente”, y que al año siguiente llevara a la gobernación a Rodolfo Lehmann.
El año 1916 lo es también de la crucial elección presidencial donde se aplica
por primera vez las leyes del 12. Junto con las provinciales los disidentes
ganan también la mayoría de electores presidenciales, convirtiéndose de hecho
en el fiel de la elección nacional. En esa coyuntura le cabrá a Caballero una
participación clave como negociador por radicalismo disidente durante el
colegio electoral que le daría la primera presidencia a Yrigoyen.[17]
Elegido diputado nacional
por el radicalismo disidente para el periodo 1916-18 y luego para el 1918-22,
no llega a cubrir este último al ocupar una banca en el Senado nacional en
1919; en la función parlamentaria se destacará por sus preocupaciones sociales,
la reivindicación de los caudillos y ciertas intervenciones de impacto en la
época: como en el debate sobre derogación ley de jubilaciones o en el desafuero
del senador socialista Del Valle Ibarlucea.[18]
No por ello esta ajeno a la
política local y santafesina, implicado constantemente en las refriegas
partidarias que pululan en el radicalismo rosarino, en particular sobre el
recurrente tema de la cuestión social, logra mantener durante estos años su
presencia tanto dentro del partido disidente, como sus vínculos con partes
significativas del movimiento obrero (empleados municipales, carreros,
ferroviarios, etc.) a partir de su clásico discurso nacional-obrerista
(compuesto por dosis variantes de criollismo, reivindicaciones obreras,
exaltación del federalismo y sus caudillos, xenofobia antiburguesa, etc.).
Su peso político en la
ciudad se ve expresado fundamentalmente en el éxito electoral relativo que
logra mantener en una posición solo expectante a la oposición demoprogresista.
A punto de la disolución del radicalismo disidente, producto de las profundas
divisiones internas tanto entre los representantes del norte y sur como al
interior de cada una de estas (1919), y en las vísperas de su pérdida de apoyos
en el gobierno provincial, tras el ascenso de los partidarios antipersonalistas
el Comité Nacional, logra ser elegido senador nacional. Las gestiones de
Cepeda, Mosca y Aldao, lo mantendrán relativamente alejado de ejercicio del
poder directo a través del aparato provincial, razón por la cual enfocara su
labor en el parlamento nacional.[19]
Incorporado nuevamente en el
radicalismo del Comité Nacional (luego del cisma antipersonalista) y con el
triunfo del radicalismo yrigoyenista provincial en 1928, ejerce una función en
algún sentido ejecutiva en Rosario, esta vez como jefe político. En esta
función otra vez se destaca por la intervención directa a favor de las
reivindicaciones de los obreros en huelga y la profunda inquina que genera
tanto entre los líderes políticos locales (demoprogresistas, radicales
antipersonalistas, luego también dentro de los yrigoyenistas) como también
entre los corporativos, en particular la dirección de la Bolsa de Comercio.[20]
Durante ese álgido año la
ciudad (y la campaña circundante) están en constante zozobra por la combinación
de las huelgas (particularmente del transporte en la ciudad y de los braceros
en el campo) y la represión que pronto se desatará con fuerza, en ese contexto
la gestión caballerista de los conflictos obreros en Rosario han creado tantos
adversarios dentro como fuera del partido de gobierno que este se ve obligado a
renunciar cuando el gobierno provincial lo abandone a su suerte y aliente la
intervención de tropas por parte del ejecutivo nacional.[21]
Nuevamente alejado del
yrigoyenismo en los últimos años de la década del veinte, el golpe de 1930 lo
encuentra en la oposición interna a este.[22]
Aunque todavía dentro del partido, no por ello deja de alentar alguna que otra
experiencia obrerista local, como el intento de constitución de un Partido
Radical Obrero por referentes de su tendencia interna.[23]
La inconstancia del
personaje al interior de las líneas internas del radicalismo, es una atribución
característica de Caballero, pero no por ello deja de serlo de buena parte de
los componentes del radicalismo local y aun del mismo Partido Demócrata
Progresista. Tal vez sin la misma asiduidad que en los tiempos del régimen
oligárquico, pero en ocasiones con la misma celeridad, los dirigentes
partidarios locales tienen un algo grado de “volatilidad” respecto de sus
lealtades, ejemplo de los cuales pueden ser precisamente Ricardo Caballero o el
mencionado J. Daniel Infante o el siempre ubicuo Juan Cepeda.[24]
Un buen ejemplo de ello nos
lo ofrece la coyuntura posterior al golpe. Tras el mismo, junto con otros
referentes del radicalismo local participa de las primeras gestiones tendiente
a la reorganización del partido; Pero luego de la fracasada experiencia
electoral del radicalismo en la provincia de Buenos Aires y en las vísperas de
las nuevas elecciones, Caballero rompe lanzas, nuevamente, con el Comité
Nacional y forma parte de los radicales que se acercan a Agustín P. Justo,
integrándose a través de la Unión Cívica de Santa Fe, que formará parte de la
alianza que llevara a aquel (fraude mediante) a la presidencia de la Nación, a
la Concordancia. En la ocasión su presencia nuevamente es central en las
negociaciones, personalmente el mismo Caballero se había entrevistado con Justo
en octubre del 30 para ofrecerle ser prenda de unidad de un radicalismo
reconstituido en un obvio lanzamiento de su candidatura, meses después, ya en
representación de la UCR de Santa Fe será uno de los máximos promotores de
esta.[25]
La abstención del
radicalismo del Comité Nacional, hace innecesario el fraude, habiendo entonces
ganado la provincia el Partido Demócrata Progresista y por tanto controlando
también la administración rosarina, sea por el designado Intendente, como por
su control del Concejo Deliberante.
Agrupación |
N° de Concejales |
Partido Demócrata
Progresista |
15 |
UCR de Santa Fe |
5 |
Partido Socialista |
3 |
UCR Comunal |
1 |
Partido Socialista
Independiente |
1 |
Total |
23 |
La aplicación de la
Constitución de 1921 y la inmediata convocatoria a elecciones para
convencionales municipales y renovación del Concejo, no mejora la situación,
quedando en manos del PDP la mayoría y relegando a los partidarios de Caballero
(el más importante Faustino Infante, hijo de su aliado político de 1912) al
lugar de oposición obstruccionista típico de la política municipal.[27]
En este contexto, las
perspectivas del reciente tránsfuga se ven claramente disminuidas de lograr
algún lugar espectable en cualquiera de éstos ámbitos (provincial y/o
municipal); situación que salva logrando ser designado por Justo, Presidente de
la Caja Nacional de Ahorro Postal, desempeñándose en ese cargo entre 1932 y
1936.[28]
Durante esos años, donde
trasiega entre Buenos Aires y Rosario, logra fortalecerse como uno de los
líderes más importantes del sur provincial (junto con su anterior “enemigo”
interno, Juan Cepeda) de radicalismo de Santa Fe, partido que durante esos años
(en particular a partir de 1937) adoptara el camino del fraude como el más
experto de los partidos conservadores.[29]
También de esos años es la
clara evolución hacia la derecha de Ricardo Caballero, en contracara con su
denigrado PDP, mientras este más se recuesta hacia un discurso de izquierda (o
con más precisión, liberal de izquierda), Caballero tensa las vetas más
reaccionarias de su discurso nacionalista. El nativismo que lo había
caracterizado desde fines del siglo XIX, se refuerza ya no con el componente
antipatronal (aun antiburgués) de las décadas pasadas, sino con cada vez más
constantes referencias casi xenófobas tanto hacia los extranjeros (de los que
solo se salvan los llamados “gringos viejos”, acriollados por las
circunstancias y el tiempo), como hacía las “ideas foráneas”[30],
todo un tópico del discurso reaccionario de la década del treinta.[31]
Luego de la intervención
nacional al gobierno demoprogresista de Luciano Molinas en 1935 y de los
trágicos sucesos del mismo año que dejaran nuevamente vacante la senaduría nacional
por Santa Fe por el asesinato de Enzo Bordabehere en el recinto del Senado, el
clima político santafesino se enrarece crecientemente, pero es también la
oportunidad para que el líder rosarino vuelva a tener una mayor figuración.
Con el acceso de la UCR de
Santa Fe a la gobernación, mediante el ejercicio de un fraude de proporciones
magnificadas por la importancia del distrito santafesino en el cuadro de las
subsecuentes elecciones presidenciales, Caballero como parte del consabido
reparto de cargos bajo la matriz norte/sur será designado, nuevamente, Senador
nacional por Santa Fe en 1937. En esta función permanecerá hasta el golpe del 4
junio de 1943, llegando a desempeñar la vicepresidencia del cuerpo durante los
últimos dos años.[32]
Enfrascado en las pujas
facciosas que dividen al radicalismo concordancista[33],
que a la distinción regional norte/sur que ha marcado a los partidos
santafesinos, agrega las siempre tensas relaciones con el líder indiscutible
del partido (Manuel de Iriondo); y en un ambiente político que necesita en
mucha menor medida de la legitimación por el voto (y menos aún del conflictivo
llamamiento obrerista de su discurso de los veinte), Caballero va abandonando
los tópicos “sociales” de su predica política y no verá como se va corroyendo
su caudal de adherentes entre aquellos a los que ya no interpelaba como nativos
y obreros, sino solamente por un “argentinismo” cargado de resonancias
exclusivamente tradicionalistas.[34]
Tal vez como una paradoja
que por lo mismo hace evidente esta orientación, Caballero defiende la
innecesariedad del voto libre precisamente en la sesión del Senado donde se
discute sobre la condición física para gobernar del presidente Roberto Ortíz,
quien había iniciado los primeros pasos de una salida “democrática” al régimen
fraudulento:
“¿Puede sostenerse que en
cualquier país, pero sobre todo en el nuestro, en el que los nativos carecen de
medios económicos –los extranjeros los poseen todos-, la democracia liberal y
el voto libre, ha de conducirnos al régimen de la democracia solidaria, en el
cual deben existir jerarquía, fe religiosa, limitación de libertades peligrosas
como la de la prensa? ¿Puede creerse que el voto libre va a entregar a los
nativos la dirección del país como sería justo? ¿Que va a eliminar la máquina
para devolver al obrero el oficio adquirido en un largo aprendizaje que la
máquina distribuída sin reglamentación le ha arrebatado? ¿Puede sostenerse que
el voto libre eliminará en la industria la competencia ilimitada? ¿Que alejará
de los umbrales del trabajador envejecido o enfermo, los efectos de la miseria
y del hambre que está siempre presente en ellos y que lleva una desesperante
inquietud a su espíritu?...
Yo aceptaría desde mi punto
de vista argentino el postulado de la democracia liberal, de que el poder
legítimo emanado de la mayoría de esos registros [se refiere a los padrones],
pero cuando él se aplicara a países de unidad racial o de población para los
que fué concebido originalmente. Pero entre nosotros en la condición presente
de nuestro pueblo nativo ¿qué puede resolver de trascendente ese voto libre,
manejado por extranjeros o por extranjerizantes que poseen casi todos los medio
económicos, y que los esgrimen desde las filas de todos los partidos, cada día
con mayor desenfado, contra el pasado del país y también con el designio casi
confesado de arrebatarnos totalmente nuestro patrimonio y con él, hasta el
recuerdo de lo que fuimos?[35]
Figura importante de la
política santafesina hasta el golpe de 1943, luego de esta fecha su estrella
política declinará ostensiblemente; en la crucial coyuntura de los orígenes del
peronismo, cuando el conjunto de las fuerzas políticas, sindicales y aún
corporativas de la ciudad están en ebullición, realiza un último intento de
reacomodamiento político que lo llevará rápidamente al fracaso. A despecho los
múltiples lazos que lo hacían un personaje plenamente articulable tanto con
ideas como con las prácticas del naciente peronismo[36],
Caballero terminará alineándose con la coalición antiperonista, saludando sin
pudores la presencia del ex embajador Spruille Braden en la ciudad y editando
un folleto alabando el legado anglonorteamericano en las independencias
latinoamericanas.[37]
De allí en más el
viejo caudillo sólo conservara la espectabilidad que le da su cátedra universitaria
de Historia de la Medicina y de las Doctrinas Médicas en la sede rosarina de la
Universidad Nacional del Litoral (en la que estaba desde 1919) hasta su
jubilación forzada en 1955.[38]
Recluido en su muy particular mansión en las afueras de Rosario (Hume) fallece
el 16 de julio de 1963 a los 87 años.[39]
Todo pareciera indicar que
la experiencia política que encarnaba Caballero debería circunscribirse aquel
periodo cuando su figura era insoslayable en la política local, provincial y
aun nacional (1900-43); pero creemos que el caballerismo explica algo más que
los muy particulares recorridos de un político, es también una vía de acceso
para comprender la experiencia posterior, el peronismo. En este sentido la
experiencia caballerista había preparado a los actores locales para el
populismo peronista. En este caso podríamos referimos al caballerismo en
términos de un “populismo antes del populismo”[40],
que a lo largo de su experiencia histórica (casi medio siglo) recorrió el
camino completo de sus varias tensiones ideológicas, sean estas topologizadas a
izquierda o derecha, reaccionarias o progresistas.
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legado en la tradición del radicalismo "; EN: VIDELA, Oscar R. y ZANELLA,
Eduardo J. (compiladores); op. cit..
RESUMEN
Ricardo Caballero y el
radicalismo santafesino de la primera mitad del siglo XX
El articulo trata de reconstruir el derrotero político
de Ricardo Caballero dentro de la tradición del radicalismo santafesino a lo
largo de poco más de medio siglo (fines del siglo XIX a mediados del siglo XX),
pero
particularmente creemos que el mismo contribuye a explicar algo más que los muy
particulares recorridos de un político, es también una vía de acceso para
comprender la experiencia posterior, el peronismo. En este sentido postulamos
que la experiencia caballerista había preparado a los actores locales para el
populismo peronista. En este caso podríamos referimos al caballerismo en términos de un
“populismo antes del populismo”, que a lo largo de su experiencia histórica
(casi medio siglo) recorrió el camino completo de sus varias tensiones
ideológicas, sean estas topologizadas a izquierda o derecha, reaccionarias o
progresistas.
Palabras
clave: Ricardo Caballero - radicalismo - Santa Fe - populismo
ABSTRACT
Ricardo
Caballero and "Radicalism" in Santa Fe during the First
Half of the 20th Century
The article is an
attempt to reconstruct the political course of Ricardo Caballero
within the tradition of Radicalism in Santa Fe throughout a bit over half
a century (between the end of 19th century and halfway the 20th
century). However, we think that it particularly contributes to the
explanation of something that goes beyond the very peculiar
courses a politician might take. It is also a way to understand
the subsequent experience of "Peronism". In this sense, we
state that the experience of "Caballerism" had prepared the
local actors for "Peronist" populism. In this case, we might
refer to "Caballerism" in terms of a kind of
“populism before populism” which, throughout its historical experience
(almost half a entury), underwent fully its several ideological
tensions, whether they belonged to the left or right, the reactionary or
the progressive typology.
Key
Words:
Ricardo Caballero - Radicalism - Santa Fe - Populism
Notas
(*) Dr. en Humanidades y Artes (Mención en Historia). UNR – CONICET – ISP
N° 3. E-mail: vidwol@citynet.net.ar
[1] Para unas breves referencias biográficas y un más
extenso análisis del impacto de la obra y pensamiento de Ricardo Caballero.
Cfr. VIDELA, Oscar; "Ricardo
Caballero. Un acercamiento a través de los estudios histórico-político y de la
historiografía reciente" EN: VIDELA, Oscar R. y ZANELLA, Eduardo J.
(compiladores); Historia & Política.
Cuestión social, radicalismo y revisionismo en Ricardo Caballero, Imago
Mundi. Colección Bitácora Argentina, Buenos Aires, 2005.
[2] Respecto de su formación durante su estadía en la
citada Escuela es muy interesante la versión que da el propio protagonista en
un apartado de uno de sus menos conocidos libros. CABALLERO, Ricardo; Yrigoyen. Aspectos ignorados de una vida, Ed. del autor, Rosario,
1957. pp. 126-148.
[3] Casi medio siglo después la revolución de 1095 será la
oportunidad para que Caballero realice tanto una de las más coloridas (y
exhaustivas) crónicas del acontecimiento como un balance de algunos momentos
que él consideraba culminantes de su carrera política. Cfr. CABALLERO, Ricardo; Yrigoyen. La conspiración civil y militar del 4 de febrero de 1905,
Ed. Raigal, Bs.As., 1951. Reeditado por ed. Libros de Hispanoamérica, Bs. As.,
1975.
[4] Sobre la presencia de Caballero y otros
dirigentes "reformistas" prestando su adhesión a la huelga, Cfr. La Capital, 01 de julio de 1904. Sobre la conflictiva coyuntura
de esta huelga y las particularidades de la misma tanto para la vida política
como corporativa de la ciudad de Rosario, Cfr. FALCON, Ricardo; La Barcelona argentina, Laborde Libros,
Rosario, 2005 y PONS, Adriana y VIDELA, Oscar; "Una corporación frente a la cuestión social: La
Bolsa de Comercio de Rosario ante los conflictos obreros a principios del siglo
XX"; EN: Anuario 15, Escuela de
Historia, FHA, UNR, Rosario, 1993.
[5] “Sangre proletaria” (23 noviembre de 1904). EN: CABALLERO, Ricardo; Discursos y documentos políticos del Dr. Ricardo Caballero, ed.
Sociedad de Publicaciones El Inca, Bs. As., s/f. (c. 1929), Compilación de
Roberto A. Ortelli, p. 391-2.
[6] Uno de los primeros, sino tal vez el primero en
indicar tal vínculo fue Ricardo Falcón. FALCÓN, Ricardo, "Izquierdas,
régimen político, cuestión étnica y cuestión social en Argentina
1890-1912", Anuario, Escuela de Historia, Universidad
Nacional de Rosario, N° 12, 1987. FALCON, Ricardo; "Elites urbanas, rol
del Estado y cuestión obrera (Rosario 1900-1912)", EN: Estudios Sociales, Santa Fe, UNL, Nº 3,
1992. FALCON, Ricardo;
MONSERRAT, Alejandra. “Estado provincial, partidos políticos y sectores
populares. (El caso de Rosario: las elecciones de 1912 y los conflictos
sociales), en: Cuadernos del CIESAL,
Rosario, año I, Nº 1, Segundo Semestre de 1993.
[7] La obra más completa sobre este particular vínculo es
sin dudas la de Matt Karush. Cfr. KARUSH, Matt; Workers or Citizens: Democracy and Identity
in Rosario, Argentina (1912-1930), University of New Mexico Press, Alburquerque,
2001.
[8] Algunos fragmentos de sus discursos pueden servir de
ejemplificación: "A veces la vieja, agonizante nacionalidad intentó protestar,
pero pronto la nueva patria poderosa pudo silenciarla con disparos, y se
resignó sin darse por vencida, convencida de que aquellos derrotados por su
lanza heroica eran los victoriosos del presente, representantes de una tiranía
mil veces más detestable que aquella que habían combatido: los viejos
caudillos, caballerescos y brutales, que salvaron su independencia, habían sido
reemplazados por los gerentes de fábrica, por los administradores del
ferrocarril, por los operadores de puerto, por las grandes empresas
extranjeras, a quienes los gobiernos traidores habían entregado la soberanía
nacional en contratos unilaterales.
Jóvenes radicales: El
radicalismo debe reparar todas esas injusticias. Ustedes son, repito, sus
abanderados: comprendan la inmensidad de su tarea. Aporten toda la nobleza y el
altruismo de la vieja nacionalidad, que no debe morir porque fue demasiado
grande, demasiado poética, demasiado generosa" “Primer ensayo de sufragio
libre" (21 de enero de 1912). EN: CABALLERO, Ricardo; Discursos... , op. cit., p. 335-36. "No hubo en el pasado, señor
presidente, caudillos desenfrenados y bárbaros seguidos de multitudes salvajes,
sino hombres inspirados en la simplicidad heroica de la vieja patria, que no
quería morir en el silencio de una absorción injusta y brutal. Por eso, contra
esta civilización que presentían falsa, egoísta y sórdida, se levantaron en el
fondo de sus llanuras apacibles... aquellos grandes movimientos de pueblos que
nuestros historiadores oficiales han calumniado con la palabra
"caudillismo", sinónimo para ellos de barbarie e ignorancia."
"Discusión de los Diplomas de Senadores por La Rioja", EN: “Sangre
proletaria” (23 noviembre de 1904). EN: CABALLERO, Ricardo; Discursos..., op. cit., p. 249.
[9] Respecto de los revisionistas, Cfr. D´ATRI, Norberto; "El revisionismo
histórico. Su historiografía", EN: JAURETCHE, Arturo; Política Nacional y revisionismo histórico, ed. Peña Lillo, Bs.
As., 1982 (6º edición). JAURETCHE, Arturo; Política
nacional y revisionismo histórico, Peña Lillo. Bs. As., 1959. ROSA, José
María; Historia del revisionismo y otros
ensayos, Merlin, Bs. As., 1968. CAPONNETTO, Antonio; "Contribución
bibliográfica para el estudio del revisionismo histórico argentino", EN: Revista del Instituto de Investigaciones
Históricas "Juan Manuel de Rosas", Bs. As., Enero/marzo 1993, Nº
30. Respecto de los analistas del fenómeno revisionista, particularmente Cfr.
HALPERIN DONGHI, Tulio: “El revisionismo histórico argentino como visión
decadentista de la historia nacional”, en: Punto
de Vista, Bs. As., Nº 19, 1985. SVAMPA,
Maristella; El dilema argentino:
civilización o barbarie. De Sarmiento al revisionismo peronista, El Cielo
por Asalto, Bs. As., 1994. QUATTROCCHI-WOISSON, Diana; Los males de la memoria. Historia y política en la Argentina,
Emece, Bs. As., 1995.
[10] La coyuntura del 12 y los avatares de sus políticos
han sido trabajados con cierta minuciosidad por la historiografía que en
general coincide con estas apreciaciones. Cfr. GALLO, Ezequiel; Notas
para la historia política de Santa Fe. La elección de 1912, Santa Fe,
Universidad Nacional del Litoral, 1965. BONAUDO,
Marta; "El radicalismo santafesino. Un espacio para pensar el problema de
la ciudadanía (1890-1912)", En: Cuadernos
del CIESAL, ed. UNR, Rosario, Nº 4, 1998. BONAUDO, Marta; "Entre la
movilización social y los partidos. Continuidades y rupturas en la crítica
coyuntura santafesina de 1912", EN: MELON, Julio y PASTORIZA, Elisa
(comp.), Los caminos de la democracia.
Alternativas y prácticas políticas, 1900-1943, ed. Biblos, Bs. As., 1996. FALCON,
Ricardo; MONSERRAT, Alejandra. op. cit..
[11] Tomado de: Ibídem.
[12] Ocho años después de los sucesos, Caballero los
rememorará en sus intervenciones en la Cámara de Senadores de la Nación cuando
esta trate las leyes de arrendamiento. Estas declaraciones no sólo son
interesantes por la reconstrucción de su rol en la citado Comisión, sino
particularmente por la explicita valoración positiva que se hace de los
terratenientes, "argentinos" se encarga de aclarar el Senador. “Leyes de Alquileres
y Arrendamientos Agrícolas" (setiembre de 1920). EN: CABALLERO, Ricardo; Discursos..., op. cit., p. 347-352.
[13] La presencia en Rosario (ciertamente nutrida en
términos comparativos) de republicanos de orientación o con influencia
socialista y fuertes vínculos con los llamados reformistas liberales es una
veta inexplorada de la historia política local. Para una mirada preliminar,
Cfr. VIDELA, Oscar; "Reformismo
social e integración nacional en un contexto conflictivo. Una red de
heterodoxos intelectuales y empresarios hispano-argentinos (Juan Bialet Massé,
Juan B. Quintana, Serafín Alvarez y Toribio Sánchez)", Ponencia “III
Encuentro del Corredor de las Ideas del Cono Sur”, Centro de Estudios del
Pensamiento Latinoamericano. Universidad de Playa Ancha, Valparaíso, 2000.
[14] Sobre la presencia de Caballero en esta coyuntura,
Cfr. KARUSH, Matt; "Los trabajadores, los ciudadanos y la nación
argentina: Ricardo Caballero y el radicalismo rosarino, 1912-13", EN: VIDELA, Oscar R. y ZANELLA, Eduardo J.
(compiladores); Historia & Política...,
op. cit.. Para la gestión de Infante en la Intendencia rosarina, Cfr. SANCHEZ,
Santiago; "La intendencia de J. Daniel Infante en Rosario (1912-1913): las
paradojas de un socialista español", EN: Historia Regional, Sección Historia. ISP 3, Villa Constitución, N°
23.
[15] Para un panorama general de la conflictividad social
(y obrera en particular) en la provincia durante los años de gestión radical,
Cfr. KARUSH, Matthew; "Radicalismo y conflicto obrero urbano. 1912-1930"; EN: VIDELA, Oscar (dir.);
El siglo XX. Problemas Sociales,
Políticas de Estado y Economías Regionales (1912-1976); Tomo 9 de BARRIERA,
Darío (dir.); Nueva Historia de Santa Fe,
Prohistoria y La Capital, Rosario, 2006. VIDELA, Oscar; "Desarrollo agroexportador y conflictividad
social. 1912-1930"; EN: VIDELA, Oscar (dir.); El siglo XX..., op. cit.. Para un análisis mas pormenorizados de la
conflictos obreros rurales una muestra de este renovado campo, ASCOLANI,
Adrián; "”Guerra a muerte al chacarero”. Los conflictos obreros en el
campo santafesino"; EN: ANSALDI, Waldo (comp); Conflictos
obrero-rurales pampeanos/ 2. 1900-1937, CEAL, Bs. As., 1993. SARTELLI, Eduardo; Mecanización y conflicto
social en la llanura pampeana: Santa Fe y la huelga de braceros de 1928”, en:
ASCOLANI, Adrián (comp.); Historia del
Sur Santafesino, Platino, Rosario, 1993.
[16] La historia política del radicalismo y su
gestión en Santa Fe esta todavía por hacerse, tanto que los acercamientos más
significativos son una obra que toca el tema solo local y lateralmente. Cfr. KARUSH, Matt; Workers or Citizens..., op. cit.. Y otra cuya preocupación es de
alcance nacional y por tanto trata solo como ejemplificación al distrito, Cfr. PERSELLO, Ana Virginia; El Partido Radical. Gobierno y oposición,
1916-1943, Siglo XXI, Buenos Aires, 2004.
[17] En este caso una fuente inestimable es el propio
Caballero quien, tal vez con alguna exageración sobre su propio rol en el
desencadenamiento de los hechos, describe minuciosamente las entrevistas con
Yrigoyen en las que él llevo la representación de los radicales disidentes y de
las que devinieron el voto de estos a Yrigoyen en el Colegio Electoral que lo
consagrara como Presidente. Si bien Caballero referencia en muchas de sus obras
o intervenciones el hecho es en uno de sus libros donde lo trata con mayor
detenimiento Cfr. CABALLERO,
Ricardo; Yrigoyen. Aspectos..., op.
cit., pp. 7-33.
[18] El grueso de sus intervenciones parlamentarias de este
periodo, fueron publicadas por el propio Caballero, Cfr. CABALLERO, Ricardo; Discursos..., op. cit..
[19] Esta relativo "alejamiento" de los sectores
en el gobierno provincial no lo mantuvo alejado de los conflictos políticos
internos como con la oposición demoprogresista, de estos uno de los más
importantes del periodo (pero escasamente mencionado) son los derivados de las
denuncias de irregularidades en el otorgamiento de créditos del Banco
Provincial a militantes del radicalismo de Santa Fe. En la ocasión el propio
autor es nuevamente una de las fuentes más interesantes. Cfr. CABALLERO,
Ricardo; El asunto del Banco Provincial
de Santa Fe. Casa Rosario, Rosario, 1921. Respecto de la opinión de la
oposición demoprogresista, una colorida imagen puede analizarse a través de una
obra de uno de ellos, Cfr. BERTOTTO, José Guillermo; El coraje de callar, Rosario, 1921.
[20] La coyuntura ha merecido cierta atención. Cfr. KARUSH, Matt; Workers
or Citizens..., op. cit.. Cap. KORZENIEWICZ, Roberto P.; "The
Labor...; op. cit,. Particularmente
revelador es el impacto que causa la política sindical del caballerismo en la
corporación más importante de la región. Durante dos años seguidos las Memorias
de la Bolsa de Comercio indican esta preocupación a traves de sendos informes
de más de 40 páginas. En ellas, como en las declaraciones que sus directivos
realizan a la prensa local durante el conflicto (particularmente La Capital) se explesa claramente como
la perspectiva de la corporación respecto de los conflictos obreros ha derivado
cada vez más hacia propuestas mas estrictamente represivas, a diferencia de sus
posturas de principios de siglo, más proclives a la negociación directas entre
patrones y obreros mediadas por su autoridad. Para las expresiones de la Bolsa,
Cfr. BOLSA DE COMERCIO DE ROSARIO, Memoria
1928, ed. Talleres Gráficos Ponce, Rosario, 1929; BOLSA DE COMERCIO DE
ROSARIO, Memoria 1929, ed. Talleres
Gráficos Ponce, Rosario, 1930. Sobre la postura de la Bolsa para principios de
siglo, Cfr. VIDELA, Oscar y PONS, Adriana; "Una corporación..."; op. cit., . Sobre el impacto en la prensa del periodo, Cfr. MAURO,
Diego A.; CESARETTI, Fernando y ULIANA, Hernán A.; "Representaciones,
prensa y conflicto social. Estrategias complejas en el diario La Capital,
mayo-julio de 1928": EN: BONAUDO, Marta (dir.); Imaginarios y prácticas de un orden burgués. Rosario, 1850-1930. Tomo
I: Los actores entre las palabras y las cosas; Prohistoria, Rosario, 2006.
[21] Las palabras del compilador de uno de sus
libros (Roberto A. Ortelli) con las que trata de enaltecer las virtudes del
autor son totalmente ilustrativas del estado de la situación, como de algunas
líneas argumentativas que tendrá posteriormente tanto la resolución de
conflictos obreros como el cuadro de sus resistencias: "Consecuente con
los pensamientos que se expresan en todas las páginas de este volumen, el
doctor Ricardo Caballero desarrolló, desde la Jefatura Política del Rosario,
una actividad llena de justicia y ecuanimidad al constituirse en árbitro de los
numerosos conflictos sociales suscitados en la zona de sus influencia, para los
que buscó siempre el imperio de la equidad. Su actitud resuelta, su ánimo
inflexible, lo condujeron a extremar las
posiciones ante los ataques, honrosos cuanto más encarnizados, de los
cerealistas y demás gremios patronales que trajeron su protesta hasta el
gobierno central de la Nación.
Obligado, por circunstancias harto penosas, a
sacrificar su acción, a abandonar el puesto que honraba con su criterio de
verdadero radical, el doctor Ricardo Caballero reafirmó sus convicciones
inquebrantables en el documento que va a leerse y que constituye una de las
piezas históricas de mayor trascendencia en el desenvolvimiento de nuestra
democracia, en lo que respecta a las
normas de arbitraje que debe ejercer el poder público en los conflictos que
se plantean entre las fuerzas vivas de la nación y a la labor inmediata que le
corresponde en la liberación económica
del pueblo trabajador." (Resaltado en itálica, ORV). Introducción del
compilador al capítulo "Los Conflictos Sociales en Rosario" EN:
CABALLERO, Ricardo; Discursos..., op,
cit., p. 497. Para una descripción de los sucesos, Cfr. KORZENIEWICZ,
Roberto P.; "The Labor...op. cit..
Para un balance de la gestión durante la Jefatura Política de Rosario, Cfr. CABALLERO, Ricardo; Los conflictos sociales de la ciudad de Rosario y su zona agrícola,
relatados al Exmo. Señor ministro de gobierno de Santa Fe por el Dr. Ricardo
Caballero, Jefe Político del Rosario, s/ed., Rosario, 1928. Reproducidos
también como "Los Conflictos Sociales en Rosario" EN: CABALLERO,
Ricardo; Discursos y documentos
políticos del Dr. Ricardo Caballero, ed. Sociedad de Publicaciones El Inca,
Bs. As., s/f. (c. 1929), Compilación de Roberto A. Ortelli.
[22] Cfr. CABALLERO,
Ricardo; Declaraciones políticas de
actualidad del Dr. Ricardo Caballero, s/ed., Bs. As., 1930.
[23] Estos se aglutinan particularmente alrededor de una
publicación de cierto impacto a partir de los sucesos del 1928, no referimos a El Nativo, periódico de corta vida y de
una heterogénea orientación tanto respecto de las tendencias del movimiento
obrero, como hasta del propio Caballero. Para El Nativo, Cfr, MÜLLER, Martín;
"El Nativo, periódico
antiimperialista rosarino. Nacionalismo y cultura en la década del ´20";
mimeo, Rosario, 2006. Para el intento de creación de un partido radical obrero,
Cfr. MONSERRAT, Alejandra; "La cuestión social y el radicalismo en el
pensamiento de Ricardo Caballero, 1925-1928"; EN: VIDELA, Oscar R. y ZANELLA, Eduardo J.
(compiladores); Historia & Política...,
op. cit..
[24] Las características del radicalismo y este rasgo
extremamente fluido de sus adhesiones ha sido resaltado recientemente por uno
de los trabajos más completos sobre este partido. Cfr. PERSELLO, Ana Virginia; op. cit.. Para el sistema político
santafesino en su conjunto, particularmente durante la década del treinta, el
rasgo lo hemos tocado también, Cfr. VIDELA, Oscar; "Excepción y paradigma..., op. cit..
[25] En una ejercicio calcado de anteriores instancias
decisivas, es el mismo Caballero quien se encarga de producir la primera
versión de los hechos a través de sus propias obras, en este caso, nuevamente
en CABALLERO, Ricardo; Yrigoyen. Aspectos..., op. cit., donde
en el capitulo dedicado a los últimos días de Yrigoyen (Capítulo VIII) son
aprovechados para señalar su rol en un intento de acercamiento a Justo, que no
es más que la promoción de la candidatura del mismo. La presencia de Caballero
en estas negociaciones es también señalada por la historiografía contemporánea.
Cfr. FRAGA, Rosendo (h); El general
Justo, Emecé, Buenos Aires, 1993. Sobre la participación de adeptos a
Caballero vinculados al movimiento obrero, son sugestivas las cartas recibidas
por Justo durante la campaña, Cfr., GARCIA MOLINA, Fernando y MAYO, Carlos A.; Archivo del general Justo: la Presidencia
/1; CEAL, Buenos Aires, 1987.
[26] Tomado de: FERNANDEZ, Sandra y ARMIDA,
Marisa; “Una ciudad en transición y crisis (1930-1943)”; EN: PLA, Alberto
(coordinador); Rosario en la Historia
(de 1930 a nuestros días), ed. UNR, Rosario, 2000.
[27] FERNANDEZ, Sandra y ARMIDA, Marisa; op. cit.,
[28] Cfr. anexo biográfico en: VIDELA, Oscar; "Ricardo Caballero...; op cit..
[29] Dos trabajos relativamente recientes describen con
solvencia estos mecanismos, pero fundamentalmente dar una panorama completo y
complejo del partido de gobierno en Santa Fe durante la mayor parte de la
llamada "Década infame", Cfr. PIAZZESI, Susana "Después del
liberalismo: ¿un nuevo conservadorismo?, EN: Estudios Sociales; Universidad Nacional del Litoral, Santa Fe, Nº
13, 1997. PIAZZESI, Susana "Elite política y cuestión electoral. El
antipersonalismo en el gobierno santafesino, 1937-1943", EN: Anuario del IEHS, Instituto de Estudios
Histórico-Sociales, Universidad Nacional del Centro de la Provincia de Buenos
Aires, Tandil, N° 16, 2001.
[30] En el rechazo a estas ideas, Caballero
muestra cierta coherencia, que por ello mismo no deja de ser ciertamente
original, ya que no solo impugna la tradición liberal (la de su anteriormente
defendida Revolución francesa), la socialista y la comunista, sino también los
totalitarismos fascista y nazi que se enseñorean por esos años en Europa.
[31] Consistentemente con este vuelto en el discurso
caballerista en este adquiere cada vez mayor presencia la reivindicación
rosista vinculada tanto a la tesis del origen federal de la UCR como a la de la
defensa de los intereses "argentinistas". Cfr. CABALLERO, Ricardo; "¿Con Rosas o Contra Rosas? El senador Ricardo Caballero se declara
rosista", EN: Aquí Está,
04/12/1939 (Publicado en la revista con motivo de la polémica a raíz de la
celebración del centenario de la revolución de los Libres del Sur). Reproducido
como: "Rosas, sobre todo argentino", EN: CENTRO ARGENTINISTA JUAN
MANUEL DE ROSAS; Estudios Históricos;
Rosario, julio de 1940. Más tarde también EN: AA.VV.; 32 escritores con Rosas o contra Rosas, ed. Freeland, Bs. As.,
1974. CABALLERO, Ricardo; "Bajo el
gobierno y la influencia del general Rosas, los argentinos mantuvimos la unidad
territorial, la unidad racial y la unidad espiritual", EN: Boletín del Instituto de Investigaciones
Históricas "Juan Manuel de Rosas", Bs. As., Nº 6, 1940. CABALLERO,
Ricardo; "Posición de los argentinos frente
a la situación presente del mundo. Discurso pronunciado por el Señor Senador
Nacional Ricardo Caballero en la sesión de la H Cámara de Senadores de la
Nación el día 06/06/40", EN: CENTRO ARGENTINISTA JUAN MANUEL DE ROSAS; Estudios Históricos; Rosario, julio de
1940. Para un recorrido del discurso del nacionalismo de derecha en la
Argentina de distintas perspectivas, Cfr. BARBERO, Ma. Inés y DEVOTO, Fernando; Los
nacionalistas, CEAL, Bs.
As., 1983. ROCK, David; La Argentina
autoritaria. Los nacionalistas, su historia y su influencia en la vida pública;
Ariel, Buenos Aires, 1993; BUCHRUCKER, Cristian; Nacionalismo y peronismo. La Argentina en la crisis ideológica mundial
(1927-1955), Sudamericana, Buenos Aires, 1987. BERAZA, Luis Fernando; Nacionalistas. La trayectoria política de
un grupo polémico (1927-1983); Cántaro, Buenos Aires, 2005.
[32] Esta nueva estadía de Ricardo Caballero en el Senado
de la Nación no tendrá las luces de su primera experiencia, su presencia si
bien le da mayores logros institucionales (lo ubican en algún momento en la
cadena de sucesión) no es tan rica en intervenciones de peso. Tal vez la
discusión sobre la incapacidad del presidente Ortiz, su estado de salud y las
implicancias institucionales fuera la más importante de sus intervenciones.
Cfr. SENADO DE LA NACION, Diario de
Sesiones, Buenos Aires, 1937-1943.
[33] Volvemos a insistir aquí en la consulta a los trabajos
antes citados de Piazzesi. Cfr. PIAZZESI, Susana "Después del liberalismo...",
op. cit.. PIAZZESI, Susana
"Elite política y cuestión electoral...", op.cit.
[34] Tanto en su labor parlamentaria, donde como
una obsesión Caballero solicita ante cada iniciativa que suponga la creación de
cargos en el estado que estos sean cubiertos por argentinos, pero
particularmente en menos conocida obra literaria, Caballero insiste en la
reivindicación de un pasado que ya a perdido buena parte de sus connotaciones
disruptivas que la combinatoria con las reivindicaciones sociales lograba. Cfr. SENADO DE LA NACION, Diario de Sesiones, Buenos Aires,
1937-1943. CABALLERO, Ricardo; Páginas literarias del último caudillo,
s/ed., Rosario, 1950. Compilación de Francisco J. Rojo y Andrés Ivern. La
tendencia también es perceptible en esa particular empresa político-cultural
que promueve el caballerismo en Rosario a través de los Centros
Tradicionalistas "Juan Manuel de Rosas". Cfr. Publicación del Centro Tradicionalista "Juan Manuel de Rosas",
Rosario, 1040-1943.
[35] (Discurso pronunciado en la sesión del día 25
de abril de 1941 en la Cámara de Senadores de la Nación, reproducida EN: Centro Argentinista “Juan Manuel de Rosas”
(Estudios históricos), Rosario, 1941, pp. 32-3).
[36] La caracterización completa (histórica y política) del
personaje hacía que su perfil cuajara plenamente con el naciente movimiento,
tanto como para que un historiador de fuste como Tulio Halperin Donghi,
bastante apresuradamente y sin mayores recaudos de fuentes lo adscribiera a la
nueva fe política. Cfr. HALPERIN
DONGHI, Tulio; op. cit..
[37] Cfr. CABALLERO, Ricardo; La Independencia de la América Latina fue
asegurada por los esfuerzos de las Diplomacias Norteamericana e Inglesa,
Ed. Talleres Gráficos Musumarra, Rosario, 1945. Los años inmediatos a la
formación del peronismo son sin dudas los más oscuros de su recorrido
histórico-políticos, casi como un reflejo de la profundas tensiones que esta
sufriendo la tradición política de la que en ningún momento se sintió separado,
el radicalismo. De allí que el análisis de esos muy particulares años que
realizaron Sandra Alcuati y Viviana Sweeny tomen mayor relevancia. Cfr.
ALCUATI, Sandra y SWEENY, Viviana; Caballero ante la Segunda Guerra Mundial.
Continuidades y rupturas"; EN: VIDELA, Oscar R. y ZANELLA, Eduardo J.
(compiladores); Historia & Política...,
op. cit..
[38] Su obra vinculada a la historia de la medicina no ha
recibido mayor preocupación, si bien podría ser un buen complemento para
explicar ciertos "universo de ideas" de su pensamiento; solo uno de
sus colegas médico ha emprendido algunos estudios sobre aquella producción,
Cfr. CODAZZI AGUIRRE, Juan
Andrés, "Reseña histórica de la Cátedra de Historia de la Medicina y de
las Doctrinas Médicas de Rosario (Segunda parte)". En: Revista de Historia de
Rosario, ed. Sociedad de Historia de Rosario, Rosario, año V, N° 14, 1967. CODAZZI AGUIRRE, Juan; "Datos
para la historia de la Biblioteca de Medicina Clásica y Ciencias Afines, de la
Facultad de Ciencias Médicas de Rosario", Revista Historia de Rosario, Nº 9/10, 1965.
[39] Diario Santa Fe,
miércoles 17 de julio 1963, p. 7.
[40] Frase que parafrasea el título de libro de
Macor e Iglesias. MACOR, Darío e IGLESIAS, Eduardo; El peronismo antes del peronismo. Memoria e historia en los orígenes
del peronismo santafesino, Universidad Nacional del Litoral, Santa Fe,
1997.