Los trabajadores en la Argentina. Perspectivas teóricas y elecciones metodológicas en un estudio de caso

 

Sofía Aragno[1]

 

Introducción

Si bien este trabajo se propone examinar los principales lineamientos teóricos y metodológicos aplicados por Mirta Zaida Lobato en “La vida en las fábricas. Trabajo, protesta y política en una comunidad obrera, Berisso (1904-1970)”[2], es esta una excusa para invitarlos a una reflexión aún más amplia en torno a problemas centrales vinculados al ejercicio de nuestra disciplina.

En este sentido, creemos imprescindible en primer lugar hacer mención a otras producciones historiográficas de la autora, toda vez que dicho contexto nos posibilitará una aproximación más acabada al libro en cuestión.

Sus investigaciones y publicaciones tienen como objeto de estudio, fundamentalmente, a la industria frigorífica de nuestro país, privilegiando el análisis del mundo del trabajo y del espacio fabril como punto de encuentro entre la historia del movimiento obrero y de la industria.[3] El origen y la composición de la mano de obra, las relaciones y condiciones de trabajo, la movilidad ocupacional, el trabajo femenino, el funcionamiento del mercado laboral y aspectos vinculados al estudio de la arqueología industrial, tales las principales cuestiones de las que se ocupa. Desde una perspectiva orientada, en lo fundamental, hacia la historia social, sus análisis se enmarcan dentro de la historia de empresas[4], enfoque que en los años ochenta comenzó a cobrar creciente relevancia al interior de la historiografía argentina.

La multiplicación de estudios ligados a esta última corriente coincidió con la renovación que se dio por esos años. La crisis de los grandes modelos teóricos –marxismo británico y Annales- que se inició en la década del setenta agudizándose en la siguiente, fue de algún modo el escenario que nos permite explicar las profundas transformaciones acaecidas a nivel local con el retorno de la democracia en 1983. Es en este contexto que los análisis regionales, locales y los estudios de caso (por ejemplo, la historia de empresas) adquirieron una relevancia inusitada.

Ahora bien, no faltaron aquellos que, desde con una perspectiva más local, supieron incorporar en sus investigaciones los aportes teóricos y metodológicos de los grandes paradigmas explicativos. No obstante, no podemos negar que se produjo un desplazamiento en el eje del debate académico. Para la gran mayoría, la defensa de la profesionalización de nuestra disciplina se convirtió en el desafío más inmediato al que debían abocarse los historiadores de los ochenta. Es quizás este alejamiento momentáneo respecto del “debate de ideas”, que había caracterizado a las décadas previas a la última dictadura militar, lo que fue percibido por algunos sectores en términos de una falta de compromiso.[5]

En esta particular coyuntura historiográfica, fuertemente signada por la proliferación de nuevos temas, problemas y abordajes, debemos ubicar el trabajo de Lobato. Ya en la introducción a “La vida en las fábricas…”, la autora nos adelanta que la suya es una “mirada histórica renovada”, toda vez que se aleja de las visiones tradicionales de la clase obrera argentina. Éstas, a su juicio, se centraron en el estudio de las organizaciones sindicales y los principales dirigentes del movimiento obrero peronista.

Según sostiene Lobato, las primeras aproximaciones científicas a los problemas del trabajo se articularon con el interés que suscitara, al interior de los espacios académicos, el fenómeno “peronismo”. En su opinión, el hecho de que el eje de estas investigaciones fuese la identidad política peronista de los trabajadores habría implicado la multiplicación de estudios socio-históricos sobre los sindicatos y Perón[6] y, en menor medida, la aparición de otros que examinaron las manifestaciones de ruptura con la hegemonía del modelo de acción sindical peronista[7]. Desde su punto de vista, fue este excesivo énfasis en dicho fenómeno lo que obturó, por mucho tiempo, la reflexión sobre aspectos puntuales de la vida obrera antes, durante y después de Perón. En este marco se proporcionaron, por lo general, “visiones universalizadoras” de la clase obrera, en las cuales los trabajadores de las plantas cárnicas habían concitado para la autora, escasa e insuficiente atención de parte de los historiadores. Los trabajos ligados a la industria nacional, las empresas y los empresarios tampoco analizaron en profundidad, a su entender, los problemas específicos del trabajo industrial.

En contraposición a estos enfoques el libro que nos ocupa procura recuperar, en lo principal, al sujeto trabajadores y sus experiencias ampliando las temáticas abordadas con el objetivo de incorporar la cotidianeidad laboral como otra de las claves explicativas. Alejándose una vez más de aquellas concepciones homegeneizantes del movimiento obrero, la autora conduce la investigación hacia un sector específico de la industria: los frigoríficos Swift y Armour de Berisso. No obstante, las referencias al contexto nacional le resultan imprescindibles y por lo tanto atraviesan cada uno de los capítulos de su obra. En un intento por superar los alcances interpretativos de los abordajes tradicionales, Lobato se propone periodizar su objeto de estudio en el marco de una unidad temporal que recorre casi por completo el siglo XX. En su opinión, las particularidades de cada sector industrial, las diferencias existentes entre trabajadores y trabajadoras y aspectos vinculados a la problemática de las migraciones, sólo habrían cobrado relevancia historiográfica en aquellos estudios que, partiendo de una reducción en la escala de observación, se propusieron incorporar estas temáticas.

En suma, “La vida en las fábricas…” nos brinda un análisis del mundo del trabajo que integra líneas de investigación “novedosas” y por tanto puede plantearse como una lectura renovada del pasado. Es precisamente al examen de los lineamientos teóricos y metodológicos de este libro, que se aboca el presente trabajo.

 

En torno al concepto de clase. Algunas apreciaciones teóricas

Antes de adentrarnos en el análisis metodológico creemos imprescindible hacer referencia a algunas cuestiones teóricas implícitas en “La vida en las fábricas…”. Teniendo en cuenta que es requisito inobviable de todo quehacer científico la definición clara de los conceptos, comencemos entonces con el análisis del manejo teórico del libro que nos ocupa.

A la hora de abordar la experiencia de los trabajadores de la carne de Berisso, la autora remite a “La formación de la clase obrera en Inglaterra”[8] de Edward P. Thompson. Si bien recupera la ya conocida noción de clase que allí aparece, no debemos olvidar que en un estudio posterior el historiador inglés nos advierte acerca de la necesidad de “reformular” dicho concepto dejando claramente de manifiesto que “La clase […] es inseparable de la noción de “lucha de clases”.[9] Ahora bien, esta última categoría no se encuentra presente entre las herramientas conceptuales utilizadas por Lobato. En las primeras páginas del trabajo nos expone las razones por las cuales el empleo de “clase” y “lucha de clases” requiere ciertas precauciones:

“Utilizar el concepto de clase implica lidiar […] con enormes dificultades, sobre todo porque en el contexto actual se encuentra en el cruce de múltiples tensiones: el anuncio de la muerte de la ‘clase’ como categoría de análisis, la crisis del marxismo, el colapso de la Unión Soviética y del eurocomunismo, así como los interrogantes sobre la eficacia de la expresión ‘conflicto de clases’ como fuerza histórica vital”.[10]

En relación a este tema, en un trabajo previo Lobato y Suriano evalúan que el materialismo histórico, como paradigma de interpretación, entraña dificultades para compagina la lucha de clases en los estudios sociales. En opinión de los autores, este problema se hizo mucho más evidente después de la segunda posguerra, cuando los procesos históricos siguieron un rumbo distinto al de la transformación revolucionaria.[11] A partir de ello se explicaría mejor porqué la autora adopta la definición de clase expresada en “La formación...”, en la cual Thompson no incorpora la categoría de lucha de clases de manera explícita. En nuestra opinión, esta particular utilización del concepto podría responder a la visión de quienes cuestionan los alcances interpretativos del materialismo histórico.

En suma, en “La vida en las fábricas…” el concepto de clase es una categoría válida pero al mismo tiempo acotada analíticamente, puesto que no da cuenta, en palabras de la autora “omite”, ciertos aspectos de la realidad. A su juicio, las fronteras de las clases son inestables y las experiencias desiguales, razón por cual la capacidad explicativa de dicha noción se torna insuficiente en lo que refiere a la constitución de identidades colectivas. El suyo es un intento por utilizar una noción que juzga limitada, abriendo “otros caminos” e intentando otorgar un sentido propio a la idea thompsoniana de clase.[12]

Si bien entendemos que en la práctica de nuestra disciplina una de las cuestiones principales reside en no forzar la utilización de los conceptos, nos permitimos disentir con aquellas visiones que homologan el retroceso del comunismo a nivel mundial con la imposibilidad de introducir categorías marxistas en los análisis históricos.

 

Género y etnia. Otras variables explicativas

Las coordenadas de género y etnia permiten a la autora una ampliación temática que posibilita a su vez una comprensión más profunda de los fenómenos abordados. A lo largo de su trabajo, Lobato comprueba que las experiencias de los trabajadores de Berisso se encuentran atravesadas por diferentes identidades: de clase, de género, étnica y nacional. En su planteo, las antedichas categorías analíticas gozan de igual valor explicativo, no hay una que subordine a la otra. De este modo se confirma que dentro de las variables en juego en “La vida en las fábricas…”, si bien el concepto de clase es necesario, no resulta suficiente en el marco de una explicación que se propone “renovada”.

En nuestra opinión, la utilización de las coordenadas género y etnia resulta sumamente fructífera puesto que implica un modo de acercarse al pasado que permite visualizar otros aspectos de la realidad.[13] Ahora bien, dichas categorías por sí solas no logran explicar acabadamente los procesos históricos y por tanto deben necesariamente enmarcarse dentro de un contexto más amplio determinado a su vez por otras variables explicativas. Como señalara Reyna Pastor:

“Considero esta relación entre los sexos importante y en cierta medida definitoria, pero creo que es necesario enmarcarla en conceptos más globalizadores y determinantes como los de formación social y relaciones sociales de producción.

Los roles o relaciones entre los sexos varían según las formaciones en que estén inscriptos. Los roles no determinan una formación, ni las relaciones de producción, ni determinan una cultura, son parte de esas formaciones, de esa cultura y son distintos justamente porque se inscriben en cada una de ellas. Por lo tanto no estoy a favor de los que están ontologizando esta categoría de las diferencias sexuales […]. Yo creo que es una categoría histórica operativa, pero dentro de un contexto, de segunda categoría, indispensable pero no definitoria. [...] creo que las sociedades están estructuradas fundamentalmente en un contexto general de relaciones de producción y de sistemas políticos, económicos e ideológicos donde los géneros tienen un papel, no de definición pero sí de gran peso”.[14]

 

Un acercamiento documental

al análisis de “La vida en las fábricas…”

Indagar las experiencias de los trabajadores de Berisso permitió a la autora, a partir de la elección de una escala de análisis reducida, adentrarse en una realidad más amplia, la del mundo del trabajo en la Argentina. En su opinión, la localidad funcionó “como una caja de resonancia” de problemas que afectaban a toda la nación. A nivel metodológico este enfoque implicó, entonces, un desplazamiento entre el análisis micro y macrohistórico. En palabras de la autora: “[…] la historia de la conformación y declinación de esa sociedad del trabajo me permite también representar la de una parte más amplia de los trabajadores en la Argentina.”[15]

Por otra parte, los interrogantes iniciales del trabajo habrían supuesto una búsqueda que condujo, a su juicio, a una superposición de perspectivas teóricas y elecciones metodológicas. Dilucidar las hipótesis de trabajo le requirió de una ampliación de las fuentes que tradicionalmente consultaron los historiadores del movimiento obrero. En este punto Lobato recupera la opinión de Luis González quien señala que “cuando la estrechez geográfica contrasta con la amplitud cronológica […] el ejercicio de la historiografía […] tiene que echar mano de los recursos de la metodología histórica y de varias más”.[16] En este sentido, su tarea se abocó a la revisión de un vasto universo documental.[17] La decodificación de dicho material le abrió un nuevo escenario de interrogantes y problemas. Fueron precisamente los archivos de empresas y los testimonios orales las fuentes más relevantes para la autora a la hora de reconstruir la historia de los trabajadores de Berisso. En el marco de los estudios ligados a la historia de empresas, la información procedente de dichos archivos se torna fundamental. No obstante, en nuestro país estas investigaciones se encuentran limitadas por la falta de una adecuada política de conservación de los mismos.[18]

En lo que respecta a la esfera de las fuentes orales cabe mencionar que la integración de entrevistas realizadas a grupos de ex trabajadores, constituye una herramienta esencial en el desarrollo analítico del trabajo. Esta particular elección metodológica condujo a la autora hacia el examen de la memoria social. El modo en que interpreta estos testimonios se vincula con la vertiente “hermenéutica” de la Historia Oral[19] para la cual el eje está puesto en el desciframiento de los textos. Según esta corriente, más importante que la observación de los hechos es la significación que se les da a los mismos en el marco de una práctica que permite dilucidar como la gente otorga sentido desde el presente a su pasado.[20] En una entrevista realizada por Lobato, Portelli señala que los relatos le interesan en tanto relatos imaginarios, esto es, como expresión de la subjetividad más que como documentos históricos tradicionales.[21] En suma, la utilización de fuentes orales podría vincularse con la inquietud principal de “La vida en las fábricas…”, la recuperación de las experiencias de los trabajadores de Berisso.

Por último, creemos importante destacar que los restos materiales de las fábricas completan el corpus de evidencias empíricas del libro analizado. Indagar al interior de los edificios industriales –sus espacios laborales, planos, máquinas y fotografías- permite recuperar gran parte del contexto laboral de los trabajadores. No obstante, en la historiografía argentina actual los estudios histórico-arqueológicos son escasos. Más allá de las dificultades derivadas del abandono o demolición de los establecimientos industriales, Lobato insiste en la necesidad de que los investigadores de este campo “rompan” con ciertos dogmas metodológicos recurriendo a nuevas perspectivas que posibiliten generar otras miradas sobre nuestro pasado.[22]

 

Consideraciones finales

El abordaje teórico y metodológico de toda investigación histórica remite siempre a posicionamientos políticos, por ello no puede considerarse a la Historia como una ciencia neutra. De allí que el conocimiento objetivo se alcance al momento de privilegiar el diálogo entre las herramientas conceptuales y los datos empíricos. En este ejercicio, los modelos teóricos no deben presentarse como “reglas” que se imponen a la realidad, sino como “expectativas” que facilitan su interrogación. En efecto, no se trata de “encajar” los datos en un modelo construido con anterioridad ni de presentarlos sin el marco que puede ofrecer un esquema teórico. En todo caso creemos que el desafío radica en interpelar el pasado desde una construcción conceptual que nos permita explicar adecuadamente los procesos históricos. La investigación requiere así de la elaboración de categorías que se articulen dentro de una totalidad conceptual. Ahora bien dicha totalidad no debería ser vista como una “verdad” acabada ni tampoco como un modelo artificioso. Se trata entonces de un conocimiento en desarrollo que tiene lugar tanto en la teoría como en la práctica.[23]

A lo largo de este trabajo intentamos plantear precisamente el modo en que las cuestiones previamente mencionadas aparecen en “La vida en las fábricas...”. Creemos que a través de su investigación Lobato intenta articular ciertas categorías provenientes del materialismo histórico, aún cuando señala las precauciones que requiere su puesta en práctica, al tiempo que incorpora otras coordenadas que juzga necesarias en función de su particular objeto de estudio. Concretamente la autora considera que el concepto de clase se torna insuficiente a la hora de analizar las experiencias de los trabajadores de Berisso e incorpora, de manera adecuada, las variables género y etnia.

En este punto, como ya afirmáramos, si bien remite a “La formación...” no recupera otra de las nociones claves en la teoría del historiador inglés. La categoría lucha de clases es, en Thompson, la que le permite explicar precisamente la experiencia de clase.[24] Teniendo en cuenta que el objetivo de su libro es examinar las experiencias de los trabajadores, entendemos que tal perspectiva debiera haber incluido de modo más explícito una clave explicativa que juzgamos insoslayable para estudiar como el cotidiano laboral es construido.

Para finalizar, coincidimos con Lobato en que el concepto de clases sociales no puede explicar por sí solo todas las problemáticas que se desprenden del análisis de la sociedad capitalista, pero también lo es, como expresara Reyna Pastor, que las restantes coordenadas analíticas deben enmarcarse en “conceptos más globalizadores”, ya que son estos últimos los que en definitiva determinan una formación social.

 

Bibliografía

BARBERO, M. I., “Treinta años de estudios sobre la historia de empresas en la Argentina”, en Ciclos, Año V, Vol. V, N° 8, 1° semestre de 1995.

BOTANA, N. y GALLO, E., “La inmadurez de los argentinos”, en FLORIA, C. A. y MONSERRAT, M. (comps.), Pensar la República, Persona a Persona, Bs. As., 1977.

CIBOTTI, E., “El aporte en la historiografía argentina de una ‘generación ausente’, 1983-1993”, en Entrepasados, Año III, Nº 4-5, Bs. As., 1993.

FRASER, R., “La Historia Oral como historia desde abajo”, en Revista Ayer, N° 12, E. Marcial Pons, España, 1993.

HORA, R. y TRÍMBOLI, J., “Las virtudes del parricidio en la historiografía. Comentario sobre la mirada de Ema Cibotti a la ‘generación ausente’, en Entrepasados, Año IV, Nº 6, Bs. As., 1994.

LOBATO, M., “Arqueología industrial. Los espacios de trabajo en la industria frigorífica en la primera mitad del siglo XX”, en Anuario, N° 13, Escuela de Historia, U.N.R., 1988.

LOBATO, M., La vida en las fábricas. Trabajo, protesta y política en una comunidad obrera, Berisso (1904-1970), Entrepasados/Prometeo Libros, Buenos Aires, 2001.

LOBATO, M. y SURIANO, J., “Trabajadores y movimiento obrero: entre la crisis y la profesionalización del historiador”, en Entrepasados, Año III, Nº 4-5, Bs. As., 1993.

LOBATO, M. y SCHWARZSTEIN, D., “El pasado debe pensarse en términos éticos. Una conversación con Alessandro Portelli”, en Entrepasados, Año IX, Nº 17, 1999.

MOSS, W., PORTELLI, A., FRASER, R. y otros, en SCHWARZSTEIN, D. (comp.), La historia oral, CEAL, Bs. As., 1991.

PASTOR, R., “Mujeres e historia de las mujeres, hoy”, en Zona Franca, Centro de Estudios Históricos sobre las Mujeres, Año I, Nº 1, Rosario, setiembre-octubre 1992.

PORTELLI, A., “El tiempo de mi vida: las funciones del tiempo en la historia oral”, en LOZANO, J. (comp.), Historia Oral, Universidad Autónoma Metropolitana, 1993.

ROMERO, L. A., “La historiografía argentina en la democracia. Los problemas de la construcción de un campo profesional”, en Entrepasados, Año V, Nº 10, Bs. As., 1996.

THOMPSON, E. P., La formación de la clase obrera en Inglaterra, Crítica, Barcelona, 1989.

THOMPSON, E. P., Tradición, revuelta y consciencia de clase, Crítica, Barcelona, 1979.

THOMPSON, E. P., Miseria de la teoría, Crítica, Barcelona, 1981.

 

 

RESUMEN

 

Los trabajadores en la Argentina. Perspectivas teóricas y elecciones metodológicas en un estudio de caso

 

El presente trabajo intenta recuperar los principales lineamientos teóricos y metodológicos aplicados por Mirta Zaida Lobato en su libro “La vida en las fábricas. Trabajo protesta y política en una comunidad obrera, Berisso (1904-1970)”. Desde su perspectiva que combina la historia de empresas con la historia social, la autora propone un análisis de los trabajadores de los frigoríficos Swift y Armour de Berisso que se aleja de los estudios más tradicionales de las clase obrera nacional, a partir de un conjunto renovado de temáticas e interrogantes escasamente abordados por la historiografía local hasta bien entrada la década del ochenta. En relación a ello es nuestra intención resaltar algunas cuestiones de naturaleza teórica ligadas a la práctica histórica, en particular la rigurosidad conceptual que debe exhibir todo estudio de carácter científico.

 

Palabras clave: historia de empresas – conceptos – experiencia - clases sociales – género – etnia

 

 

ABSTRACT

 

Workers in Argentina. Analysis of a specific case based on a theoretical perspective and methodological choices

 

This article aims at going back to the main theoretical and methodological guidelines applied by Mirta Zaida Lobato in her book “La vida en las fábricas. Trabajo, protesta y política en una comunidad obrera, Berisso (1904-1970)”. Providing a different perspective that combines the history of enterprises and the social history, this writer carries out a careful analysis of Swift and Armour de Berisso meat processing plant workers. Unlike most traditional studies of the national working class, her work explores a change in the topics and questions which have been scarcely mentioned by the local historiography till the 80´s. It is our principal aim to emphasize some theoretical matters closely connected with our historical background, in particular, the conceptual strictness that should exist in every scientific study.

 

Key words: history of enterprises – concepts – experience - social classes – genus - ethnic

 

 

Notas



[1] Profesora de Enseñanza Media y Superior en Historia. Adscripta desde 2005 a la cátedra “Historia Social”, Escuela de Historia, Facultad de Humanidades y Artes, UNR. Adscripta desde 2006 en el Instituto Politécnico Superior “General San Martín”, UNR. E-mail: sofiaaragno@hotmail.com

[2] LOBATO, M., La vida en las fábricas. Trabajo, protesta y política en una comunidad obrera, Berisso (1904-1970), Entrepasados/Prometeo Libros, Bs. As., 2001.

[3] LOBATO, M., El taylorismo en la gran industria exportadora (1907-1945), CEAL, Bs. As. 1988; “Arqueología industrial. Los espacios de trabajo en la industria frigorífica en la primera mitad del siglo XX”, en Anuario, Nº 13, Escuela de Historia, U.N.R., 1988; “Una visión del mundo del trabajo: el caso de los obreros de la industria frigorífica. Berisso, 1900-1930”, en ARMUS, D. (comp.), Mundo urbano y cultura popular, Ed. Sudamericana, Bs. As., 1990; “Mujeres en la fábrica. El caso de las obreras del frigorífico Armour, 1915-1969”, en Anuario IEHS, n° 5, Tandil, 1990; La mujer trabajadora en el siglo XX: un estudio de las industrias de la carne y textil e Berisso, CLACSO, Argentina, 1991; “Una visión del mundo del trabajo. Obreros inmigrantes en la industria frigorífica, 1900-1930”, en DEVOTO, F. y MÍGUEZ, E. (comps.), Asociacionismo, trabajo e identidad étnica. Los italianos en América Latina en una perspectiva comparada, CEMLA-CSER-IEHS, Bs. As. 1992; “Mujeres obreras, protesta y acción gremial en la Argentina. Los casos de la industria frigorífica y textil en Berisso”, en D. Barrancos (comp.), Historia y Género, CEAL, Bs. As., 1993; “Lenguaje laboral y de género en el trabajo industrial. Primera mitad del siglo XX”, en GIL LOZANO, F., PITA, V. y INI, M. G., Historia de las mujeres en la Argentina, Taurus, Tomo II, Bs. As., 2000.

[4] Para quienes estén interesados en revisar estudios realizados desde esta perspectiva historiográfica consultar: BARBERO, M. I., “Treinta años de estudios sobre la historia de empresas en la Argentina”, en Ciclos, Año V, Vol. V, Nº 8, 1º semestre de 1995.

[5] Para quienes estén interesados en el tema ver: BOTANA, N. y GALLO, E., “La inmadurez de los argentinos”, en FLORIA, C. A. y MONSERRAT, M. (comps.), Pensar la República, Ed. Persona a Persona, Bs. As., 1977; MONSERRAT, M., “La apropiación ideológica en la historiografía argentina reciente”, en Revista Criterio, Año LIV, Nº 1870, 22 de octubre de 1981; CIBOTTI, E., “El aporte en la historiografía argentina de una ‘generación ausente’, 1983-1993”, en Entrepasados, Año III, Nº 4-5, Bs. As., 1993; HORA, R. y TRÍMBOLI, J., “Las virtudes del parricidio en la historiografía. Comentario sobre la mirada de Ema Cibotti a la ‘generación ausente’, en Entrepasados, Año IV, Nº 6, Bs. As., 1994; ROMERO, L. A., “La historiografía argentina en la democracia. Los problemas de la construcción de un campo profesional”, en Entrepasados, Año V, Nº 10, Bs. As., 1996.

[6] Los trabajos mencionados por la autora son: GERMANI, G., Política y sociedad en una época de transición. De la sociedad tradicional a la sociedad de masas, Paidós, Bs. As., 1968; “El surgimiento del peronismo: el rol de los obreros y de los migrantes externos”, en Desarrollo Económico, N° 51, octubre-diciembre de 1973; DEL CAMPO, H., Sindicalismo y peronismo: los comienzos de un vínculo perdurable, CLACSO, Bs. As., 1983; MATSUSHITA, H., Movimiento obrero argentino, 1930-1945: sus proyecciones en los orígenes del peronismo, Siglo Veinte, Bs. As., 1983; MURMIS, M. y PORTANTIERO, J. C., Estudios sobre los orígenes del peronismo, Siglo XXI, Bs. As., 1972; TORRE, J. C., La vieja guardia sindical y Perón. Sobre los orígenes del peronismo, Ed. Sudamericana – Instituto Di Tella, Bs. As., 1990; TORRE, J. C. (Comp.), La formación del sindicato peronista, Legasa, Bs. As., 1988, JAMES, D., Resistencia e integración. El peronismo y la clase trabajadora argentina 1946-1976, Ed. Sudamericana, Bs. As., 1990. Sin embargo, Lobato no se detiene en plantear las diferencias analíticas que distinguen a los mismos.

[7] Los trabajos mencionados por la autora son: BALVÉ, B. y otros, Lucha de calles. Lucha de clases, La Rosa Blindada, 1973; BRENNAN, J., “El clasismo y los obreros. El contexto fabril del ‘sindicalismo de liberación’ en la industria automotriz cordobeza, 1970-1975, en Desarrollo Económico, Nº 125, vol. 32, abril-junio 1992; El cordobazo. Las guerras obreras en Córdoba 1955-1976, Sudamericana, Bs. As., 1996; GORDILLO, M., “Los prolegómenos del cordobazo. Los sindicatos líderes en Córdoba dentro de la estructura de poder sindical”, en Desarrollo Económico, Nº 122, vol. 31, julio-setiembre 1991. A nuestro juicio, cabe aclarar que estos estudios no siguen una misma línea de interpretación. Al respecto ver: BRENNAN, J. y GORDILLO, M., “Protesta obrera, rebelión popular e insurrección urbana en la Argentina: el Cordobazo, en Estudios, Nº 4, Centro de Estudios Avanzados de la Universidad Nacional de Córdoba, 1994. A diferencia de los planteos de Lobato, estos últimos investigadores ligados también a la Historia Social centran sus explicaciones en torno al análisis de las cuestiones políticas y económicas de los procesos históricos abordados.

[8] THOMPSON, E. P. La formación de la clase obrera en Inglaterra, Ed. Crítica, Barcelona, 1989.

[9] THOMPSON, E. P., Tradición, revuelta y consciencia de clase, Ed. Crítica, Barcelona, 1979, p. 37.

[10] LOBATO, M., La vida en las fábricas..., p. 29.

[11] LOBATO, M. y SURIANO, J., “Trabajadores y movimiento obrero: entre la crisis y la profesionalización del historiador”, en Entrepasados, Año III, Nº 4-5, Bs. As., 1993, p. 41.

[12] LOBATO, M., op. cit., p. 30.

[13] Al respecto ver: LOBATO, M. y NARI, M., “Sueños de igualdad. La ‘generización’ de los estudios históricos sobre el trabajo”, IV Jornadas Interescuelas Departamentos de Historia, Simposio Problemas teóricos y metodológicos en los estudios de la mujer, Mar del Plata, octubre 1993.

[14] PASTOR, R., “Mujeres e historia de las mujeres, hoy”, en Zona Franca, Centro de Estudios Históricos sobre las Mujeres, Año I, Nº 1, Rosario, setiembre-octubre 1992, p. 4. El sombreado pertenece al texto original. En relación a este tema ver: BOCK, G., “La historia de las mujeres y la historia del género: aspectos de un debate internacional”, en Historia Social, Nº 9, 1991.

[15] LOBATO, M., op. cit., p. 21.

[16] En ibídem., p. 33.

[17] Entre las fuentes consultadas se encuentran: diarios y periódicos, revistas, documentos oficiales municipales, sindicales y judiciales, archivos de asociaciones étnico/nacionales, publicaciones gubernamentales, memorias escritas, obras literarias, artículos y folletos.

[18] BARBERO, M. I., op. cit., p. 198.

[19] Entre aquellos que adhieren a la Historia Oral concebida en este sentido encontramos a: Alessandro Portelli, Luisa Passerini, Ronald Grele y Marie Francoise Chanfrault-Duchet. Para quienes estén interesados en ampliar el tema de la Historia Oral ver: MOSS, W., PORTELLI, A., FRASER, R. y otros, en SCHWARZSTEIN, D. (comp.), La historia oral, CEAL, Bs. As., 1991; FRASER, R., “La Historia oral como historia desde abajo”, en Revista Ayer, N° 12, Ed. Marcial Pons, España, 1993; “Historia oral, historia social”, en Historia Social, Nº 17, Centro de la Uned Alzira-Valencia, Instituto de Historia Social, 1993; THOMPSON, P., “Historia de vida y análisis del cambio social”, en LOZANO, J. (comp.), Historia Oral, Universidad Autónoma Metropolitana, 1993; SCHWARZSTEIN, D., “Tendencias y temáticas de la historia oral en la Argentina”, en Entrepasados, Año V, Nº 9, 1995; PRINS, G., “Historia oral”, en Burke, P. (ed.) Formas de hacer historia, Alianza, Madrid, 1996; BOSCH, A., “La voz del pasado. Historia oral. Paul Thompson”, en Historia Social, Nº 1, Centro de la Uned Alzira-Valencia, Instituto de Historia Social, 1998; JOUTARD, P., Esas voces que nos llegan del pasado, Fondo de Cultura Económica, Bs. As., 1999; VIANO, C. y ÁGUILA, G., “Las voces del conflicto: en defensa de la Historia Oral”, en Godoy, C. (comp.), Historiografía y memoria colectiva, Miño y Dávila, Bs. As., 2002.

[20] PORTELLI, A., “El tiempo de mi vida: las funciones del tiempo en la historia oral”, en Lozano, J. (comp.), Historia Oral, Universidad Autónoma Metropolitana, 1993.

[21] LOBATO, M. y SCHWARZSTEIN, D., “El pasado debe pensarse en términos éticos. Una conversación con Alessandro Portelli”, en Entrepasados, Año IX, Nº 17, 1999.

[22] LOBATO, M., “Arqueología industrial”, op. cit., p. 202.

[23]THOMPSON, E. P., Miseria de la teoría, Ed. Crítica, Barcelona, 1981, pp. 67-84.

[24] Para ampliar los planteos teóricos de E. P. Thompson Ver: MEIKSINS WOOD, E., “El concepto de clase en E. P. Thompson”, en Revista “Contra la corriente”, Año 1, Nº 1, Bs. As., agosto 1990.