Formación
de una burguesía local e inmigración española en la Rosario agroexportadora
Adriana S. Pons(*)
y Oscar R. Videla(**)
En el presente trabajo se intenta abordar, desde un
espacio de análisis acotado a la ciudad de Rosario entre mediados del siglo XIX
y las primeras décadas del siglo XX, algunos problemas que vinculan el
entramado de las prácticas sociales de una comunidad étnico-nacional: los
españoles, al proceso de formación de una clase dominante[1].
Esta problemática se resignifica desde una estrategia que trata de entrecruzar
distintos clivajes que, para el periodo estudiado, consideramos
imprescindibles: regional/local, étnico y social[2].
En este sentido, el proceso formativo del estado
nacional en la Argentina está signado por el peso de la cuestión regional,
entendida la región como una construcción histórica en la que es ineludible
para su cabal comprensión indagar en las múltiples relaciones que establecen
las clases sociales en su propia constitución[3].
Tales interrelaciones explican cómo la expansión de las relaciones capitalistas
confluyen en la formación del mercado nacional desde las particularidades de un
espacio regional. Aproximaciones de esta naturaleza que examinan la realidad
argentina y latinoamericana de los siglos XIX y XX, cuentan con numerosos
antecedentes en la bibliografía científica y ensayística. Pero es indudable
que, recién a partir de los últimos años se han visto fuertemente incentivadas[4].
Así la "cuestión regional" ha sido extremadamente fructífera en la investigación
histórica, al matizar las visiones de neto corte metropolitano sobre los
procesos formativos de las sociedades nacionales, con enfoques que, no sólo
enriquecen la historia global, sino que además contribuyen a explicar más
adecuadamente la lógica de su funcionamiento. No obstante los avances
significativos que se han dado en los últimos años, desde la perspectiva de
nuestra disciplina, la formulación teórica de la cuestión regional todavía es
una tarea inconclusa de los historiadores.[5]
Por otra parte, la variable étnica[6]
aparece en la Argentina finisecular con una fuerza incontrastable. De allí que
su análisis ha poblado con una significativa producción el territorio de las
ciencias sociales, generando dos tradiciones que han hegemonizado su tratamiento;
por un lado, la asimilacionista que propone la arraigada imagen del
"crisol de razas" y por otro lado, la perspectiva pluralista que
sostiene la vigencia de un "mosaico cultural", con predominio, sobre
los procesos de asimilación, de aquellos que reflejan la perduración de
identidades y marcos referenciales previos. Ambas vertientes interpretativas
enriquecieron el tratamiento del tema inmigratorio pero, como señala Hilda
Sábato[7]
remiten a supuestos esencialistas que dificultan la comprensión del proceso de
conformación de la nación. Desde nuestra perspectiva, si bien el clivaje étnico
es fundamental para comprender los procesos constitutivos de la sociedad
argentina "moderna", no es suficiente para explicar la conformación
de las clases sociales en el ámbito regional y local elegido. A él se debe amalgamar
tanto la inserción socioeconómica de los sujetos -en la estructura productiva
como en la amplia gama de servicios- como la construcción de identidades y
ámbitos de clase. En este último sentido, reconocemos que éstos contienen
todavía cierto grado de difusividad dado su estadio de conformación como tales
por lo menos en los años iniciales del proceso.
Enmarcada en estas preocupaciones generales
intentaremos un primer acercamiento al sector de inmigrantes españoles que se
involucran en la economía urbana y regional en calidad de empresarios,
señalando su participación en las instituciones étnicas y otras corporaciones
económicas y culturales, al tiempo que se procura una caracterización global;
como una manera de reconocer en ellos ciertas características de la burguesía
local en la que la condición de extranjero es tan habitual como la presencia de
nativos.
Los españoles en Rosario
La ciudad de Rosario, poco más que una aldea en la
primera mitad del siglo XIX, en el transcurso de unas pocas décadas y como
producto del proyecto de desarrollo agroexportador se transformará en una de
las ciudades más importantes del país y en el principal centro urbano,
comercial y financiero de la provincia de Santa Fe; superando incluso a la
capital provincial. Su crecimiento, expresado en ferrocarriles, puerto,
infraestructura urbana, negocio inmobiliario, finanzas, comercio, etc., se
asienta sobre las oportunidades brindadas por el boom cerealero de su rico
hinterland y se transforma en un atractivo destino para la masa de extranjeros
que arriban al país[8].
Dentro de éstos la ciudad recibe una importante cantidad de españoles
procedentes de las diversas regiones de la península. En este sentido, la
problemática de la inmigración española tiene una doble trascendencia, por una
lado, por el peso que ésta representa en la composición de la base demográfica
del país y la ciudad (la segunda por su magnitud), y el hecho tal vez
sorprendente, de no haber concitado hasta hace muy poco años estudios
específicos, circunstancia que se ha revertido recientemente[9].
En el ámbito local, el interés por examinar el fenómeno inmigratorio español se
origina en medios académicos e institucionales y su producción incluye trabajos
que abordan el tema parcialmente o en niveles de excesiva generalidad, y otros
que no sobrepasan la crónica, la biografía tradicional o a lo sumo
aproximaciones descriptivas[10].
En los últimos años se ha revertido esta tendencia, donde las preocupaciones
por una historia social más atenta a los sujetos históricos, y análisis
filiados en orientaciones cuantitativas que se sueldan con una perspectiva de
redes sociales, han complejizado el campo de estudio[11].
El trabajo incluye una primera parte, donde se intenta
realizar una ponderación -a través de la consulta de fuentes de tipo
cuantitativo[12]- de
la magnitud y especificidad de la inmigración española en Rosario en el
periodo, para luego realizar una primera aproximación al sector de inmigrantes
españoles que se involucran en la economía urbana y regional en su calidad de
empresarios
Una aproximación cuantitativa
La magnitud del fenómeno migratorio español en la
etapa que se analiza -finales del siglo XIX y las tres primeras décadas del siguiente-
requiere una aproximación a fuentes cuantitativas. Las variables demográficas y
sus diferentes correlaciones constituyen buenos instrumentos para dar
respuestas iniciales, a la vez que perfilan un conjunto de nuevos
interrogantes. Con este propósito, se ha consultado el material ofrecido por
los siguientes relevamientos censales: los censos provinciales de 1858 y 1887,
los tres censos nacionales que se levantan durante el periodo considerado
(1869, 1895 y 1914) y los municipales de los años 1900, 1906, 1910 y 1926.
Ellos proveen datos sobre importantes variables: sexo, edad, nacionalidad,
estado civil, ocupación, lugar de residencia, pero con distintos grados de
desagregación. De modo que la utilidad de estas fuentes, si bien se da por
descontada, se ve limitada por las dificultades para articular distintos
modelos organizativos sobre los cuales se elaboraron. Por otra parte y del
propio análisis del material censal, se puede ponderar la especificidad -en
términos cuantitativos- de los españoles con respecto a otros agrupamientos étnicos.
En este sentido también prestamos especial atención a variables compuestas por nativos,
extranjeros en general e italianos en particular; incluidos estos últimos a
modo comparativo dado su similar peso demográfico.
CUADRO N° 1: Evolución
de la población de Rosario. 1858-1926[13]
Censos |
Total |
Nativos |
|
Extranjeros |
Españoles |
Italianos |
|||||
|
|
|
% (c) |
|
% (c) |
|
% (c) |
% (d) |
|
% (c) |
% (d) |
1858[14] |
9.785 |
7.595 |
77,62 |
2.190 |
22,38 |
486 |
4,97 |
22,19 |
836 |
8,54 |
38,17 |
1869 |
23.169 |
17.297 |
74,66 |
5.872 |
25,34 |
1.118 |
4,82 |
19,04 |
2.120 |
9,15 |
36,10 |
1887 |
50.914 |
29.971 |
58,87 |
20.943 |
41,13 |
3.189 |
6,26 |
15,23 |
11.955 |
23,48 |
57,08 |
1895 (a) |
107.959 |
58.330 |
54,03 |
49.629 |
45,97 |
12.024 |
11,14 |
24,23 |
25.456 |
23,58 |
51,29 |
1900 |
112.461 |
65.779 |
58,49 |
46.682 |
41,51 |
11.753 |
10,45 |
25,18 |
25.679 |
22,83 |
55,01 |
1906 |
150.686 |
88.512 |
58,74 |
62.174 |
41,26 |
15.057 |
9,99 |
24, 22 |
33.731 |
22,38 |
54,25 |
1910 |
183.778 |
97.895 |
53,27 |
85.883 |
46,73 |
25.280 |
13,76 |
29,49 |
37.414 |
20,36 |
43,56 |
1914 (b) |
245.199 |
140.731 |
57,39 |
104.468 |
42,61 |
39.029 |
15,92 |
37,36 |
45.357 |
18,50 |
43,42 |
1926 |
407.000 |
223.853 |
55,00 |
183.147 |
45,00 |
66.459 |
16,31 |
36,29 |
79.920 |
19,64 |
43,64 |
(a) Población del Departamento Rosario.
(b) Población Urbana del Departamento Rosario
(c) Porcentaje sobre el Total de Población.
(d) Porcentaje sobre el Total de Extranjeros.
Fuentes: Censos Provinciales 1858 y
1887. Censos Nacionales 1869, 1895 y 1914. Censos Municipales 1900, 1906, 1910
y 1926.
Del análisis del Cuadro N° 1 resulta evidente la
llegada constante de migrantes hispanos a la zona rosarina desde épocas
tempranas, aún antes de la etapa bajo estudio. Esta es precisamente la
peculiaridad de este tipo de inmigración extranjera: si bien conforma fuertes
contingentes que acuden fácilmente a la convocatoria del gobierno argentino, su
presencia se evidencia en el espacio rosarino desde por lo menos la década de los
'50 del siglo XIX. Este fenómeno, sugiere por una parte, mayores posibilidades
de consolidación temprana en posiciones sociales más altas, y por otra,
condiciones favorables para la inserción de los nuevos migrantes.
Ahora bien, más allá de este rasgo, el incremento de
la población española en la ciudad corresponde a la evolución que presenta a
nivel nacional. Hasta fines de la década del '80, la llegada de españoles se da
en cuotas de moderada magnitud. De acuerdo con el recorrido de los censos a
partir de 1887 se verifica un salto cualitativo en la presencia de españoles,
cuya primera constancia la da el corte de 1895. En él, el departamento Rosario
-jurisdicción que en términos poblacionales es casi equivalente al municipio para
esa época- absorbe a 12.024 españoles residentes que representan el 11 % de la
población total y la cuarta parte del total de extranjeros.
A partir de esos años y en consonancia con la
tendencia general, el aporte español se agiganta para representar, al final
del periodo estudiado, el 16 % de la población total y el 36 % de la población
extranjera. Estos valores indican fielmente que el arribo masivo encuentra en
la ciudad un ámbito propicio para sus actividades y aspiraciones, en un espacio
de convergencia tanto de los factores de atracción como de expulsión. Por una
parte, la convocatoria que hacen los gobiernos argentinos al poblamiento del
país, cuyos instrumentos son la ley de inmigración, los promotores y agentes en
las naciones europeas, los pasajes subsidiados o directamente sin cargo y otros
medios propagandísticos, a los que se suman la convocatoria espontánea de los
ya residentes a parientes y amigos. Por otra, la situación social, política y
económica de los lugares de origen en la península generan diversos factores
que propician la decisión a emigrar: crisis agrícolas, interrupción del flujo
migratorio hacia Cuba y otros dominios, a los que se suman determinadas
condiciones políticas que conducen al exilio.[15]
Dentro de esta fase de crecimiento general se destaca
el incremento producido entre la primera década del siglo XX y la Primera
Guerra Mundial, momento en que se alcanzan los mas altos índices, vinculados a
un nuevo ciclo de la emigración española que incrementa su número y transforma
su perfil ocupacional (ahora mayormente de origen rural) y regional español
(con mayor presencia de las regiones centrales y de Andalucía).[16]
Ahora bien, en una ciudad de características altamente
cosmopolitas como Rosario mensurar la dimensión de la población española obliga
a correlacionarla con la italiana (ver Gráfico N° 1), única comparable en
magnitud, dado que ambas suman en los momentos de la inmigración masiva las 3/4
partes del total de extranjeros. El censo de 1887 da cuenta de este hecho,
hasta ese año la relación entre españoles e italianos había sido apenas menor
de 1:2, en ese año la presencia italiana casi cuadriplica el número de
españoles, marcando la posterior llegada masiva de éstos. A partir de esos
años y hasta 1906 la relación se mantiene en el orden de poco más de 1:2,
modificándose para el periodo 1910-1926 en el cual la población española crece
tanto en números absolutos como relativos, hasta acercarse en número a los
italianos.
GRAFICO N° 1: Evolución
de la población española e italiana en Rosario (1858-1926) [17]
Por otra parte, para dimensionar el verdadero volumen
y peso del contingente español en la estructura demográfica, es menester
considerar las particularidades de esta nacionalidad en términos de edad y
sexo. Una característica común del fenómeno migratorio de la etapa masiva
consiste en el predominio neto de varones que llegan a la sociedad receptora en
edades activas. Sin embargo, el análisis de ambas variables en el caso de la
inmigración española ofrece algunas particularidades. En esta dirección, a lo
largo de todos los relevamientos censales se observa una tendencia decreciente
en las tasas de masculinidad. En 1858 el censo registra cinco varones españoles
por cada mujer de igual nacionalidad. Esta magnitud es compartida en el mismo
momento únicamente por la población inglesa en el marco de altas tasas para los
extranjeros. A partir de ese año se comprueba un constante descenso en las
tasas de masculinidad, llegando en 1926 a una paridad entre ambos sexos.
CUADRO N° 2:
Rosario, Indices de Masculinidad 1858-1926[18]
Año |
Total |
Extranjeros |
Argentinos |
Españoles |
Italianos |
1858 |
1,13 |
3,17 |
1,01 |
4,98 |
3,80 |
1869 |
1,25 |
3,40 |
0,93 |
3,92 |
3,28 |
1887 |
1,32 |
2,41 |
0,89 |
2,63 |
2,49 |
1895 |
1,25 |
1,76 |
0,95 |
1,57 |
1,84 |
1900 |
1,15 |
1,59 |
0,91 |
1,49 |
1,71 |
1906 |
1,18 |
1,68 |
0,93 |
1,46 |
1,80 |
1910 |
1,16 |
1,49 |
0,86 |
1,36 |
1,49 |
1914 |
1,13 |
1,45 |
0,94 |
1,31 |
1,50 |
1926 |
1,07 |
1,25 |
0,94 |
1,09 |
1,36 |
Fuente: Ídem, Cuadro N° 1.
Quizás esta tendencia decreciente pueda ser explicada
en función de un distinto tipo de inmigrante correspondiente a diversas fases
de llegada. Entre 1858 y 1895 los varones inmigrantes que arriban a la zona
rosarina lo hacen básicamente solos, reproduciendo la tendencia general de la
primera inmigración de extranjeros. En el periodo intercensal 1895-1914, en
donde los índices de masculinidad son ya menores tanto al registrado entre el
total de los extranjeros como entre los italianos, estaría denotando una
afluencia masiva no ya de individuos solos sino también de grupos familiares.
Finalmente, entre 1914 y 1926 se asiste a la cuasi equiparación en el ingreso
de ambos sexos lo cual estaría sugiriendo un impacto, entre las españolas, del
fenómeno de emigración en forma mucho más aguda que en los anteriores cortes
censales. En 1926, el Censo Municipal da cuenta de la presencia en el estrato
entre 15 y 30 años de 10.426 mujeres, frente a 9.095 varones de igual edad[19].
Explicaciones probables de esta situación podrían rastrearse, por una parte, en
la convocatoria que parientes ya radicados en el país, hacen a mujeres que han
quedado en la península. También podría pensarse en la búsqueda de nuevas
condiciones de vida y de trabajo teniendo en cuenta el carácter eminentemente
productivo del grupo de edad y la circunstancia de tratarse de solteras, en su
mayoría. En realidad, la ciudad les ofrece oportunidades ocupacionales
diversas: desde los trabajos menos calificados, cómo el servicio doméstico,
hasta los demandados por las ramas del comercio y la industria (vestido,
calzado, comercio en general, etc.).[20]
En cuanto a la influencia de la variable edad, esta
manifiesta un comportamiento similar a las otras nacionalidades. El predominio
está dado por la población potencialmente activa, entre los 14 y 50 años, que
representan alrededor de las 3/4 partes de la población total de la
colectividad.
A su vez, los distintos cortes censales ofrecen
variaciones en cuanto a su representación, así por ejemplo, sobre fines de la
década del '20 la escasa diferencia en número entre varones y mujeres potencialmente
activos, perfilada desde 1910, nos sugiere una mayor oferta matrimonial
intra-comunidad.
Otro rasgo característico de los españoles es su
fuerte tendencia al asentamiento urbano, el fenómeno seguramente esta
directamente vinculado con las actividades desempeñadas en el país de origen,
en este sentido, Rosario será un punto constante en su elección en relación con
otras áreas rurales y urbanas de la provincia. A su vez, en el marco de la
ciudad comprobamos su concentración en las tres Secciones céntricas, en
especial en la Sección I donde confluye, el conjunto de la actividad comercial
y financiera de Rosario del periodo.
Los empresarios españoles en el cambio de
siglo
Para estimar el peso del empresariado español también
se requiere un acercamiento a partir de la información cuantitativa; en esta
instancia se ha elegido la particular coyuntura de principios del siglo XX a
modo de recorte analítico, tanto por considerar al momento como punto
culminante de la expansión agroexportadora de la ciudad, de los grupos
burgueses en general, como donde los efectos de la inmigración masiva ya son
evidentes. Con tal objetivo se procedió, a partir de la información censal
provista por los censos municipales, a seleccionar actividades y profesiones
que señalen a los españoles en condiciones de lograr posiciones de
encumbramiento dentro del espectro social rosarino. Lamentablemente solo los
censos municipales de 1900 y 1906 contienen datos desagregados por profesión y
nacionalidad y de ninguno de ellos, al igual que del nacional de 1914, se
conservan las cédulas censales.
Ahora bien, estas estimaciones deben ser relativizadas
en la medida en que las fuentes censales no diferencian entre los dueños de las
empresas, sus parientes y allegados o los niveles gerenciales, por lo tanto, seguramente
en la categoría clave de los "comerciantes" se ha incluido una
cantidad respetable de estos, como de propietarios de empresas de pequeñísimo
volumen, que no podemos diferenciar.
El número de españoles que estarían en condiciones de
ser considerados en la categoría de empresarios, y por tanto, también de ser
integrados a los sectores burgueses lo estimamos en 1270 para el año 1900, representando
esta cifra el 17 % de sus connacionales ocupados. En similar situación los
nativos constituyen el 7 % y para el caso de los italianos es el 11 %, contra
un 14 % de los extranjeros en general.
Estos primeros porcentajes sugieren un perfil
relativamente más exitoso de los españoles que se insertan en las categorías
socio-económicas empresariales y gerenciales respecto de otros grupos étnicos
mayoritarios, particularmente los italianos. Así si bien la población total de
españoles constituye para ese año el 25 % de los extranjeros, en las
profesiones seleccionadas conforman el 30 %, mientras para los italianos esos
porcentajes son de 55 % y 46 % respectivamente.
Aún considerando las limitaciones expuestas
anteriormente acerca del rubro comerciantes, resalta con total evidencia el predominio
casi absoluto de éstos sobre otras profesiones (87 %), con escasa presencia en
las actividades primarias (tal vez subvaluadas, escondiéndose detrás de otras
categorías) imagen que comparten con los italianos. Las diferencias comienzan
al analizar otras profesiones; mientras los primeros (españoles) tienen una
significativa participación como intelectuales y profesiones liberales, los
segundos (italianos) se ubican mas dentro de las actividades industriales.
Al considerar las profesiones seleccionadas por
Secciones[21] podemos indicar algunas
precisiones sobre sus preferencias residenciales; de tal manera observamos que
poco más del 40 % residen en el centro comercial y financiero de la ciudad
(Sección I) proporción que se torna significativa dado que en ella y al calor
del crecimiento vertiginoso de Rosario esta Sección en particular sufría un
constante alza de los precios de los terrenos y el alquiler de las propiedades.
CUADRO N° 3: Profesiones
seleccionadas de españoles ocupados por Sección. 1900.
Ocupaciones |
Totales |
Secciones |
||||||
I |
II |
III |
IV |
V |
VI |
VII |
||
Profesiones liberales |
123 |
73 |
26 |
15 |
1 |
8 |
- |
- |
Comercio |
1109 |
452 |
278 |
223 |
47 |
82 |
13 |
14 |
Estancieros |
10 |
6 |
4 |
- |
- |
- |
- |
- |
Actividad Industrial |
28 |
9 |
9 |
9 |
4 |
- |
- |
- |
Totales |
1270 |
540 |
317 |
247 |
49 |
90 |
13 |
14 |
Fuente: Censo Municipal 1900
Empresarios españoles en la conformación de la
burguesía local
La información que proveen las fuentes cuantitativas
puede ser enriquecida con material de otro tipo, en ese sentido las memorias,
los libros de actas tanto de las asociaciones de la colectividad, como de otras
instituciones de carácter corporativo proporcionan una amplia gama de
posibilidades que se agregan a las que nos ofrecen un conjunto de trabajos
biográficos, publicaciones conmemorativas de las distintas entidades, así como
la bibliografía en general del periodo[22].
Una aproximación a esta documentación nos ofrece
algunas pistas de interés. Es indudable que alrededor de la participación
social que se traduce existencia de las distintas instituciones étnicas, se evidencia
la presencia reiterada de ciertos nombres que parecen liderar este tipo de
entidades. Los fundadores, los miembros de las comisiones directivas, los
socios protectores o beneméritos repitan asiduamente nombres y apellidos. De la
misma manera, esa "elite" así configurada mantiene formas de
permanente contacto con otras instituciones no étnicas, sino sectoriales
(económico, político, social, etc.) o bien con instancias gubernamentales.
Para comprender este conjunto de prácticas
relacionadas con espacios sociales fuera de la comunidad, es menester ubicarlas
dentro del proceso de expansión de la economía rosarina de la segunda mitad del
siglo pasado motorizada a partir de la febril actividad comercial. De este
proceso es que surgirán los gérmenes de una burguesía a la que se puede
caracterizar como comercial, pero que a lo largo del periodo no desdeña otros
tipos de actividades: significativamente el negocio de la propiedad
territorial; ya sea emprendiendo actividades ganaderas, agrícolas o
especulativas aprovechando las nuevas tierras puestas en mercado por la expansión
de la frontera. También los encontramos en la constitución de las entidades
bancarias, en las compañías ferroviarias, en el negocio inmobiliario urbano y
más tardíamente en la actividad industrial. Su crecimiento encuentra
sobresaltos y limitaciones; las crisis periódicas "de crecimiento"
según la expresión de la época, dejan marcas visibles y algunos de sus
integrantes por el camino. Aunque con peso considerable, esta burguesía, que se
integra subordinamente al proceso de constitución de la clase dominante a nivel
nacional, no logra controlar el conjunto de mediaciones (económicas, sociales y
políticas [en particular la estructura de gobierno del estado provincial]) que
amortigüen los pesares de una economía atada a los vaivenes del mercado
internacional[23]. En
este sentido, es a lo largo de estos años que la burguesía rosarina (ella misma
en construcción) busca afanosamente construir un espacio regulatorio de sus
actividades económicas diferente del provisto por el estado provincial a través
de su legislación; semejante tarea no encuentra una concreción efectiva hasta
1884 cuando se funda la Bolsa de Comercio, aunque en definitiva se consolida
recién con los primeros años del siglo XX[24],
constituyéndose ésta, tal vez, en la institución más representativa de la
cosmopolita burguesía local.
Los empresarios españoles no fueron ajenos a estos
procesos, inversamente aportaron un nutrido contingente y algunas figuras
paradigmáticas a la construcción de la burguesía rosarina. Ya los encontramos
en los primeros años de la década de 1850 constituyendo un fuerte grupo dentro
de los comerciantes rosarinos que, usufructuando el auge económico rosista y post-rosista,
ocuparon un lugar prominente en el boom santafesino de la colonización agrícola[25].
Alrededor de la expansión comercial encontramos la
primera oleada de inmigrantes españoles que demuestran con sus derroteros las
posibilidades y riesgos, no ya de integrarse en la estructura social en su
sector más encumbrado, sino de protagonizar el proceso de su formación. A
diferencia de lo ocurrido en otras regiones, la burguesía local rosarina se
conforma sobre una base cosmopolita, en la que la condición de extranjero es
tan o más habitual que la presencia de nativos (por otra parte, muchos de estos
también migrantes).
Así por ejemplo, en las distintas entidades que
anteceden a la constitución de la Bolsa de Comercio[26],
nunca faltan entre sus promotores y principales socios nativos de España,
Antonio Berdier, Antonio Zubelzu, Juan Rusiñol, José María Arteaga, Rosendo
Olivé, Bonifacio Seviñe y muchos otros más forman parte de este dinámico sector
del comercio rosarino. El protagonismo de los empresarios españoles se muestra
también en la constitución de la definitiva Bolsa de Comercio, un nutrido
contingente de este grupo conformó la estratégica institución y algunos de
ellos fueron figuras paradigmáticas de la misma (Juan B. Quintana, Ciro
Echesortu, Miguel Monserrat por mencionar a los mas visibles).
Además la presencia española se advertía desde
temprano en el escenario santafesino en calidad de terratenientes de renombre;
Berdier, Casado, los Zubelzu, Bustinza, Díaz, la familia Lejarza y otros más
son poseedores de importantes extensiones de tierras en el sur de la provincia.
No obstante, no puede decirse de ellos que éstas sean sus únicas formas de
inserción económica, dado que las finanzas también los encuentra entre sus
promotores y dirigentes. Desde esta actividad se desarrolló la estrategia
empresarial de una figura clave de la colectividad: Carlos Casado del Alisal, "...marino,
hombre de negocios, explorador, creador de empresas, banquero, epónimo
filántropo y fundador propietario del Ferrocarril Oeste Santafecino."[27]
Por otra parte, nuestro conocimiento al presente
evidencia una temprana vocación asociacionista de la colectividad española de
Rosario. Quizás la mayor demostración de lo afirmado sea la creación de la
Asociación Española de Socorros Mutuos (AESM) en 1857, atribuyéndose para sí el
carácter de asociación mutualista pionera en el ámbito de la República Argentina.
A ella acompañaron, en una seguidilla de iniciativas, el Club Español, el
Hospital Español, la Cámara Oficial Española de Comercio, Industria y
Navegación, más un conjunto de centros regionales que trasplantaron a nuestro
país las fisonomías de los particularismos tan vívidos en la propia España[28].
En ellas, alrededor de los valores de etnicidad,
solidaridad, asistencialismo, patriotismo se preservan identidades previas, al
tiempo que se generan instancias para la constitución de liderazgos.
A partir de esto nos preguntamos: ¿existe una
vinculación mecánica entre dirigencia étnica y los elencos encargados de la
administración de las entidades? En este punto confluyen a la respuesta del
problema etnicidad, inserción económica y dominación.
Una forma de acercamiento nos llevó a cotejar las
direcciones de las dos entidades más importantes y estables en las que
confluyen aquellos hombres más exitosos dentro de la comunidad: la AESM y el
Club Español. La primera de carácter asistencial y solidario, la segunda asociación
de índole mucho más restrictivo, compuesta por los miembros de los sectores más
altos de la comunidad[29].
Del total de los presidentes de ambas instituciones hasta 1930 (54) contamos
con información socioeconómica para 42 de ellos; de su análisis resalta la
similitud con el caso porteño[30],
encontramos también un homogéneo grupo de dirigentes dedicados a la actividad
comercial, importadores-exportadores, consignatarios de frutos del país,
terratenientes, gerentes de bancos y compañías ferroviarias y un reducido grupo
de profesionales e industriales. Si tomamos al conjunto de las comisiones
directivas se mantiene el perfil antes descrito, matizado con la presencia de
comerciantes de menor porte económico (almaceneros por ejemplo) y una mayor
proporción de profesionales. Obviamente resalta la casi inexistencia en los
cargos directivos de integrantes de las clases subalternas.
Ahora bien, ¿cuál es el espacio social que enmarcan
estas entidades? El Club Español, entidad "de elite", espacio de
sociabilidad burguesa de la colectividad hispana, hace gala de la memoria
cultural española a través de las celebraciones patrias, conferencias, etc.,
donde se encuentran con otros miembros de la burguesía rosarina. Sus cuotas y
su prestigio lo equiparan con los aristocráticos club Fénix (posteriormente
fusionado en el Jockey Club) o el Club de Residentes Extranjeros.
La AESM por su carácter asistencialista indicaría un
perfil social mucho más amplio que podría cubrir al conjunto de la comunidad
española. Sin embargo, podemos matizar esta afirmación si comparamos la
población potencialmente en condiciones de integrarla (españoles residentes)
con el número de socios, éstos solo representan alrededor del 12%, a su vez con
una tendencia a bajar en las primeras décadas del siglo XX. Además, si
recordamos que para el cambio de siglo, los individuos seleccionados por
profesiones y actividades (integrantes posibles de la burguesía y pequeña
burguesía de origen español) son aproximadamente 1.300, esta cifra se acerca
significativamente a los casi 1.500 socios de la AESM para esos años. Estos
indicios parecen otra vez acordar con la tendencia señalada por Alejandro
Fernández para la AESM de Buenos Aires acerca de una capacidad de reclutamiento
de la misma mas restringida a los sectores medios y medios altos[31].
Esta imagen se refuerza al observar las funciones
ejercidas por otra entidad de origen étnico que apunta, también a través del
asistencialismo y particularmente de la filantropía, mas propiamente a la integración
subordinada de los sectores más bajos de la comunidad, sobre todo a partir del
siglo XX. La Asociación del Patronato Español de Rosario, fundada en 1915 en el
contexto de la crisis de la Gran Guerra[32],
resulta ejemplificadora: recordando los orígenes de la institución la Revista conmemorativa de sus Bodas de Plata
revela la yuxtaposición de los clivajes étnico y social "...las casas de
comercio se veían asediadas diariamente por grandes cantidades de solicitantes
de socorro, que aparte de lo que importan, les obligaba a perder su tiempo,
debiendo escuchar en cada caso las historias de sus desdichas"[33],
tal expresión precede a la justificación de la existencia del Patronato y a la
convocatoria a suscribirse. El Patronato, si bien está integrada por
caracterizados socios y funciona en el local de la AESM, es obvio que no apunta
a resolver las necesidades inmediatas de los sectores medios que la integran.
Ahora bien, tomado en conjunto, de lo antedicho podría
relativizarse la capacidad de dirección ejercida desde los puestos más
encumbrados de la AESM, limitando las posibilidades del liderazgo de los que
los ejercen sobre el conjunto de la comunidad. Si bien las listas de sus
comisiones directivas son uno de los mejores muestrarios de quiénes fueron los
españoles más ricos y prestigiosos de la ciudad; otros tan relevantes como los
anteriores no figuran en las instancias de gobiernos de las asociaciones; tal los
casos significativos para distintos años de Ciro Echesortu, Juan Fuentes,
Miguel Monserrat[34];
ausencia que no se repara si consultamos las comisiones directivas del Club
Español. Por ejemplo, el mismo Carlos Casado sólo aparece una vez en la de la
AESM y como vocal. Estos derroteros creemos que demuestran la existencia de
múltiples itinerarios que conducen tanto al ascenso social como a posiciones de
liderazgo.
No podemos dudar del carácter dirigencial de los
mencionados, constantemente citados como ejemplos del éxito económico y social
de la comunidad, dirigentes de notoria actuación política y corporativa,
“benefactores” asiduos de las instituciones étnicas y de las causas patrias;
referentes de la comunidad, no parecen necesitar del prestigio que brindan los
cargos directivos de la AESM o del elitista Club Español. Su lugar en la
comunidad es ese: benefactor, figura modélica, socio honorífico o vitalicio;
lugar compartido con otros de igual carácter pero de mayor presencia en las
direcciones: José Arijón, Rosendo Olivé, Juan B. Quintana, Joaquín de Lejarza y
otros[35].
Juntos constituyen el sector más concentrado de la burguesía rosarina de origen
español, a ellos los encontramos en casi todas las alternativas económicas de
más alta rentabilidad de las distintas coyunturas, en los proyectos más
redituables, en los directorios de los bancos, ferrocarriles, compañías de
seguros, etc.. Creadores, propulsores, presidentes de la Bolsa de Comercio de
Rosario o de alguno de sus antecedentes, de la Sociedad Rural local y de una
extensa lista de clubes de élite (Fénix, Jockey, Residentes Extranjeros,
Social, etc.), también los encontramos a estos personajes ejerciendo la función
política a través del Consejo Municipal[36].
Es en estos espacios donde se encuentran y conforman
el grupo dirigente de la burguesía rosarina; allí conviven los apellidos de la
más varada procedencia: ingleses, alemanes, italianos, franceses, españoles y
nativos de origen diverso comparten la común empresa de aprovechar al máximo
los beneficios de la Argentina agroexportadora; adquieren y ejercen una
identidad de clase, al mismo tiempo local y regional, que los diferencia en
particular de los sectores santafesinos, construyendo ámbitos para la
autorregulación de sus intereses no exentos de conflictos[37].
Consideraciones finales
A partir de lo expuesto hasta aquí precisamos algunas
cuestiones respecto de los empresarios de origen español en la sociedad
rosarina y su papel en la constitución de la clase dominante local. En
principio comprobamos que la colectividad española evidencia una temprana y
exitosa vocación asociacionista, la cual queda expresada en un conjunto de instituciones
de carácter étnico-nacional o regional, que configuran espacios en los que
circulan valores de etnicidad, solidaridad, asistencialismo, patriotismo,
alrededor de los cuales se preservan identidades al tiempo que generan en su
seno instancias favorables a la constitución de liderazgos y de elites.
No obstante esto, podemos relativizar la participación
masiva de los inmigrantes españoles en el fenómeno del asociacionismo (por lo
menos en la más importantes de estas, la AESM), y por tanto matizar también el
peso efectivo de sus líderes sobre el conjunto de la base étnica a partir de la
estrategia asociacionista. En este sentido, si bien los trabajos sobre la
dirigencia étnica para otras ciudades (particularmente Buenos Aires) han
resaltado la coincidencia entre los cargos directivos de estas asociaciones y
cierto grupo homogéneo de empresarios españoles que la conforman, nuestro
acercamiento ha constatado la existencia de otros senderos que conducen al
liderazgo étnico, prescindiendo de estos puestos institucionales, lo cual no
impide que ellos se presenten ante la comunidad española, pero también ante la
sociedad local toda, como modelos paradigmáticos.
En consecuencia hace evidente la existencia de
múltiples vías constituyentes de liderazgo mas allá de las consolidadas
alrededor del registro étnico; tal como la participación en ámbitos sectoriales,
corporativos, políticos de la sociedad rosarina en los cuales convergen con los
sectores de la burguesía rosarina de origen español más directamente vinculados
a las direcciones de las entidades; así también por hacer gala de comunes
estrategias económicas que caracterizar a todos (españoles, nativos y otros
extranjeros) por una concepción empresarial que a partir de la gestión
comercial no desdeña las ventajas que le ofrecen otras alternativas económicas;
uniendo a ello un fuerte protagonismo corporativo y gubernamental.
La temprana y constante participación de los
empresarios españoles en todos estos espacios nos invita a confirmar lo
señalado ya por otros investigadores acerca del carácter fuertemente
cosmopolita de la burguesía rosarina, en la cual los extranjeros -y en
particular los españoles- no se integran a ella, sino que la constituyen en
función de su propio protagonismo. Condición explicable tanto por la relativa
significación del grupo dominante de origen colonial y post-independentista,
como por la celeridad y magnitud del progreso económico que permite que los
extranjeros participen del proceso de conformación de la clase desde antes y
durante la inmigración masiva. En este sentido, preferimos no referirnos al
proceso en términos de integración a una sociedad o a una clase (en esta caso
local), debate que ha obnubilado a las dos perspectivas de análisis sobre la
inmigración, sino que nos pensamos que los empresarios rosarinos de origen
español son parte constituyente, esto es, son parte central del proceso de
formación de clase y de allí se deriva tal vez buena parte de las
particularidades del conjunto de la clase dominante local.
RESUMEN
Formación
de una burguesía local e inmigración española en la Rosario agroexportadora
El presente trabajo intenta abordar, desde un espacio
de análisis acotado (la ciudad de Rosario durante el auge agroexportador de
mediados del siglo XIX y primeras décadas del XX), algunos problemas que
vinculan el entramado de las prácticas sociales de una comunidad
étnico-nacional: los españoles, al proceso de formación de una clase dominante.
La colectividad española -aún cuando arrastre o genere heterogeneidades
internas de significación- tendrá una presencia incuestionable en la historia
de la ciudad; tanto en términos cuantitativos como cualitativos. Nuestro
interés está dirigido a aproximarnos a ciertos grupos que se insertaron, con
disímil facilidad, en las categorías socioeconómicas empresariales y
gerenciales, como una manera de reconocer en ellos los gérmenes de nuestra
burguesía nacional a nivel local. El trabajo incluye una primera parte, donde
se intenta realizar una ponderación -a través de la consulta de fuentes de tipo
cuantitativo- de la magnitud y especificidad de la inmigración española en
Rosario en el periodo, para luego realizar una primera aproximación al sector
de inmigrantes españoles que se involucran en la economía urbana y regional en
su calidad de empresarios.
Palabras clave: inmigración española – burguesía local -
Rosario
ABSTRACT
Formation of a local bourgeoisie and Spanish
immigration in the agroexporting Rosario
The current work will try, from
a restricted analysis viewpoint (the city of Rosario during the agroexporting
boom in the mid-XIX century and first decades of the XX century), to focus on some
problems which link the plot of the social practices of a national-ethnic
community -the Spanish- to a dominant class formation process. The Spanish
community, even when it carries o generates significant internal heterogeneity,
will have an unquestionable presence in the history of the city, both in
quantitative and in qualitative terms. Our interest is to approach certain
groups which got inserted, with a higher or lower level of ease, in the
managerial and entrepreneurial socioeconomic categories, as a way of
recognizing in them the germs of our national bourgeoisie at a local level.
This work includes a first part, in which we will try to weigh, through the
consultation of quantitative sources, the magnitude and specificity of the
Spanish immigration to Rosario in this period, to move then to a preliminary
approximation to the Spanish immigrants sector who get involved in the urban
and regional economy in their position as businessmen.
Key
words:
Spanish immigration - local bourgeoisie - Rosario
Notas
(*) Profesora en Historia. Cátedra Historia Argentina II.
Escuela de Historia. Facultad de Humanidades y Artes. Universidad Nacional de
Rosario. E- mail: guevarapons@arnet.com.ar
(**) Profesor y Licenciado en Historia. Sección Historia
(ISP N° 3), Escuela de Historia (UNR), CONICET. E-mail: vidwol@citynet.net.ar
[1] Este trabajo reconoce como antecedentes
la producción y la reflexión insertas en el marco del proyecto de investigación
"Españoles en Rosario. Inmigración y Empresa. 1860-1930" bajo la
dirección de la Prof. Elida Sonzogni.
[2] Las consideraciones que siguen han sido
planteadas en: SONZOGNI, Elida; PONS, Adriana y VIDELA, Oscar; Españoles en Rosario. Inmigración y empresa
(1860-1930). Algunas consideraciones teórico-metodológicas. Ponencia
presentada en las Jornadas Rosario, su región y su problemática, Rosario, 1991.
[3] Para el caso específico de la burguesía
Cfr. FERNÁNDEZ, Sandra, PONS, Adriana y VIDELA, Oscar; “Las burguesías
regionales”; EN: BONAUDO, Marta (dir.); Liberalismo, Estado y Orden burgués
(1852-1880); Sudamericana, Buenos Aires, 1999. Tomo IV de la Nueva Historia
Argentina.
[4] Tres textos han sido claves en este
sentido: Cfr. CERUTTI, Mario; "Consideraciones recientes y relevancia de
la investigación regional sobre la segunda parte del siglo XIX en México",
EN: Anuario Nº 12, Escuela de
Historia. Facultad de Humanidades y Artes. UNR, Rosario, 1987. CHIARAMONTE,
José Carlos; Mercaderes del Litoral,
FCE, Buenos Aires, 1991. VAN YOUNG, Eric; "Haciendo historia regional.
Consideraciones metodológicas y teóricas", EN: Anuario del IEHS, IEHS. Universidad Nacional del Centro de la
Provincia de Buenos Aires, Tandil, 1987, Nº 2.
[5] La situación esta siendo salvada en estos últimos años
a través tanto de la multiplicación de estudios que aplican la perspectiva como
de la reflexión teórico-metodológica sobre la misma. Para un panorama de ambos
procesos Cfr. FERNÁNDEZ, Sandra y DALLA CORTE, Gabriela (comps.); Lugares de la Historia. Espacio, Historia
Regional e Historia Local en los Estudios Contemporáneos; UNR, Rosario,
2001.
[6] En este punto debemos aclarar que el término étnico
puede llevar a confusiones en particular con una profusa tradición de estudios
antropológicos, por lo que debemos aclarar que entendemos la variable étnica en
el sentido que le han asignado los últimos estudios sobre el proceso
inmigratorio ultramarina y por tanto directamente vinculado a la constitución
de prácticas, representaciones e instituciones referenciadas en principio en
identidades nacionales y/o regionales de los países expulsores al interior de la
sociedad argentina, de allí que la terminología más precisa debería ser
étnico-nacionales; ahora bien por cierta comodidad en la comunicación
reproduciremos el lugar común de la historiografía reciente conservando el
término étnico.
[7] SABATO, Hilda; "Pluralismo y
nación", EN: Punto de vista,
Buenos Aires, 1989, Año XII, Nº 34.
[8] Cfr. VIDELA,
Oscar; FERNANDEZ, Sandra y PONS, Adriana; "Una burguesía local dentro de un espacio regional, Rosario, 1880-1912.
Un intento de caracterización”, EN: TRAVESIA. Revista de historia
económica y social, Instituto de Estudios Socio-Económicos. Facultad de
Ciencias Económicas, Universidad Nacional de Tucumán, Tucumán, N° 3 / 4, 2003.
FERNÁNDEZ, SANDRA y VIDELA, OSCAR, “La
evolución económica rosarina durante el desarrollo agroexportador”, En
FALCON, Ricardo y STANLEY, Miriam (dir.); Historia
de Rosario, Tomo I, Homo Sapiens, Rosario, 2001.
[9] Al respecto ver la revista Estudios Migratorios Latinoamericanos,
publicada por el Centro de Estudios Migratorios Latinoamericanos (CEMLA), en
particular el Nº 13 de diciembre de 1989 dedicado a los españoles, ver en
especial los trabajos de César Yañez Gallardo, Dedier N. Marquiegui y el de
Ofelia Pianetto y Mabel Galliari entre otros. También, FERNANDEZ, Alejandro;
"El mutualismo español en Buenos Aires, 1890-1920. Un estudio de
caso", EN: Cuadernos de Historia
Regional, Universidad Nacional de Luján-Eudeba, Buenos Aires, vol. III, Nº
8, 1987. MARQUIEGUI, Dedier Roberto; La
inmigración española de masa en Buenos Aires, CEAL, Bs. As., 1993. Más
recientemente, FERNÁNDEZ, Alejandro E. y MOYA, José C. (editores); La inmigración española en la Argentina;
Biblos, Bs. As., 1999.
[10] Cfr. ALVAREZ, Juan; Historia de Rosario, Universidad Nacional del Litoral, Santa Fe,
1981. MIRAGAYA, Eduardo y SOLANES, Francisco; Los españoles en Rosario de Santa Fe, La Cervantina, Rosario, 1934.
SOLER, Amadeo; La presencia de Cataluña
en la ciudad de Rosario de Santa Fe, inédito, Rosario, 1986. ENSINCK, Oscar
L.; Inmigrantes canarios en Rosario,
Mancomunidad Provincial de Cabildos de Las Palmas, 1985, Separata del V
Coloquio de Historia Canario-Americana (1982).
[11] SONZOGNI, Elida; PONS, Adriana y VIDELA,
Oscar; Españoles en Rosario. Inmigración
y empresa (1860-1930). Algunas consideraciones teórico-metodológicas.
Ponencia Jornadas Rosario, su región y su problemática, Rosario, 1991. PONS,
Adriana y VIDELA, Oscar; Inmigración y
burguesía local. Los españoles en Rosario. Ponencia III Jornadas Inter
Escuela-Departamentos de Historia, Buenos Aires, 1991. VIDELA, Oscar; "Los caminos de un “burgués inteligente”:
Juan B. Quintana. Reformismo social, prácticas corporativo-institucionales e
inserción productiva. Rosario, 1889-1914", En: FERNANDEZ, Sandra R.
y DALLA CORTE, Gabriela (comp.); Sobre viajeros, intelectuales y empresarios
catalanes en Argentina. Siglos XIX y XX, MEDAMERICA/Universitat de
Barcelona/Escuela de Historia. FHyA. UNR., Barcelona, 1998. PONS, Adriana;
“Retrato de un personaje y postales de una ciudad: Miguel Monserrat, catalán,
comerciante y banquero en el Rosario de fines del siglo XIX y comienzos del
XX”, En: FERNANDEZ, Sandra R. y DALLA CORTE, Gabriela (comp.); op. cit.. FRID, Carina; “Mobilidade
transatlántica e circuítos migratorios: perspectivas analíticas e problemas
metodoloxicos das migracións de retorno dos españois dende Argentina
(1880-1930)”; EN: Estudios migratorios,
Consello da Cultura Galega, Santiago de Compostela, N° 11-12, Junio-diciembre
2001. FRID de SILBERSTEIN, Carina, "Más allá del crisol: matrimonios,
estrategias familiares y redes sociales en dos generaciones de italianos y
españoles (Rosario, 1895-1925)", ponencia IV Jornadas sobre Colectividades
en la Argentina, Buenos Aires, 1993. FRID de SILBERSTEIN, Carina; “A Imigraçâo
Espanhola na Argentina (1880-1930)” EN: FAUSTO, Boris (organizador); Fazer a América; Sâo Paulo; EDUSP (Editora da Universidade de Sâo
Paulo), 1999. El impacto también se ha dado en el ámbito de la divulgación:
Habichayn, Hilda, La colectividad
española, Historia de aquí a la vuelta 13, Rosario, 1991. FERNÁNDEZ, Sandra
y OLIVIER, María Rosa (coordinadoras)¸ Catálogo
Fotográfico del Club Español de Rosario (1882-1940); Prohistoria y Club
Español de Rosario, Rosario, 2004.
[12] Censos Provinciales de 1858 y 1887;
Censos Nacionales de 1869, 1895 y 1914, y Censos Municipales de 1900, 1906,
1910 y 1926. En los censos de 1858 y 1895 no consta población desagregada por
nacionalidades para la ciudad, tomándose la del total del Departamento. En el
censo de 1914 presenta la misma dificultad por lo que tomamos la población
urbana del Departamento. Para un tratamiento más detallado de los aspectos
demográficos Cfr. PONS, Adriana y VIDELA, Oscar; Inmigración y burguesía local...; op. cit..
[13] Elaboración propia sobre la base de los
Censos citados más arriba.
[14] Los datos incluidos en este año corresponde a una
reconstrucción en base a la información de: ALVAREZ, Juan; op. cit. y ENSINCK, Oscar; Historia
económica de la provincia de Santa Fe, UNR, Rosario, 1985. Los tomamos en
razón que al ponderar solamente a la población de la ciudad son un mejor
reflejo que las cifras correspondientes al Departamento, que para la fecha
inciden con mayor fuerza que en años posteriores. Las mismas son: Población
total: 9.785; Nativos: 7.595 (77,62%); Extranjeros: 2.190 (22,38%); Españoles:
486 (4,97% y 22,19% sobre Total y Extranjeros respectivamente); Italianos: 836
(8,54% y 38,17% sobre Total y Extranjeros respectivamente)
[15] YAÑEZ GALLARDO, César; "Argentina
como país de destino. La emigración española entre 1860-1930", EN: Estudios Migratorios Latinoamericanos,
CEMLA, Buenos Aires, Nº 13, diciembre 1989, p. 492.
[16] Ibídem, p. 492-3.
[17] Elaboración propia sobre la base del
Cuadro N° 1.
[18] Elaboración propia sobre la base de los
Censos citados más arriba.
[19] Cifras propias elaboradas a partir del
Censo Municipal de 1926
[20] Para un panorama de las condiciones del mercado de trabajo rosarino
Cfr. FALCÓN, Ricardo; El mundo del
trabajo urbano (1890-1914), CEAL, Bs. As., 1986, cap. II.
[21] Las Secciones son las unidades
administrativas en las que esta dividida la planta urbana de la ciudad y fueron
tomadas por los censos municipales para clasificar los datos.
[22] Lamentablemente en el momento en que se
realizó la búsqueda documental no tuvimos acceso a los Libros de Actas y
Registro de Socios de la Asociación Española de Socorros Mutuos recurriendo a
publicaciones conmemorativas de ésta. También se consultó: LLOYD, Reginald
(editor); Impresiones de la República
Argentina en el Siglo Veinte; Lloyd Greater Britain Pubblishing Company,
Londres, 1911. SANTILLAN, Diego Abad de; Gran
Enciclopedia de la Provincia de Santa Fe; EDIAR, Buenos Aires, 1967. GOMEZ,
Mario; SASTRE, Marcos y CISTOLA, Guido; Rosario
biográfico, Tradiciones Argentinas, Rosario, 1955. Diccionario biográfico de hombres de negocios, Veritas, Buenos
Aires, 1945. Apuntes biográficos
contemporáneos, El Comercio, Rosario, 1878. CARRASCO, Gabriel; Guía civil y comercial de la ciudad de
Rosario; Carrasco, Rosario, 1876. CARRASCO, Gabriel; Descripción geográfica y estadística de la Provincia de Santa Fe,
Carrasco, Rosario, 1882. SOCIEDAD RURAL DE ROSARIO; Cincuentenario de su fundación, SRR, Rosario, 1945. MUNICIPALIDAD
DE ROSARIO; Nómina de consejales,
Rosario, s/f. AESM; Revista de la AESM,
op. cit.. AESM; Revista Extraordinaria
de su Centenario, op. cit.. y las Memorias
de las siguientes instituciones (algunas de ellas fragmentarias): Cámara
Oficial Española de Comercio, Industria y Navegación; Club Español de Rosario;
Jockey Club Rosario; Club Social; Bolsa de Comercio de Rosario.
[23] Cfr. VIDELA,
Oscar; FERNANDEZ, Sandra y PONS, Adriana; “Una burguesía local...”, op. cit..
[24] PONS, Adriana y VIDELA, Oscar; "Una
corporación frente a la cuestión social: La Bolsa de Comercio de Rosario ante
los conflictos obreros a principios del siglo XX"; EN: Anuario 15, Escuela de Historia, FHA,
UNR, Rosario, 1993. VIDELA, Oscar; "La burguesía rosarina ante las
transformaciones y límites del orden conservador. La Bolsa de Comercio de
Rosario (Corporaciones y mercado en el cambio de siglo, 1884-1912)", Tesis
de Doctorado, Facultad de Humanidades y Artes, Universidad Nacional de Rosario,
2001. PONS, Adriana; Iniciativas, ajustes y límites de una burguesía
regional. Rosario, 1909-1911, CESOR. Facultad de Humanidades y Artes. UNR,
Rosario, 1997, Papeles de Trabajo N° 2.
[25] FERNANDEZ, Sandra y VIDELA, Oscar;
"La evolución económica rosarina durante el desarrollo
agroexportador" EN: FALCON,
Ricardo y STANLEY, Miriam (dir.); Historia
de Rosario, Homo Sapiens, Rosario, Tomo I, 2001. FACCIANO de ZINNY, Ma.
Celia; "Los comerciantes de Rosario (1852-1860). Vida social y
administrativa en la ciudad", EN: Revista
Histórica, Bs. As., Instituto de la Organización Nacional, mayo-diciembre
1979, año II, Nº 5. GALLO, Ezequiel; La
pampa gringa, Sudamericana, Buenos Aires, 1984, p. 166.
[26] El Club Mercantil (1853), la Bolsa de
Comercio (1857), la Sala Comercial de Residentes Extranjeros (1859), el Casino
de Comercio (1865), la Bolsa de Comercio (1869) y hasta el Club de Residentes
Extranjeros (1871) deben ser contabilizados en ese esfuerzo que recién se
plasmará con la creación del "Centro Comercial del Rosario" durante
1884.
[27] MIRAGAYA, E. y SOLANES, F.; op. cit., p. 116. Paradigma de los
empresarios inmigrantes exitosos, Carlos Casado llegó a ser uno de los hombres
más ricos de la Argentina. La producción sobre él es importante, un muestrario
de diversos enfoques con lo que ha sido trabajado podría incluir los trabajos
de Lagos, fundamentalmente un panegirista; el biográfico de Miguel Ángel de
Marco y el de Marta Bonaudo y Elida Sonzogni atenido a la moderna historia
social. Cfr. BONAUDO, Marta y SONZOGNI, Elida; "Empresarios y poder
político en el espacio santafesino (1860-1890). Carlos Casado y su estrategia
de acumulación", En: Historia y Grafía. Año 6, Nº 11, Departamento de
Historia de la Universidad Iberoamericana, México, 1998. LAGOS, H. M.; Carlos
Casado del Alisal. Su vida y su obra, Buenos Aires, 1949. DE MARCO,
Miguel Ángel; Carlos Casado del Alisal y el progreso argentino, Instituto
Argentino de Cultura Hispánica, Rosario, 1993.
[28] Centre Catala (1902), Centro Asturiano
(1904), Centro Navarro (1913), Agrupación Andaluza (1915), Centro Gallego (1915),
Centro Aragonés (1917), Centro Castilla (1920), Centro Riojano Español (1920),
Centro Soriano (1922).
[29] El Club Español fue creado en 1882, sobre
sus cuotas ver Censo Municipal de
Rosario de 1900, p. 543 y Club Español, Memorias; sobre el prestigio MIRAGAYA, E. y SOLANES, F.; op. cit., pág. 153.
[30] FERNANDEZ, Alejandro; op. cit., p. 49.
[31]
Idíbem, p. 45.
[32] "...imprescindible en toda
colectividad, porque cristaliza y encarna las aspiraciones elevadas de hacer el
bien por el bien mismo y tiene de común con la otra sociedades.., esa modalidad
social en que están inspiradas, o sea, ser fruto de amor y de compasión por las
desdichas de nuestros semejantes, y, principalmente, de nuestros compatriotas
indigentes." MIRAGAYA, Eduardo y SOLANES, Francisco; op. cit.; p. 203.
[33] ASOCIACION DEL PATRONATO ESPAÑOL DE
ROSARIO; Revista conmemorativa de sus
Bodas de Plata, Rosario, 1940, p. 21.
[34] Para información sobre los recorridos
empresariales de los mencionados Cfr: VIDELA, Oscar; "La burguesía
rosarina ante las transformaciones..." op. cit. Sección: Anexos; PONS, Adriana; “Retrato de un
personaje...", op. cit..;
VIDELA, Oscar; "Historia de un burgués. Una estrategia de articulación
entre la historia local y la nacional a través del comportamiento empresarial
de Juan Fuentes", ponencia Sexto Encuentro de Historia regional del sur
santafesino y norte bonaerense; Empalme Villa Constitución, 2001; LANCIOTTI,
Norma; Mercado inmobiliario en Rosario
(1885-1914). Racionalidad empresarial y configuración del espacio urbano,
Tesis de Doctorado UNR, Rosario, 2004.
[35] Idíbem
[36] PONS, Adriana y VIDELA, Oscar, op. cit..
[37] Cfr. PONS, Adriana y VIDELA, Oscar; op. cit..