Luces y
sombras en el crecimiento de la región de Rosario
Berta Wexler(*)
La transformación de
Rosario en la segunda ciudad de Argentina... “no tiene par ciertamente en
nuestro país. A sólo ese título ya sería interesante su desarrollo”.
Tales las expresiones de Juan Alvarez, hace más de
medio siglo.[2]
Ubicada en una llanura sumamente fértil,
la ciudad estuvo en el centro de la expansión de la producción agrícola
ganadera en la primera mitad del siglo XX:
"La
Pampa-espacio es también
tierra
de contrastes y de oposiciones,
tierra
de aventuras y tierra de labor,
tierra
de opulencia y tierra de miseria".[3]
Tierra en suma de antagonismos –como lo señalara Gaignard en su pormenorizado estudio sobre el amplio
espacio que abarca la pampa en la geografía argentina- a comienzos del siglo XXI la ciudad exhibe nuevos contrastes y
oposiciones.
Desde el año 2004 se asiste a una sostenida
campaña que destaca el gran crecimiento de Rosario, en particular lo que ha dado en llamarse “el boom sojero”. Lanzada
por los medios periodísticos y algunos sectores empresarios dicha campaña tuvo
su pico máximo, a fines de ese año, durante la realización del “Tercer Congreso
Internacional de la Lengua Española”.
Pocos meses después Roberto Paladini,
presidente del Foro Regional Rosario definía
así los cambios operados: “....nosotros
éramos conocidos por los saqueos, por los paros nacionales, por ser la capital
de la industria del juicio o por el gato colgado. Ahora lo somos por lo
positivo, es el boom rosarino que se comenta en el ámbito nacional e incluso
internacional”.[4]
El presente artículo pretende aproximarse al
análisis de algunos aspectos de los grandes cambios que registra la ciudad y su
zona y las profundas contradicciones que tales cambios entrañan, propósito que, vale aclararlo, encuentra
aún muchas limitaciones por tratarse de una transformación en pleno desarrollo.
Tercer
Congreso Internacional de la Lengua Española
Como se ha dicho en la campaña sobre el crecimiento de Rosario tuvo gran
importancia la realización del “Tercer
Congreso Internacional de la Lengua Española, organizado por la Real Academia
de España”.
Desde principios de año comenzaron los preparativos y las inversiones para
las jornadas por parte de la Ciudad, Provincia y Nación. Remodelación de edificios,
calles, teatros, pintura de locales, mejoramiento de parques y paseos,
señalización, carteles, logos y todo tipo de propaganda.
La actividad artística y cultural previa fue importante: poetas, pintores y
cantautores locales y nacionales; charlas, debates, películas, presentaciones
de libros, ferias de diversos tipos, exposiciones de pintura, grabado, dibujo,
escultura, espectáculos teatrales, concursos literarios para jóvenes y niños.
Se ocultó cuidadosamente que la Real Academia,
desde España, organizaba todo cuanto se haría en el propio Congreso. Desde
resolver los invitados, hasta los conferencistas que habrían de tomar parte. De
ese modo los grandes excluidos fueron los educadores argentinos, santafesinos y
rosarinos, los maestros y profesores en general, especialmente los de lengua española,
particularmente todos los hablantes y estudiosos de las lenguas de los pueblos originarios
(habladas por la mayoría de los habitantes de varios países y regiones de
América) y los de hablas populares usadas en nuestro país, como el “lunfardo”.
La lista de invitados excluyó a escritores como
García Márquez, otros destacados no participaron por no estar de acuerdo con el
contenido del Congreso, algunos vinieron a un Congreso paralelo: El Congreso de
“Las Lenguas” y, finalmente, algunos participaron críticamente.
Las autoridades locales vieron la oportunidad de
que la ciudad, se convirtiera por esos días, en un centro cultural y turístico que
convocaba a una importante e inusitada cantidad de invitados y visitantes.
Para ello debieron ocultar celosamente la otra
cara de Rosario, la mayoritaria. Una ciudad con más del 40% de desocupados y subocupados. De ellos, un 20% de desocupados totales. Una
ciudad donde el 60% de sus chicos viven en hogares por debajo del límite
oficial de la pobreza y donde existen verdaderos bolsones de hambre.
Se mostraron hasta el cansancio el centro y la
costa y se ocultaron los barrios y villas de emergencia. No se mencionó que el
50% de la población no tiene cloacas y el 30% carece de agua potable domiciliaria.
Y que decenas de miles de rosarinos viven en villas de emergencia sin ningún
servicio, contándose entre ellos más de 20.000 descendientes de los pueblos
originarios, sobrevivientes del genocidio, expulsados ayer y hoy de sus tierras
ancestrales.
Los vecinos, los jóvenes, los estudiantes,
trabajadores y docentes fueron descubriendo la verdadera trama de este evento
para “unos pocos”, al que se volcaron millonarias sumas de dinero. Empresas
españolas beneficiarias de las privatizaciones como Repsol e Iberia fueron
convocadas para el financiamiento de casi un millón y medio de euros, mientras
la municipalidad sacaba del centro de la ciudad a los niños que mendigan, a los
menesterosos que buscan en la basura algo para subsistir y a los vendedores
ambulantes. Incluso hasta hicieron desaparecer a los perros callejeros.
Además del aspecto propagandístico del Congreso es
necesario reflexionar sobre el contenido del mismo; pocas veces apareció mas
claro que es necesario tergiversar la historia para ocultar las injusticias del
pasado y justificar e imponer las injusticias del presente.
En este sentido, habrían de resultar premonitorias las
declaraciones efectuadas, pocos días antes por Pablo Sánchez Terán, cónsul de
España en Córdoba. Durante la celebración de un acto por el día de la
Hispanidad, y ante la presencia de varios historiadores argentinos, el
diplomático español reivindicó de manera contundente la conquista española
afirmando que “mucho peor estaríais o
estaríamos bajo las civilizaciones incaicas, aztecas, mapuches, sioux, apaches,
que han sido idealizadas por historiadores y antropólogos, cuando es bien
conocida su división en castas y su carácter imperialista y sanguinario”.[5]
Ante la polémica y el rechazo que provocaron sus
manifestaciones Sánchez Terán respondió al diario Clarín: “América tiene la suerte de haber sido colonizada por europeos (...)
la situación actual es preferible a la
que se supone existiría si no hubiera habido intervención europea, y que en
todo el continente hubiera monarquías o repúblicas incas, aztecas, siouxs, mapuches, guaraníes, apaches o
tehuelches",/.../ lo real y positivo es que España y Portugal crearon una
nueva raza, la latinoamericana, con un solo idioma y credo”.[6]
Las expresiones de repudio arreciaron. En tanto el Premio
Nóbel de la Paz argentino, Adolfo Pérez Esquivel, pidió su traslado y lamentó
que hubiera "una mentalidad tan
retrógrada”, la “Convocatoria contra el Congreso de la Lengua Española”,
realizada por una multisectorial integrada por numerosas organizaciones, entre
ellas por el sindicato docente AMSAFE expresó:
“Nuestra
identidad no es la que vienen a decirnos que es, sino aquella que integra la
matanza y el arrebato de tierras a los Pueblos Originarios, la de los
inmigrantes que llegaron en búsqueda
de un lugar en el mundo, los 30 mil desaparecidos que lucharon por un país
libre y todos aquellos que fuimos motor del “argentinazo”. No estamos dispuestos a permanecer callados
ante semejante hecho político y
acatando lo que las autoridades municipales, provinciales y nacionales
organizan para que nos quedemos
afuera, ordenados y contentos, pagando con el sufrimiento de muchos un congreso
para pocos. Como hace más de 500 años se impuso una cultura a sangre y fuego,
hoy se impone de forma más sutil y oculta.”[7] Acto seguido se solicitó la presencia de la
población “con un espejo para manifestarse
contra este evento.” La multitudinaria
manifestación recorrió las calles de la ciudad el día 17 a las 11horas, antes
de la inauguración oficial con la consigna:
¡¡Devolvámosle
los espejitos al rey!!
Poco aportó el Congreso a lingüistas y docentes desde el
punto de vista científico y didáctico. Sin embargo conocidos estudiosos de la
problemática de la Lengua actuaron fuera del mismo dando charlas y participando
en Mesas Debate, organizadas por educadores, universitarios, estudiantes, etc.
Tal el caso, por ejemplo de la Doctora María Isabel Requejo de la ciudad de Tucumán. En su intervención la
estudiosa expresó, que “mil lenguas que
tuvieron voz e historia en Sudamérica han desaparecido en los últimos
quinientos años y que, a comienzos del siglo XXI, otras ya no se enseñan a los
niños y están en vías de extinción. Porque si una lengua no tiene niños que la
aprendan... ...no perdura y esto está ocurriendo aceleradamente desde 1990, con
la desaparición en el mundo de 20 a 30 lenguas por año”.[8]
Durante el Congreso paralelo al oficial la Doctora Requejo formuló la siguiente pregunta:
“¿Por qué no preocupa que se pierda una lengua
que por lo general ha sido de sectores muy humildes de la población? ¿Por qué
los lingüistas de América Latina no escuchan las voces de los que luchan
cotidianamente por su dignidad, haciéndose eco de su gramática social? Estos
sectores humildes tienen autoría social y visible de la palabra con el protagonismo
de la resistencia activa”.[9]
Paralelamente
la Mesa Debate Rosario planteaba
la importancia de tener en cuenta la historia y realidad de muchos pueblos y
naciones que hablan el “español” y que solo desde esa perspectiva era justo
luchar contra el predominio del idioma inglés y el intento de convertirlo en la
lengua única del mundo globalizado, bajo la hegemonía anglo yanqui.
Quedó claro para todos los docentes que participaron
dentro y fuera del Congreso, con distinto tipo de expresiones, que España eligió
a la Argentina para la realización del mismo porque necesita seguir manteniendo
los privilegios económicos de que goza con sus monopolios.
Gran parte de tales privilegios –vale recordarlo- se
originaron en tiempos del Presidente Carlos Menem, cuando España fue una de las
beneficiarias principales de las privatizaciones.
Los gobiernos argentino y español usaron el
Congreso para celebrar reservadamente nuevos acuerdos comerciales en torno al
apoderamiento de los puertos, el aprovechamiento del explosivo crecimiento de
las exportaciones de soja, los negocios del petróleo y el gas con Repsol, los de las de comunicaciones
con Telefónica, los de las líneas aéreas con Iberia, los de los contratos de
pesca, etc., etc.
Si bien el Congreso fue para unos
pocos, las actividades programadas se desarrollaron con mucho brillo y la
ciudad se transformó por esos días ante los ojos del país y el mundo entero en
un “centro cultural de gran prestigio”.
Rosario en la región de la Pampa Húmeda
Las tierras de la pampa húmeda, ricas para los
cultivos, con bajas y grandes ondulaciones a veces imperceptibles llamada
pampa ondulada; constituyen una franja que va desde Buenos Aires hasta Rosario
cuyo clima ha sido un factor importantísimo para el desarrollo agrícola del
país.
En la segunda mitad del siglo XIX debido al alto
desarrollo alcanzado por su industria los países europeos pasan a ser
exportadores de capitales y de mano de obra. El campo producía lo que
Inglaterra necesitaba. Se conformó un modelo de país “Agro Exportador" y
el Estado se organizó de acuerdo a los intereses de los sectores dirigentes del
proceso que “lo hicieron en función de la abundancia de tierras y de la baratura
de la mano de obra, a lo cual debe agregarse el que casi toda la inversión en
la infraestructura de comunicaciones y transportes estuvo en manos del capital
extranjero[10]. Los ferrocarriles
modificaron el espacio rural y su llegada revalorizó los campos en manos de
grandes terratenientes quienes por..“la
falta relativa de otras posibilidades de inversión que no sea la tierra y el
status social que confiere su propiedad”...contribuyeron “a que un número relativamente reducido de
familias mantenga en su poder la mayor parte de las tierras.”[11]
El ingreso masivo de
europeos cambió bruscamente la fisonomía demográfica, social y económica de la
zona pampeana porque fue el lugar preferente de concentración de inmigrantes. A
esa mano de obra barata integrada mayoritariamente por españoles e italianos,
se sumaron otras nacionalidades como franceses, rusos, ingleses, suizos,
portugueses, etc. quienes desde la partida de sus países de origen debieron
sortear innumerables vicisitudes: el viaje, las aglomeraciones, otra geografía,
otro idioma, otras costumbres, otra gente. “En
los primeros tiempos el nuevo
inmigrante no podía pasar a ser propietario inmediatamente, a no ser que
hubiera traído consigo un capital considerable..tuvieron que aprender un nuevo
sistema de agricultura, mucho más extensivo y mecanizado del que habían
conocido en su país de origen... Fueron muy pocos los que pudieron pasar del
status de peón a propietario”[12].
El significativo crecimiento
operado en la actividad agrícola se debió principalmente al duro trabajo de
estos nuevos pobladores, en su mayoría arrendatarios. Según lo expresaba Taylor,
“el nivel más alto de arrendamiento (66,1 por ciento) se encuentra en la zona
triguera, donde las unidades agrícolas son relativamente grandes, pero en la
práctica son pequeñas si las comparamos con las estancias dedicadas al ganado
vacuno u ovino”[13].
El aumento demográfico del
país fue notable Las condiciones de vida de la población marcaron grandes
diferencias entre unos pocos ricos que acumularon grandes riquezas y los
sectores populares que casi nada tenían. Desde 1870 el sector agropecuario fue
el que mayor crecimiento registró en toda la región pampeana, y si desde 1880
cubrió las demandas internas fue a partir de 1890 que las externas hicieron
posibles las grandes exportaciones argentinas.[14]
Se comenzó a exportar el
excedente, los grandes propietarios de tierras fueron los principales
beneficiarios de los cuantiosos beneficios que se obtenían con la venta al
exterior de los productos del campo. En 1852 se utilizó el puerto de Rosario
para buques mercantes de cualquier bandera y un año después la Constitución
Nacional estableció la libre navegación de los ríos. Una de las primeras
construcciones data de 1857, se trataba de los muelles de Augusto Hopkins,
agente de una compañía de vapores de Estados Unidos que pasaban por los puertos
argentinos camino al Paraguay. Aumentó notablemente el tráfico de pasajeros y
mercaderías y en 1870 se inauguró un servicio regular que unía Génova y
Nápoles, directamente con Rosario. Fueron varios los intentos de ampliar las
instalaciones hasta que recién el 1898 se creó la Asociación Popular de
Canalización de los Ríos y Puertos de Rosario, “que impulsó un concurso para la
construcción y explotación de un puerto
moderno”.[15]
En 1902 el Presidente Julio
Roca llamó a licitación como resultado de lo cual el puerto fue entregado a
manos privadas extranjeras por cuarenta años. Se trataba de la empresa Hersent et Fils Schneider y Cia la cual, tras hacer todas las instalaciones de
infraestructura, lo puso a funcionar en 1905.[16]
Tan escandalosas como
cuantiosas fueron las ganancias que obtuvo esta compañía: “Las acciones de la empresa cuyo valor nominal fue de 500 francos,
llegaron a cotizarse en 1929, en la Bolsa de París, a 41.500...el negocio
rendía la estupenda ganancia del 8.220 por ciento.”[17]
El puerto y el ferrocarril permitieron
la gran expansión con el incremento de la producción y las exportaciones de
trigo y maíz.
El río Paraná permitió a la
provincia de Santa Fe establecer el primer puerto en la Capital. Al hacer el
dragado del suyo propio, Rosario comenzó a disputarle la actividad económica.
La red ferroviaria se diseñó
de tal manera que pasó a ser un nudo troncal de comunicaciones permitiendo, en
la etapa agroexportadora, que gran parte de la producción de la zona se
concentrase en Rosario la que albergó el primer puerto cerealero
del país por el monto de sus exportaciones.
Los Profesores Nidia Areces
y Edgardo Ossana manifiestan que “Rosario se nos presenta,... como una ciudad
moderna, de desarrollo capitalista, e insertada en el proceso general de desarrollo de la pampa húmeda. Es una ciudad
ligada al campo y al comercio, al ferrocarril y al puerto, con marcada
mentalidad mercantil, con pocas tradiciones
ya que se trata de una ciudad nueva –desvinculada de todo lo colonial- y en
donde los nuevos estratos sociales, cada vez más pujantes, están en gran parte
formados por extranjeros o sus descendientes- resultado del proceso
migratorio-“.[18]
Aunque no es un aspecto que
habrá de analizarse aquí conviene sí mencionar que, unido a este crecimiento
agrario, ferroviario, portuario e incipientemente industrial, surgió
precozmente un importante movimiento obrero. Como muestra de ello vale apuntar que cuando se fijó mundialmente
el Día Internacional de los Trabajadores ( 1° de mayo de 1890) el evento fue
conmemorado en la ciudad.
La creación de una Junta
Reguladora de Granos, en el contexto de la crisis triguera de 1933 hizo posible
que los agricultores vendieran al fisco sus cosechas sin depender de los
intermediarios y especuladores. Con posterioridad a la Segunda Guerra Mundial el
control gubernamental en manos de otro organismo, Instituto Argentino para el
Intercambio (IAPI) permitió al chacarero vender los cereales y oleaginosas al
Estado que era el encargado de su comercialización con el exterior.
Con el proceso de sustitución de importaciones,
comenzaron a radicarse en los alrededores de la ciudad importantes empresas
industriales, lo que permitió el crecimiento urbano y por ende las actividades
de servicios. El comercio, la actividad empresarial, bancaria, educación y la
cultura en general, y dieron impulso a la gran ciudad.
En las ciudades vecinas del
cordón industrial, se desarrollaron a partir de 1946, importantes sectores:
cerámica, fabricaciones militares, porcelanas, textiles, celulosa, maquinarias
para el campo, molinos harineros y aceiteros, lácteos, conservas envasado de
hortalizas, dulces, frigoríficos, petroquímica, cerveza, siderurgia, etc., lo
que le permitió absorber el gran impulso urbanístico y demográfico.
Creció la actividad
agropecuaria comercial, con el abastecimiento de productos frescos para la
ciudad como la horticultura, fruticultura, avicultura, floricultura, tambo,
apicultura y granja. El salto demográfico y el crecimiento laboral y
urbanístico de la propia ciudad y su zona aledaña -denominada “el gran
Rosario”- registrados en tiempos del gobierno peronista se debieron
principalmente al desarrollo de la industria. Como lo señala Mario Rapoport,[19]
“su crecimiento era tomado como la base
sobre la que se podía avanzar en la redistribución del ingreso, en el logro del
pleno empleo y en la independencia del abastecimiento interno”. Y rescata
los términos del Banco Central, en su Memoria de 1946, cuando expresaba:
”... se trata de seguir en la medida de lo posible, el ejemplo dado por
grandes naciones, en las cuales siempre se defiende la producción local para la
cual existen fuentes y aptitudes nativas”.[20]
Enorme importancia tuvo, en
este período, la posibilidad de muchos arrendatarios y colonos de acceder a la
propiedad de la tierra en buena medida a raíz del proceso de subdivisión de
algunos latifundios proceso, éste último, que habría de verse favorecido por la
legislación reformista del gobierno peronista.
Pese a los prolongados
períodos en los que Rosario y el “Gran Rosario” contaron con condiciones muy
favorables para su desarrollo, las inevitables “sombras” de ese desarrollo se
harían patentes en la vigencia de políticas que propiciaban la entrada
indiscriminada de capitales extranjeros cuyos réditos eran monopolizados por
esos capitales y un escaso círculo de intereses privilegiados asociados con
ellos. Ello se manifestó en la década del 70 y estuvo en la base de los
levantamientos obreros y estudiantiles denominados “rosariazos”.
El sector obrero de todo “el
cordón industrial” fue el más afectado hasta que la Dictadura Militar, en el
año 1976 condujo a un proceso de acelerada desindustrialización. Las
condiciones de gran rentabilidad y privilegio con que operaron los grupos
favorecidos, consistirían principalmente en porcentajes de ganancias mínimas
garantizadas y en la exclusividad del mercado. La política implementada por el
Ministro de Economía de la Nación, Ingeniero Alfredo Martínez de Hoz, so
pretexto de controlar la inflación, fijó un dólar bajo, permitiendo la
importación de productos industriales sin aranceles; abarrotada la plaza local
con productos extranjeros llevó a la ruina a gran cantidad de fábricas.
Primero quebraron las
industrias del gran “cordón industrial rosarino” lo cual determinó el cierre de
las mismas con el consiguiente despido de obreros. Largo proceso que se fue
acentuando en la década del noventa cuando se asiste a un escenario caracterizado
por miles de desocupados.
Fenómeno nuevo para la “gran
ciudad” donde miles de familias perdieron sus fuentes de ingreso en el sector
industrial y hubo despidos en las empresas privatizadas, achicamiento de
puestos de trabajo en el estado y en las empresas privadas. En esta nueva
situación Rosario y toda la región mostró altos índices de desocupación, con
más de 46% de empleo en negro, según el Indec (Instituto
de Estadísticas y Censos).
Paralelamente se
reconstruyeron los latifundios bajo nuevas formas de propiedad (Sociedades
anónimas, “pools” de siembra, etc.), con su secuela de expulsión de pequeños y
medianos productores agrarios los cuáles, sin otra alternativa, engrosaron la
población de los centros urbanos. Las numerosas familias sin recursos que
dependen de los magros ingresos de planes sociales, changas, o recolección de
basura (cirujeo), se sumaron a las reiteradas luchas
y paros convertidas en verdaderas explosiones, como los saqueos de 1989 o la
insurgencia de diciembre del 2001.
La ciudad puerto y el “boom
sojero”
Como se ha dicho, durante
décadas Rosario fue el puerto más importante del interior del país con la
exportación de granos; trigo, maíz, sorgo y otros cultivos que llegaban del
campo para ser embarcados al exterior. Pese a la riqueza de la zona maicera y
triguera “por excelencia”, los gobiernos nacional, provincial y municipal, no
resolvieron el problema de miles de familias con dificultades de alimentación
las que llegaron al estado de indigencia grave. Sin embargo esta cuestión no
fue tomada en cuenta y las políticas de los distintos gobiernos la desoyeron.
Hacia los años cincuenta, el
INTA (Instituto de Tecnología Agropecuaria), organismo del Estado, tuvo una
participación muy importante en las políticas públicas relativas con la
industria de las semillas. Este organismo controlaba el desarrollo de la
genética en la producción agrícola y fue el puntal de la expansión en los
decenios siguientes. Sin embargo, años más tarde con la desregulación de la
economía, las empresas privadas comenzaron a tener mayor ingerencia en las
políticas del Estado y el Instituto debió entregar los secretos de la base
genética del mejoramiento de las semillas a las multinacionales.[21]
Después de 1970 comenzó la
gran demanda mundial de la soja y los subproductos como harina y aceite, y toda
la región pampeana incrementó la superficie cultivada, al igual que lo hizo
todo el sur santafesino. Los cambios con la aparición de semillas mejoradas con
importante impacto en la productividad, abrieron el paso a la nueva etapa del
cambio tecnológico que se operaba en el sector agrícola. La aparición de la
soja con cambios genéticos, permitió una enorme diferencia en la rentabilidad
del suelo y acabó el ciclo de gran variedad de cultivos.[22]
La alta concentración en la
propiedad de la tierra permitía a una minoría, de grandes terratenientes
acceder a la tecnología de punta dando lugar a lo que se a dado en llamar, a partir del año 2000, el
“boom sojero”. El clima excepcional, y la fácil adaptación al suelo dieron como
resultado que la mayoría de los chacareros se dedicasen a la siembra de soja,
incluso en los costados de las rutas.
Se lograron por varios años
consecutivos, “record” de producción y exportación. De la cosecha 2000-2003, por ejemplo, de un total de 70
millones de toneladas cosechadas 35 fueron de soja.[23]
Y desde luego ese aumento
tiene importante reflejo en Rosario y su región de influencia; al tiempo que
sede del puerto a través del cuál se exporta la mayoría de los granos la zona
alberga a importantes aceiteras dedicadas al procesamiento de parte de ellos
generando una gran cantidad de industrias auxiliares, de servicios financieros
y de comercialización, de transportes, etc., etc.
“La soja desplazó, además, a la ganadería en zonas tradicionales de cría
y de engorde y a la producción lechera”. Al imponerse el sistema de siembra
directa; una máquina que remueve el surco, tira la semilla y el fertilizante,
pero no da vuelta la tierra, siempre deja el suelo cubierto del rastrojo
anterior, lo que impide la erosión del agua y el viento. En 1996 el primer
cultivo transgénico fue la soja tolerante al herbicida glifosato de la
Multinacional Monsanto, las llamadas sojas RR se integraron a la siembra
directa y estas nuevas tecnologías fueron adoptadas por la inmensa mayoría de
los cultivadores de la zona.[24]
Esto provoca una nueva expulsión de población hacia los pueblos primero y,
finalmente, hacia las grandes ciudades.
“La siembra directa, la soja RR y el herbicida a base de glifosato
fueron los pilares del proceso de sojización”.[25]
Hay que destacar que el alto
costo del paquete tecnológico de la soja RR determina ventajas máximas para las
grandes extensiones de tierra y mucho menores para los pequeños y medianos
productores que debido a los altos costos de implantación y cosecha, pasan a
depender extremadamente del precio internacional de su producto, precio que no
controlan ellos, ni el gobierno nacional, sino los grandes compradores internacionales,
hoy en particular, China.
Existe actualmente un duro conflicto por las
regalías dado que la multinacional Monsanto intenta cobrar U$S 15 por una
tonelada de soja argentina que se descarga en los puertos europeos donde posee
patente. Si bien la Secretaría de Agricultura de la Nación ha protestado por
esta cuestión, la empresa respondió que “continúa
comprometida en lograr un acuerdo
comercial basado en licencias para uso de tecnologías”. En los últimos días
se preveía una solución aceptando las exigencias de la multinacional Monsanto,
en desmedro de los ingresos de los productores. [26]
El proceso de la “sojización” dio lugar a un crecimiento sostenido de las
aceiteras en las cercanías de los puertos del Río Paraná en virtud de la gran
demanda exterior de sus productos, prácticamente desligado del mercado interno,
ya que las grandes potencias que nos compran fijan los precios, como es el caso
de China e India.
No obstante muchos
chacareros pudieron recuperarse de las épocas malas dedicándose al cultivo de
la soja en cualquier pedazo de tierra dadas las cuantiosas ganancias que el
mismo les ofrecía, esta expansión afectó la de otras producciones como el
sorgo, batatas, arvejas, lentejas, montes frutales y las verduras[27].
Por otro lado, si bien el paquete tecnológico ha aumentado extraordinariamente
la producción el mismo es provisto por empresas multinacionales, al igual que
la mayoría de los fertilizantes. Esto, junto con el monopolio de la
comercialización por empresas que son además propietarias de sus puertos
determina que lo principal de las ganancias quede en muy pocas manos,
mayoritariamente extranjeras.
Cabe señalar además que la
soja y sus derivados aceites y harinas no son consumidos en el país y dependen
exclusivamente del mercado externo; mercado que Argentina no controla y
que está expuesto a grandes cambios, como se demuestra en las recientes bajas
espectaculares del precio de la soja. Si nuestro país poco utiliza de la soja,
otros países la compran incluso para alimentar al ganado.[28]
En estos años la zona ha incrementado el número de
puertos privados para convertir la región en el Polo Agroexportador más
importante del país. En la época de cosecha ingresan más de 10.000 camiones por
día. Las terminales más importantes como Bunge, Cargill
y Dreyfus construyeron muelles con una capacidad de
almacenaje y un ritmo aceleradísimo de carga por hora en miles de toneladas
para cereales, molienda y subproductos, que permanentemente van aumentando.[29]
En cuanto a los puertos se refiere se están
ejecutando los proyectos de dragado, para reubicar el de Santa Fe a siete
kilómetros del actual, el de Diamante y el Plan Circunvalar, que tiene a
Rosario como centro e incluye a los quince puertos que van desde Timbúes hasta Arroyo Seco, obras proyectadas y vinculadas
al eje de la Hidrovía Paraná –Paraguay y al corredor
bioceánico. Este corredor incluye dos salidas desde Porto Alegre, Brasil con
los puertos chilenos de Valparaíso y otra eventual por Coquimbo (siempre que se
construya un túnel comunicante con Agua Negra en la Provincia de San Juan).[30]
Las multinacionales fueron remodelando las plantas
en Puerto General San Martín, Ramallo, Villa Gobernador Gálvez con tecnología
de punta. Lo notorio del crecimiento esta dado cuando se sabe que casi en una
hora procesaron 1000 toneladas. “Salvo
algunas terminales de Estados Unidos, en el mundo no hay puertos tan rápidos
como los de nuestra zona.”[31]
En los primeros meses del 2005 comenzó la
instalación de una nueva terminal portuaria sobre el Río Coronda. Para esa
radicación, como ha sido el precedente en todas las anteriores se exige la
construcción de accesos pavimentados, gasoductos, provisión de agua, gas y
electricidad por parte de los Estados Nacional y Provincial y a la vez se exige
la liberación de todo tipo de impuestos, incluyendo el DREI (Derecho de
Registro e Inspección), la TGI (Tasa General de Inmuebles) y el impuesto a los
Ingresos Brutos, que sí se aplican al mas pequeño de los comercios de la
provincia.
En el caso de las retenciones a la exportación,
son rigurosamente descontadas del precio pagado al productor que comercializa
su cosecha.
Esto quedó nuevamente en evidencia al pretender la
comuna de Timbúes cobrar el DREI (Derecho de Registro
e Inspección) y tomar estado público la negativa de la empresa.[32]
La evasión fiscal, con la falta de controles
rigurosos de aduana hicieron durante todos estos años, que las grandes
multinacionales estafaran al fisco (AFIP, que es el organismo recaudador del
Estado) y especularan con una evasión de los tonelajes de granos embarcados, que
llegó a casi al 40% de lo embarcado.[33]
La inequidad se manifiesta nuevamente en el tratamiento impositivo.
Un impacto importante para la provincia de Santa
Fe y la de Entre Ríos, ha sido la apertura del Puente Rosario-Victoria que con
casi sesenta kilómetros de conexión y cincuenta minutos de recorrido, determinó
transformaciones en ambas ciudades y sus alrededores
La
“ciudad de los Congresos”
La
combinación del “boom” sojero y el escaso valor del peso argentino devaluado un
200% frente al dólar y al euro han permitido alentar la esperanza de mantener
el crecimiento, echando mano a la realización de “eventos” y “congresos”. Lo
que, junto con la expectativa de desarrollo turístico, ha llevado a la
ampliación de las plazas hoteleras de alta categoría.
Así
por ejemplo, los empresarios del sector informático agrupados en el Polo
Tecnológico Rosario, solicitaron además que, para el 2006, la ciudad sea sede
del Congreso Mundial de la Calidad de Software.
En su
paso por Rosario, a raíz del Congreso de la Lengua, las autoridades españolas
destacaron el interés por desarrollar en Rosario, la instalación de una
delegación del Instituto Cervantes.
Daniel
Filmus avaló la presentación del intendente Miguel Lifschitz, para que la ciudad de Rosario se presente como
candidata a “Capital Mundial del Libro 2007”. El aval se concretó en una carta
dirigida a Koichiro Matsuura, director General de la
UNESCO en estos términos: “Por historia,
trayectoria y por haber resuelto muy bien el desafío que implicó el Tercer Congreso
Internacional de la Lengua Española, Rosario es la ciudad ideal”. El organismo tendrá en cuenta el nivel de compromiso
municipal, nacional e internacional, la cantidad y calidad de actividades
organizadas, los proyectos que tengan por objeto promover y fomentar el libro
de lectura y la conformidad con los principios de libertad de expresar,
publicar y difundir información.[34]
Recientemente se conoció que fue designada otra ciudad
para dicho evento para el que
se planeaban realizar varias actividades: Feria Internacional del Libro, Encuentro
Latinoamericano de Mujeres Escritoras, Encuentro Internacional de Editores de
Libros y un Congreso Internacional del Libro para niños.[35]
Nuevamente aparece la contradicción entre tales actividades y el nivel de
deterioro alcanzado por la educación pública en la provincia; la reciente
paralización de clases realizada por los docentes de todos los niveles fue
provocada por el abrupto deterioro del poder adquisitivo de sus salarios,
agravado por la devaluación e inflación permanente. Las escuelas están con
numerosos problemas de estructura y mantenimiento[36], contrastando la lentitud de las
obras con las inversiones rápidas que se hacen para “embellecer la ciudad”.
A la hora de instalarse Rosario como segunda ciudad de la Argentina hay
indicadores que no la favorecen como son los proporcionados por el Instituto de
Estadísticas y Censos (INDEC) respecto a la tasa de desocupación que revela que
sobre una población económicamente activa de 537.000 personas, 126.000 tienen
problemas de empleo y otras 49.000 están subocupadas.
Por otra parte, en Rosario la subocupación, es decir personas que trabajan
menos de 35 horas semanales también registró un retroceso de 2,8 puntos
porcentuales en un año.[37]
Otros datos del INDEC muestran que el 46% de los
asalariados trabaja en negro, el informe señala que el 48,3% de los
trabajadores se desempeña informalmente y en el Gran Rosario la cifra es 45,9%.[38]
La
investigación y el desarrollo de las ciencias
También en el marco del “boom” sojero se han
producido novedades en el terreno de la investigación científica.
Uno de los anuncios más importantes de las
autoridades españolas en conjunto con la Nación, es la instalación del “mayor
polo biotecnológico de América Latina”, para el cual la Universidad Nacional de
Rosario ha cedido una parte de su predio en la sede comúnmente llamada “La
Siberia” para instalar dos centros de investigación en genómica vegetal que
transformarían a la ciudad en un polo científico, único en el rubro.
“El Ministro de Educación de la Nación Daniel Filmus, el titular de la SeCyT
Tulio del Bono, junto al gobernador de la Provincia de Santa Fe, Jorge Obeid y
el Secretario de Estado de Universidades e Investigación del Ministerio de
Educación y Ciencia de España, Salvador Ordoñez Delgado, participaron a fines
de noviembre de la colocación de las piedras fundamentales del Centro
Binacional Argentino-Español de Genómica Vegetal (CEBIGEVE) y del Instituto de
Agrobiotecnología Rosario (INDEAR), en el predio del Centro Regional de Investigación
y Desarrollo Rosario (CERIDER) del CONICET.[39]
Del Bono destacó la jornada y dijo:
“Este es
uno de los grandes hechos del año porque estamos cumpliendo varios objetivos:
Será el primer centro de investigación Binacional con un país fuera del Mercosur,
en este caso España. Estamos fomentando la inversión en el interior del país,
descongestionando el área metropolitana. Por otro lado estamos poniendo el
conocimiento al servicio de la sociedad, porque el objetivo de este centro,
será inyectarle valor agregado a la producción. Estamos apostando a la
cooperación internacional, en este caso con España y algo que le es
fundamental, este proyecto es el resultado de la articulación con el sector
privado”. Durante el acto, Filmus manifestó su satisfacción “porque este tipo de proyectos pueden volver a colocar a la Argentina a la
cabeza de las naciones de la región y entre las principales del mundo en el
desarrollo científico”[40]
El CEBIGEVE aparece como un centro de
investigación y desarrollo biotecnológico generado en el marco del Convenio
Básico de Cooperación Científica y Técnica entre el gobierno de la República
Argentina y el gobierno del Reino de España en virtud de la Carta Intención
firmada el 28/1/04 en Madrid, por el Ministerio de Educación, Ciencia y Tecnología
de la República Argentina y el Ministerio de Ciencia y Tecnología del Reino de
España.[41]
Por otro lado el INDEAR S.A. es un emprendimiento
privado liderado por las empresas Biosidus S.A. y Bioceres S.A., quienes han firmado una carta intención con el
CONICET y están finalizando las negociaciones tendientes a la firma del
Convenio definitivo para la radicación del INDEAR en el CERIDER. Invertirán a
lo largo de tres años 60 millones de pesos y prometen concentrar alrededor de
400 personas en el emprendimiento.
En este proyecto, el sector público aportará
recursos humanos a través del Programa de Investigadores en Empresas, mientras
que el sector privado comprometerá una importante inversión en infraestructura,
equipamiento, sueldos de personal científico y técnico, etc.[42]
Las líneas de investigación incluyen genómica de
raíces, resistencias a estrés bióticos y abióticos en grandes cultivos y
molecular farming para la industria farmacéutica. El
proyecto contempla en una segunda etapa la posibilidad de abrir el capital de
la firma hasta el 40%. En el caso del centro binacional REOL existen al menos
dos empresas interesadas en participar. El representante del gobierno español
aseguró que CEVIGEBE será un Instituto de “competitividad
internacional”. También las informaciones periodísticas dan cuenta de una
inminente firma de convenio en el área de la biotecnología con la República de
Corea del Sur.
Relacionado con este proyecto el presidente del
polo informático, Ricardo Marra, informó sobre la firma de un convenio para
levantar el Centro de Calidad de Software en las instalaciones del CERIDER.[43]
Es fácil comprender las expectativas que
despiertan semejantes proyectos. Frente a un CONICET totalmente desfinanciado y
una Universidad sin ningún presupuesto para la investigación. Sin políticas
para favorecer la investigación nacional, ni proyecto para recuperar el capital
humano altamente capacitado que se ha ido del país. Pero también es fácil
advertir, los inconvenientes del camino elegido.
La parte nacional aporta terrenos, personal y
capacidad instalada de las Universidades. Y particularmente, recursos humanos
profesionales formados a nivel universitario que trabajará con salarios que no
alcanzarán a ser una cuarta parte de los que las empresas pagan en sus países
de origen.
Las empresas privadas y los gobiernos extranjeros
se reservan la fijación de qué se investiga, cómo se investiga y cómo se
utiliza lo que se investiga. Además les estaríamos ofreciendo, en el caso de la
producción agropecuaria el acceso directo a un inmenso campo de
experimentación.
Todo lo cual, no estará determinado por los
intereses de la ciudad, la zona o el país, sino por los estrechos intereses de
las empresas cuyo fin último es maximizar rápidamente sus ganancias.
Conclusiones
Hemos pretendido suscitar la preocupación sobre
algunos aspectos del avance que sin duda ha tenido Rosario y su zona de
influencia, sobre todo en el aumento de la producción agraria, especialmente de
la soja. El desarrollo de ciertas ramas de la industria, sobre todo las
vinculadas al agro, y un aumento de la actividad de la construcción, con un
máximo entre el 2004/2005.
Lo que se ha visto reflejado en la remodelación de
ciertos sectores de la ciudad, de calles, teatros, negocios, cines, bares,
edificios y espacios públicos. Así como en cierto desarrollo del movimiento
cultural posterior al Congreso de la Lengua.
Los alquileres han aumentado considerablemente al
igual que los precios de terrenos, casas y departamentos que están a la venta.
Se ha tratado de poner de relieve las
contradicciones y limitaciones que entraña ese crecimiento por no estar
vinculado a un desarrollo nacional, sino fundamentalmente a las ganancias
rápidas de empresas extranjeras, grandes monopolios y grandes propietarios de
tierras. Inversiones sumamente
importantes concentradas en una actividad exportadora con muy poca incidencia en el desarrollo armónico de la región,
lo que explica que convivan semejante extracción de riquezas con una miseria
apenas atenuada por el otorgamiento en la zona del gran Rosario de alrededor de
100.000 planes de ayuda social por un monto de $150, reducidos por una
inflación del 100% desde el momento en que fueran otorgados.
Esa es la causa principal de la convivencia del
boom de la soja con los altos índices de desocupación que persisten -exceptuando al gremio de la construcción- el aumento de la marginalidad de
grandes sectores de la ciudad, la gran cantidad de negocios y fábricas que aún
permanecen cerradas, exceptuando Grandes sectores de población viven del
trabajo en negro, poco estable, jóvenes sin ofertas laborales, adultos mayores
de 40 años que no son reconocidos para trabajar. Familias enteras están
viviendo de lo que indignamente recogen de la basura de las casas, los
contenedores o basurales, porque no les queda otra alternativa de
sobrevivencia.
Una población infantil que se alimenta hoy en los
comedores escolares o comunitarios, lejos está de tener acceso fácil a la
salud, vivienda digna y escolaridad placentera, bibliotecas llenas de libros
para elegir lecturas y jugar, hacer deportes en estadios gratuitos.
Una educación absolutamente desfinanciada y en
retroceso en todos los niveles.
Luces y sombras en el crecimiento de la región de
Rosario.
Todo muy lejos del esplendor de los sectores más
favorecidos por el impulso “económico” derivado
del “boom sojero”.
En esta zona tan pródiga
y abundante pero llena al mismo tiempo de penurias y necesidades, aquellos
contrastes y oposiciones que Gaignard señalara para
el siglo precedente se ven, en la actualidad, enormemente profundizados.
RESUMEN
Luces y
sombras en el crecimiento de la región de Rosario
En este trabajo se trata de indagar algunos
aspectos del nuevo crecimiento de la región de Rosario, en plena trasformación,
en los últimos años, en particular por el llamado “boom sojero”.
Se ponen al descubierto las contradicciones entre
el gran desarrollo de la exportación de la soja, y sus industrias derivadas a
niveles nunca vistos que enriquece a pocos y el deterioro de grandes sectores
de la población sumidos en la pobreza. El Rosario de los Congresos; como el Congreso
Internacional de la Lengua Española, de grandes eventos culturales, del
turismo, de la ciudad puerto, de los capitales extranjeros que llegan a
invertir y el oscuro panorama de la vida de los sectores marginales.
Palabras
clave: Rosario - Boom sojero - Ciudad de Congresos
- Pobreza - Marginación social
ABSTRACT
Lights
and shades in the growth of the region of Rosario
This paper attempts to find out some aspects about the
new and significant growth in Rosario area in the last years, due particularly
to the so called “soy boom”.
Contradictions are here unveiled, between the great
development of soy exportation and its secondary industries which have reached
unknown levels benefiting only a few people, and the deterioration of large
groups plunged into poverty. The Rosario of Conferences, such as the III
International Conference on the Spanish Language, of important cultural events,
of tourism, of the city-port, of foreign investment capitals, and the dark view
of life of isolated social groups.
Key
words: Rosario - Soy boom - City of
Conferences - Poverty - Social
isolation
Notas
(*) Magíster en la
Problemática del Género y Profesora Especializada de Historia. República
Argentina. Instituto Superior Profesorado N° 3. Villa Constitución. Provincia
de Santa Fe. Mail: berjorgi@hotmail.com
[2] Álvarez Juan. Historia
de Rosario. Universidad Nacional del Litoral. Santa Fe, 1981 La primera
impresión de la obra es de 1943.
[3] Gaignard,
Roman. La pampa argentina. Solar, Bs.
As., 1989.
[4] Diario La Capital, Rosario, 30 de abril, 2005.
[5] Diario La Nación, Buenos Aires, 13 de octubre,
2004.
[6] Documento de la
Multisectorial Rosario.
[7] Ibidem.
[8] Charla de la
Licenciada Requejo en la Mesa Debate, pronunciada en
Rosario antes de la celebración del Congreso.
[9] Congreso de Las
Lenguas. Lenguas y Educación. Charla Licenciada Requejo. “Por qué, para qué
y para quiénes trabajamos los lingüistas en la Argentina”.
[10] Cortes Conde,
Roberto y Gallo, Ezequiel. La Formación de la Argentina Moderna. Paidós,
Buenos Aires, 1967.
[11] Taylor Carl.
"Propiedad y distribución de la
tierra"; EN: Rapoport, Mario (compilador). Economía e Historia, Tesis, Buenos
Aires, 1990.
[12] Ibidem.
[13] Ibidem
[14] Según Mario Rapoport, de un país importador de granos y con sólo
580.000 has sembradas en 1872 pasó a decuplicar esa cantidad en 1900 superando
los 6.000.000 de has. Rapoport Mario. "El modelo agroesportador". EN: Rapoport Mario (comp.). op. cit.
[15] Langone Eugenia. “El puerto: emblema de Rosario moderna de principios del 1900”. Diario
La Capital, La ciudad. Rosario 20 de
marzo 2005
[17] Diario La Capital, Rosario, 15 de noviembre de
1987. Sección Octava, Pág. 1.
[18] Areces, Nidia y Ossana, Edgardo. Rosario I. Historia Testimonial
Argentina N° 23. Centro Editor de América Latina. Buenos Aires, 1984.
[19] Rapoport
Mario y colaboradores. Historia Económica, política y social de la Argentina. (1880-2000), Macchi, Buenos Aires,
2004.
[20] Memoria del Banco Central de la República Argentina, 1946, citado por Rapoport Mario, op. cit..
[21] Corriente
Nacional y Popular de los Trabajadores de Prensa, “El boom sojero”. Documento
Rosario, julio,2004.
[22] Díaz Ronner
Lucila. La incorporación de nuevas tecnologías: El caso de la soja. En Documentos
del CIEA. PIEA. IIHES. Número1, Buenos Aires. Diciembre, 2003.
[23] Corriente
Nacional y Popular de los Trabajadores de Prensa, op. cit.
[24] Díaz Ronner Lucila. op. cit.
[26] Diario La Capital, Rosario, 30 de abril,,
2005.
[27] Díaz Ronner Lucila. op.cit.
[28] Corriente
Nacional y Popular de los Trabajadores de Prensa, op.cit.
[29] Corriente
Nacional y Popular de los Trabajadores de Prensa. op.cit.
[30] Diario La Capital, Economía, Rosario, 13 de
abril, 2005.
[31] Ibidem.
[32] Ibidem.
[33] Diario La Capital, La Región, Rosario, 7 de
marzo, 2005.
[34] Diario La Capital, Rosario 18 de marzo, 2005.
[35] Ibidem.
[36] como falta
de vidrios, mamposterías rotas, baños deteriorados, aulas sin calefacción en
invierno, goteras, etc, etc.
[37] Diario La Capital. Rosario, 12 de marzo, 2005.
[38] Diario La Capital. Rosario, 19 de marzo, 2005.
[39] Diario La Capital, Economía, Rosario, 1° de
diciembre, 2004.
[40] www.secyt.gov.ar/
noti_rosario.htm, Buenos Aires, 30 de noviembre, 2004.
[41] Diario La Capital. Economía, Rosario, 13 de
abril, 2005.
[42] Ibidem.
[43] Diario La Nación, Buenos Aires 30 de
noviembre, 2004.