Historia local, patrimonio cultural y medios de comunicación. El rol de la prensa en la construcción de una identidad industrial en el centro de la provincia de Buenos Aires, Argentina

 

Griselda Lemiez(*), María Eugenia Conforti(**)

y María Vanesa Giacomasso(***)

 

Resumen

 

En este artículo se realiza un abordaje que articula la historia y la comunicación, desde una perspectiva de la identidad y el patrimonio cultural, vinculado a la industria del cemento, en el partido de Olavarría (Buenos Aires, Argentina). El análisis se centró en los discursos construidos por los medios, específicamente la prensa gráfica local, durante la época de auge de este modelo de producción (1960-1970). Los resultados destacan un rol protagónico en el relato mediático por parte de quienes lideraban dichos procesos económicos, contribuyendo a reforzar una imagen de la identidad de la ciudad como “comunidad ideal”, asociada directamente a la actividad cementera industrial e invisibilizando otras posibles dimensiones del patrimonio cultural local.

 

Palabras clave: historia; comunicación; patrimonio cultural; identidad local; industria del cemento.

 

Local history, cultural heritage and media. The role of the press in the construction of an industrial identity in the center of the province of Buenos Aires, Argentina

 

Abstract

 

In this article an approach is made that articulates history and communication, from a perspective of identity and cultural heritage, linked to the cement industry, in the Olavarría party (Buenos Aires, Argentina). The analysis focused on the discourses constructed by the media, specifically the local graphic press, during the boom period of this production model (1960-1970). The results highlight a leading role in the media story by those who led these economic processes, contributing to reinforce an image of the city's identity as an "ideal community", directly associated with the industrial cement activity and making other possible dimensions of cultural heritage invisible local.

 

Keywords: History; Communication; Cultural heritage; Local identity; Cement industry.


 

Historia local, patrimonio cultural y medios de comunicación. El rol de la prensa en la construcción de una identidad industrial en el centro de la provincia de Buenos Aires, Argentina[1]

 

Introducción

 

Durante el siglo XX, el partido de Olavarría, ubicado en el centro geográfico de la provincia de Buenos Aires, Argentina (Figura 1), se ha caracterizado por un desarrollo exponencial de la industria cementera, instalando a partir de ello un modelo de producción que superó los límites empresariales y se instaló socialmente configurando el imaginario de Olavarría como “la capital del cemento” (Lemiez, 2012).

 

 

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Particularmente, entre los años 1960 y 1970, se incrementó el consumo de cemento debido a la gran cantidad de obras públicas realizadas y ello impactó en la producción que debió aplicar, en consecuencia, planes de expansión empresarial que incluían la instalación de nuevas fábricas, así como la ampliación de las existentes. Esto llevó a considerar a esta década como una de las de mayor auge de la industria del cemento, no sólo en Olavarría sino también a nivel nacional. Asimismo, este contexto es característico de un modelo de producción donde se destaca la figura del empresario patrón, quien genera una serie de estrategias de construcción de una identidad para su empresa, pero lo hace de manera extensiva también para la ciudad de Olavarría. De esta manera, se observa en la construcción de una imagen local, la asociación con la industria y con el trabajador del cemento. Este proceso ha suscitado numerosos estudios y análisis por parte de diversos investigadores del campo de las ciencias sociales (Neiburg, 1988). En este sentido, el interés aquí radica en explorar la temática desde un nuevo enfoque que articula la historia y la comunicación social, a partir de la trama de significados presentes en los mensajes que circulaban en la prensa olavarriense de la época.

Así, el objetivo de este trabajo consiste en indagar cómo el relato de los medios de comunicación local refuerza la identidad olavarriense basada en “la capital del cemento”. Se recurre para ello al estudio de fuentes históricas a partir del relevamiento del archivo de noticias publicadas por el diario Tribuna, de la ciudad de Olavarría, durante el mencionado período de auge (1960-1970). Esto habilita aplicar sobre dichas fuentes un análisis del discurso para reconstruir los mensajes y considerar su impacto a nivel social, más allá de los límites de las localidades sedes de las empresas cementeras, denominadas villas obreras.

 

Aspectos teóricos y contextualización histórica

 

Olavarría siempre fue un lugar atrayente para las empresas industriales que desearan colocar capitales para su desarrollo, pero fue la industria del cemento lo que le permitió a la ciudad crecer hasta convertirse en lo que es hoy y lo que marca su identidad histórica.[2] De su actividad económica basada principalmente en la producción minera, provendrá una imagen que se proyectará en el imaginario hegemónico[3] expresado en el eslogan de la ciudad del cemento, que actualmente se difunde dentro y fuera de la región. Esta cuestión identitaria, analizada desde una perspectiva del patrimonio cultural, permite identificar los bienes culturales -materiales e inmateriales- que se asocian con una identidad en una determinada comunidad (Prats, 2000) y que por su valor histórico y simbólico, entre otros, se vuelven dignos de transmitirse a través de las generaciones. Esto ocurre con las actividades y elementos ligados con las nuevas industrias que van consolidando significados y formas de vida particulares alrededor de la fábrica, sus elementos de producción, la villa obrera, la organización de eventos sociales y deportivos en torno de esta, etc. y que constituyen un patrimonio histórico con fuerte valor simbólico para los habitantes, pero a la vez con clara presencia material; que se perpetúan como parte de la memoria colectiva local hasta nuestros días.

El desarrollo minero de Olavarría se puede dividir en dos grandes etapas: la primera de ellas, conocida como etapa preindustrial que abarca los años 1870 y 1917 y que se destaca por la gran producción de granito y cal, y el periodo industrial profesional de fábrica que se establece a partir de la primera instalación de una fábrica de cemento en Sierras Bayas en 1917, que comenzó su producción en 1919. Así, la producción de cemento portland comienza a desarrollarse en la ciudad de Olavarría en el año 1917, con la instalación de la Compañía Argentina de Cemento Portland en Sierras Bayas y fue esta la primera empresa en poner en marcha un horno horizontal, una innovación que había transformado la industria a finales del siglo XIX.

El éxito de la primera empresa moderna y la disponibilidad de caliza y arcilla en la zona, incentivaron nuevas inversiones. En el año 1926 fue inaugurada la primera planta de Loma Negra S.A, propiedad del terrateniente Alfredo Fortabat, la primera empresa de capital argentino que utilizó una tecnología de producción continua. Por último, en el año 1932 se suma a estas empresas cementeras Calera Avellaneda S.A., que se embarcó en la elaboración del cemento con las más modernas tecnologías de su tiempo.[4] A partir de la fecha estas empresas se instalan en la ciudad y, de ahí en adelante, la actividad minera se convierte en la principal actividad económica de la región, dado el gran porcentaje de trabajadores que se incorporaron al sistema productivo.

La necesidad de contar con un mercado de trabajo estable llevó a la construcción de las denominadas villas obreras o villas serranas,[5] levantadas casi a la sombra de cada fábrica y en ellas se desarrollaron las políticas patronales, destinadas a la fijación y adaptación de la mano de obra, también llamadas obras sociales, en las cuales el otorgamiento de viviendas para las familias obreras tuvo un papel fundamental (Sierra Alvarez, 1990). Se conformó en estas empresas cementeras un sistema de fábrica con villa obrera, que funcionó durante el período 1940-1970, donde la esfera de producción y reproducción de la mano de obra se encontraban estrechamente ligadas y se regían por relaciones laborales, pero también sociales, de tipo paternalistas.[6]

Dada la importancia de la producción cementera en la zona de Olavarría, y su relación directa con la construcción de diversas obras, la demanda de cemento por parte del Estado Nacional y también local se hizo presente con diferentes niveles de exigencias, según los contextos históricos.

Entre 1960 y 1970, el consumo de cemento para obras públicas, debido a la gran cantidad de obras emprendidas, tendió al aumento, tanto en cifras absolutas como relativas, comparadas con el consumo en obras privadas. El aumento de producción se debió a la aplicación de los planes de expansión que incluían fábricas nuevas y ampliación de las existentes. Durante este periodo se fue construyendo una identidad obrera, asociada a una “comunidad ideal” para quienes habitaban felizmente la villa  y para la cual se crearon eventos sociales y deportivos, con el objetivo de integrar a todos en una “gran familia empresarial”, donde se intentaba remarcar la ausencia de conflictos y de jerarquías atravesadas por las relaciones de poder. En términos materiales muchas construcciones se realizaron estratégicamente, inclusive por fuera de las villas obreras en la ciudad cabecera, para reforzar ese modelo empresarial, que perduran hasta este momento. Además de estas villas, se realizaron obras con una ayuda económica importante de Fortabat, como por ejemplo clubes sociales, escuelas, jardines y hospital.  Estas estrategias que le dieron una identidad a la ciudad, y fueron acompañadas también de obras monumentales, siguen formando parte del patrimonio cultural local de la ciudad de Olavarría.

 

Metodología, recorte y abordaje

 

Para analizar el relato de los medios de comunicación sobre la identidad local basada en “la capital del cemento”, se realizó un análisis de fuentes históricas de archivo (Nacuzzi, 2002) que consistió en el relevamiento cualicuantitativo de noticias periodísticas publicadas por el diario Tribuna,[7] durante el período 1960-1970.[8] La elección de este medio se basó en una cuestión de accesibilidad, ya que es el único periódico local de versión impresa de la época al que se logró ingresar a su archivo histórico de publicaciones.[9] Asimismo, el lapso de tiempo seleccionado corresponde a las razones ampliamente esbozadas en el apartado “Aspectos teóricos y contextualización histórica”.

Para su estudio, se recuperaron algunos aportes del Análisis Crítico del Discurso que refieren al papel del lenguaje en la estructuración de relaciones de poder en la sociedad (Wodak, 1989). Esta perspectiva resulta de utilidad en tanto permite comprender cómo los discursos, situados en una coyuntura socio-histórica determinada, estructuran áreas de conocimiento, expresan y despliegan identidades y relaciones, al tiempo que las configuran y constituyen (Fairclough and Wodak, 1997). En este marco, es clara también la contribución de Verón (2001) sobre la construcción activa de sentidos que los medios realizan sobre aspectos de la realidad social.

En este análisis, el corpus de noticias relevadas sobre la temática general de “la industria del Cemento” en el diario Tribuna, asciende a un total de 100 publicaciones. No obstante, para el interés central de este trabajo se realizó una selección de 44 artículos que se enfocan puntualmente en aspectos sociales, culturales y deportivos que trascienden el contexto central de las Villas Obreras ya mencionadas, para instalarse en la agenda de la comunidad olavarriense en su totalidad. El promedio de noticias por año es de 4,88 (ver Tabla 1), aunque cabe destacar que ese número fluctuó en cada uno de los diez años considerados. Las noticias analizadas se encuentran publicadas en la sección que corresponde a “Información General”.

 

 

Año

Cantidad de artículos

1960

5

1961

7

1962

2

1963

1

1964

2

1965

0

1966

2

1967

1

1968

8

1969

10

1970

    6

Artículos Totales

 44

 

Tabla 1. Cantidad anual de notas publicadas afines a la temática analizada.

 

Para ordenar la información disponible del monitoreo realizado, se generó una clasificación propia, a partir de considerar cinco categorías de análisis para el tratamiento de los artículos:

1) Temáticas abordadas: Apunta a clasificar aquellos temas vinculados especialmente a aspectos, sociales, culturales y deportivos que son propios de la comunidad del cemento pero que impactan en la agenda olavarriense.

2) Fuentes citadas o voces recuperadas: Se enfoca en identificar a quienes visibiliza el medio en el relato.

3) Conceptos claves en su presentación: remite a aquellas palabras usadas de manera reiterativa y que se hacen presente en la mayoría de las noticias de manera constante, a los fines de analizar el uso textual que hace el medio para el tratamiento del tema.

4) Adjetivos más utilizados: Considerar la manera de adjetivar en el relato resulta central para un análisis de tipo cualitativo, ya que brinda información sobre cómo se construye el relato público de las temáticas, así como de las fuentes.

5) Imágenes: Analizar la preponderancia, o no, en el uso de este recurso para graficar las temáticas (presencia/ausencia), así como el tipo de información que brindan y la importancia que le asignan (o no) en la complementariedad de la noticia y la construcción del relato.

 

Análisis del diario Tribuna 1960-1970

 

A continuación se presentan y analizan las notas periodísticas seleccionadas en función de las categorías previamente mencionadas.

En el año 1960, el primero correspondiente al período relevado, la temática que se destaca se relaciona con los festejos por el día de Loma Negra y la inauguración del edificio sede del club social y deportivo de la localidad. El acento en estas publicaciones está puesto en la figura de Alfredo Fortabat quien contribuyó con la donación del espacio para construir la obra. Varias líneas se dedican a destacarlo por sus “sentimientos altruistas” capaces de “cristalizar numerosas obras de beneficio social”. En ese marco también se realiza un homenaje a su padre, Luciano Fortabat “aquel pionero que puso aquí en este suelo de Olavarría, los mojones de un gran intento industrial”. Si bien las acciones llevadas a cabo por el día de Loma Negra se consideran parte de “una fiesta tradicional”, que cuenta con el auspicio de toda la población de la Villa, la atención se centra en los reconocimientos a la familia Fortabat, razón por la cual el medio titula “significativos relieves alcanzó la clásica celebración” y en el texto se indica que “la celebración adquirió características diferenciales” en referencia a los actos homenaje hacia los Fortabat. Otra cuestión que es recurrente en el discurso del periodista es la asociación de la fábrica, como empresa generada y sostenida por estos actores, con la idea de “progreso” y “desarrollo” local e inclusive nacional. Se menciona el esfuerzo de “la pujante industria” de la mano de “un visionario inmigrante que vislumbró cuanto podía forjarse sobre la base de la riqueza natural de los cerros” y que significa “un orgullo” porque el “arduo y rudo quehacer” de su empresa se convierte “en progreso para la Nación toda”. Las características de la fiesta, así como la participación de los pobladores de la villa en los eventos culturales y recreativos programados, quedan relegadas en un nivel menor de importancia en relación con los actos mencionados. Los grupos obreros se nombran a los fines de resaltar la unión que dichos empresarios establecen con estos en la celebración “El empresario se une más que nunca al obrero para tejer juntos un día de fiesta”. La fotografía acompaña esta mirada del día de Loma Negra relacionado a estas personalidades, observándose la imagen de Alfredo Fortabat y de las flores alrededor del monumento a su padre. Otro personaje mencionado es el superintendente general de la fábrica, Mirestsky, que se destaca por su labor al servicio de la empresa y también es parte de las fotos que aparecen en el diario. Existe, por lo tanto, una clara y predominante identificación de la localidad con la fábrica y las figuras representativas de la misma, principalmente con cargos de jerarquía.

En 1961, algunas notas remiten también a los festejos por Loma Negra, dando cuenta que el medio registra anualmente los acontecimientos de celebración por los años de la comunidad. Nuevamente Alfredo Fortabat se vuelve protagonista del evento, en este caso a través de su propia voz quien resalta que “Hoy es un día de fiesta para Loma negra y la compañía. Hace 35 años que nuestra institución comenzó las actividades que aún conservamos” y agradece a colaboradores, señoras e hijos que fortificaron la compañía. La cuestión del trabajo fabril vinculado a la localidad es una constante en el relato y la mención a los trabajadores se corresponde con la importancia que la labor y el esfuerzo diario tiene para la prosecución de la empresa. Asimismo, es la palabra de Fortabat que dice sentirse “como el más feliz de los trabajadores” atribuyendo una valoración positiva al trabajo puesto que este “nos ennoblece, nos da las mayores satisfacciones, se consigue con la libertad, felicidad y satisfacción de poder dormir tranquilo, porque sabemos que estamos construyendo el bienestar del país”.

Otra nota de ese mismo año se titula “El horno de cemento más grande del mundo” y contiene en su interior información sobre el horno de cemento Portland perteneciente a la empresa Loma Negra que se posiciona en un nivel internacional como el de mayor tamaño (Figura 2). Resultan interesantes una serie de adjetivaciones que se construyen sobre la industria. Las mismas pueden analizarse desde la categoría de subjetivemas, en tanto palabras que se convierten en símbolos interpretativos de las cosas (Kerbrat-Orecchioni, 1997) y que manifiestan una valoración del hablante durante su enunciación de ciertos objetos o hechos a los que refiere (Balmayor, 2001). Así la industria es descrita como “maravillosa” y “grandiosa” “enorme y potente” que sirve para “edificar una gran nación como la que todos soñamos”, desde un discurso periodístico que incluye al lector -con el uso del nosotros- como identificado con su ciudad o país a partir del avance de  la empresa cementera. Casualmente el texto la coloca en un lugar central cuando describe que “a su derredor va surgiendo el pueblo con sus viviendas y jardines”, instalando un sentido de localidad construida como consecuencia directa de la presencia de la industria en el lugar. Tal como expone el relato “lo que antes era un propósito industrial se va convirtiendo en una ciudad industrial”, reforzando un significado de ciudad, en desmedro de otros aspectos posibles de destacarse como representativos de esta.

 

 

Figura 2: Noticia sobre la inauguración de horno cementero (Fuente: Archivo diario Tribuna).

 

La caracterización de la población organizada en función de la fábrica también se resalta en las noticias de estos años en las que se informa sobre los resultados de la “Olimpiada Obrera” y las competencias llevadas a cabo entre equipos formados de acuerdo a su posición diferencial dentro de la empresa. En una misma línea de análisis se hallan las notas informativas sobre la inauguración de escuelas pertenecientes a los barrios obreros (Figura 3), como la escuela 49 y la escuela 55, esta última resaltada por haber sido donada por el presidente del directorio de Calera Avellaneda S. A, el Señor Von Bernard.  Al igual que en el caso de Fortabat en Loma Negra con su contribución al club social, Von Bernard adquiere un lugar protagónico como promotor de “políticas de desarrollo y bienestar” para la “Villa Industrial”. Su discurso se recupera para enfatizar sentidos de identificación con la fábrica, así señala: “todos los que formamos parte de esta empresa nos sentimos honrados y complacidos con esta inauguración” [en referencia a la escuela],  acción que, además, contribuye a la “comunidad ideal del hogar y la escuela”, tal como la describe. De acuerdo con los relatos relevados la localidad industrial se recrea a partir de un acontecer diario sin conflictos ni dificultades, sino más bien construido alrededor de sus instituciones y espacios como clubes, escuelas, viviendas y jardines que son caracterizados como “modernos” “funcionales” “bellos” “superadores” y “radiantes” y que inclusive generan sentimientos de “felicidad”, “satisfacción” y “entusiasmo” entre sus pobladores. Es decir, no solamente la ciudad aparece ligada a la industria, sino que además su valor reside en los beneficios que ésta otorga para el nivel socio-cultural de la sociedad. Sin embargo, es fundamental resaltar que esta imagen es construida a partir de la voz de agentes específicos como los dueños de las fábricas y, asimismo agentes gubernamentales - intendente, ministro de gobierno y de educación- e incluso figuras religiosas que toman la palabra para bendecir las obras construidas en la comunidad. Este recurso discursivo, considerado por las Teorías de la Valoración (Martin and White) como de “Atribución” (Kaplan, 2004), implica que el medio introduzca las palabras de aquellos hablantes que se alineen con la posición o imagen principal que se quiera resaltar.

 

 

 

Figura 3: Noticia sobre inauguración en la Villa A. Fortabat (Fuente: Archivo diario Tribuna)

 

En el año 1962, por su parte, las notas también destacan las nuevas edificaciones puestas al servicio de los vecinos de la Villa “Alfredo Fortabat”: por un lado, la escuela profesional industrial que se valora por ser “la aspiración de la población de esta villa” y, por el otro, la sociedad de fomento (que en este año está en proceso de construcción) que también se describe como surgida a partir del “interés reinante entre el vecindario”. En ambos casos, el mensaje que atraviesa el relato periodístico se centra en las obras como formando parte de  “todo lo necesario para que la naciente población tenga las comodidades indispensables” y, a su vez, para lograr que la villa “se constituya en otra de las localidades verdaderamente progresistas del partido”. La idea de progreso vuelve a resaltarse vinculada a la industria, que además se menciona como el único anhelo y deseo alrededor del cual se motorizan los pobladores locales.

Las dos noticias seleccionadas del año 1964 remiten a celebraciones que se realizan durante el mes de febrero en conmemoración del día del Cemento. Lo particular de ellas es que la organización sindical Asociación Obrera Minera Argentina (AOMA) de las localidades de Loma Negra y Sierras Bayas son las encargadas de promover dichos festejos, destinados no sólo a los trabajadores del Cemento sino a la comunidad en general, organizando eventos abiertos, de carácter público y gratuito que incluyen espectáculos, certámenes y competencias deportivas que se realizan en los Clubes locales (creados por las fábricas en las villas obreras), cenas y bailes de carácter popular donde se elige “La Reina del Cemento”, entrega de premios en diversas categorías para los empleados de las fábricas afiliados al mencionado sindicato. Lo que se destaca en estas notas es que estas actividades son públicas y gratuitas, planteando así una agenda cultural y deportiva en la comunidad, promovida por los sindicatos pero que excede ampliamente a los obreros y trabajadores del rubro.

En el año 1966 se destacan dos notas vinculadas con la organización de la Fiesta Nacional del Cemento, cuya sede es Olavarría y que para ello reúne en una comisión especial a múltiples actores institucionales de carácter local, provincial y nacional tales como: el Instituto Argentino del Cemento y el Instituto de las Fábricas Locales, al Círculo de Ingenieros Profesionales, a los Directivos de las empresas olavarrienses, a la Municipalidad de Olavarría, los Sindicatos y a sus respectivos representantes. La magnitud de los festejos se ve además evidenciada en la invitación cursada al Presidente de la Nación de la época Arturo Umberto Illia, cuya presencia no parece haber sido confirmada al momento de publicación de las noticias. Los festejos en esta instancia se presentan con un programa doble: por un lado uno de tipo cerrado “profesional” para los empresarios y autoridades nacionales, provinciales,  empresariales y sindicales ofreciendo para este sector un Simposio sobre el Cemento y sus derivados productivos. Por otro lado, para los trabajadores y la comunidad en general se proponen festejos públicos que incluyen variedad de actividades organizadas por los sindicatos en las distintas villas obreras (Sierras Bayas, Calera Avellaneda y Loma Negra), bendiciones de instalaciones, elección de la reina nacional del cemento, desfile cívico, entrega de premios sobre diferentes certámenes temáticos, exposiciones artísticas, proyección de películas sobre el cemento, presentación de orquestas, bailes y certámenes deportivos varios. Lo que se destaca en estos artículos es la insistente mención a la gratuidad y participación de la comunidad en general del programa del evento.

En el año 1967, se relevó una noticia vinculada con festejos realizados en la Villa Von Bernard por parte de la Organización Sindical AOMA Cemento, en instalaciones de la fábrica Calera Avellaneda. Esta celebración particular con motivo del día de cemento convocó a Directivos de empresas, representantes sindicales y al intendente de la ciudad Dr. Carlos Víctor Portarrieu. La fiesta incluyó almuerzo, discursos de autoridades y música para amenizar. En este caso se destaca que el festejo abarcó sólo a Calera Avellaneda, dándole una impronta más local y menos masiva que las realizadas en 1966.

En la totalidad de las notas analizadas, se observa que cuando aparece una nota vinculada al empresario Alfredo Fortabat, se resalta su apellido con una letra, un tamaño y un color particular. Se destaca que, en la mayoría de las notas analizadas, cuando se hace referencia al empresario Fortabat se habla de “Don” Alfredo. En relación al concepto de Don nos encontramos que sobre estas prácticas laborales y sociales de tipo paternalistas que el sistema de fábrica con villa obrera fue definiendo, donde el padre/patrón, “da”, “otorga”, se va construyendo una red de relaciones de reciprocidad, en este caso vinculado a lo laboral,  donde el que recibe una atención se siente en la obligación de devolverla, aunque sea de otra forma, generando un vínculo de lealtad.

En el año 1968 se realiza un reconocimiento especial al empresario Fortabat, buscando poder “materializar el agradecimiento de la comunidad hacia don Alfredo”. La actividad tuvo como objetivo “realizar un justo homenaje al más grande benefactor de la ciudad de Olavarría: DON ALFREDO FORTABAT”. Se formó una comisión especial que sería la encargada de organizar el homenaje y quien la lideraba era el presidente de la Asociación Amigos de Olavarría. En las palabras de bienvenida a la primera reunión organizativa, se expresa que “constituye un legítimo orgullo y gran satisfacción el contemplar una Asamblea tan calificada como numerosa, para realizar un gran movimiento en homenaje de verdadera justicia al gran industrial y filántropo Don Alfredo Fortabat”. La nota continúa manifestando la siguiente pregunta con su respectiva respuesta:

 

“¿Quién no conoce a Don Alfredo en su querida ciudad de Olavarría, en su provincia a lo largo y ancho de su país? nadie desconoce al mago extraordinario cuyo empuje ha llevado la felicidad a hogares de una ciudad de progreso incesante, de todo orden”.

 

En un apartado central, se destaca el gesto de donación manifestado por Don Alfredo Fortabat, quien, en palabras del presidente de la Asociación Amigos de Olavarría, fue el encargado de “iniciar una era maravillosa en la ciudad ofreciendo $100.000 destinados al Hospital Coronel Olavarría”. Se destaca que: “Además de la actividad específicamente industrial, que ha permitido colocar a Olavarría en un marco de indiscutible importancia en el campo económico y social, la acción generosa del Sr. Fortabat se perfila en numerosas manifestaciones del bien público”.

La imagen del empresario Alfredo Fortabat, su personalidad y su accionar, aparecen en varias notas asociada a la idea de un ser especial, destacándoselo como quien “busca engrandecer sus establecimientos derramando bienes y riquezas como por arte de magia”. Se insiste en la idea de lo mágico y lo sobrenatural. Se lo relaciona con una especie de héroe “quien, otorgando becas a los estudiantes de las diversas casas de estudio, continúa derramando cuantiosas fortunas que mitigaran el dolor y llenan de amor a los hogares”. La organización de este acto homenaje tiene como principal objetivo concretar un “acto de gratitud hacia este extraordinario benefactor”. Se afirma que “hablar de la personalidad del Sr. Fortabat sería entrar en una redundancia. De espíritu amplio y generoso ha volcado todo de sí sin esperar nada tanto moral como financieramente”. Las grandes obras creadas por el empresario “hoy lucen orgullosas en distintas partes de esta Olavarría pujante”.

Son numerosas las adhesiones de las instituciones de la ciudad que buscaban sumarse al acto homenaje. Entre ellas aparecen: el Centro Asistencial Mutualista de Olavarría “Luciano Fortabat”, la Sociedad de Fomento Pueblo Nuevo, DEFACC, Sociedad Italiana de S.M. Permanentemente se hace referencia al “orgullo de tener a una persona como Don Alfredo Fortabat, creador de tantas obras de bien y que tanto ha hecho por nuestra grande Olavarría”.

Otra de las notas encontradas en este año, hace referencia al “cerro donado por Don Alfredo Fortabat donde se levantará un moderno Autódromo”. El cerro donado:

 

“En ocasión de celebrarse el centenario de nuestra ciudad, tiene ya su anteproyecto de urbanización, previéndose por otra parte la realización de un moderno autódromo con un circuito que en su mayor extensión alcanzaría los casi 5.000 metros y que prevé por otra parte la adaptación a otros circuitos menores, con lo que el deporte motor en sus distintas expresiones, podría practicarse sin inconvenientes”.

 

Gracias a esa donación y a la posterior construcción del Autódromo, se empieza a contar con la posibilidad de ofrecer esa actividad como un atractivo propio de la ciudad.

La referencia a la obra social llevada adelante por los empresarios del cemento es una constante en las notas encontradas, ellos mismo hablan de esas obras, en palabras del empresario Carlos Von Bernard se dice que, “en la villa he tratado de construir una pequeña población modelo como corresponde al actual nivel de nuestra civilización y nuestras nociones sociales”. Asegura que, desde su punto de vista personal, poder trabajar en un clima de alegría constituye el mejor material de edificación que una fábrica de cemento podrá producir”.

Para el año 1969 vemos como se sigue haciendo referencia a la obra social de los empresarios del cemento y a la “evolución de una gran industria local”. Los títulos de las notas hablan de las “importantes donaciones entregadas por el Sr. Carlos Von Bernard.” Al cumplir 80 años, aprovechó el festejo realizado en Olavarría para anunciar las nuevas donaciones y para afirmar que “los beneficios sociales que la empresa otorgaba a sus colaboradores, serian mantenidos mientras él estuviera al frente de la empresa”.

Durante el período se observó también en el periódico la presencia de publicidades que transmiten en su mensaje algunos de los valores destacados en la construcción de las noticias, por el ejemplo, la idea de “progreso” (Figura 4).

 

 

 

Figura 4. Publicidad publicada a página completa en el Diario Tribuna (Fuente: diario Tribuna).

 

Ese año, una nota titulada “con la presencia de altas autoridades nacionales se inauguraron ocho nuevas aulas en la Escuela Luciano Fortabat” además de describir el acto inaugural, se destaca en más de una oportunidad “la presencia de Don Alfredo Fortabat, quien hizo posible que nuestra ciudad contara con esta verdadera obra que es orgullo de todos”.

También en este año aparece una nota titulada “distribución del excedente de lo que se recaudó para el homenaje a Fortabat”. Se describe en detalle, y a modo de cierre de la actividad, cómo se distribuyó la totalidad del dinero recaudado, “un saldo excedente que ascendió a la cantidad de $ 1.495.000”.

A partir de este año, comienzan a ser frecuentes los “actos de entrega de diplomas y premios en la Escuela de Educación Técnica Luciano Fortabat”. Desde la Escuela que lleva el nombre del padre del empresario, se difunde que “egresaron 82 alumnos”, que contaron con

 

“una concurrencia de aproximadamente 700 personas, y la entrega de premios y diplomas estuvo a cargo de Don Alfredo Fortabat, su esposa Amalia Lacroze de Fortabat, el intendente municipal y el director del establecimiento. La presencia del empresario Fortabat en estos actos de egresados de la Escuela que con su ayuda económica se construyó, se convirtió en una especie de atractivo particular de los actos de fin de año”.

 

En un apartado, con varias imágenes ilustrativas que recreen el festejo, se comparten “los actos del Día de Loma Negra” (Figura 5). El programa completo de actividades ofrecía “agasajos a los niños, deportes, concursos de viviendas, velada musical y distinción a colaboradores”. Además de ser un día de fiesta para el poblado industrial, era la oportunidad de interactuar la comunidad completa. La presencia de Alfredo Fortabat interactuando con los trabajadores y vecinos del lugar, era lo que le otorgaba un rasgo distintivo y especial a este evento.

 

 

Figura 5: Noticia sobre festejos por el día de Loma Negra (Fuente: Archivo diario Tribuna)

 

En el año 1970, aparece la siguiente nota: “Don Alfredo Fortabat es Caballero de la Legión de Honor por decisión de Francia”. La distinción que ya saltaría los límites de la ciudad de Olavarría y de nuestro país, se debería a que el empresario

 

“como hijo de francés nunca olvido la patria de sus mayores, y porque como gran argentino mucho se preocupó porque las relaciones de nuestro país con el de sus abuelos fueran mucho más cordiales, para la mayor armonía en el quehacer conjunto del orden mundial”.

 

Ese mismo año fue inaugurada “la casa de Francia Luciano Fortabat” en la ciudad de Olavarría y “contó con la presencia del embajador de Francia en nuestro país conde de Grandville”.

Durante este año se destaca un evento festivo propio de la industria del cemento que el Día del cementero. Tanto en Loma Negra como en Calera Avellaneda, se realizaba una cena para la totalidad de los empleados de las empresas, y se destacaba la participación de los empresarios en las mismas.

 

Discusión y conclusiones

 

En este artículo se realizó un análisis del tratamiento de la prensa gráfica en la época de auge de la industria del cemento en Olavarría. Para ello fue fundamental la creación de categorías que guiaron el estudio: temas abordados, fuentes citadas, conceptos clave y adjetivos e imágenes.

Al respecto de las temáticas abordadas se observa que las obras de ampliación de fábricas e innovaciones tecnológicas, por un lado y, por el otro, las actividades sociales, culturales y deportivas diseñadas por las empresas, priman en el conjunto de las notas. En cuanto a las fuentes citadas se destaca la voz de los patrones como figuras centrales, invisibilizando la voz de obreros y empleados y/u otros actores, como representantes sindicales, también partícipes de estos procesos.

Otro foco de atención en el análisis fue identificar los conceptos clavemayormente utilizados en la construcción de las noticias. Se observa que palabras como “progreso”, “desarrollo” “civilización”, “bienestar social” son asociadas al impacto que el modo de producción industrial genera en la comunidad olavarriense, e inclusive, a nivel nacional. Además, una serie de adjetivos se reproduce recurrentemente en las notas para referir a los principales protagonistas de estas obras, tales como “mago”, “visionarios”, “Don”, “emprendedores” “altruistas”, “solidarios”, “justos”, etc., contribuyendo al relato sobre la “comunidad ideal” y el “paternalismo industrial”.

Finalmente, es importante destacar el rol que cumplen las imágenes complementando el análisis del discurso mediático, en las que se observan fotografías de las “monumentales” obras y siempre destacados en primer plano los patrones, junto a “sus trabajadores”, ubicados en segundo plano (por ejemplo como se observa en la Figura 5). 

En rasgos generales y a partir de lo expuesto, se observa que las notas muestran el rol social de los medios en la construcción de un imaginario del partido de Olavarría asociado a la industria cementara. Históricamente, la relación entre patrimonio e identidad local, se fue construyendo y resignificando permanentemente con el aporte de las tres grandes fábricas  productoras de cemento que continúan funcionando en la actualidad y que, si bien se fueron modificando sus formas de producción y sus modelos empresariales, siguen vigentes como parte de la memoria colectiva instalando una marca identitaria para la propia ciudad.

En ese contexto, los medios contribuyeron a reforzar y difundir un mensaje cuyo discurso se centra en un modo de vida fabril que alcanza a la totalidad del partido y trasciende los poblados industriales. Dentro de ese modelo se construyen ideas, valores y significados que se asocian con aspectos positivos y ligados al bienestar de la población convirtiéndose en un mensaje funcional a los intereses de los empresarios del cemento. Esta cuestión se evidencia, además, con la poca presencia que tienen los sindicatos en este medio, casi invisibilizando su función como representantes y defensores de los derechos de los trabajadores y sólo apareciendo asociados a eventos, actos y festejos en los que acompañan a los dueños de las empresas. Todo ello contribuye a mostrar una imagen armónica y sin conflictos de las relaciones que las cementeras establecían con sus empleados –que conformaban las villas obreras- y con distintos sectores de la comunidad de Olavarría en su conjunto.

La época analizada marca un hito en la historia local, tan fuerte que aún hoy permanece. No obstante, más allá del protagonismo de las cementaras, en este modelo socioeconómico, coexisten otros sectores que sustentan a la población. Así lo señalan investigadores locales (Sarlingo, M.; Paz, C. y Villafañe, A.,  2014) al analizar “el perfil de la ciudad, la histórica y mítica identidad asignada por el trabajo y los nuevos caminos a los que obligó el neoliberalismo”. Pese a esta coexistencia surge una intención desde el gobierno local actual por reactivar y sostener la histórica imagen de la ciudad  vinculada al protagonismo de la producción minera industrial. Así lo demuestra un proyecto reciente de realizar una exhibición sobre el patrimonio local, titulada “ADN Olavarría”, que busca instalar en la memoria colectiva los “genes” de la “capital del cemento”. Asimismo, motiva esta propuesta el hecho de que el próximo año se conmemoran los 100 años del primer despacho de cemento en la ciudad (Valetutto, J. 2018).

En conclusión, este trabajo ha dado resultados contundentes en la articulación de los enfoques que unen a la historia y la comunicación social, en un contexto donde el patrimonio industrial y la identidad minera se han consolidado en la ciudad a través de múltiples acciones y desde una actuación de los medios fuertemente involucrada en la construcción y transmisión de los imaginarios sociales de la época. Se considera que esta metodología de análisis es susceptible de ser utilizada para el análisis de otros contextos históricos, partiendo del discurso mediático.

 

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Recibido: 20/12/2018

Evaluado: 03/04/2019

Versión Final: 10/06/2019

 

 

 



(*) Profesora de Historia (2004), Licenciada en Historia (2018), Doctora en Historia (2013). Integrante del Programa Interdisciplinario de Estudios del Patrimonio (PATRIMONIA) en el Instituto de Investigaciones Arqueológicas y Paleontológicas del Cuaternario Pampeano (INCUAPA -UE CONICET). Becaria Postdoctoral de la Agencia Nacional de Promoción Científica y Tecnológica. Argentina. Email: griseldalemiez@hotmail.com . ORCID: https://orcid.org/0000-0002-2384-878X

(**) Licenciada en Comunicación Social (2003), Doctora en Ciencias Sociales y Humanas (2012). Investigadora del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET). Integrante del Programa Interdisciplinario de Estudios del Patrimonio (PATRIMONIA) en el Instituto de Investigaciones Arqueológicas y Paleontológicas del Cuaternario Pampeano (INCUAPA -UE CONICET). Docente de la Facultad de Ciencias Sociales, Universidad Nacional del Centro de la Provincia de Buenos Aires, Argentina. Email: mariaeugeniaconforti@gmail.com / meconfor@soc.unicen.edu.ar . ORCID: https://orcid.org/0000-0003-4261-0272

(***) Licenciada en Comunicación Social (2010), Doctora en Ciencias Sociales y Humanas (2016). Integrante del Programa Interdisciplinario de Estudios del Patrimonio (PATRIMONIA) en el Instituto de Investigaciones Arqueológicas y Paleontológicas del Cuaternario Pampeano (INCUAPA -UE CONICET). Becaria Postdoctoral del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas de Argentina (CONICET). Docente de la Facultad de Ciencias Sociales, Universidad Nacional del Centro de la Provincia de Buenos Aires, Argentina. Email: vanegiaco05@gmail.com. ORCID: https://orcid.org/0000-0003-1754-877X

[1] Esta investigación fue financiada con fondos provenientes de la Agencia Nacional de Promoción Científica y Tecnológica (ANPCyT) de Argentina, a través del proyecto PICT 0551/16 titulado INVESTIGACIÓN, GESTIÓN Y SIGNIFICACIÓN SOCIAL DEL PATRIMONIO CULTURAL EN EL CENTRO DE BUENOS AIRES Y CENTRO-ESTE DE SAN LUIS, dirigido por la Dra. María Luz Endere.

[2] La región serrana del Partido, está ubicada en el centro geográfico de la Provincia de Buenos Aires, en Argentina y está situada en la región geográfica de la Llanura Pampeana y dentro de ella está comprendida en la subregión de la Pampa Alta, denominada así por estar atravesada por el sistema de Tandilia. Desde sus características holográficas, podemos decir que esta zona se hundió en la Era Paleozoica y se depositaron aquí sedimentos marinos, arcilla, dolomitas y calizas. Esta condición explica en gran parte la elección de esta zona para la explotación de cal y cemento.

[3] El concepto de hegemonía, recuperado de Antonio Gramsci, refiere a la aceptación o consenso de ciertas ideas, significados y valores culturales que tienden a reproducirse y actualizarse, incluso de parte de quienes no comparten objetivamente los intereses de quien domina. La adhesión a un modelo basado en una particular concepción de mundo establecida y compartida, es lo que se conoce con el nombre de hegemonía (Gravano, 2005).

[4] Diario El Popular de Olavarría, Edición especial, 1899-1999, p. 13.

[5] La planificación y construcción de las villas obreras encuentran sus antecedentes y experiencias, tanto nacionales como internacionales, en un modelo de gestión empresarial conocido como sistema de fábrica con villa obrera que se define a continuación. Las villas se dividían en zonas, una con casas que habitaban los obreros con sus familias y otra zona donde vivían los empleados que ocupaban los cargos jerárquicos en la empresa. Las diferencias en las construcciones eran tanto espaciales como materiales y se correspondían con el lugar que cada uno ocupaba dentro del proceso de producción de cemento. Como fue una iniciativa totalmente privada, el Estado no tuvo ningún tipo de participación en tales construcciones.

[6] En la cementera Loma Negra S.A fue el empresario Alfredo Fortabat el encargado de diseñar y aplicar las estrategias empresariales paternalistas. Para el caso de la empresa Calera Avellaneda S.A, fue el empresario alemán Carlos Von Bernard quien cumplió  el rol de patrón, dentro del contexto de un sistema de fábrica con villa obrera. Si bien se observan similitudes en su accionar, aparecen diferencias al momento de analizar los objetivos que cada uno de los patrones perseguían para sus empresas. Mientras Alfredo Fortabat buscaba que su apellido quedara grabado en la memoria y la identidad de la ciudad de Olavarría, Carlos Von Bernard sólo se preocupaba por ofrecer al poblado industrial, perteneciente a su empresa, los beneficios de las políticas laborales paternalistas.

[7] El diario Tribuna funcionó entre los años 1955 y 1984, en la ciudad de Olavarría (provincia de Buenos Aires), de capitales privados locales y dejó de funcionar por razones financieras. Su edición era vespertina de lunes a sábado. Se desconoce la tirada diaria con la que contaba el medio.

[8] Cabe destacar que este período estuvo signado por gobiernos militares que  aplicaron en la sociedad las políticas económicas desde su concepción ideológica marcando fuertemente los rasgos de la época para la sociedad argentina. En este contexto el rol que cumplieron los sindicatos fue limitado ya que tuvieron que adaptarse a las reglas que imponía la doctrina militar coercitiva. En este sentido, el rol de los medios estaba fuertemente vinculado a los intereses económicos empresariales de la época, limitando su libertad de expresión.

[9] En la década de 1960-1970, en la ciudad de Olavarría existía además del diario Tribuna, el diario El Popular, de tirada diaria. A este archivo no se permite el acceso del público y la digitalización del mismo se remonta a la década del 2000, esto imposibilita el trabajo de relevamiento de esta fuente histórica.