Los trabajadores de la carne del Gran Rosario.

Organización gremial y conflictividad laboral 1969-1976

 

Verónica Vogelmann(*)

(UNR; veronicavogelmann@gmail.com)

 

Introducción

El cordón industrial sur del Gran Rosario se distingue por la importancia que cobran las actividades productivas ligadas al procesamiento de carne. Con el emplazamiento del frigorífico Swift en 1924 y con la posterior apertura de numerosos establecimientos de pequeña-mediana envergadura desde la década del ‘50, esta industria ha incidido significativamente en la configuración de las relaciones laborales en la región. Se trata de una actividad que, aún hoy, puede caracterizarse como de mano de obra intensiva lo cual implica la existencia de experiencias generalizadas de trabajo en la rama por parte de amplios sectores de la población. De igual forma, el gremio de la carne de Rosario ha mantenido históricamente una destacada gravitación en el entramado político partidario y gremial local, provincial y hasta nacional.

Ponderando la importancia que ha tenido y aún sostiene la industria y el gremio de la carne, notamos que, paradójicamente, existe cierta escasez de estudios que aborden la dinámica gremial y la conflictividad laboral del sector en la región. Como forma de aportar a la construcción de conocimiento de un colectivo de trabajadores insuficientemente abordado, en este artículo focalizaremos el análisis en las experiencias de luchas y las formas organizativas que los obreros de la carne desarrollaron entre 1969 y 1976.

Durante estos años, en un contexto de auge de la lucha de clases, los trabajadores del sector protagonizaron un sin número de conflictos de los cuales surgieron y se consolidaron nuevas organizaciones y dirigentes, además participaron activamente en las movilizaciones y rebeliones populares que se produjeron en la ciudad. Para el abordaje de estos procesos partimos de un enfoque que pondera las relaciones que se desarrollan cotidianamente en los espacios de trabajo y los procesos de institucionalización sindical, ya que estas constituyen aspectos, históricamente condicionados, de las relaciones sociales contradictorias propias de los procesos productivos.

En este sentido, es sumamente relevante la identificación y el análisis no sólo de conflictos laborales que adquirieron estado público sino también de aquellos que se produjeron en el ‘suelo de la fábrica’.

Asimismo interesa rastrear las agrupaciones y partidos políticos y gremiales que tuvieron actuación en el gremio y, fundamentalmente, las distintas instancias y formas de organización obrera al interior de los espacios laborales como Comisiones Paritarias; delegados por secciones y establecimientos; como así también las listas gremiales constituidas de forma articulada o en oposición a la conducción sindical.

Para el abordaje de las experiencias obreras, objeto del análisis, es puesta en consideración información proveniente de distintas fuentes de las que se destacan los testimonios orales de trabajadores y militantes gremiales que será triangulada con otras fuentes como folletos y prensa local (principalmente Diarios La Tribuna y La Capital).

 

Intensificación de las luchas gremiales y configuración de una

nueva dirigencia sindical

 

Hacia 1966, las primeras medidas desplegadas por el gobierno de facto de la autodenominada “Revolución Argentina” fueron los despidos masivos en dependencias y empresas del Estado y la instauración de mecanismos que socavaran las fuentes de negociación de los sindicatos, imponiendo límites estrictos a los aumentos salariales y a la realización de convenciones colectivas. Además, se sancionaron leyes que prohibían los conflictos laborales no sometidos al arbitrio del gobierno, se suprimieron personerías jurídicas y se intervinieron varios sindicatos.

A tres años de instaurada la represión y la política de racionalización económica, algunos sectores de la dirigencia sindical atravesaban crisis y divisiones internas. En los espacios laborales de diferentes ramas y empresas del país proliferaron organizaciones gremiales clasistas y combativas, a partir de comisiones internas y paritarias, cuerpo de delegados y agrupaciones que, en algunos casos, llegarían a dirigir importantes sindicatos. Esta oleada de militancia gremial emergía y se consolidaba al calor de las rebeliones populares que ‘explotaban’ en varias localidades del interior del país. En Rosario, el ciclo de revueltas populares comenzó en mayo de 1969 y se profundizó en el mes de septiembre, llamado “Rosariazo”. El corolario inmediato de estos acontecimientos fue una inflexión, un cambio cualitativo en los enfrentamientos sociales.

En este contexto, en el gremio de la carne de Rosario fue cobrando presencia mediática la agrupación Blanca y Negra, de adscripción peronista, y cuyo principal referente, Gerardo Cabrera había participado de las históricas jornadas de lucha en la región. Como recuerda un trabajador de Swift: “Cabrera fue el que tomó el 11 de infantería junto con un montón de gente, cuando la revolución del general Valle (…) entonces en esa época el Lalo Cabrera empieza como militante, era un tipo de pelotas porque ojo, qué es lo que le da el prestigio, el realce a ellos ante la gente, es la historia que tienen detrás… Claro, de la Resistencia, o sea, ellos no cayeron de arriba, ellos nacen con la Resistencia (…). Era un cuadro, él sabía, era un tipo muy preparado, por eso es él el que dirige. El viene de participar en una Resistencia, no era un hombre improvisado…” (Zoilo. Trabajador de Swift, 1965- 1971. Militante agrupación La Chaira. Entrevista junio 2009).

Los nuevos referentes gremiales surgieron hacia finales del ’60 y obtuvieron su legitimidad, según los propios trabajadores, debido a que estaban vinculados con la Resistencia Peronista. El espacio opositor se nutrió entonces de las trayectorias trazadas por sus principales líderes y se enfrentó al sector dirigente del Sindicato, también vinculado al peronismo y cuyo secretario general era, desde mediados de la década del ’50, Jacinto Serbali. Las denuncias a esa dirigencia estaban centradas en los problemas de índole institucional, especialmente en los servicios sociales.

Además de la Blanca y Negra, otra importante organización opositora que surgió por estos años fue La Chaira, conformada por diversos partidos y agrupaciones de izquierda. Recordando su etapa de construcción un militante nos dice: “… [Un] compañero que estaba dentro de la oficina del personal, eh… nos pasaba los datos de las cosas que pasaban. O sea, nos llamaba por teléfono, nos decía ‘mira…en tal sección despidieron a una persona, que se llama fulano de tal y que lo despidieron ta, ta, ta…’ entonces cuando salía… Nosotros teníamos, mimeógrafo (…) máquina de escribir, entonces…sobre el pucho, ahí nomás armábamos un volante, viste, cuando la gente salía, de la sección… ya estábamos nosotros con la denuncia. ‘Al compañero fulano lo echaron por esto, por lo otro. El capataz tal… ese hijo de puta…’. Bueno y así trabajamos permanentemente, o sea, se nos fue reconociendo el mérito de dos cosas: una ser constante y otra ser fidedigno” (Julián. Trabajador de CAP y Swift. Fines de los ’60, principios de los ’70. Militante Agrupación la Chaira. Entrevista mayo 2007).

Como se desprende del relato, La Chaira desarrolló un trabajo de difusión y denuncia de conflictos y problemas cotidianos en los lugares de trabajo, planteaba críticas a la dirección sindical y se postulaba como un primer paso en “…la lucha sindical clasista independiente…” (Esteban. Trabajador de Swift 1971-1973 aprox. Militante agrupación la Chaira, dirigente PST. Entrevista octubre 2007). Otro activista gremial reconoce que: “Con La Chaira (…) la experiencia de Swift es contada en muchos lugares (…). Además la Chaira tenía una particularidad que no tenía ninguna agrupación, nosotros preparábamos cuadros ideológicos, aunque no éramos un partido, nosotros leíamos marxismo, nosotros teníamos teoría e historia, economía, todo eso. Teníamos una formación mínima…” (Zoilo. Trabajador de Swift, 1965- 1971. Militante agrupación La Chaira. Entrevista junio 2009).

Este era el escenario gremial en donde estallaría un importante conflicto que pronto se extendería a todo el gremio transformando la dinámica y dirección de su Sindicato.

Así, entre los meses de mayo y Septiembre de 1969, los trabajadores de Swift protagonizaron la denominada “Lucha del Frío”. El conflicto comenzó en la sección Picada, con un paro en reclamo por mejoras en las condiciones laborales, por la reducción de la jornada laboral y la provisión de indumentaria especial, asociado al problema de las bajas temperaturas. En los días sucesivos, la contienda se extendió a todo el frigorífico y desembocó en la renuncia del secretario general del Sindicato. La Federación de la Carne, en la figura de su, por entonces, secretario general Constantino Zorila, intervino designando una Comisión Provisoria en el marco de la cual expandió su influencia la agrupación Blanca y Negra.

Por su parte, La Chaira realizó denuncias sobre las condiciones de trabajo imperantes en otras secciones de Swift y lideró el proceso de movilización, paros y asambleas del gremio. Un dirigente de la agrupación recuerda: “…quedamos prácticamente dueños del Sindicato. A todo esto, a través de nosotros se confabulaban algunas cosas de las cuales nosotros, hoy puedo decirlo, en ese momento no las conocíamos ni teníamos la más mínima idea, por ejemplo, nosotros éramos muy líricos y ahora te vas a dar cuenta donde. Resulta que (…) Zorila ¿no?, el de la Federación, nos propone darnos el Sindicato, pero si nos dejábamos de joder y levantábamos la huelga… y nosotros en aquel tiempo, por eso digo que éramos muy líricos, en vez de decir: ‘está bien compañero usted tiene la razón’ y entrar en el Sindicato por la puerta grande ¿no? dijimos, ‘No! con la gente todo sin la gente nada’ y nos fuimos. Al poquito tiempo ¿no? apareció un compañerito de la lista Blanca y Negra ¿no?, dijo que trabajaba en mecánica él ¿no? hoy reconocido como el señor Cabrera y ocupó el Sindicato gracias a nuestro esfuerzo y trabajo. Y ahí bueno perdimos a un montón de gente en el camino…” (Julián. Trabajador de CAP y Swift. Fines de los ’60, principios de los ’70. Militante Agrupación la Chaira. Entrevista mayo 2007).

La referencia al lirismo de los militantes de La Chaira, que puede ser leída en términos de autocrítica, está vinculada con una posición que, según sus protagonistas, prevaleció durante gran parte de la historia de la agrupación: la de no negociar con los representantes sindicales. En palabras de otro militante, “…había una, un gran defecto en nosotros éramos muy ultra también, nosotros no queríamos hacer alianza con nadie, nos sentíamos como que teníamos que ser lo único…” (Zoilo. Trabajador de Swift, 1965- 1971. Militante agrupación La Chaira. Entrevista junio 2009).

A lo largo del conflicto, la Federación y la Comisión Provisoria del Sindicato realizaron declaraciones en donde minimizaban la magnitud y acatamiento a los paros a la vez que repudiaban la actitud de grupos extremistas “ajenos al gremio” y proclamaban la vía orgánica como única alternativa para la solución de los problemas laborales. Finalmente Swift realizó sucesivas suspensiones (entre 2.000 a 1.200 trabajadores según las fuentes), despidos, y detenciones a activistas y dirigentes de La Chaira. En este marco, la agrupación Blanca y Negra manifestó públicamente su disposición a defender a los trabajadores despedidos y a organizar legalmente los reclamos en torno a las condiciones de trabajo.

Luego de “La Lucha del Frío” el panorama gremial estuvo signado por la consolidación de la lista Blanca y Negra en la dirección del Sindicato local. A pesar de la derrota sufrida, La Chaira continuó con su presencia y actuación en los lugares de trabajo y se fue convirtiendo en un polo de atracción de militantes de partidos y agrupaciones de izquierda, que se volcaban a desarrollar experiencias organizativas clasistas y combativas al interior de los espacios fabriles, como así también, de ciertos sectores más activos de trabajadores, sin vinculaciones previas a organizaciones políticas.

Por su parte, en el sindicato la intervención de la lista Blanca y Negra actuó en defensa de la negociación centralizada y por la recuperación de la estructura sindical y de servicios sociales. Los trabajadores de Swift, incluidos aquellos que participaron en experiencias opositoras a la conducción gremial reconocen que el sindicato por esos años “…en lo social, digamos, trabajó bien porque hizo por ejemplo, este barrio, hizo escuela, hizo los panteones del cementerio” (Gaspar. Trabajador de Swift 1966 y continúa. Entrevista mayo 2004). Otro obrero recuerda: “Fijate una cosa tan básica porque no es ninguna medida política, más bien económica sindical (…). Mirá como era, cuando yo me afilio a la mutual del sindicato voy al médico y los remedios eran gratis, gratis…” (Aníbal. Trabajador de Swift y CAP 1969- 1973. Militante de la agrupación La Chaira. Entrevista diciembre de 2008).

De este modo fue afirmándose en el Sindicato local una tendencia mutualista que está inscripta en corrientes hegemónicas que sostienen, como parte fundamental e incluso prioritaria de su función, el desarrollo de políticas ligadas a la provisión de servicios sociales.

 

El gremio en el contexto de la quiebra del frigorífico Swift

 

Entre los escasos años transcurridos desde fines de la década del ‘60 y 1973 hubo importantes transformaciones en el escenario político del país. Las revueltas populares y el crecimiento del sindicalismo combativo habían precipitado la caída de Onganía. Bajo el gobierno de facto de Lanusse (1971-1973) comenzó a desarrollarse un proceso de paulatina apertura de las instituciones democráticas, mientras que paralelamente se profundizaban los mecanismos represivos del Estado de carácter selectivo, dirigidos a gremialistas y políticos opositores. En la esfera sindical fue habilitado un espacio para las negociaciones colectivas que, sin embargo, se dieron con restricciones, impidiendo a los dirigentes hacer uso de todos los instrumentos necesarios para reafirmar la hegemonía sobre las bases obreras.

De esta forma, si por una parte se pretendía controlar la rebelión sindical, por otra, iba creciendo la movilización de segmentos de las clases medias urbanas, muchos de ellos vinculados a organizaciones guerrilleras y corrientes combativas ligadas al peronismo de izquierda.

En el gremio de la carne, este heterogéneo panorama político adquirió su complejidad por la profundización del proceso de crisis del sector más concentrado de la industria frigorífica nacional. Hacia octubre de 1970 se produjo el “estallido” local de dicha crisis, al momento en que Swift de La Plata, perteneciente al grupo financiero internacional Deltec, paralizó sus actividades en las plantas de Berisso, Ensenada y Villa Gobernador Gálvez, precipitando numerosos despidos y suspensiones. En procura de arribar a “soluciones de fondo”, los dirigentes del Sindicato local comenzaron a “exigir la implementación de una política de carnes coherente y seria, tendiente a que créditos, tributos y renovación tecnológica se pusieran al servicio del progreso y de los intereses nacionales y populares”. Asimismo, realizaron paros parciales y movilizaciones en defensa de las fuentes de trabajo y, principalmente, por el pago de la garantía horaria. Cuando en diciembre de 1970 Swift solicitó la convocatoria de acreedores, la perspectiva de un conflicto prolongado y de difícil solución se expresó, por parte de la dirigencia sindical, en reiterados llamados a la solidaridad a distintos sectores de la población y a la concentración de los reclamos en una sola consigna: reapertura de las plantas de Swift.

En el difícil contexto de quiebra, La Chaira no consiguió aglutinar la fuerza que supo dirigir en conflictos anteriores. Sin dudas, las características del conflicto, -indiscutiblemente defensivo- y la necesidad de articular la organización en espacios diferentes al de la fábrica constituyeron límites importantes. De todas formas, desarrolló distintas actividades solidarias con el fin de profundizar la militancia en el espacio barrial, como recuerda un trabajador de Swift y militante del PST: “Nosotros nos organizábamos y con todos los activistas ligados al partido no solo ayudábamos a esos obreros que ya no trabajaban; mucho de ellos iban y aprovechaban para hacer las casitas, viste, levantar. Entonces votamos en el comité [de lucha de la carne] que había que colaborar con eso también, entonces íbamos a los barrios, ¿no? Ahí en la zona sur y los ayudábamos, trabajo de albañil con ellos, comíamos asado para… reforzar la… hablar con las mujeres, las compañeras, con los hijos, casi todos correntinos… con muchos hijos, dos o tres, cuatro hijos. Con un estándar de vida muy… desde el punto de vista de la casa, muy… muy feo….” (Esteban. Trabajador de Swift 1971-1973 aprox. Militante agrupación la Chaira, dirigente PST. Entrevista octubre 2007).

Otra postal que los trabajadores componen en relación con el conflicto suscitado por la quiebra de Swift es la movilización de los comerciantes que se habían organizado en una comisión pro recuperación: “Hu... hubo una quiebra, un vaciamiento del Swift, digamos y... cerró. Me acuerdo que todos los comercios cerr... hacían paro para que abriera el Swift, una lucha terrible para hacer abrir el Swift.” (Gaspar. Trabajador de Swift 1966 y continúa. Militante lista Naranja. Entrevista mayo 2004).

A comienzos de la década del ’70 en el espacio laboral y en las barriadas aledañas se advierte una notable presencia de agrupaciones político-gremiales de muy diverso espectro que, diferenciándose de la cúpula sindical, promovían instancias de movilización y organización autónomas. Algunas, como la Chaira, tenían una existencia previa, mientras que otras habían emergido en el contexto de quiebra, entre estas destacamos a la Celeste y Blanca, agrupación gremial de alineación peronista que mantendrá una presencia prolongada al interior del gremio de Rosario. Más allá de reconocer la actuación de estas diversas fuerzas político-gremiales, es importante subrayar que la lista Blanca y Negra logró fortalecerse y consolidarse al interior del Sindicato y fue la organización que, en un proceso contradictorio y de importantes tensiones, condujo el conflicto por la quiebra de Swift. Un elemento importante, en este sentido, es que dicho conflicto en Rosario terminó siendo de corta duración, si lo comparamos con lo sucedido en las otras localidades del país en donde la empresa poseía plantas, ya que la reapertura de la planta fue garantizada, por medio de un arrendamiento a corto plazo, por la empresa Campbell Soup.

A cuatro meses de iniciado el proceso de quiebra comenzaron a realizarse reincorporaciones de personal que llegaron hasta los 3000 operarios, menos de la mitad de los trabajadores con los que contaba la empresa antes del cierre. Así, en el ámbito local, arribaron a una solución parcial de los despidos y fue precisamente, en el marco de este proceso, donde muchos activistas y militantes vinculados a La Chaira no volvieron a ingresar al frigorífico. Con la principal planta industrial abierta, la intervención sindical impulsó la convocatoria a elecciones a comisión directiva y delegados, con el fin de normalizar la situación institucional. Las elecciones culminaron en una victoria electoral de la Blanca y Negra en alianza con la Celeste y Blanca.

Por otra parte, durante estos años sobresalieron las acciones llevadas adelante por organizaciones guerrilleras, especialmente por el Ejército Revolucionario del Pueblo –ERP- que efectuó numerosas expropiaciones de mercadería y repartos de víveres en zonas carenciadas del Gran Rosario, la mayoría en los barrios circundantes al frigorífico. En mayo de 1971, secuestraron a Stanley Silvester – gerente de la planta local de Swift y cónsul honorario de Inglaterra - lo que constituyó la primera acción de gran envergadura realizada por el ERP en Rosario. Luego de obtener algunas de las demandas solicitadas, como la reincorporación de personal suspendido, el cónsul fue liberado tras siete días de secuestro. A partir de aquí, en posteriores acciones de expropiaciones y repartos de alimentos se advierte la profusión de mecanismos represivos, con intervención de la policía y el ejército en los barrios. En este marco hubo numerosas detenciones de vecinos acusados por delitos de “complicidad” al aceptar la mercadería repartida.

El ERP también emprendió otras acciones que involucraban directamente a personal del frigorífico Swift y a dirigentes sindicales. Como recordara un militante del PRT y obrero de la carne, entre los años ‘71 y ’74: “… hubo otras operaciones que eran de amedrentamiento a los vigilantes, de este... este... de amenaza por persecución a otros dirigentes del Swift, a la burocracia.” (Lisandro. Trabajador de Swift 1969-1974. Militante del PRT. Entrevista marzo de 2004). Estas operaciones, articuladas con las relaciones propias de la dinámica interna del trabajo en el frigorífico, fueron desarrolladas en el marco de conflictos laborales dirigidos por la organización sindical y/o motorizadas por agrupaciones opositoras.

Diversos conflictos desarrollados cotidianamente en el ámbito laboral continuaban denunciando problemas históricos del gremio, como la intensificación de los ritmos de trabajo, el refuerzo de los mecanismos disciplinarios y las malas condiciones edilicias. Estos conflictos cotidianos cobran relevancia por configurarse en vehículo y expresión del proceso de politización que, por esos años, incluyó a gran parte de la sociedad argentina, como comenta un obrero de Swift: “En el lugar de trabajo (…) se da una situación de que... eran conflictos sindicales politizados (…) Sí, porque nosotros no solo este... reclamábamos por nuestros derechos sino que los compañeros que los dirigían te dan un volante, te dan una revista... se discutía en las asambleas, se planteaba... se hablaba...” (Lisandro. Trabajador de Swift 1969-1974. Militante del PRT. Entrevista marzo de 2004).

Es interesante la referencia a los conflictos sindicales politizados ya que nos ayuda a situar las experiencias gremiales en dos dimensiones: el contexto político general de negociaciones y acuerdos que desembocarán en el regreso de Perón al país y, en segundo lugar, el proceso de politización de importantes sectores del movimiento obrero, a través de la formación político sindical y de la importante participación de los trabajadores en las instancias de asambleas, reuniones y movilizaciones, muchas de las cuales eran convocadas por el Sindicato de la carne.

Hacia fines de 1971, la Compañía Swift de La Plata S.A finalmente declaró su quiebra y el Estado nacional intervino la empresa disponiendo la continuación del trabajo en todas las plantas. Desde la Federación de la carne y el Sindicato local se manifiestan públicamente a favor de una administración estatal, posición que, como veremos, profundizarán y sistematizarán a través de sus representantes políticos en el poder legislativo nacional, durante el período que se abrirá con la reapertura democrática del ’73.

 

Tendencias peronistas en disputa por la organización gremial

 

En marzo del 1973, con un imponente triunfo en las urnas, asumió el poder ejecutivo nacional Héctor Cámpora. A partir de este momento y hasta el golpe de estado del ’76 lo sucederán Juan Perón y, luego de su muerte, M. Estela Martínez de Perón “Isabelita”. Durante esos años, los gobiernos buscaron instrumentar un amplio proyecto político de paz social y conciliación a través de acuerdos entre los principales partidos políticos y entre empleadores y sindicatos; reafirmando la injerencia de la dirigencia sindical en el movimiento peronista y en la determinación de las políticas estatales.

Tanto en la provincia de Santa Fe como en la región del Gran Rosario, los sectores sindicales gozaron de un enorme poder en el terreno político. Algunos sindicalistas vinculados a la lista Blanca y Negra del Sindicato de la carne fueron electos legisladores nacionales, como por ejemplo Luis Rubeo. La actividad de los militantes políticos relacionados con organizaciones sindicales se desplegó en un período signado por la intensificación de la lucha de clases que venía desarrollándose en conflictos al interior de las unidades productivas, con movilizaciones que cobraron dimensiones extra fabriles, y a partir del accionar de las organizaciones guerrilleras. El gobierno y los dirigentes sindicales de importantes gremios tendieron a instrumentar mecanismos para sofocar las agitaciones obreras, vehiculizando salidas represivas y apelando al terrorismo semioficial a través de la actuación de la Alianza Anticomunista Argentina.

En 1973 el Sindicato de la carne llamó a elecciones de comisión directiva. En esta oportunidad las agrupaciones de izquierda estuvieron nucleadas alrededor de la lista Rosada desde donde planeaban participar de la disputa electoral. La confluencia de distintas organizaciones de izquierda suponía un cambio en las posiciones que las mismas habían pregonado mayoritariamente en años anteriores al interior de La Chaira. Esta redefinición estaba inscripta en el nuevo escenario que desde 1971 venía viviendo el gremio, con el cierre temporario de Swift y el despido de trabajadores -muchos de ellos activistas y militantes de izquierda- y con el contexto político general de apertura de las garantías democráticas que confluyeron en la victoria del peronismo, luego de dieciocho años de proscripción.

Finalmente la lista Rosada no se presentó a elecciones, según relata un trabajador militante del PRT: “…en la lista Rosada (...) y bueno, hubo un par de claudicaciones ahí de compañeros que iban a la cabeza de la lista y sino que sé si no llegábamos a ganar, andábamos parejito (...). Ahí estaban los compañeros que habían sido delegados en la lucha que viene del ’71 en adelante. Era Salcedo... Salcedo – Muñoz, los candidatos. Salcedo era del VC creo y Muñoz andaba ahí cerquita.” (Lisandro. Trabajador de Swift 1969-1974. Militante del PRT. Entrevista marzo de 2004).

Al contar parte de la historia de la lista Rosada, el trabajador señala las claudicaciones de los compañeros. Esta referencia a las renuncias y claudicaciones de los referentes gremiales aparecerán como una constante en los relatos de los trabajadores. Al no presentarse a los comicios la lista opositora, la agrupación dirigente (lista Blanca y Negra en alianza con la Celeste y Blanca) fue la única alternativa y continuó dirigiendo el Sindicato.

Durante el proceso eleccionario, las experiencias gremiales estuvieron signadas por la proliferación de secuestros realizados por grupos guerrilleros a trabajadores vinculados al Sindicato y por confrontaciones violentas, con víctimas fatales, protagonizadas por delegados. Estos incidentes estaban imbricados con querellas, desatadas en otros ámbitos de la vida política del país y al interior del movimiento peronista, entre los denominados sectores de “izquierda” y “derecha”, que paulatinamente se irán definiendo en beneficio de estos últimos.

En consonancia con lo que ocurrió en otros gremios, los trabajadores de los frigoríficos realizaron sucesivas medidas de fuerza por aumentos salariales. Swift continuaba con suspensiones y despidos de trabajadores y los reclamos por las reincorporaciones empalmaban con el accionar de grupos guerrilleros. A principios de 1974 el ERP realizó el segundo secuestro a un directivo de Swift Rosario, esta vez al gerente de relaciones industriales Vallocchia. Un militante del PRT y trabajador del frigorífico recuerda: “… de tantas presiones que teníamos, que teníamos que ir al baño de a uno, porque no podías estar hasta de a tres. Se hacían asambleas, paraban (…) Y bueno, ahí ya la cosa estaba, ahí la cosa estaba muy tensa porque nosotros habíamos tenido un enfrentamiento muy fuerte con las patronales y con la burocracia cuando los tipos vienen... las mujeres van con los cuchillos así y los tipos las patotean. Bueno, en ese... ese secuestro fue distinto, apareció adentro de la fábrica pintado por todos lados, la estrella, con sangre... es como que una extinción de tanta tensión que tenía de que el paro se había hecho junto y los compañeros que estaban despedidos y no los podían reincorporar. Y la gente hizo puf!!, como que estalló…” (Lisandro. Trabajador de Swift 1969-1974. Militante del PRT. Entrevista marzo de 2004).

Este secuestro, con el que se obtuvieron las reincorporaciones, fue una de las últimas acciones del ERP que articuló reclamos gremiales puntuales de los trabajadores de Swift. De hecho, a medida que pasaban los meses se exacerbaba la represión tanto oficial como parapolicial, por ejemplo, el trabajador cuyo relato hemos citado arriba fue secuestrado en 1974 y luego procesado por Asociación Ilícita. En parte, es posible coincidir con James y Torre con que la izquierda, peronista o no peronista, estaba cada vez más aislada de la clase obrera. Esto se agudizó entre las formaciones guerrilleras cuando, tras la muerte de Perón, decidieron declarar la guerra al gobierno de Isabel lo que “…involucraba desdeñar los millones de votos emitidos por los trabajadores peronistas menos de un año atrás”. Sin embargo, atendiendo a algunos testimonios, advertimos que, durante estos años, distintas organizaciones de izquierda habían mantenido una significativa presencia gremial en los establecimientos frigoríficos de pequeña y mediana envergadura. En palabras de un militante del PRT-ERP: “…ya nosotros dirigíamos prácticamente todas las Comisiones Internas y Cuerpos de Delegados de todo el cordón del Sindicato de la carne ¿no? No el gremio pero sí las Comisiones Internas y Cuerpo de Delegado, nosotros teníamos trabajo en todas ellas que había ya varios porque estaba la CAP, Sugarosa, bueno… Paladini (…). Desde el ’73 al ’74 se penetró en todas esas fábricas…” (Conrado. Militante de La Chaira y del PRT-ERP. Entrevista mayo de 2009).

Se puede matizar así el planteo de aislamiento de las agrupaciones de izquierda con respecto a los trabajadores y sus organizaciones. El secretario adjunto del Sindicato también reconoce la presencia de agrupaciones clasistas en distintos frigoríficos del sur del Gran Rosario: “… nosotros teníamos una zona muy pesada, muy jodida, es decir, aparte todo, vamos a llamarle, frigorífico, los más chicos (…) está Paladini, Sugarosa, los cuatro… qué sé yo todos, todos, los que están en Pueblo Nuevo, Villa Diego o Villa Gobernador Gálvez (…) y los que están para allá de Santa Fe, en todos los sindicatos, ahí se metían más los extremistas todavía, eran frigoríficos chicos.” (Milton. Trabajador de Swift 1959-1994. Dirigente sindical, Paritario. Entrevista noviembre 2007).

Por estos años, en el gremio de la carne, tanto a nivel local como nacional, se desataron significativas disputas que involucraron a diferentes sectores del peronismo. En Rosario, con particular fuerza al interior de Swift, surgió la lista Gris, agrupación opositora de adscripción peronista que mantendrá una significativa gravitación a lo largo de décadas. Sus comienzos nos remiten a la actuación de jóvenes trabajadores del frigorífico en la dinámica del gremio. Un referente de esta agrupación recuerda: “…me anotaba en todas las agrupaciones que había, en todas las reuniones que había yo ya... donde había que hacer cosas... así que así me fui involucrando (…) en ese momento era un auge, estaba todo de moda, era todo el mundo. Nosotros éramos mirones éramos. Porque éramos precarios, recién venidos pero antes, te imaginas, más jóvenes y todos que veníamos de un lugar, nosotros vivíamos escuchando, salíamos de trabajar y vivíamos escuchando (…). Y nosotros éramos nada más espectadores, viste. Pero nosotros, por lo menos la parte que a mí me tocó vivir… yo hacía un trabajo que era distinto, como a mí me gustaba hablar, yo siempre fui charlatán, metido era yo, en el buen sentido. Entonces yo hablaba todo el día con mis compañeros de la sección ‘cómo y eso y lo otro y pin, pan...’” (Silvio. Trabajador de Swift 1971-1976. Delegado lista Gris. Sec. Gral. Sindicato de la carne de Casilda. Entrevista Junio 2007).

Es interesante la referencia que realiza el entrevistado presentándose a sí mismo y a sus compañeros activistas en términos de mirones, participantes de la vida gremial desde una posición de espectadores pero que, sin embargo, eran inquietos y hablaban en los espacios de trabajo cotidianos; ámbitos centrales de politización y organización. Otro militante de la Gris comenta: “…militábamos como delegados, algunos compañeros delegados y otros no (…) dada la, el manejo tenebroso que tenía la comisión direc… no el Sindicato, sino la comisión directiva encabezada por Cabrera eh… decidimos formar la Gris. Y ahí nos juntamos espontáneo, no es que nos conocíamos ya de afuera, no, nos conocimos dentro de la fábrica, la única unidad era que éramos peronistas, eso nos unió.” (Valentín. Trabajador de Swift 1964-1977. Delegado gremial. Dirigente de la lista Gris. Entrevista marzo 2010).

Los protagonistas señalan que la lucha por mejorar las condiciones de trabajo, la oposición a la conducción del Sindicato local, y la adscripción peronistas constituían las tres dimensiones claves que caracterizaban a la lista Gris y que contribuyeron en la construcción de su legitimidad e importancia en el gremio. Estos delegados jóvenes se lanzaron a la cabeza de numerosos reclamos y acciones de lucha que involucraban a distintas secciones productivas del frigorífico como Frozen, Despostada, Picada y otras, pertenecientes a las áreas administrativas, como Oficina de Plan de Control. En palabras de los trabajadores, la actividad gremial estaba vinculada con “…ver la injusticia hacia los compañeros, la forma de trabajar, de esclavizarlos, de tratarlos; en condiciones que… infrahumana, viste.” (Valentín. Trabajador de Swift 1964-1977. Delegado gremial. Dirigente de la lista Gris. Entrevista marzo 2010).

[Swift] uh, era terrible, era terrible esos eran... que te puedo... no sé, no hay... era una situación, la policía trataba bien, por decirte. Era así, la época era así. Eran todos unos morochos grandotes, maleducados, te revisaban, te rompían los bolsos. Pero la empresa era así también, la empresa Swift era muy hija de puta, siempre fue hija de puta, es una empresa que tienen un sistema de los ingleses, de 1907, tiene ese sistema, negreros. Entonces si vos no tenías un... un... cuerpo de delegados así, en esa época más o menos respaldado, y… trabajabas descalzos en cámara fría con 20 grados bajo cero, o en la sala sin guante, no les calentaba a ellos.” (Silvio. Trabajador de Swift 1971-1976. Delegado y miembro de la lista Gris –opositora-. Sec. Gral. Sindicato de la carne de Casilda. Entrevista Junio 2007).

Los distintos reclamos y medidas de fuerza realizados en las secciones de la fábrica eran forjados coordinadamente gracias a la actuación de un Paritario Interno. Es importante detenerse en esta figura ya que constituye hasta en el presente una dimensión clave de la práctica gremial de los trabajadores de la carne de Rosario. Los paritarios son miembros de la comisión directiva del Sindicato y mantienen su presencia sistemática en los lugares de trabajo, a través de la Paritaria Local, para realizar las negociaciones con las empresas e intervenir en conflictos. Desde la perspectiva de los trabajadores, la Paritaria Local aparece en el gremio de Rosario como la institución que “reemplaza” a la Comisión Interna, esto implica que, a diferencia de lo que ocurre en otras seccionales sindicales de la industria frigorífica, los delegados elegidos por voto directo en las secciones no tienen la potestad de constituirse en Comisión Interna para negociar con los empresarios, y sus ámbitos de actuación tienden a limitarse a las relaciones desarrolladas en las secciones, entre trabajadores, capataces y jefes.

En tanto pieza fundamental de las relaciones laborales al interior de los espacios de trabajo, el Paritario de Swift perteneciente a la lista Gris fue delineando su perfil opositor a la conducción sindical. Los trabajadores que participaron de esa experiencia organizativa recuerdan: “…en ese momento Swift tenía un buen paritario, no sé si era buena persona es otra cosa, pero como paritario... yo digo, del hombre ese, de esta persona yo, por lo menos, aprendí muchísimo, el Loco Aguilera. Yo de él aprendí un montón, después que me dicen que era un sin vergüenza, ladrón, entregó, vendió bueno, esa es otra cuestión, pero él adentro no puedo decir nada, era un tipo! Después de eso jamás yo pude ver uno de esos (…). Entonces nosotros teníamos todos los días con él, ponele a las 11 de la mañana, teníamos una hora de paritaria, interna era, lo manejaba bien el loco. Entonces vos te ibas con los problemas, ‘mirá el supervisor le falta el respeto a las compañeras eh... la revisa la cana a unos y a otros no...’ todo, todo cosas que vos le contabas todos y él con una libretita anotaba todo, después se iba a las secciones y llamaba al capataz, le decía ‘mirá acá vos estás haciendo esto, no hay que hacer’. Y con ese tipo estaba todo bien organizado, era el único que valía la pena.” (Silvio. Trabajador de Swift 1971-1976. Delegado y miembro de la lista Gris. Sec. Gral. Sindicato de la carne de Casilda. Entrevista Junio 2007).

El paritario Aguilera fue también el encargado de vehiculizar la relación que la agrupación mantenía con dirigentes sindicales nacionales, especialmente con el por entonces prosecretario de la Federación de la carne, Lesio Romero. Éste último, en octubre de 1975 ocupó la sede de la Federación desplazando de la conducción a Constantino Zorila. Durante meses, el Sindicato local realizó solicitadas, actos y medidas de fuerza en repudio al accionar de la nueva dirigencia de la Federación la cual, no obstante, fue legitimada y respaldada por el Ministerio de Trabajo. En estas internas gremiales, la lista Gris de Rosario jugó un papel crucial, constituyendo el sector que apoyaba a la nueva conducción de la Federación en el espacio local. Asimismo, desarrolló relaciones con referentes locales del peronismo, opositores a Rubeo y a Cabrera. “Y… y la agrupación, la lista Gris que se llamaba empezó a crecer, empezó a crecer y a tener poder político. Había apoyo de sectores políticos del peronismo que también le daban pelota a la lista Gris. O sea, fuera de lo que era el Sindicato de la carne, entonces era la pelea que había que voltearlo a Cabrera.” (Damián. Trabajador de Swift 1975- 1983. Delegado gremial y Entrevista mayo 2008).

La organización opositora empezó a ocupar un lugar importante en el entramado político local y nacional apoyando al gobierno de Isabel. Por su parte los dirigentes del Sindicato de la carne de Rosario comenzaron a articular críticas al proyecto político económico de gobierno y terminaron posicionados a favor del Golpe de Estado.

Con el apoyo de la Federación y sectores del peronismo regional, la lista Gris definió presentarse a las elecciones sindicales, convocadas para comienzos de 1976, en una coalición que incorporó a distintas agrupaciones de izquierda. Un trabajador, sin activa militancia gremial por esos años, recuerda: “...viví el asunto de la lista Gris. La lista Gris fue una lista, bas... no digo bastante, de izquierda y ahí había activistas de izquierda y activistas que después, yo era nuevo, nos enteramos de que pertenecían al Ejercito Obrero Revolucionario del Pueblo (…) mucha gente. Eh... esa lista iba toda... hubo una temporada iba todas las mañanas que ‘señores vamos hacerle paro, paro’ y le paraba la fábrica, toda la fábrica, montones de veces. Fue una lista que yendo a elecciones las ganaba seguro, nada más que uno de ellos cuando fue a la Federación, vino acá y traicionó. Se ve que lo adornaron allá y... un tal Aguilera y... el día que tenía que presentar la lista no la presentó.” (Gaspar. Trabajador de Swift 1966 y continúa. Militante gremial lista Naranja. Entrevista mayo 2004).

Los trabajadores con muchos años de fábrica recuerdan y reivindican la actuación de la lista Gris a la vez que ubican la responsabilidad de que la misma finalmente no se haya presentado a elecciones –y de su posterior desenlace- en la actuación del Paritario, significada en términos de traición. Militantes de la agrupación, al referirse al paritario comentan:

V: Ese fue un traidor. Ese trabajaba para Cabrera y estaba dentro de… de la conducción de la Gris (…).

G: Pero sabés qué era un hormiguero de gente cuando armamos y resulta que el amigo Aguilera ahí… yo no sé si se vende o él ya vino con esa intención de, de jodernos porque…

V: Sí, sí, fragmentar la oposición a Cabrera (…)

G: …pensamos que era un tipo, vamos a decir…

V: que era leal a lo…

G: … que conocía más como paritario. Nosotros éramos bastante jóvenes y bueno como ya había sido paritario y estaba en el Sindicato tenía bastante manejo entonces le dimos un poco. Pero cuando después se acercan las elecciones creo que tres días antes nos levanta la lista porque dice que la Federación le dijo que levantemos la lista porque nos ganaban a los tiros, que esto, que lo otro (…)

V: … y ahí viene la parte triste de la lista, ahí es cuando eh… empiezan a levantar compañeros, a rodear las casas, este el caso de… y más de apriete…” (Gino y Valentín. Trabajadores de Swift, delegados gremiales y dirigentes de la lista Gris. Entrevista marzo 2010).

Las claudicaciones, engaños y traiciones de los referentes aparecen, otra vez, como explicaciones del derrotero de la lista opositora, cuyos militantes serían víctimas de numerosas represalias, muchas de ellas con desenlaces fatales. En palabras de un trabajador y dirigente de la agrupación: “…fue una lucha gremial y... feroz, nunca creo que localmente el gremio sufrió así (…) debe haber sido la lista que más sufrió, por lo menos del ’60 para acá... debe ser la única lista que sufrió todo, esa tuvo todo, esa tuvo muertos, tuvo desaparecidos, tuvo presos, todo, todo; esa perdió todo. Empezó en el ’75 (…) noviembre del ’75, cuando el golpe se venía eh... apuntaban ahí y la sacudieron.” (Silvio. Trabajador de Swift 1971-1976. Delegado y miembro de la lista Gris. Sec. Gral. Sindicato de la carne de Casilda. Entrevista Junio 2007).

Aunque los amedrentamientos bajo prácticas violentas fueron usuales y formaron parte de las disputas cotidianas, en los meses previos al golpe de 1976, los mismos se profundizaron y profesionalizaron mediante medidas represivas alentadas por los jefes sindicales (Torre 1982). Para los militantes de la lista Gris esto implicó desapariciones y muertes de activistas y simpatizantes. Un caso paradigmático por su impresionante agresividad fue el asesinato de un joven trabajador del frigorífico Corporación Argentina de Productores –CAP-, hermano de un delegado gremial y militante de la lista Gris, al que una banda armada había secuestrado y acribillado por “equivocación”.

“G: A mi hermano lo matan meses antes del golpe, dos tipos de civil entran a casa preguntando por él. Sale mi hermano y le dicen, ‘¿vos sos G. del Swift?’, ‘Soy G. de la CAP’. ‘Dejá de mentir’ y se lo llevan. Mi hermano le dice ‘espere que me pongo un pantalón’ y ellos no lo dejan y se lo llevan así. Mi mamá escucha todo y pensaba que no se lo iban a llevar a él porque me estaban buscando a mí. Me llama, yo estaba en otro cuarto durmiendo. Eran dos de civil y varios autos.

Preg: ¿Quiénes fueron? La triple A.

G: Y no creo… va no sé? (pregunta mirando a D.)

D: Y… no, no fueron ellos porque nosotros éramos Isabelistas.

G: Claro. A no ser que se hayan confundido…

D: No, los servicios nunca se equivocan.

(Gino y Damián. Charla reconstruida a posteriori septiembre 2009).

Además de este asesinato, según los testimonios, otros trabajadores vinculados a la lista Gris sufrieron torturas e incluso se habla de desapariciones. Coincidimos con James en que “…todo análisis de este período que se abstenga de tomar suficientemente en cuenta el intenso e incontenible impacto de la represión tanto oficial como parapolicial pasa por alto un componente crucial de la experiencia diaria de los militantes políticos y gremiales (…). Los peligros personales involucrados en la actividad militante llegaron a ser aterradores”. En este proceso de agudización de los mecanismos represivos, los militantes de la lista Gris realizaron una toma de la sede local del Sindicato de la carne, “…el 20 de marzo, el 19 de marzo nosotros teníamos tanta presión sobre nosotros que ya no aguantábamos más entonces tomamos el gremio… cuando el golpe estábamos adentro del Sindicato (…). Nosotros teníamos muertos, teníamos desaparecidos, no podíamos vivir en nuestras casas, nos seguían por todos lados, teníamos que andar con pistolas. Y nosotros, por lo menos a mí eso no me gustaba, [uno más o menos se defendía] entonces tenías que estar disparando, viste, hacer reuniones a escondidas (…). Uno no aguantaba más y [definen] bueno, ‘tomémosle’ y nos jode el golpe (…) nosotros en la desesperación nosotros pedíamos la intervención en ese momento.” (Silvio. Trabajador de Swift 1971-1976. Delegado y miembro de la lista Gris. Sec. Gral. Sindicato de la carne de Casilda. Entrevista Junio 2007).

Como refiere el trabajador, la toma del Sindicato se realizó días previos al Golpe de Estado de 1976, lo que terminó de definir el desenlace final:

“V: …nosotros habíamos copado el Sindicato…

G: Dos días antes del golpe estuvimos.

V: Y se cagaban de risa los de Cabrera porque cuando viene el golpe nosotros estábamos adentro (Risas). Viene el ejército, nos saca a nosotros porque estaban todos los del Sindicato, miraban como nos liquidaban a nosotros, como… no decir, nos sacaron no más y dijeron ‘bueno, váyanse’. Le entregan la llave a Cabrera, el mismo ejército. (Gino y Valentín. Trabajadores de Swift, delegados gremiales y dirigentes de la lista Gris. Entrevista marzo 2010).

En efecto, luego de una breve intervención militar el Sindicato de la carne de Rosario fue “devuelto” a sus autoridades anteriores y la lista Blanca y Negra continuó dirigiéndolo de forma ininterrumpida hasta mediados de la década de 1990. Por su parte, los militantes opositores de las distintas tendencias político-partidarias fueron víctimas de la maquinaria represiva del Estado.

 

Reflexiones finales

 

En este artículo hemos abordado aspectos significativos de la historia del gremio de la carne del Gran Rosario, focalizando la mirada en las características que fueron adquiriendo la conflictividad laboral y la organización gremial entre los años 1969 y 1976. Partimos de reconocer la centralidad que dicho gremio ha tenido en las construcciones político gremiales de importantes agrupaciones y partidos clasistas y combativos y, principalmente, del peronismo. En este punto nos interesó rastrear el surgimiento y consolidación de la lista Blanca y Negra, que condujo el sindicato durante casi tres décadas y de los distintos agrupamientos opositores a esa dirigencia.

En relación con la agrupación que dirigió el sindicato, identificamos como su surgimiento se produjo alrededor de algunos referentes gremiales vinculados con los procesos de la resistencia peronista. Por otra parte, el arribo a la conducción sindical se dio en un contexto de generalizada conflictividad y movilización al interior del gremio y a través de un proceso de intervención institucional abalada y promovida por la Federación. Durante años, la agrupación consolidó su poder mediante el desarrollo de una política mutualista ligadas a la provisión de servicios sociales, como así también a través de sus estrechas vinculaciones con dirigentes de la Federación de la Carne y con funcionarios políticos como Zorila y Victorio Calabró, gobernador de la provincia de Buenos Aireas. Sus principales referentes fueron Gerardo Cabrera y Luis Rubeo, actores políticos vinculados, luego, con sectores que a nivel local y provincial se posicionaron a favor del Golpe de Estado de 1976.

En cuanto a la dinámica de las organizaciones opositoras a la conducción sindical advertimos que, en su mayoría, fueron conformadas como nucleamientos de diversas agrupaciones políticas con trabajo sindical, donde se destacan La Chaira y La Rosada que agrupaban a distintos partidos de izquierda y que sostuvieron en sus consignas, prácticas y programas confrontaciones con las patronales y con la ‘burocracia’ sindical. El protagonismo de las agrupaciones de izquierda, clasistas y combativas se ubica centralmente durante los primeros años del período analizado donde se produce una intensificación de la conflictividad social y laboral.

Hacia 1973, 1974, en un contexto de apertura democrática y asunción del peronismo al gobierno, la cuestión sindical comienza a dirimirse fundamentalmente entre distintas tendencias peronistas. En este sentido, hemos abordado el surgimiento, consolidación y posterior declive de la lista Gris, cuyos activistas y dirigentes realizaron un importante trabajo de construcción gremial al interior del frigorífico Swift, a la vez que establecieron y profundizaron alianzas con referentes gremiales que se encolumnaban tras la figura de Lorenzo Miguel (dirigente de la Unión Obrera Metalúrgica y de las 62 Organización Peronistas) desde donde apoyaron el gobierno de Isabel.

De esta forma, es posible plantear que el gremio de la carne se ha caracterizado por la riqueza de experiencias opositoras a la conducción sindical, donde se destaca la relevancia que tuvieron agrupaciones que han disputado el legado político-ideológico peronista. Tanto la conducción sindical como la opositora lista Gris sostuvieron articulaciones diferenciadas tanto con la Federación gremial de la carne, como con influyentes sectores del peronismo local y nacional. Un elemento a subrayar aquí es que no hemos identificado una presencia sobresaliente de sectores del peronismo de izquierda, como Juventud Peronista, Montoneros, entre otros.

Hemos dado cuenta también de las acciones protagonizadas por organizaciones guerrilleras, particularmente por el ERP, muchas de las cuales se plantaban en explicita articulación con la dinámica de la conflictividad laboral del gremio de la carne. Advertimos aquí el proceso de profundización de la represión estatal que afectó no sólo a militantes sino también a vecinos y trabajadores simpatizantes. Atendiendo a la complejidad de estos procesos intentamos matizar las interpretaciones que exaltan el aislamiento que desde 1973 comienzan a tener las formaciones guerrilleras con respecto a los trabajadores y sus organizaciones ya que encontramos que en el gremio éstas y otras organizaciones de izquierda sostuvieron su presencia en los establecimientos frigoríficos de pequeña y mediana envergadura.

En el transcurso del análisis identificamos que los trabajadores, al evocar las experiencias organizativas, construyen un pasado marcado por traiciones y claudicaciones de distintos referentes y líderes gremiales. Estas construcciones significativas se erigen como una de las principales explicaciones del derrotero sufrido por las agrupaciones opositoras, enfatizando las acciones individuales para pensar procesos colectivos. Se trata de explicaciones que son hegemónicas al interior del gremio y que se caracterizan por soslayar procesos socio políticos más generales, como la profundización de la represión estatal y para estatal de la que fueron víctimas numerosos trabajadores; y estructurales, como la situación crítica por la que atravesaba el sector más concentrado de la industria frigorífica, con el cierre de importantes empresas y el despido de cientos y miles de trabajadores a nivel nacional y local.

En efecto, un último elemento a tener en cuenta para ponderar la dinámica de la conflictividad laboral en el gremio de la carne por esos años es el impacto de la quiebra del frigorífico Swift que, aunque en la región no implicó un cierre prolongado, sí trajo aparejada una reducción importantísima de la fuerza de trabajo empleada. Como vimos, en un contexto de auge de la lucha de clases, esta dinámica defensiva se ha visto transformada por la existencia de trascendentales conflictos que, de manera compleja y contradictoria, se erigieron en vía de politización de los trabajadores, y asumieron reivindicaciones tendientes a mejorar las condiciones de trabajo.

 

RESUMEN

 

Los trabajadores de la carne del Gran Rosario. Organización gremial y conflictividad laboral 1969-1976

 

En este artículo se analiza la dinámica del gremio de la carne del Gran Rosario durante los años 1969-1976, período de intensificación de la lucha de clases y los conflictos laborales con el surgimiento de organizaciones y dirigentes que van a mantener una presencia significativa en el espacio gremial a lo largo de décadas. Se abordan las experiencias de lucha y las formas organizativas de los trabajadores desde una perspectiva teórico – metodológica que otorga centralidad a las relaciones laborales que se desarrollan cotidianamente en los espacios de trabajo y a los procesos de institucionalización sindical. Analizamos, entonces: 1-los conflictos laborales que adquirieron resonancia pública y otros que se produjeron en el ‘suelo de la fábrica’; 2-el surgimiento y consolidación de la dirigencia sindical; 3-la presencia de diversas agrupaciones opositoras a dicha conducción; y 4- las distintas formas de organización obrera en los lugares de trabajo, como delegados y paritarios.

Para ello, se privilegia la indagación en torno a las significaciones construidas por los sujetos participantes de las experiencias de lucha y organización gremial, que recabamos a través de entrevistas, triangulándolas con fuentes secundarias como diarios locales y boletines gremiales.

 

Palabras clave: Trabajadores de la carne - Conflictividad laboral - Organización gremial

 

 

ABSTRACT

 

The meatworkers of Greater Rosario. Union organization and Labour conflict situations 1969-1976

 

In this article we analyze social and political dynamics of Great Rosario meatpacking unions, during1969-1976. This is a period of class struggle and labor conflict intensification, when emergence of trade-unions leaders, who have been at the head of trade - union during decades. We approach to worker’s experience of struggle and union organization, from a theoretical-methodological standpoint that focuses on the everyday labor relationships and into processes of union institutionalization. We analyze: 1- labor conflicts and disputes, in the public sphere and in the 'factory floor'; 2- emergence and consolidation of new union leaders; 3- the presence of opposition to these new union leaders and 4- different forms of organization into the ‘factory floor’. Our main purpose is to recover social meanings generated by workers that were part of struggle and union organization - through interviews - and their triangulation with secondary sources such as local newspapers and labor union newsletters.

 

Key words: meat industry workers - Labour conflict situations - experiences of union organization

 

Recibido: 01/03/13

Evaluado: 31/05/13

Versión final: 26/07/13

 

 

Notas

(*) Doctora en Humanidades y Artes (Mención Antropología) y Licenciada en Antropología – Orientación Sociocultural- UNR. Docente de la Facultad de Humanidades y Artes UNR. Este trabajo fue realizado en el proceso de investigación doctoral, una versión preliminar del mismo fue presentada en el 10º Congreso Nacional de Estudios del Trabajo, Buenos Aires, 2011.

Al compás del proceso de descentralización de la rama se instalaron los frigoríficos Subproductos Ganaderos Rosario S.A. –Sugarosa-, Paladini, Villa Diego, Litoral Argentino S.A., Lequio (en Villa Gobernador Gálvez); y La Tropa, La Jamonera, y la Corporación Argentina de Productores –CAP- (en la zona sur de Rosario).

Si nos detenemos en el frigorífico Swift se observa que su dotación en las primas décadas de actuación oscilaba en los 5.000 trabajadores; a comienzos de los ’70 llegaba casi a 7.000 y durante los ’90 y la actualidad se mantienen en 2.000 aproximadamente (reconstrucción realizada en base a diversas fuentes empresariales, gremiales y de diarios locales). Un aspecto característico de la rama y que abona a la generalización de experiencias laborales por parte de la población que habita la ciudad de Villa Gobernador Gálvez y los barrios del sur de Rosario es el uso fluctuante que los frigoríficos realizan de su fuerza de trabajo lo cual implica que las empresas han realizado históricamente y en la actualidad cíclicas expulsiones de personal, a lo largo de nuestro trabajo de campo hemos podido comprobar que, salvo contadas excepciones, los trabajadores de la carne han laborado en más de una empresa frigorífica.

Aunque destacamos la escasez de antecedentes de investigación específicos, no podemos dejar de mencionamos la importancia que revisten los trabajos de MENOTTI, Paulo: Ramón Zarza, el Sindicato de la Carne de Rosario y el Frigorífico Swift, Seminario General de la carrera de Historia. FHyA. UNR, Rosario, 2002; y MENOTTI, Paulo: Al sur, un faro de luces y sombras. Historias de militancia, trabajo y explotación en el Swift, Tesis de licenciatura en Historia. FHyA. UNR, Rosario, 2008; y el de ROSAS, Adolfo; La voz de La Chaira, Último recurso, Rosario, 2011. También mencionamos el trabajo de ROLDÁN, Diego; Chimeneas de Carne. Una historia del Frigorífico Swift de Rosario 1907-1943, Prohistoria, Rosario, 2008. Otros autores centran sus análisis en los trabajadores de frigoríficos ubicados en otras localidades del país como: LOBATO, Mirta; La vida en las fábricas. Trabajo, protesta y política en una comunidad obrera, Berisso (1904-1970), Entrepasados, Bs. As., 2001; CONTRERAS, Gustavo; “Las luchas sindicales del gremio de la carne”, en: BELKIN, A. (comp.) Desde el subte, Bs. As., 2009, pp. 31-90.; POLI, Christian; La formación de la conciencia de clase en los trabajadores de la carne desde una perspectiva regional. Zárate 1920-1943, Instituto Movilizador de Fondos Cooperativos, Bs. As., 2004; SALAS, Ernesto; La Resistencia Peronista, Retórica ALTamira, Bs. As., 2006; TARDITTI, Roberto; “Génesis de una fracción del proletariado bonaerense: los obreros frigoríficos 1880-1920”. Ponencia 5 Congreso Nacional de Estudios del Trabajo, Bs. As., 2001 y SENÉN GONZÁLEZ, Santiago; Carne, industria, trabajadores y Liebig, Corregidor, Bs As., 2008. A excepción de éste último, los trabajos se focalizan en plantas ubicadas en la provincia de Buenos Aires y, la mayoría, abordan las experiencias político-gremiales de los trabajadores durante la primera mitad del siglo XX.

El trabajo de campo lo iniciamos en el año 2002. Se realizaron aproximadamente 40 entrevistas semi – estructuradas a trabajadores y ex – trabajadores, la mayoría sin jerarquía de mando. Además hicimos observaciones con y sin participación en contextos barriales, familiares y – en menor medida – fabriles, a través de las cuales construimos registros de conversaciones casuales. Hemos mantenido en el escrito el anonimato de los sujetos con los que realizamos el trabajo de campo.

En junio de 1966 Arturo Illia fue derrocado a través de un golpe de Estado que instaura como presidente de la nación al Gral. J. C. Onganía. Se suprimen las instituciones propias de las democracias representativas (parlamento y corte suprema de justicia), se disuelven los partidos políticos y se intervienen las Universidades. Paralelamente se instrumentan amplios dispositivos represivos a través del Sistema Nacional de Planeamiento y Acción para la Seguridad y el Consejo Nacional de Seguridad. TCACH, César; “Golpes, proscripciones y partidos políticos”. En: JAMES, Daniel (dir.); Violencia, proscripción y autoritarismo (1955-1976), Sudamericana; Bs. As.; 2003.

Mientras que en el primer ciclo la lucha estuvo motorizada y protagonizada por estudiantes universitarios. En las jornadas de septiembre el grueso de los protagonistas fueron trabajadores de diferentes gremios, dinamizados por el cuerpo de delegados de la Unión Ferroviaria quienes venían sosteniendo un largo conflicto en reclamo por la reincorporación de personal cesanteado. VIANO, Cristina; “Una ciudad movilizada (1966 – 1976)” En: PLA, Alberto (comp.); Rosario en la historia (de 1930 a nuestros días); UNR Editora; Rosario; 2000; T. 2.

SCHNEIDER, Alejandro; Los compañeros. Trabajadores, izquierda y peronismo, 1955-1973; Imago Mundi; Bs. As.; 2006.

Otro importante referente político del sindicato de la carne de Rosario fue Luis Rubeo quien, al describir públicamente su iniciación militante da cuenta de su participación en los intentos de toma del Regimiento 11 de Infantería. También se reconoce como fundador de la Agrupación Peronista de Apoyo a Cuba (APAC) e integrante de la delegación que viajó a ese país, por pedido de Perón, para establecer relaciones oficiales. (En Rev. Nuevo Horizonte para el Mundo 05/02/2010)

La Capital, 19/5/1969 (en adelante:  LC) y La Tribuna, 7/ 7/1969 (en adelante: LT)

Según hemos podido reconstruir desde la información de campo, comenzaron realizando tareas de propaganda entre los trabajadores de Swift militantes del Partido Comunista –PC- y, luego de la ruptura de esa organización en 1968, del Partido Comunista Revolucionario –PCR-. También integraron la agrupación Socialismo Revolucionario –SR-; Partido Revolucionario de los Trabajadores –PRT-, Vanguardia Comunista –VC-, Partido Socialista de los Trabajadores –PST-, entre otras.

Las secciones Playa (donde se mata, destripa y desolla al animal), Despostada (donde se separa el hueso de la carne) y Picada (donde se realizan los distintos cortes), conforman las primeras fases del proceso y cuentan con numerosos trabajadores que realizan tareas manuales utilizando herramientas sencillas, principalmente cuchillos. Otras secciones importantes son Frozen, Conserva, Grasería y Cámaras. También se fabrican envases para los productos y se procesan cueros, extractos. Durante las décadas del ’50, ’60 y ’70 el frigorífico Swift poseía además numerosas secciones donde se elaboraban alimentos desvinculados del procesamiento de carne vacuna como: “Secadero de Leche”, donde se hacía leche en polvo y helados; “Playa de Cerdo” y elaboración de fiambres; “Peladero de Pollo”; y envasado de frutas y hortalizas de estación. VOGELMANN, Verónica; Procesos de trabajo y Construcción de Subjetividad: La experiencia de los trabajadores de la carne en el Gran Rosario. Tesina de grado de la carrera Licenciatura en Antropología. FHyA. UNR. 2006.

LT, 3/8/1969.

“Comunicado” en: LT, 7/8/1969.

En las denuncias se hacía referencia a las bajas temperaturas, la humedad de los ambientes y el aumento de los topes de producción. La Chaira solicitó la solidaridad de otros gremios, declarando que la “…lucha por conseguir mínimas y humanas condiciones de trabajo (…) es justa y es parte de la que libra la clase obrera por su liberación” (Comunicado en LT 4/8/1969). Es interesante señalar que los conflictos vinculados con los problemas de los ambientes de trabajo fueron una constante a lo largo de décadas en el frigorífico Swift, muchos de los cuales focalizaban sus denuncias en las bajas temperaturas y las deficiencias en los equipos.

Circunscribían el conflicto a la sección Picada y explicaban que el cese de tareas en el resto de las secciones se debía a las características del proceso productivo que, al parar Picada, deja desprovista de materia prima al resto de las secciones (LT 6/8/69).

LT; 6/8/1969.

LT 12/8/1969.

JAMES, D.; op. cit.. Por estos años se creó por ley (Nº 18257) el Instituto de Servicios Sociales para el Personal de la Industria de la Carne y Afines -ISSPICA- que dirigía la prestación de servicios médicos sin intervención de la Federación gremial. Con este instituto, el Gobierno Militar reforzó su tendencia a tomar parte en la actividad de las Obras Sociales, financiando a algunas entidades de primer grado con servicios mínimos (Reseña Histórica Obra Social de la Federación Gremial del Personal de la Industria de la Carne y sus Derivados –RHOS-) de las cuales se beneficia ampliamente el Sindicato de Rosario con la organización de un policlínico y la iniciación de obras para la construcción de un nuevo centro de salud (LT, 7/7, 18/8, 14/9/1969. LC, 28/11/69).

SCHNEIDER; op. cit..

Desde la década del ’30 las transformaciones del sector cárnico a nivel mundial fueron marcando el descenso de los volúmenes exportables y el aumento de la importancia del mercado interno. Desde 1955 estas tendencias se profundizaron determinando que la industria frigorífica ingresara en una etapa signada por la retirada de los capitales ingleses y norteamericanos, y el cierre de importantes establecimientos productivos. AZCUY AMEGHINO, Eduardo; La carne vacuna argentina. Historia, actualidad y problemas de una agroindustria tradicional. Imago Mundi; Bs. As.; 2007.

En Villa Gobernador Gálvez, Swift suspendió a 500 operarios (LT, 20/10/70), los cuales pasaron a ser en pocos días 4.200 (LC, 22/10/70 y 24/11/70) hasta ascender a 6.400 (LT, 9/2/71).

Solicitada; LC, 5/10/70.

La Garantía Horaria es el pago de sesenta horas quincenales que los frigoríficos deben realizar a los obreros suspendidos por bajas en la producción. Se trata de una conquista que los trabajadores obtuvieron en la década del ’30, su efectiva implementación fue y continúa siendo un eje de disputa entre trabajadores y patronales, de la que en numerosas ocasiones participa el Estado.

La Comisión de Comerciantes e Industriales Pro Recuperación del Frigorífico Swift nucleaba a unos 250 pequeños y medianos comerciantes de la zona sur de Rosario. Ante el peligro de desaparición de un importante mercado de consumo realizaban cierres de protestas reclamando la conservación de la fuente de trabajo para sus clientes (LC, 11/1/71).

LT, 13/3/71.

En Julio de 1970 el 5º Congreso del Partido Revolucionario de los Trabajadores- línea El Combatiente- fundó el ERP con el propósito de iniciar acciones guerrilleras contra la dictadura de Onganía. Actuaron junto a otros grupos como las Fuerzas Armadas de Liberación Nacional, Fuerzas Armadas Peronistas, Fuerzas Armadas Revolucionarias y Montoneros. PLIS-STERENBERG, Gustavo; Monte Chingolo. La mayor batalla de la guerrilla argentina; Planeta; Bs. As.; 2006.

LT, 21/1, 12/2, 27/2, 1/3, 26/3, y 2/4/1971.

Como parte de la estrategia de inserción en la dinámica del movimiento obrero, la organización exigió a la empresa la reincorporación y el pago de lo adeudado a los trabajadores suspendidos; el cese del trato policial por parte de los jefes; la disminución del frío en las secciones que afectaban la salud de los trabajadores e impedía que mujeres embarazadas puedan trabajar; y la indemnización de 25 millones de pesos en alimentos. Además, reclamaron repartos de frazadas, carne y útiles escolares (LT, 23 al 31/5 y 1/6, 2/6/1971 y Documental: “Swift 1971. Crónica del secuestro y liberación del cónsul inglés en Rosario representante del frigorífico”. Grupo ‘Cine de la Base’. Raymundo Gleyzer. ERP).

LT, 17/7/71 y 21/7/71.

Luego de la reapertura de Swift, el Sindicato dispuso medidas de fuerza, como paros rotativos y de corta duración, ante el incumplimiento de acuerdos asumidos por la patronal en negociaciones paritarias; algunos de las cuales finalizaron con triunfos de los trabajadores (LT, 8/9/1971).

Se identifican conflictos vinculados con el frío en las secciones y los consiguientes reclamos por el reconocimiento de insalubridad. En sus relatos, los trabajadores señalan el aumento de las sanciones dispuestas por la empresa, como por ejemplo los despidos y suspensiones por comer carne en el lugar y horario de trabajo práctica que está muy extendida en los obreros de los frigoríficos. Algunos activistas recuerdan, también, conflictos que se desataban por el maltrato a las mujeres trabajadoras, en particular situaciones de acoso por parte de personal jerárquico.

JAMES, D.; op. cit.. La firma del llamado ‘Pacto Social’ “…implicaba un congelamiento de precios y salarios por un año (…) se acordaba una reducción de los precios de los productos elaborados por un grupo selecto de 570 firmas más poderosas y concentradas, incluyendo entre ellos la carne vacuna y textiles. Respecto de los salarios, se concedía un aumento fijo hasta el próximo ajuste, que tendría lugar en principio el 1º de junio de 1974.” LÖBBE, Hector; La guerrilla fabril. Clase obrera e izquierda en la Coordinadora de Zona Norte de Gran Buenos Aires (1975-1976) Razón y Revolución; Bs. As.; 2009.

El vicegobernador de la provincia era una figura de las 62 Organizaciones, el intendente de Rosario era avalado por la UOM y numerosos espacios políticos fueron ocupados y dirigidos por hombres salidos de las filas de la UOM, la UOCRA y el Sindicato de la Carne. VIANO, C.; op. cit..

Con la confección de un proyecto de ley de nacionalización de Swift Rubeo comenzó a ganar adherentes entre distintas organizaciones representativas de la sociedad - vecinales, defensa del consumidor, etc.- y fuerzas políticas (LT 30/8, 21/9, 20/10, 1/11, 3/11, 5/11, 9/11, 1/12/1973).

En su programa explicitaban posiciones a favor de la expropiación de DeLTec y la nacionalización de Swift. También formulaban denuncias contra el plantel médico que funcionaba en ese frigorífico y contra el régimen de producción donde reaparecían los problemas por las bajas temperaturas y por la existencia de contratos de trabajo temporarios (LT 3-11-73).

A escasos días de efectuarse las elecciones en el sindicato de la carne, el ERP secuestró a un trabajador de Swift y activista gremial vinculado al Sindicato de la Carne. En comunicados y volantes se explicitaban que las motivaciones del hecho tenían estrecha relación con el asesinato de Razzetti (LT, 13/11/1973). Constantino Razzetti fue uno de los principales referentes locales de la Juventud Peronista, su asesinato constituye para algunos analistas la carta de presentación de la Triple A en Rosario. En investigaciones periodísticas, Carlos Del Frade esboza varias hipótesis que involucran como posibles responsables políticos a dirigentes del Sindicato de la Carne de Rosario. DEL FRADE, Carlos; Veintinueve años de impunidad ¿Quién mató a Constantino Razzetti? Disponible en Web: http://www.postalesdelsur.net/ver_archi.php?que_nota=notas143; 2002.

En palabras de un obrero de Swift: “[En la carne] eran unos dirigentes que eran más primitivos (…) y los delegados había algunos que eran muy odiados que le decían Ojo de Oveja por la cara me parece, no sé. Me acuerdo que el ERP una vez él tenía un negocio se lo quemó porque hubo un incidente ellos estaban en… creo que en la puerta del sindicato y había un muchacho con una moto con el caño afuera, que le llamaban escape libre, haciendo mucho ruido entonces le molesta y este, que le decían Ojo de Oveja, no tiene mejor idea que sacar un revolver y pegarle un tiro pero no le pega, mata a un chico. Entonces ahí se tuvo que ir, él se tuvo que esconder y después el ERP me acuerdo que le hace una operación así.” (Aníbal. Trabajador de Swift y CAP 1969- 1973. Militante de la agrupación La Chaira. Entrevista diciembre de 2008). El hecho tuvo resonancia pública y la comisión directiva del sindicato denuncia ser victima de una campaña en su contra (LT, 6 y 12/9/1973).

LT, 26 y 28/2/1974.

JAMES, D.; op. cit., p. 325.

Los conflictos en las distintas secciones y áreas se desataban por problemas con las bajas temperaturas y pocos descansos (para la sección Picada), la prohibición de hacer uso del comedor (para los trabajadores de Frozen), el no otorgamiento de aumentos salariales (para los empleados administrativos). Los militantes de la lista Gris lucharon también por extender el reconocimiento de la insalubridad a todas las secciones de la planta.

Los paritarios conforman, junto con igual número de representantes empresarios, las comisiones paritarias locales. Por Convenio Colectivo (Nº56/73) se establece que “la comisión paritaria local es esencialmente el órgano que expresa la comunidad de objetivos de ambas partes en cuanto al propósito de lograr el mejor desarrollo posible del proceso productivo, la armonía de las relaciones laborales y el bienestar de los trabajadores en ocasión y con motivo de su labor. Es también el órgano llamado a asegurar el cumplimiento de las disposiciones del presente convenio y a desempeñarse como Auxiliar de las Autoridades de Aplicación (…). Tiene además la misión de solucionar todo conflicto que afecte la normalidad de las relaciones laborales y de abocarse al conocimiento de todas las cuestiones que específicamente el presente convenio incluye en su competencia” (Art. 67:13-14).

“Al interior de la fábrica (…) los delegados tenían que responder al Paritario, es el único lugar donde la Comisión Interna… digamos, en cualquier otra fábrica la Comisión Interna era el cuerpo de delegados, ahí la Comisión Interna era la Comisión Directiva. Digamos, los delegado tenían que supeditarse a lo que decían los paritarios, siempre fue así.” (Adolfo. Trabajador de Cooperativa de Carniceros y Villa Diego 1983-1993. Delegado opositor a la conducción sindical. Entrevista septiembre 2002). Según hemos podido constatar en entrevistas y conversaciones mantenidas con delegados de frigoríficos ubicados en la provincia de Buenos Aires, allí sí funcionan las Comisiones Internas de fábricas.

El sector encabezado por Romero se encolumnó detrás de la figura de Lorenzo Miguel, dirigente de la Unión Obrera Metalúrgica y de las 62 Organización Peronistas. Mientras que Zorila pertenecía a la corriente gremial denominada Grupo de los Ocho y tenía el respaldo del gobernador de la provincia de Buenos Aires, Victorio Calabró, y de referentes políticos del sindicato de Rosario como Gerardo Cabrera y Luis Rubeo.

LT, 21, 27, 28 y 29/10/1975; 10/11/1975; 9/12/1975.

En julio de 1975 el diputado Luis Rubeo participó como orador en una reunión en el Sindicato de la Carne donde concurrieron destacados actores políticos, allí criticó el plan económico de gobierno y finalizó rindiendo homenaje a las fuerzas armadas: “La posición de las fuerzas armadas (…) ‘refleja una gran madurez política que ofrece margen y oportunidad al partido gobernante’. Dijo luego ‘debemos saber si la crisis la paga el pueblo como lo quiere Rodrigo o la pagan todos los argentinos’” (LT, 14/7/1975).

Dos delegados de la lista Gris recuerdan: “G: Y en la misma puerta de la fábrica te cagaban a palo con toda, si un día me pegó un puñete el Piquita ese que… fui a sacar la cuchilla yo, después disparaban, se metieron en el coso porque siempre teníamos la cuchilla que trabajábamos nosotros entonces disparó, viste, el tipo.

V: En la parte mía yo entraba y era muy amigo de los serenos también (…) venían los serenos, ‘che’, dice, ‘ahí entran los del sindicato, vienen con pistolas, te vienen a liquidar’. Me metí en un camión de carne, iba y paraba allá en Arroyo Seco y al otro día volvía de vuelta.”(Gino y Valentín. Trabajadores de Swift, delegados gremiales y dirigentes de la Lista Gris. Entrevista marzo 2010).

Algunos militantes inscriben en esta situación de “terror” el accionar del paritario referente de la Lista Gris, tensionando las valoraciones de “traición” predominantes al interior del gremio: “Los vagos decían que con Aguilera, viste, decían que se entregó que se, que se vendió, yo qué sé... bueno, a la hermana la matan, le cortan la lengua, le hacen un desastre a la hermana.” (Silvio. Trabajador de Swift 1971-1976. Delegado y miembro de la Lista Gris. Sec. Gral. Sindicato de la carne de Casilda. Entrevista Junio 2007).

JAMES, D.; op. cit., p. 324.