De la jurisdicción
provincial a la nacional: la estabilidad fiscal en la consolidación de la
municipalidad de Posadas, Misiones (1883-1911)
Luz Irene Pyke(*)
Resumen
El trabajo propone analizar la
relevancia de la estabilidad fiscal para el proceso de consolidación de la
municipalidad de Posadas entre 1883 y 1911, tras su transición desde la
jurisdicción provincial correntina a la nacional del territorio de Misiones. En
este marco, sostenemos que dicha transición tensionó la dinámica de las
relaciones entre los concejos municipales, en tanto representantes locales, y
los gobernadores territoriales, designados en forma directa por el gobierno
nacional. En este artículo argumentamos que en el marco de estas nuevas
tensiones, la capacidad de expandir sus rentas y mantener finanzas estables,
exhibiendo cálculos de recursos y presupuestos de gastos anuales incluso
superavitarios, constituyó uno de los principales recursos del concejo
municipal de Posadas para defender su autonomía política frente a los
gobernadores y al gobierno nacional.
Palabras Clave: Gobierno municipal;
Finanzas locales; territorio nacional; Misiones.
From
provincial to national jurisdiction: fiscal stability in the consolidation of
the municipality of Posadas, Misiones (1883-1911)
Abstract
The paper proposes to analyze the relevance of the fiscal stability in
the consolidation process of the municipality of Posadas between 1883 and 1911,
after its transition from the provincial jurisdiction of Corrientes to the
national jurisdiction of the territory of Misiones. In this regard, I state
that this transition stressed the relations between the municipal boards, as
representatives of the local interest, and the territorial governors,
designated by the national governments. In the article I argue that in the
context of these tensions, the ability to expand different sources of revenue
and maintain stable finances, even exhibiting annual budget surpluses,
constituted an important political resource for the municipal boards of Posadas
since it enabled them to defend their political autonomic attributions in front
of the governors and the national authorities.
Keywords: Municipal government; Local finances; National territory;
Misiones.
De la jurisdicción provincial a la
nacional: la estabilidad fiscal en la consolidación de la municipalidad de
Posadas, Misiones (1883-1911)
Durante
la segunda mitad del siglo XIX, tras la sanción de la Constitución Nacional, la
Argentina inició un proceso de organización institucional, política y fiscal
que incluyó la constitución de gobiernos municipales. Si bien este proceso
resultó tardío en relación a otros estados de Hispanoamérica (Canedo, 2017, p.
51; 2019: p. 179), éste exhibió las mismas tensiones entre lo local y lo
central devenidas de las presiones de los estados nacionales y provinciales
para convertir a los municipios en sus representantes en el territorio,
subordinando su carácter de representantes de los intereses locales. Como
señala Morelli (2007, p. 116-117) la institución municipal confronta de este
modo las tendencias centralizadoras con las tradiciones de la autonomía y el autogobierno
local.
En
Argentina aunque los municipios estén reconocidos por la Constitución Nacional,
la misma delegó en los gobiernos provinciales la definición de una legislación
que estableciera un marco para la organización de los mismos (Ternavasio, 1991,
p. 64-65). Ello derivó en la sanción de diversos regímenes en los que la
tensión local/central se expresó de diferentes modos, ofreciendo resultados
dispares en su implementación. Diferentes estudios de caso han demostrado que
uno de los principales desafíos enfrentados por los municipios fue, en este
marco, el de consolidar sus capacidades de autofinanciamiento a través de la
conformación de una jurisdicción fiscal y una hacienda propia.[1] Los
casos municipales estudiados, sin embargo, se han desenvuelto en el marco de
regímenes municipales establecidos por gobiernos provinciales, por lo que las
características de los casos desarrollados bajo el régimen municipal de los
territorios nacionales permanecen en gran medida desconocidos.[2]
En
este artículo proponemos un estudio sobre el caso del municipio de Posadas,
ciudad capital del entonces territorio nacional de Misiones.[3] En
este sentido, el proceso de constitución del municipio de Posadas cuenta con la
característica particular de haberse iniciado bajo la administración y
legislación de la provincia de Corrientes en 1872, pasando luego en 1883 a la
jurisdicción del territorio nacional de Misiones como su ciudad capital y por
lo tanto asiento de la nueva gobernación. Esta característica convirtió a este
municipio no sólo en el más antiguo del territorio, sino también en una
institución de gobierno local preexistente a la instalación de la gobernación.
El
hecho de que municipio y gobernación estuvieran asentados en la misma ciudad le
imprimió a las relaciones políticas e institucionales entre ambos niveles de
gobierno una dinámica particular no exenta de tensiones y conflictos.[4] En
este marco las mismas características del régimen de territorios nacionales
también influyeron fuertemente en esta dinámica. El concejo municipal de
Posadas buscaba presentarse como una institución autónoma en términos políticos
y fiscales, legitimada regularmente por los procesos electorales. Por el
contrario, la gobernación representaba la autoridad territorial designada por el
gobierno nacional, sin atribuciones fiscales o políticas autónomas. Las
autoridades nacionales, particularmente del Ministerio del Interior, oficiaban
a menudo como terciadores en las tensiones que surgían entre los concejos
municipales y los gobernadores.
Argumentamos
en este trabajo que, tras la transición desde la jurisdicción correntina hacia
la nacional, los concejos municipales de Posadas lograron consolidar una
relativa estabilidad institucional y financiera bajo el régimen de territorios
nacionales, contando con suficientes fuentes de recursos propios.[5] Esta
estabilidad se relacionaba a factores locales como el de haber constituido una
institución de gobierno local de previo arraigo, y haber contado con un elenco
municipal vinculado a la administración de empresas privadas, y las prácticas
contables. El marco normativo ofrecido por el régimen municipal de los
territorios nacionales también brindaba, por su parte, ciertas atribuciones
fiscales que favorecieron el desarrollo de finanzas estables. No obstante,
proponemos que la relevancia de mantener finanzas estables y contar con
recursos propios radicaba en el hecho de que permitía a los concejos
municipales defender ciertos márgenes de autonomía política frente a los
gobernadores y las autoridades nacionales en determinadas coyunturas. En este
sentido, los concejos municipales no sólo se proponían presentar sus cálculos
de recursos y presupuestos de gastos anuales exhibiendo equilibro fiscal
–cuando no superávit–, sino también sus balances de caja mensuales.[6]
Con
el objetivo de sustentar este argumento, se han abordado tres aspectos: a. el
proceso de constitución de la municipalidad de Posadas y su transición del
régimen correntino al nacional; b. las características y evolución de las
finanzas municipales hacia fines del siglo XIX y comienzos del XX; y c. la
importancia política que tenían el equilibrio fiscal y la estabilidad
financiera municipal para los concejos frente a las autoridades nacionales.
Las
fuentes principales que se han analizado para este trabajo han sido los libros
de actas del concejo municipal de Posadas. Desafortunadamente sólo se conservan
en forma original los libros que cubren el período que se extiende de 1898 a
1911. Para las décadas anteriores se cuenta con una edición de Lucas Braulio
Areco (1985) que recopila fragmentos de los libros de actas municipales desde
1872 hasta aproximadamente 1910. La limitación de las fuentes disponibles ha
impedido por lo tanto, un análisis más profundo sobre las décadas de 1870 y
1880. No obstante, se han incluido algunos aspectos presentes en estos
registros que se han considerado relevantes para este trabajo.
El
periodo propuesto se extiende desde 1883, cuando se produce el traspaso de la
municipalidad de Posadas hacia la jurisdicción del territorio nacional de
Misiones, hasta 1911, último año del que se disponen actas de sesiones del
concejo municipal. En términos generales, se trata de un periodo caracterizado
por un proceso de mayor centralización del estado nacional, dentro del cual se
inscribe la creación de los territorios nacionales, que se extendió hasta el
ascenso del partido radical al gobierno nacional, cuya influencia alteró en
gran medida las formas en las que se desarrollaban las relaciones políticas a
nivel local hasta ese momento (Pyke, 2016).
1.
De la administración correntina a la jurisdicción nacional: el proceso de
constitución de la municipalidad de Posadas
El
proceso de constitución de la municipalidad de Posadas reconoce dos momentos o
etapas. La primera se extendió entre 1872 hasta 1883, a partir de la creación
del gobierno municipal por parte del gobierno de la provincia de Corrientes. La
segunda se desarrolló con posterioridad a 1883 cuando el concejo municipal
volvió a constituirse bajo el régimen de territorios nacionales tras la
creación del territorio de Misiones. Esta transición, como se verá a
continuación, no sólo involucró un cambio en el gobierno municipal desde el
punto de vista normativo, sino que también implicó la redefinición de las
relaciones entre los concejos municipales y la figura del gobernador
territorial, conjuntamente con un recambio en los elencos municipales.
La
primera etapa se inició con la creación del concejo municipal de Posadas en
1872, como parte del proceso de instalación de municipalidades que la provincia
de Corrientes venía ensayando a través de las constituciones provinciales de
1856 y 1864, y que fueron obstaculizados debido a la inestabilidad política y
los diversos enfrentamientos armados que se sucedieron durante esos años. De
este modo, no fue sino hasta la década de 1870, cuando la provincia comenzó a
experimentar una relativa estabilidad política, que este proceso de instalación
de municipalidades pudo desarrollarse con una mayor continuidad. En este marco,
hacia fines del año 1870 el gobierno de Baibiene logró sancionar una nueva ley
de municipalidades de campaña. Si bien para entonces ya se habían instalado
gobiernos municipales en la ciudad de Corrientes y en Goya, la nueva ley
buscaba regularizar el funcionamiento de las comisiones departamentales
constituidas bajo un decreto de 1869 en los pueblos cabeceras de departamento.
El régimen municipal que se implementó a partir de esta nueva legislación
contemplaba la conformación de concejos municipales de campaña en dichos
pueblos cabeceras (Schaller, 2012: p. 87-88, 95; Mantilla, 1929: p. 253-304).
Éste
era el caso del pueblo de Posadas, cabecera del departamento de Candelaria que
fuera creado en 1870 por el gobierno de Corrientes sobre el margen izquierdo
del río Paraná, en donde las fuerzas paraguayas habían establecido previamente
un campamento militar conocido comúnmente como Trinchera de los Paraguayos o
Trincheras de San José. Allí se estableció una comisión departamental que,
aunque de breve actuación, permitió realizar la mensura y el deslinde de
solares y suertes de chacras sobre las que el gobierno correntino pudo fundar
el pueblo de Trincheras de San José, rebautizado como Posadas en 1879. Este
pueblo, en tanto cabecera del departamento de Candelaria, fue el asiento del
concejo municipal que se creó en 1872, cuya su jurisdicción se extendía hacia
todo el departamento. La diferencia fundamental entre ambas instituciones era
que ésta última era designada por el gobierno Corrientes, mientras que la
primera implicaba la creación de un gobierno local constituido a través de un
proceso electoral.
Durante
este primer periodo, los concejos municipales, en acuerdo a lo establecido por
la legislación correntina, constituían cuerpos colegiados compuestos por cinco
miembros titulares y dos suplentes. Entre éstos se debían elegir un presidente
y un vicepresidente, así como distribuir en las comisiones o áreas de
tesorería, higiene, instrucción pública y síndico procurador. La comisión de
instrucción pública implicaba en este caso que correspondía a los gobiernos
municipales el mantenimiento de las escuelas. Sus rentas, por su parte, estaban
compuestas por derechos de abasto y corrales, multas, peajes y pontazgo, venta
de solares, arrendamiento de chacras, guía de haciendas, inspección de pesas y
medidas, el 10% de la contribución directa y alumbrado público (Etorena y
Freaza, 2018: p. 126, 127).
Si
bien la información de la que se dispone para Posadas durante estos años es
limitada, entre algunos de los primeros ingresos que se han registrado figura
el derecho de abasto, los sellos para la compra o merced de chacras y solares,
derecho de piso para carretas, patentes de perros, derechos de sepultura y los
derechos del brete. Entre los principales gastos se cuentan por su parte los
sueldos del secretario, maestros y preceptores de escuela, un comisario, un
médico, un encargado del cementerio y uno del alumbrado de la plaza principal 9
de Julio, el alquiler de una casa para la municipalidad, las fiestas cívicas y
algunas donaciones. Cabe destacar que una de las mayores inversiones del
periodo fueron las obras de erección de la iglesia principal que se autorizaron
en 1876. Este importante gasto pudo haber influido en la carencia de fondos
registrada entre 1877 y 1878 (Areco, 1985).
A
partir de 1883 se inició, por su parte, una nueva etapa en la que el concejo
municipal de Posadas debió reconstituirse bajo el régimen de territorios
nacionales tras ser transferido a la jurisdicción del recientemente creado
territorio de Misiones. Este proceso de traspaso implicó para el gobierno local
al menos tres cambios significativos: la capitalización de Posadas a través de la
instalación de la gobernación en ella; la transición hacia el nuevo marco
normativo establecido por el régimen de territorios nacionales; y el proceso de
relativo recambio en los elencos municipales.
La
capitalización de Posadas implicó que las nuevas autoridades de la gobernación
de Misiones establecerían asiento en esta localidad, inaugurando una nueva
dinámica en las relaciones entre los concejos municipales y los gobernadores,
atravesada por la naturaleza de ambas instituciones. Los concejos municipales
representaban en este marco una institución de auto-gobierno local
pre-existente, compuesta por personas o “vecinos” arraigados en el territorio,
que había funcionado durante diez años antes de la llegada de los gobernadores.
Por el contrario, los gobernadores no sólo eran representantes del gobierno
nacional, sino también funcionarios foráneos sin vínculos previos con la
población local. Entre 1882 y 1916 todos los gobernadores designados fueron
hombres que habían desarrollado sus carreras políticas y militares fuera del
territorio de Misiones.[7]
En
este sentido, uno de los eventos representativos de la inauguración de estas
relaciones lo constituyó la llegada de Rudecindo Roca como primer gobernador
designado del territorio.[8] Este
arribo estuvo acompañado por el Batallón 3° de Línea que, al instalarse
inicialmente sobre la plaza principal de Posadas, llamada “9 de Julio”, generó
uno de los primeros y principales focos de tensión con el concejo municipal,
que había iniciado poco tiempo antes una importante inversión de refacción de
dicha plaza. Este plan de refacción involucraba una importante inversión de
fondos municipales en la compostura de los alambrados, la nivelación del suelo,
la plantación de naranjos y la instalación de nuevos faroles, por lo que la
presencia del batallón realizando sus ejercicios diarios en la plaza resultó un
elemento disruptivo en los planes del concejo. Los municipales decidieron
dirigirse al gobernador en reiteradas oportunidades para solicitarle que los
ejercicios se trasladaran hacia otras plazas cercanas, sin haber obtenido
ninguna respuesta favorable de su parte. Estas tensiones en torno al cuidado de
la plaza central entre el concejo y la gobernación se reiterarían en años
posteriores, como se verá más adelante (ISPARM, 1979, p. 11). El hecho, aunque
pueda parecer trivial, da cuenta de los cambios que traería la presencia de
estas autoridades nacionales para las gestiones municipales.
El
proceso de transición hacia el nuevo marco normativo establecido por el régimen
de territorios nacionales también implicó cambios significativos para el
funcionamiento del concejo municipal de Posadas a partir de 1883. Bajo el nuevo
régimen municipal de los territorios nacionales, los concejos constituidos
mantenían su carácter electivo, funcionando como cuerpos colegiados de cinco
miembros entre los que se elegía un presidente y se distribuían comisiones. A
estas atribuciones de carácter electivo, se le sumaban además otras de carácter
fiscal como las de “establecer impuestos municipales” o “fijar multas” a los
infractores de ordenanzas, pudiendo asimismo administrar los bienes y fondos
municipales.[9] La
instrucción pública y el mantenimiento de escuelas quedaron, no obstante, fuera
de la órbita municipal.
En
los territorios nacionales, este de proceso de instalación de municipalidades
fue en muchos casos conflictivo y el contraste entre las atribuciones
autonómicas de los concejos municipales y las mayormente centralizadas de las
gobernaciones fue muchas veces interpretado por ministros y gobernadores como
una de sus causas. En el caso de Río Negro, por ejemplo, la imposibilidad de
regularizar los concejos municipales y sus constantes conflictos generaron
permanentes situaciones de acefalía cuyo resultado hacia 1910 fue la supresión
de tres de los cuatro concejo municipales electivos (Ruffini, 2007, p.
238-239). En Neuquén, la conformación del primer concejo municipal electivo de
la ciudad capital tras las elecciones de 1906 terminó en la inmediata renuncia
de la mayoría de sus integrantes, y en una intervención que se extendió hasta
1911 (Gallucci, 2005).
En
el territorio de Misiones, la transición de la municipalidad de Posadas constituida
bajo el régimen de la provincia de Corrientes hacia el nuevo régimen tampoco se
realizó sin atravesar dificultades. Éste proceso se inició en 1885, cuando el
gobernador Roca decretó la intervención del concejo constituido bajo el régimen
correntino, y la conformación de una comisión municipal que se mantuvo en
funciones hasta la realización de las primeras elecciones bajo el nuevo régimen
en 1886. Si bien estas elecciones se llevaron a cabo, la incapacidad de
realizar nuevas elecciones en 1888, determinó una nueva intervención por parte
del gobernador Roca. Al año siguiente, otra elección parece haber resultado
fallida porque, según lo informado por las fuentes disponibles, “no se había
presentado ningún sufragante a depositar su voto” (Areco, 1985, p. 74, 77, 82).
Estas
dificultades en el proceso de transición hacia el régimen municipal de los
territorios nacionales pudieron haber estado relacionadas, finalmente, al
proceso de relativo recambio en los elencos municipales que hemos mencionado.
Si bien un análisis en profundidad de las características de los elencos
municipales durante el período y su transformación posterior escapa a los
objetivos de este artículo, ha sido posible advertir a partir de las fuentes
consultadas que una parte importante de los hombres que integraron regularmente
los concejos de Posadas durante la etapa correntina desaparecieron del gobierno
municipal tras la intervención de 1885, abriendo paso a nuevos elencos
municipales. Aunque algunas personalidades continuaron teniendo cierta
gravitación sobre los concejos, los mismos comenzaron a integrarse mayormente
por hombres que no habían tenido actuación durante la etapa anterior.[10]
El
ingreso de un nuevo elenco de hombres sin experiencia previa en la localidad no
sólo pudo haber repercutido en los problemas de institucionalización
mencionados, sino que da cuenta de la influencia que la llegada de la
gobernación pudo haber tenido sobre el proceso de conformación de los nuevos
concejos. En este marco, las dificultades para realizar las elecciones pudieron
estar relacionadas a ciertas resistencias por parte de los elencos municipales
de arraigo previo para legitimar la nueva situación, sin ser incluidos más
activamente en el proceso. La pervivencia de algunas figuras relevantes durante
el periodo correntino junto a las nuevas figuras, pudo inscribirse en el marco
de dichas tensiones y diálogos. No obstante, a pesar de estas dificultades
iniciales, los nuevos concejos lograron regularizarse a través de elecciones
periódicas.
Otro
de los obstáculos en el proceso de instalación de municipalidades en los territorios
nacionales estuvo relacionado a las imprecisiones de la legislación vigente,
que fueron el foco recurrente de muchos conflictos. Esto motivó que hacia 1890
se promulgara una ley de reforma en la que se especificaron en forma particular
varios aspectos relativos al régimen municipal. A través de esta reforma se
establecieron, entre otras cosas, las atribuciones municipales en materia de
higiene, control de alimentos, provisión de servicios públicos, construcción de
caminos y, sobre todo, para la venta de tierras fiscales.
La
nueva ley reafirmaba, por su parte, la potestad de los gobiernos locales para
fijar impuestos municipales, especificando cómo se debían conformar estas
rentas. Según la ley de reforma las rentas municipales debían componerse por las
contribuciones directas sobre propiedades del ejido municipal, el 40% de las
patentes comerciales e industriales (el 60% restante era percibido por el
estado nacional), las patentes sobre rodados y establecimientos recreativos
(teatros, circos, canchas, etc.), los impuestos sobre limpieza, alumbrado,
abasto, delineación y contraste de pesas y medidas, y las multas por infracción
de ordenanzas.[11]
Cabe destacar además que servicios públicos como la instrucción o la seguridad
no corrían en principio por cuenta de los municipios, sino del gobierno
nacional que actuaba a través de sus ministerios y agencias en el primer caso,
y de la gobernación en el segundo.
Otra
de las diferencias entre el régimen municipal correntino y el nuevo nacional
era que en éste los municipios ya no se erigían como “cabeceras de
departamento”, siendo el alcance de la jurisdicción territorial más ambiguo en
la letra de la nueva ley. Sin embargo, al establecerse en la reforma de 1890
que los concejos podrían conceder en venta y escriturar “tierra fiscales que se
encuentren dentro de cada municipio” y que parte de sus rentas se componían por
las contribuciones directas sobre propiedades “dentro del ejido municipal”, la
jurisdicción territorial municipal parece haberse asociado para entonces a la
noción de ejido, que incluía la traza urbana del pueblo y las zonas de chacas
que hubieran sido debidamente mensuradas. Esto excluía por lo tanto las tierras
fiscales que se encontraban por fuera de estos ejidos y dificultaba a las
municipalidades la incorporación de nuevos terrenos (y por lo tanto de recursos
fiscales). No obstante, la letra de la ley continuaba siendo lo suficientemente
ambigua como para que continuasen sucediéndose no pocos litigios entre
distintas municipalidades y el gobierno nacional respecto de las tierras
fiscales. Entre otras cosas, ello motivó la sanción de la ley de tierra
fiscales n° 4167 de 1903, en la que se especificaban aspectos relativos a
conformación de nuevas mensuras y fundación de pueblos.[12]
Pese
a todo ello, bajo el régimen de territorios nacionales las municipalidades
gozaban de una serie de atribuciones fiscales y electivas de las que no gozaban
las nuevas gobernaciones. En este sentido, las condiciones ofrecidas por este
régimen pudieron haber contribuido a la consolidación de finanzas locales
estables para los concejos de Posadas, permitiéndoles organizar un incipiente
servicio de recolección de residuos, la instalación del alumbrado público, y el
mantenimiento de un médico, como se verá en el segundo apartado.
1.1. Posadas hacia 1900: población
y gobierno local
Hacia
el cambio de siglo la ciudad de Posadas había atravesado una serie de
transformaciones que acentuaron su perfil urbano y su crecimiento demográfico.
Posadas no sólo era la capital política del territorio, y por lo tanto asiento
de la gobernación, sino que reunía otras características que la convertían en
el centro urbano de mayor importancia del territorio de Misiones. Con la
llegada de la gobernación no sólo se instalaron nuevas oficinas públicas y
privadas, como las de Rentas, Justicia Letrada y Banco de la Nación, sino que
además se realizó el tendido de una línea telegráfica en conexión a Buenos
Aires. A ello se sumaba la importancia económica que le brindaba el puerto
sobre el río Paraná, principal vía de comunicación fluvial con las actividades
extractivas de yerba mate silvestre y madera de ley, entonces predominantes en
la zona. La ciudad era, en este sentido, no sólo el principal centro donde se
concentraba la mano de obra para estas actividades, sino también donde
posteriormente se acopiaba gran parte de lo producido, antes de ser enviado a
Buenos Aires o Rosario.
Estas
características convirtieron a Posadas en el centro urbano de mayor población
de todo territorio. A través de los datos proporcionados por los censos de 1895
y 1914 es posible advertir no sólo el crecimiento demográfico de Posadas y su
relación con la población total del territorio, sino su carácter
predominantemente urbano. Desafortunadamente los criterios utilizados para
definir y diferenciar la población “urbana” de la “rural” no fueron los mismos
en los diversos censos del periodo (Otero, 2006, p. 301-307). No obstante,
todos ellos presentaron sus resultados siguiendo la división administrativa de
departamentos, por lo que si bien la distinción urbano/rural no se corresponde
con la presencia de un gobierno municipal, la misma da cuenta de la importancia
relativa que tenía el municipio de Posadas en tanto principal centro poblado
del departamento del mismo nombre.
Cuadro 1. Población rural y urbana del
departamento de Posadas en comparación con la población total del territorio
de Misiones según los censos de 1895 y 1914. |
||||||||
|
1895 |
1914 |
||||||
Urbana |
Rural |
Total |
% |
Urbana |
Rural |
Total |
% |
|
Departamento de
Posadas |
4.237 |
3.062 |
7.299 |
22,01 |
10.128 |
6.112 |
16.240 |
30,3 |
Territorio
Nacional de Misiones |
6.969 |
26.194 |
33.163 |
100 |
16.029 |
37.534 |
53.563 |
100 |
Fuentes:
República Argentina, 1898, p. 628; República Argentina, 1916, p. 372-378. |
Como se observa en el cuadro 1, entre 1895 y
1914 la población de Posadas pasó de representar el 22,01% de la población
total del territorio al 30,3% en 1914. Ésta población era además mayormente
considerada como “urbana”, por lo que no sorprende que el departamento
aglutinara más de la mitad de la población considerada como tal de todo el
territorio.
Respecto
a la composición de la población del departamento de Posadas por nacionalidades
(Cuadro 2), los censos dan cuenta que la misma presentaba relaciones entre
población de origen argentino y extranjero similares a las presentes a nivel
nacional. En este sentido, el registro de un 70,1% de población nativa y 29,9%
de población extranjera en el censo de 1985 para el departamento de Posadas, no
difiere del 74,5% y el 25,5% respectivos a nivel nacional (Lobato y Suriano,
2006, p. 306).
Cuadro 2. Población del departamento de
Posadas por nacionalidad argentina o extranjera en 1895 y 1914. |
||||
1895 |
1914 |
|||
Población |
% |
Población |
% |
|
Argentinos |
5.110 |
70,1 |
10.877 |
66,9 |
Extranjeros |
2.189 |
29,9 |
5.363 |
33,1 |
Total |
7.299 |
100 |
16.240 |
100 |
Fuentes: República Argentina, 1898, p.
662; República Argentina, 1916, p. 104. |
Por
su parte, la disminución de la población argentina en 66,9% y el aumento de la
población extranjera a 33,1% en Posadas hacia 1914, también acompañó los
cambios a nivel nacional en 69,3% para los nativos y 30,7% para extranjeros
(Lobato y Suriano, 2006, p. 306). Aunque no es posible desarrollar aquí un
estudio exhaustivo de las características de la población de Posadas, el peso
de la población de origen extranjero resulta relevante al momento de observar
cómo se conformaron los elencos municipales durante el periodo ya que, según el
régimen municipal de territorios nacionales, los padrones debían contener a los
habitantes domiciliados en el municipio que fueran mayores de edad, sin
distinción de nacionalidad.[13] De
este modo la ley habilitaba la participación de extranjeros en la política
municipal.
En
términos institucionales, hacia el 1900 la municipalidad de Posadas parece
haber logrado un relativo nivel de normalización en tanto gobierno local. Entre
1898 y 1911 sólo se registró una breve intervención en 1907, sucediéndose en el
concejo municipal cinco presidentes mayoritariamente de origen europeo.[14]
José Pagés (1898-1899 y 1908-1910) era un contador de origen catalán. Pedro
Nuñez (1896-1898 y 1904-1905) era oriundo de Castilla y se dedicaba a la
actividad comercial. José L. Resoagli (1899-1900) era descendiente de una
familia italiana, su hermano Francisco había sido un miembro activo de los
concejos de Posadas durante la etapa correntina y juntos administraban una
empresa naviera. José R. Blosset (1900-1904) era un ingeniero oriundo de
Francia que junto a su familia administraba una estancia. Gerardo Dei Castelli
(1905-1908) era de origen italiano y se dedicaba a la explotación de yerba mate
en el Alto Paraná ejerciendo además como gerente de la empresa Barthe (Etorena
y Freaza, 2010).[15]
Como
se observa, estos municipales eran parte del círculo de notables locales y si
bien la mayoría de ellos representaba el advenimiento de nuevos elencos
vinculados a la llegada de inmigrantes de origen europeo, uno de ellos -José L.
Resoagli- estaba directamente vinculado a los elencos del periodo correntino.
Otra de las características compartidas por estos municipales era la
experiencia en administración de diferentes empresas propias o ajenas,
destacándose además la presencia de un contador profesional como José Pagés.
Estas características de los elencos municipales durante los primeros años del
siglo XX son relevantes en tanto las mismas pudieron influir en el mejoramiento
de la administración fiscal local y la consolidación de la estabilidad
financiera del municipio, como se desarrollará a continuación.
2.
Características y evolución de las finanzas municipales de Posadas hacia el
cambio de siglo
Junto
a la relativa estabilidad institucional presente en los concejos municipales de
Posadas a partir del cambio de siglo, también se ha observado una sostenida
estabilidad en las finanzas municipales. La reforma en el régimen municipal de
los territorios establecido en 1890 permitió, como se ha mencionado, que los
concejos municipales pudieran administrar sus rentas en forma más específica y
por lo tanto, dictar presupuestos de gastos anuales con mayor precisión.
El
proceso de confección y aprobación de presupuestos era, en este sentido,
relativamente simple. Un proyecto de presupuesto que incluía cálculo de
recursos y gastos anuales más una ordenanza de impuestos era presentado por el
concejal a cargo de la comisión de Hacienda y discutido por los demás miembros
del concejo, quienes podían introducir o no modificaciones al mismo. Las
modificaciones eran, sin embargo, poco frecuentes de acuerdo a las fuentes
consultadas.[16]
Luego de ser aprobados por el concejo, el presupuesto y la ordenanza de
impuestos eran remitidas al gobernador para su sanción final. En este aspecto
tampoco se han registrado modificaciones introducidas por los gobernadores para
este caso.[17]
En
el caso de la municipalidad de Posadas, la práctica de realizar y presentar
cálculos de recursos y presupuestos anuales equilibrados haya sido inicialmente
introducida por el presidente municipal José Pagés, quien era además contador,
ya que el primer registro de la misma data de 1899. Esta práctica fue además
introducida posteriormente por el concejo de Concepción de la Sierra en 1902,
el cual hasta entonces sólo confeccionaba presupuestos de gastos pero sin
realizar cálculos de recursos.[18]
Gracias
a la disponibilidad de fuentes directas como los libros de actas municipales,
las características y evolución de las finanzas municipales de Posadas entre
1898 y 1911 han podido ser analizadas en mayor detalle. Al observar los
cálculos de recursos y presupuestos de gastos aprobados por el concejo
municipal entre 1898 y 1911 (Cuadro 3), es posible advertir en primer término
la proyección de superávits anuales en forma constante. Como ha sido
adelantado, ésta era además una característica compartida por la segunda
municipalidad instalada en el territorio, Concepción de la Sierra (Pyke, 2020).
Cuadro 3. Cálculos de recursos y presupuestos de gastos
anuales de la municipalidad de Posadas entre 1899 y 1911 expresados en $oro. |
|||||||||||||
|
1899 |
1900 |
1901 |
1902 |
1903 |
1904 |
1905 |
1906 |
1907 |
1908 |
1909 |
1910 |
1911 |
Cálculo
de recursos |
16919,6 |
20065,2 |
22370,6 |
30521,5 |
28259,9 |
33167,4 |
34757,7 |
37224,6 |
62995,5 |
55418,5 |
70274,2 |
66477,9 |
68964,7 |
Presupuesto
de gastos |
16891,1 |
19965,2 |
20896,5 |
30413,7 |
28246,6 |
33005,2 |
34432,5 |
34745,5 |
61166,7 |
55072,5 |
70276,4 |
66473,1 |
65673,6 |
Balance |
28,5 |
100 |
1474,1 |
107,8 |
13,3 |
162,2 |
325,2 |
2479,1 |
1828,8 |
346 |
-2,2 |
4,8 |
3291,1 |
Fuente: Libros de
actas de sesiones N° 10 y 11. |
La
proyección de recursos y presupuestos superavitarios presente en los casos de
Posadas y Concepción de la Sierra es un aspecto que contrasta con otros casos
municipales estudiados para fines del siglo XIX y comienzos del XX en
Argentina. Las municipalidades del Estado de buenos Aires (Canedo, 2018), de la
provincia de Mendoza (Sanjurjo de Driolliet, 2004) o el municipio de San
Salvador de Jujuy (Fandos y Remy, 2011) muestran por el contrario la
persistencia de déficits en sus finanzas. En este sentido, una de las pocas
excepciones la presentó el caso de éste último municipio durante un breve
periodo que se extendió de 1876 a 1884 en el cual los superávits municipales se
debieron a un caso único de emisión monetaria local (Conti y Boto, 1997).
El
cuadro también da cuenta del crecimiento del presupuesto de Posadas durante el
periodo. Mientras que en 1899 el mismo era de 16.821,1 $oro hacia 1911 éste ascendía
a 65.673,6 $oro. Este crecimiento se debió en gran medida a una activa
determinación de parte de los concejos por aumentar sus fuentes de ingresos,
particularmente a través de la inversión en la construcción de un mercado
municipal en 1900 y en la instalación de una usina y un tendido eléctrico en
1902, ambos de gestión municipal.[19]
Estas inversiones determinaron que durante gran parte de estos años los
ingresos provenientes de la tablada, el mercado y el alumbrado superaran más de
la mitad de total anual esperado.[20] En
este sentido, se debe destacar también la toma de empréstitos privados como
forma de financiar las posteriores ampliaciones de la usina de eléctrica y la
red de alumbrado.
En
el caso del servicio de alumbrado eléctrico, cabe apuntar además que se trataba
de un área especialmente relevante para los elencos municipales ya que si bien
comenzó a demandar importantes recursos de mantenimiento e inversión, la misma
era percibida como una importante fuente de superávits. Al respecto puede
mencionarse el primer informe realizado en 1903 por el concejal encargado de la
comisión de Hacienda en relación al temprano desempeño financiero de la usina,
ya que en él se señala entre otras cosas que los ingresos en este concepto no
sólo sobrepasaban a los gastos de mantenimiento, sino que la diferencia era
“superior a lo que corresponde pagar por las cuotas de amortización”.[21]
Este informe motivó las posteriores gestiones para continuar ampliando y
mejorando la usina eléctrica, fundamentalmente a través de empréstitos
privados. En este sentido, la escasa apelación a la gobernación o al gobierno
nacional como fuentes de financiamiento es otro aspecto a considerar.
La
capacidad de financiamiento de este municipio le permitía de este modo una
expansión más allá de sus funciones elementales, invirtiendo y gestionando un
conjunto de servicios rentables. Gracias a ello, el mismo podía no sólo
mantener los salarios y gastos de los empleados municipales, sino también
atender cuestiones relativas a la “beneficencia”, rubro en el cual se consignaban
los gastos referidos a la higiene o la salud. Los gastos en concepto de
beneficencia incluían fundamentalmente los salarios de un médico municipal,
aunque también “la asistencia para pobres”, ataúdes, traslado de cuerpos y
subvenciones a la sociedad de beneficencia local, que entonces gestionaba una
suerte de hospital.[22]
Después de la beneficencia, sólo le seguían en importancia los gastos en
concepto de arreglo de calles.
Teniendo
en cuenta que los cálculos de recursos y los presupuestos de gastos anuales
resultaban proyecciones, es preciso indagar en las posibilidades reales que
tenía el municipio de contar con estos superávits fiscales que se exhibían. En
este sentido, si bien las fuentes no permiten un análisis detallado, se puede
observar que únicamente los presupuestos 1907 y 1908 incluyen sumas
correspondientes al ejercicio de los años anteriores, aunque éstas no resultan
significativas.[23] En
el caso de los cálculos de recursos, también se han registrado por su parte
sumas correspondientes al ejercicio del año anterior para 1911.[24] Por
su parte, no se han observado durante el período analizado alusiones a la
carencia de fondos o al cese de algún pago.
Una
de las posibles explicaciones de la estabilidad financiera encontrada en la
municipalidad de Posadas, que ha sido propuesta en trabajos anteriores sobre el
caso de Concepción de la Sierra, se relaciona a las posibilidades que ofrecía
el régimen de territorios nacionales (Pyke, 2020). Bajo este régimen los
gobiernos municipales podían no sólo ejercer atribuciones fiscales y políticas
relativamente autónomas, sino que además el régimen contemplaba la existencia
de dos únicas jurisdicciones fiscales, la nacional y la municipal. Por un lado,
esto pudo haber permitido a las municipalidades aumentar las cargas impositivas
sobre los contribuyentes. Por otro lado, aspectos centrales de la
administración como la educación y la seguridad eran financiados por el
gobierno nacional, limitando el horizonte de gastos posibles para los gobiernos
municipales. Estos finalmente terminaron por volcarse en el caso de Posadas, en
la instalación y gestión de servicios como la tablada, el mercado y la usina
eléctrica, y en menor medida en la beneficencia o asistencia pública.
No
obstante, el hecho de encontrar estabilidad financiera en las municipalidades
de Posadas y Concepción de la Sierra no implica que éste haya sido el caso para
las municipalidades instaladas en otros territorios nacionales, que se desarrollaron
en bajo el mismo régimen. En este sentido es preciso destacar la influencia que
pudieron tener los factores locales, como los apuntados en el primer apartado
de este artículo, relativos a la existencia previa de la institución municipal
bajo jurisdicción correntina y a las características de sus elencos
municipales, vinculados a las prácticas de administración financiera en ámbitos
privados. Sin embargo, proponemos que las finanzas estables proporcionaban a
los concejos una ventaja adicional en el marco de sus relaciones con los
gobernadores y las autoridades nacionales en general, como se desarrollará en
el siguiente apartado.
3.
Autonomía municipal y estabilidad financiera
La
proyección de superávits fiscales y el sostenimiento de finanzas estables
presente en el caso de Posadas, como así también de Concepción de la Sierra,
pudo tener otra implicancia fundamental para los concejos municipales en el
plano político. En este sentido, afirmamos que para los concejos municipales la
estabilidad financiera constituía un elemento de contrapeso frente a la figura
de los gobernadores, quienes a menudo confrontaban y disputaban ciertos
espacios a los concejos, muchas veces echando mano al recurso de la
intervención o de la fuerza policial.
Para
dar cuenta del valor asignado por los municipales a la estabilidad financiera
frente a la autoridad gobernadores, se tomarán como ejemplo las ideas vertidas
con motivo de un nuevo conflicto en torno al cuidado de la plaza 9 de Julio que
tuvo lugar en 1899. Este conflicto involucró al entonces presidente municipal
José Resoagli y al gobernador Juan José Lanusse. Como se ha mencionado Resoagli
formaba parte de una familia mayormente vinculada a la provincia de Corrientes,
cuya actuación en el concejo municipal había sido destacada durante el período
en que el mismo se encontraba bajo la jurisdicción de dicha provincia. Lanusse,
por su parte, además de ejercer como comerciante contaba con una carrera
política no sólo en el ámbito de la provincia de Buenos Aires, sino de los
concejos municipales de Buenos Aires y La Plata. Durante la década de 1870
estuvo vinculado principalmente a Mitre para quién fundó el periódico La Libertad, siendo incluso diputado
nacional por un breve periodo de tiempo en 1880. Como gobernador impulsó
numerosos proyectos que incluyeron el plan de colonización oficial de Apóstoles
con familias procedentes de Ucrania y Polonia (ISPARM, 1979). Lanusse era, de
este modo, una personalidad “fuerte” de cierta proyección y experiencia política
a nivel nacional.
Si
bien las tensiones entre Resoagli y Lanusse deben comprenderse en un marco
político amplio, la ausencia de investigaciones que hayan profundizado en la
política en el territorio durante estos años impide una lectura más ajustada.
No obstante, el hecho que desató públicamente las tensiones entre ambas
personalidades se suscitó en 1899 con motivo de la publicación en la prensa
local de una planilla de jornales abonados a presos por realizar limpieza de
calles y mantenimiento de la plaza 9 de Julio, por parte del tesorero de la
gobernación. Para los municipales el hecho constituía en principio una
“invasión de autoridad” con una “intención visible de ridiculizar” al concejo “abonando servicios inherentes al municipio.” (Areco, 1985, pp. 88; negritas nuestras).
Por
este motivo el presidente municipal con autorización del concejo remitió una
misiva al gobernador en la que señalaba que si bien la municipalidad le había
solicitado en su momento los presos para realizar las tareas de limpieza y mantenimiento,
estos jornales debían correr por cuenta del concejo municipal. Entre otras
cosas, el municipal argumentaba que se trataba de gastos originados por una
“rama administrativa diferente y
complemente independiente de la gobernación”, que “no era incumbencia de la gobernación atender
esos gastos” y que el monto abonado por la gobernación se hallaba en la
municipalidad para su disposición (Areco, 1985, pp. 89; negritas nuestras).
Lanusse no hizo caso al reclamo de Resoagli, quien informó al concejo pocos
días después que “en la plaza 9 de Julio seguían unos individuos cortando
plantas y céspedes por orden del gobernador y no haciendo caso de la intimación
del jardinero municipal de abstenerse de tocar las plantas” (Areco, 1985, p.
90; negritas nuestras).
Para
el concejo municipal el asunto resultaba lo suficientemente grave como para
elevar el reclamo al ministro del Interior Felipe Yofré a través de una nota a
la que se adjuntaban copias de los intercambios epistolares entre los
municipales y el gobernador para que el mismo pueda “juzgar si la causa de
todos los disturbios son las
municipalidades tan perseguidas por el gobernador o si lo es él mismo [el
gobernador] que infringe y pisotea la ley y los derechos por ella conferidos” y
agregaba:
Para que V.E. pueda formarse una
idea de la forma en que procede la Municipalidad, la que se desecha en su
pequeña esfera por la mejor inversión de
la renta y por el adelanto y progreso del pueblo que le confirió la dirección de sus intereses, acompaño copia de Ordenanzas y el movimiento de cajas correspondientes al
mes de Mayo ppdo. que acaba de aprobar el concejo. (Areco, 1985, p. 91;
negritas nuestras)
La
cita expone en forma clara los elementos centrales que el concejo invocaba
frente a la máxima autoridad nacional para defender su posición frente a la del
gobernador: a. la representatividad de los intereses locales; b. la autonomía
en la percepción e inversión de la renta; y c. la estabilidad financiera. De
este modo, si bien el hecho puede considerarse menor y debe comprenderse en un
marco de tensiones más amplias, el pasaje permite observar el valor que los
elencos municipales le otorgaban a su estabilidad financiera como elemento de
razón frente a los gobernadores y las autoridades nacionales.
El
sostenimiento de finanzas estables, e incluso superavitarias, se presentaría
entonces como una herramienta política destinada a proteger la autonomía
municipal. Se trata de un caso que contrasta fuertemente con el de los
municipios del Estado de Buenos Aires, en los que la confección de presupuestos
deficitarios parece haber constituido un recurso para lograr ayudas económicas
o plantear una agenda de necesidades (Canedo, 2018, p. 171).
El
ejemplo apuntado lejos de pretender dar cuenta de una dinámica constante de conflictos
entre los gobiernos locales y el gobierno nacional, busca explorar otra de las
razones que explicaría la búsqueda de la estabilidad financiera por parte de
los concejos municipales durante estos años. Como ha sido acertadamente
señalado durante el proceso de revisión de este artículo, también es posible
encontrar numerosos ejemplos de colaboración entre el gobierno municipal, la
gobernación del territorio e incluso agencias nacionales.[25]
Conclusiones
A
través del análisis sobre el caso de la municipalidad de la ciudad de Posadas
ha sido posible observar algunos aspectos relativos al proceso de transición
desde un régimen municipal bajo jurisdicción provincial hacia uno bajo
jurisdicción nacional. Estos aspectos cobran relevancia si se tiene en cuenta
que este proceso de transición tuvo lugar durante un periodo de mayor
centralización del estado nacional, por lo que arrojan luz sobre las formas en
las que el cambio de jurisdicción afectó al proceso de consolidación del
gobierno municipal de Posadas.
Una
de las características que han sido observadas durante este proceso ha sido el
mantenimiento de una sostenida estabilidad fiscal, por parte del gobierno
municipal. A través del análisis de los cálculos de recursos y presupuestos de
gastos anuales exhibidos entre 1898 y 1911, se ha podido constatar esta
situación financiera relativamente estable, en la que se dio incluso cierta
expansión de las fuentes de ingresos y una reinversión en servicios como el
alumbrado eléctrico y la asistencia pública. Ello permitió a los concejos
municipales prescindir en gran medida de ayudas económicas por parte de la
gobernación o el gobierno nacional.
Esta
estabilidad fiscal constituye, por su parte, una característica atípica si se
la compara con otros casos municipales estudiados para fines del siglo XIX y
comienzos del XX. En este artículo hemos buscado, por lo tanto, mostrar algunos
factores que podrían haber influido sobre este desarrollo. En este sentido, uno
de ellos se relaciona a las características que los elencos municipales habían
adquirido hacia el 1900. Como se ha mencionado, la capitalización de Posadas,
que implicó el asiento de la flamante gobernación de Misiones sobre el territorio
municipal, alteró las relaciones políticas entre esta nueva autoridad nacional
y un gobierno municipal de conformación previa bajo administración correntina,
inaugurando nuevas tensiones y conflictos. La transición generó entonces nuevas
dinámicas que influyeron en los elencos municipales, produciéndose cierto
recambio en los mismos bajo la influencia del gobernador Roca, aunque
perviviendo figuras notables de arraigo previo durante el periodo correntino.
Por
su parte, el crecimiento demográfico y el influjo inmigratorio de fines del
siglo XIX también parecen haber influido en la conformación de nuevos elencos
municipales. De este modo, hacia comienzos del siglo XX, los elencos
municipales parecen haber estado conformados por notables locales mayormente de
origen de europeo, vinculados a la administración de empresas privadas propias
o ajenas, algunos de los cuales contaban incluso con conocimiento profesional
sobre práctica contables. Estos elencos, de acuerdo a los registros
disponibles, parecen haber sido los responsables de introducir y mantener la
práctica de confección de cálculos de recursos y presupuestos de gastos anuales
equilibrados, cuando no superavitarios.
Las
atribuciones fiscales que el régimen de territorios nacionales confirió a las
municipalidades, también pudieron haber tenido, por su parte, cierta influencia
sobre la capacidad de los concejos de Posadas para consolidar una situación
financiera relativamente estable. Las rentas designadas como municipales fueron
al menos en este caso, suficientes para afrontar los gastos relativos a las
áreas sobre las cuales debían invertirse los recursos recaudados. En este
sentido, el hecho de que la instrucción pública o la seguridad no corrieran en
principio por cuenta de los municipios, les permitió a estos volcar sus
recursos hacia otras áreas como las del alumbrado eléctrico y la asistencia.
No
obstante, en este artículo hemos buscado demostrar que, al margen de los
factores apuntados, la búsqueda por la estabilidad fiscal sostenida por los
concejos municipales de Posadas, perseguía un objetivo político fundamental que
era defender sus márgenes de autonomía política frente a la figura de los
gobernadores, una vez creado el territorio nacional. En este contexto, la
presentación de cálculos de recursos y presupuestos de gastos anuales
equilibrados, e incluso superavitarios, resultaba central para los concejos
municipales, quienes se consideraban los representantes legítimos de los
intereses locales frente a la figura del gobernador, en tanto representante del
gobierno nacional. Sin afirmar que ello implicara situaciones de recurrente
enfrentamiento entre ambos niveles de gobierno, buscamos mostrar que para los
elencos municipales, la relevancia de exhibir finanzas estables radicaba en los
márgenes de autonomía que ello podría brindarle en determinadas coyunturas. La
representación política local, las atribuciones fiscales propias y las finanzas
estables parecen haber constituido, en este marco, los ejes principales sobre
los cuales los elencos municipales de Posadas reafirmaron sus derechos al
auto-gobierno frente a la gobernación y al gobierno nacional.
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Nacional N° 2732/1890 Reforma de la Orgánica de Territorios Nacionales.
Ley
Nacional N° 4167/1903 Régimen de Tierras Fiscales.
Archivo
de la Municipalidad de Posadas
-Libro
de Actas de Sesiones N° 10, 1898-1905.
-Libro
de Actas de Sesiones N° 11, 1905-1911.
Biblioteca
Popular Bartolomé Mitre de Concepción de la Sierra
-Libro
de Actas de Sesiones del Concejo Municipal, 1889-1901.
Archivo
General de la Gobernación de Misiones
-Libro
Decretos 1882-1896.
-Libro
Decretos 1896-1906.
-Libro
Decretos 1905-1920.
Recepción: 13/12/19
Evaluado: 25/03/2020
Versión Final: 11/05/2020
(*) Doctora en Historia (Universidad Nacional de Mar del Plata). Becaria Post-Doctoral (Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas - Instituto de Estudios Sociales y Humanos. Universidad Nacional de Misiones). Jefa de Trabajos Prácticos cátedras Historia Regional I (s. XV-XVIII) e Historia Regional II (s. XIX y XX) (Departamento de Historia. Facultad de Humanidades y Ciencias Sociales. Universidad Nacional de Misiones. Miembro del Grupo de Investigación en Historia Rural Rioplatense (Universidad Nacional de Mar del Plata). Argentina. E-mail: luzpyke@gmail.com ORCID: http://orcid.org/0000-0002-4754-297X
[1] Entre estos estudios pueden mencionarse para el caso de San Salvador de Jujuy a Conti y Boto (1997) y Fandos y Remy (2011), para los municipios en la provincia de Mendoza a Sanjurjo De Driollet (2004), para el régimen municipal de la provincia de Santa Fe a Bonaudo y Sonzogni (1997), para las municipalidades de campaña del Estado de Buenos Aires entre 1854 y 1860 a Canedo (2018 y 2019), para el municipio de Buenos Aires a Garavaglia (2015).
[2] Los territorios nacionales eran, a diferencia de las provincias, gobernaciones centralizadas y dependientes del estado nacional sin atribuciones electivas o fiscales, creadas en 1884 por el gobierno nacional sobre los territorios incorporados al nordeste y sur de la Argentina durante la década de 1870. Por la ley nacional 1532/1884 se crearon los diez territorios nacionales de Misiones, Chaco, Formosa, La Pampa, Neuquén, Río Negro, Chubut, Santas Cruz, Tierra del Fuego y Los Andes. Sobre la instalación de municipalidades y los conflictos políticos y electorales en éste ámbito para los territorios nacionales pueden mencionarse los trabajos de Galucci (2005), Leoni (2002), Ruffini (2007) y Varela (2015). Sobre la fiscalidad en los territorios nacionales puede mencionarse el trabajo de Diez y Escobar (2012).
[3] El territorio nacional de Misiones fue convertido en una provincia argentina en 1953.
[4] La potenciación en las tensiones entre gobiernos municipales y provinciales que compartían el asiento en una misma ciudad capital ha sido ya advertida por Bonaudo y Sonzogni (1997).
[5] Esta característica de las finanzas locales era compartida además por el municipio de Concepción de la Sierra, el segundo constituido del territorio de Misiones, como hemos señalado en un trabajo anterior (Pyke, 2020).
[6] Agradezco los comentarios recibidos por los revisores anónimos de este artículo que han contribuido notablemente a repensar las ideas planteadas en el mismo.
[7] Rudecindo Roca (1882-1891) era oriundo de Tucumán, Benjamín Moritán (1891-1893), Juan José Lanusse (1896-1905), Justino Solari (1908-1911) y Gregorio López (1911-1916) eran porteños, Juan Balestra (1893-1986) y Manuel Bermúdez (1905-1908) eran correntinos (ISPARM, 1979).
[8] Rudecindo Roca (1850-1903) era hermano del presidente Julio A. Roca. Previo a asumir la gobernación de Misiones, participó de varios combates durante la Guerra del Paraguay (1864-1870) y de la campaña de Roca en la Patagonia (1878-1879) (ISPARM, 1979, p. 11).
[9] Ley Nacional N° 1532/1884, art. 24°.
[10] Entre quienes continuaron manteniendo gravitación en los concejos municipales de Posadas tras su traspaso a la jurisdicción nacional puede mencionarse a Aurelio Villalonga quien ejerció como presidente municipal entre 1874-1875, 1880-1883 y 1886-1887, y luego como concejal en 1891-1892, así como Francisco Resoagli quién fue concejal en 1880-1882 y 1892-1893, y luego presidente municipal en 1885-1886. Entre quienes iniciaron su actuación a partir de 1884 puede mencionarse a Pedro Gordillo quien fue presidente municipal entre 1887-1888 y 1889-1890, y concejal entre 1888-1890, y a Luis Caminos quien fue presidente municipal en 1888-1889 y concejal entre 1889-1891 (Areco, 1985, p. 105-109).
[11] Ley Nacional N° 2735/1890.
[12] Ley Nacional N° 4167/1903 Régimen de Tierras Fiscales.
[13] Ley Nacional N° 1532/1884, art. 27°.
[14] La intervención se produjo durante algunos meses cuando el gobernador Bermúdez decidió no ratificar el resultado de las elecciones realizadas (Etorena y Freaza, 2010, p. 239).
[15] La empresa de navegación del vasco-francés Domingo Barthe era una de las más importantes de la zona. Transportaba pasajeros, mercaderías, yerba mate y madera en el Alto Paraná, donde también contaba con explotaciones propias de yerba mate, ganado y madera (Etorena y Freaza, 2010).
[16] Libros de actas de sesiones N° 10 y 11.
[17] Libros de Decretos 1882-1896, 1896-1906, 1905-1920.
[18] Libro de actas de sesiones del concejo municipal de Concepción de la Sierra, f. 721-724.
[19] Libro de actas de sesiones N° 10, f. 46, 204-208, 271.
[20] Presupuestos y cálculos de recursos anuales de la municipalidad de Posadas entre 1898 y 1911 en Libro de actas de sesiones N° 10, folios 11, 12, 13, 14, 15, 120, 121, 188, 189, 246, 247, 285, 286, 372, 373, 374, 375, 451, 452, 453, 454 y Libro de actas de sesiones N° 11, folios 38, 39, 40, 121, 122, 123, 124, 236, 237, 238, 293, 294, 295, 344, 345, 346, 347, 423, 424, 425, 426.
[21] Libro de actas de sesiones N° 10, f. 323-325.
[22] Presupuestos y cálculos de recursos anuales de la municipalidad de Posadas entre 1898 y 1911 en Libro de actas de sesiones N° 10, folios 11, 12, 13, 14, 15, 120, 121, 188, 189, 246, 247, 285, 286, 372, 373, 374, 375, 451, 452, 453, 454 y Libro de actas de sesiones N° 11, folios 38, 39, 40, 121, 122, 123, 124, 236, 237, 238, 293, 294, 295, 344, 345, 346, 347, 423, 424, 425, 426.
[23] Libro de actas de sesiones N° 11, folios 121, 122, 123, 124, 236, 237, 238.
[24] Libro de actas de sesiones N° 11, folios 423, 424, 425, 426.
[25] Un ejemplo de colaboración entre la municipalidad de Posadas, la gobernación y una agencia nacional que puede citarse fue la donación de un terreno por parte de la municipalidad hacia el Departamento Nacional de Higiene en 1911, con el objetivo de que éste colocara una “estación sanitaria”. Libro de actas de sesiones N° 11, folio 427.