Paraná Metal: un conflicto de
toda Villa Constitución (2008-2010)
Magalí Rivera(*)
Resumen
Entre
2008 y 2010 se desarrolló en Villa Constitución una de las luchas obreras más
emblemáticas de los últimos años. Paraná Metal se inscribe en una larga tradición
combativa que tiene a los trabajadores villenses como protagonistas hace
décadas y que forma parte de la identidad colectiva de la ciudad. En medio de
una crisis capitalista mundial y del sector autopartista en particular, la
patronal dejó, tras dos años de lucha, a más de 1000 trabajadores sin sus
puestos de trabajo. Las características de comunidad obrera que reviste la
región configuran un escenario en el cual la vida en las fábricas y su
cotidianidad atraviesan la dinámica de la ciudad, los barrios, las calles, las
escuelas y los hogares, dando como resultado un apoyo masivo a la lucha de los
despedidos y sus familias no sólo de otros sectores de trabajadores sino
también de la comunidad en general. El objetivo de este trabajo es identificar
cuáles fueron y cómo se desarrollaron las muestras de apoyo activo que llevaron
adelante diferentes sectores de la comunidad, y de qué forma un conflicto
obrero anclado en una fábrica específica tomó el estado de una lucha del
conjunto de la comunidad.
Palabras
Clave: Paraná Metal; Autopartistas; Apoyo Activo; Comunidad Obrera; Villa
Constitución.
Paraná
Metal: a conflict of all Villa Constitución (2008-2010)
Abstract
Between
2008 and 2010, one of the most emblematic workers' struggles in recent years
took place in Villa Constitución. The Paraná Metal struggle is part of a long
combative tradition that has "villense" workers as protagonists. This
tradition goes back decades ago and is part of the collective identity of the
city. In the midst of a world capitalist crisis, particularly deep in the auto
parts sector, the employers left the plant after two years of struggle, leaving
more than 1,000 workers without their jobs. The working community
characteristics of the region set up a scenario in which everyday life in the
factories crosses the dynamics of neighborhoods, streets, schools, homes, and
the entire city, resulting in massive support for the struggle of the
terminated workers and their families, from other labor sectors but also from
the community in general. The objective of this work is to identify active
expressions of support and how they developed, and how a labor conflict rooted
in a specific factory turned into a struggle of the community as a whole.
Key
words: Paraná Metal; Auto parts; Active Support; Working Community; Villa
Constitución.
Paraná Metal: un conflicto de toda Villa Constitución (2008-2010)[1]
Introducción
En 2010, en un marco de crisis económica
internacional, la localidad de Villa Constitución -ubicada en el sur de Santa
Fe-, se vio sacudida por un conflicto obrero de gran magnitud del que, en mayor
o menor medida y de diferentes maneras, participó el conjunto de la población
villense. Paraná Metal,[2]
como se conoce a la fábrica metalúrgica que al inaugurarse en la década de 1950
se llamó Acinfer, cerró sus puertas después de casi dos años de conflicto,
dejando a cientos de trabajadores sin sus puestos de trabajo. Este conflicto se
desarrolló en un marco de crisis económica internacional que, como veremos,
afectó particularmente a las empresas autopartistas como ésta. El gobierno
nacional de Cristina Fernández de Kirchner jugó un rol muy importante en el
conflicto, intentando mediar a través del Ministerio de Trabajo y del
Ministerio de Producción, negociando condiciones de despidos y suspensiones
para que nuevos inversionistas se dispongan a comprar la planta y reactivar el
proceso productivo. En parte por la combatividad de las medidas y también por
la solidaridad que recibieron los trabajadores, el conflicto llegó a tener gran
repercusión nacional y forma parte de la experiencia colectiva reciente de la
ciudad.
Punto de partida
Definir el punto de partida regional es crucial ya que usualmente
se tiende a demarcar los estudios locales o regionales desde una perspectiva
estrictamente territorial, identificando una realidad social, política,
cultural con una división político-administrativa. En sintonía con lo planteado
por Fernández y Dalla Corte (2005), nos basamos en la premisa de que “las
unidades espaciales no tienen sentido en sí mismas, sino en cuanto a las
prácticas sociales y culturales particulares y específicas que se conjugan en
ellas” (p. 238). Identificar la región o lo local con el territorio termina
dejando por fuera cualquier tipo de construcción social inherente a ese espacio
y sus procesos constitutivos.
Dejar de establecer la región en términos geográficos y considerar
las prácticas sociales y culturales que se conjugan en ella implica pensar, en
nuestro caso, que ciudades próximas entre sí como Villa Constitución y San
Nicolás de los Arroyos son ciudades que, aunque forman parte de dos provincias
diferentes y se encuentran divididas por el Arroyo del Medio, comparten formas
identitarias comunes. Estas tienen que ver, en parte, con la existencia en
ambas ciudades de dos grandes fábricas metalúrgicas,[3]
alrededor de las cuales la comunidad se desarrolla y crece, cambiando su
fisonomía y estructura con el fin de proveer instalaciones y facilidades para
el aluvión de trabajadores necesario para ponerlas en funcionamiento. La
ampliación de Acindar, radicada inicialmente en Rosario, se llevó a cabo en
1947 y comenzó su producción en 1951. La fábrica se instaló precisamente en
Villa Constitución por la proximidad con la localización que tenían prevista
para la empresa siderúrgica estatal Somisa: San Nicolás. La intención era que
Somisa, una vez puesta a producir, abasteciera de productos semi terminados a
Acindar para que pudiera expandir la gama de producción y fabricar laminados
(Ministerio de Justicia y Derechos Humanos de la Nación, 2015).
Por otra parte, la cercanía geográfica de ambas ciudades hace que
los lazos entre ellas sean concretos y comprobables. La fluidez de transporte
público permite pasar solidaridad de una ciudad a otra en pocos minutos y
existen desde hace décadas instituciones de educación superior que reciben
estudiantes en ambas ciudades. Dentro de las fábricas y talleres radicados en
Villa Constitución trabajan obreros nicoleños así como trabajadores villenses
forman parte del plantel de la que hoy conocemos como Siderar (ex SOMISA), situación
que genera también un tipo de lazo cualitativamente superior en ciudades
predominantemente fabriles. Como veremos, los vínculos entre ambas ciudades
tendrán importancia para el análisis de nuestro objeto de estudio.
Por otra parte, ya a nivel conceptual, partimos de los planteos de
Villanueva (1994) para pensar los conflictos de clase:
desde el
punto de vista del ‘reconocimiento’ empírico de la existencia de conflicto en
el campo de las prácticas de clases que se enfrentan en el terreno de las
relaciones sociales de producción es, sin duda, la acción de la clase que rompe
o amenaza romper un estado de situación anterior: la medida de fuerza por parte
de la fuerza de trabajo es el elemento de comprobación práctico–empírico de la
existencia de prácticas enfrentadas de las clases (p. 46).
Las acciones llevadas a cabo por parte de los trabajadores de PM
forman parte del intento de “romper un estado de situación anterior” en el que
los puestos de trabajo de cientos de obreros dejaron de estar disponibles en un
intento de salvaguardar las ganancias de la patronal.
En este sentido es fundamental definir qué entendemos por
conflicto obrero, para lo cual hacemos nuestra la conceptualización de
Villanueva (1994), que hace particular hincapié en el elemento colectivo. Para
el autor,
las
luchas obreras asumen un carácter público de defensa de estos estándares, tanto
a nivel ideológico como jurídico-político. Estos patrones de evaluación de los
propios intereses que estructuran la acción de la clase se refieren no a los
trabajadores como una sumatoria de necesidades o aspiraciones particulares,
sino al trabajador colectivo como un elemento de autoimagen de la clase (p.
51).
Es decir, que el conflicto obrero trasciende las demandas
particulares de cada trabajador para formar parte de anhelos, demandas y
posibles conquistas de la clase trabajadora en la región, lo cual, en el caso
que analizamos en el presente trabajo, se tradujo en variadas muestras de apoyo
por parte del pueblo trabajador de la ciudad y los alrededores.
Asimismo, adherimos a las conclusiones de Prospitti y Videla
(2012) que identifican a Villa Constitución como una comunidad obrera. Los
conflictos sindicales de magnitud tendieron siempre a convertirse en luchas con
las que se identifica una gran parte del pueblo trabajador. Pasó en 1974 y el
1975 con los Villazos y se reeditó, salvando las diferencias, en el conflicto
de PM.
Las
posibilidades y sostenimiento de esta lucha, caracterizada por la ocupación y
control obrero de la planta, tuvo íntima relación con los rasgos locales de
Villa Constitución. Especialmente su carácter de comunidad obrera, donde las
relaciones sociales eran muy estrechas y los niveles de solidaridad muy altos
(Prospitti y Videla, 2012, p. 49).
Sobre estas bases nos posicionamos para definir nuestro objeto de
estudio y para esto es menester precisar lo que entendemos por muestras de
apoyo activo a un conflicto. Un aspecto fundamental a tener en cuenta es que la
solidaridad de clase es el apoyo más contundente y significativo para un
conflicto obrero como el que estamos estudiando pero que, sin embargo, no
necesariamente se debe identificar apoyo activo con solidaridad de clase. La
presencia de variadas muestras de apoyo activo se relaciona directamente con la
existencia de un interés alrededor del conflicto en sectores sociales más
heterogéneos como estudiantes, comerciantes, y en trabajadores que no están
directamente relacionados con el establecimiento fabril donde surge el
conflicto.
La articulación social en términos de una comunidad obrera implica
que estos diversos sectores no solo estén de acuerdo con el conflicto y se
ubiquen del lado de los trabajadores en contra de la patronal, sino que lleven
adelante diferentes acciones que muestran una adhesión activa a la lucha. Este
apoyo responde a una experiencia común que llevan adelante los trabajadores
tanto dentro como fuera de la fábrica con el resto de la comunidad,
creando lazos de solidaridad alrededor de las luchas que se sostienen aún con
las derrotas. Estos lazos no vienen dados solamente por la proximidad, que es
un elemento importante, sino también por esa experiencia que da la cotidianidad
en una comunidad obrera, que se relaciona con la vida en las fábricas, los
conflictos y las problemáticas de las familias trabajadoras generando un
interés común aglutinador en situaciones críticas como lo fue la lucha de PM.
En el análisis del conflicto de PM, desarrollado entre los años
2008 y 2010, pretendemos identificar cuáles fueron y cómo se desarrollaron las
muestras de apoyo activo que llevaron adelante diferentes sectores de la
comunidad, y de qué forma un conflicto obrero anclado en una fábrica específica
tomó el estado de una lucha del conjunto de la comunidad. Para ello,
abordaremos la problemática a través del análisis de fuentes orales tanto de
Villa Constitución como de la región. Entre ellas, entrevistas a obreros que
participaron del conflicto en apoyo y solidaridad como delegados de base de
Acindar: un trabajador en el sector de mantenimiento de acería que
era delegado de base durante el conflicto; un delegado de base durante el
conflicto que fue despedido en 2015 junto a otros trabajadores con fines
persecutorios y un trabajador de base activo durante el conflicto que
actualmente se encuentra trabajando en Acindar. Por otra parte, entrevistamos a
un ex miembro del Centro de Estudiantes de la Escuela de Arte N° 501 de San
Nicolás y a una integrante de la Comisión de Mujeres en Lucha de Paraná Metal y
esposa de uno de los despedidos.
Las acciones de los trabajadores de Acindar, impulsados por los
delegados de base fueron cruciales para el desarrollo del conflicto en varios
aspectos, pero el aporte fundamental y específico que realizaron al conflicto
fue la pelea por paralizar totalmente la planta, aún con el desacuerdo de la
conducción sindical y la Comisión Interna, como forma de mostrar un apoyo
político afectando las ganancias de su patronal mientras realizaban asambleas
por sectores para que otros trabajadores de la planta se involucren y
participen de las actividades de los despedidos junto a sus familias. Al ser
Villa Constitución una ciudad obrera, que existieran cientos de trabajadores
que en diferentes niveles apoyaban y participaban del conflicto permitió que
esa lucha llegue a cada barrio de la ciudad y a las ciudades aledañas
despertando nuevas formas de solidaridad.
Por otra parte, las y los jóvenes que integraban los centros de
estudiantes, jugaron también un rol activo e importante, ya que lograron
introducir un conflicto de trabajadores a los terciarios de la región donde
muchas veces resulta imposible que penetren situaciones que no estén
estrictamente relacionados con la problemática estudiantil. En las asambleas y
diferentes actividades, los despedidos de PM interpelaron a esos jóvenes en más
de una oportunidad, en busca de solidaridad. La respuesta fue inmediata, a
través de la participación en las acciones que proponían pero también llevando
adelante iniciativas propias que se extendieron a sus docentes, familias y
amigos. Como se ha demostrado a lo largo de la historia de los conflictos
obreros, los estudiantes, son un impulso moral, físico y material para
multiplicar las fuerzas de los trabajadores. Podemos mencionar los casos del
Cordobazo y el Rosariazo (1969) en Argentina y el Mayo Francés (1968) y las
huelgas mineras de 1969 y 1984 en el Reino Unido como ejemplos en otros países
del mundo.
Finalmente, además de las entrevistas que realizamos, abordamos
cualitativamente material periodístico de la prensa local (El Sur) y regional (La
Capital, El Norte) así como
prensa y publicaciones partidarias, sindicales y estudiantiles que se refieran
al conflicto.
Algunos
antecedentes
El conflicto de Paraná Metal y la lucha de los trabajadores por
conservar sus puestos de trabajo es un proceso relativamente reciente en la
historia de la ciudad de Villa Constitución, motivo por el cual aún existen
pocas producciones que se ocupen específicamente de tratarlo. Sí puede
encontrarse bibliografía en la que puede observarse un consenso generalizado
sobre las características del sector automotriz en general y autopartista en
particular, enfocados en la creciente extranjerización del proceso productivo,
que repercute directamente en la generación de puestos de trabajo. En este
marco, indagamos en investigaciones que analizan conflictos obreros en
diferentes momentos históricos y espacios geográficos en los que se desarrolle
la existencia de elementos de apoyo o solidaridad de otros sectores de la
comunidad.
En el período de post convertibilidad, la extranjerización de la
economía que venía dándose durante los 90 se terminó de consolidar en las
grandes empresas, dando lugar a un proceso de concentración de la producción y
las ventas en el sector manufacturero, principalmente en la siderurgia y el
sector automotriz. Éste adquirió en las últimas décadas “un creciente grado de
integración internacional de la producción, en la que el proceso de producción
de los automóviles deja de tener un carácter nacional para exhibir cada vez más
una lógica global” (Santarcángelo y Perrone, 2012, p. 15), llevando a una
internacionalización del proceso productivo que reemplaza las autopartes
producidas a nivel local por producción internacional con el fin de disminuir
el costo y aumentar la rentabilidad.
Por otra parte, la cúpula automotriz está conformada por empresas
terminales multinacionales[4]
que se asentaron sobre la débil evolución de los salarios generando alta
rentabilidad. De esta manera las autopartistas, que fueron históricamente unas
de las mayores generadoras de empleo, perdieron dinamismo en comparación con
los sectores terminales de la industria automotriz. Los autores sostienen que a
pesar de que la industria automotriz se ha expandido en la post convertibilidad
eso no se tradujo en más empleo, ya que la producción implicó un uso intensivo
del factor trabajo.
Ahora bien, de los trabajos que analizan específicamente el caso
de Paraná Metal, tomamos los artículos de Germán Pinazo (2013) y Lourdes
González (2017). El primero estudia el estado de la industria automotriz
argentina basado en el análisis del caso de PM y cómo los procesos de
modernización en el rubro repercutieron en las formas de organización y los
procesos de formación identitaria de los trabajadores autopartistas; el segundo
se encarga de analizar las múltiples causas desencadenadas por la crisis que,
entre los años 2008 y 2010, llevaron al cierre de la autopartista.
En cuanto a la cuestión del apoyo de la comunidad, consideramos
importante a nivel comparativo el análisis de Adriani (2012), que se centra en
la evolución y desenlace de la industria Villber (radicada en la cercana
localidad de Pavón), en tanto allí describen elementos de apoyo, coordinación y
organización ante los conflictos en la región. En el caso de Villber, la
expresión más importante de dicho apoyo fue una asamblea multitudinaria en la
plaza central de Villa Constitución en noviembre de 1985 en la que diferentes
sectores se manifestaron en defensa de las fuentes de trabajo y contra la
política económica del gobierno. Por otra parte, Crivaro (2018) en su análisis
sobre el Villazo expresa, entre otros ejemplos de solidaridad y organización
del pueblo de Villa Constitución, el rol jugado por las mujeres, que pusieron
en pie una comisión que funcionó en paralelo a la organización de la Lista
Marrón, y que organizaron actividades que no sólo contribuyeron a la lucha
(como colectas de víveres o festivales de solidaridad) sino que profundizaron
los lazos dentro de la comunidad obrera. Siguiendo esta tradición, también en
el caso del conflicto de PM, el papel de las mujeres fue fundamental.
Por último, considerando la importancia que tuvo la intervención
activa de los estudiantes de la ciudad y la región en el conflicto de PM,
tomamos como antecedente el artículo de Saso (2018) en tanto guarda algunas
similitudes con nuestra investigación, esta desarrolla el caso de una textil en
la Patagonia que despidió masivamente a mujeres durante la década de ‘90, lo
cual llevó inmediatamente a la toma de fábrica. Se destaca en este caso la
organización de sindicatos de docentes y del movimiento estudiantil, que
conformaron un comité que se encargó de organizar diferentes actividades en
apoyo al conflicto.
El
mundo en crisis
En septiembre de 2008, la crisis inmobiliaria que desde 2007 venía
golpeando al sistema financiero norteamericano pegó un salto y produjo un shock
de alcance mundial llegando a la quiebra del banco de inversión norteamericano
Lehman Brothers. Debido a la internacionalización del mercado de hipotecas y
sus derivados, y al rol jugado por EE. UU, la catástrofe financiera se extendió
por los principales mercados del mundo, provocando un contagio que fue global y
muy acelerado. En poco tiempo se cortaron las cadenas de pago, golpeando
duramente a las empresas más integradas con el sistema financiero mundial detonando
consecuencias de diferentes magnitudes también en Europa y América Latina.
Una crisis capitalista de esta envergadura no podía dejar de
repercutir en la economía argentina, altamente dependiente del mercado
internacional. A mediados de 2008, Argentina se encontraba expuesta a tensiones
de carácter macroeconómico que no podemos dejar de lado a la hora de analizar
el impacto de la crisis. A la cabeza del gobierno se encontraba Cristina
Fernández de Kirchner cuyo mandato fue presentado como continuidad de la
política llevada a cabo por Néstor Kirchner en el período 2003- 2007.
La situación no estaba exenta de contradicciones: a la aceleración
inflacionaria que se había vivido en la primera mitad del 2008, se le sumó el
boom de los precios internacionales de las commodities y el conflicto
entre el gobierno y las patronales del sector agropecuario. Por su parte, la
puja salarial generó nuevas presiones en el esquema redistributivo como
contrapeso al alza inflacionaria. Como consecuencia, se registró un importante
atraso cambiario que terminó por afectar la competitividad de los sectores
industriales orientados al mercado interno o aquellos que sustituían
importaciones.
Sin embargo, según Abeles (2009), el factor que más impacto tuvo
sobre el nivel de actividad fue la caída de la demanda exterior. En el caso de
Argentina, esta desaceleración de la actividad a nivel global afectó, a
comienzos de 2009, a las ramas más dinámicas de la industria
manufacturera, automotriz y siderúrgica. Estos sectores, que venían sosteniendo
a contracorriente el crecimiento de la actividad industrial, fueron finalmente
absorbidos por la crisis. Dentro de ese sector se encontraba la autopartista
Paraná Metal.
La situación crítica para esta fábrica en particular y el sector
autopartista en general, se relacionaba directamente con sus características y
procesos productivos ya que el sector es altamente dependiente de las políticas
de abastecimiento global de las terminales automotrices y de los regímenes de
promoción aplicados al sector. En los ’90 se produjo una fuerte contracción del
sector autopartista local como consecuencia de la reducción de la exigencia de
contenido nacional mínimo de los vehículos fabricados localmente y la reducción
de aranceles de importación de las autopartes, creando una protección negativa
para dicho sector (Castaño, 2012).
Etapas del conflicto
Como indicamos mas arriba, los coletazos de la crisis económica
mundial dejaron en una situación crítica a la rama de las autopartes. Los
primeros indicios se empezaron a ver recién comenzado el año 2008, al cumplirse
el plazo de los subsidios oficiales provenientes del gobierno nacional.[5]
El fin de esta protección por parte del gobierno dejó al descubierto el atraso
tecnológico en PM y las dificultades de competir en un mercado de autopartes de
producción cada vez más transnacional, que conlleva la instalación de
autopartistas globales o la importación de autopartes de empresas globalizadas
localizadas en países vecinos (Pinazo, 2013, p. 52). Por este motivo Pinazo
(2013, p. 54) plantea que el caso de PM no puede tomarse como algo aislado, no es
casual que en el período abordado en este trabajo se hayan desarrollado otros
conflictos en la rama autopartista como sucedió en Rosario con Mahle.
Durante el 2008 se desarrollaron pequeñas muestras del intento de
la patronal de resguardar sus ganancias, descargando sobre los trabajadores las
consecuencias de la crisis del sector: abono de salario en cuotas, retrasos y
reducciones en el pago, etc. Esta situación llevó a los trabajadores a tomar
las primeras medidas de lucha, aún puntuales y esporádicas, con la intención de
no dejar pasar estos ataques a cuentagotas.[6]
La inmediata respuesta de la empresa fue una solicitada en el diario local
describiendo la situación de PM y amenazando con tomar medidas ya que por culpa
de las acciones realizadas por los trabajadores no pudieron cumplir con las
obligaciones hacia los clientes.[7]
La intención de responsabilizar a los trabajadores y sus medidas de fuerza de
la retirada de clientes o de las dificultades de competir en el mercado fue una
constante en la historia del conflicto de PM.
En diciembre, PM suspendió a los 1200 trabajadores por 30 días,
cerró la planta y llamó a convocatoria de acreedores,[8]
lo que dio lugar a las primeras muestras de resistencia. Los trabajadores
montaron una carpa afuera de la planta, ocuparon la fábrica y con asambleas y
discusiones organizaron una marcha de 5000 personas que terminó en el centro de
la ciudad con el apoyo de trabajadores de otras fábricas y talleres,
comerciantes, vecinos, partidos políticos de izquierda, el Centro Comercial,
Industrial y de la Producción y la CTA Villa Constitución.[9]
Al calor del acampe y las movilizaciones se creó la comisión de mujeres de
Paraná Metal que cumplió un rol fundamental para el sostén de la lucha.
Las negociaciones entre el sindicato, el gobierno y la patronal se
encaminaron hacia la búsqueda de nuevos inversionistas que se encargaran de
normalizar el funcionamiento de la planta y modernizar su tecnología para poder
competir en el mercado según las necesidades de las terminales pero como prenda
de negociación se contemplaban retiros voluntarios y reducción del personal,
cuestión que los trabajadores suspendidos no estaban dispuestos a ceder.
Las suspensiones fueron extendidas hasta el 14 de febrero de 2009[10]
y se les ofreció a los trabajadores un plan de reactivación de la planta que
contemplaba suspensiones con cobro del 70% del salario y congelamiento de la
paritaria, propuesta que fue sometida a votación y aceptada por parte de los
obreros, y obtuvo el aval del gremio y del Ministerio de Trabajo. De este modo,
Cristóbal López, empresario muy cercano al gobierno, se comprometió a tomar
posesión de la empresa mediante el grupo Indalo del cual era propietario, con
la promesa del pago a los trabajadores y la paulatina reactivación.
Sin embargo, estos acuerdos no fueron respetados. De allí que los
trabajadores llevaron adelante un corte de cercana autopista Rosario-Buenos
Aires junto a referentes políticos y sindicales[11]
en defensa de los puestos de trabajo, lo que llevó a que la patronal
garantizara el pago a los suspendidos. Por otra parte, aparecieron nuevos
clientes generando un ambiente alentador para los sectores involucrados, en el
marco del cual el grupo inversor de Cristóbal López terminó de hacerse cargo de
la planta, con la condición de que para el año siguiente se acatara el retiro
voluntario del 50% del plantel. Estas condiciones no fueron aceptadas ni por
los trabajadores ni por el sindicato[12]
y se volvió a poner en marcha el engranaje de organización de esta lucha que ya
llevaba más de un año.
Durante los meses que siguieron se desarrollaron asambleas y
diferentes medidas de fuerza ya que la nueva patronal se negaba a cumplir los
acuerdos y seguía manteniendo los salarios congelados y el esquema de
suspensiones. En este marco los trabajadores realizaron un paro de 14 días en
mayo y junio de 2010 para exigir el cumplimiento de la paritaria a nivel
nacional. González (2013, p. 2) toma a este paro como el punto de inflexión ya
que su resultado fue el anuncio de Cristóbal López, en el cual se negaba a
llevar adelante el plan de negocios y producción tras perder al principal
cliente, la Ford de Brasil, como consecuencia de la medida de fuerza. Esta
situación dejaba a PM al borde de la quiebra con la posible pérdida de más de
900 puestos de trabajo.[13]
Acordamos con la autora en identificar en ese momento una escalada por parte de
la patronal, que si bien venía presionando para imponer sus condiciones, aún no
había amenazado con retirarse si no se cumplían de inmediato. Sin embargo, hay
un aspecto que no profundiza la investigación y es la respuesta por parte de
los trabajadores de PM y la comunidad de Villa Constitución que, como veremos,
fue contundente y a la altura del ataque.
El congreso de delegados de la UOM del 10 de agosto votó hacer un
paro activo con movilización hasta la plaza del centro,[14]
la cual logró convocar a 6000 personas bajo el lema de “Todos somos Paraná
Metal”. Los trabajadores continuaban esperando que se consiguiera un nuevo
inversionista que realice un salvataje pero en el congreso de delegados del 23
de agosto se resolvió un paro y un corte de la Autopista Rosario -Buenos Aires
para el 2 de septiembre. Nadie previó en ese momento que el corte se iba a
extender durante 34 días convirtiéndose en una enorme lucha del pueblo de Villa
Constitución y la región.
Durante el corte no cesaron las negociaciones pero no se llegaba a
ningún acuerdo, ya que la patronal insistía con la reducción del personal y del
salario sin ningún tipo de garantías, por lo que el corte se sostuvo durante
semanas. Mientras se desarrolló el conflicto el acampe se mantuvo, como
desarrollaremos más adelante, con el apoyo de amplios sectores que colaboraban
donando alimentos y participando del corte.
El 15 de septiembre, la Central de Trabajadores de la Argentina
realizó una jornada nacional de solidaridad que llegó hasta las escuelas y las
dependencias estatales. La UOM seccional Villa Constitución también se plegó al
paro con movilización hacia el corte.[15]
Además de la colaboración por parte de organizaciones sindicales, este
conflicto recibió el apoyo y la presencia de un amplio espectro de partidos
políticos.[16]
Finalmente, después de semanas de lucha, los trabajadores
aceptaron el acuerdo ofrecido por los propietarios de la planta[17]
y liberaron la principal arteria del país. Este acuerdo resultaba desfavorable
para la mayoría de los trabajadores, pero los dirigentes sindicales lo
presentaron como el mejor acuerdo posible dadas las circunstancias y un sector
de trabajadores acusó a la cúpula del sindicato de presionarlos para firmar.[18]
La empresa abrió sus puertas con un tercio de la planta en
funciones, mientras el resto recibía una capacitación en nuevos oficios, dando
por terminado así uno de los conflictos más grandes y con más repercusión de la
historia de Villa Constitución. Finalmente en 2015 PM cerró definitivamente sus
puertas dejando sin su puesto de trabajo a 180 obreros.[19]
Tras cuatro años de cierre total de la planta, en 2019 fue rematada y comprada
por una empresa brasileña por 4 millones de dólares.[20]
Unidad de los
trabajadores
La lucha de los trabajadores de PM constituyó un verdadero hecho
político durante el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner y se enmarcó en
la crisis internacional de 2008 que impactó en Argentina, aunque de manera
desigual, en diferentes ramas productivas (Santarcángelo y Perrone, 2012). Esto
permitió que se desarrollara una incipiente identificación y solidaridad entre
diferentes conflictos que se daban en el país, además de las acciones que
surgieron en Acindar y los talleres aledaños.
En el momento en el que la situación de PM se volvía cada vez más
crítica, se desarrollaba un conflicto en la autopartista Mahle[21]
en las cercanías de Rosario que contó con una gran resistencia por parte de los
trabajadores y sus familias junto a organizaciones sociales, políticas y
sindicales. Los despedidos de Mahle participaron de las actividades que se
organizaban en Villa Constitución, pero el apoyo más contundente se recibió
cuando el conflicto escaló definitivamente participando con delegaciones del
corte que duró semanas en 2010.
Si bien la solidaridad y el apoyo de trabajadores y trabajadoras
se desarrolló durante todo el período que estudiamos, tomó especial relevancia
cuando los despedidos decidieron realizar un corte total de la principal
arteria de la región, la autopista Rosario-Buenos Aires. Desde el primer día
llegaron delegaciones obreras de diferentes puntos del país que ya venían
realizando acciones de solidaridad en sus respectivas fábricas y ciudades.
Participaron, además de la delegación de Mahle, la reciente Comisión Interna de
Kraft Foods, que venía de luchar contra la burocracia sindical de la
alimentación, ceramistas de la fábrica recuperada en Neuquén, Zanon,[22]
trabajadores del Astillero Río Santiago[23]
que llevaban en su historia la resistencia a las políticas privatizadoras de
los 90, entre otros.
Estas delegaciones no sólo colaboraron con el fondo de lucha, sino
que su principal aporte consistió en socializar las experiencias y lecciones de
lucha que traían acumuladas participando de las asambleas y actividades
propuestas. Los obreros de Siderar también se hicieron presentes durante las
marchas y particularmente en el corte, donde aportaron alimentos. Algunos de
sus delegados también participaban de las asambleas y llevaban al interior de
su fábrica las resoluciones tomadas.[24]
Los y las docentes de la ciudad fueron una pieza importante del
engranaje, algunos se encargaban de difundir en sus escuelas el conflicto y
además intervinieron organizados en su sindicato en las movilizaciones.[25]
Estas iniciativas respondían al hecho de que los alumnos y alumnas de esos
docentes vivían en carne propia la pelea de sus padres y familias por la
recuperación de los puestos de trabajo y a la situación de muchas maestras y
profesoras cuyos maridos también se encontraban en lucha.[26]
Todas estas muestras de apoyo llevadas adelante por trabajadores y
trabajadoras de distintas ramas productivas y servicios fueron fundamentales
para el desarrollo del conflicto, pero es importante prestar especial atención
a lo sucedido en la fábrica aledaña y motor de la ciudad, Acindar.
Los trabajadores de Acindar formaron parte del conflicto desde que
comenzaron los primeros ataques a fines del 2008. Ese mismo año había sucedido
en su propia planta la muerte de dos jóvenes metalúrgicos mientras se encontraban
realizando tareas en sus puestos,[27]
dejando al desnudo la precarización laboral y la falta de condiciones de
seguridad al interior de la producción. Esto llevó a numerosas movilizaciones y
acciones por parte de los trabajadores que comenzaron a organizarse para exigir
justicia por los compañeros y condiciones de trabajo seguras con mecanismos que
las garanticen. Esta situación generó, por un lado, experiencia de lucha y toma
de conciencia de un sector de los trabajadores de Acindar pero, a su vez,
permitió un primer acercamiento cuando los obreros de Paraná Metal se sumaron a
esas movilizaciones.[28]
La solidaridad se sintió desde el inicio, un grupo de delegados
participó de las primeras asambleas en la carpa y en los sectores dentro de la
fábrica reinaba la incertidumbre y la preocupación.
Nosotros
como trabajadores íbamos ahí a escuchar a ver qué era lo que estaba pasando
porque entre todos teníamos la conciencia de que lo que les estaba pasando a
ellos nos podía pasar a nosotros, era una época de crisis y de alguna manera
nos podía golpear, solo nos separaba un tejido.[29]
En los
sectores se escuchaba todos los días: ¿quién de nosotros no tiene un familiar,
un amigo, un vecino que sea laburante de Paraná Metal? Eran 1200 puestos de
trabajo, una barbaridad para Villa Constitución.[30]
La labor de los delegados de base fue haciendo mella y empalmando
con una sensibilidad existente en los trabajadores que veían como la patronal
intentaba negociar con la Comisión Interna y la dirección de la UOM[31]
para que esa efervescencia no pase las puertas de la fábrica. Con la escalada
del conflicto y ante el planteo de realizar asambleas en común y acciones en
solidaridad con PM, la Comisión Interna acordó con la patronal realizar una
colecta en alimentos y dinero y que la misma empresa se comprometía a doblar lo
recaudado. En la portería se recaudó la extraordinaria suma de $100.000 que con
el aporte de la patronal se convirtieron en $200.000.[32]
Esta acción no fue una expresión de solidaridad por parte de Acindar, era una
muestra de lo que pasaba por abajo en la planta y lo que necesitaban contener
para que no se sume el eslabón que faltaba para que el conflicto de
PM tome aún mayor dimensión y relevancia.
La política de la Comisión Interna y de la conducción de la UOM
tendía a mantener la división por empresa desarrollando sólo las muestras de
solidaridad más pasivas cuando el ánimo dentro de algunos sectores de Acindar
indicaba que estaban las condiciones dadas para ir más allá. Sin embargo,
algunos trabajadores comenzaron a hacer esa experiencia con las conducciones y
participaron de las asambleas de base en los sectores, que además de plegarse a
la jornada de movilización nacional del 18 de agosto de 2010, lograron arrancar
un paro de la seccional surgido desde las entrañas de Acindar para el día 15 de
septiembre, durante el corte de autopista.
Durante
el conflicto la voz clara de la conducción sindical era ‘no traslademos el
conflicto dentro de Acindar’ y recorrían todos los sectores diciendo esto, que
era lo mismo hacer paro y que nos descuenten que hacer colecta de plata para
mandarles. Nosotros sabíamos que no era lo mismo que demostrar la fuerza en
número y parando la producción, sabíamos la conciencia y el impacto que podía
generar.[33]
Este paro fue impuesto desde las bases también como resultado del
trabajo sistemático que venían realizando algunos de los delegados desde que
comenzó el conflicto.[34]
Se basaron en las sensibilidades existentes, generando instancias de discusión
y decisión donde se desarrollaban las posiciones que se desoían en los ámbitos
más cerrados de congresos de delegados.
El 15 de septiembre la planta se paró por completo, pero eso no se
tradujo en asistencia masiva de trabajadores a la acción en la autopista, ya
que no sólo no se garantizaron los transportes acordados con la directiva para
participar, sino que existieron maniobras de boicot para que esa enorme
conquista del paro no se transforme en decenas de obreros de Acindar en la
calle junto a PM.[35]
Sin embargo, constituyó una experiencia que permitió demostrar la enorme
solidaridad de los trabajadores que no se veían afectados directamente por el
conflicto y, en cierta medida, que las bases avancen en su conciencia sobre la
necesidad de unificar las luchas y la fuerza que puede cobrar si las
direcciones sindicales no formarán parte del sistema de desmovilización y
división de las filas obreras.
Con las mujeres al
frente
La situación de incertidumbre y la amenaza de despidos de los
trabajadores no sólo afectó a quienes directamente podían perder su fuente de
trabajo sino también a las familias que se encontraban detrás de cada obrero.
Para analizar este conflicto no pensamos a los trabajadores de forma aislada,
sino que contemplamos a la familia obrera de conjunto. Bajo el sistema
capitalista, las mujeres, en su mayoría, son quienes alimentan y educan a los
niños, cuidan de los ancianos, realizan las tareas domésticas, es decir,
reproducen la fuerza de trabajo.
Por este motivo, si bien el rol que cumplió la comisión de mujeres
durante el conflicto se encuentra desarrollado en el presente trabajo como una
de las muestras de apoyo, es necesario aclarar que consideramos su accionar
como integrantes y parte activa en el conflicto y no como un mero apoyo
externo, revistiendo características cualitativamente diferentes al resto de
los ejemplos estudiados. El apoyo de las esposas, madres, hermanas e hijas fue
fundamental para que este conflicto se prolongue en el tiempo sin quebrarse por
hambre, pero también permitió que ellas desarrollen su propia experiencia como
protagonistas de la lucha.
Las mujeres de PM fueron las primeras en darse cuenta de que ésta
era una pelea que los trabajadores no podían dar en soledad y comenzaron a
organizarse para sostener la lucha. En una carta leída al finalizar la primera
marcha en diciembre de 2008, las mujeres organizadas expresaron:
muchas de
nosotras, día a día y codo a codo colaboramos con nuestros esposos, porque el
sueldo metalúrgico, que para los dueños de PM es tan alto, no alcanza, y como
trabajadoras conocemos nuestros derechos ¡los de ustedes, los nuestros! Por eso
estamos aquí, porque esta lucha es nuestra lucha, la de nuestros hijos y todos”
(Luzuriaga, 2009, p. 32).
Estas mujeres tuvieron que enfrentarse al conservadurismo y
machismo de sus esposos, padres y hermanos[36]
y abrirse camino en un mundo obrero masculino para formar parte de esta lucha
que también era suya. La mayoría de ellas pasaron, por obra de la necesidad, de
ser trabajadoras del hogar no remuneradas a estar al frente de la pelea por la
subsistencia de sus familias. Una de las protagonistas relató:
a mí el
conflicto me cambió la cabeza, yo era una ama de casa que se dedicaba a sus
hijos, a llevarlos a la escuela, a cuidarlos y me encontré en la obligación de
salir a la calle, con otras mujeres que también estaban en mi misma situación y
formamos un grupo. El mismo conflicto y juntarnos con otras mujeres en lucha
afuera de Villa nos fue mostrando el camino sobre qué hacer, al principio no
sabíamos ni lo que era un fondo de lucha y al final nos convertimos en el
baluarte para que [los trabajadores] no se rindan.[37]
En este sentido, Saso (2018) plantea una situación asimilable a la
experiencia de las mujeres de PM. Las trabajadoras textiles de Confecciones
Patagónicas, precarizadas y no reconocidas por el sindicato, dieron en los ´90
una pelea por constituirse en sujetos de la lucha por sus puestos de trabajo.
Éstas lucharon oscilando entre una doble mirada que por un lado las ubicaba en
el lugar tradicional de mujeres, madres, esposas, cuidadoras pero por otro,
existía ese impulso por romper con la posición de víctimas pasivas para tomar
el escenario que les correspondía tanto en la fábrica como en la calle. La
autora plantea esta lucha como un proceso que no solo marcó el reclamo por lo
que les correspondía sino que se constituyó en una forma de “empoderamiento”.
Una de las primeras medidas que tomaron las mujeres organizadas de
PM fue hacer una colecta de alimentos,[38]
con el fin de sostener la carpa que fue instalada en diciembre de 2008 para
evitar que se vaciara la empresa. Allí se reunían cada noche las familias para
recibir su plato de comida y hasta pasaron la navidad y el fin de 2008 en ella.[39]
Para comenzar a generar lazos de la comunidad con la lucha,
recibieron el año organizando un festival con la presencia de numerosos
artistas de la ciudad,[40]
lo que les permitió juntar alimentos, además de tomar nota del nivel de apoyo
que había adquirido el conflicto. Esto dio lugar a que la Comisión de Mujeres[41]
termine de tomar forma y que desde ese momento se convierta en un actor
fundamental para el desarrollo del conflicto, participando también como
interlocutoras válidas y voces de autoridad en las asambleas de los
trabajadores.[42]
Como
desarrolla incipientemente Crivaro (2018, p. 32), la existencia de una comisión
de mujeres que se conforma al calor de las luchas obreras no es una novedad en
la ciudad de Villa Constitución, la experiencia de los Villazos y el rol clave
que jugaron las mujeres en ese proceso pervivió a través de las generaciones y
nutrió, en cierta medida, a las protagonistas de la lucha de PM. Algunas de
ellas traían consigo y compartían con las más nuevas lo vivido en otros
momentos de la historia obrera de la ciudad:
había compañeras que
sus padres habían participado del conflicto de Acindar en el 91, otras que sus
madres o sus abuelas les contaban cómo se organizaban en el villazo, yo misma
vi siempre a mi vieja y a mi viejo luchando a la par. Éramos muy nuevas en esto
de la lucha y así fuimos aprendiendo.[43]
Es
interesante la relación que hacen las protagonistas de la Comisión de Mujeres
con la experiencia de las mujeres del Villazo, que también jugaron un rol muy
importante en el conflicto en 1974 y 1975, cambiando sus vidas y “aprendiendo”
de la experiencia de lucha. En una entrevista publicada en 1997, la esposa de
un trabajador de Acindar, miembro de la Comisión de Mujeres de 1974, señala
también que “acá no estábamos acostumbrados a una cosa así, nosotras éramos
mujeres de hogar, de cuidar chicos. Nosotras no sabíamos nada de nada, pero era
tanta la desesperación que uno apoyaba para que se saliera adelante”.[44]
La necesidad de extender las redes de solidaridad y alcanzar la
nacionalización del conflicto, llevó a las mujeres del comité a participar de
acciones con otros trabajadores, a reunirse con funcionarios en la Ciudad
Autónoma de Buenos Aires[45]
y con diferentes organizaciones políticas y sociales en Rosario.[46]
Aún en los períodos en que la planta se reactivó, funcionando con
suspensiones rotativas, la situación continuaba siendo dura para estas
familias. “Cuando [los trabajadores] llegan a nuestras casas el panorama es
desalentador. Todos los días nos llegan cartas documentos, llamadas de las
instituciones bancarias, cortes de servicios, embargos y desalojos en algunos
casos”.[47]
Las mujeres se mantuvieron organizadas mientras duró el conflicto
y, cuando Cristóbal López tomó posesión de la empresa queriendo despedir a más
de la mitad de la planta, ellas tomaron medidas más contundentes para
defenderse: hicieron una gran convocatoria de asamblea de mujeres abierta a
toda la comunidad donde discutieron de qué manera se podían extender las redes
de solidaridad en otros sectores y nacionalizar el conflicto para lograr mayor
repercusión.[48] Esta fuerza les permitió
encarar el corte de la autopista durante 34 días junto a sus familias,[49]
sosteniendo las ollas populares, realizando actividades para los niños y
recibiendo a las delegaciones de todo el país que llegaban a solidarizarse. No
cabe duda que la intervención de estas mujeres en el conflicto fue una de las
claves para que se sostenga en el tiempo y logre la visibilidad y la
solidaridad que se puede ver a lo largo de estas páginas.
Obreros y estudiantes,
unidos y adelante
El conflicto de Paraná Metal logró contagiar de espíritu combativo
a los estudiantes de los terciarios y universidades de Villa Constitución y la
región que participaron en los diferentes momentos de la pelea que dieron estos
obreros y llevaron el conflicto al interior de las instituciones educativas en
las que transitaban sus días y su militancia.
A través de asambleas, comunicados,[50]
difusión dentro y fuera de los lugares de estudio se organizaron delegaciones
de estudiantes dispuestos a sostener la pelea materialmente y a moralizar a los
trabajadores que peleaban por sus puestos. “Apenas empecé, lo formamos nosotros
al centro de estudiantes porque no había, y una de las cosas más importantes
que nos ayudó a formarlo fue justamente el conflicto de Paraná Metal. Eso nos
dio una forma y una identidad”.[51]
Como muestran las expresiones de solidaridad que se desarrollaron,
un conflicto de tal magnitud no le fue ajeno a la juventud de la región. El
compromiso de los estudiantes partía de las ciudades obreras que habitaban:
nosotros
en un principio notamos que la composición de los cortes, las marchas y la
gente que estaba siendo despedida eran muchísimos jóvenes y también muchos
tenían familiares o amigos que cursaban en la escuela de arte. Acá los
terciarios se componen de gente que cursa y que además trabaja en la fábrica, o
Siderar o Acindar, o en los talleres y muchas veces se les complica. La viven
en carne propia, muchas veces son el sostén de una familia.[52]
Una sensibilidad existente que los estudiantes supieron
desarrollar mediante la organización y la participación activa en las
actividades de los despedidos. Participaban de las marchas, juntaban alimentos,
hacían intervenciones artísticas y lograron coordinar entre diferentes
terciarios,[53] entre los que se
encontraban el Centro de Estudiantes del Instituto Superior del Profesorado Nº
3, el Centro de Estudiantes de Cine y Televisión de Rosario, el de la Escuela
de Arte de San Nicolás y del Normal 1 de Rosario, para hacer un festival que aporte
al fondo de lucha en febrero de 2010.[54]
Convocadas por los estudiantes, también participaron Elia Espen, Madre de Plaza
de Mayo y Victoria Moyano Artigas, nieta restituida.
Este conflicto tomó notoriedad a nivel nacional y con ello
despertó solidaridad en estudiantes de otras ciudades, no sólo asambleas en las
universidades de Rosario en las cuales participaban los obreros contando su
lucha[55]
sino también declaraciones y boletines de centros de estudiantes de las
facultades de la UBA demostrando como una lucha de este tipo puede despertar un
apoyo activo aún a la distancia.
En la
Asamblea propusimos algunas medidas concretas de solidaridad con los
trabajadores de Paraná Metal. Ya comenzamos a impulsar la campaña: “Un
estudiante, 2 pesos” para que esta lucha no se quiebre por hambre. También se
resolvió que la FUBA garantice micros para que una delegación de compañeros
pueda viajar al corte de ruta a llevar nuestra solidaridad.[56]
Todos somos Paraná
Metal
El apoyo activo a la lucha de los trabajadores vino desde sectores
muy disímiles entre sí. El de PM fue un conflicto que logró despertar la
sensibilidad de una parte importante de la población de Villa Constitución
desde que comenzó hasta que finalizó con cientos de trabajadores en la calle.
Como desarrollamos mas arriba, la Comisión de Mujeres apeló a la
solidaridad de los comerciantes villenses para realizar colectas que
garantizaran el sustento de sus familias mientras durara el conflicto. La
respuesta de los comerciantes fue inmediata, no solo por lo que implica que
Villa Constitución fuera una ciudad obrera y por lo tanto, que existiera un
gran porcentaje de trabajadores fabriles dentro de las familias o las
amistades, sino también porque la falta de puestos laborales para 1200 familias
implicaba un golpe muy duro para la dinámica de la economía local.[57]
Además de la donación de alimentos y productos,[58]
ante cada marcha o movilización, los comerciantes adherían bajando sus
persianas[59] y saliendo a la calle.[60]
Algunas vecinales utilizaron los salones comunes para recolectar
alimentos que llevaban al acampe. Junto a los trabajadores que vivían en el
barrio, los vecinos salían a recorrer y comentar casa por casa cuál era la
situación de los despedidos.[61]
Por su parte, el coro estable municipal “Ernesto Roldán” realizó un encuentro
coral solidario en el predio de la UOM para recolectar alimentos.[62]
El fútbol local tampoco quedó afuera de estas acciones solidarias
ya que constituía el ámbito común de muchos trabajadores. La Liga Regional del
Sud suspendió toda su programación deportiva y deliberó formas de aportar a la
lucha mientras que las categorías menores de algunos clubes salieron a la
cancha con banderas de apoyo.[63]
Estos
ejemplos constituyen muestras de cómo un conflicto que se inicia en un
establecimiento puede convertirse en un conflicto de toda la población. Como
planteamos anteriormente, en una comunidad obrera, lo que sucede al interior de
las fábricas se relaciona de forma muy directa con la vida cotidiana de las y
los trabajadores. El concepto tal cual lo desarrollan Prospitti y Videla (2012,
p. 33) permite también, según los autores, pensar las continuidades entre
diferentes procesos (en este caso, de lucha obrera) en diferentes momentos
históricos, alejándonos así de una concepción “desgajada” de la Historia en la
que parece no haber relación alguna entre los acontecimientos. En el caso de
Villa Constitución, como surge de algunos testimonios, la tradición combativa
heredada de la experiencia de los Villazos, pervive en forma de memoria
colectiva en quienes protagonizaron el conflicto de Paraná Metal. Esta
tradición se refleja tanto en el rol jugado por las mujeres como así también en
la solidaridad de otros sectores de trabajadores y en el apoyo activo de otros
actores como el movimiento estudiantil o la comunidad en general.
Consideraciones finales
A través del desarrollo de la presente investigación abordamos uno
de los conflictos más importantes que podemos encontrar en la historia de la
ciudad de Villa Constitución y su movimiento obrero. Fue un proceso complejo,
que se inscribe en una larga tradición combativa que tiene a los trabajadores
villenses como protagonistas hace décadas y que forma parte de la identidad
colectiva de la ciudad.
Tras el análisis de las fuentes escogidas pudimos dar cuenta de
una de las aristas menos investigada pero fundamental para comprender el
desarrollo y el desenlace de este proceso, constituida por las diversas
muestras de apoyo activo que recibieron los despedidos de Paraná Metal por
parte de trabajadores y de otros sectores de la comunidad. Nos introdujimos en
las prácticas particulares de cada uno de los sectores sociales estudiados,
rastreando los motivos que los llevaron a formar parte activa de la lucha de
los despedidos por sus puestos de trabajo.
A lo largo de estas páginas pudimos detectar que las muestras de apoyo
por parte de la comunidad encontraron su máxima expresión en septiembre de 2010
cuando, tras semanas de incertidumbre, se cortó la autopista Rosario-Buenos
Aires por 34 días, tomando nuevas formas y dimensiones para estar a la altura
de la pelea que estaban librando cientos de familias obreras en la ciudad. El
conflicto tomó carácter nacional, no sólo por la obstrucción sostenida de una
de las principales arterias económicas del país, sino por las extendidas y
masivas demostraciones de adhesión y solidaridad dentro y fuera de la región
analizada.
Lo
anterior no podría entenderse profundamente sin tener en cuenta las
características particulares que reviste Villa Constitución en términos de
comunidad obrera. La vida en las fábricas y su cotidianidad atraviesan la
dinámica de la ciudad, los barrios, las calles, las escuelas y los hogares.
Además, como señalamos, pensar a Villa Constitución como comunidad obrera nos
permite, al mismo tiempo, ligar entre sí las diferentes experiencias de lucha
obrera que se fueron dando a lo largo de la historia, y ver cuáles son las
continuidades que se expresan en el conflicto de Paraná Metal.
Aunque resulta más lógico pensar en la solidaridad inmediata por
parte de otros obreros propiamente dichos ante la identificación directa con la
situación de incertidumbre y posterior pérdida de trabajo -que efectivamente
sucedió-, cuesta más pensar los motivos por los cuales sectores más
heterogéneos como estudiantes o comerciantes sumaron su apoyo a los
trabajadores en lucha. Sin embargo, como surge del análisis de las fuentes, en
ciudades como la de nuestro caso -configuradas alrededor de grandes fábricas-
se vuelve más difusa la línea de distinción entre trabajadores y otros sectores
de composición más compleja, lo cual posibilita la identificación genuina con
la causa obrera y la existencia de lazos de solidaridad que se desarrollan
fuera del establecimiento fabril. En el caso de Paraná Metal, esa
identificación y las consecuentes acciones solidarias fueron factores
importantes que permitieron que el conflicto se sostuviera y se constituyera en
una nueva experiencia para la clase obrera local, a pesar de no triunfar.
Bibliografía
Abeles, M (2009). El impacto de la crisis internacional en la
economía argentina. Revista de Trabajo, 7, julio/diciembre. Recuperado de: http://trabajo.gob.ar/downloads/estadisticas/2010n07_revistaDeTrabajo.pdf
Adriani, M (2012). Villber: a 25 años de un final anunciado.
Historia de una empresa en el sudeste santafesino y de sus complejas relaciones
obreros-patronales. Historia Regional, XXV(30), 117-146. Recuperado de: http://historiaregional.org/ojs/index.php/historiaregional/article/view/44/51
Andújar, A (2013). Combates y experiencias: las luchas obreras en
Villa Constitución (1974-1975). En E. Rodríguez y O. Videla. El
Villazo. La experiencia de una ciudad y su movimiento obrero. Santa
Fe: Secretaria de Derechos Humanos. Gobierno de la Provincia de Santa Fe /
Sección Historia ISP Nº 3.
Bil, A. (2017). La trayectoria de tres compañías autopartistas en
Argentina en el período de formación del sector automotriz (1951- 1967). H-Industri@,
11(20), 43-63. Recuperado de: http://ojs.econ.uba.ar/index.php/H-ind/article/view/984/1580
Castaño, S. (2012). La situación de la industria automotriz y de
autopartes en la Argentina, Voces en el Fénix, 3(16), 66-75.
Recuperado de: https://www.vocesenelfenix.com/sites/default/files/numero_pdf/Voces.N.16%20baja.pdf
Crivaro, O. (2018). Villazo. La gran gesta obrera en Villa
Constitución. Buenos Aires: Ediciones IPS.
Fernández, S. y Dalla Corte, G. (2005). Límites difusos en la
historia y el espacio local, Lugares para la Historia. Espacio, historia regional
e historia local en los estudios contemporáneos, Rosario.
González, M. L. (2017); Conflicto en la autopartista Paraná Metal
(2008-2010): Las máquinas se silenciaron y hablaron los trabajadores. Historia
Regional, XXX(36),
99-114. Recuperado de: http://historiaregional.org/ojs/index.php/historiaregional/article/view/117/277
Husson, M. (2018). Crisis económicas y desórdenes mundiales, Viento
Sur. Recuperado de: https://vientosur.info/spip.php?article14204
Lobato, M (2001). La vida en las fábricas. Trabajo, protesta y
política en una comunidad obrera, Berisso, 1904-1970. Buenos Aires: Prometeo.
Majud, V. y Codoni, N. (2010). Acerca de la autogestión de
Paraná Metal (Seminario de Historia
Regional). Sección Historia, Instituto Superior del Profesorado N° 3.
Argentina.
Ministerio de Justicia y Derechos Humanos de la Nación, Centro de
Estudios Legales y Sociales, y Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales
(2015). Responsabilidad empresarial en
delitos de lesa humanidad. Represión a trabajadores durante el terrorismo de
Estado. Buenos Aires: Editorial Ministerio de Justicia y Derechos Humanos
de la Nación.
Pinazo, G. (2013). La industria automotriz hoy. El caso de Paraná
Metal en Villa Constitución como metáfora del ocaso de la burguesía nacional.
En J. Gambina, B. Rajland y D. Campione, Villa Constitución: un símbolo de la
izquierda y la lucha obrera (pp. 45-73) Buenos Aires: Fundación de
Investigaciones Sociales y Políticas. Recuperado de: http://biblioteca.clacso.edu.ar/Argentina/fisyp/20171110050058/pdf_1258.pdf
Prospitti, A. y Videla, O. (2012). La conformación de una
comunidad obrera en Villa Constitución a lo largo de los ciclos de su
desarrollo. Cuadernos del Ciesal,
9(11), 29-58. Recuperado
de: https://fcpolit.unr.edu.ar/wp-content/uploads/articulo-prospitti-videla.pdf
Russo, C. (2008). Fábrica y localidad. La construcción de la
identidad industrial: el caso de la cervecería y maltería Quilmes. H-industri@,
II(2), 1-18. Recuperado de: http://ojs.econ.uba.ar/index.php/H-ind/article/view/478/881
Santarcángelo, J. y Perrone, G. (2012). Transformaciones,
rentabilidad y empleo en la cúpula industrial. Análisis de la cúpula automotriz
en la post-Convertibilidad. H-industri@, 6(10), 1-34.
Recuperado de: http://ojs.econ.uba.ar/index.php/H-ind/article/view/380/694
Saso, D. (2018). “...Yo crecí ahí, y ahí crié coraje”. Género,
clase y experiencia: la huelga de Confecciones Patagónicas (Trelew- Chubut,
1997). Historia Regional, XXXI(38), 1-13. Recuperado de: http://historiaregional.org/ojs/index.php/historiaregional/article/view/239/527
Villanueva, E (1994). Conflicto obrero, transición política,
conflictividad obrera y comportamiento sindical en la Argentina 1984-1989,
Buenos Aires: Universidad Nacional de Quilmes.
Fuentes
Luzuriaga, J. (2009). Si una mujer avanza ningún hombre retrocede.
Mujeres metalúrgicas al sur de Santa Fe. Mujeres
Rev(b)eladas. Rosario: Gobierno de Santa Fe.
El Sur, Villa Constitución, de enero de 2008 a diciembre de 2010.
El Norte, San Nicolás de los Arroyos, de febrero de
2009 a diciembre de 2010.
La Capital, Rosario, de julio de 2010 a noviembre de
2010.
Entrevista a estudiante de la Escuela de Arte N°501 de San
Nicolás, miembro de la conducción del Centro de Estudiantes durante gran parte
del conflicto, realizada por Magali Rivera el 14/11/2019 en la ciudad de San
Nicolás.
Entrevista a delegado de base de Acindar durante el conflicto,
realizada por Magali Rivera el 20/11/2019 en la ciudad de Villa Constitución.
Entrevista grupal a delegado de base de Acindar durante el
conflicto y despedido en 2015 y trabajador de Acindar realizada por Magali
Rivera el 27/11/2019 en la ciudad de Villa Constitución.
Entrevista a integrante de la Comisión de Mujeres en Lucha y
esposa de un despedido de PM, realizada por Magali Rivera el 7/12/2019 en la
ciudad de Villa Constitución.
Entrevista a esposa de un trabajador de Acindar que participó
del Villazo, miembro de la comisión de mujeres, en Lucha de clases, N° 1, 1997, p. 280.
Volante de invitación al “Festival en defensa de los puestos de
trabajo de Paraná Metal” firmado por los Centros de Estudiantes del ISPEL 3,
Escuela de Arte N° 501 de San Nicolás, el Terciario de Cine y Televisión de
Rosario y el Normal 1 de Rosario.
Boletín
Especial de septiembre de 2010 de la agrupación estudiantil EnClave Roja
Nacional.
Recibido: 10/05/2020
Evaluado: 10/06/2020
Versión Final: 22/06/2020
(*) Profesora de Educación Secundaria en Historia (Instituto Superior del Profesorado Nº 3). E-mail: magarivera13@gmail.com ORCID: http://orcid.org/0000-0002-5566-511X
[1] El presente artículo es un reelaboración del trabajo final presentado al Seminario de Historia Regional de la carrera de Historia del ISP Nº 3. Agradezco los comentarios recibido en su oportunidad.
[2] De aquí en adelante abreviaremos como PM.
[3] Acindar en Villa Constitución y Somisa en San Nicolás de los Arroyos
[4] Volkswagen, Ford, Toyota, Peugeot-Citroën, General Motors, Renault, Fiat, Mercedes Benz e Iveco.
[5] El Sur, Villa Constitución, 14/03/2008, p. 4.
[6] En septiembre se llevaron adelante las elecciones para la conducción de la UOM Villa Constitución donde se enfrentaron las listas de Paulón y Piccinini, arrasando este último con más del 61% de los votos. En la lista se encontraban también Juan Actis y Leandro Del Greco, quien formaba parte del plantel de Paraná Metal.
[7] El Sur, Villa Constitución, 09/05/2008, p. 15.
[8] La Capital, Rosario, 08/08/2010, p. 23.
[9] El Sur, Villa Constitución, 23/12/2008, pp. 1 y 6.
[10] “Comunicamos prórroga suspensión término 30 días desde 15/01/2009 hasta 14/02/2009 por fuerza mayor ante crisis sector autopartista de público y notorio conocimiento que imposibilita reapertura actividades”. Reproducción del telegrama recibido por los trabajadores. El Sur, Villa Constitución, 20/01/2009, p. 4.
[11] CTA local y nacional con Victorio Paulón, Amsafe, ATE, Sindicato Independiente de Trabajadores Municipales, el MTL, la CCC, MST, PTS, trabajadores de Mahle, delegados de Acindar, Tenaris y talleres metalúrgicos. El Sur, Villa Constitución, 15/09/2009, p. 6.
[12] “Tenemos entendido que la empresa va a decir que con esta cantidad de gente no puede seguir trabajando (...) A ello respondemos que la alternativa es aumentar la producción y encontrar nuevos clientes”. Leonardo del Greco, miembro de la Comisión Directiva de la UOM. El Sur, Villa Constitución, 12/02/2010, p. 7.
[13] El Norte, San Nicolás, 05/08/2010, p. 17.
[14] El Norte, San Nicolás, 11/08/2010, p. 15.
[15] El Norte, San Nicolás, 14/09/2010, p. 8.
[16] Estuvieron presentes el intendente Vaquié, el senador provincial Aquino, los concejales Giacomino, Alegre, Moreyra y Medicina. También participaron el PTS, el PCR, el Partido Obrero y Democracia Obrera. El Sur, Villa Constitución, 03/09/2010.
[17] “Mantener un tercio de la planta de obreros con sueldo normal, ingresando los otros 600 en un sistema de suspensiones rotativas, recibiendo del gobierno nacional unos 2000 pesos a cambio de ser parte de un proceso de capacitación para una futura reinserción en otra empresa”. El Norte, San Nicolás, 03/10/2010, p. 30.
[18] El Sur, Villa Constitución, 12/11/2010, p. 4.
[19] El Sur, Villa Constitución, 27/08/2015, p. 6.
[20] El Sur, Villa Constitución, 15/10/2019, p. 6.
[21] En abril 2009 los propietarios de la firma autopartista anunciaron la clausura de sus actividades en Rosario dejando en la calle a sus 500 trabajadores, quienes ese mismo día tomaron la planta en señal de protesta. Esta lucha tomó relevancia nacional con manifestaciones, reuniones con funcionarios, instalación de carpas y demás medidas de protesta como unificar su lucha con otros conflictos que se daban simultáneamente como el de Paraná Metal.
[22] Entrevista a delegado de base de Acindar durante el conflicto, realizada por Magali Rivera el 20/11/2019 en la ciudad de Villa Constitución.
[23] El Norte, San Nicolás, 16/09/2010, p. 16.
[24] Entrevista grupal a delegado de base de Acindar durante el conflicto y despedido en 2015 y a trabajador de Acindar realizada por Magali Rivera el 27/11/2019 en la ciudad de Villa Constitución.
[25] El Sur, Villa Constitución, 13/08/2010, p. 3.
[26] “Expresamos nuestra solidaridad con los compañeros de Paraná Metal. Además, los maestros en las escuelas ya están sintiendo esta situación a través de la angustia, de la preocupación por nuestros chicos y de nuestras compañeras ya que muchas tienen sus esposos en Paraná Metal y otros tenemos familiares”. Declaraciones de Susana Ludmer, Secretaria General de AMSAFE Constitución. El Sur, Villa Constitución, 13/08/2010, p. 3.
[27] El 5 de febrero de 2008 se produjo una explosión en Acindar mientras se hacían reparaciones en los hornos. Nicolás Correa, de 22 años, y Alfredo Dianda, de 23, que realizaban sus labores como parte de la contratista Serscay, fueron gravemente heridos y fallecieron días después. Se llevó adelante un paro de 24 hs. y enormes movilizaciones populares que obligaron a discutir con la patronal, el gobierno y la conducción sindical las medidas de seguridad y la responsabilidad empresarial.
[28] Entrevista grupal a delegado de base de Acindar durante el conflicto y despedido en 2015 y a trabajador de Acindar realizada por Magali Rivera el 27/11/2019 en la ciudad de Villa Constitución.
[29] Entrevista grupal a delegado de base de Acindar durante el conflicto y despedido en 2015 y a trabajador de Acindar realizada por Magali Rivera el 27/11/2019 en la ciudad de Villa Constitución.
[30] Entrevista grupal a delegado de base de Acindar durante el conflicto y despedido en 2015 y a trabajador de Acindar realizada por Magali Rivera el 27/11/2019 en la ciudad de Villa Constitución.
[31] La Comisión Interna de Acindar estaba conformada por la lista Celeste y Blanca, oposición de la conducción de la UOM, detentada por la Lista Roja de Piccinini y Actis.
[32] El Norte, San Nicolás, 07/09/2010, p. 18.
[33] Entrevista grupal a delegado de base de Acindar durante el conflicto y despedido en 2015 y a trabajador de Acindar realizada por Magali Rivera el 27/11/2019 en la ciudad de Villa Constitución.
[34] Entrevista grupal a delegado de base de Acindar durante el conflicto y despedido en 2015 y a trabajador de Acindar realizada por Magali Rivera el 27/11/2019 en la ciudad de Villa Constitución.
[35] Entrevista grupal a delegado de base de Acindar durante el conflicto y despedido en 2015 y a trabajador de Acindar realizada por Magali Rivera el 27/11/2019 en la ciudad de Villa Constitución.
[36] Entrevista grupal a delegado de base de Acindar durante el conflicto y despedido en 2015 y a trabajador de Acindar realizada por Magali Rivera el 27/11/2019 en la ciudad de Villa Constitución.
[37] Entrevista a integrante de la Comisión de Mujeres en Lucha y esposa de un despedido de Paraná Metal, realizada por Magali Rivera el 7/12/2019 en la ciudad de Villa Constitución.
[38] El Sur, Villa Constitución, 26/12/2008, p. 6.
[39] El Sur, Villa Constitución, 23/12/2008, p. 6.
[40] El Sur, Villa Constitución, 02/01/1009, p. 8.
[41] “¡Sí se puede! Si una mujer avanza ningún hombre retrocede, fue el canto que nos unió contra las suspensiones y la rebaja salarial. Las esposas, las hermanas, las madres de los trabajadores de Paraná Metal, las mujeres de Villa Constitución, muchas de ellas son trabajadoras y están dispuestas a pelear junto a los trabajadores. La agrupación de mujeres de Pan y Rosas se solidariza con el Comité de Mujeres en Lucha de Paraná Metal brindando su total apoyo”. El Sur, Villa Constitución, 09/01/2009, p. 6.
[42] Entrevista a integrante de la Comisión de Mujeres en Lucha y esposa de un despedido de Paraná Metal, realizada por Magali Rivera el 7/12/2019 en la ciudad de Villa Constitución.
[43] Entrevista a integrante de la Comisión de Mujeres en Lucha y esposa de un despedido de Paraná Metal, realizada por Magali Rivera el 7/12/2019 en la ciudad de Villa Constitución.
[44] Entrevista a esposa de un trabajador de Acindar que participó del Villazo, miembro de la comisión de mujeres, en Lucha de clases, N° 1, 1997, p. 280.
[45] Habían concertado una cita con la Presidenta Cristina Fernández pero fueron recibidas por el Secretario de la Presidencia, Oscar Parrilli, quien pidió paciencia y tranquilidad. El Sur, Villa Constitución, 20/01/2009.
[46] El Sur, Villa Constitución, 12/01/2009, p. 6.
[47] Declaraciones de Sandra Pasquini, vocera de la Comisión de Mujeres en Lucha. El Sur, Villa Constitución, 31/07/2009, p. 8.
[48] El Sur, Villa Constitución, 12/01/2010, p. 8.
[49] El Sur, Villa Constitución, 31/08/2010, p. 7.
[50] “El Centro de Estudiantes del Instituto Superior del Profesorado N°3 ‘Eduardo Laferriere’ de nuestra ciudad se solidarizó con la situación que están sufriendo los trabajadores de Paraná Metal, mediante un comunicado de prensa en el que brindan todo el apoyo en su lucha, como lo hemos venido haciendo desde que se inició el conflicto, e invitamos a todos los estudiantes y docentes a apoyarlos hasta que triunfen los trabajadores. Frente a los ataques que sufren los trabajadores, los estudiantes creemos que es necesario acompañarlos en su lucha para que la crisis la paguen los grandes capitalistas y no los trabajadores, con mayor explotación, despidos y rebajas salariales.” El Sur, Villa Constitución, 21/07/2009, p. 5.
[51] Entrevista a estudiante de la Escuela de Arte N°501 de San Nicolás, miembro de la conducción del Centro de Estudiantes durante gran parte del conflicto, realizada por Magali Rivera el 14/11/2019 en la ciudad de San Nicolás.
[52] Entrevista a estudiante de la Escuela de Arte N°501 de San Nicolás, miembro de la conducción del Centro de Estudiantes durante gran parte del conflicto, realizada por Magali Rivera el 14/11/2019 en la ciudad de San Nicolás.
[53] El Sur, Villa Constitución, 19/02/2010, p. 13.
[54] Volante de invitación al “Festival en defensa de los puestos de trabajo de Paraná Metal” firmado por los Centros de Estudiantes del ISPEL 3, Escuela de Arte N°501 de San Nicolás, el Terciario de Cine y Televisión de Rosario y el Normal 1 de Rosario.
[55] Entrevista a estudiante de la Escuela de Arte N°501 de San Nicolás, miembro de la conducción del Centro de Estudiantes durante gran parte del conflicto, realizada por Magali Rivera el 14/11/2019 en la ciudad de San Nicolás.
[56] Juan Oribe, Vicepresidente del Centro de Estudiantes de la Facultad de Filosofía y Letras de la UBA. “Obreros y estudiantes, unidos y adelante”, en www.pts.org. Fecha de publicación: 16/09/2010. Fecha de consulta: 14/11/2019.
[57] “La masa salarial de los metalúrgicos era la rueda maestra que imprimía dinámica a la economía local, por lo cual, cuando se veían afectados sus intereses, ello también repercutía en el conjunto de la población” (Prospitti y Videla, 2012, p. 49).
[58] El Norte, San Nicolás, 26/08/2010, p 16.
[59] “No creo haber participado de otra marcha hasta ese momento tan grande y ver cómo pasábamos y en los negocios salían a apoyarlos, la gente desde sus casas salía a bancar a los trabajadores”. Entrevista a estudiante de la Escuela de Arte N°501 de San Nicolás, miembro de la conducción del Centro de Estudiantes durante gran parte del conflicto, realizada por Magali Rivera el 14/11/2019 en la ciudad de San Nicolás.
[60] El Sur, Villa Constitución, 23/12/2008, p. 3.
[61] El Sur, Villa Constitución, 13/01/2009, p. 5.
[62] El Norte, San Nicolás, 23/09/2010, p. 18.
[63] El Norte, San Nicolás, 07/09/2010, p. 21.