¿Infiltrados? Accionar político y
militar del PRT en Mendoza (1973-1976)
Violeta
Ayles Tortolini(*)
(CONICET – INCIHUSA, UBA; atvioleta@hotmail.com)
Introducción
Con
el presente artículo tenemos por objeto reconstruir el accionar político y
militar del Partido Revolucionario de los Trabajadores (PRT) en la provincia de
Mendoza[1]
entre mediados del año 1973 y principios de 1976. Con esta
delimitación temporal pretendemos abarcar los años de conformación y desarrollo
del PRT en Mendoza, quedando para un próximo trabajo el análisis de los últimos
intentos de resistencia contra la represión dictatorial y la derrota de la
organización.
Para
la realización de este artículo recurrimos al análisis de diversas fuentes: los
periódicos El Combatiente y Estrella Roja[2];
los diarios provinciales Los Andes y Mendoza; algunas de las querellas
presentadas en las causas que se instruyen por violaciones a los Derechos
Humanos, principalmente las ocupadas en los juicios que se desarrollaron en la
provincia durante el año 2011; y, nuestra herramienta principal, la
construcción de fuentes orales en base a diversas entrevistas realizadas por la
autora a ex militantes del PRT en Mendoza o de otras provincias pero con el
sostenimiento de un vínculo con nuestra región de estudio.
Partimos de la concepción de Gramsci sobre la historia de los
sectores subalternos, quien nos señala que ésta es siempre disgregada y
episódica. Se trata de una precaución clave para este tipo de trabajos que encuentra
su fuente principal en las entrevistas orales. Sabemos que los testimonios no
sólo están condicionados por las perspectivas presentes (cualidad compartida en
toda fuente oral), sino que además, en este tema
específico, todavía ejerce un fuerte influjo el peso de la derrota. Una derrota que no sólo fue material (profundización del
modelo económico de acumulación, secuestro, tortura y desaparición de
militantes, etc.), también fue cultural en cuanto logró imponer una visión
hegemónica de lo que había pasado en aquellos años. Tal como advierte Raymond
Williams, a partir de un área total
posible del pasado y del presente, dentro de una cultura particular, ciertos
significados y prácticas son seleccionados y acentuados y otros significados y
prácticas son rechazados o excluidos. Sin embargo, dentro de una hegemonía
particular, y como uno de sus procesos decisivos, esta selección es presentada
y habitualmente admitida con éxito como «la tradición», como el «pasado
significativo».[3]
Nuestra
apuesta presente se dirige a develar entonces otras tradiciones, aquellas que
fueron acalladas por la visión hegemónica al punto de que muchos y muchas no
tengan ni siquiera conocimiento de su existencia. La visión historiográfica
hegemónica provincial[4]
es que en los ’60 y ’70 en Mendoza primó la tranquilidad y que cuando
sucedió algo se debió al accionar de elementos infiltrados, ajenos a
la tradicional tranquilidad mendocina.[5]
Se trata de un
relato que representa a la provincia como un territorio aislado del resto del
país, un lugar extraño al proceso de politización y radicalización que se
desplegó en los años ‘60 y ‘70 en Argentina. Entonces, la tradición de los/as
mendocinos/as estaría atravesada por la tranquilidad
y el apoliticismo. De lo cual
desprenden que ciertos sucesos como luchas estudiantiles, huelgas y hasta el Mendozazo no serían parte integrante de
la tradición mendocina, sino de sectores extraños a los/as ciudadanos/as de la
provincia, infiltrados entre
ellos/as.
Aquí nos apoyamos en una primera hipótesis inversa: la
población mendocina no fue ajena a estos procesos políticos y sociales, al
contrario, sostenemos que estuvo inmersa en ellos. En la provincia, como en el
resto del país, hubo un desarrollo activo de la lucha social y de masas, de los
conflictos obreros y estudiantiles, de las organizaciones revolucionarias y,
por supuesto, de la represión.
Para reconstruir el accionar político y militar del PRT en
Mendoza focalizamos en los frentes de masas en los que estuvo inserto. En este
sentido, nuestro interrogante inicial es: ¿En qué sectores y de qué modo
desenvolvían su práctica política las y los militantes del PRT en la provincia?
Buscamos probar que los mendocinos y mendocinas que
integraron el PRT no representaban la imagen del infiltrado[6]
en sus respectivos lugares de militancia (fueran estos el trabajo, la facultad,
el barrio u otro), sino que entroncaban con experiencias compartidas y con
estados de ánimo de lucha generalizados. Partimos de esta perspectiva porque
compartimos con Pozzi que las expresiones
políticas de una época determinada tienen una relación estrecha con la sociedad
que las genera. En ese sentido, la guerrilla (y, podríamos decir también, los
partidos burgueses, la derecha militante o las fuerzas armadas) fue una
expresión de esa sociedad, con todas sus virtudes y defectos.[7]
Por último, es nuestra intención sumar nuestros esfuerzos a
un trabajo emprendido en los últimos años por otros/as colegas. El cual se
propone la reconstrucción de la historia del PRT desde una perspectiva regional
que aporte a construir una historia total de dicho partido. Un relato que no
distorsione la realidad histórica proponiendo la experiencia porteña como
nacional. Sino que pueda integrar las distintas trayectorias regionales. Nos
referimos, particularmente, a los trabajos de Pasquali en Rosario y de
Inchauspe en Córdoba.[8]
Fuerzas
sociales en confrontación: radicalización y organización
En
las décadas de 1960 y 1970 en Argentina surgieron y se desarrollaron numerosas
organizaciones políticas y sociales. A raíz de la experiencia histórica que
significó el peronismo y la caída de Perón mediante el golpe militar de 1955
los sectores populares, y en particular la clase obrera, construyeron y
retomaron diversos modos y medios de organización y acción directa. Entre estos
podemos mencionar: el boicot electoral, el sabotaje fabril, las tomas masivas
de fábricas y los grupos guerrilleros.[9]
Fruto de estas experiencias, como así también de otras anteriores, se produjo
en nuestro país un extenso proceso de politización por parte de amplios
sectores populares, lo cual se tradujo en diferentes formas organizativas, como
así también en una protesta social generalizada. Expresiones de este proceso
fueron el Cordobazo (1969), Rosariazo (mayo y septiembre de 1969), Tucumanazo (1970),
Viborazo (1971) y Mendozazo (1972) entre otros.[10]
De
esas experiencias se nutrieron (y al mismo tiempo contribuyeron con ellas)
numerosas organizaciones armadas que con su accionar acompañaron las luchas
obreras y populares. Entre ellas, las que tuvieron mayor desarrollo (tanto en
el tiempo como en extensión territorial) fueron: las Fuerzas Armadas Peronistas
(FAP), las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR), los Montoneros, el Partido
Revolucionario de los Trabajadores - Ejército Revolucionario del Pueblo
(PRT-ERP) y la Organización Comunista Poder Obrero (OCPO).
En
la provincia de Mendoza también se desarrolló aquel proceso de politización y
de surgimiento de diversas organizaciones. Analizar en extenso las
singularidades de cada conflicto y de cada sector social en la provincia se nos
imposibilita dado los límites de este trabajo. Sin embargo, nos permitimos
volcar una breve síntesis de la situación institucional y de confrontación
social y política con el objetivo de ofrecer una imagen del contexto en que
viene a surgir el PRT en la provincia.
Durante
el período de la autodenominada Revolución Argentina (1966-1973), el devenir
institucional de la provincia de Mendoza estuvo marcado por los eventos a nivel
nacional, aunque desenvolvió sus particularidades. Por ejemplo, mayormente no
hubo necesidad de nombrar militares como gobernadores de facto, ya que la
dictadura contó con el apoyo del Partido Demócrata (PD) que puso a sus hombres
en las funciones de gobierno.
A
partir de la llamada Resistencia Peronista[11],
había comenzado a producirse una serie de acciones directas de protesta en
distintos puntos de la provincia, como la colocación de artefactos explosivos o
el sabotaje en vías férreas. Pero fue recién en los primeros años ´70 cuando la
conflictividad social se agudizó y el proceso de politización se profundizó.
Entre
1971 y 1972 se desataron numerosas luchas estudiantiles contra el limitacionismo[12]
y por la democratización del gobierno universitario. Sus formas iban desde sentadas[13]
y marchas hasta tomas[14]
de edificios y juicios académicos[15]
a profesores y autoridades.
En
el ámbito gremial, la CGT mendocina era liderada desde el año 1967 por su secretario
general, Carlos Fiorentini. Su orientación política estaba enmarcada dentro del
peronismo ortodoxo. Alternativamente
a esta conducción, se desarrolló el Movimiento Intersindical Provincial (MIP)
que se encontraba alineado con el Movimiento Intersindical Nacional liderado
por Agustín Tosco.
Numerosas
luchas de distintos sectores de trabajadores y trabajadoras se desarrollaron
entre los años ‘70 y ‘72. Las más sobresalientes por su conflictividad y
duración fueron las que llevaron a cabo ATSA (salud), Magisterio (educación) y
los Contratistas de Viñas y Frutales.[16]
También
se produjeron en aquella época luchas barriales con el objetivo de acceder a
una vivienda propia. Éstas incluyeron organización de vecinos/as,
movilizaciones y tomas de terrenos.
Un ejemplo fue la lucha emprendida por los vecinos y vecinas que vivían en el
margen del Canal Frías a causa de que el aluvión del 4 de enero de 1970
destruyera su asentamiento. La victoria de los/as vecinos/as dio origen al
Barrio Virgen del Valle.[17]
Gran
parte de las luchas mencionadas confluyeron con otros reclamos políticos, en
abril de 1972, en el Mendozazo. Este
movimiento que avanzó de lo social a lo político culminó, entre sus principales
consecuencias, con la renuncia del gobernador Francisco Gabrielli (PD). Si bien
tuvo un duro saldo para los/as manifestantes: 3 muertos, 190 heridos/as y 480
detenidos/as, también implicó avances en la toma de conciencia y organización.
Un claro ejemplo de ello fue el surgimiento, en mayo de 1972, del Sindicato de
Obreros y Empleados Públicos (SOEP).[18]
El
nivel de politización general también se hacía evidente en el plano cultural e
intelectual. La revista Claves, de
opinión e interés general, manifestaba una visión crítica de la realidad y
solía publicar debates de época. Enérgicas discusiones tenían lugar en el mundo
del teatro: entre quienes proponían un teatro crítico e independiente que
acercara la gente a las salas (Elenco Municipal Mendoza) y quienes defendían un
teatro de creación colectiva, eminentemente político con el fin de ser una
herramienta para la organización del pueblo en sus barrios, fábricas, etc.
(Arlequín, La Pulga).[19]
A
partir del golpe pinochetista en Chile (1973) comenzaron a arribar a Mendoza
grandes contingentes de exiliados chilenos. Entre los años 1974 y 1975
ingresaron a la provincia 6.899 refugiados políticos chilenos. A partir de esto
se conformaron en Mendoza organizaciones que buscaban transformar las
condiciones políticas en Chile. Incluso, ingresó a la provincia el Movimiento
de Izquierda Revolucionaria (MIR) que tenía una estrecha relación política con
el PRT.[20]
También
ejercieron influencia en la organización popular los curas villeros o que adherían al Movimiento de Sacerdotes del
Tercer Mundo. Alrededor del sacerdote Llorens se nucleó un grupo de vecinos que
habitaban un basural en la Ciudad de Mendoza, formando
Todo
lo antedicho nos da un amplio panorama del nivel de conflictividad social y
política que se vivía en Mendoza. En ese marco de radicalización también se
desarrollaron en la provincia diversas organizaciones revolucionarias tales
como Montoneros, FAR, FAP-PB, PRT-ERP y OCPO.
1973:
el PRT en Mendoza
En
1973 hizo su aparición en Mendoza el Partido Revolucionario de los
Trabajadores. Una organización marxista-leninista con una estrategia de lucha
armada para la toma del poder y la construcción del socialismo.[22]
Su formación en Mendoza coincidió con dos procesos abiertos. Por un lado, en la
dimensión provincial, el alto nivel de conflictividad social había empezado a
devenir en la conformación de nuevas organizaciones afines a los objetivos que
se ponían a la orden del día. Por otro lado, la creación del PRT en Mendoza
coincidía con un fenómeno que vivía el mismo Partido en el resto del país. 1973
fue un año de gran crecimiento para la organización, iniciando una tendencia
ascendente que no encontraría su freno hasta fines de 1975.[23]
Esta tendencia de crecimiento no sólo se manifestaba en la gran incorporación
de militantes, sino que se fueron conformando nuevas regionales en lugares
donde hasta el momento el PRT no tenía presencia, como Neuquén. También la
organización logró volver a ponerse en pie en otras zonas donde años atrás
había tenido desarrollo pero que había perdido por la salida de distintas
fracciones, por ejemplo en Bahía Blanca.
El
modo en el que el PRT se conformó en Mendoza obedeció a distintos procesos que
fueron confluyendo. Por un lado, algunos/as perretistas cordobeses/as se
trasladaron hacia la provincia cuyana con miras a organizar el Partido allí[24].
Esto coincidió con las experiencias de varias mendocinas y mendocinos que por
razones de índole personal viajaron a otras ciudades (principalmente a Capital
Federal, pero también a Córdoba y Rosario) y allí conocieron la organización y
se integraron a ella. Algunos/as de ellos/as volvieron a su provincia y siguieron
militando en el PRT.[25]
Por otra parte, la gran mayoría de nuestros/as entrevistados/as afirma que su
proceso de politización se inició en el marco de las disputas universitarias
(tanto en la Universidad Nacional de Cuyo como en la Universidad Tecnológica
Nacional) y que encontró su hito en el Mendozazo.
Al conocer a la organización se integraron a ella como continuidad de este
camino político que habían emprendido.
La
gran mayoría de quienes integraron el PRT en Mendoza no tuvieron militancia
previa en otra organización política. Actualmente, poseemos un registro parcial
en el que confirmamos que el Partido contaba en la provincia con, por lo menos,
98 militantes. De los/as mismos/as, sólo tuvieron militancia previa en otros
espacios políticos 12 militantes.[26]
Nos parece que este es un dato importante a la hora de conocer qué los/as
motivó a sumarse al PRT y no a otra organización. Ante esta pregunta, la
mayoría no hace hincapié en cuestiones programáticas o estratégicas sino en
otras de índole política más general. El eje está puesto, principalmente, en la
calidad de los/as militantes que componían la organización. También existe una
distinción política que se repite en casi todas las entrevistas: la diferencia
con el peronismo en general y con Montoneros en particular, a quienes los/as
entrevistados/as definen como populistas:[27]
Es que costaba entender, discutir
qué es eso del socialismo nacional y popular. Eeee…
no es que costaba entender, era difícil de juntar lo que era el accionar de la
derecha peronista con Montoneros. Es difícil de juntar trabajar para la vuelta
del General y entregar un montón de cosas y decir bueno… fue difícil de
entender el operativo Dorrego. Puede ser que esté muy equivocado y seguramente
estoy muy equivocado, pero nunca lo consideré una propuesta de izquierda.[28]
Esos
dos atributos, calidad de sus militantes y diferencia con el peronismo, se
sintetizan para nuestros/as entrevistados/as en un concepto: coherencia. El
acento no está puesto en la exactitud o no de una estrategia general o en los
aciertos de diversos planteos tácticos. Según sus relatos, lo que los/as
decidió a sumarse fue la certeza de que integraban un colectivo que no sólo
decía que quería una sociedad justa, sino que luchaba por ella sin rodeos y,
más importante aún, que construía relaciones de compañerismo y no de jerarquía.[29]
Cuando le preguntamos a una de nuestras entrevistadas qué visión tenían de
Santucho ella afirma:
Un compañero que era el primero que
se levantaba, que era el primero que hacía un montón de cosas. Para nosotros
era un ejemplo por esas cosas. Pero yo nunca lo tuve a la vez también como un
jefe, digamos. Nosotros no tuvimos eso de idealizar, por ejemplo, como dentro
del Movimiento Peronista “el” general Perón, como una cosa… tipo un ídolo.
Nosotros sentíamos como una hermandad con ciertos compañeros.[30]
Para
cerrar esta breve caracterización de la conformación del PRT en Mendoza vamos a
abordar dos cualidades más. La primera, es un dato ofrecido por un miembro de
la Dirección Nacional del PRT[31],
quien nos transmitió que Mendoza no se había conformado como una regional tal
cual lo establecía el estatuto partidario, sino que constituía una zona
independiente. [32]
Eso quería decir que el desarrollo alcanzado por la militancia perretista
mendocina hacía que fuera lo suficientemente importante como para no depender
de otra regional, pero no le bastaba para constituirse en una regional
independiente.
El
segundo dato a tener en cuenta (propio de su ubicación geográfica) es la cercanía
con Chile. Esto llevó a que fueran muchos/as los/as militantes mendocinos/as
que desarrollaron distintos contactos con militantes chilenos/as, sobre todo a
partir del derrocamiento de Salvador Allende (1973). Se comenzaron a llevar a
cabo actividades políticas de denuncia de lo que pasaba en Chile. También se
hizo frecuente recibir exiliados/as chilenos/as y hacerles algún tipo de contención: ya fuera para su ubicación
en la provincia o para su paso por ella mientras organizaban su exilio en zonas
más distantes.[33]
Los frentes
El
Partido Revolucionario de los Trabajadores a nivel nacional tuvo desarrollo en
diversos frentes de masas. El sector al que apuntó gran parte de su militancia
(siguiendo sus propios preceptos marxistas) fue la clase obrera de los principales
centros industriales del país: Córdoba, Buenos Aires y Rosario. También tuvo
una gran presencia entre el proletariado rural del norte argentino.
Es
dable afirmar que inmediatamente después del frente obrero (en su aspecto
político y sindical) la segunda instancia en importancia era la militar. Esto
correspondía a la concepción estratégica del partido sobre la toma del poder.
Siguiendo el legado guevarista, el PRT afirmaba la imposibilidad de un tránsito
pacífico al socialismo. Definía su estrategia como de guerra civil revolucionaria[34] para la cual planteaba la necesidad de
formar un poderoso ejército que se fuera templando en mil batallas. Embrión de
ello sería el Ejército Revolucionario del Pueblo (fundado en 1970).[35]
Luego
del frente obrero y de la instancia militar, los perretistas desarrollaban su
accionar en distintos sectores sociales: estudiantes secundarios, estudiantes
universitarios, trabajadores no obreros de distintas ramas (estatales,
educación, salud, etc.) y algún incipiente trabajo cultural, entre los frentes
más destacados. Muchos de esos espacios de militancia tuvieron su desarrollo en
Mendoza. A continuación, daremos repaso a los frentes de masas en los que se
insertó el PRT en la provincia intentando entender, particularmente, cuál era
el desempeño de los/as militantes perretistas en ellos.
Hasta
el momento en que se encuentra nuestra investigación, hemos logrado identificar
6 frentes de masas trabajados por el PRT en Mendoza: zona alcoholera,
petroleros, bancarios, sanidad, estudiantil y teatro. Además, también se
desarrolló en la provincia la instancia militar. En cuanto al abordaje que se
hacía de los frentes, más allá de las experiencias particulares, hay un
elemento común que es transversal a todos. Éste tiene que ver con la insistencia
en trabajar cada frente, simultáneamente, desde tres dimensiones distintas: por
un lado, se propiciaba la lucha
reivindicativa en busca de mejorar las condiciones propias del espacio
(fuera esto salario, jornada laboral, planes de estudio, etc.); por otro lado,
se hacía un planteo más general, y si se quiere cultural, sobre la función social del rol que se cumplía
(ya fueran estudiantes, médicos, actores, etc.); a estos dos aspectos, por
supuesto, se sumaba el planteo político de la necesidad de la lucha por el socialismo como único
camino para construir una sociedad justa.
Luego,
la forma en que se encaraban estos aspectos variaba según el frente del que se
tratase, la cantidad de militantes que se encontraran en él y las otras fuerzas
políticas con las que se pudiera coordinar.
Antes
de pasar al análisis y descripción de cada frente quisiéramos apuntar que en
los últimos años se han puesto en boga algunos estudios sobre el PRT que
tienden a acentuar el aspecto militar por sobre todas las otras prácticas
políticas. En estos trabajos el hincapié puesto en describir lo que definen
como “la violencia”, oscurece un proyecto político que fue integral y que
abarcó diversos tipos de intervención. No nos es posible explayarnos aquí sobre
este debate, pero valga esta pequeña aclaración como destacado de un elemento
sobre el que necesariamente retornaremos en futuros trabajos.
Estudiantil[36]
Para
planificar y sistematizar la política para este frente de masas, el PRT
mendocino puso en pie una Mesa Universitaria Provincial. Ésta era integrada por
5 militantes perretistas que estudiaban en distintas facultades. En general, no
hubo intentos de integrar agrupaciones que disputaran elecciones para dirigir
los centros estudiantiles o participar en los órganos de cogobierno
universitarios. En ese sentido, el caso de Amadeo Zenón Sánchez Andía[37],
quien fue Secretario del Centro de Estudiantes de la Escuela de Comunicación
Colectiva, constituye una excepción.
La
principal apuesta estaba en lograr conformar grupos de simpatizantes que se
organizaran para estudiar la línea del Partido y distribuir su propaganda.
Estos/as simpatizantes, a medida que cumplían con las tareas que les eran
asignadas y afirmaban su convicción en la lucha por el socialismo pasaban a
formar parte de la Juventud Guevarista. La JG en Mendoza fue algo así como un
escalón al Partido, en su seno se organizaban células que estudiaban los
clásicos del marxismo y los congresos partidarios, también se leía la prensa y
se planificaban acciones de propaganda, sobre todo pintadas. A medida que
los/as jóvenes que se sumaban por la JG ratificaban su voluntad de militancia
revolucionaria pasaban a integrar otras células y a colaborar en otros frentes
de masas. Es válido aclarar que existieron casos de estudiantes que se sumaron
directamente al PRT, sin pasar por la experiencia previa de la JG.
El
hecho de que no se interviniera en las elecciones de centros de estudiantes no
quiere decir que no participaran de las luchas estudiantiles. De hecho, los
militantes perretistas se hacían presentes en las movilizaciones contra el limitacionismo, asambleas estudiantiles
y demás medidas propias del espacio. Pero no participaban del gremio de los
mismos. Hasta el momento, constatamos que esta experiencia se dio en la
Facultad de Medicina, en la de Filosofía y Letras, en la Escuela de Comunicación
Colectiva y en la Facultad de Agronomía de la Universidad Nacional de Cuyo,
como así también en la Universidad Tecnológica Nacional.[38]
Actores
A
diferencia de lo que sucedía en el espacio estudiantil, las actrices y actores
del PRT en Mendoza desarrollaron una experiencia gremial que les permitió
constituir la Asociación Argentina de Actores delegación Mendoza y ganar su
primera elección.
Empezamos
a participar en el radioteatro y éramos los que traíamos todas estas ideas
nuevas para ellos. Que había que trabajar con contrato, que nos podíamos
asociar, que éramos trabajadores. Empezamos a revolucionar ese medio. Y el otro
también, el de teatro independiente también. Porque los de teatro independiente,
aún con sus ideas progresistas y todo esto, ellos trabajadores no, ellos eran
artistas.[39]
Justamente ese concepto, trabajadores, es el
que definía la práctica militante de estos/as perretistas en el ámbito teatral.
Y esto tiene una doble importancia: en la dimensión interna del Partido
estos/as militantes plantearon que su proletarización no pasaría por ir a
trabajar a una fábrica, sino que ellos/as se proletarizarían en el arte, al
concebirse trabajadores y trabajadoras del arte. Mientras que en el ambiente
teatral los/as llevó a generar un amplio proceso de discusión con actores y
actrices de distintas ramas (teatro independiente, radio-teatro, docentes
universitarios) sobre la necesidad de constituir un gremio propio. Fruto de ese
trabajo, el 25 de
septiembre de 1975, surgía la Asociación Argentina de Actores delegación
Mendoza con Rubén Bravo[40]
como Secretario General y Ana María Giunta como Secretaria Gremial.
Si
bien el tiempo de desarrollo de la Asociación fue muy corto por los efectos de
la represión, alcanzaron a emprender algunas luchas y algunos triunfos dignos
de quedar registrados en la historia del sector. Se obtuvo por primera vez una
obra social para los y las afiliadas. También se efectuaron las primeras
negociaciones como sindicato, en las que se acordaron los salarios y
condiciones de trabajo (principalmente en las fiestas de la vendimia
departamentales y la central).
Además de la militancia gremial, esta célula de actrices y
actores del PRT había conformado a fines de 1974 el grupo de teatro La Pulga. Su propuesta era de teatro
popular y para ellos/as esto significaba varias cosas: la creación colectiva
(que no estaba siempre ajustada a libretos, o se proponía la readaptación de
los mismos a la realidad en la que se representaban); la horizontalidad en las
tareas a cumplir, con rotación de roles de dirección, escenografía, etc.;
apuntar a un público amplio, no sólo actuar en las salas de teatro sino también
en los barrios, escuelas, fábricas, plazas; una concepción del teatro como una
forma de expresión, reflexión y denuncia.
Desde La Pulga se
representaron varias obras. Entre ellas, una de repercusión muy especial. Nos
referimos a La Fiaca que era una
adaptación realizada por Rubén Bravo. Versaba sobre un oficinista (en la
adaptación trabajaba en una bodega) que un día, hastiado de cómo vivía, decidió
dejar de trabajar y hacer una huelga de hambre solo. En la obra intervenían
varios personajes como el patrón, un capataz y la familia del trabajador que
era utilizada para convencerlo de que afloje con su reclamo. La idea que
pretendía poner en discusión La Pulga
era que solo no se puede luchar porque se
pierde, hay que encarar las luchas colectivamente.[41]
La obra despertaba reacciones emotivas muy diversas, sobre
todo entre trabajadores y trabajadoras. Una de las funciones se hizo en el
Circo Chancletín. Llegado el momento de la escena en donde se chantajeaba al
trabajador en huelga, el capataz aparecía con un sándwich y se lo ofrecía. Se
producía un gran silencio en ese instante en que la mano con el sándwich
quedaba estirada y el trabajador sentía flaquear su voluntad. En esa ocasión en
el Chancletín, en ese instante silencioso cargado de tensión se escucha uno del público que le dijo:
¡Ánimo compañero![42]
Las obras de La Pulga
buscaban dialogar con los problemas cotidianos de la gente del campo popular y
ofrecer de un modo didáctico y al estilo de juego herramientas que sirvieran
para reflexionar. Sus planteos tenían algunos elementos en común como la
denuncia permanente de las situaciones de injusticia que se vivían y la apuesta
a la salida colectiva y no individual.
Sanidad
Este espacio tuvo numerosos elementos en común con el frente
de actores. Conformado por varios/as médicos/as y estudiantes de medicina,
abordó diversos aspectos que hacen a la salud. Uno de nuestros testimoniantes,
militante del frente sanidad del PRT en Córdoba que
viajó a Mendoza a mediados de 1974 para organizar el mismo frente, nos explica:
El
frente de la salud abarcaba todo el trabajo político y sindical hospitalario.
En tres sectores: sector profesional médico, sector enfermería y maestranza y
sector estudiantil de practicantes. Entonces, teníamos una política para el
sector salud, de masas, que tenía distintos aspectos. Uno, el gremial
hospitalario, en las organizaciones gremiales médicas, en los sindicatos de sanidad o estatales. Y
en la parte gremial estudiantil, o sea, los estudiantes que se organizaban en
lo que se llamaban Centros de Practicantes.
Y
además teníamos aspectos ideológicos. Porque luchábamos por la salud pública,
pero con una concepción socialista de la salud, criticando la concepción y la
práctica de las estructuras mercantiles de la salud.[43]
Estas prácticas contrahegemónicas en Mendoza se
observaban, principalmente, en lo que hacía a la militancia barrial. Los/as
estudiantes de medicina y médicos/as que adherían al PRT solían colaborar en
diversos trabajos barriales (Barrio San Martín, Gutiérrez, Flores) atendiendo
gratis en rudimentarias salitas de salud que construían con la gente del
barrio. Se realizaban relevamientos de la población del lugar, atendiendo a las
condiciones de vida y a los principales problemas sanitarios. En este sentido,
la militancia sanitaria en los barrios era compartida con sacerdotes y
médicos/as que desarrollaban militancia social y con militantes de otras
organizaciones revolucionarias.
Por otro lado, los/as médicos/as del PRT en Mendoza
conformaron junto con otros/as médicos/as independientes la Agrupación Médica
Independiente (AMI). Según nos cuenta un médico colaborador y simpatizante del
PRT, con esta agrupación salíamos con el cartel que decía
Agrupación Médica Independiente a celebrar las marchas del 1 de mayo, como
proletarios digamos.[44]
Este
relato no casualmente tiene mucha similitud con la experiencia en actores. La
idea compartida es la de concebirse trabajadores/as
y no hacer tanto hincapié en el aspecto profesional o artístico. Vale decir,
entenderse a sí mismos/as como trabajadores/as los/as igualaba con toda la
clase trabajadora sin importar las distinciones por rama. Esa concepción
validaba el trabajo gremial y, más importante aún, otorgaba una sólida base
para desarrollar relaciones de solidaridad con otros sectores combatiendo una
visión corporativista.
Por
último, otro rol de los/as médicos/as del PRT en Mendoza era atender a sus
compañeras y compañeros partícipes de operativos armados que resultaran
heridos/as. Vale aclarar que esta práctica no se restringía sólo a los/as
militantes del PRT, sino que se ofrecía atención sanitaria a integrantes de
otras organizaciones también, así como a presos/as políticos/as. Además, los
médicos/as eran muy conocidos en el ambiente de la militancia y esto redundaba
en que eran los/as que atendían a las familias de numerosos/as militantes de
diversas extracciones políticas.
Bancarios
La actuación de
los/as perretistas en el sector bancario apuntaba principalmente a las
cuestiones gremiales. El máximo desarrollo en este sentido se dio en el Banco
de Previsión Social y en el Banco Mendoza, en ambos casos los militantes perretistas
integraban las Comisiones Internas. Además, lograron dos secretarías en la
Asociación Bancaria de Mendoza. Una de ellas, la de Propaganda, les posibilitó
difundir su concepción de la militancia gremial antiburocrática.[45]
Una nota de El Combatiente de marzo de 1975 relata
el secuestro y posterior liberación de Pablo Marín[46],
quien además de ser militante del PRT, ocupaba el cargo de Secretario de Prensa
de la Bancaria:
El juzgado federal dictaminó
sobreseimiento, pero cuando el compañero Marín salía de la Penitenciaría fue
nuevamente detenido por policías de civil, que intentaron secuestrarlo.
Miembros de base y de la Comisión
Interna del Banco, denunciando la desaparición del compañero Marín, y gracias a
la solidaridad de todos los empleados bancarios, lograron que éste fuera
finalmente liberado. El 28 de enero pasado, el personal del Banco de Previsión
Social se reunió en Asamblea General, brindando un combativo recibimiento al
liberado.[47]
Este
suceso también nos fue narrado por otro perretista que integraba la Comisión
Interna del Banco de Previsión Social y que tuvo la iniciativa de organizar la
concentración que exigió la libertad de Marín. Resulta relevante el registro de
la solidaridad de los compañeros de trabajo y de otros bancos. La lucha por la
liberación de Marín habría sido protagonizada por los bancarios sin importar
que este tuviera una pertenencia política de izquierda (como seguramente se
hubiera hecho por cualquier compañero/a de otra organización política). En
contraposición al planteo historiográfico que ubica a los/as militantes
revolucionarios/as como infiltrados,
esta lucha se constituiría en un ejemplo de lo contrario. Para las trabajadoras
y trabajadores bancarios este militante era un compañero y había que pelear por su libertad.
Obreros industriales
Si bien son
múltiples las fuentes que testifican el desarrollo del PRT entre las
trabajadoras y trabajadores industriales, todavía no nos ha sido posible
discernir exactamente cuál fue su desempeño político en el sector.
Por
lo pronto, lo cierto es que hubo desarrollo en la zona alcoholera de Maipú y de
Luján y también entre los petroleros de la Destilería de Luján de Cuyo.
Entre
los obreros simpatizantes del Partido se lograron colaboraciones importantes.
Por ejemplo, un obrero de la fábrica SASETRU nos cuenta algunas de las tareas
que desempeñaba:
Me decían: “Mirá, va a venir un
cargamento de material para Mendoza.” Entonces, teníamos que ir y retirar el
cargamento. Agarrábamos una motocarga, nos íbamos y
esperábamos el colectivo. Cargábamos las cosas y después llegábamos a un
determinado lugar, yo entregaba la moto a otro compañero. Se llevaba la moto,
yo no conocía al compañero. Ninguno de los dos sabía quién era el otro.[48]
El
mismo testimoniante nos cuenta que en la fábrica en la que trabajaba había un
mimeógrafo y que varias veces hizo allí volantes del PRT-ERP. Un militante del
Partido le entregaba una hoja con el texto escrito y él se encargaba de pasarlo
y mimeografiarlo. También participó de acciones de propaganda como ir a repartir
volantes a la puerta de otra fábrica. Y desempeñó el rol de asistencia en la toma de una comisaría, donde su función era esperar durante
determinado tiempo en su auto en un lugar que le había sido indicado a la
espera de que algún/a militante herido/a pudiera buscar refugio.
Este
tipo de colaboraciones hablan por sí solas del grado de compromiso. Relatadas
por un obrero que aún no se decidía a ingresar al Partido cuando lo detuvieron
(19/10/1975), reflejan una relación de estrecho acercamiento. El mismo obrero
reflexiona: Pero los objetivos siguen
siendo válidos. Para mí la lucha por el socialismo sigue siendo… Porque, en
definitiva, yo la veo como la única solución, la única salida para el ser
humano en este momento.[49]
Nuestro testimoniante reafirma así la conciencia de los objetivos por los que
luchaba y, sobre todo, la justeza que para él tenían y tienen en el presente.
Como
decíamos, otro centro obrero en el que el PRT tuvo presencia fue en la
Destilería de Petróleo. Parece que aquí la lucha gremial también adquiría
relevancia. Una nota publicada en El
Combatiente bajo el título Luján de
Cuyo: El ejemplo de los petroleros, informa sobre un conflicto gremial
desarrollado en agosto de 1975. Según el relato, el conflicto se habría
iniciado cuando los obreros de la destilería se enteraron de la cuota sindical
que pretendía descontarles el SUPE como premio
por el convenio colectivo de trabajo al que había arribado.
Inmediatamente
confirmado lo de los descuentos, en Destilería se convoca a todo el personal a
una asamblea en uno de los galpones. A las 12 de la mañana todo el personal
incluso el administrativo se reúne. Se empieza a disminuir la producción,
quedando nada más que el personal de guardia para controlar. En la Asamblea se
elige un Comité para que lleve adelante las medidas de fuerza. De hecho quedan
removidos los antiguos delegados que, salvo cuatro de ellos el resto no se
había opuesto a los planes de la burocracia y que por lo demás eran hombres de
confianza de Cassia (el secretario general). La asamblea vota que nadie se va a
retirar de la planta hasta que no se haga presente Cassia ante la asamblea para dar explicación sobre los descuentos. A las 14 llega el
turno de la tarde que se acopla a la medida tomada por el turno de la
mañana más el personal diurno. En total sumaban ya más de 1000 personas que
estaban concentrados dentro de la planta.[50]
Nuevamente,
se trata de un fragmento que ayuda a repensar la relación de los/as obreros/as
en general con la militancia de izquierda. Más allá del rol que haya cumplido
el PRT en la dirección o no del conflicto mencionado, lo que queda en limpio es
la franca tendencia general de los/as trabajadores/as de la destilería a no
permitir atropellos de parte de la conducción sindical y la disposición a tomar
las medidas consideradas necesarias. En ese estado
de ánimo era más factible que la militancia revolucionaria se desenvolviera
de un modo dinámico y no como algo extraño.
Además,
es dable pensar que la militancia perretista dentro de la Destilería ya llevaba
bastante tiempo puesto que en el Congreso del Frente Antiimperialista por el
Socialismo (FAS) que se realizó en noviembre de 1973 en Roque Sáenz Peña
(Chaco) participó una delegación mendocina. Ésta portaba una bandera, referente
a una agrupación petrolera, que tenía una estrella roja y el casco de los
obreros petroleros.[51]
La instancia militar: el ERP en
Mendoza
En la provincia se
desarrollaron algunas células militares, entre ellas el Comando 4 de abril.
El mismo, llevaba ese nombre en referencia a la fecha clave del Mendozazo.
Se trata de una elección que entroncaba con una práctica extendida en el PRT a
nivel nacional: la búsqueda constante de empalmar con las tradiciones populares
más sentidas.
El PRT-ERP llevó a
cabo distintos tipos de operaciones militares en Mendoza. Uno de los modos es
el que denominaban propaganda armada. Con esta práctica se pretendía dar
a conocer el ERP y sus planteos políticos a la vez que instalar la necesidad de
la organización militar del pueblo. En los hechos (más allá del volante,
bandera o cualquier contenido que se pudiera desplegar), la acción misma
consistía en una demostración del nivel de organización adquirida. Si salía
bien (se desenvolvía en su totalidad y los/as participantes no eran
detenidos/as) se constituía en una evidencia concreta de cómo el grupo podía
evadir a las fuerzas represivas y difundir una política revolucionaria.
Varias de esas
acciones fueron desarrolladas en la Escuela de Comunicación Colectiva, en la
cual había muchos/as estudiantes militantes del PRT. Generalmente, consistían
en que el ERP se hiciera presente en una asamblea estudiantil y distribuyera volantes
y la revista Estrella Roja.[52]
Otras acciones de
propaganda armada en la provincia fueron narradas por nuestros/as
testimoniantes. Entre ellas sobresalen dos: una en Puente de Hierro
(Guaymallén) y otra en el frente de Fiat. Ambas realizadas en 1976,
consistieron en el estallido de bombas panfletarias y en el despliegue de
grandes banderas del ERP.[53]
También hubo un
incipiente accionar militar dirigido a la recuperación[54]
de armamento. En este sentido, la acción más recordada por los/as
testimoniantes es el copamiento de un destacamento policial en Las Heras. En
aquella acción se logró reducir a los policías de guardia y realizar el
copamiento exitosamente. Sin embargo, en el momento de la retirada del lugar
dos combatientes del ERP (un hombre y una mujer) fueron detenidos por la
policía y encarcelados.[55]
Por último, otra de las
políticas del ERP en Mendoza fue el desarrollo de acciones armadas en solidaridad
con la resistencia chilena. Ejemplo de ello son los siguientes fragmentos
publicados en Estrella Roja:
5/12.
Mendoza. El comando “4 de abril” del ERP incendia vehículos destinados a la
policía del régimen criminal de Chile.[56]
20/5. Mendoza. Un
comando del ERP realizó un atentado contra camiones militares con destino a
Chile, logrando quemar 3 de ellos.[57]
Algunas consideraciones finales
Tal
como afirmábamos en la introducción de este trabajo, la historiografía
hegemónica provincial nos ha transmitido que la tradición mendocina es la tranquilidad.
Se trata de una visión que plantea a mendocinas y mendocinos que sus hábitos y costumbres estuvieron
marcados a lo largo del tiempo por el desinterés político. A partir de esta
reconstrucción del accionar político y militar del PRT en Mendoza a través de
los frentes de masas en que intervino pretendemos contribuir a la reflexión
sobre otras tradiciones que también
pertenecen al pasado de los mendocinos y mendocinas.
No
es un dato menor atender al hecho de que dicho partido tuvo una conformación
tardía en el suelo provincial (ocho años después de su formación a nivel
nacional). El surgimiento del PRT mendocino recién en 1973 hizo que la
experiencia estuviera marcada por el desarrollo cada vez más sistemático de la
política represiva. Esto, sin lugar a dudas, constituía un obstáculo para el
despliegue de la militancia revolucionaria. Sin embargo, el PRT pudo
desarrollarse durante los años previos a la dictadura, sumar militantes y
simpatizantes. ¿Qué condiciones hicieron posible esto?
Por
un lado, un proceso de politización generalizado dentro de amplios sectores de
trabajadores/as y estudiantes que venía desarrollándose desde hacía muchos años
y que empezaba a devenir en la necesidad de una práctica política orgánica. Un estado de ánimo común de confianza en la
autoorganización y la capacidad de lucha.
Por
otro lado, otro dato que resulta relevante es el perfil de los y las militantes del PRT. Con esto nos referimos al
hincapié que hacen nuestros/as testimoniantes sobre los valores de la
militancia perretista. La solidaridad, la humildad, la sinceridad, el trabajo
persistente se resumen para ellas y ellos en una palabra: coherencia.
Sin
duda, este fue un elemento dinamizador del partido en cuanto empalmaba con una
visión extendida en los sectores populares que apreciaba estos valores. La
anécdota que traduce este análisis en un hecho concreto es la situación que se
da en la función de La Pulga en el
Circo Chancletín, en ese instante que definiría la voluntad del trabajador que
lucha y ese grito solidario que brota desde la tribuna: ¡Ánimo compañero!. Cuando nuestra entrevistada nos cuenta lo que
pasó, reflexiona:
La reacción de la gente, el
acompañamiento, la comprensión ¿viste? De algo que era vivido por ellos, y la
propuesta de lo colectivo que era la única posibilidad que había, y la única
que habrá siempre ¿no? Porque solo no se puede vivir.[58]
RESUMEN
¿Infiltrados?
Accionar político y militar del PRT en Mendoza (1973-1977)
Este
trabajo pretende reconstruir el accionar político y militar del Partido
Revolucionario de los Trabajadores (PRT) en la provincia de Mendoza entre los
años 1973 y 1977. Para ello, el foco de análisis se encuentra en los diversos
frentes de masas en los que tuvo desarrollo e inserción dicho partido. Buscamos
develar cuáles eran los planteos políticos que trabajaba la organización en los
diferentes sectores y las relaciones que construían las/os militantes perretistas.
Apelamos
a investigaciones regionales recientes para poder enmarcar este trabajo en un
contexto histórico mendocino. Ante la ausencia de bibliografía específica sobre
las organizaciones marxistas de los ’70 en Mendoza, recurrimos al análisis de
los periódicos El Combatiente y Estrella Roja y a la construcción de
fuentes orales a partir de diversas entrevistas realizadas por la autora a ex
militantes del PRT.
Palabras clave: PRT – Mendoza - década del ’70 - inserción
ABSTRACT
Infiltrated? Political and military operations by the
PRT in the Argentine
In this paper is the intention
to recover the political and military operations of the “Partido
Revolucionario de los Trabajadores”
(PRT) (Worker´s revolutionary party) in the Argentine province of Mendoza
between 1973 and
Key words: PRT –
Recibido: 24/09/2011
Aprobado: 12/12/2011
Versión final: 01/05/12
Notas
(*) Becaria de CONICET, INCIHUSA, CCT Mendoza. Doctoranda en Historia en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Bs. As., Email: atvioleta@hotmail.com
[1] Ubicada en el centro oeste de Argentina, es
una de las provincias que conforma la región Cuyo, junto con San Luis y San
Juan. También es la frontera más importante que tiene nuestro país con la
República de Chile a través del Paso Internacional Cristo Redentor.
[2] Órganos de difusión del Partido
Revolucionario de los Trabajadores y del Ejército Revolucionario del Pueblo
respectivamente.
[3] WILLIAMS, Raymond; Marxismo y
literatura; Península; Bs. As. 1980; p. 138.
[4] Ver, entre otros,
CUETO, Adolfo Omar; ROMANO, Aníbal Mario y SACCHERO, Pablo; Historia
de Mendoza; Diario Los
Andes; Mendoza 1995. / SANTOS MARTÍNEZ, Pedro; Historia de Mendoza; Plus Ultra; Bs. As. 1979.
[5] CUETO, A.; ROMANO, A. y SACCHERO, P.; op.
cit.; Fascículo 23; p. 29.
[6] Para evitar
confusiones es preciso aclarar que, en este artículo, cuando utilizamos el
concepto infiltrados lo hacemos en
relación al sentido que le da la historiografía hegemónica mendocina, la cual
presenta a los militantes como agentes foráneos a la población. Es de suma
importancia que el lector no lo confunda con el significado que dicho término
connotaba para la militancia setentista, la cual refería a los agentes de los
aparatos represivos que penetraban las organizaciones revolucionarias para
hacer tareas de inteligencia sobre ellas.
[7] POZZI, Pablo; Por las sendas argentina… El PRT-ERP. La
Guerrilla Marxista; Imago Mundi;
Bs. As. 2004; p. 9.
[8] PASQUALI, Laura;
“Los desafíos de una sociedad convulsionada: los comandos armados en los
orígenes de la guerrilla marxista en Rosario”; En: Taller. Revista de Sociedad, Cultura y Política; Asociación de
Estudios de Cultura y Sociedad; Bs. As. 2004; V. 7, nº 21. / INCHAUSPE, Leandro; La
organización militar del pueblo. El PRT-ERP, guerra y política en la
Córdoba de los setenta; XI Jornadas Interescuelas/Departamentos de
Historia; Tucumán, 19 al 21 de septiembre de
2007.
[9] MARÍN, Juan
Carlos; Los hechos armados. Argentina
1973 – 1976;
[10] Para los azos, ver una síntesis de sus
principales características en IZAGUIRRE,
Inés y colaboradores; Lucha de
clases, guerra civil y genocidio en la Argentina 1973 – 1983: antecedentes,
desarrollo, complicidades. EUDEBA; Bs. As., 2009; pp. 80 y
81. También: BALVÉ, Beba y BALVÉ Beatriz; El ’69. Huelga política de masas.
Rosariazo – Cordobazo – Rosariazo; Ediciones ryr;
Bs. As. 2005.
[11] Para resistencia peronista, ver SALAS,
Ernesto; La resistencia peronista. La
toma del frigorífico Lisandro de la Torre; Retórica Ediciones Altamira; Bs. As. 2006. / JAMES, Daniel; Resistencia e Integración. El peronismo y
la clase trabajadora argentina 1946-1976; Siglo XXI; Bs. As. 2006.
[12] El limitacionismo
hace referencia al examen de ingreso a la Universidad con el que se restringía
el cupo de ingresantes por año.
[13] Las sentadas
consistían en que las alumnas y alumnos (principalmente de nivel secundario) se
reunían en un lugar del edificio escolar y allí se quedaban sentadas/os por un
tiempo determinado, contrariando los horarios preestablecidos por la
institución.
[14] Las tomas
pueden ser de distinto tipo, pueden realizarse sobre un edificio público, un
terreno, una fábrica, etc. En el caso del que estamos hablando, se realizaban
en los edificios escolares y en las facultades. Se trataba de la ocupación de
las instalaciones, no permitiendo el ingreso de las autoridades de la misma.
[15] Los juicios
académicos se realizaban en asambleas estudiantiles en las que se anunciaba
el nombre del profesor o profesora a ser juzgado/a y los cargos que se le
imputaban (generalmente los cargos remitían a vínculos con la dictadura, actitudes
represivas u oscurantismo ideológico). Por supuesto, no tenían ningún vínculo
jurídico institucional ni devenían en algún tipo de sanción. Sin embargo,
servían para dar a conocer entre los/as estudiantes las trayectorias de
ciertos/as docentes.
[16] SCODELLER,
Gabriela; Ruptura y construcción de
relaciones sociales durante la década del ’70: El Mendocinazo; Tesis de licenciatura; FFyL-UNC;
Mendoza 2002; Inédito.
[17] BARALDO, Natalia;
SCODELLER, Gabriela y otros; Mendoza
’70. Tierra del sol y de luchas populares; Manuel Suárez; Bs. As. 2006.
[18] SCODELLER; op. cit.
[19] HENRÍQUEZ, Sebastián; “El teatro barrial de
colección colectiva y el teatro independiente comprometido, en Mendoza
(1968-1976): una aproximación a sus estrategias”; En: BARALDO, N.; SCODELLER,
G.; op. cit.
[20] PAREDES, Alejandro; “Las organizaciones de
inmigrantes chilenos en Mendoza en los setenta”; En: BARALDO, N.; SCODELLER, G.;
op. cit.
[21] BARALDO, Natalia; “Conflictos y organización
barrial en los tiempos del cielo y el asalto”; En: BARALDO, N.; SCODELLER, G.; op. cit.
[22] Sobre el Partido
Revolucionario de los Trabajadores ver, entre otros: MATTINI, Luis; Hombres y mujeres del PRT-ERP; Contrapunto; Bs. As. 1990. / SEOANE,
María; Todo o nada. La historia secreta
y política del jefe guerrillero Mario Roberto Santucho; Planeta; Bs. As. 1992. / POZZI, Pablo; Por las sendas argentina… El PRT-ERP. La Guerrilla Marxista; Imago Mundi; Bs. As. 2004.
[23] Según los datos que ofrece Pablo Pozzi, el
PRT contaba con unos 400 militantes en 1970; 1.500 en 1973; 3.000 en 1974 y
6.000 en 1975. POZZI, P.; op. cit.;
p. 81.
[24] Entre ellos, las principales responsabilidades políticas fueron asumidas por Diana Triay y Sebastián Llorens, desparecidos en Capital Federal el 9 de diciembre de 1975.
[25] Otros hasta desempeñaron responsabilidades nacionales en la organización, como es el caso de los hermanos Gertel. Ángel Salomón Gertel desenvolvió su militancia en Mendoza y en Santa Fe. En esa provincia fue secuestrado y desaparecido el 8 de diciembre de 1975. Fernando Gertel, llegó a desarrollar tareas de secretario del Buró Político y de Mario Roberto Santucho, también fue enlace entre su organización y Montoneros. Fernando fue secuestrado y desaparecido el 19 de julio de 1976 en Capital Federal.
[26] Todo lo anterior son datos parciales que
necesariamente se irán confirmando o corrigiendo a medida que vayamos
completando nuestra investigación.
[27] Preferimos resguardar la identidad de los
entrevistados y entrevistadas designándolos/as con números. En este trabajo
consignaremos la actividad que desarrollaba el/la testimoniante en sus años de
militancia y la provincia en que lo hacía.
[28] Entrevistado 1, estudiante de medicina en
Mendoza. Entrevista realizada el 22/04/2010 en Mendoza, Argentina.
Entrevistadora: Violeta Ayles Tortolini.
[29] Esto no quiere decir que en el PRT no
existieran las jerarquías. Se trataba de un partido con centralismo democrático
y distintos ámbitos de dirección (un secretario general que a la vez era
Comandante del ERP, un buró político, un comité central y las diversas
direcciones regionales). Sin embargo, el testimonio nos habla de una concepción
de la camaradería en donde el compañerismo tiene un gran peso.
[30] Entrevistada 2, actriz en Mendoza. Entrevista
realizada el 10/02/2010 en Mendoza, Argentina. Entrevistadora: Violeta Ayles
Tortolini.
[31] Entrevistado 3, obrero metalúrgico en Bs.
As., miembro de la dirección nacional del PRT. Entrevista realizada el
06/11/2009 en Capital Federal, Argentina. Entrevistadora: Violeta Ayles
Tortolini.
[32] El estatuto del
PRT aprobado en su V Congreso (1970) establecía como Zona Partidaria una unidad geográfica que abarcara un mínimo de 3 y
un máximo de 6 células. La Zona tenía dependencia de alguna
regional o directamente de la dirección nacional. Ver: DE SANTIS, Daniel
(selección); A vencer o morir. PRT-ERP
documentos; EUDEBA; Bs. As. 1998;
T I; p. 341.
[33] Algunas de las acciones políticas y
militares, realizadas en Mendoza, de solidaridad con el pueblo chileno en su
oposición a la dictadura pinochetista fueron propagandizadas en la revista Estrella Roja (ver Nº 28 y Nº 35). La
contención y resguardo de exiliados/as chilenos/as nos fue narrada tanto por
militantes perretistas que estuvieron a cargo de esas tareas, como por un
militante del MIR chileno que logró salir de su país (y luego reingresar)
gracias a la colaboración del PRT en Mendoza.
[34] Ver “Resoluciones
del V Congreso. 29 y 30 de julio de
[35] Para un análisis
de cómo se conformó la estrategia revolucionaria en el PRT, ver: AYLES TORTOLINI,
Violeta; “Conformación de una estrategia para la revolución socialista en
Argentina: Partido Revolucionario de los Trabajadores (1965-1970)”; En Cuadernos de Marte, Revista latinoamericana
de sociología de la guerra Año I
Nº 2 (Argentina: Instituto de Investigaciones Gino
Germani, Universidad de Bs. As.); Octubre de 2011; Pp:
121-151; URL:
http://webiigg.sociales.uba.ar/revistacuadernosdemarte/revista.html
[36] En este artículo, cuando hablamos de frente estudiantil nos referimos al estudiantado universitario. Si bien el PRT desenvolvió algún grado de inserción entre estudiantes secundarios, todavía no contamos con la cantidad de datos precisos que nos permitan exponer su desarrollo.
[37] Asesinado el 6 de junio de 1975. Su cadáver fue arrojado en Canota con claras muestras de tortura y con inscripciones en su cuerpo. Fue una de las primeras víctimas del Comando Anticomunista Mendoza.
[38] Entrevistadas 7 y 8, estudiantes de Comunicación Colectiva. Entrevistas realizadas el 25 y el 26 de febrero de 2011 en Mendoza, Argentina. Entrevistadora: Violeta Ayles Tortolini.
[39] Entrevistada 2, actriz en Mendoza. Entrevista
realizada el 10/02/2010 en Mendoza, Argentina. Entrevistadora: Violeta Ayles
Tortolini.
[40] Bravo era militante del PRT. Se encuentra
desaparecido desde el 21 de octubre de 1976.
[41] Entrevistada 2, actriz en Mendoza. Entrevista
realizada el 10/02/2010 en Mendoza, Argentina. Entrevistadora: Violeta Ayles
Tortolini.
[42] Idem.
[43] Entrevistado 4, médico en Córdoba. Entrevista
realizada el 18/11/2009 en Capital Federal, Argentina. Entrevistadora: Violeta
Ayles Tortolini.
[44] Entrevistado 5, médico en Mendoza. Entrevista
realizada el 09/12/2010 en Mendoza, Argentina. Entrevistadora: Violeta Ayles
Tortolini.
[45] Entrevistado 9, empleado del Banco de Previsión Social. Entrevista realizada el 08/04/2011 en Mendoza, Argentina. Entrevistadora: Violeta Ayles Tortolini.
[46] Se encuentra desaparecido desde el 16 de noviembre de 1977.
[47] “Mendoza: respuesta a la represión”; En: El Combatiente; lunes 3 de marzo de
1975; Año VIII; Nº 157; No se lee
número de página.
[48] Entrevistado 6, obrero en Mendoza. Entrevista
realizada el 18/11/2010 en Mendoza, Argentina. Entrevistadora: Violeta Ayles
Tortolini.
[49] Idem.
[50] “Luján de Cuyo: El ejemplo de los
petroleros”; En: El Combatiente;
miércoles 3 de septiembre de 1975; Año
VIII; Nº 181; p. 4.
[51] Entrevistado 4, médico en Córdoba. Entrevista
realizada el 18/11/2009 en Capital Federal, Argentina. Entrevistadora: Violeta
Ayles Tortolini.
[52] “Crónica de la Guerra Revolucionaria”; En: Estrella Roja; lunes 22 de julio de
1974; Nº 36. Ver también: “No dictaron clases
en Comunicación Colectiva”; En: Diario
Mendoza; miércoles 11 de junio de 1975;
Año VII, nº 2202; p. 5.
[53] La bandera del ERP había tomado su forma de
la bandera del Ejército de Los Andes que el libertador San Martín creara en
Mendoza (dos franjas blanca y celeste en posición horizontal). Sólo que el
escudo fue reemplazado por una estrella roja.
[54] Esta palabra era utilizada por el PRT para
nombrar las expropiaciones (tanto de armamento como de dinero) que realizaba en
comisarías, cuarteles, bancos, empresas, etc.
[55] “Fue frustrado un copamiento a un destacamento
policial de La Heras”; En: Diario Mendoza;
viernes 2 de mayo de 1975; Año VII, nº 2164; p. 11.
[56] “Crónica de la Guerra Revolucionaria”; En: Estrella Roja; 7 de enero de 1974; Nº 28.
[57] “Crónica de la Guerra Revolucionaria”; En: Estrella Roja; 1 de julio de 1974; Nº 35.
[58] Entrevistada 2, actriz en Mendoza. Entrevista
realizada el 10/02/2010 en Mendoza, Argentina. Entrevistadora: Violeta Ayles
Tortolini.