REVISTA DE LIBROS

 

 

MARTÍN¸ María Pía; Los católicos y la cuestión obrera. Entre Rosario y Buenos Aires (1892-1919), Imago Mundi, Buenos Aires, 2020, 282 pp.

 

La propuesta de María Pía Martín nos lleva a recorrer el origen y desarrollo del catolicismo social en la Argentina y, en particular, de aquellas ideas y proyectos que durante fines del siglo XIX y las primeras décadas del siglo XX estuvieron dirigidas a los obreros y sectores populares en las ciudades de Buenos Aires y Rosario. El libro se propone abordar el estudio de la Iglesia Católica en relación a la cuestión social a partir de la fundación de las primeras organizaciones eclesiásticas hasta 1919. En un sentido más restringido, la investigación se centra en la conformación de un catolicismo social muy interesado y preocupado en la cuestión obrera, tanto en términos teóricos como prácticos. De tal forma que se vio obligado a reconfigurarse de manera casi constante a lo largo de treinta años.

A su vez, en “Los catolicismos y la cuestión social” Martín realiza un recorrido en donde intenta articular el reformismo social católico con una perspectiva que permite develar determinados aspectos vinculados al partidismo y la construcción de una nueva ciudadanía política. Si bien el sector socialcristiano no fue dominante entre los católicos, algunas innovaciones que introdujo en sus tácticas y modos de propagandas, como la capacidad de formar una elite laica que aportó a extender sus bases, lograron configurar una nueva idea de nación. Para analizar este proceso, Martín reconstruye la experiencia de los Círculos de Obreros, la Liga Democrática Cristiana, la Unión Democrática Cristiana, la Liga Social Argentina y algunas experiencias internas a estas entidades.

La autora trata un conjunto de aspectos que requieren de la utilización de una metodología de investigación cualitativa propia de la historia social, cimentado en el trabajo de fuentes documentales de diversa índole. La investigación se desenvuelve a través de una óptica metodológica relacional, la cual supone que los procesos y sucesos sociales abordados se entramaron en relaciones sociales amplias y transformadas a través de las prácticas de los sujetos concretos, los cuales estaban insertos en tramas sociales de múltiples relaciones. Dentro de las fuentes utilizadas por la investigadora se destacan diarios del período, documentos eclesiásticos, sindicales y gubernamentales, seminarios semanales, entre otros.

La investigación se inserta en distintas corrientes historiográficas, Martín en su introducción afirma que se encuentra ligada a la “historia desde abajo” propuesta por E.P Thompson. Es por ello que la atención del libro se encuentra centrado en la conformación de un laicado -que respondía a intereses eclesiásticos y de clases-, su acción militante y su inserción en el campo popular. A su vez, el presente trabajo se inscribe en el debate en torno a las problemáticas propias de la cuestión social y, en particular, la cuestión obrera. La autora retoma esta problemática a partir de la lectura de trabajos como los de Pierre Rosanvallon, Ricardo Falcón, Juan Suriano, Ezequiel Adamovsky, entre otros. Por último, la investigación de Martín realiza un aporte sustancial a la historia eclesiástica, explicando al accionar de ramas y corrientes dentro de la Iglesia Argentina que no fueron trabajadas con anterioridad.

Por otro lado, la escala de análisis utilizada es propia de la historia local. Esta elección no corresponde solamente al orden de lo temático sino también de lo analítico permitiendo reconstruir determinadas asociaciones, prácticas y trayectorias tanto en Buenos Aires como Rosario. Con esto la autora busca también dar sustento empírico distinto a determinados aspectos de la historia eclesiástica nacional.

En el primer capítulo titulado “El universo de ideas que enmarcan al catolicismo social argentino” Martín se propone abordar cuestiones que enmarcan la emergencia de la cuestión social y obrera en la Argentina. Aquí se desarrolla cuáles fueron los mecanismos teóricos y prácticos con los que el catolicismo social instaló en el país sus primeras armas. También la autora reconstruye las ideas, imágenes y representaciones que la Iglesia hizo sobre el liberalismo, las izquierdas, la secularización y el laicismo del Estado. A lo largo de este capítulo, la autora introduce algunos procesos claves en el contexto social y económico los cuales explican las causas de un malestar social que interpelaba al naciente catolicismo social.

En el capítulo dos, la historiadora realiza un recorrido por la génesis del movimiento social católico argentino, centrándose principalmente en la conformación de los Círculos de Obreros, fundados en 1892 por Federico Grote. Aquí se reconstruye los primeros planteos ideológicos y líneas de acción trazadas por los intelectuales del catolicismo social, cuyo objetivo primordial era apaciguar y/o detener el desarrollo de las corrientes de izquierdas dentro del movimiento obrero. A su vez, se analizan otras facetas de los Círculos de Obreros, las cuales estuvieron destinadas a la recaptación de las clases populares distanciadas de la Iglesia, los intentos de sindicalización y las tensiones internas productos de estas acciones. A lo largo del capítulo Martín plantea la hipótesis que los Círculos de Obreros fue la base a partir de la cual se dispararon múltiples iniciativas del catolicismo social y en donde se formaron cuadros con los que contaría la Iglesia en las décadas venideras.

Los capítulos tres y cuatro exploran una problemática en común: la cuestión sindical. El primero de ellos se refiere específicamente a la experiencia de la Liga Democrática Cristiana, pensada en su momento como una fuerza de choque dentro de los círculos, con la finalidad de hacer frente a la alta conflictividad obrera desatada en los puertos en 1901 y que tuvo su corolario en 1902 con la declaración de la huelga general. La autora aborda esta problemática desde una perspectiva que busca enlazar el contexto histórico con el análisis ideológico y programático de la Liga. Como bien plantea Martín, la Liga Democrática Cristiana se planteaba el desarrollo de una propaganda ideológica a través de conferencias y debates públicos; y una acción más directa respecto de los trabajadores, la cual consistía en la organización de corporaciones gremiales. La autora para justificar la inserción del catolicismo social en la arena sindical resalta el avance que experimentaron las corrientes socialistas y, principalmente, anarquistas entre los obreros rosarinos y porteños. A su vez, se rescatan los debates ideológicos y teóricos que se dieron al interior de la Liga frente a las huelgas, el liberalismo y las políticas obreras.

En el cuarto capítulo, la autora se propone analizar la intervención sindical que la Liga Democrática Cristiana llevó adelante en el puerto de Buenos Aires a través de la Sociedad Argentina Obreros del Puerto (SAOP). La creación de este sindicato provocó entre los demócratas cristianos un cambio de prácticas y tácticas que llevaron a revisar ciertos principios a priori establecidos. La autora destaca que quienes fundaron la SAOP querían crear una entidad de acción gremial y socorro mutuo cuya idea principal era transformar y no hacer una revolución. De esta manera, se explica a lo largo del capítulo como desde este sindicato se buscó sustituir el modelo de sociedad de resistencia y acercarse a una modalidad más compatible con las prácticas del socialismo argentino, es decir, obtener mejoras a través de la vía reformista. Martín analiza que este corrimiento por parte de la SAOP a favor de los intereses obreros conllevó a la aparición de conflictos dentro del campo católico. En particular los enfrentamientos que se dieron entre la SAOP y la Liga Democrática Católica contra los Círculos Obreros.

En el capítulo titulado “La acción social de la Iglesia antes de la Semana Trágica”, la autora reconstruye el impacto que tuvo la crisis de la Liga Democrática Cristiana a partir de los debates y propuestas de acción que tuvieron lugar a partir de 1907. La autora periodiza que hacia 1907/1908 se hizo evidente la crisis de la Democracia Cristiana y del mismo catolicismo social en su conjunto. En consecuencia, comenzó un periodo de transición y reorganización de las fuerzas. La historiadora afirma que este período, que se inicia en 1907 y se cierra en 1912, se caracterizó por una particular dualidad: por un lado, se revisó la experiencia de la SAOP, a fin de comprender los errores y aciertos, y, por otro lado, se planteó la creación de una federación de asociaciones católicas, con la idea de optimizar la propaganda y adoctrinamiento sobre la sociedad. Por su parte, el año 1912 marcó para la historiadora el fin de un ciclo en el movimiento social católico, debido a la salida de Federico Grote de la conducción de los Círculos Obreros. Su lugar fue ocupado por Miguel de Andrea, quien marcó un estilo de gestión distinto: los vínculos con los grupos de poder político y económico se hicieron más visibles y se impuso en el discurso y en las actividades un perfil más nacionalista. De esta manera, Martín clasifica a estos años que van desde 1907/8 hasta 1912 como un período de transición hacia nuevas formas organizativas que, si bien no eran nuevas, mostraban una mayor cohesión programática y de acción que en los años previos.

En el último capítulo, Martín se focaliza en el análisis de las características del movimiento social católico en la ciudad de Rosario durante la década de 1910. Aquí la autora recupera la política diseñada por monseñor Boneo con el objetivo de “recatolizar” a una ciudadanía de fuertes rasgos laicistas. La investigadora busca poner en perspectiva histórica la articulación del Círculo de Obreros de Rosario y la Unión Democrática Cristiana bajo el proyecto del arzobispo de la ciudad.

Por último, las “Reflexiones finales” muestran de una forma acotada las principales líneas de estudio sobre el catolicismo social en Rosario y en Buenos Aires en el período 1892-1912 como también las dificultades que surgieron a la hora de estudiarlo, principalmente aquellas referidas a los planteos teóricos e ideológicos del objeto de estudio. A su vez, se retoman determinados conceptos y actores que resultaron claves en la reconstrucción del período trabajado.

En síntesis, el libro constituye un aporte significativo para los estudios eclesiásticos, como también para la historia social, por su importante trabajo de archivo mediante el rastreo de fuentes, principalmente en lo referido al método de análisis tanto de forma cualitativa como cuantitativa. La investigación avanza eficazmente en la tarea de aportar a la compresión de las derechas que se gestaron en la Argentina entre finales del siglo XIX y comienzos del XX y, en particular, desde una mirada local. Otra de las virtudes, es la periodización del problema, en la cual se marcan distintos momentos dentro del catolicismo social, a fin de pensar otras temporalidades.

 

 

Nicolás López Calvino

Universidad Nacional de Rosario

Email: nicolaslopezcalvino@hotmail.com

ORCID: https://orcid.org/0000-0003-2988-0390