“El Villazo” y las unidades culturales de la ciudad

 

 

María Cristina Di Bernardo(*)

 

 

Resumen

 

Paralelo a la transmisión oral y escrita de los hechos históricos, hay en cada ciudad, cada pueblo, todo un sistema simbólico que se encarga de la presentificación del pasado y de sus valores. Los textos propuestos como objeto de estudio (necesariamente un recorte y un avance de un trabajo en período de elaboración) se centran desde una perspectiva semiótica-lingüística en las unidades culturales relacionadas con “El Villazo”. En Villa Constitución “El Villazo” pone en escena –a través de sus unidades culturales- lo que aparentaría ser una tensión entre Historia y Memoria. Mientras que la historia escrita, generalmente lo describe como el momento de las tomas, la reivindicación y el triunfo obrero (16/3/1974), la memoria social a través de las unidades culturales en su doble rol de lugares de la memoria y ejemplos de su propio proceso de panteonización como “memoria viva” oscila entre la reivindicación de los valores que sustentaron el proyecto de la Lista Marrón en “El Villazo” y la represión desatada a partir del 20/3/1975.

 

Palabras clave: Villazo; unidades culturales; luchas obreras; represión; panteonización.

 

 

 

 

"El Villazo" and the Town 's Cultural Units

 

Abstract

 

Parallel to the oral and written transmission of historical facts, there exists in each town, each village, a whole symbolic system which is responsible for presentifying the past and its values. From a semiotic-linguistic approach, the texts put forward herein as study objects (necessarily a trimming and an advancement from a paper in its elaboration period) are centred on the cultural units related to El Villazo. In Villa Constitución, “El Villazo” stages – through its cultural units – what would seem to be a kind of tension between History and Memory. Whilst written history generally describes it as the moment of the taking of plants, workers’ vindication and triumph (16/3/1974), social memory through the cultural units in their twofold role as places of memory and instances of their own process of pantheonization as “live memory” ranges from the vindication of the values that upheld the project put forward by Lista Marrón at “El Villazo” and the repression unleashed as of 20/3/1975.

 

Key words: Villazo; cultural units; workers’ struggles; repression; pantheonization.

 

 


 

 

“El Villazo” y las unidades culturales de la ciudad[1]

 

Introducción

 

Cada localidad es un microcosmos pletórico de significados, un espacio simbolizado, con sus puntos de referencia, sus monumentos, su fuerza de evocación, que construye una imagen pública que no es más que el resultado de la superposición de muchas imágenes individuales y que permite a sus habitantes compartir una imagen mental que les habilita reconstruir recorridos enteros sin moverse de su lugar y reconocerlos y reconocerse.

Los textos propuestos como objeto de estudio (necesariamente un recorte) se centran desde una perspectiva semiótica-lingüística en las unidades culturales relacionadas con El Villazo, el proceso que llevó a la Lista Marrón, opositora al Miguelismo, al frente del sindicato de la Unión Obrera Metalúrgica (UOM) con un programa que resumía su ideario como “antiburocrático,” “antipatronal,” y “antiimperialista.”

Desde el 7 de marzo de 1974, ante la presencia de la intervención enviada desde la UOM central para evitar elecciones libres en el Sindicato de Villa Constitución, los obreros metalúrgicos, golpeados por derrotas recientes como la huelga del año 69 en Metcon y la del 70 en Acíndar, todavía con el recuerdo de comisiones internas que no habían soportado la presión patronal pero con activistas más esclarecidos del GODA, GOCA o MRS; pero con el respaldo de gremios locales, de la zona y del país tomaron una serie de medida de fuerza que incluyeron la toma de fábricas forzaron al Secretariado Nacional Metalúrgico a la convocatoria a elecciones que obtuvieron el 64% de los votos. Cabe destacar Villa Constitución era durante los años 70s una ciudad de 27.000 habitantes y los trabajadores de Acíndar, Metcon, Marathon, Villber y los talleres y empresas contratistas ascendían a aproximadamente 8.000. La victoria fue celebrada el 16 de marzo de 1974 por aproximadamente 10.000 personas en la Plaza Central de Villa Constitución, luego de una gran marcha que tuvo su origen en las fábricas y a las que se le sumó el pueblo de manera espontánea.

La nueva Comisión Directiva, con el propósito de constituir un núcleo sindical fuerte con el resto de los gremios de la ciudad, a partir de la conformación de la CGT Regional, avanzó con rapidez en conquistas de mejores condiciones salariales, laborales y sanitarias pero su gestión fue cortada de cuajo el 20 de marzo de 1975 con la metodología que caracterizó el posterior golpe de Estado de 1976 en el marco del denominado Operativo Serpiente Roja del Paraná. Participaron del operativo fuerzas coordinadas de seguridad de la policía federal, prefectura nacional marítima, policías de las provincias de Buenos Aires y Santa Fe, la guardia rural Los Pumas, miembros de la SIDE y del ministerio de Bienestar Social, grupos parapoliciales, de la Juventud Sindical Peronista, y varios grupos de la Triple A, sumando un total de 4.000 efectivos, contando además con el apoyo de helicópteros, lanchas y perros adiestrados. El operativo represivo se extendió desde la ciudad de Buenos Aires -Acceso Norte- hasta la ciudad de San Lorenzo y afectó a todas las localidades ubicadas sobre la costa del río Paraná, en el llamado “cordón rojo”.

Caravanas de Ford Falcon, patrulleros, carros de asalto, vehículos blindados, agentes de la Policía Federal, y provincial, de la Guardia Rural Los Pumas, de las llamadas fuerzas parapoliciales y paramilitares convergieron sobre la ciudad, allanaron y saquearon más de un centenar de viviendas, al mismo tiempo que encarcelaron a unos trescientos trabajadores, dirigentes, activistas, y población en general.

Al mismo tiempo que en la ciudad se llevaron adelante los procedimientos y las detenciones, las fábricas dejaron de producir casi de inmediato y los obreros decidieron el cese de trabajo, la ocupación de los lugares de trabajo y asambleas por fábrica. La vida en la ciudad cambió totalmente. Los comercios y aún los bancos apenas funcionaban, y a las 6 de la tarde cesaba prácticamente toda actividad. La huelga de Villa Constitución contaba con apoyo local, nacional e internacional. Se organizó el Comité de Huelga, que coordinaba la resistencia, en un clima de terror acrecentado por secuestros y asesinatos.

Sesenta días después de iniciado el paro, el 19 de mayo el Comité de Lucha, que incluía representantes de Acindar, Metcon, Marathon y Villber, publicaron una solicitada en los diarios dirigida “Al Pueblo y Obreros Metalúrgicos de Villa Constitución donde proponían “Levantar las medidas de fuerza para facilitar una solución.”

Un año después, el 24 de marzo de 1976, se produce el golpe de Estado que quiebra el orden institucional e instala la dictadura militar.

Sabemos que la aprehensión de determinados hechos históricos supone siempre un sentido a captar, a reconstruir, y un sujete intérprete que no puede fiarse de la total fidelidad de los datos incluidos, porque los datos del acontecimiento es su combinatoria, su relación con otros datos especialmente aquellos excluidos, censurados u olvidados. Existe en cada ciudad o pueblo, paralelo a la transmisión oral y escrita de los hechos históricos, todo un sistema simbólico que se encarga de la presentificación del pasado y de sus valores. Mientras que la historia escrita se centra en el triunfo obrero (1974), la memora social con un rol protagónico, a través de las unidades culturales fluctúa entre la reivindicación de los valores encarnados en la Lista Marrón del Villazo que la llevaron al triunfo el 16 de marzo de 1974 y el impacto de la represión iniciado el 20 de marzo de 1975.

Vilches (1983) ha afirmado que:

 

El texto es el trazo de la intención concertada de un locutor de comunicar un mensaje y producir un efecto” …[y] Es a través de la textualidad donde se realiza no solo la función pragmática de la comunicación, sino también donde es reconocida por la sociedad... de ahí, que es capaz de aceptar como constituyentes de igual grado, tanto los signos lingüísticos como los no-lingüísticos... por lo que resulta evidente que la categoría de Lector es inseparable de la de autor.

 

Por otra parte, Eco (1985) expresa que cualquier texto como lugar de producción es “una máquina semántica-pragmática que pide ser actualizada en un proceso interpretativo,” y señala que

 

...una unidad cultural no puede identificarse gracias a la serie de sus interpretantes… Hay que definirla como colocada en un sistema de otras unidades culturales que se oponen a ella o la circunscriben. Una unidad cultural existe sólo en la medida en que se define otra por oposición. La relación entre los distintos elementos de un sistema de unidades culturales es lo único que sustrae a cada uno de los términos que los otros aportan.[2]

 

Estas unidades culturales referidas al Villazo funcionan en un doble sentido: como lugares de la memoria y como ejemplos del proceso de panteonización de la memoria social.

 

Consideraciones Previas

 

Aunque la historia y la memoria trabajan sobre lo mismo, el pasado y el presente, los dos términos están lejos de ser sinónimos.

Mientras que la historia es la reconstrucción siempre problemática e incompleta de lo que ya no es, la representación consciente de la distancia entre el ayer y el hoy, la memoria es la vida, ya que está presente en todo ser viviente y en este sentido está en evolución continua, es cambiante, oscila entre el recuerdo y la amnesia o el olvido (que es otro aspecto de la memoria).

La historia pretende un análisis “inscribir” los hechos del pasado como la verdad. La memoria, por lo contrario, es un fenómeno siempre actual, un vínculo experimentado en el presente eterno y muchas veces, desde este presente, interpela a la historia instituida y la hostiga.

Ahora bien, Pierre Nora (1996) nos señala cómo en su país, Francia, desde el siglo XIX y durante las primeras décadas del siglo XX, la Nación Memoria ha sido la disciplina responsable y reproductora de virtudes ciudadanas encarnadas en conmemoraciones, actos patrios, monumentos. Podemos usar este mismo concepto cuando hablamos de nuestra patria. Este tipo de memoria, que a su vez reproduce la ideología de los sectores dominantes está claramente relacionada e influenciada por el poder de turno y funciona como custodia del pasado y del presente. Bien lo describe Mark Douglas (1982): “cualquier institución que está dispuesta a mantenerse en forma, necesita controlar la memoria de sus miembros.” Si tomamos la literatura, uno de los slogans del partido único en la novela 1984 del escritor británico George Orwell dictamina: “Quien controla el pasado controla el presente” (y por lo tanto, el futuro).

O sea que la Nación Memoria promoverá el olvido de todo aquello que vaya en contra de la ideología que intenta transmitir y estimulará los recuerdos que la favorecen. Olvidar como recordar señalan dónde cómo funciona el poder y cómo regula el recuerdo o el olvido. En síntesis, como destaca Paul Ricoeur (2000) la Memoria es “un instrumento pragmático del poder”. Por otra parte, Maurice Halbwchs [1925] (2004) argumenta que puede haber “una historia pero existen muchas “memorias colectivas”: la memoria representa “lo más social de las instituciones”, tiene capacidad de seleccionar pero también articula una sociedad con su pasado… y nos pertenece a todos porque, entre otras cosas, puede llegar a revelar memorias sociales desagradables. Complementando esto Juan Carlos Torre (1995) afirma que:

 

…la memoria no es nunca una evocación pura y espontánea de los hechos o experiencias del pasado tal como realmente sucedieron o como originalmente se los vivenció: implica un proceso permanente de elaboración y re-elaboración de acontecimientos que tuvieron importancia pública y política, sino que siempre entrañan, según la aguda frase de Bosi “una lectura social del pasado con los ojos del presente”. (pags 104-107)

 

Expresado en los términos de Godoy (2000) se trata de “la presentificación del pasado”. Es de destacar que coadyuvó a la consolidación de la Nación Memoria el proceso de “panteonización.” En este sentido Godoy (2000) retoma este concepto de Agulhon (1994) y lo describe de la siguiente manera:

 

Panteonización estatuaria, bautismo de calles y paseos públicos, construcción de fuentes y altares post mortem, etc. Erigida la imagen se inauguró el hábito del homenaje- cívico, religioso, militar, escolar, etc., constelación cívica de la desaparición física, de la fuerza pétrea de la imagen y de la inmortalidad de quien se deseará destacar. Erigida la imagen, se inauguró el hábito de homenaje-cívico, religioso, militar, escolar, etc., ceremonia que prácticamente desde la constitución de la nación ha contemplado el discurso público y la ofrenda local ceremonia que (contempla) el discurso, los alumnos portando la bandera…prácticas dedicadas a exaltar, en la memoria colectiva la eternidad de las virtudes del prócer o del emblema. (Godoy, 2000, pags 87-88)

 

En un mundo donde la historia “se acelera,” donde los cambios son vertiginosos, en estos “tiempos líquidos” que Bauman caracteriza por la fragilidad, la inseguridad, lo momentáneo y lo transitorio la memoria sólo puede ser restituida mediante la institución de lugares públicos. Así, se constituyen “los lugares de la memoria” o sitios de la memoria como intentos de sutura.

 

Los lugares de la memoria son, ante todo, restos, la forma extrema bajo la cual subsiste una conciencia conmemorativa en una historia que la solicita porque la ignora… signos de reconocimiento y de pertenencia de grupo en una sociedad que tiende a no reconocer más que a individuos iguales e idénticos… nacen y viven del sentimiento de que no hay memoria espontánea, de que hay que crear archivos, mantener aniversarios, organizar celebraciones, pronunciar elogios fúnebres… Por eso la defensa de parte de las minorías de una memoria refugiada en focos privilegiados y celosamente custodiados… son bastiones sobre los cuales afianzarse. (Nora, 1984, pag. 24)

[El autor señala que] son lugares, efectivamente, en los tres sentidos de la palabra: material, simbólica y funcional… pero solo es lugar de memoria si la imaginación le confiere un aura simbólica. (pág. 32)

 

Godoy (2000) lo ejemplifica a través del candil religioso rescatado entre los escombros de la Embajada de Israel cuando fue destruida por bombas terroristas. Este candil ubicado en la Plaza Israel en el sitio donde estaba el edificio de la embajada constituye un “lugar de la memoria” que pretende el NO olvido de lo acontecido. En este sentido, la memoria social de las minorías encuentra en los lugares de la memoria bastiones sobre los cuales afianzarse y no ignora que “sin vigilancia conmemorativa, la historia los aniquilaría rápidamente.” (Nora, 1984, pag. 24)

La historia pertenece a todos y a nadie. La memoria, que surge de un grupo al cual fusiona, es por su propia naturaleza múltiple, colectiva, plural e individualizada y existen tantas memorias como grupos La memoria se enraíza en lo concreto, el espacio, el gesto, la imagen y el objeto y en por eso que por ejemplo, un minuto de silencio hace concreto una experiencia vivida por un pequeño grupo a una mayoría que no participó en ella.

Este olvido aparece en los momentos post traumáticos de una sociedad, por ejemplo, en nuestro país después del terrorismo de Estado que se inició en 1976 y en Villa Constitución, después del 20 de marzo de 1975 que interrumpió con violencia el proceso de democratización de la UOM local que había llevado a la Lista Marrón a la conducción del sindicato, y que fue llevado a cabo durante el gobierno constitucional de María Isabel Martínez de Perón, con la metodología que un año después utilizarían los responsables del Golpe de Estado para imponer su proyecto: prisiones legales e ilegales, vejaciones, torturas, secuestros y asesinatos y con consecuencias similares: miedo, fragmentación, disoluciones de familias debido a secuestros, asesinatos, desapariciones y exilio. El 20 de marzo de 1975 marcó un ANTES y un DESPUÉS, un nudo gordiano en la memoria de la ciudad y en las subjetividades de todos sus habitantes.

 

Unidades culturales referidas al Villazo

 

Umberto Eco (1985) señala que el texto como lugar de producción es “una máquina semántica-pragmática que pide ser actualizada en un proceso interpretativo,” y destaca que para definirla no alcanza con la serie de sus interpretantes, sino que hay que colocarla en un sistema de otras unidades culturales que se oponen a ella o la circunscriben. Lynch (1966) se refiere a los mojones, pero podríamos aplicar sus palabras a las unidades culturales.

 

La característica física clave es la singularidad, un aspecto que es único o memorable en el contexto. Si tienen una forma nítida, se hace más fácil identificarlos, y es más probable que se los escoja como elementos significativos, y también si se los contrasta con su fondo y si hay una prominencia en la situación espacial. El principal factor parece ser el contraste entre figura y fondo. La prominencia espacial puede establecer a los elementos como mojones de dos formas: haciendo visible el elemento desde muchas ubicaciones, y/o estableciendo un contraste local con elementos vecinos... La ubicación en una confluencia que implica decisiones en materia de SENDAS los fortalece y todas las interrupciones en el tráfico –los NODOS –constituyen lugares de percepción intensificada.... Un mojón resulta todavía más vigoroso si es visible durante un lapso o trecho considerable y resulta más útil si puede distinguirse la dirección de la vista. Si es identificable desde cerca y desde lejos, mientras el observador se mueve rápidamente o con lentitud, de día o de noche, se convierte en un ancla estable para la percepción del mundo urbano... Por lo contrario, los mojones aislados, a menos que sean dominantes, tienden a constituir referencias débiles en sí mismos. Su reconocimiento exige una atención sostenible... (Lynch, 1996)

 

Las unidades culturales referidas al Villazo en su doble carácter de lugares de la memoria y ejemplo de la panteonización de la memoria social se han incrementado a partir del retorno de la democracia.[3] Como unidades culturales concretas podemos encontrarla en distintos lugares. En el presente trabajo, se pondrá el foco en las unidades culturales del Villazo ubicadas en:

·                    En el espacio verde delimitado por el Camino Chapuy, la calle Belgrano y la cortada 16 de Marzo.

·                    En el cementerio

·                    En la Plaza Central

 

Primer Conjunto de Unidades Culturales

 

Abarca un área rectangular caracterizada por la presencia simultánea de los 5 elementos principales para la construcción de nuestros mapas mentales: la intersección de CAMINOS Y AVENIDAS, de la Ruta Provincial S-21 (en ese punto de su trayecto “Avenida San Martín”), con “El Chapuy “ (así nombrado porque su trazado finaliza en un pueblo del mismo nombre, a más de 100 km. de distancia, y que es oficialmente parte de la Ruta Nacional 177- en este trecho denominada “Avenida J. D. Perón.”), un NODO en sí mismo. Cabe señalar que queda pendiente el análisis de las unidades culturales ubicadas en las dos cuadras detrás del Monumento a Perón que incluyen El Monumento al Cooperador Escolar (1983), el Rosedal Por la Vida (2000) y el Palco del Pre Cosquín (1991).

 

La virgen de las dos rutas

 

 

“La virgen de las dos rutas,” así bautizada por los habitantes de la ciudad, se erige en el cruce de dos rutas: la provincial S 21 (en este trecho “Avenida San Martín” y la Ruta Nacional 177 (“El Chapuy “, parte de la “Avenida J. D.Perón”) y es visible tanto para los caminantes como para los viajeros en su paso a la Ruta Provincial S-21 hacia San Nicolás , hacia localidades vecinas de la provincia y único acceso a la Autopista Rosario-Buenos Aires. Está ubicada en un amplio espacio verde de aproximadamente de 1.500 m2 con un cartel identificatorio a su derecha: PLAZA INMACULADA CONCEPCIÓN.

Cada una de las caras del paralelogramo sobre las que se apoya la virgen exhibe textos icónico-verbales hechos con el mismo tipo de mayólicas o cerámicas, pero de distinto color.

A continuación, se reproduce el de la cara que enfrenta la Av. San Martín:

 

VILLA CONSTITUCIÓN

A

MARÍA INMACULADA

MADRE DE DIOS

 

CENTENARIO DE LA PARROQUIA

1858- 1958

 

Como acto de habla, el texto de la cara frontal del paralelogramo es de homenaje y reconocimiento a la Virgen María, con motivo del Centenario de la Parroquia, que coincide con el Centenario de Fundación de la ciudad.

Las 12 estrellas que coronan el texto, similares a las 12 estrellas que coronan la virgen en el Apocalipsis,”, constituyen un fuerte indicio acerca del “autor material” de los textos verbales y visuales: hay un holograma con las letras mayúsculas A y M: “Ave María”, en el que resuenan distintas voces: parte del saludo popular “Ave María Purísima”, al que se responde con la frase hecha “Sin pecado concebida” y el nombre de la oración al que el gran rosario blanco de la reproducción convoca. Este vocativo, de tono laudatorio, que cualquiera relaciona con la iglesia católica, teje una trama fuertemente cohesiva desde el punto de vista semántico con “María Inmaculada”, en el texto del pedestal y con el texto del cartel identificatorio de la plaza, “Plaza Inmaculada Concepción,”, con la flor dibujada, de color blanco, símbolo universal de pureza, que complementa el blanco de toda la representación, así como con el enunciado que le sigue, “Madre de Dios.”

El enunciador, que es el responsable de la concreción de esta unidad cultural, en la elección del uso del singular “la” parroquia, afirma que en la ciudad no hay más parroquia que la suya y que todos los receptores comparten su criterio. En su enunciado, hay un fuerte sentimiento de pertenencia y de identificación con la ciudad y la Iglesia. Si tomamos el concepto de autor como función textual, cualquier habitante de esta ciudad en 1958 diría que fue “Samuel” (el uso del nombre de pila solamente es altamente significativo). Samuel Martino fue desde el año 1955, el cura párroco de la Iglesia San Pablo Apóstol, la iglesia del “centro”, construida enfrente de la Plaza Central, lindante con la Jefatura de Policía y la Municipalidad, con fuerte protagonismo en la ciudad. Las otras 3 caras del paralelogramo son la clase de peticiones típicas de una misa católica. El enunciador, cuya voz es claramente la del sacerdote, se erige en una “enunciador colectivo”, en la “voz pública “de Villa Constitución.

Señalaremos solamente algunos de los muchos aspectos relevantes. Tanto en el texto escrito debajo de un arco iris (¿promesa de un día esplendoroso después de la tormenta y la lluvia?), “Bendice a nuestros enfermos y desamparados”, cuyo locutor es Pavón, como en el de “Acuérdate de nuestros enfermos”, atravesado por una gran cruz verde, que mira hacia el cementerio local y cuyo locutor es Empalme Villa Constitución, además de ser posible identificar una vez más al enunciador a través de sus enunciados religiosos, el dato histórico de que las localidades de Pavón, Empalme Villa Constitución y Theobald (que aparece como locutor de la última cara a considerar) eran parte integrante de la misma parroquia confirman nuestra aseveración. Hay una exclusión del género “mujer” y “los vivos” sólo pueden estar incluidos en el “Villa Constitución” del texto primero, con lo cual se restringe el sentido de pertenencia a aquellos que adhieran a lo propuesto por el enunciado.

La cara del paralelogramo que da sobre “El Chapuy” aporta:

 

BENDICE

A LOS ENFERMOS

Y DESAMPARADOS

 

PAVÓN

La cara del paralelogramo que mira hacia el Oeste, donde se encuentra el cementerio local, agrega el siguiente texto:

 

ACUÉRDATE

DE

NUESTROS DIFUNTOS

 

EMPALME-VILLA CONSTITUCIÓN

 

Finalmente, la cuarta cara del paralelogramo completa el anclaje con el siguiente texto:

 

PROTEGE A LOS OBREROS

 

THEOBALD

 

Esta cara del paralelogramo que se orienta hacia el Sur, hacia el sector de la ciudad donde se encuentran las fábricas, reproduce significativamente parte del logo que constituye el escudo de la ciudad completado con motivo de este centenario de la ciudad (y de la parroquia, como está expresamente inscripto en la cara del frente).

Tanto en su enunciado “Protege a los Obreros”, como en el recorte visual que reproduce la chimenea de la fábrica Acindar ,el enunciador excluyó en este momento de la historia de la ciudad a los demás trabajadores de la ciudad: entre muchos otros, los portuarios y empleados de la Junta Nacional de Granos, los de la Aceitera y los de la fábrica textil Cilsa ( ambas en una relación de cercanía con “La Virgen de las 2 rutas”), a los agricultores, empleados de comercio, trabajadores de la educación, privilegiando a los trabajadores metalúrgicos de la fábrica Acindar ( creada en 1951) y quizás a los trabajadores metalúrgicos de Acinfer (dependiente de Acindar), lo que nos habla del profundo impacto de la industrialización de esta zona y de las relaciones estrechas entre la fábrica y la iglesia. Se podría que los “vivos” pueden también ser incluidos en esta categoría y si asociamos el verde a la esperanza, “la cruz del paralelogramo que mira hacia el cementerio” podría la valoración de la “vida eterna”.

 

El busto de Perón

 

Este otro mojón, también una unidad cultural definida, se encuentra enclavado en un espacio verde con forma de triángulo equilátero, cubre una superficie aproximada de 510 m2 y se contrapone al espacio verde descripto previamente, “El de la Virgen de las 2 rutas”. Dentro de su superficie se encuentra, a la derecha, un semáforo de 4 cambios de manos y una columna de alumbrado de la misma altura y el mismo número de luces que el enclavado a la izquierda de la reproducción de la virgen. En el centro del espacio verde hay una pirámide truncada de 1,80 m de ancho en su base, que se angosta hasta 75 cm, por 2,10 m de alto. Originariamente recubierto por tejuelas oscuras y rodeado por arbustos bajos e indefinidos, en la actualidad su base ha sido pintada de blanco en su totalidad con el agregado de una franja con los colores de la bandera que envuelve como una gran cinta todas las caras de la pirámide excepto la del frente que exhibe dos placas de bronce y un texto escrito con pintura negra en grandes letras:

 

Perón

Un sentimiento

 

Sobre dicha base se levanta un busto metálico de color bronce, de menos de 1 m de altura, que reproduce la cabeza y parte del tórax (en forma de paralelogramo truncado) de Juan Domingo Perón. Debajo de dicho busto, sobre la cara frontal de la pirámide, hay una placa cuyo texto es el siguiente:

 

TENIENTE GENERAL

JUAN DOMINGO PERÓN

 

16º ANIVERSARIO

DE SU PASO A LA INMORTALIDAD

 

PARTIDO JUSTICIALISTA

VILLA CONSTITUCIÓN 1-7-1990

 

El texto inscripto en la placa que aparece en el frente de la pirámide truncada que le sirve de pedestal al busto, en sí mismo un homenaje, es un recordatorio.

El locutor y el enunciador aparentemente se funden en uno sólo, que adopta una tercera persona colectiva “Partido Justicialista”, que aunque está seguida por “Villa Constitución”, las letras de menor tamaño que identifican la ciudad, nos hacen pensar que el enunciador le confiere nivel nacional a su enunciado.

Cuando consideramos el receptor, presuponemos la primacía de un destinatario privilegiado: los integrantes del mismo partido político. No obstante, la premeditada exposición pública del texto nos habla de un alocutario colectivo, y de los probables auditores: todos los habitantes de la ciudad, y los que ingresan o egresan de la ciudad (no necesariamente habitantes de la misma), muchos de los cuales no se sienten representados o se oponen a lo que Perón significó o significa para “los peronistas” y “justicialistas”.

Entre el enunciador y locutor y el referente existe una relación jerárquica verticalista, evidente en dos niveles. En el nivel tipográfico, por el tamaño de las letras. Aunque son todas mayúsculas, las del nombre “Juan Domingo Perón” son las de mayor tamaño; seguidas en segundo lugar por “Teniente General”, en tercer lugar, “16º Aniversario de su paso a la Inmortalidad- Partido Justicialista”, y por último, corridas hacia la derecha, el lugar y la fecha “Villa Constitución-1-7-90.” Es de recordar que los bustos de Juan Perón y Eva Duarte de Perón fueron rotos o removidos durante la llamada Revolución Libertadora de 1955. Y en el nivel semántico de “Teniente General”, desde donde se piensa al homenajeado desde su rango militar y no desde el hecho de haber sido Presidente de Argentina en tres períodos. Ambos costados de su personalidad se muestran en la pirámide truncada que le sirve de base a la cabeza, que representa el tórax: es evidente su uniforme militar, en su cuello, botones, charreteras e insignias, atravesado por la banda presidencial, donde se destaca un medio sol.

Además, el enunciador a través de su discurso “en su paso a la inmortalidad” resignificado en el medio sol que sobresale por su tamaño en la banda presidencial, eleva a su referente a la categoría de mito (semejante a San Martín o a Belgrano, para citar sólo a dos de los personajes históricos, y a los discursos recordatorios de las “fechas patrias” en que dicho cliché es común en referencia a los mismos). Los conceptos de autor como función textual y el contexto cultural están íntimamente ligados: “el partido peronista” o “los peronistas” o “los justicialistas” nos hablan de un autor colectivo, mientras que el nombre “Jorge Malugani” se refiere al Intendente de ese partido, que gobernó la ciudad por 3 períodos consecutivos después del primer período democrático, a cargo de un Intendente del Partido Radical , desde 1989 hasta fines del año 1999.Él fue quien hizo posible el emplazamiento del Busto de Perón en este espacio verde, de dónde había sido sacado por los representantes de la Dictadura Militar, así como otros bustos relativos a Eva Perón y quien posibilitó que la llamada “Avenida Centenaria” se denominara “Avenida J. D. Perón”.

No hay que olvidar que la remoción o la presencia del “Busto de Perón” en este lugar y en otros de la localidad ha sido y es un claro índice de la historia nacional y de los usos de la Nación Memoria y del uso del Poder de los distintos gobiernos nacionales y/o provinciales, constitucionales o de facto, de la predominancia de un partido político u otro. Lo mismo sucede con las roturas intencionales que han sufrido, su reparación y su mantenimiento.

 

El monolito de la UOM Villa Constitución

 

Está enclavado en un espacio verde, con árboles bajos de copa frondosa que conforma una ochava entre la calle Belgrano, la cortada 16 de Marzo y “El Chapuy” y se accede a dicho monolito desde el “Chapuy” directamente o desde la parte más baja del espacio que da a la cortada o diagonal subiendo una escalera de 4 escalones, donde nace una senda de cemento que corre paralela a la calle Belgrano y finaliza en la parada de colectivos (local e interurbana) que se encuentra situada sobre la ruta 177 (conocida como el “Chapuy”).

Además del “Monolito de la UOM”, hay una serie de conos truncados blancos de 30 cm de alto, diseminados por la superficie del lugar, algunos unidos por un cilindro blanco y otros de mayor altura, que sostienen unas planchas blancas sin inscripción y aparece como algo inconcluso (una empleada de la Sección Catastro de la Municipalidad de la Ciudad identifica al lugar como “un intento de construcción de un espacio aeróbico”).

 


 

El Monolito de la UOM tiene forma de paralelogramo truncado. De 1,10m m de alto por 0,61 m de ancho, tiene sus cuatro caras laterales realizadas en ladrillo visto, y su cara superior, el frente, orientada hacia la cortada o diagonal, de cemento.

 

Es en ella donde se encuentra la placa conmemorativa, realizada en acero y que mira hacia la Cortada 16 de Marzo.

 


 

El locutor es UOM Seccional Villa Constitución, que presupone un reconocimiento natural de las siglas (Unión Obrera Metalúrgica). El enunciador, o sea el verdadero autor del enunciado es la Comisión Directiva de la UOM (entre cuyos miembros se encuentran protagonistas directos del “Villazo”), que reafirma su identidad al inicio del discurso al señalar debajo de UOM “SECCIONAL VILLA CONSTITUCIÓN”, lo que presupone que evoca la historia de la oposición y enfrentamiento entre “esta” seccional y las “otras” y su diferenciación del Secretariado Nacional de la UOM, conducido por Lorenzo Miguel desde la década del 70.

La intención es comunicar su reconocimiento y su deseo de que el mismo quede “inscripto” Sin embargo, el único enunciado valorativo de alabanza y admiración que lo explicita es la elección del vocablo “Homenaje.” Los destinatarios en el discurso son “todos los trabajadores metalúrgicos que hicieron “El Villazo”. El uso intensificador del “todos” incluye a los trabajadores metalúrgicos vivos y a los muertos y /o desaparecidos durante y después del Villazo y al mismo tiempo excluye ,por un lado, a “los otros trabajadores metalúrgicos” que NO hicieron el Villazo, y llamativamente a todos los actores sociales de la ciudad que objetivamente contribuyeron al Villazo, apoyaron las luchas gremiales, resistieron la presión emanada del gobierno central, la represión de las fuerzas policiales y parapoliciales, y que antes del retorno de la democracia al país en 1983, posibilitaron la recuperación del sindicato local por parte de muchos de los integrantes de la misma comisión directiva que construyeron “El Villazo” en la década de los 70. Por último, el enunciador inscribe el ideologema “El Villazo” entre comillas y sin fecha, como hecho indiscutible y atemporal.

 

Comparación de las tres unidades culturales propuestas

 

“La Virgen de las 2 rutas” y “El Busto de Perón” tienen un plano de igualdad en cuanto a su ubicación en la confluencia de sendas, con semáforos que favorecen la posibilidad de fijación de la mirada y con columnas extra de alumbrado que identifican lo focalizado por la luz. Sin embargo, hay relevantes diferencias.

La reproducción de “La Virgen de las dos Rutas” es absolutamente inconfundible; está situada en el centro del espacio verde, sobre un cilindro de aproximadamente 1 m de alto, con un diámetro de 8 m. sobre un pedestal en forma de paralelogramo regular de 2 m de altura la altura de toda la construcción (entre 5 y 6 metros), la prominencia de la “representación ratio facilis ” de la virgen, facilitada por su color blanco, la torna nítida de día y de noche, con el contraste propuesto por el cielo, los demás espacios verde de la zona, que constituyen un borde, y su propio espacio verde, así como los rosales y los arbustos cuidadosamente recortados y diseminados, le proporcionan un marco visual que le permite una situación de dominación, acentuada de noche por la intencional focalización de la columna de luz de aproximadamente 6 metros de altura, con 6 potentes luces blancas, en síntesis, esta unidad cultural es un “ancla estable para la percepción de la ciudad”. Tanto ahora como en el momento de la inauguración el lugar es privilegiado porque en ese entonces era parte de la ex Ruta 9, paso obligado entre Buenos Aires, Rosario y Córdoba.

La fecha de su construcción 1958 para el centenario de la parroquia central de la ciudad, la de San Pablo, dan testimonio transparente de la Nación Memoria que tenía fuertes lazos de pertenencia con la religión católica con la que compartía la misma escala de valores éticos. Los miembros de la intendencia de ese entonces y la mayoría de los que lo sucedieron pertenecían a ella y eran activos partícipes de los rituales que la iglesia propiciaba: asistían a sus misas, a variadas reuniones sociales, retiros religiosos y procesiones en el centro y hasta la Virgen de las dos rutas, contribuyeron no solo al mantenimiento de la iglesia sino a la instalación de la actual Escuela Primaria y Secundaria de Monjas, las Escuelas Mater Dei y la Divino Maestro, la Escuela de Educación Técnica Nº 2070, “San Pablo” de estrechos vínculos con la fábrica Acindar, siendo muchos de sus egresados empleados por la empresa. Durante todo el proceso de “El Villazo” la iglesia del centro estuvo claramente en contra de las luchas obreras y del lado de la patronal de Acindar.

La unidad cultural del “Busto de Perón” hasta los recientes cambios propiciados por el color blanco y la pintada identificatoria en negro no constituía un lugar de la memoria nítido. El espacio verde en el que está situado tiene condiciones implícitas de armonía visual ya que se aproxima a la forma de un triángulo equilátero, pero no está parquizado, su césped no aparenta estar regado con regularidad y carece de arbustos o flores. La pirámide truncada que le sirve de base, antes de color oscuro, al ser pintada de blanco como la estatua de la virgen que está enfrente y la pintura de la bandera –cinta que lo envuelve le agrega el significante de argentinidad. El busto es de color oscuro y aunque estaba erigida intencionalmente de manera transversal para que la mirada de la reproducción encontrara la del lector cuando éste cruzara las 2 rutas a pie o en auto, y cuando el semáforo-de 4 distintas manos así lo exigiera-, no era fácil de identificar.

Ahora debajo de las placas, la frase “Perón, un sentimiento” identifica el personaje histórico que se homenajea y esta expresión valorativa remite a un territorio a menudo vedado a la política (Boca es un sentimiento, Boca es mi pasión, yo te llevo dentro del corazón dice una canción sobre Boca, el cuadro de fútbol).

El Busto de Perón no corresponde a la Nación Memoria, sino a la memoria social de un grupo cohesionado que rinde su homenaje a Perón: el Partido Justicialista. Parte de su proceso de panteonización incluye la conmemoración anual en el día de su muerte, actos oficiales (si el Intendente pertenece a ese partido) o partidarios, discursos de homenaje, similares a los de las “fechas patrias”, ofrendas de flores o palmas y el canto de La Marcha Peronista.

Es de destacar que la a remoción o la existencia del “Busto de Perón” en este lugar y en otros de la localidad ha sido y es una clara muestra de los cambios de ideología de los distintos gobiernos nacionales-constitucionales o de facto, de la predominancia de un partido político sobre otro y del poder que ejercen, así como las roturas intencionales que han sufrido, o su reparación nos hablan de la posibilidad de convivencia democrática o intolerancia dentro del ámbito local y nacional. La reciente pintura en blanco de la base del busto y del agregado de la cinta-bandera a su alrededor y la expresión valorativa “Perón, un sentimiento”, indican una revitalización de la memoria social y la apelación al mayor número posible de interpretantes.

 

El Monolito de la UOM como unidad cultural

 

Debido a su ubicación, únicamente el caminante que recorre o atraviesa la Cortada 16 de Marzo es el que tiene una vista abarcativa del monolito, especialmente de noche, ya que hay una sola columna de luz en la cortada que lo ilumina, permaneciendo casi inadvertido para aquellos que se encuentran sobre el Chapuy, transitan a pie o en auto por el mismo, o esperan los colectivos urbanos e interurbanos en la parada de colectivos y durante el día, si suponemos que el ojo humano es similar al de una cámara fotográfica, el monolito está “fuera de campo”, casi en “off”.

Por lo tanto, “El Monolito de la UOM” tiene un valor de referencia débil en contraposición con el privilegiado de “La Virgen de las 2 Rutas” y el del “Busto de Perón” en segundo lugar. Podría decirse que está situado en lo que Marc Augé llama un “no lugar”, en los términos de su oposición binaria de lugar/no lugar.

 

El lugar se definirá como lugar de identidad... el lugar simboliza la relación de cada uno de sus ocupantes consigo mismo, con los más ocupantes y con su historia común… [mientras que] un no lugar (definición que puede aplicarse a un espacio empírico preciso o a la representación que tienen de ese espacio los que se encuentran en él) es un espacio en el que ni la identidad, ni la realidad ni la historia están simbolizadas. (Augé, 1995, pag. 18)

 

En palabras de Fernández Güizzetti y Hachén (1993) “Es evidente que el conocer el origen de este texto, su horizonte de producción guiaría, a modo de cuaderno de bitácora, su lectura y su recreación.” (pág. 18)

“EL Monolito de la UOM” fue levantado en el año 1999, a 25 años del Villazo, y el nombre del autor como función textual está explícito, especialmente para aquellos que conocen y reconocen “El Villazo”: podemos también, como en el caso anterior, pensar en un autor colectivo: la UOM local o la Comisión Directiva de la misma, o en un autor individual: Alberto Piccinini, Secretario General de la UOM local a partir del triunfo de la Lista Marrón durante el proceso “El Villazo” y desde el año 1984, después de la vuelta a la democracia y elegido nuevamente por una amplia mayoría. Es llamativo pensar que para la construcción de este recordatorio por parte de la memoria social del grupo UOM Villa Constitución transcurrieron 25 años del triunfo del Villazo y 15 años de la recuperación del sindicato local en 1984, después de su violenta interrupción en 1975 cuando a solo cuatro meses de acceder la Lista Marrón a la conducción del gremio por medio de elecciones libres, sus dirigentes fueron llevados presos, y sus simpatizantes, muertos, desaparecidos y forzados a regresar al trabajo en las fábricas después de dos meses de huelga.

El anterior nombre de la cortada -“Centenario”- fue reemplazado por resolución del Honorable Concejo Municipal (Ordenanza 22287/99, fechada el 18 de febrero de 1999) en los siguientes términos laudatorios:

 

... que el próximo 16 de marzo de 1999 se cumplen veinticinco años del inicio de las luchas sociales acaecidas en nuestra ciudad, que fueran enarboladas por todos los trabajadores; que la denominación de la calle diagonal ...con el nombre de “16 de marzo” constituye un merecido homenaje a quienes participaron de aquel histórico acontecimiento y contribuirá a mantener viva en la memoria de todos los ciudadanos de Villa Constitución ese hito que jalonó nuestra historia; que los vecinos frentistas han mostrado acuerdo a la iniciativa...

 

Sin embargo, le otorga el nombre de “16 de Marzo” a una cortada o diagonal situada en un “no lugar” ¿Podemos inferir una contradicción en la voz oficial que en el discurso reconoce la importancia del Villazo pero que en los hechos no lo valida como tal? ¿Se trataría de memorias sociales en conflicto?

Si consideramos las tres unidades culturales analizadas hasta el momento, es evidente la concreción del “Poder en escena” (Balandier, 1994) de las distintas memorias en pugna y el No lugar del Monolito de la UOM representaría –en el espacio- las relaciones de poder vigente y el intento de tapar las memorias del proceso en el que el Villazo es punto de inflexión, que se manifestó concretamente con la ocupación del espacio privado y público, por medio de la ocupación de las fábricas, asambleas, actos, plenario, marchas en la ruta que une las fábricas con el centro (en ese momento Ruta 9), las calles de toda la ciudad, la Plaza Central, el Club Riberas del Paraná, y durante las tomas, las instalaciones de las plantas fabriles.

 

Conmemoración del 20 de marzo (inicio del proceso de represión)

 

Antes de la instalación de este Monolito, desde 1984 la UOM conmemora todos los años el 20 de marzo, fecha que remite al inicio de la brutal represión del 20 de marzo de 1975. Cada 20 de marzo, como en muy pocos otros lugares del país, en Villa Constitución, desde el año 1984, retorno de la democracia y retorno de muchos de los integrantes de la Lista Marrón del 74 a la conducción del Sindicato local de la UOM, ha habido actos recordatorios de las víctimas de la represión.

La siguiente foto muestra el primer acto en el año 1984 que se llevó a cabo en las instalaciones del Cine-Teatro Coliseo frente a la plaza central. Sobre el palco está desplegado un gran cartel con el NUNCA MÁS que luego adoptarían los organismos de Derechos Humanos y el informe de la CONADEP.

A las espaldas de las personas sentadas en el palco (de izquierda a derecha, entre otros, el abogado Carlos Zamorano, de la Liga Argentina por los Derechos del Hombre, dos Madres de Plaza de Mayo con su distintivo pañuelo blanco, el profesor Alfredo Bravo de CTERA y Alberto Piccinini de la UOM local) están desplegados los carteles con las fotos y nombres de las víctimas de la represión del Villazo. En el micrófono Rafael Alberti, dirigente lucifuercista que fue parte del Cordobazo al lado de Agustín Tosco se dirige a la audiencia.

 

Así describe el diario Democracia en 1984:

 

… “se realizó el primer “acto de desagravio al pueblo villense”, conmemorando los sucesos ocurridos el 20 de marzo de 1975... cabe consignar que el comercio de Villa Constitución cerró sus locales de 18 a 18,30, la Municipalidad decretó como “día de duelo y honor al pueblo villense” y el personal se retiró media hora antes del horario habitual al tiempo que los obreros metalúrgicos realizaron un paro de 10 minutos en homenaje a los hombres y mujeres de Villa Constitución y repudiando “la trágica represión.” ...A las 10, se efectuó en el cine Coliseo un multitudinario acto con la asistencia de obreros, legisladores, docentes, amas de casa, profesionales, bancarios, estudiantes, trabajadores estatales y figuras del quehacer nacional, representantes de Asamblea Permanente por los Derechos Humanos, Madres de Plaza de Mayo, Abuelas de Plaza de Mayo, Liga Argentina por los Derechos del Hombre, Centro de Estudios Legales y Sociales, etc. …esta convocatoria es de cara al futuro.[4]

 

En los primeros años de la recuperación de la democracia y del sindicato de la UOM local, actos con características parecidas tuvieron su lugar en la plaza Central, en el entonces Cine Coliseo enfrente de la misma, en la Sociedad Española, cercana a la Municipalidad; en los últimos años, a partir de la inauguración del Monolito fueron realizados, con mucha menor concurrencia, en el “no lugar” donde está enclavado. Todos ellos apuntan a la consolidación y validación de la memoria.

Cada 20 de marzo, la Comisión Directiva de la UOM, Cuerpo de Delegados de la fábrica, familiares de las víctimas y público en general asisten por la mañana al cementerio local, donde recuerdan tumba por tumba a los compañeros caídos, ofrendan una flor y lo saludan con una fuerte PRESENTE, para terminar frente al Monolito de la UOM del cementerio, construido en 1989 y ubicado a la derecha, entre otros 5 monolitos ,muy cerca de la entrada principal, que incluye la nómina de todos los muertos y desaparecidos en Villa Constitución desde el año 1975, como consecuencia de la represión local y del posterior terrorismo de estado, implantado en el 1976. Es notorio como dentro del mismo proceso de reconocimiento como “lugar de la memoria”, a este monolito se le ha otorgado un lugar igualitario a los que lo rodean.

En el año 1992, decía Victorio Paulón:

 

Han pasado exactamente 17 años; nosotros todos los años hacemos esta recordación con los familiares, con los amigos, con los delegados, por dos cuestiones fundamentales: primero, porque no queremos que se pierda la memoria entendemos que la mejor forma de homenajear a los compañeros es recordándolos; recordando sus vidas, sus luchas. Y en segundo lugar, porque nuestra lucha es la continuación de aquella. Las ilusiones, las utopías y los sueños son los mismos que teníamos en aquella época; y creemos que el mejor homenaje es continuar por el camino que habíamos emprendido. Y después porque vivimos en un país donde nada está conseguido definitivamente; porque a la democracia hay que defenderla, consolidarla, hay que profundizarla y creemos que esta recordación a la memoria de los compañeros es una forma de repudiar a la represión, a la atrocidad, al crimen. Porque cuando tendemos a olvidar... son las bombas las que nos refrescan la memoria; son los hechos como los que pasaron en la Embajada Israelita en Buenos Aires, lo que nos hace tomar conciencia que el NUNCA MÁS no es algo decretado y definitivo, sino es una lucha, es una conquista permanente. Nosotros no queremos que en Villa Constitución vuelvan a ocurrir esos hechos y entendemos que la mejor manera es manteniendo memoria y continuando con esa lucha.[5]

 

En los lugares de la memoria edificadas acerca del Villazo por la memoria social de la UOM en la entrada de la ciudad y en el Monolito de la UOM al ingreso de la del Cementerio, acompañada su placa por otra de CTERA- que consideraremos luego-, las luchas y el triunfo quedan subsumidas en el homenaje y reconocimiento a las víctimas de la represión, víctimas legitimadas en cuanto a la cuestión humanitaria pero no rescatadas como protagonistas y gestores del Villazo propiamente dicho.

 

Celebración del 16 de marzo (triunfo obrero) y conmemoración del 20 de marzo

 

A partir del año 2002, en lo que parecería mostrar la necesidad de las nuevas generaciones de recuperar los hechos de los años 74-75 en su totalidad y no solamente el período de la represión, los Jóvenes del Fre.Na.Po de la ciudad, durante los días 15, 16 y 17 de marzo organizaron un encuentro denominado “Cultura por la Memoria”, entre cuyos objetivos se encuentran escritos los siguientes:

 

crear un espacio para el debate serio de lo que fue “El Villazo” como proceso histórico de nuestra ciudad y su relación con el resto del país y del mundo... despertar la memoria colectiva sobre un tema que ha sido silenciado durante 28 años en nuestra ciudad, incentivando el pensamiento democrático y pluricultural.[6]

 

Además, a partir de aproximadamente la misma fecha, se empiezan a desdoblar los actos de la memoria: uno, de celebración del triunfo del Villazo el 16 de marzo, que incluyen Congresos de Delegados y mesas de debate, asistencia de estudiantes o eventos festivos, y otro, el de conmemoración de la represión el 20 de marzo: dos instancias de ceremonias anuales que conjuran el olvido, la desmemoria e interpelan la Historia en sus distintas versiones ideológicas.

Durante ese mismo año 2002 se produjo un hecho que constituyó un golpe severo a la construcción de la memoria social del Villazo. El 16 de marzo de 1974, como ya hemos señalado, se realizó una gran marcha del triunfo que avanzó desde las fábricas y que fue sumando pobladores de manera espontánea hasta que alrededor de 10.000 personas se congregaron en la Plaza Central de la localidad para la celebración alrededor del palco a un costado de la plaza que da a calle Hipólito Irigoyen.

Los protagonistas del triunfo se ubicaron en este lugar, una construcción circular revestida en cerámicas rojas, de aproximadamente un metro de altura, que también se usaba en los actos escolares y que se siguió usando hasta agosto de 2002 cuando el Intendente a cargo de la Municipalidad decidió sacarla.

 

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Plaza Centro Villa Constitución, 1974

 

En el año 2002, un “guardián de la memoria” escribe la siguiente carta en el periódico local El Sur:

 

Destruir los símbolos es atentar contra la memoria

Me recuerdo adolescente, casi un pibe, mi pueblo levantado reclamando, las fábricas rebeldes, los obreros. Respeto y dignidad es lo que exigen.

La gente se congrega por las calles. El cordón humano ya se desplaza, hay un punto final donde concentrar, en centro ciudad, ahí en la plaza.

Hay un mástil antiguo y una fuente, un escenario natural donde subieron los obreros gritando la injusticia y la gente total los aplaudía. Fue el Villazo fatal que partiría en dos la historia de la Villa. Un antes y un después que muestra orgullo de ciudad que reivindica su memoria.

Es el mástil, la fuente y su escenario, el testigo de tantas asambleas, de actos, de recuerdos y presencias que crecieron conmigo año tras año.

Fue ese lunes letal que a pico y pala el gobierno dio cuenta de su historia.

La plaza destruida para siempre y ese golpe mortal a la memoria. La bronca, la tristeza y la impotencia me ganaron… y maldije al Intendente y su concejo, divorciados del pueblo para siempre.

Que se vayan…. Que el pueblo haga honor a nuestra historia, que Villa vuelva a ser porque ha luchado.[7]

 

A pesar de los reiterados reclamos y de las promesas institucionales de volverlo a construir, “este palco” tan caro a la memoria colectiva sigue ausente.

 

 

El palco estaba entre el árbol frondoso y el tacho amarillo y no existía la presente senda peatonal que comunica con el mástil.

La presencia o la ausencia del palco de la plaza muestra cómo pocos otros lugares de la memoria la presentificación del pasado, las tres características de la que nos habla Nora: la material, la funcional y la simbólica y del ejercicio del poder, “del uso de la memoria como instrumento pragmático” en palabras simples, quién ejerce el poder lleva la memoria y aspira ganarle al futuro, quiere imprimirle “su” dirección a las lecturas de ese pasado.

No obstante, los lugares de la memoria nacen y viven del convencimiento de que no hay memoria espontánea, de que hay que mantener aniversarios, organizar celebraciones o conmemoraciones y ante este vaciamiento tan significativo, a partir de demandas que venían planteando diferentes instituciones como AMSAFE, UOM y ATE conjuntamente con personas comprometidas con la temática de los derechos humanos, la arquitecta Paola Bagnera de la Municipalidad propuso la colocación de las Baldosas de la Memoria en la parte central alrededor del mástil. La construcción de las baldosas fue una tarea colectiva en la cual participaron la mayoría de los familiares de las víctimas, muchos de ellos vinieron de otras ciudades (La Plata, La Pampa, Capital, Rosario, Mar del Plata) y la Cooperativa de la Municipalidad, e integrantes de las instituciones antes nombradas. Además, el profesor de Historia del ISP 3, Ernesto Rodríguez, especializado en el tema Villazo, coordinó encuentros semanales entre muchos de los familiares para intercambiar historias y compartir sus sentimientos. Las Baldosas, con las frases elegida por los familiares se inauguraron el 23 de marzo de 2019 como una actividad previa a la vigilia del 24 de marzo.

A continuación, se incluyen fotos de baldosas y del mástil; el análisis queda abierto a futuras investigaciones.

 

 

 

 

En la misma plaza central –territorio en clara disputa por la memoria de los hechos históricos- el 24 de marzo de 2008, el Intendente Municipal Horacio Felipe Vaquié, el mismo intendente que hiciera “desaparecer” el palco” icónico” inauguró, acompañado por representantes de gremios locales y de la UOM, autoridades la siguiente placa conmemorativa a las “víctimas del terrorismo de Estado”. Entre ellas figuran muchos nombres relacionados con el Villazo, que no se menciona como tampoco el hecho de que fueron muertos o desaparecidos antes del Golpe de Estado de 1976.

 

 

Esta placa se deterioró y fue reemplazada por un cartel que con la excusa de que los postes de madera estaban deteriorados, también fue sacado del lugar y llevado al obrador. Ante los constantes reclamos, la Municipalidad lo restituyó en marzo del 2019.

 

 

El locutorio es uno colectivo “Trabajadores de Villa Constitución,” incluye las fotos de las víctimas -muertos o desaparecidos-, y a diferencia de la placa de 2008, remarca las fechas del inicio de la represión del Villazo y del inicio del Golpe de Estado en color rojo y las acompaña con las palabras MEMORIA, VERDAD Y JUSTICIA en mayúscula, en color rojo. Éstas palabras están asociadas a las organizaciones de Derechos Humanos, lo mismo que el cartel en blanco y negro que está en el medio de las fotos PRESENTE! que algunos receptores pueden completar con ¡30.000 detenidos-desaparecidos, presente!¡Ahora y siempre!

 

Segundo conjunto de unidades culturales

 

Vayamos ahora a otro lugar de la memoria por antonomasia: el Cementerio Local, un nodo en sí mismo, ubicado sobre el camino Chapuy, originariamente alejado de la ciudad. El cementerio es un producto cultural en constante reconfiguración a partir de los cambios demográficos. En los últimos años éste agregó una gran puerta lateral a la derecha de la puerta de acceso original, que permite la entrada de vehículos, abrió una arcada en la pared perimetral del fondo original que conecta con una franja de terreno anexada a la parte posterior.

A continuación consideremos los lugares de la memoria destinados al Villazo en este lugar que alberga la memoria de quienes ya no están. Hay dos, un Monolito a la entrada construido para el 20 de marzo de 1989 y un Monumento posterior construido para el 20 de marzo de 2016.

El Monolito la UOM que se encuentra a la derecha de la puerta tradicional de acceso a la sección más antigua del cementerio.

 

 

Comparte en su forma mucha similitud con la otra unidad cultural a la entrada de la ciudad. También tiene forma de paralelogramo truncado y está construido de ladrillos. La placa no se encuentra sobre la parte superior sino que de forma rectangular, del mismo material que el otro, se extiende a lo largo de la cara que da al pasillo y tiene debajo un recipiente para ofrendas florales. Su escrito reza:

 

HOMENAJE DE LA UOM

SEC. VILLA CONSTITUCIÓN

LOS TRABAJADORES Y EL PUEBLO A LAS

VICTIMAS DE LA REPRESION

[Hay dos hileras con sus nombres]

COMISIÓN DE DERECHOS HUMANOS

UOM Villa Constitución 20 de Marzo de 1989

 

A propósito del análisis de unidades culturales anterior, citamos a Fernández Guzzetti y Hachen (1993) para señalar la importancia de conocer el origen del texto porque nos ayudaría, a modo de cuaderno de bitácora, a su lectura y recreación.

Esta unidad cultural como lugar de la memoria fue levantado el año 1989, 10 años antes del similar en la confluencia del Chapuy, lo que nos habla del impacto en las subjetividades de los recuerdos del terror y el miedo vividos durante la represión iniciada en Villa Constitución el 20 de marzo de 1975 y continuada durante la dictadura.

El locutor es la Comisión de Derechos Humanos de la UOM Villa Constitución y la intención es la de Homenaje de la UOM Seccional Villa Constitución, los trabajadores y el pueblo con todos los implícitos: “esta” seccional, no “otras” seccionales, no el Secretariado Nacional conducido por Lorenzo Miguel durante el Villazo y en ese año todavía en el cargo.

Acá los destinatarios son las “víctimas de la represión” inscripto en las letras mayúsculas más grandes de la placa, seguida por dos hileras con sus nombres.

Para la humanidad hay un ANTES y un DESPUÉS del Holocausto, para el pueblo argentino, un antes y un después del genocidio del terrorismo de Estado, para Villa Constitución, un antes y un después de la represión que cortó de cuajo el proceso del Villazo y que por la metodología empleada parece una prueba piloto del golpe de 1976. Como lo describe Guelerman (2001), “Nadie podrá volver a ser el mismo que fue; nuestra sociedad no podrá recuperar las posibilidades, esperanzas e ilusiones que la animaron. Individuo y sociedad ya no pueden reconocerse en aquellas experiencias.” (pág.54)

A esta reflexión le agregamos que la represión desatada contra el Villazo durante el gobierno constitucional de María Isabel Martínez de Perón como la de la última dictadura montaron una ingeniería del miedo y como sostiene Guelerman

 

…somos parte de un relato que nos constituye y al que simultáneamente contribuimos a construir. No somos, en tanto sujetos, recipientes vacíos que los demás pueden llenar a su antojo; cada experiencia será resignificada por la historia individual y la memoria histórica que nos constituyó como sujetos sociales. (2001, pág. 54)

 

Esta unidad cultural está ubicada a la entrada del cementerio local y está rodeada por otras de similares características de Homenaje, por ejemplo, las correspondientes al Club Atlético Talleres, Club Riberas del Paraná, Mutual de Personal de Acindar, Centro Empleados de Comercio, Centro de Jubilados y Pensionados, Jefatura de Policía.

Si bien su ubicación es mejor que la del otro Monolito (recordar su condición de “No lugar”), también constituye un punto de referencia débil porque su parte frontal queda de espaldas a la entrada principal y el visitante del cementerio tendrá que pasar a su lado por la vereda angosta para verla.

Debajo del florero, hacia la derecha en el año 1995 hay otra placa de homenaje, que recuerda la fecha del inicio de la represión y consigna la actual. El locutor en CTERA (Confederación de Trabajadores de la Educación de la República Argentina) y quiere dejar testimonio de su posicionamiento: “A 20 Años de la Represión a los Compañeros de Villa Constitución, Homenaje de los Trabajadores de la Educación.

Los sustantivos “Compañeros” connotan una cercanía afectiva, y “Trabajadores de la Educación” una identificación con el “Trabajadores” inscripta en la otra placa. Cabe recordar que en 1991, los docentes acompañaron la lucha de los trabajadores metalúrgicos de Acindar cuando la fábrica llevó a cabo un lock-out patronal para forzar la “reconversión productiva” o “flexibilización laboral”, un conflicto con repercusiones en los ámbitos local, regional y nacional.

 

La unidad cultural más reciente de “El Villazo” en el cementerio

 

 

Esta unidad cultural de gran prominencia espacial está construida en la parte nueva del cementerio local y abarca tanto física como visualmente una parte importante del lugar, especialmente la cruz que tiene una altura que iguala o sobrepasa los techos de los nichos cercanos y que por lo tanto interpela a los visitantes del lugar.

Fue inagurada el 20 de marzo de 2015 durante la gestión de Aníbal Ibarra como Secretario General de la UOM, quien asistió al acto acompañado por Antonio Caló, de la UOM nacional, entonces Secretario General de la CGT.

Abordaremos a continuación algunos aspectos del contenido de esta unidad cultural, una obra compleja, sin olvidar que todo texto es un mapa espacio-temporal, que el lector recorre con su mirada, para descubrir tópicos conocidos pero también para inferir nuevas informaciones, al poner en funcionamiento su propia “máquina semántica-pragmática”, lo que supone según Schnaith (1987).

 

la intervención de múltiples aprioris, llámense pulsiones y representaciones inconscientes, supuestos ideológicos, culturales… formaciones o deformaciones profesionales, experiencia personal acumulada, por lo que… la percepción resulta, en suma, tanto anticipación como recuento.

 

 

 

La gran cruz, en blanco y celeste, fue creada por un trabajador metalúrgico de Acindar, reconocido escultor autodidacta de alambre y soldadura, conocido como “El Artesano del Alambre”, nacido en la localidad de Empalme Villa Constitución, Fabián Villani,[8] por la solicitud del entonces Secretario General de la UOM local, Héctor Ibarra. La escritura vertical a lo largo de la cruz del idiolegema “El Villazo” está acompañada a sus costados por las palabras “Libertad y Democracia” inscriptas en una estructura de metal negro que enmarca la cruz y le sirve de fondo, color negro asociado con el luto en nuestra cultura. Estas dos palabras son polisémicas: por un lado, las podemos asociar a las palabras reivindicatorias de la Lista Marrón, especialmente la de “democracia sindical” pero también nos recuerdan que a causa de las luchas obreras por la democracia sindical y a su triunfo electoral en 1974, sus dirigentes y seguidores fueron privados de la libertad, muchos muertos y desaparecidos a partir de 1975, a cargo a nivel nacional de un gobierno institucional.

La cruz convoca inmediatamente a la memoria de quien la mire la crucifixión de Jesucristo y la convierte en un lugar inconfundible de entrega, sacrificio y muerte. La inscripción de “El Villazo” en el travesaño vertical está ubicado donde estuvo en el imaginario religioso cristiano Jesús antes de su muerte en la cruz, derrota que lo transformó en Jesucristo. Los colores en celeste y blanco aluden, como en el caso de la franja celeste alrededor del Busto de Perón, a los colores patrios de nuestra bandera y es una apelación a la argentinidad.

La gran cruz en blanco y celeste que se eleva por sobre las otras obras del artista, se refiere al “Villazo” pero la fecha 1974- 2015 señala los 40 años del inicio de la represión, no de las luchas y el triunfo; el titular del diario local los subsume: “Actos a 40 años del trágico 20 de marzo”.[9]

Este “lugar de la memoria” en las palabras del Secretario en funciones de la UOM local,

 

tiene que ver con que a los más viejos nos refresque la memoria y que a los más jóvenes, algunos que hoy están trabajando, sepan qué pasó porque no se ha escrito mucho… Aquí lo importante es que van a estar los protagonistas.[10]

 

No es el propósito de este trabajo analizar el discurso de cada uno de los textos escritos citados en el diario local, pero es interesante ver cómo el tema humanitario prevalece tanto en el emanado del Concejo como de la Comisión de los Derechos Humanos de la UOM local.

En el primero, luego de su discurso valorativo sobre el 16 de marzo de 1974, cuando “la sociedad de Villa Constitución, sus trabajadores, con epicentro metalúrgico, concretaban un acontecimiento histórico, fuera de lo habitual, valioso y valorado”, el Concejo a continuación expresa que “el 20 de marzo de 1975, el pueblo villense en su conjunto, sus trabajadores y en particular los metalúrgicos, fueron brutalmente sitiados, despiadadamente condicionados, mortalmente acallados” y convoca “a todas las fuerzas sociales de la comunidad, a acompañar las actividades a desarrollarse en nuestra plaza principal con motivo de su conmemoración, el próximo viernes 20 de marzo, a las 10”[11]

El segundo discurso citado señala que:

 

…a 40 años de la brutal represión, recordaremos en un acto de estricta justicia por la memoria y por la verdad, que pone en valor nuestra historia y nuestra honra como pueblo trabajador que ha luchado y lucha incesantemente por la dignidad del trabajo, la justicia social y la real democracia sindical participativa.[12]

 

 

A su vez, esta cruz enmarcada en una gran estructura metálica negra tiene como fondo un mural pintado, más bajo y más ancho. En el fondo azul, lo que nos remite a la imagen del cielo, sobrevuelan palomas y ondean banderas argentinas. La cruz y la paloma son polisémicos porque al ser ambos símbolos cristianos, la cruz en altura podría significar la exhibición de quien triunfó sobre la muerte y las palomas en movimiento, el espíritu.

En la parte inferior izquierda, podemos ver el torso superior de un grupo heterogéneo que comparten la misma expresión de firmeza: hombres y mujeres de variadas edades, obreros de distintas procedencias: unos con casco de protección fabril, otro que lleva lo que parece un gorro de panadero, un portuario, uno que levanta la bandera argentina, otro que lleva el bombo con la sigla UOM. Arriba de la pintura, un gran logo en acero inoxidable, grande como un sol, en el medio de las palabras repita la sigla UOM. Es interesante señalar que no está claro si los protagonistas están enterrados o emergen de la tierra.

 

 

La sigla del bombo está recortada contra un prisma rectangular sobre el que se apoya una placa del año 2015 que dice:

 

20 DE MARZO 1975 - 20 DE MARZO 2015

A 40 AÑOS DE LA BRUTAL REPRESIÓN

DESATADA SOBRE LOS TRABAJADORES

METALÚRGICOS, EL PUEBLO DE

VILLA CONSTITUCIÓN Y ZONAS VECINAS.

PERPETUAMOS NUNCA MÁS A LOS

SECUESTROS, TORTURAS Y ASESINATOS

COMO POLÍTICA DE ESTADO, COMO CLASE

TRABAJADORA QUE HA LUCHADO Y LUCHA.

CONTINUAMOS LEVANTANDO BANDERAS

POR LA DIGNIDAD DEL TRABAJO, LA JUSTICIA SOCIAL

Y LA DEMOCRACIA SINDICAL.

La memoria permanece viva

como legado de paz, unidad y libertad

A LOS COMPAÑEROS

[dos listas de nombres]

PRESENTES!!

Secretaría de D.D.H.H

UOM SECCIONAL VILLA CONSTITUCIÓN

20 DE MARZO DE 2015

 

El texto inscripto en la placa es mucho más largo que el del Monolito en la entrada tradicional al cementerio. En el acto de homenaje, se refiere también a las víctimas, pero las personaliza: trabajadores metalúrgicos, el pueblo de la ciudad y zonas vecinas, tal como sucedió en los hechos.

El locutor y el enunciador se funden en uno solo, un “nosotros” explícito en el uso de los verbos “perpetuamos” y “continuamos” y apela al ideologema NUNCA MÁS con el que finalizó el alegato en contra del terrorismo de Estado y que evoca el nombre del libro de la CONADEP al mismo tiempo que reivindica su papel de clase trabajadora que luchó y sigue luchando por los valores que la Lista Marrón levantaba. Hay otras voces que resuenan en “Justicia Social” que podemos asociar a una de las reivindicaciones del peronismo.

Ese Nosotros colectivo que aparece como Secretaria de Derechos Humanos de la UOM Seccional Villa Constitución asume la compleja responsabilidad del recuerdo de los muertos “Presentes” pero al inscribirse como “memoria viva” se compromete al cuidado y la transmisión de la memoria como un legado que garantizará los valores en los que cree: paz, unidad y libertad y se constituye en garantes de los mismos como “clase trabajadora que ha luchado y lucha” y luchará (a pesar de la represión y a las políticas de terrorismo de Estado que trataron de aniquilarla).

Al costado derecho del mural se levantas tres pilares de color terracota en forma de obelisco con inscripciones verticales en letras mayúsculas realizadas con acero: MEMORIA, VERDAD Y JUSTICIA. Las tres palabras nos remiten a los reclamos de los organismos de Derechos Humanos de nuestro país y los elementos de acero a la fábrica Acindar de la ciudad.

 

 

Clausura el conjunto de construcciones una pared del mismo color terracota que alberga en su interior un conjunto de placas de acero que acompañan a una placa de mármol correspondiente a Marzo de 2014.

 

 

No nos vamos a detener en el análisis de cada uno de ellos. Queda claro que en este lugar de la memoria, como dice Oliver Mongin (1994) “la memoria es la ocasión en que los vivos toman conciencia de su deuda con los muertos.”

Quedan abiertos varios interrogantes acerca de esta pared que clausura este lugar de memoria ¿Simboliza una línea divisoria entre el pasado y el presente? ¿Presenta las dos caras del Villazo, la de las luchas y la represión como partes de un mismo hecho? ¿Sugiere un Nunca Más, un No Pasarán? ¿Representa un bastión de resistencia de la memoria social?

Este lugar de la memoria en el Cementerio tanto por su prominencia como por su ubicación central dentro de la parte más nueva del Cementerio local al que se accede a pié o en auto, se constituye en un ejemplo de la presentificación del presente y en un hito en la panteonización de la memoria social de la UOM local.

En términos de Foucault, el análisis histórico podría construir en torno al evento singular histórico analizado como proceso (en este caso “El Villazo”) y su relación con la memoria un “Poliedro de Inteligibilidad” (Foucault, 1983) cuyo número de caras no está definido de antemano y que jamás puede ser considerado como totalmente acabado a causa del carácter multicausal, complejo e intrincado que poseen los acontecimientos históricos.

Desde el retorno de la democracia en 1983, la memoria social de la UOM muestra una memoria militante contra el olvido. Los primeros años, los actos conmemorativos estaban centrados en el día del inicio de la represión, el 20 de marzo; después del 2000, hay un desdoblamiento a la hora de recordar: actos de celebración el 16 de marzo y conmemorativos el 20 de marzo. En el año 1989, erige una primera unidad cultural en el Cementerio que recuerda a las víctimas; en el año 1999, concreta el Monolito a la entrada de la ciudad en 1999 que homenajea a los trabajadores metalúrgicos que hicieron posible “El Villazo” sin fecha como la inscripción de un hecho atemporal e incuestionable. Finalmente, la realización de este gran lugar de la memoria en el Cementerio en 2015 muestra cómo la memoria viva rinde homenaje a las víctimas y exige un Nunca Más para la represión. El texto visual incluye a todos los actores sociales que hicieron posible el Villazo, jóvenes, viejos, mujeres, hombres, trabajadores de distintos gremios y aunque parecen “enterrados” la voluntad de la lucha sigue intacta. “la clase obrera ha luchado y lucha” (el implícito es “seguirá luchando”) para garantizar los mismos valores de las víctimas de la represión en 1975: la dignidad del trabajo, la justicia social y la democracia sindical.

Godoy (2000) destaca que: “los lugares de la memoria no viven sino por su aptitud para la metamorfosis, en el incesante resurgimiento de sus significaciones y la arborescencia imprevisible de sus ramificaciones” (Nora, pág. 33). En este sentido, en el año 2018 se llevaron dos actos: uno, tradicional de homenaje en el cementerio el 20/3 y otro de Homenaje a las luchas obreras el 16/3. A continuación incluyo la invitación que circuló.

 

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Entre los asistentes estaban presentes alumnos de 5º año de las escuelas secundarias y el Profesor de Historia del Instituto Superior del Profesorado Nº 3 “Eduardo Lafferrière” de la localidad, un especialista en el tema “El Villazo” Ernesto Rodríguez realizó una pormenorizada exposición de los hechos históricos en el Auditorio de la UOM, cuyas paredes muestran los retratos en blanco y negro de las víctimas del Villazo.

 

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[Si] el olvido trabaja para secar las raíces más que para borrar fechas. No es llamada “verdad histórica” lo que se anula cuando la memoria deja de ser el voluntario e interminable esfuerzo de recordar. El olvido persigue diluir la responsabilidad de preguntar por qué el crimen se hizo posible. No sólo lo que ocurrió sino fundamentalmente por qué ocurrió.[13]

 

“los pasadores de la memoria” perseveran para que el Villazo no se olvide, aunque a veces la memoria de la represión parecería prevalecer sobre la del triunfo de las luchas obreras que hicieron posible “El Villazo.”

 

Villa Constitución, junio de 2021.

 

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(*) Profesora de Castellano, Literatura e Inglés. MA en Lenguas. Argentina. ORCID: https://orcid.org/0000-0002-6996-4698.

E-mail: cripichi@gmail.com

[1] El presente trabajo de investigación retoma y profundiza una de las temáticas abordadas por Di Bernardo, M. Cristina y López, M. Eva en un trabajo de investigación: “La construcción del “Villazo” en el aula del Polimodal de la localidad durante los años 2000-2001” en el marco del Curso de Investigación Educativa dependiente de la Facultad de Humanidades y Artes de la Universidad Nacional de Rosario, 2002. Una versión de este trabajo fue presentado en el VIII Encuentro Inter Asociaciones de Historia Regional, Villa Constitución, 9 de Junio de 2018.

[2] Eco (1995), citado por Atorresi (1996), en el capítulo 1 “Alcances y límites de la semiótica”, p. 36.

[3] Es evidente que si ampliáramos nuestro trabajo de investigación e incluyéramos todas las unidades culturales relacionadas con el Villazo en la ciudad (los cuatro murales en la entrada del Anfiteatro cerrado de la UOM y las fotos de las víctimas en su interior, el Mural en la pared de la Casa de la Cultura, fachada pintada en la sede vieja de la UOM, “posters” en un pasillo del Museo de la Memoria “Santiago Lischetti”) agregaríamos nuevos sentidos al presente análisis que seguramente complejizarían este trabajo.

 

[4] Democracia, Rosario, marzo de 1984.

 

 

[5] El Pulso, Villa Constitución, 27 de marzo de 1992.

[6] Folleto “Cultura por la Memoria “entregado durante los días 15, 16 y 17 de marzo de 2002 en Jornadas para la Memoria, Centro Cultural Municipal, Villa Constitución, pág.1

[7] El Sur, Villa Constitución, 20 de marzo de 2002, Correo de lectores, Ricardo Saavedra, p. 12

[8] El artista realizó la obra junto a alumnos de la Escuela Técnica Nº 699 de la localidad.

[9] El Sur, Villa Constitución, 20 de marzo de 2012; Actos a 40 años del trágico 20 de marzo.

[10] El Sur, Villa Constitución, 20 de marzo de 2012; Actos a 40 años del trágico 20 de marzo.

[11] El Sur, Villa Constitución, 20 de marzo de 2012; Actos a 40 años del trágico 20 de marzo.

[12] El Sur, Villa Constitución, 20 de marzo de 2012; Actos a 40 años del trágico 20 de marzo.

[13] Schmucler, H. Citado por Godoy (1999, pág. 56).