Israel en la Región de Palestina[1]
Juan Aníbal Edgardo González[2]
Introducción
A través de una perspectiva histórica intento mostrar como Israel trata de ocupar la región de Palestina, zona históricamente compartida por distintas culturas. La partición de Palestina, la creación del Estado de Israel y los acuerdos de Camp David, hará de Israel el aliado más creíble de Occidente en Medio Oriente.
Desarrollo los antecedentes históricos del pueblo judío, destacando la influencia del Movimiento Sionista como propulsor de la partición de Palestina y responsable en gran parte de la creación del Estado de Israel.
Explico que el territorio ocupado hoy por el Estado de Israel nunca fue un espacio vacío. Describo el grupo étnico con el que se disputa la posesión del lugar, desde lo político y religioso, y describo las consecuencias de una diáspora que permite borrar otra que comienza en los años 586–538 a.c..
La situación antes descripta provoca enfrentamiento entre los judíos y el Mundo Árabe Islámico, con la participación no solamente de los Palestinos, sino de todos los pueblos musulmanes y no islámicos de la región en contra del avasallamiento de sus derechos. Injusticia que se evidencia en la actitud de las Naciones Unidas y las Potencias Occidentales que privilegió al Estado de Israel.
Destaco los intereses de las Grandes Potencias por el control de la región, antes del descubrimiento del Petróleo y luego de su aparición como combustible indispensable para el desarrollo industrial en gran escala.
Los Tratados de Camp David marcan un punto de inflexión en el proceso histórico que menciono, la lucha por la recuperación de los territorios perdidos queda en manos de los palestinos, que continúan lo que en principio fue un objetivo del Mundo Árabe Islámico.
Desarrollo
Desde la antigüedad el pueblo Hebreo consideró a la Región de Palestina como la tierra prometida, las sucesivas diásporas, llevó a sus miembros a perder el territorio pero no su identidad. Cuando se produce la Partición de Palestina el Movimiento Sionista, fue el responsable de la creación del Estado de Israel y Occidente se aseguró un aliado incondicional en la zona.
El Movimiento Sionista movilizó el nacionalismo, fue mentor de la expulsión de los nativos árabes (Palestinos), los convirtió en refugiados y certificó una acuerdo con Occidente.
Si observamos un mapa de principios del siglo XX, vamos a notar que la zona de Medio Oriente estaba ocupada para esta época por los turcos Otomanos, la Región dividida en Mandatos, por ejemplo: Irak, Siria, Transjordania, Palestina, Líbano, Egipto, etc. Estos pueblos formaban parte del Mundo Árabe-Islámico, lo notable es que no aparezca Israel en la zona, formando parte de un pueblo constituido.
Si estudiamos la formación de los Nuevos estados o Monarquías como; Siria, Líbano e Irak, tampoco encontramos una Monarquía o un Estado israelita. La diferencia esta en: el pueblo Palestino sí es mencionado como ocupante y habitante de la zona. Esto no quiere decir que el territorio en cuestión estaba ocupado por un sólo grupo cultural, el mismo fue compartido por cristianos, musulmanes, judíos, etc. La aclaración vale y viene al caso; en gran cantidad de bibliografía, y la mayoría de los periódicos nos han mostrado una región donde los que convivieron durante siglos, hoy se encuentran como salvajes que no pueden coexistir con otros pueblos. No debemos olvidar que fue Palestina la que le dio al mundo dos religiones de las tres que nacen en Medio Oriente. Palestina ha sido puente, un vínculo entre tres continentes – Europa, Asia y África - y, una posición llave para el comercio y las comunicaciones.
Los antecedentes históricos más antiguos que tenemos del pueblo judío, los encontramos en el Antiguo Testamento. En el año 1250 a.c. Moisés y su tribu llegó a Jerusalén en la región de Palestina. Su sedentarismo se debió a la fusión con las tribus que existían en el lugar. Entre los años 586-538 a.c. comenzó la diáspora de los habitantes de Juda e Israel, los judíos, como ya se los conocía para esta época. El año 135 d.c., Adriano aplastó las rebeliones judías y los expulsa de Jerusalén, su tierra prometida según el Antiguo Testamento. En el año 1492, comenzó su paulatino retorno a Palestina a consecuencia de la expulsión de España y del resto de Europa Occidental.
Con los fracasos de los movimientos mesiánicos los dirigentes del pueblo comenzaron a sospechar de todo pronunciamiento redentor y tomaron ante ellos una actitud opositora. La ola de desconfianza y oposición fue vencida con el advenimiento del jasidismo y el iluminismo; el razonamiento de los estudios bíblicos y talmúdicos durante la segunda mitad del siglo XVIII. Los primeros vieron en cada Rabí un Mesías, que no se revelaba porque no lo merecían. Por otra parte los iluministas aguardaban la liberación del individuo judío mediante el movimiento cultural y la revolución liberal.
Las calumnias de crímenes rituales y la aparición del antisemitismo “científico” en Alemania, el pensamiento renacentista comenzó gestarse en la mente de algunos iluministas y poco a poco se cristalizaron los fundamentos modernos de las ideas renacentistas:
Retorno a la labranza de la tierra.
Renacimiento de las ideas Hebreas.
Restauración de la soberanía.
El retorno a los verdaderos valores del judaísmo como idea de concepción universal.[3]
Durante muchos años existió un retorno no planificado, muchos volvían y se integraban a las minorías judías que vivían en el territorio. La colonización estuvo plagada de dificultades, el suelo no era el adecuado y los colonos carecían de experiencia. Uno de los filántropos fue el Barón Rothschild que comenzó apoyar a las colonias existentes y fundó algunas nuevas, pasando a ser administradas por la “Jewish Colonization Association”, [4] después de 1900.
Los promotores del regreso definitivo a la tierra prometida del pueblo judío fueron; el Movimiento Sionista y las Potencias Occidentales. El Movimiento que surgió en el siglo XIX y su objetivo principal fue la creación del Estado de Israel. Su nombre proviene de Sión, colina donde estaba construido el Templo de Jerusalén. Las raíces del movimiento las encontramos en el siglo VI a.c. cuando los habitantes hebreos son llevados cautivos a Babilonia. Los profetas instaron a creer que un día Dios les permitiría regresar a su tierra “Palestina”.
A causa de las persecuciones que fueron sometidas en Europa Occidental en el siglo XVIII, apareció el primero síntoma de sentimiento nacional judío, en reemplazo de la religión como fuerza unificadora. Una nueva diáspora se dio en el pueblo judío, los pogromos[5] rusos obligaron a los israelitas a emigrar a los EE.UU. y la Argentina, a fines del siglo XIX. En 1896 Theodor Herzl, periodista austro-judío, publicó un pequeño libro llamado “El estado judío”, en el que analizaba las causas del antisemitismo y a la vez insinúo la creación de un Estado judío. Herzl fue recibido por el emperador alemán Guillermo II de Prusia y por el sultán Abdülhamid II de Turquía, también consultó al Zar de Rusia, de los que no consiguió apoyo a su proyecto, los ingleses son los únicos que lo van a respaldar. Inglaterra ofreció al Movimiento Sionista la región de Uganda, en el África Oriental. Se le otorgaban los derechos para colonizar y formar un Estado Autónomo Judío. La oferta conmovió el Movimiento Sionista, los sionistas de Europa Occidental aceptaban la oferta inglesa en forma provisoria, pero los de Europa Oriental la rechazaban en su totalidad. Los rusos sionistas culpaban a Herzl de traición al programa sionista.
Los dos logros más importantes del sionismo en este siglo fueron, el compromiso británico en la “Declaración Balfour de 1917” y el establecimiento del “Estado de Israel” en 1948. La Declaración Balfour aprobaba el asentamiento en Palestina de una “patria para el pueblo Judío”, proceso que fue sostenido por cuatro objetivos fundamentales:
* La inmigración Judía. Por todos los medios traer la mayor cantidad de judíos, y cambiar la situación de minoría pasar a ser mayoría en Palestina.
* La redención de la tierra. El objetivo principal de los inmigrantes fue la compra de tierra, revertir la postura, transformar a un pueblo comerciante en campesinos.
* El trabajo hebreo. En sus propiedades desapareció la mano de trabajo árabe, la producción y consumo fue propio del pueblo hebreo.
* Comprar industria nacional (judía). A través de un compre nacional (judío) que favorecía a la industria y la agricultura judía; el movimiento de grandes capitales debilito la economía árabe.
Algunos de los objetivos propuestos por el Movimiento Sionista concordaron con la postura marxista, la necesidad de territorio donde establecerse y poder crear una sociedad estratificada, para generar la lucha de clase y acelerar la revolución. Resultado de estos pensamientos fue concebir un fenómeno exclusivamente sionista: el “kibush”[6], en materia de agricultura cooperativa, dio la estructura política, cultural y militar: al “Yishuv”[7]. La instalación paulatina comenzó a dar sus resultados después de finalizada la Segunda Guerra Mundial, el Yishuv pasó de 50.000 a 600.000 habitantes sin dejar de ser minoría, con estas condiciones se dio una manera distinta de conquista. La técnica clásica de conquista utilizada por las grandes Potencias hasta ese momento, fue la explotación de los pobladores autóctonos como condición sine qua non. En este caso la formación de una sociedad paralela permitió la producción de excedente que pasó a integrar la riqueza del futuro Estado Judío. En el año 1899 se había fundado el “Banco Colonial Judío”, cuya filial el “Anglo Palestine Bank” es el banco oficial del Estado de Israel.
Dentro del movimiento existieron enfrentamientos de orden ideológico. El "sionismo sintético" de Weizmann, defendió tanto la lucha política como la colonización. La postura pragmática de Brandeis, que se concentraba en la colonización sin hacer ninguna referencia a una futura categoría de nación. También la postura diferente de Judas León Magnes, quien defendía la fundación de un Estado conjunto árabe-judío y la del futuro primer ministro israelí David Ben Gurión, que argumentaba que el acuerdo árabe, era sólo una posición judía de fuerza, una vez que el Yishuv se hubiera convertido en mayoría. Él sostenía que los árabes rechazaban al sionismo, porque ambos partían de un reclamo genuino, la mismo tierra.
Las omisiones y contradicciones del Movimiento Sionista desvalorizaron el pensamiento nacional judío (Haskalá). En primer lugar, no era una tierra vacía la que se propusieron ocupar. Palestina estaba habitada por hombres de religiones y culturas distintas. La omisión fue realizada con premeditación, para que la diáspora se convirtiera en una contra diáspora, y en la realidad se concretó en gran parte. En segundo lugar, ratificó la Declaración Balfour, el gran objetivo es la tierra prometida, el regreso a Jerusalén. En tercer lugar, la conversión de comerciantes en agricultores o campesinos, históricamente los judíos cuando se sintieron vencidos, se transformaban en esclavos y con el tiempo revertían su posición, pasaban a ser los dominadores.
Todas estas cuestiones van a dejar como un único ganador a Gran Bretaña, poseedora de un Mandato sobre Palestina, con pretensiones de independencia, que no favorecían las aspiraciones inglesas en la región. Es por eso el apoyo de los ingleses al movimiento sionista en primera instancia. En realidad el movimiento encajó dentro del esquema de intereses coloniales, fue algo creado en Occidente, con pensamientos y conceptos filosóficos occidentales. La concepción distinta de la religión dio lugar a que lo interpretaran como algo ajeno al occidente, colonial y británico. Bien utilizado permitió la penetración y desarticulación de todas las pretensiones de los pueblos árabes de Medio Oriente.
No bien se instaló el movimiento sionista como una realidad, las diferencias árabes, judías y cristianas, comenzaron a suscitarse. Todos compartieron el mismo territorio mientras no existieron idea nacionalista o la de formación de un Estado Judío, la convivencia hasta ese momento estuvo basada en la religión. Los árabes ven esto como un argumento colonialista, algo que estaba apoyado por occidente y los colonialistas británicos. Israel se convirtió en herramienta del imperialismo. Con el hecho de apropiación de la tierra a través de su compra y el desarrollo de una economía netamente judía, el pueblo israelita sintió el afianzamiento de los objetivos nacionales, en un territorio donde también había comenzado a ver la luz, el movimiento nacional árabe.
El pueblo palestino desde la caída de Jericó en manos de los Hebreos (1022 a.c.), la ocupación romana en el 64 a.c., hasta el mandato Británico en 1920, ha sido un pueblo que debió luchar contra la injusticia.
Los cananeos se establecieron en varias ciudades-estados en el tercer milenio a.c. en la región de Palestina. Su alfabeto fue propulsor de otros sistemas de escrituras, al igual que sus creencias religiosas, que influenciaron en el judaísmo y más tarde en el cristianismo y el islamismo. Durante el segundo milenio a.c. los cananeos junto con los egipcios soportaron en la comarca, la invasión de los amoritas, los hititas y los hurritas. Vencidos los invasores por los egipcios fueron absorbidos por los cananeos. Llegó el siglo XIV a.c. una nueva penetración se produjo en Palestina, un grupo de tribus semitas, los Hebreos procedentes de la Mesopotamia y los Filisteos (en hebreo, Palishtin), pueblo de raza indoeuropea que dio el nombre a la zona. Los israelitas en el año 1.125 a.c. derrotan a los cananeos, no sucede lo mismo con los Filisteos. Los Filisteos consolidaron su poder en la costa meridional de Palestina, en el norte y el este, conociendo el hierro, pudieron montar una buena organización militar y lograron dominar varias cuidades-estados. En el año 1.050 a.c., derrotaron a los israelitas. La amenaza de los Filisteos obligó a los Hebreos a establecer una monarquía, David en el año 1.000 a.c. los vence y los cananeos fueron asimilados.
Con la llegada de los árabes a la zona de Falastin, nombre con que se conoció a Palestina hace 1.300 años. Para Mahoma Jerusalén fue la primera qibla[8], con esta designaba a Palestina territorio sagrado. Con la construcción del templo de Salomón, Jerusalén se convirtió en la tercera ciudad sagrada del Islam. Los musulmanes como pueblo dominador no obligaron a los palestinos a adoptar su religión. Los cristianos y judíos fueron considerados como los “pueblos del Libro”, se les dio el control autónomo de sus ciudades o comunidades y se les garantizó seguridad y la libertad de culto. Con el tiempo la mayor parte de Palestina adoptó la cultura árabe e islámica.
Los turcos Otomanos derrotaron a los mamelucos en 1.517 y gobernaron Palestina hasta 1.917. Bajo el dominio de los turcos Otomanos la región fue considerada como una de las tantas provincias del Imperio. Palestina fue considerada por los afendis (árabes que residían en Damasco), una zona retrasada y de una gran pobreza. Los jerarcas poseían en esta región grandes extensiones de tierra, trabajadas por labriegos de condiciones paupérrimas.
En 1.880, los árabes palestinos llegaban al 95% de la población total de 450.000 habitantes que tenía la zona.
Se mencionó a Palestina como parte del Mandato Británico desde 1920. El Movimiento Nacional Árabe, durante largos años lucho por conseguir la formación de un Nuevo Estado Árabe, donde pudieran seguir viviendo en armonía diferentes grupos culturales, cada uno manteniendo sus creencias religiosas y pautas culturales, “motivo que nunca fue un punto de conflicto en la región”. Las diferencias instaladas por el Movimiento Sionista, desde el momento que declaró abiertamente la idea de formar un Estado Judío, transformó lo que fue netamente político, en una disputa religiosa propiamente dicha.
En 1908 nace el periódico Falastín de neto corte nacionalista árabe, y en 1911 advirtió en sus páginas el peso del Movimiento Sionista en la zona y que la comunidad árabe se transformaba en minoría rápidamente, y por consiguiente el pueblo árabe desaparecía de Palestina. Los árabes siempre se opusieron a la colonización judía, la emigración fue cada vez más fuerte, y las persecuciones del régimen hitleriano la hicieron recrudecer.
Los primeros disturbios no se hicieron esperar, y en 1936 Ilsadín Al Hasan condujo la lucha contra los colonizadores judíos y los británicos. La formación de la “Comisión Peel” en el año 1937, propuso la división de Palestina. Los árabes rechazaron el proyecto, no obstante los británicos propiciaron y colaboraron en el fortalecimiento de un ejército clandestino sionista, la Hagganah. Creada en 1939, con la intención de proteger intereses británicos en la zona, ante el avance del nazismo. En 1945 la Hagganah realizó una serie de ataques a objetivos británicos y árabes.
Las Naciones Unidas el 29 de noviembre de 1947, votan la Partición de Palestina, aceptada por los judíos y rechazada por los árabes. La situación hace que un pueblo sin tierra, en un abrir y cerrar de ojos, tenga la posibilidad de tener un territorio y formar su propio Estado. El rechazo árabe es el paso previo, como preparación de la guerra y la defensa de Palestina. Con esta situación el Movimiento Sionista concretó un gran objetivo, formó en la conciencia de los habitantes dos lógicas. Una que todos los judíos acepten la partición y tomen como propio el territorio Palestino y la otra que los árabes la rechacen y declaren la guerra.
El 14 de mayo de 1948, los sionistas declararon el Estado de Israel. Como respuesta a esta actitud los árabes avanzaron, mientras 750.000 árabes palestinos abandonaron su tierra, por miedo a los actos terroristas. La emigración masiva de árabes palestinos, transformó a los inmigrantes, como refugiados en países vecinos, que los aceptaron como tal.
El problema de los refugiados ha sido un tema que preocupó a los dos bandos y se han dado explicaciones de todo tipo. El autor Walid Khalidi en su trabajo; “Por qué se marcharon los Palestinos”, dio una respuesta posible al problema de los refugiados. Desde el momento que los sionistas pusieron en marcha el Plan “D”, nos muestra el autor cuáles fueron los motivos del éxodo masivo del pueblo palestino. La necesidad de tierra del pueblo judío, gran parte de ella todavía en manos de los latifundistas árabes. La “redención de la tierra” no había dado el resultado esperado. Fue necesario crear y generar una guerra psicológica y terrorista. Los mandos sionistas, la Hagganah y los británicos elaboraron una catarata de órdenes y contra órdenes, que hicieron llegar al pueblo nativo, simulando ser emitidas por el Alto Comando Árabe. Hechos que predispusieron a la población a un abandono masivo de su terruño antes que finalice el Mandato Británico. Los británicos fueron los cómplices principales de la evolución de los acontecimientos, como por ejemplo; pasando información de su retirada con una hora de diferencia entre ambos bandos, fue muy evidente, que los judíos supieron antes del repliegue que los árabes. Todo esto fomento, y vuelvo al autor antes mencionado, una cuestión territorial fundamental para la solución política y otro una cuestión de poder. Poder que se vio totalmente desvanecido en el pueblo árabe palestino, al ser abandonados por las grandes Potencias, que apoyaron al Nuevo Estado de Israel.
Los efectos y resultados de la guerra fueron, la ampliación del territorio otorgado a los judíos en la Partición en 1947, y la creación del Estado de Israel con mayoría judía, 630.000 contra una minoría árabe de 130.000.
Para los musulmanes y árabes, Israel fue la representación de Occidente en Oriente. Las Potencias europeas y luego EE.UU. incentivaron y respaldaron su creación, Israel fue y es, su respaldo político, su referente para todas aquellas iniciativas que Occidente pretendió desarrollar en Oriente Medio.
La visión de pueblo traicionado tuvo que ver con las posturas que adoptaron las monarquías dependientes de Occidente al momento de la creación del Estado de Israel, Faruk y Abdallah ibn Husayn negociaron con Israel, situación que los mostró como gobiernos que no defendían los intereses árabes o musulmanes.
El grupo de “Oficiales Libres” comandado por Naguib, fue el responsable de los golpes de estados que llevó acabo el Movimiento Nacionalista Árabe en Egipto, Siria e Irak. Dentro del movimiento nacionalista árabe se destacó una persona, cuya imagen fue relevante en todo el Mundo Árabe, su figura llegó a reemplazar a Naguib, líder natural de la revolución. Gamal Abdel Nasser, en muy poco tiempo se convirtió en el nuevo líder del nacionalismo árabe en Egipto. El liderazgo del movimiento por Nasser generó luchas internas entre los “Oficiales Libres”. Dos fueron los problemas más importantes y complicados de solucionar por la revolución egipcia, primero la situación de Sudan y en segundo lugar la posesión del canal de Suez.
Los nuevos líderes que surgieron en la década del ’50, conformaron una corriente dentro del pensamiento árabe-musulmán-nacionalista, tendencia que se conoció como Nacionalismo, Nasserismo o Panarabismo. El objetivo que proponía este grupo fue un viejo anhelo de los pueblos árabe-musulmanes, la “unificación del Mundo Árabe”, formar una sola Nación, sin las fronteras trazadas con lápiz y regla por las Grandes Potencias. La médula del pensamiento fue: la liberación nacional, asegurando una independencia política y económica plena; unidad política, fortaleció la necesidad de crear un mercado nacional (árabe) y una base económica-política lo más amplia posible. La destrucción de la dominación extranjera fue lo que amalgamó las relaciones de los pueblos árabes, el movimiento nacional y otros grupos nacionales, todos lucharon por lo mismo. Lucha que desde la unidad política los llevo a una lucha socialista. Pero los verdaderos objetivos del movimiento nacionalista los encontramos en su ideología central:
Unificación del Mundo Árabe.
Nacionalización de todo lo que pertenecía a empresas extranjeras (en especial las petroleras).
Reforma agraria de características profunda e industrialización del campo.
Sustitución de importaciones (generando un mercado árabe).
Solución de las problemáticas pobreza, hambre, y sustanciales mejoras de la salud y la educación.
La formación de un movimiento político opuesto a los grandes bloques, que desarrollaban en ese momento una feroz guerra fría, acompañada de una desenfrenada carrera armamentista. El movimiento de los No Alineados o Tercera Posición, en el cual se destacaron figuras como; Tito, Nasser, Gandhi y otros más. La participación del Nasserismo en Bandung fue de gran importancia, como también la nacionalización del Canal de Suez. Nacionalización que no aceptó Israel y en el ’56 acompaño a Gran Bretaña y Francia en la guerra por su control y no-nacionalización del canal. Motivo por el cual se presentaron en escena las dos Grandes Potencias predominantes, EE.UU. y la Unión Soviética. Su intromisión permitió la detención de la guerra. Las revoluciones de tipo nacionalistas fueron muchas en este período, también en 1958 se conformó entre Egipto y Siria la “República Árabe Unida” (RAU), mostrando su tendencia ideológica hacia la unificación de las naciones árabes.
La “Guerra de los seis días” como se conoció el enfrentamiento entre el Estado de Israel y los Estados Árabes en el año 1967, más precisamente Egipto. La derrota que sufrieron los Estados Árabes, la tercera desde la creación del Estado de Israel, demostró la...“imposibilidad de “liberar” Palestina de la “ocupación” sionista”...[9] Su consecuencia directa fue la ocupación de nuevos territorios; Cisjordania (Jordania), la Franja de Gaza, la península de Sinaí (Egipto) y las Alturas del Golán (Siria). Circunstancia más traumática para los Estados Árabes que la formación en sí del Estado de Israel en el ’48. ¿Por qué traumático? Ocupó territorios que pertenecían a Estados constituidos, afianzó sus fronteras e incorporó una legión de poblaciones de distintas nacionalidades que fueron controladas desde Tel Aviv. Demostrando que el Mundo Árabe no pudo derrotar a Israel, ni recuperar los territorios perdidos, ante el fracaso los “palestinos” comenzaron su lucha por la independencia.[10]
Lo más sobresaliente de la Guerra del ’67 fue la importancia y las repercusiones que tuvo en el mundo. Las naciones tomaron posturas dispares ante los hechos, Occidente aceptó el triunfo del Estado de Israel, como dice: el “Daily Telegraph”...”el Occidente le debe agradecer de corazón a Israel (...) ya hace mucho que el presidente Nasser representa un peligro”...[11] Para algunos Israel se sintió reconfortado con la victoria, su triunfo se debió a la unión y coherencia de unos pocos, contra la improvisación de los muchos que querían destruir el Estado de Israel. No sólo se vio beneficiado desde lo militar, se fortaleció como Estado, recompensado por la gran cantidad de inmigrantes, entre el ’67 y el ’73, año de una nueva guerra. La llegada de capitales desde el exterior floreció su economía, en esto tuvo mucho que ver el gran apoyo económico y político de los EE.UU., que permitió un extenso desarrollo en electrónica, telecomunicaciones, productos químicos, etc.[12] Los EE.UU. consolidaron su posición en Medio Oriente y pasaron a ser participes directos de todos los hechos que se produzcan de ahora en más, dejando en un segundo plano a los colonialistas e imperialistas históricos, las Potencias de Europa Occidental.
Lo que cambió dentro de este contexto fue la situación de los palestinos que vivían en los territorios ocupados. Los territorios que sirvieron de refugio a los palestinos en el ’48, se convirtieron en propiedad de los israelitas en el ’67. Situación que muestra a un pueblo palestino perseguido, oprimido, al que no se le permitió ni siquiera ser un pueblo refugiado. Las derrotas continuas llevaron al pueblo palestino a la lucha por su independencia.
El Mundo Árabe reacciona y toma en cuenta cinco cuestiones fundamentales como causa de sus derrotas:
No logra destruir el Estado de Israel.
Pierde más territorio.
Muere Nasser, setiembre de 1970.
Nueva etapa en el Mundo Árabe, Sadat sucede a Nasser.
El movimiento islámico consideró el fracaso en el Mundo Árabe en la lucha por la recuperación de Palestina.
De vital importancia es la postura de Palestina, perjudicada directamente en la usurpación por Israel. Fue clara la reafirmación de la identidad Palestina, consciente de su identidad nacional, se vio como un cuerpo vivo, activo, que se le prohibía vivir en su tierra y expresar su identidad. Utilizando todos los medios que tuvo a su alcance y con un cambio de actitud logró derrotar el terrorismo implantado por sus dominadores, que en su momento fueron críticos del nazismo y el fascismo, de los que copiaron sus métodos. Su memoria e instituciones vivían a través de la OLP, que participó en todos los foros internacionales, regionales y locales. No permitió mostrar una Palestina o un pueblo Palestino sumido en la falta de educación y la subalimentación, objetivos que se habían planteado los israelitas.
En Egipto las transformaciones son vertiginosas después del fallecido Nasser y la asunción de Sadat; la expulsión de los expertos soviéticos (1972), la apertura económica hacia Occidente, en especial con los EE.UU., desnacionalizó la economía y purgó el aparato estatal. La actitud de Egipto es otra, Sadat puso en marcha a través de la infitay (apertura), una serie de objetivos totalmente distintos a los planteados hasta ahora por los países árabes. Anteriormente mencionamos las lecciones que dejó la guerra de 1967. Las primeras movilizaron una nueva forma de recuperar los territorios perdidos y no permitió el avance de los judíos sobre sus vecinos. El motivo final de todas estas reformas fue preparar la recuperación del Sinaí, y tener el control nuevamente del canal de Suez, perdido en 1967. Egipto tenía en proyecto la construcción de un oleoducto entre el Canal de Suez y Alejandría, dentro de su objetivo secundario. La mediación diplomática de EE.UU. sería el camino más acertado y más corto. Para conseguir esto debió forzar la situación que mantenía el Estado de Israel “no hay paz y no hay guerra”. Egipto no pretendió destruir el Estado de Israel, su estrategia en el fondo tenía que ver con el reemplazo de Israel, como Estado aliado de EE.UU., por una alianza tripartita compuesta por Egipto, Arabia Saudita e Irán.
Por otro lado, tomando como base operativa las tierras pertenecientes al Estado de Jordania, la OLP acentuó su presencia en la región y en el mundo. El Rey Hussein consideró esto un factor desestabilizador para su Estado, las refriega fueron muy violentas entre ambas partes, enfrentamientos que en el año 1970 produjeron más de 10.000 palestinos muertos.
La pérdida de las alturas del Golán también había sido un duro golpe para Siria. Después de la guerra la población se redujo solamente a 13.000 druzos y lo más importante fue la perdida en una zona muy rica en agua, ubicada sobre la frontera propiamente dicha. Zona que en la actualidad sigue en conflictos entre sirios e israelitas.
La guerra del día del perdón, “la guerra de Ion Kipur” o la guerra de Octubre, fue una operación preparada en forma conjunta, entre Egipto y Siria, que les permitió la recuperación de los territorios perdidos en manos de los sionistas en la guerra del ’67. Se había logrado uno de los objetivos, se forzó a los israelitas a replantear su postura, para con los pueblos árabes. Jordania es el gran ausente en la lucha, pero prometió que no permitiría el paso de las fuerzas israelitas por su país. La firma de un acuerdo militar el 11 de noviembre de 1973, hizo retroceder a Israel a la posición fronteriza que tenían en 1967.
La disputa produjo un sismo en las estructuras del Estado de Israel, se había terminado su hegemonía y poder en la región y, sus aliados nada habían hecho. Se logró forzar la actitud no acuerdista que Israel mantenía desde el ’48, postura que fue destruida en pocas horas por los acontecimientos. La acción bélica por parte de los árabes fue la respuesta a un pueblo que deseaba la paz y no la guerra, pero como ya dijimos anteriormente, debió forzar la situación imperante.
Los cambios son varios en Medio Oriente. Por un lado la crisis en la sociedad israelita, dando lugar a un equilibrio de fuerza y, de esta manera dejó de ser la invencible. La otra cuestión paso por la posición que adquieren los palestinos después del conflicto. En el año 1974, dejaron de ser considerados intrusos o refugiados, Arafat líder de la OLP habla en las Naciones Unidas. La política diplomática de Sadat comenzó a dar sus frutos, a través de una apertura frontal y directa avanzó sobre Israel decidido a negociar. Sadat consolidó la apertura con los EE.UU. reafirmó la alianza con las potencias Occidentales, recuperó el Sinaí y el dominio del Canal de Suez y puso un manto de olvido a las pasadas guerras[13].
La paz llegó de la mano del acatamiento estricto de la resolución de las Naciones Unidas Nº 242, cumplimentada entre 1974 y 1978, culminado con los acuerdos de Camp David.
Los palestinos rechazaron el acuerdo, al que no fueron invitados a participar, pero en el que sí se tomaron decisiones sobre su destino. Los acuerdos fueron rechazados, no sólo por estar ausentes, sino porque en Camp David, sólo se trató el tema de los refugiados y se sepultó en el olvido la problemática Palestina. En el año 1975, con la participación de los países No Alineados, lograron un gran avance en su lucha en las Naciones Unidas, con siguieron la condenación del Movimiento Sionista, como racista y de actitudes discriminatorias[14]. La OLP en un marco en donde los acuerdos habían fracasado, puso en marcha una serie de atentados en los territorios ocupados y en el ámbito internacional.
El petróleo fue conocido por el hombre desde mucho tiempo atrás y utilizado con distintos fines. En Mesopotamia se utilizaba para calafatear barcos e impermeabilizar los techos de las viviendas (especie de betún), extraído de grandes charcos o depósitos superficiales que existían en esa época. El petróleo es un hidrocarburo y en la actualidad se admitió que es de origen orgánico. Cualquier organismo marino, animal o vegetal puede contribuir a la formación de petróleo, tanto en las profundidades marinas, como continentales.
En 1852, un científico canadiense obtuvo la patente para producir a partir del petróleo un combustible para lámpara, relativamente barato y limpio, el "kerosene", introducido en Europa en 1861 por la familia Rockefeller para la iluminación de las ciudades.
En particular, son tres los grandes temas que subyacen en la historia de la industria del petróleo. El primero es el auge y desarrollo del capitalismo y de la empresa moderna. El petróleo fue y es el negocio más grande y difundido de todo el mundo, el mayor de los grandes sectores industriales que surgieron en las últimas décadas del siglo diecinueve, Standard Oíl, que ya dominaba totalmente el sector norteamericano del petróleo a finales de aquel siglo.
El segundo tema es el del petróleo como mercancía íntimamente entrelazada con las estrategias nacionales y, la política y el poder a escala mundial. Los campos de batalla de la Primera Guerra Mundial establecieron la importancia del petróleo como elemento de poder nacional, cuando el motor de combustión interna desplazó al caballo y la locomotora impulsada por el vapor generado mediante la combustión de carbón. El petróleo fue determinante para el curso y resultado de la Segunda Guerra Mundial tanto en el Extremo Oriente como en Europa. Los japoneses atacaron Pearl Harbor para proteger su flanco al tiempo que se apoderaban de los recursos petrolíferos de las Indias Orientales. Entre los objetivos estratégicas más importantes para Hitler en la invasión de la Unión Soviética se encontraba la captura de los campos petrolíferos del Cáucaso.
Un tercer tema en la historia del petróleo resulta la forma en que nuestra sociedad ha llegado a ser una "Sociedad del Hidrocarburo" y nosotros, en el lenguaje de los antropólogos, "Hombres del Hidrocarburo".
En sus primeras décadas, el negocio del petróleo facilitó a un mundo en vías de industrialización un producto bautizado con el nombre compuesto de "kerosene" y conocido como la "nueva luz", que apartó la noche y amplió la jornada de trabajo. Al final del siglo diecinueve, John D. Rockefeller se había hecho el hombre más rico de Estados Unidos, gracias a las ventas de kerosene. Entonces la gasolina era un subproducto inútil casi, que a veces se llegaba a vender a dos centavos el galón y, cuando no se podía vender, se vertía a hurtadillas en los ríos por las noches. Pero precisamente cuando el invento de la lámpara incandescente parecía señalar la obsolescencia del sector petrolífero, se abrió una nueva era con el desarrollo del motor de combustión interna, activado por gasolina. El sector petrolífero tenía un nuevo mercado, producto del nacimiento de una nueva civilización.
No obstante, el petróleo también ha demostrado que puede ser el oro de los necios. El sha de Persia vio cumplido su más ferviente deseo: “la riqueza del petróleo”. Y la riqueza del petróleo lo “destruyó”. Pero cualquiera que sea la evolución de este nuevo orden internacional, el petróleo parece seguir siendo la mercancía estratégica por excelencia, crítica en las estrategias nacionales y la política internacional."[15]
El petróleo movilizó conquista. El Absolutismo Monárquico tuvo en el Colonialismo su gran fuente de ingreso. Su riqueza el oro y la plata, y el Mercantilismo su forma de acumulación. En el siglo XIX, ya no existe el Mercantilismo, el Capitalismo es la nueva forma de crear riqueza, pero no es el oro y la plata su fundamento, materia prima y mercado, es lo prioritario para el mundo industrial de principio del siglo XX.
El papel que jugo el petróleo, fue trascendental para los acuerdos de Camp David. Estados Unidos el tradicional aliado de Israel, presiono al gobierno de Tel Aviv para suscribir un acuerdo de Paz, que no favoreció a los israelitas. El motivo fue según lo refleja en sus opiniones el Secretario de Defensa de los Estados Unidos George W. Ball, “...Para asegurar la provisión de petróleo en el mundo, Norteamérica tiene obligación especial con Israel...”[16].
Hagamos un breve análisis de la situación petrolera para esta época en Medio Oriente. La primera pregunta que nos hacemos ¿Los Árabes son los que extraen el petróleo? La repuesta es contundente “NO”, la mayoría son empresas multinacionales de origen norteamericano. En mayo de 1974, la prensa mundial informó, que las firmas petroleras después de éste nuevo orden, obtuvieron una ganancia líquida de más de 4 dólares por barril. Era lógico suponer que la guerra pudo haber sido un arreglo, entre las empresas y los gobiernos árabes. Un supuesto acuerdo lesionaba los intereses de EE.UU., pero si podemos admitir que el petróleo es un arma muy eficaz y poderosa. Las potencias europeas y Japón se estremecen cuando la inestabilidad se adueña de Medio Oriente[17].
El petróleo es el objetivo, el fundamento y el factor que hasta el día de hoy siguen vigente y de vital importancia para las grandes potencias en los territorios de Medio Oriente.
Conclusión:
La historia muestra que la región de Palestina nunca fue un espacio vacío. Su posición estratégica en Medio Oriente, fue disputada por egipcios, hititas, filisteo, hebreos, cananeos, etc. En su espacio nacen las más importantes religiones de Occidente, el Cristianismo y el Judaísmo. Los musulmanes también levantan su templo, el Templo de Salomón y el nacimiento de Cristo, hacen de Jerusalén el epicentro religioso de tres grandes creencias. Por lo tanto el espacio palestino adquiere gran interés, desde lo religioso y lo geopolítico.
La cuestión geopolítica se ve reflejada con mucho más fuerza durante el período de dominación Otomana. En el siglo XIX toma cada vez más importancia el espacio y no son sólo los otomanos los que se interesan, las potencias Occidentales amplían al Oriente sus apetencias imperialistas y crean sus Mandatos. El descubrimiento de petróleo como combustible de gran importancia estratégica, se sumara como un elemento más de codicia.
Con la llegada de Hitler al poder la situación de los Judíos en Europa recrudece y el movimiento sionista tiene un significativo crecimiento y enarbola la bandera de nacionalidad israelita.
Durante la Guerra Fría, EE.UU. y la Unión Soviética también se alinearan en pos de esta conquista. Controlar las fuentes petrolíferas era de vital importancias para las dos potencias que se disputaban el manejo del mundo, desde lo político y lo económico.
Queda demostrado que por causas diversas y especialmente las persecuciones que sufrían los judíos en Europa, el Movimiento Sionista y las Potencias Europeas; son responsables de la formación del Estado de Israel. Palestina no concreta su independencia, ni la formación de un “Único Estado Nacional Árabe”.
Renovando los pensamientos vertidos por los profetas de la antigüedad, el Movimiento Sionista induce al pueblo judío a volver a la tierra prometida. El sionismo logra que las minorías judías que poblaban la zona de Palestina, con el tiempo sean mayoría. Transforma lo político en religioso. La armonía de pueblos muy dispares culturalmente, es conmovida por las ideas del Movimiento Sionista y el apoyo que prestan las Potencias de Europa Occidental. Se crea un clima de incertidumbre que el pueblo árabe no soporto.
Producto de todo esto, los habitantes autóctonos de la región se convierten en refugiados en los países vecinos. Cumpliendo uno de los cuatro puntos impuestos como objetivo por los sionistas la redención de la tierra, el 14 de mayo de 1948 declaran el Estado de Israel. Como hemos visto la expulsión o éxodo forzado de los árabes palestinos permite al Movimiento Sionista cumplir su objetivo central, crear el Estado de Israel.
El espíritu de lucha del pueblo árabe nunca deja de existir, no pudo concretar la unión de su pueblo en una sola nación. Esto no fue motivo para dejar de enfrentar aquellos que para ellos eran los lacayos de las potencias Occidentales. No permitían ni la usurpación de su territorio, ni tampoco la instalación de un Estado, que quizás tenía raíces orientales, pero se construía de una manera muy occidentalizada, sin tolerancias ni respecto a otras culturas. Mostrando en sus intolerancias quizás un poco de las intolerancias que tuvieron los europeos con ellos.
Las guerras que lleva acabo el pueblo árabe se las puede considerar como lógicas. Es un pueblo que se ve invadido, perseguido en su región, abandonado por sus propios líderes en algunos casos, otros toman la bandera del nacionalismo árabe y luchan por su reivindicación. Derrota tras derrota, lleva a los musulmanes a cambiar de estrategia en su lucha. La controversia es muy fuerte, el espacio es vital para el pueblo árabe y para los imperialistas también. Ganar el control de ciertos elementos estratégicos marca un equilibrio de fuerza en la región. Esto queda demostrado con la guerra de 1973, Egipto y Siria, obligan a Israel a firmar la Paz y devolver gran parte del territorio ganado en las guerras anteriores.
Camp David es el punto de inflexión en la lucha, pone el punto de equilibrio. Equilibrio que beneficia a árabes, israelitas y en especial a EE.UU., dejando como pato de la boda a los Palestinos, la parte más perjudicada en esta lucha. A los palestinos sólo les queda un camino, la lucha armada en todos los frentes, sus peticiones han sido reconocidas por las Naciones Unidas, pero sus territorios no han sido devueltos. Hoy es un pueblo sin tierra, paradójica situación, ellos fueron desplazados por una nación sin tierra.
Pero como reflexión final quiero dejar sentado que todas estas cuestiones, que a la vista del mundo parecen una disputa de tipo religioso, en la realidad no lo son. Los intereses económicos que existen en la región, son muy fuerte y el capitalismo necesita de ciertas estrategias. Mantener latente la idea de conflicto, es proteger su aparato productivo. Todo el mundo quiere llegar a la Paz, ahora yo pregunto ¿esta Paz es la máscara de un mundo hipócrita? que hoy piensa en una guerra nuclear entre Pakistán e India, como ayer fue Irak contra el mundo. ¿Cuál es la razón? Fabricar armas, mostrar al resto del mundo quienes son los poderosos, o tener un pretexto para poseer lo que ellos tanto necesitan el “Petróleo”.
Notas