El Instituto Superior Arturo Jauretche (ISAJ) y su revista Barajar y dar de nuevo: construcción de un proyecto cultural desde la periferia del revisionismo histórico nacional en el conurbano bonaerense (2007-2011)

 

Ignacio Andrés Rossi (*)

 

Resumen

 

Los debates entre historiadores académicos e historiadores militantes o ensayistas han sido prolíficos desde la constitución de la disciplina historiográfica. En este trabajo abordamos un caso enmarcado durante la consolidación del llamado kirchnerismo, cuando los usos públicos del pasado tomaron nuevas características e impulsaron debates importantes. Proponemos analizar la publicación Barajar y dar de nuevo (Barajar), editada por el Instituto Superior de Formación Docente Arturo Jauretche (ISAJ) y pivoteada por un conjunto de historiadores locales adscriptos a una cultura historiográfica análoga a cierta línea de escala de revisionismo histórico, pero aun así con características que exceden a este último. Para esto, reconstruimos los debates en torno a las temáticas históricas, producciones e intervenciones culturales articuladas desde el ISAJ y Barajar. Mediante una apuesta teórica bourdeliana, como de los estudios de las publicaciones, sostenemos que Barajar funcionó como un órgano del ISAJ, en el intento por construir un proyecto cultural y una identidad propia dentro de un subcampo.

 

Palabras Claves: Historiografía; Ensayo; Revisionismo histórico; Merlo; Campo.

 

The Arturo Jauretche Higher Institute (ISAJ) and it´s magazine Barajar y dar de nuevo: construction of a cultural project from the periphery of national historical revisionism in the Buenos Aires suburbs (2007-2011)

 

Abstract

 

The debates between academic historians and militant historians or essayists have been prolific since the constitution of the historiographic discipline. In this paper we address a case framed during the consolidation of the so-called Kirchnerism, when the public uses of the past took on new characteristics and prompted important debates. We propose to analyze the publication Barajar y dar de nuevo (Barajar), edited by the Arturo Jauretche Higher Institute of Teacher Training (ISAJ) and pivoted by a group of local historians ascribed to a historiographic culture analogous to a certain line of scale of historical revisionism, but still with features that exceed the latter. For this, we reconstruct the debates around the historical themes, productions and cultural interventions articulated from the ISAJ and Barajar. By means of a Bourdelian theoretical commitment, as with the studies of the publications, we maintain that Barajar functioned as an organ of the ISAJ, in the attempt to build a cultural project and its own identity within a subfield.

 

Keywords: Historiography; Essay; Historical revisionism; Merlo; Field.


 

El Instituto Superior Arturo Jauretche (ISAJ) y su revista Barajar y dar de nuevo: construcción de un proyecto cultural desde la periferia del revisionismo histórico nacional en el conurbano bonaerense (2007-2011)[1]

 

Introducción

 

En este trabajo abordamos una publicación del Instituto Superior Arturo Jauretche (ISAJ) situado en Merlo, provincia de Buenos Aires (conurbano bonaerense). La publicación, que se editara entre 2007-2011, constituye un material imprescindible como fuente histórica para comprender las formas de producción cultural, específicamente enmarcadas en discusiones propias de la disciplina histórica. No obstante, la forma de análisis que proponemos no es marginalmente sobre el contenido de la publicación, sino que, por el contrario, retenemos un conjunto de herramientas de carácter teórico que, creemos, nos permiten observar los perfiles de la publicación como la heterogeneidad multifacética de sus promotores. En este sentido, pretendemos enmarcar a Barajar y dar de nuevo (Barajar de aquí en más) dentro de su contexto de producción cultural, analizando los sujetos e instituciones que intervienen para hacer posible la difusión de las ideas históricas y políticas profesadas. En este sentido, creemos necesario destacar que las identidades no resultan de procesos ni instantáneos ni homogéneos, por el contrario, estas son construidas, fragmentarias, inestables y articulan momentáneamente formas originales de discursos y prácticas. A su vez, entendemos que una de las tareas imprescindibles de los historiadores es averiguar cómo ocurren, se construyen y varían ciertas identidades y por qué se imponen sobre otras disponibles en contextos específicos.

En cuanto a las herramientas que proponemos, se encuentra algunas tomadas de la sociología bourdeliana, como la noción de campo, que nos permitirá comprender el concepto de producción con una mirada amplia que capte las redes de circulación, los sujetos involucrados y las ideas culturales (específicamente en torno a la Historia como disciplina). Por otro lado, también nos servimos de algunas claves aportadas por recientes estudios de las revistas, en tanto entendemos que estas se presentan como una herramienta imprescindible de análisis histórico político y cultural, en este caso. De esta manera, buscamos ampliar la mirada de Barajar a las redes de articulación, intereses y disputas en torno a la historiografía en una dimensión regional apuntando, así, a la relevancia histórica en el análisis de las escalas. Por último, hemos tratado de encuadrar el contexto histórico, en términos de historia reciente, en que funcionó la publicación analizada. Esto, ha sido articulado con las profusas discusiones entre historiadores académicos y ensayistas, que nos ha servido para encaminar los debates aglutinados en Barajar en esa línea, aun sin descuidar los originales rasgos de la publicación.

De esta forma, el artículo se compone de tres apartados. En el primero nos adentramos en los debates históricos entre historiografía académica e historiografía militante. Lo central de este apartado, lo constituye el papel del ensayismo en la literatura histórica, sus propuestas, características y, especialmente, su perfil en los últimos años correspondientes a los gobiernos de los Kirchner en Argentina (2003-2015). En un segundo apartado, nos adentramos en el contexto sociocultural que rodeó a Barajar como órgano difusor del ISAJ. Aquí se torna importante el perfil de sus impulsores, sus temas de interés y los canales culturales análogos que acompañaron a la publicación. Por último, en la última parte nos centramos en el perfil editorial de la revista, como la publicidad, formato y principales debates. Comentamos sus secciones y analizamos sus concepciones de la Historia, trascendiendo los amplios arcos temporales, tratando de buscar un eje vertebrador que la caracterice.

 

Del ensayismo al revisionismo y de la teoría a Merlo

 

Silvia Saítta (2004) ha analizado el pensamiento del género ensayístico en Argentina desde la década de 1930, focalizando en sus contribuciones contemporáneas al debate de los problemas nacionales. Es importante para el objetivo aquí propuesto dar cuenta de cómo la autora señala y reconstruye las condiciones históricas de surgimiento de esta clase de producciones, como por ejemplo las relaciones entre la entonces crisis económica y la perplejidad intelectual que esta habría generado. Aunque también tienen un papel importante en dicho análisis el proceso de un mercado editorial que se entrelazaba con el florecimiento de lectores en sectores de clases medias y, más importante aún, es señalar cómo el género ensayístico logró vincularse con estos sectores desde espacios políticos generalmente alejados de los claustros académicos. En este proceso, caben mencionar intelectuales de impacto durante mitades del siglo XX dentro de la historiografía como Raúl Scalabrini Ortiz, Jorge Abelardo Ramos y Arturo Jauretche, entre otros. De modo que podemos entender al ensayo como una forma de escritura que contraría al saber estigmatizado (Rosa, 2002) y que busca exceder a la razón (Giordano, 2005) quedando a medio camino entre el conocimiento científico y el arte o la literatura (Adorno, 1962). Esto, se generaba en medio de una resistencia a la teoría dado su negatividad frente a las instituciones del conocimiento y a los cánones de transmisión (Mattoni, 2003) académica o científica desarrollados hasta aquel momento.

En este sentido, también el ensayo puede ser entendido como un género anecdótico, contracultural y crítico de un statu quo intelectual: una propuesta de revisión contracultural. Además, y como destacamos, el ensayo debe entenderse como un producto relacionado con momentos históricos específicos y circuitos de producción cultural y tránsito puntuales (Juárez y Dalmaroni, 2016). En la historiografía argentina (Devoto y Pagano, 2009), la deriva ensayística ha sido caracterizado como la denominada vertiente revisionista de la historia, que tuvo su surgimiento a comienzos del siglo XX, aunque también fue parte de un fenómeno latinoamericano (Reali, 2016). Esta, nucleó a un conjunto de estudios al margen de las instituciones en una crítica a la historiografía académica, denominada como liberal u oficial, y en reivindicación a las figuras de caudillos, identificados con el universo popular, y adscripta a un nacionalismo cultural.

Así se entiende que la producción intelectual en torno a los problemas y discusiones de la historia nacional, también involucra a la historia cultural amplia, excediendo en cierta medida a la historia de la historiografía. En este sentido, y como señaló Cattaruzza (2018), en los análisis de la producción intelectual histórica debe distinguirse entre la historia del libro, el rol de las editoriales y la lectura de la historia de la evaluación en torno a la consolidación de la historiografía en términos intelectuales, institucionales y sus características a lo largo del tiempo, en suma, el proceso de profesionalización de la disciplina en nuestro país. En definitiva, debemos considerar que los historiadores no producen libros, sino textos que luego se convierten en objetos impresos y que adquieren lógicas que son exentas al historiador (Chartier, 2000), a pesar de que lo involucran dentro de un campo específico. Aunque no nos ocuparemos de estos dos últimos asuntos, es importante señalar la vacancia que esto tiene en tanto, los problemas y debates históricos que involucran a los sujetos no solo existen como inquietudes por el pasado, sino también como interpelaciones del presente.

En línea con lo dicho, y de acuerdo al análisis propuesto, existe un relativo consenso en que la crisis del 2001 reactivó los debates en torno al pasado e impulsó a un conjunto de best seller de historia, en alguna medida, opuestos al conocimiento académico historiográfico (Sermán, 2006). Así, luego de la etapa de la crisis del 2001, surgen controversias suscitadas alrededor de la historia argentina cuando un conjunto de autores ajenos al campo académico (Acha, 2008) de la historiografía mediaron en la recuperación del interés público por el pasado nacional (Tobeña, 2015) luego de una década en la que las disputas en torno al pasado se habían debilitado (Hora y Trimboli, 1994). Tobeña (2016) advirtió que el resurgimiento de los debates entre historiadores académicos y divulgadores históricos post 2001 tenía anclajes en el pasado, incluso desde las antípodas de la configuración de un campo profesional historiográfico, como los años de la Nueva Escuela Histórica a comienzos del siglo XX, con intereses específicos en buscar explicaciones y desarrollar teorías en torno al fracaso nacional del país como a cuestiones más ontológicas del ser nacional argentino (Grimson, 2011).

Denominados por Sermán (2006) como historiadores de masas, dado su anclaje en el mercado, el gran público e impacto en los medios de comunicación, estos tomaron un papel de gran relevancia. Sin embargo, también es importante destacar la importancia de la coyuntura histórica post 2001, donde los gobiernos de Néstor Kirchner y Cristina Fernández de Kirchner (2003-2015) promovieron un nuevo clima cultural que involucró a sectores políticos, culturales e intelectuales (Saferstein, 2017). Especialmente, con esta etapa se inició la reconstrucción de la memoria que remitía al pasado y a hechos históricos concretos, como el cruce de los Andes (1817), la Batalla de la Vuelta de Obligado (1845) y la Guerra de las Malvinas (1982), entre otros. Esto, que se hacía con objetivos políticos de fortalecer una identidad nacional que se encontraba en revisión, convergió con la producción de un conjunto de autores ansiosos por revisar el pasado, identificados por algunos historiadores académicos como neorevisionistas (Doeswijk, 2010), independientemente de sus filiaciones políticas concretas.[2] En el desarrollo del proceso político de los Kirchner, fueron relevantes como estrategias político culturales los festejos del Bicentenario de la Revolución de Mayo en 2010 o la creación del Instituto Nacional de Revisionismo Histórico Argentino e Iberoamericano Manuel Dorrego en 2011 como signos del nuevo contexto de politización de la historia y su puesta en cuestión en el debate público (Celentano, Acha y Tarcus, 2012).

Así, la mencionada crisis económica, social y política del año 2001 produjo interpelaciones sociales que motivaron un caudal de producción historiográfica nacional, con robustas tiradas y el mencionado énfasis en rescatar el ser nacional argentino como los títulos de Felipe Pigna, Jorge Lanata, Ignacio García Hamilton, Hugo Chumbita, Norberto Galasso, José Pablo Feinmann y Mario O’Donnell, quienes se convirtieron en los principales blancos de críticas de los historiadores académicos. Estos autores, en ocasiones de nula o parcial formación historiográfica, recibieron importantes debates y cuestionamientos de historiadores y literarios de reconocida trayectoria en nuestro país como Romero (2004), Sábato y Lobato (2005), Sarlo (2006), entre otros. Sus best sellers tuvieron gran impacto, especialmente a través de sus participaciones en los medios de comunicación masiva (Sermán, 2006) y se caracterizaron en su práctica por mantener un marcado perfil y retórica militante, un poco convencional uso de fuentes documentales, reiterativos anacronismos anclados en los intereses de la coyuntura política del presente, indistinción de coyunturas históricas concretas, abuso de términos puntuales y ahistóricos, centralización en personajes individuales en panoramas maniqueos, recurrencia de ideas de complots y traición eterna en el relato histórico (Doeswijk, 2010). En general, estos autores han sido ubicados dentro del revisionismo histórico, aunque últimamente se los ha diferenciado por el apoyo masivo de medios de comunicación: quizás una gran diferencia con el revisionismo histórico argentino clásico. Sus principales argumentos afirman estar en contra de un saber elitista, la justificación del uso de la historia para militar el presente, la imposibilidad de escindir la práctica histórica de la política partidaria presente y una concepción de los historiadores académicos como productos de matrices ideológicas diferenciadas (Tobeña, 2016).

En este marco, entendemos que el aporte de Bourdieu, especialmente la obra Las Reglas del Arte, constituye un insumo central desde la sociología para pensar el rol de los intelectuales y el espacio en que estos desenvuelven dentro de un campo. Como lo ha señalado Martínez (2007), se torna imprescindible la utilización de conceptos de Bourdieu, que resultan abiertos a nuevos empleos, para realizar interpretaciones y explicaciones en diferentes contextos sociotemporales, como el propuesto en este trabajo. Si bien en dicha obra Bourdieu hace un profuso análisis sociohistórico del campo literario y artístico,[3] las herramientas teóricas formuladas y aplicadas allí se presentan como un insumo importante (Bourdieu, 1992). Especialmente su teoría de los campos, entendidos como espacios sociales estructurados de posiciones donde los individuos producen y disputan capitales simbólicos, caracterizados por una lógica antieconómica.

También creemos que, como lo hizo ver en su estudio De Diego (2003), es posible generar un equilibrio entre no caer en una pretendida neutralidad descomprometida, ni en una subjetividad nula para la investigación científica. En este sentido, De Diego enfatiza el cuidado en el uso de la persona gramatical y su relación con la objetividad, como del uso de subjetivemas y adjetivaciones en la escritura. Por otro lado, el autor, quien también retomara la teoría de campos de Bourdieu y Williams, también planteó la necesidad de reconocer que existen, en el espacio de la investigación como entre intelectuales y la coyuntura histórica, grupos dominantes que cercioran a través de la hegemonía. Pero también, en ese universo, pueden distinguirse grupos residuales y emergentes que pujan por nuevos significados, valores y prácticas en un campo intelectual ya consolidado (De Diego, 2010). Lo mencionado, se torna importante para ubicar en el contexto histórico específico las disputas libradas por Barajar, pero también en el interior de ella.

En línea con lo descripto, si asumimos como Neiburg y Plotkin (2004) que los intelectuales, en contraposición a los expertos, se caracterizarían por una formación general, que puede tener o no su correlato en la Universidad u otras instituciones de investigación, y que reclaman una autoridad en la opinión pública defendiendo un tipo de valores y sensibilidades específicas, podremos englobar a los contendientes del campo historiográfico de los que aquí nos ocupamos. Este último, entendido como ese cuerpo de actores, instituciones, prácticas profesionales y valores que en alguna medida se constituye, durante la segunda mitad del siglo XX, como una propuesta opuesta al revisionismo histórico y más ampliamente a lo político (Romero, 1996). Así, los criterios y valores que dotan de legitimidad académica y científica al campo historiográfico, otorgándole una unidad reconocible, son parte del entramado que define el saber histórico, su calidad y prácticas para llevarlo a cabo en un sentido profesional. Si el campo académico constituye una unidad reconocible, no parece suceder lo mismo con el revisionismo histórico, ya que, aunque enmarcado como su contraparte, no muestra una unidad latinoamericana ni nacional.

El caso de Barajar, puede incluso enfatizar esta idea en tanto se presenta como una publicación heredera del mencionado revisionismo, pero que con un perfil multifacético que pone más en duda dicha unidad. Como todos los campos, el campo historiográfico tiene sus propias lógicas e instituciones, como las editoriales o los agentes de gobierno, que crean espacios donde las elites del mismo se desenvuelven y ostentan legitimidad, que es dada por pares y otros participantes que ocupan posiciones subordinadas o en una menor escala (Bourdieu, 1992). La teoría de los campos, así, nos permitiría ver el desarrollo de un campo o subcampo específico desarrollado en torno a los sujetos que pretendemos observar, especialmente a partir de su órgano difusor Barajar. Además, con estas intenciones, pretendemos abordar el interrogante acerca de se trató de si los historiadores de merlo construyeron una mera escala de revisionismo nacional o si, por el contrario, fueron dotados de originalidades propias en su relato como en sus aparatos culturales.

Creo que, también, debemos prestar especial atención a las disposiciones de habitus, en tanto esquemas de acción y percepción según condiciones objetivas de existencia y trayectoria social, que serán importantes para comprender la forma de actuar de los individuos y sus tomas de posición como prácticas, elecciones, etc. De forma que esta propuesta teórica significa analizar el campo intelectual a partir de una mirada sociológica relacional estructurada a partir de agentes que ocupan posiciones específicas y tienen habitus intelectual atravesados por su universo de posibilidades (Bourdieu, 1999). En este mismo sentido, se torna importante considerar a la reflexividad, en términos de Martínez (2007), como un concepto epistemológico propio de las ciencias sociales para objetivar al sujeto de investigación y a la relación misma que esta encarna. En este sentido, la principal consignas sería evitar determinismos y cualquier tipo de violencia simbólica proveniente del sujeto de conocimiento, ya que el espacio social debe considerarse no solo una lucha de posiciones encarnizadas, sino también de puntos de vista convivientes que clasifican la realidad social Este último aspecto, nos permitirá observar la posición de cada agente dentro del campo como las instancias de consagración que permitan a los intelectuales adquirir legitimidad (Bourdieu, 1992).

Además, y como parte de esta apuesta teórica, es importante señalar que la lucha por el poder involucra, necesariamente, a la lucha por la palabra (Van Dijk, 2011). Esto se torna relevante si analizamos una propuesta periodística que, a pesar de tener una raíz histórica, se caracteriza por disputas política e intelectuales que entremezclan visiones del pasado y el presente. Los esfuerzos por analizar los proyectos editoriales no son nuevos, en los últimos años varios estudios sobre revistas y otras publicaciones periódicas vienen planteando una modernización de la historia de las ideas que excede ampliamente al ámbito nacional para alcanzar a América Latina. Así, trabajos como los de Sosnowski (1999), Crespo (2010) y Cervera Salinas y Adsuar Fernández (2015), centrados en revistas literarios, culturales y políticas, se encuentran en continuidad con el trabajo clásico sobre las revistas literarias de alcance nacional de Lafleur, Provenzano y Alonso (1968). El proceso de renovación en el análisis de las revistas, que incluye una nueva perspectiva historiográfica sobre la fuente, el abordaje de las trayectorias y entramados detrás de los proyectos culturales, ha venido teniendo un amplio desarrollo en los últimos años (Eujanian, 1999; Prislei, 2015; Delgado y Rogers, 2016; Girbal-Blacha, 2021) argumentó que las revistas constituyen una fuente histórica imprescindible para captar los cambios de mediano plazo en la esfera pública como continuidades en el ámbito político institucional.

En suma, si aceptamos como la autora que las revistas se encuentran a mitad de camino entre la inmediatez y fluidez de los periódicos y la densidad de los libros, podremos considerar que Barajar se torna en una empresa cultural e intelectual de desarrollo local propia en tanto se constituyen en la expresión de una corporación u organización puntual. Como señaló la historiadora, “se trata de un emprendimiento destinado a captar un sector de la sociedad, en tanto público consumidor de ese bien puesto en circulación” (Girbal-Blacha, 2021, p. 11). Por eso, se torna imprescindible entender que las revistas no funcionan como receptáculo de ideas aisladas, sino como verdaderas formas de intervención en la realidad contemporánea por medio de ideas que involucran a un proceso colectivo que, a su vez, plantean la posibilidad de la reconstrucción de un universo discursivo (Beigel 2003).

Por su parte, Fabre (2008) señaló que las revistas se convierten en modeladoras de su época y que, además, la escritura en sí misma es una práctica social construida que puede ser desentrañada por los historiadores o analistas sociales. Además, reconocemos que estas buscan intervenir en las disputas políticas -de alguna manera, siempre son políticas- de su tiempo con un signo de estabilidad que las convierte en un proyecto cultural propio. El mismo De Diego (2003) enfatizó el análisis de los modos de intervención, los espacios y la auto figuración de los escritores o autores en las tramas en que se encuentran inmersos. Esto, requiere no solo analizar como un orden discursivo las revistas, o la producción literaria intelectual para su caso, sino también tener en cuenta las relaciones entre el espacio sociohistórico en que se desarrollan y los aspectos culturales de su época. Esto, porque se asume que los discursos ideológicos, culturales y políticos se insertan en instituciones políticas que producen conductas y enunciados por encima del aspecto discursivos y lingüísticos, sin restarle importancia a esta dimensión. De modo que la relación entre lo material y lo simbólico también estaría atravesada por el contexto histórico, las instituciones y los actores-autores entramados en los dos primeros. Sin dudas, estas son consideraciones que debemos tener en cuenta a la hora de analizar Barajar, pero también la estructura político cultural, o campo, que la respaldó.

 

El ISAJ y Barajar: proyecto cultural propio

 

Merlo es una ciudad cabecera del partido de Buenos Aires, una localidad ubicada en la zona oeste del denominado conurbano bonaerense. Las instituciones terciarias en la localidad, aunque con escasa trayectoria, son variadas y la Universidad local, Universidad Nacional del Oeste (UNO), es una institución de reciente fundación en el año 2009, ligada a otro conjunto de Universidades identificadas con el ciclo kirchnerista. En el área de la formación histórica, esta última no cuenta con programas exclusivos, pero sí destacan el ISFD N° 29 y el ISFD N° 109, ambos públicos, y el Instituto Superior de Formación Docente Arturo Jauretche (ISAJ), de carácter privado. Todos cuentan programas de formación para profesores de Historia del nivel medio con inserción en el sistema educativo. Sin embargo, es este último el que funciona como pivote y cuna de un conjunto de historiadores afiliados genéricamente a lo que se denomina como neorevisionismo, aunque en diálogo con otras instituciones de carácter municipal o regional.

El ISAJ, la institución editora de la revista Barajar, nació en el año 2003 como una propuesta de formación docente disidente a las que ofertaban la región. Desde un principio reivindicó una postura de la historia nacional y popular de raíces sociocomunitarias y territoriales, posicionándose como una vanguardia de formación docente de historiadores contra la educación académica, consideraba elitista y excluyente (Roselli, 2003).

Aun así, la institución, como el cúmulo de historiadores que se nuclean alrededor de ella, reivindican la investigación histórica como un espacio incluyente y de práctica de cualquier egresado de su institución educativa: cualquiera puede ser investigador, sin importar las trayectorias y condiciones formales de preparación (Roselli, 2003). Su principal mentor y pivote institucional, Marco Aurelio Roselli, fundador de la institución, también dirige Ediciones Jauretche,[4] que cuenta con un amplio catálogo de trabajos históricos inscritos en el revisionismo.[5] Además, dirige las principales actividades institucionales de promoción de estudios políticos e históricos en una amplia gama de redes y de actores regionales políticos, militantes, educativos, eclesiásticos, gremiales y universitarios relacionados políticamente con el peronismo, y más puntualmente con el kirchnerismo.[6]

Por otra parte, y como parte de su faceta cultural amplia, la institución ofrece distinciones locales denominadas Premios a la Cultura Arturo Jauretche, que son otorgados hace algunos años, mediante organizaciones y eventos sociales en instituciones municipales o regionales a personalidades locales y de presencia nacional no solo de la Historia, sino también del Arte y la Cultura. Pueden mencionarse, tanto a historiadores como Galasso, Alcira Argumedo, León Pomer, Teresa Eggers Brass, como a artistas y militantes como Litto Nebbia y Estela de Carlotto, entre otros.[7] En suma, el entramado institucional que rodea al ISAJ y sus órganos, como Barajar, Premios Jauretche y Ediciones Jauretche, parecen ser más que la herencia revisionista que se embandera, por el contrario, muestra un carácter socio comunitario hibridado con la investigación histórica.

Estos historiadores merlenses, entre los que podemos mencionar como mentores a Sergio Masuco, Julio Roberto Sánchez, Maximiliano Molocznik, junto con el ya nominado Roselli,[8] comandan a otros afiliados a la institución que en menor medida participan de las actividades culturales, las compilaciones de libros y que nutren la circulación de la producción cultural que caracteriza a la institución como epicentro. Si atendemos a sus biografías, existen puntos de contacto en tanto la mayoría fue egresado de institutos terciarios en el área de Historia, son referentes de las Olimpiadas de Historia de Merlo (donde participan las escuelas de nivel secundario) y, en algunos casos se definen como revisionistas.[9] Entre otros, también caben mencionar a Karina Flores, Guillermo Rellán, Fernando Arcardini, Carlos Sinelli, Karina Flores, entre otros.[10]

Los historiadores merlenses, así, se caracterizan por un perfil de formación histórica terciaria, todos vinculados a una larga trayectoria a la educación secundaria y en algunos casos, aunque en menor medida, con trayectos de formación académica como licenciaturas en Educación o Historia. En sintonía con el perfil de los historiadores neorevisionistas y en gran medida del revisionismo histórico, presentan similitudes en tanto su formación es ajena a la histórica, o bien su trayecto es dispar en tanto no se caracterizan por la formación en investigación histórica, en casas de posgrado y de continuidad académica, como habitualmente se forman los historiadores en el campo académico argentino. Por el contrario, sus vinculaciones son más evidentes con el área de la educación secundaria, donde la mayoría desempeña funciones docentes. Pero esto a su vez dota de cierta particularidad al espacio del ISAJ y sus mentores, en tanto sus biografías presentan una trayectoria relevante en instituciones educativas y una intensa participación en eventos políticos asociados a un progresismo de izquierda de un amplio espectro peronista. La heterogeneidad del grupo le otorga una fisonomía multifacética donde conviven la participación política, educativa, neorevisionista y académica.

Barajar tuvo su aparición entre los años 2007 y 2009, contó con 12 números entre esos años repartidos de forma dispar. Por ejemplo, mientras que su primer año se compuso de solo dos números, su segundo año registró seis para luego del 2009 ser interrumpida. El director de la revista fue Roselli, su jefe de redacción fue Juan Navarro, su secretario Carlos Churio y entre sus colaboradores se cuentan a Enrique Oliva, Hugo Presman, Rellán, Flores, Sergio Scxalisse Ravizza, Juan José Aguilera, David Toloza y Molocznik, Navarro.

Los mencionados más arriba, y los aparecidos en la última oración, se caracterizan también por tener una importante participación en las instituciones de formación terciaria de la zona, y en algunos casos de la UNO, como profesores regulares o invitados, e incluso como participantes en proyectos de investigación en esas casas.[11] Algunos de estos, como venimos diciendo, cuentan con presencia en instituciones de educación media de la zona,[12] pero al margen de Molocznik, que cuenta con una trayectoria importante en publicaciones (Molocznik, 2011 y 2017), eventos culturales locales en Merlo[13] y nacionales asociados a personajes del neorevisionismo histórico, la mayoría se encuentra vinculado al ISAJ y algunos eventos culturales locales. Con respecto a la circulación de Barajar, esta fue de tirada en formato papel y digital. Además, teniendo en cuenta que era de carácter gratuito, es posible pensar que se encontró limitada a los círculos de los asociados al ISAJ como alumnos, egresados y participes de espacios militantes filiados al peronismo de orden local.

En su presentación, los editores aseguraban: “nos propusimos emprender la batalla de las ideas para reafirmar aquellos que consideramos valores sustanciales de nuestra cultural nacional y popular”.[14] De acuerdo a sus mentores, aseguran que “siempre supimos gracias a Jauretche y Scalabrini Ortiz, cómo funcionaba la máquina del prestigio al servicio de la clase dominante”.[15] Esta última afirmación, da cuenta de la construcción a una oposición a los académicos que parte de la premisa de un supuesto servicio a una clase dominante. En la misma línea, pero en un episodio misterioso y de posible conspiración, afirman que “habiendo sufrido una de sus técnicas: el silenciamiento [suponemos refiere a la llamada clase dominante], no podemos menos que enorgullecernos de los logros del Instituto Dr. Arturo Jauretche”.[16] Así, en sus manifestaciones institucionales existen referencias con opaca claridad y que generan el esfuerzo de que el lector deba adivinar a qué o a quiénes se refieren. También, por ejemplo:

 

Hoy vamos encontrando nuestro camino, en medio de cuestiones sociales que se van resolviendo y otras por solucionar. Sabemos que dentro del mundo de la cultura debemos desbrozar y trabajar sobre este terreno, debido a que el conocimiento general de las cosas nuestras aún no ha arraigado con la suficiente fuerza. Naturalmente, esta es una dura tarea a realizar, pues entre nuestra población se han consolidado, por un lado, aquellos “héroes cajabobescos” sin valores y con una importante repercusión social, por otros comportamientos nutridos de una exasperante violencia verbal, gestual y hasta física. A ello debemos añadir el culto a las nuevas formas anárquicas de comunicación oral y escrita, entre nuestros jóvenes.[17]

 

Lo que sí es más seguro, es que la editorial se posicionaba desde un punto marginal, afirmando que “la sociedad queda fuera de un necesario debate para discutir cuestiones fondo [frente a] quienes desde hace años bajo los rótulos de la libertad de mercado y empresa han apostado, con las producciones y los medios masivos de comunicación en sus manos, simplemente a lo mínimo”.[18] Con estos valores, donde se entendía que Barajar se inscribía en una lucha cultural desde la marginal, aseguraban buscar difundir el conocimiento en el pueblo “no como puros bienes de mercado, sino como productos del conocimiento para la apropiación social”.[19] Así, reivindicando diferentes publicaciones del ISAJ y sus miembros en colaboración con Galasso (2011, 2008) sobre personajes históricos celebrados y considerados excluidos de la historia oficial o académica afirman

 

que éste es el camino que debemos recorrer para alcanzar el objetivo que nos propusimos cuando iniciamos nuestras tareas con Ediciones Instituto Superior Dr. Arturo Jauretche, con Barajar y dar de nuevo y con las extensiones culturales de nuestra casa de estudios.[20]

 

Y para cerrar el espíritu institucional, los mismos reivindican la Patria Grande Latinoamericana y, por ejemplo, al entonces gobierno popular de Evo Morales (2006-2019) en Bolivia,[21] como antítesis de lo que “finalmente se consumara: la liberación definitiva de América Latina”.[22] Esto, daba cuenta del espíritu de época, de los denominados populismos de izquierda del siglo XXI, pero también de las hibridaciones complejas que estos historiadores realizaban entre el pasado identificado como bandera nacional y las proyecciones e intereses de su presente. En suma, se destaca nuevamente el perfil multifacético de la revista y los miembros del ISAJ, compuesto por una mirada de integración latinoamericana, asociación a los denominados progresismos de izquierda del siglo XXI, pero también al ya mencionado neorevisionismo en sus consignas contra la historia oficial y los personajes silenciados, como la reivindicación de la investigación histórica unida a valores de la cultura popular.

 

Los ejes de la revista: historia, política, educación, cultura, arte y más …

 

La estructura de la revista se encuentra divida en secciones referidas a los Departamentos del ISAJ: Técnico-Pedagógico, Departamento de Historia, Departamento de Geografía, de Investigación Histórica y de Capacitación Docente y Extensión Cultural. Luego, al final, se incluye un correo de lectores con noticias locales de Merlo, una sección con una cita de algún referente histórico de la institución, asociados al neorevisionismo, y otros escritos de cultura más amplia extendida a las letras y las artes. En sus tapas, figura la leyenda de una librería local, Calypso Libros, la cual cerrara en 2016,[23] el sello institucional del ISAJ, la leyenda Barajar y dar de Nuevo e imágenes referidas a las entregas de los premios Jauretche y los eventos coordinados por la institución.[24]

 

Imagen 1 Primera Plana de la Revista

 

Fuente: Barajar y dar de nuevo, Merlo, agosto de 2007, Año I, Nº 1.

 

Imagen 2 Primera Plana de la Revista

 

Fuente: Barajar y dar de nuevo, Merlo, octubre de 2007, Año I, Nº 2.

 

También, en las tapas eran frecuentes las imágenes de referentes históricos como Juan Domingo Perón, el político peronista Salvador Ferra, Raúl Scalabrini Ortiz y otros del presente como Galasso. También, acompañaban a las imágenes recientes ediciones de libros asociados al ISAJ como a su núcleo ideológico donde el ya mencionado Galasso (2011) tiene un papel principal. A su vez, se encuentran otros de la Colección del Pensamiento Nacional de Ediciones Jauretche. La publicidad de corte local era profusa: la librería merlense Calypso situada en el centro de la ciudad, encabezaba esta junto a otras que iban desde el comercio de alimentos hasta servicios de la zona, dando cuenta de las amplias articulaciones con las actividades locales. De modo que la particularidad que la dota estar situada en el conurbano yace en la articulación entre pensamiento político y actividad comunitaria, sin por eso abandonar la raíz historiográfica de sus mentores y en específico la publicación, lo que no le impedía convivir con el interés educativo y otros aspectos de la cultura.

 

Imagen 3 Barajar: publicidades locales

 

Fuente: Barajar y dar de nuevo, Merlo, septiembre de 2008, Año II, Nº 1.

 

También cabe destacar que la publicidad alcanzaba tintes políticos, además de comerciales, en tanto promocionaba a las abuelas de Plaza de Mayo, a la institución escolar anexada al instituto (Escuela Secundaria Solar de Horneros), a la Unión de Educadores de Merlo (Federación de Educadores Bonaerenses), al mismo ISAJ y la entrega de Premios que se otorgaban. En este sentido, Barajar funcionaba como un órgano difusor de la construida cultura e identidad local de los historiadores de Merlo, donde incluían un abanico amplio de disciplinas, quizás unidas por las raíces socio comunitarias o las afinidades políticas, pero que demuestra que no se trataba de una réplica de algún tipo de revisionismo enmarcado en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (y por eso, en ocasiones asumido nacional).

Por otra parte, la publicidad se encontraba en la parte inferior de todas y cada una de las páginas de los números, incluyendo portadas y contraportadas. Por algún motivo la librería Calypso siempre encabezaba los números, pero, no obstante, también, se logró incluir en portadas completas publicidad del Ministerio de Salud, de Educación, del Interior, de Trabajo, Empleo y Seguridad Social, en torno a diferentes cuestiones que demostraban una actitud propagandística, y quizás, de apoyo político al gobierno de la Nación.[25] Nuevamente, la articulación Nación-localidad aparece en el espacio propagandístico, articulado a su vez con las afinidades neorevisionistas y políticas más amplias.

 

Imagen 4 Barajar: publicidad nacional

 

 

Fuente: Barajar y dar de nuevo, Merlo, julio de 2008, Año II, Nº 3, p. 15.

 

Imagen 5 Barajar: publicidad nacional

 

 

Fuente: Barajar y dar de nuevo, Merlo, marzo de 2009, Año III, Nº 1, p. 11.

 

Además, en sus páginas también se promocionaban las ediciones del mismo instituto, generalmente libros de autores consagrados en la concepción revisionista o local-merlense de la Historia. Esto, a su vez, tenía cierta línea de correspondencia con la sección “Los Malditos”, que se situaba al final de los números y la caracterizaba un conjunto de notas sobre personalidades políticas consideradas relevantes. Eso, podía tratarse de entrevistas a militantes de la Historia argentina reciente, inscriptos en un amplio arco de izquierda progresista,[26] o bien notas sobre personajes históricos de etapas recientes.

Por ejemplo, en estas secciones escribían personajes locales, pero así también historiadores de impacto nacional, como Norberto Galasso,[27] y los personajes elegidos podían ir de John William Cooke, Alicia Aranguren, Abdala Germán, entre otros. La sección, buscaba historiar a “hombres y mujeres excluidos de la historia oficial de los argentinos” [28] y, en la mayoría de los casos, reivindicaba la trayectoria militante de raíz peronista con la que estos habían estado vinculados en un amplio mundo social que iba desde organizaciones guerrilleras, sindicalismo y acción social, exhibiendo una visión peronista homogénea y de gran alcance. Sin embargo, esto no era excluyente, también se reivindicaban personajes regionales, de influencia en una cultura sudamericana nacional como Carlos Mariátegui y otros menos renombrados, como Alberto Merthol Ferré, propios de la identificación latinoamericana que se mostraba. En definitiva, esta sección se mantuvo a lo largo de todos los números de la revista y, además, parece haber sido fruto de la edición en el año 2005 que llevaba el mismo título que la sección anterior. Además, editaba por Galasso, contenía un sinfín de artículos cortos sobre personajes seleccionados donde participaban varios docentes del ISAJ (Galasso, 2005).

Las publicaciones del Departamento Técnico Pedagógico, por su parte, difundían contenidos sobre la enseñanza de la Historia. Por ejemplo, los artículos discutían la enseñanza de la historia patria parcialmente desde sucesos bélicos reivindicando la cultura amerindia y la Patria Grande contra la “devastadora globalización que beneficia a los imperialismos”.[29] Aunque no era lo único, también preocupaba a esta sección de la revista cuestiones más generales que incumbían al sistema educativo como la relación educación trabajo, la alimentación como función escolar, entre otras.

Esta sección, enlazaba con otra que se denominaba del Departamento de Capacitación Docente y Extensión Cultural, donde se promocionaban eventos que involucraban el ISAJ como la inauguración de su sello editorial 2005, la ya mencionada entrega de los premios Jauretche y conversatorios y seminarios de personajes invitados o asociados al ISAJ que, incluso, provenían de un ámbito internacional.[30] Sin embargo, la sección educativa no fue estable, pues en el número 2 del año 2008 dejó de aparecer, no así la de capacitación docente, pues esta era, como hemos visto, un poderoso órgano difusor de las ideas, proyectos y eventos político ideológicos que buscaba promover el instituto. Pero también, era muestra de que Barajar y el ISAJ, no pueden enmarcarse en el binarismo entre lo académico y lo revisionista, en tanto, sus secciones despliegan diferentes intereses que van, no solo de la investigación histórica propiamente dicha, desde la enseñanza de la historia hasta la cultura local.

Este punto debe ser remarcado, en tanto, a lo largo de los números aparecieron otras secciones, que no siempre atravesaron hasta el final las páginas de Barajar. Por ejemplo, los números iniciaron, además de lo mencionado hasta aquí, con secciones del departamento de geografía, una de comentario de libros y un correo de lectores. Se sumaron, a lo largo de los números una columna de opinión, sección de entrevistas e incluso una sección de teoría literaria. Estas últimas, sin embargo, no llegaron al final de la revista, apareciendo en unos pocos números y mostrando, quizás, cierta búsqueda heterogeneidad en torno a las ideas centrales del instituto. El correo de lectores se componía de individuos locales, de Merlo, Moreno y Morón (municipios adyacentes), que buscaban responder a algún artículo específico de la revista o, en la mayoría de los casos, reivindicaban la “iniciativa recuperadora de la cultura nacional y popular de nuestro país”.[31] Las notas de la sección del departamento de geografía, que no aparecieron en todos los números, abarcaron, por su parte, una amplitud de temas enorme que fueron desde el medio ambiente con una visión reivindicativa del Sur global hasta los conflictos geopolíticos continentales aunque, quizás, compartieron una mirada política  antiimperialista contraria a las potencias mundiales.[32]

Por su parte, la sección de teoría literaria, que tuvo cierta regularidad en comparación a otras mencionadas, como la sección entrevistas, se caracterizó por reproducir escritos de personajes relevantes para la construcción cultural nacional que se profesaba,[33] la cultura popular, la poesía y la reivindicación latinoamericana,[34] e incluso, poesía de docentes y personalidades militantes locales de corte sentimental-personal.[35] Quizás los comentarios y secciones de libros fueron, junto a una de Cine, más amplios en su naturaleza histórica y cultural. Estos, abarcaban obras referidas a la historia mundial en temas referidos a los conflictos europeos del siglo XVII, a las guerras mundiales, la revolución industrial.[36] Así puede verse, una vez más, cómo convivían múltiples perfiles en Barajar, que se encontraba constituido una red articulada de literatura, poesía, geografía, educación e historia de proyección comunitaria sin por eso, abandonar su composición histórica principal, que abarcada una amplia gama temática de recortes temporales.[37]

La sección que más espacio ocupó en las páginas de Barajar y que sí se mantuvo desde principio a fin fue, naturalmente, la referida al departamento de Historia e Investigación histórica. Esta, aunque en general seguía manteniendo una línea afín a la institución, tenía un carácter por demás heterogéneo. Se trataban amplísimos temas referidos a la Historia, desde la historia de la medicina, de los juegos, de la literatura hasta, la ya clásica, de personajes del pensamiento nacional sobreexplotados de los siglos XIX y XX (Artigas, Facundo Quiroga, Peñaloza, Hernández Arregui, Jauretche, Scalabrini Ortiz, Aníbal Ponce, Rodolfo Kusch, entre otros.).[38]

Sobre el tratamiento de estos últimos, si bien reflejaban la reivindicación de los pensadores ligados a la historia nacional con sentido revisionista y neorevisionista, también funcionaban como parte del entramado cultural del ISAJ y Barajar al asociarlos a los temas de interés local insertando frases potentes o sus imágenes en la producción editorial. Sus páginas tambipen eran nutridas por personajes contemporáneos del revisionismo como Pacho O´Donnell y Galasso, entre otros, hasta docentes, estudiantes y sujetos militantes de la región. Pero, sin dudas, esta era comandada por los mentores del instituto Marco A. Roselli, Molocznik y Claudio Robustelli. Los temas eran tan amplios, que resulta difícil trazar una línea de continuidad a lo largo de la revista, lo que es lógico dado su compleja red de articulación. Sin embargo, a los fines de esta presentación, apostamos a retener el eje histórico que se enlazaba de acuerdo a los principios de la institución, que, si bien no era el único de la sección histórica, si creemos que era el mayoritario o más relevante.

Por ejemplo, los temas abordados a la Historia mundial mantenían una clara línea antiimperialista en tanto se sostenía en 2008, por ejemplo, que “la grave crisis mundial sigue agudizándose en la garra de los buitres de la especulación la base de ese poder destructor está en la Bolsa de Nueva York manejada por la mafia financiera”,[39] aunque esta no era la temática predominante de la revista.[40] Si, por el contrario, las cuestiones más abordadas se encontraban enmarcadas en temas de la Historia reciente o bien, que tenían algún tipo de impacto en la vida, consciencia e ideología de carácter nacional. Por ejemplo, sobre la alianza Perón Montoneros en los años sesenta, donde David Toloza se pregunta si el líder justicialista era un revolucionario o no, si Montoneros habría realizado una lectura errada de las intenciones de este, entre otras cuestiones.[41]

En este mismo sentido, también eran comunes los interrogantes en torno a la democracia y la última dictadura militar, en un tono crítica hacia esta, como de benevolencia a las buenas intenciones incumplidas de la postdictadura.[42] La revisión histórica de personajes ya mencionados se extendió a diferentes intelectuales y militantes vinculados al marxismo del siglo XX, aunque siempre tratando de reivindicar la tradicional nacional. Por ejemplo, del sociólogo Antonio Gramsci, se destacaba que, a pesar de haber sido un importante pensador, le quedó pendiente el planteo de una de las tareas más importantes hasta hoy al marxismo: pensar la cuestión nacional”.[43] Ernesto Guevara, por su parte, aparecía en esta línea sesentista revolucionaria que buscaba conciliar con un gran peronismo del siglo XXI en temas como la planificación económica, los valores del trabajo y moralidad.[44] Este parece ser otro síntoma de las originalidades de los promotores de Barajar y sus historiadores merlenses, quienes a pesar de reivindicar elementos clásicos del revisionismo y consignas políticas del neorevisionismo, también construida interpretaciones propias en torno a la historia.

Otros sucesos, que en la misma línea buscaban reivindicar a sectores populares y a la cultura nacional, fueron tratados. Por ejemplo, sobre el Cordobazo de 1969 se decía que “los sectores populares de entonces iban más allá de los hechos concretos del trabajo, tenían una consciencia transformadora a nivel nacional y latinoamericano”.[45] A su vez, la historia del siglo XIX también era relevante en torno a la reivindicación de personajes como Peñaloza en los escritos de Hernández, de quien se consideraba que las facultades argentinas  “cometían un delito de falsificación histórica  al tratar de reducir a José Hernández como autor del Martin Fierro”.[46] Incluso, esta línea de abordajes fue más atrás en la historia, al punto de generar un enganche con las culturas aborígenes latinoamericanas, de las que Molocznik reivindicaba al “sujeto social indígena” frente a la irrupción capitalista en Latinoamérica y sus lógicas de mercado en el siglo XVI.[47]

En definitiva, aunque la línea general de la revista en sus secciones de historia continuaba la tradición revisionista de “trabajar para hacer realidad nuestros anhelos para prepararnos a una nueva epopeya nacional, digna de la herencia de la generación de los argentinos que hace 200 años fundó la Nación”,[48] aglutinó algunos puntos relevantes que podríamos decir la dotaban de cierta originalidad regional y local. A continuación, realizaremos un recuento de estas en función de lo hasta aquí relevado.

 

Reflexiones finales

 

Hemos visto cómo, la revista Barajar puede interpretarse como una publicación heterogénea de hibridación histórica y de política cultural. Es decir, su propuesta editorial, anexada al impulso del ISAJ en la zona de Merlo y alrededores, planteaba la reivindicación de la historiografía revisionista, reteniendo a través de varios canales culturales (seminarios, compilaciones, entrega de reconocimientos, etc.) relaciones con los exponentes de esa corriente a nivel nacional. Sin embargo, mientras reivindicaba su perfil revisionista, o neorevisionista, desplegaba otras facetas como la vecinal, educativa y cultural amplia, que daban cuenta de la proyección cultural y la identidad del ISAJ.

También, en menor medida, la publicidad local da cuenta de su búsqueda de fronteras culturales hacia otras zonas comerciales de pequeñas escalas, donde se buscaba presentar y reivindicar actividades zonales. Además, en este mismo sentido, también formaba parte de las estrategias abrir espacios al gobierno nacional, y propagandear sus publicidades, dirigiendo los esfuerzos a expandir su visión política y cultural. Creemos que esto servía, de alguna forma, como componente legitimador de la propuesta del ISAJ y su órgano difusor Barajar, en tanto ayudaba a generar redes de difusión institucional. En sume, se puede dar cuenta de cómo Barajar resulta una publicación difícil de encasillar, en tanto si bien su perfil sería, atendiendo a la lógica del ISAJ, historiográfico; puede verse que en verdad no devenía en revista especializada, sino que por el contrario sus ambiciones eran más grandes.

Quizás Barajar y el ISAJ vieron una estrategia en desplegar un abanico amplio de propuestas temáticas en sus páginas. Pedagogía, cine, literatura, geografía, educación y, fundamentalmente, historia, fueron algunas de sus apuestas por integrar a un amplio abanico de sujetos locales ligados a la docencia en el nivel medio y la militancia local. También hemos podido observar que al ser tan ambiciosa la propuesta de la revista, la invadió la inestabilidad en sus secciones, que se integraban o desaparecían espontáneamente. No obstante, podría tratarse de un dinamismo que se encontraba siempre en búsqueda de innovar generando propuestas culturales de base histórica y política en diferentes espacios de la cultura, constituyendo, por eso, una revista multisectorial y heterogénea.

En este cuadro, el papel de la Historia fue imprescindible, no solo por la naturaleza del ISAJ, sino porque esta significaba el vínculo fundamental del campo con la historiografía revisionista nacional. Esta no podía desaparecer de sus páginas, que fueron caracterizadas por debates que adherían a las grandes líneas del revisionismo histórico, pues constituían la base del ISAJ y sus impulsores. Sin embargo, esto último implicó apostar a las reivindicaciones clásicas de la historia revisionista (especialmente de la filiada al peronismo) como los debates biográficos, la discusión en torno a panteones, entre otras. Pero así y todo creemos que lo importante sería resaltar que los historiadores de Merlo han buscado, y aún lo hacen, la construcción de una identidad cultural propia que, aunque revisionista, busca ser regional-merlense.

 

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Recibido: 03/08/2021

Evaluado: 31/10/2021

Versión Final: 20/11/2021

 

 



(*) Licenciado en Historia (Universidad Nacional de Luján). Maestrando en Historia Contemporánea (Universidad Nacional de General Sarmiento, UNGS). Doctorando en Ciencias Sociales (UNGS), Funcionario de la Dirección General de Cultura y Educación (Provincia de Buenos Aires) Argentina. E-mail: ignacio.a.rossi@gmail.com ORCID: https://orcid.org/0000-0003-3870-1630

[1] El autor agradece a los evaluadores anónimos, quienes han aportado enriquecedoras observaciones demostrando un alto nivel de compromiso en la formación de los investigadores emergentes, con la actividad científico académica y la producción social del conocimiento.

[2] Cabe la aclaración dado que, al tratarse algunos sujetos con impacto público en los medios masivos de comunicación, podrían ser identificados con filiaciones específicas de la coyuntura argentina totalmente opuestas. Al margen de esto, lo que aquí se enfatiza es su relación con el proceso de debate público de la Historia como de su relación con la producción de esta naturaleza.

[3] También puede consultarse un análisis análogo sobre la estructura y el funcionamiento del campo científico en Bourdieu, 1994.

[4] Entrevista a Marco Aurelio Roselli. Merlo Ahora. Merlo, 4/3/2020. Recuperado de https://merloahora.com.ar/por-la-batalla-cultural-entrevista-al-licenciado-marco-roselli/

[5] Al respecto, pueden consultarse las ediciones Jauretche (Ediciones ISAJ) en Instituto Superior Dr. Arturo Jauretche o en librerías comerciales de alcance zonal.

[6] Por ejemplo, el reciente libro lanzado por la editorial de la UNAJ, El padre Ángel. Una vida al servicio del pueblo de Dios, en el que participaron como compiladores Julio Roberto Sánchez, Carlos Sinelli y Sergio Masuco (2020), cuenta con la participación de la Diócesis Merlo Moreno y el apoyo activista de sus Curas locales. Por otra parte, se promueven charlas, presentaciones y libros en sedes gremiales locales, sindicatos peronistas, universidades afines al llamado ciclo kirchnerista como la UNO y en el municipio, los historiadores vinculados al ISAJ, tienen una profusa participación en las Olimpiadas de Historia de Merlo. Para tales cosas, consultar: Merlo. Buenos Aires. 3/10/2017. Olimpiadas de Historia en Merlo. Recuperado de https://shortest.link/iOY y NMP Noticias Marcos Paz. 14/7/2019) Olimpiadas de Historia en Marcos Paz. Facebook. Recuperado de https://shortest.link/iO- ; La Ciudad Diario. 15/2/2021. Ciclo de pensamiento nacional en Ituzaingó. Recuperado de https://shortest.link/iP5 y El Blog de Eduardo Nocera. Recuperado de https://shortest.link/iP7; Sindical Federal. 17/5/2021. Galasso presenta su libro “Las profecías de Arturo Jauretche”. Recuperado de https://shortest.link/iP8

[7] Consultar, por ejemplo, Premios Arturo Jauretche. Página 12. Buenos Aires, 2/7/2021. Recuperado de https://www.pagina12.com.ar/231079-premios-arturo-jauretche

[8] Instituto Superior Dr. Arturo Jauretche. Autoridades. Manuscrito institucional, Merlo, Buenos Aires.

[9] Su participación en estos espacios es divulgada a través de los medios locales de Merlo, las cuentas de Facebook personales y otras redes locales.

[10] Por ejemplo, puede verse su participación en el libro compilado por Roselli (2016) que cuenta con una veintena de autores que presentaron artículos cortos, algunos de renombre en el revisionismo como Manson, y otros de presencia local como los que venimos mencionando.

[11] Por ejemplo, David Toloza y Fernando Arcardini a la fecha son docentes regulares del ISFD N 29, mientras que otros mencionados formaron o forman parte del cuerpo regular de docentes del ISAJ.

[12] Sus trayectorias, como las de otros mencionados, pueden ser consultadas en el sitio oficial de la Dirección General de Cultura y Educación de Buenos Aires, ingresando a la sección servicios y al buscador con el nombre y apellido de los mismos. Recuperado de http://www.abc.gov.ar/

[13] Merlo. Buenos Aires. Merlo, 24/4/2017. Presentación del nuevo libro de Maximiliano Molocznik. Recuperado de https://shortest.link/iOG y Diario Chaco. 20/7/2013. Maximiliano Molocznik disertará sobre la ontología de la cultura.  Recuperado de https://shortest.link/iOH

[14] Roselli, M. A. (agosto 2007). Editorial. Barajar y dar de nuevo. Merlo, Año I, Nº 1.

[15] Roselli, M. A. (agosto 2007). Editorial. Barajar y dar de nuevo. Merlo, Año I, Nº 1.

[16] Roselli, M. A. (agosto 2007). Editorial. Barajar y dar de nuevo. Merlo, Año I, Nº 1.

[17] Roselli, M. A. (agosto 2007). Editorial. Barajar y dar de nuevo. Merlo, Año I, Nº 1.

[18] Roselli, M. A. (agosto 2007). Editorial. Barajar y dar de nuevo. Merlo, Año I, Nº 1.

[19] Roselli, M. A. (agosto 2007). Editorial. Barajar y dar de nuevo. Merlo, Año I, Nº 1.

[20] Roselli, M. A. (agosto 2007). Editorial. Barajar y dar de nuevo. Merlo, Año I, Nº 1.

[21] Inferimos, aunque no se aclara en el manuscrito, que refiere a los episodios de desestabilización institucional sucedidos en Bolivia en el año 2008 entre el entonces gobierno nacional conducidos por el Movimiento al Socialismo (MAS) y las prefecturas de la región conocida como Media Luna (Santa Cruz, Tarija, Beni y Pando) contra un proyecto constitucional que proponía el oficialismo en aquel entonces.

[22] Roselli, M. A. (agosto 2007). Editorial. Barajar y dar de nuevo. Merlo, Año I, Nº 1.

[23] Merlo Ahora. Merlo, 20/6/2016. Cierra la librería Calypso. Recuperado de https://n9.cl/bzd9

[24] Barajar y dar de nuevo. Merlo, 7/8/2007. Año I, Nº 2; Barajar y dar de nuevo. Merlo, 10/10/2007, Año I, Nº 2; Barajar y dar de nuevo. Merlo, 11/11/2008, Año II, Nº 6.

[25] Ver, por ejemplo, Barajar y dar de nuevo, Merlo, 17/3/2007, Año 1, Nº 2 y 15/4/2008, Año 2, Nº 3.

[26] Barajar y dar de nuevo. Merlo, 11/8/2008, Año II, Nº 6, p. 12.

[27] Barajar y dar de nuevo. Merlo, 56/9/2008, Año II, Nº 5, p. 12.

[28] Barajar y dar de nuevo. Merlo, 6/6/2007, Año I, Nº 1, p. 16.

[29] Godoy, P. 6/6/2007. ¿Cómo se enseña Historia en Chile? ¿Cómo debe enseñarse? Barajar y dar de nuevo, Merlo, Año I, Nº 1, p. 5.

[30] En el año 2009 se invitó a dictar un seminario entonces titulado Hacia un cambio paradigmático en las ciencias sociales al entonces embajador de Uruguay Edmundo Vera Manzo. También, eran convocados militantes e investigadores del ámbito regional como, por ejemplo, la socióloga Carla Wainsztok y el adalid Galasso.

[31] Barajar y dar de nuevo. Merlo, 11/7/2007, Año I, Nº 2, p. 8.

[32] Ver, por ejemplo, Barajar y dar de nuevo. Merlo, 26/32007, Año I, Nº 2, p. 11 y Barajar y dar de nuevo. Merlo, 14/8/2008, Año II, Nº 5, p. 12.

[33] Biterbo Beatriz Elena (diciembre de 2008) La naturaleza y el hombre en el Facundo. Barajar y dar de nuevo, Merlo, Año II, Nº 2, p. 10.

[34] Maturo, Graciela. 14/8/2008. Cultura popular y razón poética. Barajar y dar de nuevo, Merlo, Año II, Nº 4, pp. 18-19.

[35] Barajar y dar de nuevo. Merlo, 4/6/2009, Año III, Nº 9, p. 3.

[36] Barajar y dar de nuevo. Merlo, 21/10/2008, Año II, Nº 3, p. 14.

[37] En este sentido, también inscribo la participación del reconocido historiador argentino de la etapa moderna Rogelio Paredes. El investigador de la Universidad de Buenos Aires (UBA) y docente de esa casa como de la Universidad Nacional de Luján (UNLu) participaba con la institución en el dictado de seminarios y otras actividades, aunque, en temáticas específicas, generalmente de su especialidad (Ver Barajar y dar de nuevo. Merlo, 14/72007. Año I, Nº 1, p. 10). Sostengo, en gran medida, que la participación de personajes vinculados a la investigación científica y académica en la institución, que claramente era marginal dada la predica anti academicista del ISAJ y de varios de sus mentores (por ejemplo, se puede referir también al historiador de la Universidad Nacional de la Plata (UNLP) Claudio Panella), se encontraba correlacionada con que no se ponían en tensión los baluartes del instituto. Es decir, o bien esto puede replicarse en la distancia temática y temporal de raíz histórica de los abordajes o bien en algún tipo de relación personal que el mismo Paredes habría mantenido con algunos de los sujetos nucleados en el ISAJ. Al fin de cuentas, a Paredes no parecía preocuparle si la historiografía profesada era revisionista y/o antiacadémica, lo que quizás resulta lógico siendo un historiador modernista.

[38] Barajar y dar de nuevo. Merlo, 3/28/2007, Año I, Nº 1, pp. 6-7.

[39] Oliva, E. 2/6/2008. Crisis mundial sin salida a la vista. Barajar y dar de nuevo, Merlo, Año II, Nº 6, p. 3.

[40] Ver, por ejemplo, Barajar y dar de nuevo. 11/11/2009, Año III, Nº 13, p. 6.

[41] Toloza, D. 11/6/2008. Montoneros-Perón. De la alianza táctica al enfrentamiento de proyectos. Barajar y dar de nuevo, Merlo, Año II, Nº 6, p. 3-4.

[42] O´Donnell, P. 3/16/2008. Regreso a la democracia. Barajar y dar de nuevo, Merlo, Año II, Nº 7, p. 3.

[43] Molocznik, M. 19/5/2007. Gramsci en Argentina. Barajar y dar de nuevo, Merlo, Año I, Nº 2, p. 12.

[44] Molocznik, M. 4/9/2009. Ernesto Guevara como patriota latinoamericano y teórico de la revolución. Barajar y dar de nuevo, Merlo, Año III, Nº 3, p. 7.

[45] Castillo, P. 2/5/2009. 25 de mayo de 1969: a cuatro décadas del Cordobazo. Barajar yd ar de nuevo, Merlo, Año III, Nº 11, p. 6.

[46] Frade, C. 11/4/2009. José Hernández y el asesinato de Peñaloza. Barajar y dar de nuevo, Merlo, Año III, Nº 9, p. 3.

[47] Las rebeliones andinas y su relación con Tobas y Wichis, insurrectos con Tupa Amaru. Entrevista realizada a Maximiliano Molocznik en julio de 2009 y publicada en Barajar y dar de nuevo. Merlo, 6/5/2009, Año III, Nº 13, p. 3.

[48] Jauretche, E. 23/12/2008. Conceptos fundamentales para la celebración de la década bicentenaria 2006-2016. Por un bicentenario federal. Barajar y dar de nuevo. Merlo, 12/8/2008, Año II, Nº 4, p. 5.