La Confederación General de los Trabajadores y la cultura física entre 1946 y 1955. Tensiones, negociaciones y alianzas con el gobierno peronista

 

 

Iván Pablo Orbuch(*)

 

 

Resumen

 

En Argentina, a mediados del siglo pasado, la cultura física fue impulsada fuertemente desde el gobierno dirigido por Juan Domingo Perón. En efecto, esta arista fue considerada como un aspecto relevante de la cultura a la cual podían aspirar todos los ciudadanos del país sudamericano. En ese sentido, cobró relevancia el accionar de un aliado clave del gobierno como lo fue la Confederación General de los Trabajadores. A lo largo del presente trabajo indagaré en el espacio obtenido por la central sindical para difundir la cultura física entre los millones de trabajadores. Lo haré a través de dos momentos puntuales como lo fueron los años 1948 y 1953. Por un lado, la fallida incorporación de la CGT a un nuevo órgano gubernamental destinado a regular la cultura física, y por el otro, la proliferación de eventos fomentados por la confederación sindical. Ambos episodios demostrarán la heterogeneidad del gobierno peronista.

 

Palabras clave: Argentina; Peronismo; CGT; Cultura física.

 

 

 

The Confederación General de los Trabajadores and physical culture between 1946 and 1955. Tensions, negotiations and alliances with the Peronist government

 

Abstract

 

In Argentina, in the middle of the last century, physical culture was strongly promoted by the government led by Juan Domingo Perón. Indeed, this edge was considered a relevant aspect of the culture to which all citizens of the South American country could aspire. In this sense, the actions of a key ally of the government such as the Confederación General de los Trabajadores became relevant. Throughout this work I will investigate the space obtained by the trade union center to spread physical culture among the millions of workers. I will do it through two specific moments such as the years 1948 and 1953. On the one hand, the failed incorporation of the CGT into a new government body designed to regulate physical culture, and on the other, the proliferation of events promoted by the trade union confederation. Both episodes will demonstrate the heterogeneity of the Peronist government.

 

Keywords: Argentina; Peronism; CGT; Physical Culture.

 


 

 

La Confederación General de los Trabajadores y la cultura física entre 1946 y 1955. Tensiones, negociaciones y alianzas con el gobierno peronista

 

Introducción

 

En Argentina, entre 1946 y 1955, la Confederación General de los Trabajadores (CGT desde aquí) llevó a cabo un ambicioso proyecto cultural para elevar el bienestar de sus millones de afiliados, en sintonía con la situación sociopolítica nacional (Torre y Pastoriza, 2002). Dentro del citado plan tuvo un protagónico lugar el desarrollo y fomento de la cultura física. Cabe señalar que a mediados de la centuria pasada esta fue entendida como un heterogéneo y transnacional universo que se encontró conformado por diversas prácticas corporales como variedad de gimnasias, deportes, scoutismo, Educación Física escolar, bailes, danzas y ejercicios militares, entre otros (Scharagrodsky, 2021).

Dentro de todas las actividades corporales citadas, la Educación Física fue la más relevante de ellas y la más utilizada en las fuentes. Si bien puede definirse a la Educación Física como la asignatura escolar (Galak, 2012), lo cierto es que en las fuentes vinculadas con la CGT se la asocia con las actividades deportivas en general realizadas por personas de cualquier edad, por lo que entiendo relevante señalar esta distinción.

A tono con las políticas implementadas en la materia por el gobierno peronista, la cultura física fue asimilada como un aspecto nodal de la cultura general que todo individuo debía poseer. En esa dirección, en el Segundo Plan Quinquenal puede leerse que la cultura física se encontraba en la selección realizada por los funcionarios encargados de la planificación estatal en un plano de igualdad con la cultura literaria, la cultura científica, la cultura artística, la cultura tradicional, la cultura histórica, la cultura cívica y el resguardo del patrimonio cultural (Segundo Plan Quinquenal, 1953). Todas ellas dotadas hasta ese momento de mayor prestigio social.

Cabe mencionar que dentro de las actividades desplegadas por la CGT en el ámbito cultural pueden citarse la creación de un conjunto de teatro vocacional y la existencia de un coro musical. Ambas actividades tuvieron un impulso relevante por parte de la central sindical existiendo destacadas actuaciones a lo largo y ancho del país por parte de los grupos artísticos. Asimismo, en el plano vinculado a la cultura física se llevaron adelante torneos inter sindicales de numerosos deportes, se construyó infraestructura, deportistas obreros como Arturo Merlo batieron récords nacionales y mundiales, y se crearon departamentos deportivos al interior de cada uno de los sindicatos.

En el caso de la presente investigación, las fuentes utilizadas serán documentos oficiales, así como el periódico que editaba la central sindical llamado CGT. Periódico de la Confederación General del Trabajo de la República Argentina. Es menester señalar que este medio de comunicación, al que no hay que confundir con el diario La Prensa luego de su expropiación por parte del gobierno peronista en el año 1951, es una fuente inexplorada que se encuentra disponible en la biblioteca de la central sindical a la que pude acceder luego de años de búsqueda. Las recurrentes internas entre distintas facciones dentro de la CGT dejaron en un segundo plano las búsquedas que los investigadores podíamos realizar en su frondosa biblioteca. Estas cuestiones condensan las históricas dificultades para acceder a la información sobre los tiempos peronistas del pasado, así como del presente expuestas en la carencia de una política archivística y de preservación de la memoria nacional.

En virtud de lo expuesto, la presente investigación estará dividida en dos apartados. El primero de ellos realizará un abordaje del intento de la CGT por formar parte del Consejo Nacional de Educación Física en el año 1948. El segundo contrastará ese infructuoso ensayo con la proliferación de actividades desplegadas por la central de trabajadores argentinos en lo atinente a la difusión de los deportes en el año 1953. Esta divergencia permitirá abonar a la idea de heterogeneidad presente en el peronismo gobernante, tanto en su elenco de funcionarios como en su relación con la central sindical, lo cual rompe con la extendida idea de un gobierno monolítico y de una central que acata acríticamente las disposiciones del líder del movimiento (Rein, 1998).

 

 

La CGT y su fallido intento por integrar el Consejo Nacional de Educación Física

 

Entre 1946 y 1955 las políticas públicas comenzaron a incursionar en el plano cultural con un proyecto que en la mayor parte de las ocasiones interpeló a los sectores populares y obreros (Leonardi, 2018). La CGT fue la encargada de llevar a cabo los principales lineamientos en materia cultural y quien articuló las estrategias diseñadas por el gobierno nacional. Empero, en el plano de la cultura física, esto no se dio del mismo modo a lo largo de la gestión peronista. En efecto, estos dos momentos me servirán para mostrar un contraste entre, por un lado, los pedidos de incorporación de la central sindical al consejo directivo del Consejo Nacional de Educación Física en el año 1948 y, por el otro, la gran cantidad de actividades vinculadas a la cultura física en el año 1953 organizadas por la CGT.

Vale la pena mencionar que la fundación de numerosos entes gubernamentales destinados a regular y dirigir la cultura física fue la norma tanto en los años previos al ascenso del peronismo a instancias de poder, como en los prolegómenos de su gobierno. En efecto, desde principios del siglo XX se crearon organismos gubernamentales con el propósito de nacionalizar e institucionalizar la cultura física. Dos de ellos fueron la Dirección General de Tiro y Gimnasia, que desde el año 1905 dependía del Ejército, y la Dirección General de Educación Física y Cultura creada por Manuel Fresco el 21 de julio de 1936 en la provincia de Buenos Aires. En 1946, apenas había asumido Juan Domingo Perón la presidencia, la necesidad de crear un organismo público que regulara la cultura física argentina fue un tema presente en la discusión pública (Orbuch, 2020). De hecho, las discrepancias al interior del gobierno peronista se hicieron evidentes en los primeros meses de mandato. Durante ese lapso se impulsaron tres disposiciones legislativas que buscaron fomentar y reglamentar la cultura física en la población en general y, en particular, en el sistema educativo. La primera de ellas fue el intento de creación de la Dirección Nacional de Educación Física. El 26 de septiembre de 1946, el Senador Nacional Diego Luis Molinari, presentó un proyecto de Ley proponiendo su creación bajo la órbita del Ministerio de Guerra. Un mes después se intentó crear el Consejo Nacional de Educación Física y Medicina del Deporte en dependencia de la Secretaría de Salud Pública. Por último, se buscó erigir el Consejo Nacional de Educación Física bajo la dependencia del Ministerio de Guerra. Esta iniciativa fue presentada al Congreso Nacional el 5 de febrero de 1947. Ante la falta de acuerdo, Perón zanjó la discusión mediante un decreto optando por esta propuesta, que a su vez recogía iniciativas de la primera de ellas como el rol prominente de los militares en el organismo.

La composición del Consejo Nacional de Educación Física constituyó a todas luces un síntoma de las pujas de poder subterráneas alrededor de los sentidos respecto a qué era la cultura física y el modo en que debía instrumentarse en el gobierno peronista. Esto quedó demostrado en la composición del Consejo Asesor que estaba integrado por representantes de los ministerios de Guerra, Marina, Interior, Hacienda y Justicia e Instrucción Pública, así como por las secretarías de diversos ministerios como el de Aeronáutica, Industria, Comercio, Trabajo y Previsión, y Salud. También componían ese órgano colegiado el Consejo Nacional de Educación y la Confederación Argentina de Deportes (Decreto N°34817, 1947). Se trataba de numerosos ministerios y reparticiones gubernamentales lo que da la pauta de la relevancia de la cultura física en los planes de gestión.

Cabe subrayar que en el Consejo Nacional de Educación Física existió una ausencia significativa como la de la CGT, un aliado clave del gobierno peronista, quien se manifestó en inquietud con dicha omisión ya que consideraba natural poder ser parte de la planificación de las políticas públicas en materia de cultura física poblacional. Esta perplejidad fue plasmada en un documento llamado La Confederación General de Trabajadores formula observaciones al proyecto de creación del Consejo Nacional de Educación Física del 22 de octubre de 1948. En el mismo, la CGT formuló argumentaciones de los motivos que demostraban que su presencia en el novel organismo era necesaria, aunque cuidándose en el uso del vocabulario a fines de no confrontar de modo directo con las decisiones adoptadas por Perón.

Para la central sindical su ausencia en el Consejo Nacional de Educación Física constituyó “un olvido involuntario, que podría salvarse, dada la premura del tiempo, por vía legislativa” (CGT, 1948). Es importante mencionar que el documento fue firmado por el secretario general de la central sindical, José Espejo, y por el secretario adjunto, Antonio Valerga, quien era la persona que se ocupaba de todo aquello relacionado con las actividades culturales sindicales, entre las cuales puede citarse a la cultura física.

De acuerdo a la interpretación esbozada por Jacques Le Goff (1991) no existen documentos inocuos y objetivos. En ese sentido, es factible que la CGT, en su diplomático reclamo, esté escondiendo una disconformidad con su exclusión. Puede afirmarse que, desde la asunción de Perón como presidente, y como mencionara Juan Carlos Torre (1989), “estado, movimiento e ideología estarán marcados, pues, por el lugar sobresaliente y singularizado que ocupan los trabajadores en el peronismo”. Desde esta perspectiva, esa ausencia seguramente era inexplicable para varios de los miembros de la CGT que así lo expresaron e hicieron saber de manera sutil, aunque sin romper los lazos que la unían al gobierno nacional:

 

Esta central obrera es la organización central, auténtica y representativa de toda la masa laboriosa del país, que suma en sus filas más de 3 millones de afiliados, es la que busca solución a los problemas de toda índole, sean estos de carácter jurídico, económico o sindical, que atañen al concierto de las distintas organizaciones obreras confederadas, no puede ser ajena al Consejo Nacional de Educación Física, que propugna el mejoramiento físico de los habitantes de todo el país, entre los cuales se cuentan, como es lógico, esta gran masa de trabajadores organizados (CGT,1948).

 

Una hipótesis posible para entender porque la CGT no tuvo un espacio al interior del Consejo Asesor del Consejo Nacional de Educación Física la aporta Mercedes Prol. Desde su análisis, este creciente protagonismo que estaban teniendo los representantes sindicales en la arena pública no era visto con buenos ojos por los militares, quienes seguían teniendo un lugar privilegiado no sólo en la gestión cotidiana, sino en la composición del nuevo organismo. Además, en los años iniciales de Perón al frente del gobierno, las pretensiones de autonomía de la CGT chocaron con la idea del mandatario de crear el partido peronista. En efecto, fueron los trabajadores sindicalizados quienes más resistieron esta intención del gobierno peronista de “fundir en una sola las identidades primigenias de las formaciones partidarias que le dieron vida” (Prol, 2011).

Estas tensiones se encuentran en sintonía con lo indagado en estudios como el de Louise Doyon (2006), quien señaló la alta participación de los sindicatos en la redefinición del lugar de los trabajadores en el mundo del trabajo, la sociedad y la vida cotidiana. Ámbitos que la central sindical veía como propios en el periodo dado su centralidad política, de allí su alarma por verse excluido en esta propuesta.

La CGT sostenía que sus aportes serían valorados por el conjunto de los trabajadores, ya que era probable que practicaran Educación Física, si la central lo recomendaba, dado el prestigio que poseía en el mundo del trabajo. Por tanto, sugirió dos agregados a la ley: a) en el artículo 3° inciso k la central sindical sugirió agregar “el representante de la Confederación General del Trabajo”; b) en el artículo 5° inciso f se propuso sumar “a la Confederación General del Trabajo en su esfera de acción para todo cuanto atañe a las relaciones con los gremios, asociaciones y sindicatos. Y al aporte de soluciones de Educación Física de la masa trabajadora” (CGT, 1948). Cabe mencionar que, aunque con posterioridad existieron algunas modificaciones a la ley sancionada de creación del Consejo Nacional de Educación Física, los requerimientos de la CGT no fueron atendidos y no hubo ningún representante de la central obrera en el nuevo organismo que regularía la Educación Física argentina. Tampoco se le dio relevancia al rol de la CGT en las tareas de difusión de la cultura física, una labor que cumpliría con creces apenas unos años después.

El descontento de la CGT por quedarse afuera del organismo constituyó a todas luces un signo evidente de los modos en que la educación de los cuerpos argentinos tuvo su fomento desde las esferas oficiales entre los años 1946 y 1955 (Orbuch, 2018). En efecto, numerosos ministerios, secretarías e incluso centrales obreras que representaban a millones de trabajadores, buscaban participar en los lineamientos de sus políticas lo que daba cuenta de su significatividad en los planes de gobierno.

A manera de hipótesis, las relaciones entre Perón y la CGT en estos primeros años de gestión[1] seguramente influyeron en esta decisión del entonces presidente de no atender la requisitoria sindical, dado que “como en ningún otro período, la disputa de posiciones en la CGT también se refleja en la Cámara de Diputados” (Aldao, 2018, p. 121). Navegando entre estas miradas, la cultura física se fue imponiendo como un crucial aspecto de la gestión peronista llegando a plantearse como objetivo lograr su implementación a través de un método uniforme en todo el país (Orbuch, 2016).

 

La CGT como difusora de la cultura física

 

Si en 1948 se aprecian las diversas estrategias (fallidas) implementadas por la CGT para obtener su lugar en organismos nacionales pergeñados para difundir la cultura física, para los años finales del gobierno peronista la central obrera se transformó en un verdadero pilar del gobierno y esto tuvo su correlato en la proliferación de actividades vinculadas a la difusión del deporte. En efecto, fueron numerosas las competiciones patrocinadas por la CGT. Una de ellas fue la carrera pedestre denominada Circuito de la Confederación General del Trabajo llevada a cabo el 21 de mayo de 1953. La misma contó con la participación de 51 competidores y una extensión de 11 kilómetros. Los atletas obreros salían de la central sindical, llegaban hasta la quinta presidencial entonces ubicada en el barrio de Recoleta de la capital argentina y debían volver hasta la sede de la CGT sita en la calle Azopardo. El recorrido realizado contemplaba las calles Paseo Colón, Leandro N. Alem, Libertador, Agüero, Las Heras y Austria, retornando por las mismas arterias. Era otra de las tantas tomas simbólicas de las calles efectuadas por parte de los trabajadores entre 1946 y 1955 (Grimson, 2017). Quien obtuvo el primer puesto fue Delfo Cabrera quien integraba el sindicato del Personal Civil. Cabrera era un verdadero símbolo del ascenso social logrado merced a los éxitos deportivos (Galak y Orbuch, 2016). Su máxima hazaña se produjo cuando se alzó con la medalla de oro en el maratón olímpico de los juegos disputados en la ciudad de Londres en el año 1948. El segundo lugar en la competición lo obtuvo Pedro Caffa, representando a los trabajadores tranviarios automotores, completando el podio Raúl Porcel de Personal Civil. Caffa era un atleta que representaba al Club Atlético Atlanta y se había hecho muy popular por sus acciones en pos de la caballerosidad deportiva. Uno de los episodios más importantes en ese sentido, fue cuando disputando una carrera organizada por el club en el que él se desempeñaba venía pugnando con Corsino Fernández por el primer lugar. Este último dobló en una dirección equivocada del circuito, que era por las calles de Villa Crespo a las que Caffa conocía como la palma de su mano puesto que Atlanta quedaba en ese barrio de la capital argentina. Entonces Caffa, que se encontró liderando de forma inesperada la carrera, esperó que Fernández retome el trazado original y desde allí pelearon la competencia hasta el final, en la que Corsino Fernández obtuvo el primer sitio.

Rodolfo Porcel, quien ocupó la tercera ubicación, era otro destacado corredor de la época e incluso obtuvo un segundo puesto en una importante competencia disputada en el año 1952 en el Club Gimnasia y Esgrima de Buenos Aires.

Unos días después, el 28 de mayo de 1953 la CGT organizó otro evento deportivo: el Torneo de Basquetbol para Trabajadores. Destinado a trabajadores agremiados que militaban en la categoría libre y hasta segunda de la Confederación Argentina de Basquetbol, las inscripciones se recibían en la Subsecretaría de Cultura, Prensa y Propaganda de la CGT, en el quinto piso de la calle Azopardo 802.[2] Entre los equipos participantes puede mencionarse a Personal Civil de la Nación, Empleados del Seguro, Empleados de Agencias de Información y afines, Unión Tranviarios Automotor, Obreros Municipales, Asociación Bancario, Sindicato Luz y Fuerza, entre otros representativos confederados. Todos los partidos fueron disputados en el Club Gimnasia y Esgrima de Villa del Parque.

Recorriendo las páginas del diario de la CGT, uno puede toparse con la organización de diversas competiciones como la llevada a cabo por el Club Atlético IAPI, “constituido por empleados y obreros de dicho organismo estatal”.[3] La misma tuvo lugar el día 7 de junio de 1953. Cabe mencionar que la inscripción podía hacerse a través de dos direcciones. La primera era la sede social de la entidad deportiva, situada en la calle Florida 656 en el tercer piso, o bien en la sede de la Federación Atlética Argentina, ubicada en el sexto piso de Viamonte 1366. En caso de haber inscriptos deportistas provenientes en el interior del país, sus planillas debían contar con el aval de las de federaciones respectivas. El nombre de la justa atlética era Circuito Justicialista Eva Perón, cuya finalidad era “rendir un magno homenaje a la Jefa Espiritual de la Nación en nombre del deporte y del pueblo por todo cuanto realiza en su maravillosa y filantrópica obra en pro del bienestar y la felicidad de los humildes”.[4] La distancia de la competición era de aproximadamente 19 kilómetros. El recorrido planificado fue desde Hipólito Yrigoyen y Perú, frente al Ministerio de Trabajo y Previsión, continuando por las calles Hipólito Yrigoyen, Paseo Colón, Carlos Calvo, Ingeniero Huergo, Independencia, Azopardo, Paseo Colón, Leandro N Alem, Libertador hasta Virrey del Pino, siendo el retorno por las mismas calles.[5] Incluso se daba la oportunidad en la que se disputaban varios torneos en simultáneo, tal lo informado por la edición del 25 de junio de 1953. Allí se hizo referencia a futuros torneos de bochas, pelota a paleta y competencias de velocidad.[6]

 

 

 

Fuente: CGT. Periódico de la Confederación General del Trabajo de la República Argentina, Buenos Aires, 25/06/1953, N° 838.

 

Cabe mencionar que existía una mirada federal en la organización de estos torneos ya que se disputaban en todo el país. A su vez, la Subsecretaría de Cultura, Prensa y Propaganda de la CGT solía organizar en forma conjunta con las Direcciones de Educación Física provinciales diversos eventos. En la provincia de Mendoza, en la ciudad de Tunuyán, el 8 de agosto de 1953 se llevó a cabo un torneo de voleyball en el campo deportivo de los trabajadores municipales. Por su parte, en la provincia de Buenos Aires se organizó un torneo deportivo intersindical denominado “Segundo Plan Quinquenal de Perón”. Las actividades participantes fueron atletismo, ciclismo, pelota a paleta, basquetball, bochas, natación y tenis, encontrándose abierta la inscripción para ambos sexos.[7] Los municipios en los que se llevó adelante el torneo fueron Adolfo Alsina, Guaminí, 4 de Junio (antigua denominación de Lanús), Coronel Suárez, Necochea, Olavarría, Carmen de Areco, San Antonio de Areco, Azul, Bahía Blanca, Zarate, Trenque Lauquen, entre otras.

Estos torneos intersindicales contaron con un generoso espacio en el diario de la central sindical, como producto de las numerosas acciones publicitarias que se encararon para fomentar la inscripción. Por ejemplo, se llevó adelante un desfile en el Club Gimnasia y Esgrima de Eva Perón con la participación de todos aquellos que serían de la partida, pero también con la asistencia de deportistas famosos como el navegante Vito Dumas, los hermanos automovilistas Gálvez, los atletas Juan Carlos Zabala y Delfo Cabrera, los boxeadores Oscar Avendaño, Alfredo Prada y el estadounidense Archie Moore, y el ajedrecista Oscar Panno. La presencia de estas rutilantes figuras, entre las que había campeones olímpicos y mundiales en sus respectivas disciplinas, da cuenta de un fuerte apoyo estatal para la realización de eventos de gran envergadura. Para confirmar estas aseveraciones, fueron de la partida el delegado regional de la CGT, Luis Suárez, el titular de la CGT, Eduardo Vuletich, el intendente de la ciudad Eva Perón, Mariano Loedel, y el gobernador de la provincia de Buenos Aires, Carlos Aloé. Precisamente este último dio inicio simbólico a los torneos encendiendo la antorcha del deporte.[8] Con posterioridad hizo uso de la palabra Luis Suárez, quien señaló el creciente espacio que el deporte comenzaba a tener en la vida de los obreros, lo que redundaba en la elevación del nivel cultural de los trabajadores, y por añadidura del país. Por su parte, Eduardo Vuletich se extendió con un discurso de varios minutos en el que exaltó la visión de Juan Domingo Perón, quien merced a una política económica nacionalista generó una sustantiva mejora en los hogares argentinos, “antes amargos, ahora verdaderos altares de la felicidad. La confortación espiritual transformó a los hombres amargos de ayer en los hombres felices de hoy. Y para ser un hombre perfecto faltaba que se desarrolle el músculo”.[9] Se verifica que las palabras de los representantes iban en línea con lo expresado por el gobierno nacional en lo referido a la cultura física.

Cerró el turno de los discursos el gobernador Carlos Aloé. En su alocución hizo referencia a la búsqueda del equilibrio entre la educación intelectual, moral y la física:

 

De ahí compañeros que lo principal en estos torneos, y muy especialmente en este del deporte obrero, resida en sus aspectos de cultura, caballerosidad e hidalguía, cualidades típicas del auténtico deportista y que constituyen el mejor saldo de estas justas. En ese equilibrio del físico con la mente y el alma, en esa fe y en esa confianza que adquiere el hombre fuerte, se plasma la voluntad inquebrantable de realizar nuestros propósitos y poner todas nuestras fuerzas, como lo dice el General Perón, al servicio del bien.[10]

 

Aloé también hizo referencia a la importancia que tenía para su gestión impulsar todos los deportes, no para formar campeones, sino para desarrollar en las personas sentimientos nobles, sanos y altruistas.

Como hice referencia, estos torneos inter sindicales se disputaron en numerosos municipios de la provincia de Buenos Aires. Fue el caso de un sitio emblemático para el peronismo como la ciudad de Avellaneda. Puerta de entrada a la Capital Federal, se transformó en un municipio que recibía de forma frecuente la visita de importantes funcionarios del gobierno nacional para difundir la cultura física en toda la población (Orbuch, 2014; Galak y Orbuch, 2016). El día 13 de noviembre de 1953, “Se inauguraron con una brillante ceremonia en Avellaneda los Juegos Deportivos Intersindicales” fue el título de la nota aparecida en el diario de la CGT. Allí puede leerse que una verdadera multitud se congregó en la ciudad de Villa Dominico, una zona habitualmente postergada del partido de Avellaneda, para escuchar el acto oficial en que se entregaron al deporte obrero del distrito las dependencias de un parque llamado “Los derechos del trabajador”. De la ceremonia participaron delegaciones del deporte obrero de diversos municipios del Gran Buenos Aires, numerosos alumnos de escuelas públicas de la zona, miembros de sindicatos, los bomberos voluntarios de Villa Dominico y la banda musical municipal quien interpretó el himno nacional argentino y la marcha peronista.[11] Hicieron uso de la palabra el intendente municipal de Avellaneda quien se mostró complacido por hacer entrega de un parque a todos los obreros de la ciudad. A continuación, habló el delegado regional sindical quien se explayó sobre las bondades que el deporte provoca en el espíritu de los trabajadores. También disertó el director de Educación Física de la provincia quien hizo hincapié en el trabajo realizado con alumnos de todo el país en lo concerniente a la educación corporal. En último término, habló el ministro de gobierno de la provincia de Buenos Aires, José M. Seminario, trasladando a la concurrencia los saludos del gobernador provincial Eduardo Aloé, quien no pudo ser de la partida por encontrarse en la ciudad de Tandil inaugurando un policlínico ferroviario dotado de las más modernas instalaciones. El funcionario señaló que la práctica de todo tipo de deportes ocupaba un preponderante lugar en el Segundo Plan Quinquenal y este torneo era un claro ejemplo de lo aseverado. 

Pero no solo competiciones y justas deportivas organizaba la CGT, también se encargaba de organizar reuniones en las cuales se discutían diversas acciones en pos de fomentar el deporte obrero. Una de ellas fue la realizada en la ciudad Eva Perón, como entonces se conocía a la ciudad de La Plata. Allí se dieron cita numerosos delegados del deporte nucleados en los sindicatos referenciados en la CGT. La reunión estuvo dirigida por el subsecretario de Cultura, Prensa y Propaganda, Antonio Valerga, y el mayor logro de la misma estribó en la creación de organizaciones gremiales del deporte obrero en los municipios de la provincia de Buenos Aires.[12] En la misma línea, se realizaban alocuciones por radio en las que se trataba el fomento de la cultura física en el deporte obrero. Fue el caso de la disertación realizada por Manuel Evaristo Reyno en la audición “La voz de la Confederación General del Trabajo” denominada Sobre el deporte en el Segundo Plan Quinquenal. El secretario del sindicato de la Unión de Trabajadores de Entidades Deportivas y Civiles realizó un recorrido histórico por el deporte nacional para desembocar en la actualidad, donde la formación física se había puesto por primera vez a la par de la educación moral e intelectual. Para Reyno esto fue así dado que:

 

Nunca en la historia tuvo el deporte en nuestra patria, y podríamos asegurar que en ninguna parte del mundo tanto apoyo como el brindado por el gobierno del General Perón. Tanto las entidades como los deportistas cuentan con el auspicio moral y económico que se han otorgado y se otorgan a través de subsidios y créditos para facilitar la práctica del deporte tanto individual como colectivamente.[13]

 

Los elogios de Reyno se extendieron a la Confederación Argentina de Deportes - Comité Olímpico Argentino y a su accionar que fue asimilado al funcionamiento de una “verdadera central del deporte”, ya que se ocupaba de regir todo lo concerniente a la práctica de los deportes en todo el territorio nacional. No pueden dejar de señalarse las similitudes presentes en el discurso del sindicalista respecto a las funciones cumplidas por la CGT y la Confederación Argentina de Deportes - Comité Olímpico Argentino, en tanto ambas son presentadas como entidades de peso en el desarrollo nacional. Reyno recordó lo que ocurría en otros tiempos cuando los deportistas debían vender rifas para asistir a los Juegos Olímpicos, ya que el gobierno de turno los dejaba librados a su suerte, incluso, una vez en el destino debían soportar al acoso de los hoteleros que les exigían el pago de la estadía puesto que los fondos prometidos nunca llegaban. En contraste, “desde el advenimiento del General Perón al gobierno, a los Juegos Internacionales de Londres[14] y de Helsinski, se han enviado en una oportunidad 300 representantes y en otra 200, en naves especiales, con médicos, cocineros, personal técnico, alimentos para que nuestros muchachos no tengan ningún inconveniente”.[15] Desde la perspectiva del secretario gremial, pese a todo lo hecho desde el año 1946, quedaba aún mucho camino por recorrer, y era responsabilidad de la CGT hacer posible que cada vez más argentinos puedan practicar el deporte de su preferencia organizando torneos que complementen a los que llevaban a cabo las organizaciones deportivas. Reyno enfatizó sobre la relevancia del deporte obrero en el cumplimiento de los objetivos planteados en el Segundo Plan Quinquenal en todo aquello vinculado al fomento de la cultura física poblacional. A su vez, puede apreciarse la raigambre política de la felicidad, a diferencia de la época actual adonde pareciera que ser feliz es un imperativo moral (Illouz, 2007). En esa dirección, el secretario sindical sostuvo que:

 

El trabajador feliz y dignificado en la Nueva Argentina de Perón, tiene hoy su mente predispuesta para dedicarse a la práctica deportiva y hacer más completa aún su felicidad que será completa cuando adquiera todas las virtudes y la salud material que se alcanzan a través de la práctica deportiva.[16]

 

Asimismo, el local de la Unión de Trabajadores de Entidades Deportivas y Civiles solía recibir periódicamente la visita de deportistas latinoamericanos que viajaban con frecuencia al país, ya sea para disputar competiciones o para conocer al presidente Juan Domingo Perón (Orbuch, 2020). Fue el caso de los deportistas peruanos César Aubon, Vicente Tenorio Chávez y Ernesto Díaz López. En su visita a la organización sindical que agrupa a los obreros, empleados, personal por reunión, entrenadores, profesores especiales y de educación física, árbitros y médicos de las instituciones deportivas del país, los deportistas se manifestaron “admirados por la Nueva Argentina que ha construido el General Perón con el apoyo de los trabajadores, así como por la extraordinaria obra de la Mártir del Trabajo, señora Eva Duarte de Perón”.[17] Los visitantes fueron recibidos por el secretario del gremio Manuel Evaristo Reyno y otros relevantes sindicalistas. Otra visita destacada fue la efectuada por dos obreros ferroviarios bolivianos, Eric Rometo y Luis Morales, quienes hicieron un raid en bicicleta desde la ciudad de Uyuni hasta la Capital Federal, en un recorrido de cerca de 2100 kilómetros. Apenas arribados se acercaron a la sede de la CGT adonde fueron recibidos por su titular, Eduardo Vuletich, y por el secretario general de la Unión de Trabajadores de Entidades Deportivas y Civiles, Manuel Evaristo Reyno. Los obreros bolivianos tributaron unas cálidas palabras destinadas al presidente argentino: “El General Perón ha pasado la frontera, y en Bolivia se admiran todas sus realizaciones”.[18]

Las distintas figuras de renombre del ámbito sindical se dedicaron a impulsar las agrupaciones de trabajadores y a legitimar con su presencia la erección de estas entidades que proliferaron por estos años. Por caso, el secretario adjunto de la CGT, Hugo Di Pietro, se hizo presente en el congreso de trabajadores del Turf en el que estos conformaron su federación nacional.[19]

La participación de los deportistas obreros en las competiciones organizadas por la CGT era seguida con detalle por el periódico sindical, en especial cuando estos obtenían algún récord o marca destacada, lo cual era resaltado de forma entusiasta. Fue el caso del empleado del sindicato del Ministerio de Transportes de la Nación, Arturo Merlo. Según la publicación, se trataba de un tesonero trabajador y deportista que era “ampliamente reconocido en los círculos deportivos obreros”.[20] Lo distintivo en la performance del deportista obrero fue que logró una marca única en el mundo como lo constituyó nadar de forma ininterrumpida por el lapso de 24 horas en la pileta de la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales. Cabe mencionar que el deportista batió una marca de 32700 metros nadados en forma continua en pileta cubierta que estaba en su poder. Merlo cumplió “una performance de extraordinario merito, que no hace sino reafirmar sus notables condiciones deportistas y su entusiasmo por evidenciar los adelantos que han logrado los trabajadores en lo relacionado con la cultura física”.[21] El deportista, luego de concluida la prueba, fue saludado de forma efusiva por el subsecretario de cultura de la central obrera, Antonio Valerga, y al otro día fue recibido por el titular de la CGT, Eduardo Vuletich, quien le tributó elogiosas palabras por su hazaña. Su éxito reflejó el empeño de la central sindical en fomentar la cultura física en sus millones de afiliados.

 

Conclusiones

 

La cultura física gozó de un fuerte impulso estatal en Argentina a mediados del siglo XX, en tiempos de gobiernos peronistas, y a tono con lo acaecido en numerosos países (Rein, 2017). La CGT se sumó a las iniciativas oficiales en ese sentido, aunque, como se apreció, le costó ganarse un espacio como el interlocutor por excelencia de las bondades de la cultura física en el mundo del trabajo. Fue el caso de lo acontecido en ocasión del infructuoso intento por sumarse al Consejo asesor del Consejo Nacional de Educación Física erigido en los prolegómenos de la gestión encabezada por Juan Domingo Perón, cuando todas las plausibles argumentaciones esbozadas por la central sindical fueron denegadas. Empero, en 1953 las cosas parecen haber tomado otro cariz en lo concerniente a la promoción de la cultura física. La cantidad de torneos inter sindicales organizados, los récords obtenidos y la infraestructura creada son una expresión de esta aseveración.

El análisis del papel de la CGT en el incentivo de la cultura física, un tema muy caro al ideario peronista, permite entender las cambiantes estrategias y alianzas desplegadas por un gobierno que no fue idéntico a lo largo de los años que comprendieron entre 1946 y 1955 y que distó de ser inflexible e inalterable.

 

Bibliografía

 

Aldao, J. (2018). Entre la identidad ferroviaria y el peronismo. Transformaciones ideológico-simbólicas en el mundo sindical ferroviario durante los años del primer peronismo (1943-1955). (Tesis de Doctorado). Universidad Nacional de Quilmes, Buenos Aires, Argentina. Recuperado de: https://ridaa.unq.edu.ar/handle/20.500.11807/834?show=full

Argentina. Poder Ejecutivo Nacional (1953). Segundo Plan Quinquenal de la Nación Argentina. Buenos Aires: Secretaría Técnica.

Argentina. Poder Ejecutivo Nacional (5 de febrero de 1947). Decreto N° 34817. Creación del Consejo Nacional de Educación Física. Buenos Aires.

Confederación General de Trabajadores (22 de octubre de 1948). Confederación General de Trabajadores formula observaciones al proyecto de creación del Consejo Nacional de Educación Física. Argentina. Cámara de Diputados. Recuperado de: https://docs.google.com/gview?url=http://apym.hcdn.gob.ar/uploads/expedientes/pdf/2376-p-1948.pdf&embedded=true

Doyon, L. M. (2006). Perón y los trabajadores: Los orígenes del sindicalismo peronista, 1943-1955. Buenos Aires: Siglo XXI.

Galak, E. (2012). Del dicho al hecho (y viceversa). El largo trecho de la construcción del campo de la formación profesional de la Educación Física en Argentina. (Tesis de Doctorado en Ciencias Sociales) Universidad Nacional de La Plata, La Plata, Argentina

Galak, E. y Orbuch, I. (2015). La educación de los cuerpos “peronistas”. Un estudio a través de la prensa local de la zona metropolitana sur. Historia de la Educación. Anuario, 16 (2), 44-60. Recuperado de: http://www.scielo.org.ar/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S2313-92772015000200013

Galak, E. y Orbuch, I. (2016). Forjando cuerpos fuertes, sanos y peronistas. Los héroes deportivos de Avellaneda durante el primer peronismo (1946-1955). Cartografías Del Sur Revista De Ciencias Artes Y Tecnología, 4, 180-195. DOI: https://doi.org/10.35428/cds.v0i4.58

Grimson, A. (2017). Raza y clase en los orígenes del peronismo: Argentina, 1945. Desacatos. Revista De Ciencias Sociales, 55, 110–127. DOI: https://doi.org/10.29340/55.1807

Illouz, E. (2007). Intimidades congeladas. Las emociones en el capitalismo. Buenos Aires: Katz.

Le Goff, J. (1991). El orden de la memoria. Barcelona: Paidós.

Leonardi, Y. (2018). Espacio público y cultura popular durante el primer peronismo: La “Fiesta del trabajo”. Revista Sudamérica, 8, 2-20. Recuperado de: https://fh.mdp.edu.ar/revistas/index.php/sudamerica/article/view/2658

Orbuch, I. (2012). Osvaldo Suárez, un deportista peronista. Actas del III Congreso de Estudios sobre el Peronismo, Red de Estudios sobre el Peronismo, Jujuy, Argentina. Recuperado de: http://redesperonismo.org/articulo/osvaldo-suarez-un-deportista-peronista/

Orbuch, I. (2014). El peronismo y la Educación Física en el ámbito bonaerense: El caso de Avellaneda. VIII Jornadas de Sociología de la UNLP, La Plata, Argentina. Recuperado de: http://jornadassociologia.fahce.unlp.edu.ar/viii-jornadas/viii-jornadas-2014/PONmesa42orbuch.pdf/view?searchterm=None

Orbuch, I. (2016). Peronismo y Educación Física. Políticas públicas entre 1946 y 1955. Buenos Aires: Miño y Dávila.

Orbuch, I. (2018). Fiesta de la Educación Física de 1949. Tensiones en medio del festejo. Revista Sudamérica, 8, 145-168. Recuperado de: https://fh.mdp.edu.ar/revistas/index.php/sudamerica/article/view/2638

Orbuch, I. (2020). Peronismo y cultura física. Democratización, sociabilidad y propaganda. Buenos Aires: Imago Mundi.

Prol, M. (2011). Los legisladores sindicales peronistas. Entre la práctica partidaria, la corporativa y la legislativa, 1946-1955. Pol His, 7, 23-40. Recuperado de: http://historiapolitica.com/datos/boletin/polhis7_prol.pdf

Rein, R. (1998). Peronismo, populismo y política. Argentina 1943-1955. Buenos Aires: Editorial Belgrano.

Rein, R. (2017). Política, deporte y diplomacia cultural: la Nueva Argentina de Perón y los Juegos Panamericanos de 1951. Anuario del Instituto de Historia Argentina, 17 (1), 2-16. Recuperado de: https://www.anuarioiha.fahce.unlp.edu.ar/article/view/IHAe042

Scharagrodsky, P. (2021). Hombres en movimiento. Deporte, cultura física y masculinidades en la Argentina 1880-1970. Buenos Aires: Prometeo.

Schiavi, M. (2013). El poder sindical en la Argentina peronista (1946–1955). Buenos Aires: Imago Mundi.

Torre, J. (1989). Interpretando (una vez más) los orígenes del peronismo.  Desarrollo Económico, (28) 112, 67-88. Recuperado de: http://www.terras.edu.ar/biblioteca/13/13HSARG_Torre_Unidad_3.pdf

Torre, J. C. y Pastoriza, E. (2002): La democratización del bienestar en Torre, J. C. (comp.), Los años peronistas (1946-1955). Buenos Aires: Sudamericana.

 

Fuentes

 

Periódico CGT. Periódico de la Confederación General del Trabajo de la República Argentina. 1953. Buenos Aires.

 

 

Recepción: 26/04/2022

Evaluado: 28/07/2022

Versión Final: 26/08/2022

 



(*) Doctor en Educación y Profesor de Historia (Universidad de Buenos Aires). Magister en Ciencias Sociales (Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales, Argentina). Investigador y docente (Universidad Nacional de Hurlingham). Argentina. Email: ivan_pabloo@hotmail.com. ORCID: https://orcid.org/0000-0001-7596-4611

[1] Para profundizar sobre la relación entre la CGT y el gobierno peronista véase Schiavi, M. (2013).

[2] CGT. Periódico de la Confederación General del Trabajo de la República Argentina, Buenos Aires, 29/05/1953, N° 820.

[3] CGT. Periódico de la Confederación General del Trabajo de la República Argentina, Buenos Aires, 07/06/1953, N° 829.

[4] CGT. Periódico de la Confederación General del Trabajo de la República Argentina, Buenos Aires, 07/06/1953, N° 829.

[5] CGT. Periódico de la Confederación General del Trabajo de la República Argentina, Buenos Aires, 07/06/1953, N° 829.

[6] CGT. Periódico de la Confederación General del Trabajo de la República Argentina, Buenos Aires, 25/06/1953, N° 838.

[7] CGT. Periódico de la Confederación General del Trabajo de la República Argentina, Buenos Aires, 08/08/1953, N° 882.

[8] CGT. Periódico de la Confederación General del Trabajo de la República Argentina, Buenos Aires, 08/08/1953, N° 882.

[9] CGT. Periódico de la Confederación General del Trabajo de la República Argentina, Buenos Aires, 08/08/1953, N° 882.

[10] CGT. Periódico de la Confederación General del Trabajo de la República Argentina, Buenos Aires, 08/08/1953, N° 882.

[11] CGT. Periódico de la Confederación General del Trabajo de la República Argentina, Buenos Aires, 14/11/1953, N° 945.

[12] CGT. Periódico de la Confederación General del Trabajo de la República Argentina, Buenos Aires, 20/06/1953, N° 833.

[13] CGT. Periódico de la Confederación General del Trabajo de la República Argentina, Buenos Aires, 20/06/1953, N° 833.

[14] Una destacada deportista de la época, Noemí Simonetto, en oportunidad del viaje a Londres para los Juegos Olímpicos de 1948, lo definió de un modo similar: “Perón mandaba los alimentos para la delegación en el mismo barco en que viajábamos. Las camareras inglesas se asombraban al ver los sándwiches, helados y cafés con leche que nos servíamos. Recién terminaba la guerra y los ingleses vivían castigados por el hambre y nosotros, los argentinos, llegábamos del país de la abundancia” (Citado en Orbuch,2012)

[15] CGT. Periódico de la Confederación General del Trabajo de la República Argentina, Buenos Aires, 20/06/1953, N° 833.

[16] CGT. Periódico de la Confederación General del Trabajo de la República Argentina, Buenos Aires, 20/06/1953, N° 833.

[17] CGT. Periódico de la Confederación General del Trabajo de la República Argentina, Buenos Aires, 17/06/1953, N° 830.

[18] CGT. Periódico de la Confederación General del Trabajo de la República Argentina, Buenos Aires, 17/06/1953, N° 830.

[19] CGT. Periódico de la Confederación General del Trabajo de la República Argentina, Buenos Aires, 17/06/1953, N° 830.

[20] CGT. Periódico de la Confederación General del Trabajo de la República Argentina, Buenos Aires, 11/10/1953, N° 920.

[21] CGT. Periódico de la Confederación General del Trabajo de la República Argentina, Buenos Aires, 11/10/1953, N° 920.