El enfoque renovador en el estudio de la campaña rioplatense en el período tardocolonial: la necesidad de un debate que contemple las diferentes perspectivas

 

Carlos Minetti(*)

(UNR; carlosminetti@live.com.ar)

 

Introducción

 

Desde mediados de la década del 80, en el ámbito de la historia rural del período tardo colonial, surge una nueva visión de la campaña rioplatense que comienza a discutir postulados planteados hasta ese momento que se basaban, fundamentalmente, en el dominio de la cría extensiva del ganado vacuno cuya producción se encontraba bajo el control de los sectores terratenientes en la campaña bonaerense, el poder hegemónico no sólo económico sino también político y social de estos actores en el espacio rural y dentro de los sectores subalternos la figura principal de análisis eran los gauchos que escapaban y se resistían a conchabarse en las grandes estancias. En contraposición a esta visión, la corriente historiográfica renovadora plantea otra imagen, más compleja y heterogénea del espacio rural. En términos generales, los planteos más significativos de la renovación se basan en el papel predominante de la agricultura en los territorios de antigua colonización y que, al mismo tiempo, cumplía un rol significativo en el Litoral y la Banda Oriental, la afirmación de cierta capacidad de acumulación de la producción campesina debido a la facilidad de acceso a la tierra que tiene la población rural, la utilización predominante de mano de obra asalariada en las estancias y el papel marginal de los terratenientes en dicho espacio y período ubicando su ascenso en la etapa postindependentista, a partir la década del 20 del siglo XIX.

El presente trabajo tiene como objeto discutir algunos postulados renovadores desde problemas teóricos- metodológicos, sin rechazar de plano aportes significativos de esta corriente. Estos aportes positivos son la reposición de la categoría de campesinos para identificar y calificar a la mayoría de los productores directos rioplatenses, el papel de la agricultura como una actividad relevante (no dominante) para comprender el tramado social colonial, la recuperación de fuentes poco exploradas o desconocidas[1] a través de nuevas temáticas como los estudios de población, de redes familiares y las investigaciones regionales que desarrollaron estudios de caso y análisis comparativos enriquecedores en las diferentes zonas del espacio rural rioplatense (la campaña bonaerense, el Litoral y la Banda Oriental) que reflejan marcadas diferencias.

Sin desconocer estos aportes enriquecedores, creemos necesario poner en discusión determinadas tesis que aparecen como afirmaciones que, generalmente, no están expuestas a un análisis crítico en torno a la solidez de sus bases teórico – metodológicas, las cuales sirven de cimientos para construir la nueva imagen de la campaña rioplatense durante el período tardocolonial. Estas formulaciones son la existencia de una oferta ilimitada de tierras libres o muy baratas en el espacio rural rioplatense, el predominio de la agricultura sobre la ganadería, la existencia relevante de peones proletarios o trabajo asalariado libre, la expansión de unidades productivas pequeñas y medianas con capacidad de acumulación y el papel marginal político y económico de los sectores terratenientes[2].

 

El predominio de la agricultura sobre la ganadería, una

afirmación fundamentada a partir del análisis unilineal de los diezmos coloniales

 

Uno de los fundamentos más utilizados por algunos representantes de la corriente renovadora para demostrar el papel principal de la agricultura en determinadas regiones del obispado de Buenos Aires son las fuentes cuantitativas, más precisamente, los valores de los diezmos percibidos por la Iglesia colonial. Leemos afirmaciones como “los diezmos tenían razón: más valían los granos que los ganados.”[3] Esta frase refleja la conversión automática de los valores existentes de los diezmos coloniales en términos de producción total, sin tener en cuenta múltiples factores que inciden en la recaudación de ese tributo.

Existen objeciones metodológicas acerca de la derivación mecánica de los valores de los diezmos a la producción agrícola y pecuaria tardocolonial, éstas son planteadas por Azcuy Ameghino[4]; Samuel Amaral y José María Ghio[5] y por Raúl Amado[6].

El primero de estos autores plantea que entre los principales elementos que explican las escasas cifras del diezmo ganadero se pueden enumerar a la evasión terrateniente, el desorden de la campaña, la capacidad de los distintos diezmeros para recaudar el impuesto según fuese su cuota de influencia directa en partidos de campaña y un elemento de carácter principal y básico: es mucho más dificultoso recaudar el diezmo ganadero ya que los ganados se hallan dispersos en inmensas praderas, en constante movimiento y sin alambrados por lo que las condiciones para la evasión son muy propicias, mientras que la producción agrícola se desarrolla en un terreno fijo por lo que es mucho más fácil de controlar. La posición de Azcuy Ameghino se fundamenta en fuentes cualitativas basadas en testimonios documentales que reflejan las dificultades que existían en la recaudación del diezmo de quatropea a partir de las acciones de los hacendados para evadir este impuesto y las denuncias de los encargados de recaudarlo. Es por estos factores que acabamos de enumerar que este autor plantea que los diezmos distorsionan más que aclaran las características de la campaña rioplatense.

El artículo de Amaral y Ghío no sólo tienen en cuenta las dificultades que existen en la recaudación del diezmo ganadero sino que incorpora un elemento clave en el análisis de este tipo fuentes, los precios agrícolas de ese período. Es importante aclarar que el diezmo no se recaudaba en especie sino que se hacía en moneda por lo que un cambio en los precios relativos podía modificar los valores de la recaudación de dicho impuesto sin que se modifique el volumen físico. En economías relativamente cerradas como la del espacio rioplatense, en el período tardocolonial, los precios de los bienes se determinan por su cantidad producida, por lo que las sumas recaudadas de los diezmos, en realidad, tendrían una relación inversa con el volumen físico total de la producción. Estos autores no niegan la utilización de los diezmos como fuentes para una aproximación al espacio rioplatense tardocolonial sino que éstos deben ser estudiados teniendo en cuenta los precios agrícolas, la composición misma de un tributo como el diezmo y las condiciones de producción. Teniendo en cuenta estas consideraciones, Amaral y Ghío llegan a conclusiones que coinciden con los relatos de las personalidades que recorrieron la campaña en este período (Félix de Azara, Vieytes, Belgrano, etc.) en el que plantean el claro predominio de la actividad pecuaria sobre la agricultura.

Raúl Amado también discute la utilización determinista de los diezmos colocando el énfasis en los precios agrícolas con un enfoque diferente al de Amaral y Ghío. Este autor plantea que el período tardocolonial se caracteriza por una creciente inflación ya que, desde el momento de la creación del Virreinato del Río de la Plata, la liquidez de la plaza va en continuo aumento producto de la asociación de la región minera de Potosí con Buenos Aires y la necesidad de las nuevas autoridades de afrontar los gastos derivados de la cada vez mayor burocracia peninsular. Estas situaciones llevaron al aumento de la moneda circulante en el espacio rioplatense que provocó una estampida de precios. Si bien la metodología de cálculo de la inflación de este autor, desde nuestro punto de vista, es anacrónica ya que analiza los datos que existen en las fuentes a partir de los cálculos que se utilizan en la actualidad en el Índice del Precio al Consumidor (IPC), Amado se suma a los planteos de Azcuy Ameghino, Amaral y Ghío en la necesidad de matizar los datos que brindan los diezmos decimales planteando que para estudiar a estos tributos es necesario tener en cuenta tres elementos: la producción neta, la competencia de productos importados y el volumen del circulante.

Existe una tendencia, por parte de los representantes más emblemáticos de la corriente historiográfica renovadora, hacia un empirismo que minimiza las categorías teóricas o, dicho de otra manera, éstas se encuentran determinadas por los datos que ofrecen las fuentes cuantitativas sin un análisis en profundidad del contexto y sin una interrelación con las informaciones que surgen de las fuentes cualitativas. Los datos cuantitativos no hablan por sí solos, es necesario combinarlos con fuentes cualitativas y ubicarlos en un espacio y tiempo determinados, es decir relacionándolos con la realidad socioeconómica, por lo que es indispensable pensar los factores claves que inciden sobre el tipo de producción de la campaña rioplatense. A esto nos referimos con los cambios políticos y económicos ocurridos durante el período tardocolonial como son la creación del Virreinato del Río de la Plata, la parcial liberalización del comercio transatlántico e interno que llevan a un interés creciente del mercado europeo por los cueros y derivados vacunos. Si bien lo esencial de la expansión del comercio exterior fue constituido por mercaderías europeas que eran retornadas en metales provenientes del Alto Perú, no hay que olvidar el papel que cumplió la parcial liberalización del comercio en la demanda de los productos pecuarios lo que acrecentó el valor y el interés por desarrollar este tipo de producción en una región que reunía todas las condiciones para su explotación. Los valores de exportación de cueros antes de 1778 eran insignificantes y a partir de la reforma comercial se exportan cantidades superiores al millón de pieles, los destinos son la metrópoli, la Habana, Lima, etc. y no sólo se exportan cueros sino también derivados como carnes saladas, sebo y otros subproductos, por lo que se puede decir que estos niveles de producción y extracción pueden considerarse como un boom pecuario[7].

Teniendo en cuenta este contexto que se abre hacia finales del siglo XVIII debemos preguntarnos cuáles son los actores sociales que se benefician en este nuevo escenario de creciente demanda pecuaria y que tipo de producción se va a expandir en toda la campaña y en perjuicio de cual, esto es lo que vamos a tratar de analizar en el siguiente punto.

 

Gran estancia y producción familiar campesina

 

En términos generales, acordamos con el concepto de producción campesina desarrollado por Garavaglia y Gelman, “Un rasgo básico del productor campesino es que se basa esencialmente en la utilización de mano de obra familiar. En lo esencial no recurre al mercado para cubrir sus necesidades de mano de obra. En general ocupan extensiones de tierras modestas, aunque el derecho por el cual ocupan es muy variado […] estos campesinos producen para su autosubsistencia y en buena medida para el mercado, pero en ambos casos actúan como productores de valores de uso”. Sin embargo, nos parece discutible la afirmación de que “las peculiares condiciones de los mercados en este período constituyen, de alguna manera, un fuerte aliciente al mantenimiento y desarrollo de este modelo social”[8]. Esta frase se basa en los supuestos de una “oferta ilimitada de tierras libres o baratas” en la campaña rural, en la cual, según esta visión, los productores campesinos tenían una gran facilidad para asentarse y desarrollar su producción. Si bien es verdad que existe una relativa facilidad de la población rural al acceso de la tierra y medios de consumo (ganado vacuno), esto no se traduce necesariamente en que este tipo de producción goza de condiciones óptimas para mantenerse y reproducirse. En primer lugar es necesario recordar que sólo una ínfima porción de la población era propietaria de la tierra y la inmensa mayoría de los actores rurales eran tenentes precarios de porciones pequeñas de tierra en la forma de agregados u ocupantes de tierra realenga en territorio de frontera con el indio y si a esto le sumamos el hambre de tierra de sectores sociales poderosos política y económicamente, como comerciantes y terratenientes, a partir de la expansión de la demanda de productos pecuarios producto de la parcial liberalización comercial podemos concluir que la condición de la producción campesina familiar se caracteriza más por su inestabilidad y precarización que por su consolidación como agente de producción.

En relación a lo que venimos planteando resultan interesantes los planteos de Azcuy Ameghino[9] en su análisis del origen de la expansión terrateniente situándolo en la década del 90 del siglo XVIII. A través del estudio de las denuncias de tierras, de títulos de propiedad y solicitud de mensuras del año 1795 que se encuentran documentadas se refleja el creciente interés que comienza a despertar en algunos hacendados la obtención del derecho de propiedad en las tierras fronterizas (tierras realengas ya que eran propiedad de la Corona española) y que coincide en momentos en que se incrementa la demanda ultramarina de cueros y la producción de carne para abastecer a la ciudad de Buenos Aires. También aparecen las facilidades que tenían los sectores terratenientes de apoderarse de una porción importante de tierras realengas a partir del control que éstos tenían del aparato estatal en la campaña rural bonaerense en calidad de jefes de milicias, alcaldes de hermandad y jueces comisionados. En contrapartida, la mayoría de los productores directos que habitaban el espacio rural rioplatense estaban por fuera de las posibilidades de acceder a las transacciones de compra – venta de tierras ya que los costos y dilaciones de los procedimientos legales hacían que la tierra sólo sea accesible a quienes disponían de influencias, tiempo y moneda para iniciar una denuncia de tierras y concretarla exitosamente.

Es importante aclarar que no estamos negando la existencia del tipo de producción campesina, en eso acordamos con los postulados renovadores, la discrepancia fundamental es que la producción campesina familiar no tiene la facilidad y el margen para reproducirse en la campaña rural durante el período tardocolonial como lo plantea Gelman, “La masiva presencia campesina no parece haber sido un obstáculo para el crecimiento de las estancias, ya que en el excedente laboral de aquellas familias encontraban estas empresas un recurso de mano de obra para sus necesidades estacionales […] la familia campesina, por su lado, no tenía que percibir al estanciero como un enemigo y competidor sino, a veces, como una alternativa para complementar sus ingresos con un salario.”[10] Esta frase refleja la nueva imagen de la campaña rural rioplatense tardocolonial a partir de un escenario desprovisto de las tensiones que existían entre los productores directos y los sectores terratenientes ya que Gelman invierte la relación, es el productor campesino el que elige complementar sus ingresos “vendiendo su fuerza de trabajo” al estanciero obviando un rasgo fundamental, que estos campesinos son tenentes precarios de porciones de tierras ajenas, es decir agregados, o en el mejor de los casos ocupantes de tierras realengas de frontera que, en el contexto de la alta demanda pecuaria, son fuertemente disputadas por hacendados y grandes comerciantes, teniendo en cuenta este último elemento, hay que interrogarse qué actor social es el que pone las condiciones.

Otro tema de discusión es el poder económico, social y político o no de los terratenientes, las posiciones renovadoras plantean que éstos surgen como sector dominante en el período inmediatamente postindependentista. Sin embargo, existen estudios que encuentran su origen en vías de afirmación como sector hegemónico en el bloque de sectores sociales dominantes durante el período tardocolonial[11]. Estos trabajos demuestran la importancia y el poder político, social y económico del sector terrateniente en la campaña rural rioplatense con el análisis de fuentes que reflejan el conflicto en torno a la producción y comercialización del cuero, la organización corporativa del sector, su participación en los resortes de poder institucionales de la campaña rural que favorecían su condición en las disputas por tierras y, en relación a esto último, los procesos de denuncias y apropiación de tierras realengas que más arriba analizamos.

Entonces, si los sectores terratenientes controlaban espacios de poder claves para la apropiación de tierras realengas, tenían un cierto control sobre la población rural rioplatense y si el comercio libre multiplicó la demanda de producción pecuaria y por ende la necesidad de poner en producción nuevas tierras para explotar ganado vacuno, nos parece más lógico que la estancia haya gozado de mejores condiciones para expandirse a costa de la producción campesina familiar. Esto quiere decir que el conflicto en torno al dominio del suelo es evidente en toda la campaña rioplatense y que el campesinado más que encontrar en las estancias “alternativas complementarias de ingreso” chocaba con el creciente poder terrateniente que lo hacía peligrar con el desalojo o la subordinación basado más en la compulsión extraeconómica que en la “venta de mano de obra asalariada”.

 

Conclusión

 

Para finalizar, creemos que es necesaria una mayor apertura en el debate acerca de la problemática rural tardocolonial que permita permear las perspectivas que difieren de la imagen renovada de la campaña rural para abrir un debate que enriquezca y permita una mayor aproximación a la realidad de dicho espacio. No hay que rechazar de plano a la “visión tradicional” ya que ésta es un conjunto de saber acumulado de años de investigaciones que es necesario retomar a partir de un análisis crítico. Tampoco hay que callar las perspectivas que difieren de la corriente renovadora o colocarlas en la “visión tradicional superada”.

Pensamos que el discurso renovador que apela constantemente a la novedad por sí misma tampoco es demasiado fructífero ya que parte de supuestos con bases teóricas y metodológicas que deben ser discutidas. Frases como “la existencia de una oferta ilimitada de tierras, la actividad agrícola es tanto o más importante que la ganadera, los intereses de las estancias y la producción familiar campesina se complementan”, tienen un alto impacto en el discurso historiográfico renovador pero un fundamento teórico y metodológico que no está sustentado por bases sólidas. En el aspecto metodológico porque las conclusiones se basan en un análisis unilineal basado exclusivamente en fuentes cuantitativas, las cuales no son estudiadas sin las consideraciones pertinentes y sin tener en cuenta, lo suficientemente, a las fuentes cualitativas. En el teórico porque las categorías conceptuales no son utilizadas como herramientas para el análisis de un espacio en un tiempo determinado. Los conceptos de gran estancia y producción familiar campesina deben ser pensados a la luz de las modalidades efectivas de apropiación del espacio rioplatense a fines del siglo XVIII ya que el contenido histórico de estos conceptos está determinado por la realidad que los llena de vida[12]. En la renovación historiográfica estos conceptos carecen de vigor porque no salen de su carácter abstracto, es hora de activarlos.

 

 

RESUMEN

 

El enfoque renovador en el estudio de la campaña rioplatense en el período tardocolonial: la necesidad de un debate que contemple las diferentes perspectivas

 

Desde mediados de la década del 80, en el ámbito de la historia colonial, surge una nueva visión de la campaña rioplatense a partir de afirmaciones como el predominio de la agricultura sobre la ganadería, cierta capacidad de acumulación de las producciones campesinas, la existencia de mano de obra asalariada en las estancias y el papel marginal de los terratenientes, ubicando su ascenso en el período posterior. El presente trabajo tiene como objeto discutir estas afirmaciones través de otras perspectivas que difieren de esta imagen renovada poniendo énfasis en el análisis crítico de los aspectos teóricos-metodológicos que sirven de sustento a los postulados de la corriente renovadora.

 

Palabras clave: campaña rioplatense - producción campesina - terratenientes

 

 

ABSTRACT

 

The approach innovator in the study of the of the river Plate region campaign in the period tardocolonial: the need of a debate that contemplates the different perspectives

 

From middle of the decade of 80, in the colonial history, there arose a new vision of the of the River Plate region campaign from affirmations that the predominance of the agriculture was affirming on the cattle breeding, the capacity of accumulation of the rural productions, the existence of salaried hired in the stays and the marginal role of the landowners, who ascended later. The aim of this work is to discuss these affirmations across other different perspectives putting emphasis in the critical analysis of the theoretical - methodological aspects that use as sustenance to the postulates of the reinnovating current.

 

Key words: River Plate region campaign - farmer production – landowners

 

 

Recibido: 01/03/2011

Aprobado: 02/07/2011

Versión final: 29/07/2011

 

 

Notas



(*)Profesor de Enseñanza Media y Superior en Historia, Auxiliar de 2º en la Cátedra de “Iniciación a la Teoría Económicade la carrera de Historia, Facultad de Humanidades y Artes, Universidad Nacional de Rosario.

[1] AZCUY AMEGHINO, Eduardo. “Terratenientes e historiografía: de un encuentro superficial a la modernización de la oligarquía”, en Trincheras en la Historia, Imago Mundi, Bs. As., 2004.

[2] Podemos enumerar como los exponentes más importantes que desarrollan estas posiciones a Juan Carlos Garavaglia, Jorge Gelman y Raúl Fradkin.

[3] GARAVAGLIA, Juan Carlos. Producción cerealera y producción ganadera en la campaña porteña 1700-1820. Biblos, Bs. As., 1989, p. 20.

[4] AZCUY AMEGHINO, Eduardo. “Agricultura, ganadería y diezmo en el Obispado de Bs. As.: 1782-1802, una comparación infructuosa.”En La otra Historia. Economía, Estado y sociedad en el Río de la Plata colonial. Imago Mundi, Bs. As., 2002

[5] AMARAL, Samuel y GHÍO, José María. “Diezmos y producción agraria. Bs. As., 1750 – 1800.” En Revista de Historia Económica, año VIII. Número III, 1990.

[6] AMADO, Raúl “Producción agrícola e inflación en el Buenos Airs Tardocolonial”. En http://mpra.ub.uni-muenchen.de/21651/. Ponencia III Jornadas de Discusión de Avances de Investigación en Historia Argentina: Fuentes, Problemas y Métodos. Facultad de Derecho y Ciencias Sociales del Rosario, Pontificia Universidad Católica Argentina, noviembre de 2010.

[7] AZCUY AMEGHINO, Eduardo “Comercio exterior y comercio de cueros en el Virreinato del Río de la Plata”, en La otra historia, Op. Cit.

[8] GARAVAGLIA, Juan Carlos y GELMAN, Jorge. “Mucha tierra y poca gente: un nuevo balance historiográfico de la historia rural rioplatense” en Historia Agraria, Nº 15, 1998, pp. 35 y 36.

[9] AZCUY AMEGHINO, Eduardo “El inicio de la expansión terrateniente en la frontera sur de Bs. As.: las denuncias de tierras de 1795.” En La otra historia, Op. Cit.

[10] GELMAN, Jorge y BARSKY, Osvaldo. Historia del agro argentino. Sudamericana, Bs. As., 2009, p. 99.

[11] AZCUY AMEGHINO, Eduardo Op. Cit.; GRESORES, Gabriela y BIROCCO, Carlos María. Tierra poder y sociedad en la campaña rioplatense colonial. Cuadernos del PIEA, Nº 5, Bs. As., 1998.

[12] AZCUY AMEGHINO, Eduardo “La propiedad de la tierra en los campos bonaerenses y el censo de hacendados de 1789”, en La Otra Historia, Op. Cit.