REVISTA DE LIBROS

 

 

 

BOCCO, Andrea; CRESPO, Natalia y SOSA, Carlos Hernán (Directores), De cada cosa un poquito. Prensa y literatura en el largo siglo XIX argentino, Editorial UADER-EDUNaF, Paraná, 2022, 416 pp.

 

ARK CAICYT: http://id.caicyt.gov.ar/ark:/s24690732/6944rpn28

 

El volumen reúne un conjunto de trabajos que giran en torno al periodismo y la literatura. El periodo examinado recorre especialmente el siglo XIX, pero también en algunos casos sitúa su interés en las primeras décadas del siglo XX. Se trata de investigaciones que tienen como referencia, en algunos casos a una provincia argentina y otros a autores particulares. Esta publicación, ante todo, resulta atractiva para reflexionar sobre su misma edición, pero también sobre la forma en que son analizados los temas propuestos.

Los editores son los centros de publicaciones de dos universidades: la Universidad Autónoma de Entre Ríos y la Universidad Nacional de Formosa; se trata de espacios académicos que no tienen una inserción importante dentro del mundo de la investigación y de allí es que es relevante tener presente que son lugares donde no es una tarea fácil que los estudiantes se inserten en ese mundo. Tampoco resulta sencillo conseguir que se interesen por la tarea propia del investigador. No lo digo como un observador atento o simplemente curioso, sino como docente investigador de la primera universidad mencionada. En estos términos, es común escuchar a docentes hablar de lo que significa investigar o de ponderar esa tarea, sin embargo, esa palabra resulta sobreactuada cuando en los hechos concretos, no asumen esa tarea y no son capaces de incentivarla con criterios mediamente coherentes. En este sentido, la publicación de este volumen viene a contracorriente de esta tendencia; mas aún si consideramos que su edición se da en el marco colaborativo de dos universidades públicas, que reúne trabajos de casas de estudios de distintas provincias e instituciones (públicas y privadas), y que intenta establecer un posible dialogo entre distintos centros de investigación.

La prensa, los escritores, los periodistas, los críticos, son los nudos temáticos que rodean y atraviesan los muy distintos capítulos del libro. Si los trabajos de Paula Alonso o los de Silvia Saitta, por solo nombrar dos colegas que respeto, resultan materiales de lectura obligada para aquellos que se interesan por tema de la prensa, el interés por esa fuente de indagación, no fue, sin duda, siempre el mismo. Es muy probable que los años de 1990 resulten un primer momento de discusión sobre su importancia. Recuerdo que en ese periodo no resultaba una tarea fácil tomar como fuente principal de análisis a un periódico, un semanario o un diario. El cuestionamiento principal recaía en su aparente debilidad a la hora de respaldar una hipótesis. Y es que se supone que son materiales donde no se dice la verdad o se dicen cosas que favorecen a un gobierno o a una facción.

Como imaginará el lector, aquellos que cultivaban la historia económica o la historia social, amparados en supuestas fuentes más sólidas o bien en la elaboración de cuadros donde lo cuantitativo parecía “decir verdades” por sus propios datos mismos, machacaban, una y otra vez, con esa consigna de impugnación. En ella no solo incluía a los estudiosos de la prensa sino también entre otros a los historiadores de las ideas. Resulta ejemplar en esta línea, el breve artículo de Carlos Altamirano, creo recordar que su título es “breve apología de la historia de las ideas”, en el que hacia una defensa de este tipo de estudios. A decir verdad, a quien iba dirigido el mensaje, quizás Enrique Tandeter, no levantó el guante. Sea como sea, ese periodo de los años noventa significa un periodo discusión, seguramente más de pasillo o de bar (por lo menos yo mantuve varias) que en términos públicos. Con el nuevo siglo, las cosas se modificaron. Si bien aún falta mucho para consolidar un espacio dedicado a la prensa, no hay duda que hoy disponemos de muchos especialistas en contraste con periodos anteriores. La prensa es hoy analizada desde la historia, la literatura, pero también desde las carreras comunicación, de las artes.

Hay un tono del dominio del ensayo en los estudios reunidos en este libro. Mayormente se trata de reflexionar sobre un semanario, un periódico o un diario, una escritora o un escritor, o bien sobre alguna noción de orden metodológico. En este sentido, en general, resultan trabajos que apuntan a llamar la atención sobre un aspecto del objeto analizado o bien dejar preguntas abiertas que permitan su continuidad.

El libro está dividido en cinco partes. La primera, se titula “Miradas facciosas, exilios, cautiverios y errancias”. Poniendo el ojo de indagación en la figura del padre Francisco Castañeda, se sugiere que su importancia pública trasciende su ciclo vital. De este modo, estaríamos ante alguien con el que se puede pensar una historia conceptual que permite, a su vez, pensar la segunda mitad del siglo XIX. En este particular punto de vista, se destacan determinadas estrategias ficcionales en los textos del fraile franciscano. En el examen de Vicente F. López, generalmente más conocido como historiador, es analizado en su papel de periodista en su exilio chileno; se afirma que, desde una mirada de la facción unitaria y antirosista, construye una literatura progresista, en su tarea de escritor de El Progreso. La idea de una literatura progresista, en los años de 1840, seguramente se respalda en la iniciativa de promover ideas de civilización. Si realmente ese es el ingrediente principal de este tipo de literatura habría que considerar por que los órganos de prensa de la Confederación Argentina también tienen un discurso con ideales civilizatorios. Pienso, por ejemplo, para dar solo casos que he investigado, en distintas publicaciones federales y defensoras de la Confederación Argentina y la figura de Juan Manuel de Rosas, como El Federal Entrerriano, editado en Paraná, en El Progreso de Entre Ríos, editado en Gualeguaychú, en El Porvenir de Entre Ríos, editado en Concepción del Uruguay. Otro estudio analiza los manuscritos de Santiago Avendaño, quien fue cautivo de los indios ranqueles en la década de 1840, aunque también se hacen menciones a su vida en la década de 1830; estos textos fueron publicados en la Revista de Buenos Aires a fines de 1860. El foco de interés, es tratar de pensar porque no se publican completos, o directamente, porque se omiten partes donde se muestra con una actitud positiva hacia los indios. En esta operación de orden intelectual, se hace notar que se destaca el discurso que subraya la barbarie.

Una segunda sección está dedicada a las “Mujeres de prensa”. A partir de los estudios de las emociones y los sentimientos, y rememorando lugares donde han vivido, se analizan algunos artículos periodísticos de Juana Gorriti y Eduarda Mansilla. Otro trabajo, centra su interés también en esta última escritora, pero tratando de entender, también desde sus escritos periodísticos, su mirada política. En otro capítulo, se describen aspectos de las intervenciones en la prensa cordobesa, de la escritora María Eugenia Echenique. Situado en la Buenos Aires de comienzos del siglo XX, es también examinada la periodista y escritora Ada María Elflein; se trata de la primera mujer periodista contratada por un diario, La Prensa, y la primera en ingresar a la Academia Nacional de Periodismo, allí se sugiere que la difusión de su obra se debe a las condiciones generadas por la prensa y la necesidad de una educación masiva.

“Por un diariarismo no (solamente) porteño” es el título de la tercera sección. En esta se intenta describir la trayectoria del periodismo en Mendoza en su vínculo con la literatura, se afirma que justamente la literatura surge en el periodismo durante todo el siglo XIX. En otro estudio se analizan dos figuras destacadas, que no tuvieron que recorrer el camino hacia Buenos Aires para lograr aceptación pública; me refiero al santafesino Greca, nacido en la ciudad costera de San Javier, y al poeta entrerriano Saraví. La intención es hacer ver como presentan formas diversas de intervenciones públicas, una de ellas es el caso del dominio del periodismo. El conocido escritor Alberto Gerchunoff, a su vez, es analizado también en su vínculo entre literatura y periodismo.

Una cuarta sección, “Profesionalización y nuevos consumos finiseculares”, analiza el semanario dominical La Carcajada, de Córdoba, entre la década 1870 y el año 1899. También el lugar del folletín en la prensa, y la cambiante relación entre las imágenes y la tipografía. Finalmente, se examina la tarea de Ernesto Quesada como crítico.

El libro concluye, con lo que los autores han denominado, “Algunas proyecciones decimonónicas”. Tres autores diferentes, Domingo Astrada, Otto Asp y el muy interesante escritor Federico Gauffin, son el objeto de atención para examinar las narraciones expedicionarias al Pilcomayo. Finalmente, otro capítulo, describe el panorama cultural en Córdoba a partir de la prensa en los años de 1920.

Como se ve, el libro reúne un conjunto de ensayos que intentan indagar, cada uno a su manera, temas muy diversos en un tono de ensayo, de apuesta a pensar un nudo problemático. No es casual ni tampoco inocente entonces que, justamente su título, sea el mismo del periódico de tono popular de los primeros años de 1830 en Buenos Aires, De cada cosa un poquito.

 

 

Fabián Herrero

Universidad de Buenos Aires

Universidad Autónoma de Entre Ríos

Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas

Email: herrerofab@gmail.com

ORCID: https://orcid.org/0000-0003-4424-4819