Dos fuentes locales sobre artistas y vanguardia en los treinta en el sudeste santafesino: “Escuela Taller de Artes Plásticas” y “Villa también tiene Artistas propios”

 

 

“Escuela Taller de Artes Plásticas”

 

Hasta el arte solo viene siendo patrimonio de una minoría; los centros artísticos solo surgen en las grandes urbes: el “pueblo” de éstas y las poblaciones que no alcanzan la magnitud de gran ciudad, viven alejados de toda manifestación seriamente artísticas. A ella solo alcanzan vagas nociones y por lo general se cultiva una lamentable afectación, un amaneramiento nocivo. Sin embargo una corriente saludable, el movimiento de escuelas talleres de Rosario aparece llenando esta laguna.

Esporádicamente, apremiado por necesidades económicas, los artistas venían creando mutualidades; pero éstas no habían ido mas allá de la colectividad del taller, es decir, del aporte económico, donde la personalidad, individualista nacida de una existencia igual, luchaba absolutamente, por puro prejuicio, contra la lógica socialización de los conocimientos que surgían en la constante camaradería.

Con la creación de la Mutualidad Popular de Estudiantes y Artistas Plásticos de Rosario, por primera vez y debido a la feliz influencia de circunstancias especiales y a la inquietud y capacidad del grupo dirigente, se va mas allá del simple taller y se adquiere integralmente caracteres de movimientos artísticos. Con la siguiente copia de algunas dispociciones (sic) de los Estatutos podemos darnos cuenta de toda su importancia.

Art. 3 – Los fines de Mutualidad, son:

a)       Agrupar a los Estudiantes y profesionales, dibujantes, grabadores, pintores, escultores, etc., con el objeto de crear una Escuela Taller donde se practique las artes plásticas, se perfeccione la capacidad técnica y se eleve el nivel cultural y artístico de cada uno y de todos en general.

b)      Practicar diariamente en la Escuela Taller, el dibujo, la pintura, la escultura, el grabado, etc., compartiendo todos colectivamente las experiencias y las enseñanzas de acuerdo al grado de capacidad de cada uno.

c)       Desarrollar los conocimientos [ilegible] tiva, arquitectura, decoración e historia de arte.

d)      Discutir en las horas y en los días destinados al efecto, todos los problemas de estética contemporánea sin distinción de forma y contenido.

e)       Trabajos sobre modelo vivo, curso preparatorios de dibujo, química de los colores, preparación de los materiales y conocimientos de su composición a la  manera de los pintores clásicos.

f)       Cursos especiales de composición, retorno a los estudios científicos de la colocación y ordenación de los sujetos, seres y cosas representados en el cuadro, estudios especiales de la composición clásicas directamente sobre las buenas reproducciones de cuadros del siglo XII al XVII.

g)      Práctica de pintura monumental al fresco, su proceso técnico, empleo de brocha mecánica aplicación a gran escala.

j)        Si bien la Mutualidad se manifiesta contra el estudio de las artes con el solo propósito de obtener un título de profesor, los componentes adquirirán tal grado de desarrollo técnico y cultural que estarán capacitados en cualquier momento, cuando creyeran conveniente para rendir exámen libre en la academia Nacional de Buenos Aires, con el objeto de obtener el diploma de profesor de dibujo y pintura de acuerdo a los programas aprobados a tal efecto que rigen para los alumnos libres.

l)        Abono a todas las principales revistas artísticas y literarias del mundo con el objeto de formar una biblioteca popular.

 

Ahora bien, al emprender la tarea, la mira de los iniciadores no ha sido, desde luego, enquistarse en la Escuela Taller, deteniéndose así en la simple colectividad productiva; ello implicaría reiniciar en el mal que se pretende remediar. La marcha sobre la ruta del primer anhelo llevó a la creación de escuelas talleres en barrios y poblaciones de relativa importancia, con miras a un íntimo contacto con la población a travez (sic) de conferencias, cursos populares y exposiciones rotativas que permitirían así el goce y la formación de grandes personalidades artísticas elevadas sobre el aporte social, no solo ya en una minoría selecta, sino también ahora, en un sector de la población inmensamente más amplio.

Nuestro pueblo, donde existe ya un grupo de cultores plásticos, participará también en la nueva corriente, desde que ellos, constituídos en Escuela Taller, adherida a la institución Rosarina, entran a formar parte del amplio movimiento. La asamblea que se llevará a cado en el local de la Biblioteca Popular el lunes 3 de Septiembre a las 20 horas con la presencia de un delegado del grupo Nicoleño y otro de Rosario permitirá establecer amplias perspectivas de trabajo de las cuales hablaremos una vez llevada a cabo  dicha asamblea.”

 

El Defensor, 01 de septiembre de 1934, página 3.

 

 

 

“Villa también tiene Artistas propios”

 

 

 

 

 

Auspiciado por la Comisión Municipal de Bellas Artes de la ciudad de Rosario, el pasado mes quedó inaugurado el XIV salón de Otoño después de un silencio de varios años.

De las muchas obras que se presentaron, entre ellas de artitas de ya reconocido pincel, por vez primera lo hizo su presentación nuestro joven artista Ricardo Sívori con su obra “EL LINYERA”, quien ha obtenido un punto privilegiado en el referido certámen [sic], y cuyo trabajo ilustra la presente página.

No estamos en condiciones de hacer una crítica con altura con respecto a la obra de nuestro artista, por que carecemos en absoluto de conocimientos artísticos para poder valorar merecidamente su trabajo, pero sí haremos eco del crítico del colega “La Capital” quien ha hecho un comentario elogioso al artista Sívori, que se ha destacado como uno de los expositores modernos de gran calidad.

Nosotros ya conocíamos su obra, cuando estaba dándole sus últimos retoques y nos manifestamos encantados, augurándole mucho éxito en su trabajo, con el que ha llegado a dar un paso muy adelante, después de largos e incansables esfuerzos en su evocación.

A continuación damos a publicidad el comentario del crítico del diario La Capital: “La obras expuestas pueden catalogarse en tres tendencias fundamentales que dominan la pintura y la escultura contemporánea. El “imprecionismo” [sic], el “fauvismo” y lo que podríamos calificar de “populismo”. Vemos pintores como Peláes, Anganuzzi, Aquino, [ilegible], etc., fieles al impresionismo [sic]. De sus paletas siguen siendo excluidos los negros y tierras, continúan con las gamas tonales que dominaban en los salones anteriores al de 32. En cambio, y en esto se nota la diferencia fundamental entre los [ilegible] tos y sentimientos de las nuevas escuelas comparadas con la imprecionista [sic] de la generación pasada. Los nuevos pintores del empleo de los colores terrosos y a veces ennegrecidos, la preferencia tonal del cuadro y su mayor y más exquisito gusto. Estos son los que podríamos catalogar como “fauvistas”, Corner, Larrañaga, Baria, de Ferrari son los representantes destacados de esta tendencia. Por último, se presenta por primera vez, podríamos decir, un conjunto de pintores que habiendo pasado ya por las dos escuelas antes citadas buscan nuevos motivos de sensaciones estéticas llevando el arte a un plano superior que de pura “belleza” o pura “contemplación”. Entre éstos podemos citar a Berni, Pícoli [sic], Clanzone [sic], Sívori, Grelaa [sic], Minturn Zerza, etc. La presentación de estos pintores en los certámenes para imponer sus conceptos plásticos y sus puntos de vista, es un hecho de importancia que no puede pasar desapercibido. Abarcando todas estas tendencias en conjunto y analizándolas, se nota en general ésa falta de interés y emoción, por las creaciones y las ideas que en todo tiempo agradecieron el arte. Lo característico, salvo excepciones, es el pequeño estudio de naturaleza muerta, de rincón de paisaje, con lo que a veces se logra hacer vibrar levemente, insignificante cuerdas sensibles de nuestro espíritu.

En Rosario, un grupo de pintores, ha tomado resueltamente este camino; de ellos se ha ocupado la crítica de Buenos aires con motivo de este salón. Berni y Pícoli consiguen efectos de extraordinario volumen y color en “Hombre herido” obra realizada con soplete de aires y pintura a la laca, procedimiento nuevo cuya verdadera eficacia se conocerá el día que se le aplique en muros de grandes dimensiones con el empleo de pinturas minerales adecuadas a la monumentalidad del trabajo. En “Lingera” de Sívori es una cabeza de gran realidad muy bien construída hecha con un criterio muralista que sugiere los efectos insospechados que conseguirá este pintor el día que pueda realizar grandes composiciones. El “Mitín” de Ginzone es de gran audacia constructiva; el autor es jóven con muy buena orientación y capacidad técnica.- La Comisión.”

 

Aprovechamos la oportunidad para comentar algo que nuestro pueblo no debe ignorar con respecto a la ocupación que a diario viene desarrollando nuestro ya destacado artista Ricardo Sívori.

Es el gestor de la “Mutualidad” o escuela de pintura y dibujo, donde funciona con la asistencia de un núcleo de jóvenes de ambos sexos, que concurren con el deseo de encaminarse en esa vocación.

Hemos tenido oportunidad de visitar ese rincón de estudio y poder apreciar su importancia y el adelanto en que ha influido la colaboración del Señor Sívori entre los estudiantes, que llegarán en el día de mañana a conseguir una actuación digna en el mundo de la pintura. Entre los más adelantados podemos destacar a los jóvenes Daniel Igual, José y Rafael Alfaro, Oscar Tello y J. Daniel Martín.

Nos hemos enterado que esa institución funciona con la ayuda de sus estudiantes y con muy escasos recursos, para poder adelantar como ya se perfilan, sus estudios.

En la actualidad está prestando sus buenos oficios al pueblo; cuenta con una considerable cantidad de estudiantes, que inculcan el arte y la cultura del pueblo de Villa Constitución.

Está ya predestinada a progresar, teniendo en cuenta el sistema de la enseñanza que se desarrolla de acuerdo al progreso evolutivo de las artes plásticas de actualidad.

Tenemos la seguridad que la mayor parte de las autoridades culturales y oficiales de la localidad ignoran en absoluto la importancia de esa escuela, su desarrollo y su situación económica. Convenientemente sería que muchas de ellas la visitaran para apreciar de cerca nuestras verídicas manifestaciones.

Sin duda, habría alguna iniciativa para ayudar a colaborar de manera de que ese taller siguiera su curso de progreso y sus alumnos completaran sus conocimientos en el arte en que están encaminados por la dirección técnica de uno de nuestros artistas de ya reconocida capacidad.

Invitamos, pues, a visitarla, en sus horas hábiles y podrán apreciar su importancia y la altura de progreso en que se hallan sus alumnos.”

 

El Defensor, 22 de junio de 1935, páginas 1 y 3.