Consolidación y adaptación de la asociación civil “Capullitos” frente al contexto histórico, político y económico, Rufino, Santa Fe, 2002-2022

 

Sofía Vidoret Codemo(*) y Aldana Castro Bernardez(**)

 

ARK CAICYT: http://id.caicyt.gov.ar/ark:/s24690732/nlf23wbrj

 

Resumen

 

Nuestra investigación busca estudiar las razones políticas y sociológicas que dieron origen a la asociación civil Capullitos y comprender históricamente el periodo en el cual surgió el espacio en el plano nacional y local. De este modo, mediante la utilización de un método cualitativo, hemos embarcado el proceso de recolección y análisis de datos para afinar las preguntas de investigación, o revelar nuevas interrogantes. Siendo las entrevistas la principal fuente de recolección de datos, a través de las cuales se fue moldeando el desarrollo del proyecto, buscamos recuperar una parte de la historia local rufinense.

 

Palabras clave: Asociación Civil; Cultura del Dar; Necesidad; Estrategias de Intervención y Adaptación; Rufino.

 

 

 

Consolidation and adaptation of the civil association "Capullitos" in the face of the historical, political and economic context, Rufino, Santa Fe, 2002-2022

 

Abstract

 

Our research seeks to study the political and sociological reasons that gave rise to the civil association Capullitos and to understand historically the period in which the space emerged at the national and local level. Thus, through the use of a qualitative method, we have embarked on the process of data collection and analysis to refine the research questions, or reveal new questions. Interviews being the main source of data collection, through which the development of the project was shaped, we sought to recover a part of the local history of Rufino.

 

Key words: Civil Association; Culture of Giving; Need; Intervention and Adaptation Strategies; Rufino.


 

 

Consolidación y adaptación de la asociación civil “Capullitos” frente al contexto histórico, político y económico, Rufino, Santa Fe, 2002-2022[1]

 

Introducción

 

Dentro de las comunidades locales se suele contar con la presencia de espacios en los que se brinda la asistencia o el acompañamiento a niños y niñas para satisfacer las necesidades o derechos vulnerados. En este caso particular, la asociación civil Capullitos lleva dos décadas de existencia brindando asistencia y contención a niños y niñas carenciados de entre 4 y 13 años y a su grupo familiar buscando garantizar la posibilidad de un desarrollo integral.

De acuerdo a nuestra hipótesis de trabajo, la asociación civil “Capullitos” —fundada/creada en el año 2002 en la ciudad de Rufino, Santa fe— implementó diferentes estrategias de intervención para adaptarse y suplir las demandas de nuestra sociedad, en cada contexto económico, político y social. En el período donde funcionó —sin la categoría legal de asociación civil— es donde se encuentran sus verdaderos principios fundacionales. Dicha conjetura nos lleva a problematizar y contextualizar en base a ciertos interrogantes, tales como ¿cuáles fueron los móviles que llevaron a la fundación de la Asociación Civil “Capullitos”?, ¿Cuáles fueron las estrategias de intervención que plantearon para adaptarse a los diferentes cambios sociales, políticos y económicos que surgieron a lo largo de su trayectoria?, ¿Cuáles fueron las estrategias de intervención que plantearon para adaptarse a los diferentes cambios sociales, políticos y económicos que surgieron durante esos años?

Actualmente acuden 27 niños y niñas que reciben la asistencia pedagógica y su merienda en el nuevo espacio brindado por la municipalidad de Rufino, el Punto Digital, dejando ver la importancia de dicha asociación civil en la ciudad.

Dado que en la presente investigación se tendrán en cuenta varias conceptualizaciones y delineamientos teóricos, —tales como asociación civil, cultura del dar, necesidad, estrategias de intervención y estrategias de adaptación para llegar al objetivo final, el cual será comprender si la Asociación Civil “Capullitos” ha implementado diferentes estrategias de intervención para adaptarse y suplir las demandas de nuestra sociedad, analizando el contexto socioeconómico del período comprendido entre 2002-2022— se desarrollarán con mayor precisión teórica.

De esta manera, decidimos comenzar con asociación civil, dado que es el principal objeto de nuestra investigación, según Rampello, Silvina (2019):

 

Las Organizaciones Sociales Civiles (OSC) persiguen fines solidarios, culturales, son independientes del Estado, no distribuyen ganancias o beneficios entre sus asociados, son autónomas, la pertenencia a ellas es de libre elección, suelen tener base en una comunidad para acompañar o resolver problemas sociales. Existen para generar un cambio en los individuos y la sociedad. Una asociación civil nace cuando un grupo de ciudadanos se unen en pos de un objetivo social, cultural, deportivo, entre otros (p. 3).

 

En nuestro país, podemos encontrar el origen de las OSC establecidas como tal alrededor de 1801, según el Centro Nacional de Organización de la Comunidad (2006):

 

[...] El dato más que hacer alusión a las organizaciones creadas décadas atrás, remite a la permanencia o “supervivencia” de algunas de ellas. En particular, puede destacarse la presencia en la Base de quince organizaciones que, habiendo iniciado sus actividades en el siglo XIX, continúan hasta nuestros días (p. 97).

 

En el escrito anteriormente citado, se describe como en los últimos 20 años, se dió el mayor número de fundación de OSC teniendo en cuenta los cambios en la matriz social. Además, aportan: En Argentina, en un marco general de reconocimiento de la acción de las Organizaciones como sujetos activos, se las visualiza como: actores clave, protagonistas, socios o aglutinadores de las fuerzas vivas existentes en la sociedad (p. 12).

Por otro lado, la noción de cultura del dar ocupa un rol central en nuestra investigación. En ese sentido, nos parece sumamente importante destacarla, ya que toda la labor realizada por esta asociación civil, desde sus inicios hasta la actualidad, no es más que “civiles ayudando civiles''. Según Bombal, Inés (1996):

 

Es aquella que se asocia con la tradición del deber cívico de unos hacia otros, en una comunidad política que se piense a sí misma como un contrato social entre ciudadanos [...] Alude al reconocimiento de virtudes y al sentido de los valores vigentes en una sociedad. Presupone más o menos explícitamente una concepción de “otro”. Y por sobre todas las cosas supone uno u otro lazo social que vincula a ambos (pp. 3-5).

 

Para contextualizar la cultura del dar, hay que tener en cuenta la noción de voluntariado. Lo entendemos como la labor social cuyo objetivo es ayudar a facilitarle la vida a quien más lo necesita, realizando diferentes actividades, como es la donación de medicamentos, de ropa, o a través del acompañamiento y todo esto se hace sin fines de lucro.

Para adoptar una perspectiva histórica, podemos tomar lo expresado por cooperating volunteers,

 

En la Edad Media, las actividades que se realizaban de forma voluntaria por amor al prójimo, era tomado como algo estrictamente cristiano. En esta época fue que se crearon los primeros hospitales sin fines de lucro, que tenían la capacidad para atender a todo aquel que lo necesitara, para realizar esta labor se empleaban enfermeras o mujeres que quisieran ayudar con los enfermos. Las funciones del voluntariado con el tiempo fueron evolucionando y mejoraron su práctica con las guerras, donde no había tiempo para llevar los heridos a los hospitales y eran pocos los médicos que podían prestar sus servicios.[2]

 

En función de lo que nos concierne en la presente investigación, el origen de la asociación civil Capullitos es puro voluntariado. Como nos contaba una de las fundadoras, Silvina Villegas: Los recursos eran donaciones, porque nosotras no teníamos. Ana una vez se fueron hasta el frigorífico a pedir carne, ahí él nos empezó a ayudar con la carne y nos prestaba el transporte, nos recorríamos todo Rufino.[3]

Dado que la misión de la OSC “Capullitos” es brindar asistencia, contención a niños y niñas carenciados entre 4 y 13 años y a su grupo familiar buscando garantizar la posibilidad de un desarrollo integral, nos parece prudente citar a Habermas (1981) para teorizar sobre el concepto de necesidad

 

Su planteamiento es que estar perjudicados por debajo de ciertas normas de bienestar, es otra forma de decir que los estados de necesidad no son otra cosa que normas sociales expresadas de forma individual. Es decir, los criterios para valorar las necesidades tienen que ver con las normas sociales. De este modo, rechaza la objetividad y universalidad de las necesidades y plantea la idea de que la satisfacción de una necesidad va ligada a una estructura simbólica, al nivel sociocultural y a las normas sociales establecidas (p. 6).

 

Parafraseando a Boltvinik, Julio (2003), partimos de la base de conceptos como pobreza y necesidad. El primero consistiendo en todas las necesidades y capacidades, mientras que el segundo de acuerdo al nivel de vida está presente sólo en los elementos económicos de dichas capacidades. Con ello acotamos la pobreza, concebida como un nivel de vida tan bajo que resulta incompatible con la dignidad humana.

El resultado de la profunda crisis social devenida del gobierno presidido por Carlos Menem fue, entre muchos otros, lo denominado por Gabriel Kessler y Alberto Minujín como “los nuevos pobres” (2011): provenían de las clases medias y conservaban algunos de sus rasgos (nivel de educación, número de hijos, zonas de residencia) pero se parecían al resto de los pobres en los ingresos, el riesgo de desempleo, la falta de cobertura de salud, etc. (p. 229).

Nos parece relevante esta información para dejar en evidencia que de repente una gran parte de la sociedad es la que se encontró en necesidad y no lo que generalmente conocemos como sectores carenciados. La presencia de las OSC será, de esta manera, fundamental para suplir estas necesidades. Por último, nos parece relevante analizar los conceptos como estrategias de intervención y estrategias de adaptación. El primero es teorizado por la autora Guadarrama-Sánchez, Gloria Jovita (2017):

 

La estrategia de intervención es una vía organizativa y operativa que combina diferentes elementos, a través de los cuales las acciones relativamente institucionalizadas de las organizaciones marcan perfiles de actuación que imprimen una dirección a sus acciones; en este sentido, la estrategia de intervención busca relacionar a la población objetivo de un proyecto con los objetivos y fines de la organización (p. 6).

 

En cuanto a las estrategias de adaptación, las entendemos como la adecuación de un producto o un espacio a las distintas necesidades y condiciones presentadas por los diferentes contextos socioeconómicos o políticos. Como describe Monique Rubiano

 

la supervivencia y duración en el tiempo de las organizaciones dependerá de hacer de la adaptabilidad su estrategia; esto será posible si en términos prácticos y en el día a día se gestionan la agilidad, para identificar y capitalizar nuevas oportunidades en el entorno de manera rápida, la flexibilidad para adaptarse y amoldarse a nuevos escenarios y circunstancias y la resiliencia que permita avanzar y resistir en tiempos difíciles.[4]

 

En primer lugar, nos gustaría tener en cuenta lo propuesto por la autora Mitchell, Ann (2012). Ella en un principio, realiza un recorrido histórico acerca de cómo las asociaciones civiles se abren paso en la sociedad para garantizar ciertos servicios sociales que el Estado está fallando en proveer, de esta manera,

 

En los años noventa, la introducción de políticas de libre mercado llevó a un cambio en la relación entre el Estado y la sociedad civil y el surgimiento de nuevas organizaciones enfocadas en la provisión de servicios sociales. Este cambio fue producto, por un lado, del viraje desde políticas públicas sociales universales hacia políticas focalizadas y gestionadas a través de las organizaciones de la sociedad civil y, por otro lado, del deterioro en las condiciones de vida de un amplio sector de la población que impulsó la creación de nuevas organizaciones para atender sus necesidades en alimentación, salud, educación, etcétera (p. 2).

 

Seguidamente, explica que el objetivo de su investigación es evaluar el avance de las asociaciones civiles en las villas de la Ciudad de Buenos Aires. Para lograr este objetivo, la autora toma dos casos que son el de Barracas y Bajo Flores. Entre algunas de las conclusiones a las que llega con su investigación, está el hecho de que la función principal de las asociaciones civiles es la provisión de servicios asistenciales a los habitantes de las villas, siendo la alimentación el servicio más importante. Sin embargo, las OSC buscan ampliar las capacidades a largo plazo de la población: [...] Paulatinamente habían ido agregando otros servicios, empezando con apoyo escolar y actividades recreativas, y luego fueron sumando programas de alfabetización para adultos o talleres de oficios (p. 66).

Por otro lado, Rosa, Paula nos propone un recorrido histórico desde el origen de las OSC:

 

La existencia de organizaciones de la sociedad civil no es reciente ni novedosa. Muy por el contrario, antes de la formación del Estado Nacional, entidades privadas sin ánimo de lucro y con propósitos de bien público ya intervenían en las políticas culturales y sociales (p. 1).

 

La autora toma algunos casos para realizar este recorrido histórico, como por ejemplo la caridad cristiana, la “Sociedad de Beneficencia”, la “Fundación Eva Perón”, entre otras. De acuerdo a sus conclusiones, las OSC se encuentran fuertemente influenciadas por el contexto político y económico de la época, que la relación entre ellas y el Estado ha estado siempre marcada por ciertas tensiones, pero sólo porque ambos tienen como objetivo principal dar respuesta a las necesidades de las personas.

Bombal expone en su investigación, una relación entre las OSC y los medios de comunicación “actuales”. Lo que resulta fundamental en su planteo, es lo que ella califica como la cultura del dar, es decir, aquella que se asocia con la tradición del deber cívico de unos hacia otros, en una comunidad política que se piense a sí misma como un contrato social entre ciudadanos (p. 3).

Además de este concepto que consideramos muy importante, la autora también trata temáticas como la visibilidad de las asociaciones civiles, el rol que desempeña el periodismo y los medios de comunicación a la hora de generar una moral del sentimiento.

Teniendo en cuenta lo propuesto por las autoras Koh Yah, Gardenia y Castillo León, Teresita, podemos plantear cuestiones como la cultura organizacional y la incidencia política en las asociaciones civiles. Si bien su proyecto de investigación está enmarcado en las asociaciones civiles Yucatecas, estos conceptos resultan interesantes para nuestro propio trabajo.

Asimismo, creemos necesario abordar la noción de cultura organizacional, el cual, según las autoras, es un conjunto de valores, supuestos, formas de actuar, entre otras, que son propuestas por los miembros clave de la OSC. Puede transformarse a lo largo de su evolución, o puede seguir intacta a lo largo de los años. Por otro lado, nos interesa analizar y comprender la incidencia de los contextos políticos en estos espacios. Según las autoras puede ser definida de varias maneras:

 

Puede ser vista como el hecho de hablar a favor de los que no tienen voz; es decir, la incidencia es vista   como   representación.   También   puede   considerarse    que    mediante    la    incidencia se insta a los demás a hablar; entonces la incidencia es movilización.  O bien puede ser que se considere como el respaldo a aquellos que no tienen voz para hablar por sí mismos, entonces la incidencia es la concesión de poder (p. 4).

 

No obstante, lo anterior, hay que tener en cuenta que, según las autoras, es también la articulación entre las asociaciones civiles y el Estado ya que, tal como proponía Rosa, Paula anteriormente, las OSC siempre se ven influenciadas por el contexto político de la época y en cada momento particular de cada país.

Por otra parte, contamos con el aporte del autor Zerbini Renato, quien teoriza acerca de cómo las asociaciones civiles han tenido un rol fundamental en la protección de los Derechos Humanos en el siglo XXI. Según el autor:

 

La sociedad civil organizada es un ente político movido por la acción y la voluntad humana. Todos los entes políticos así se mueven. Además, todas las actividades humanas son condicionadas por el hecho de que los hombres viven juntos, siendo la acción inherente a esta convivencia. Por lo tanto, cada uno de los actores que conforman la sociedad civil organizada tiene su voluntad propia y, consecuentemente, dirige sus acciones para alcanzar los objetos de esa voluntad (pp. 2-3).

 

En ese sentido, Zerbini plantea cómo las sociedades civiles son un concepto contradictorio, pero que al mismo tiempo es un actor fundamental en las relaciones internacionales. Los Estados y las organizaciones internacionales no pueden elaborar planes de acción, leyes, o resoluciones sin tener en cuenta lo propuesto por las asociaciones civiles que son las que realmente están cerca de la población con carencias.

Paralelamente, es preciso destacar que nuestra investigación se posiciona desde un paradigma hermenéutico interpretativo, lo que puede entenderse, según Arráez, Morella, et al (2006),

 

De esta manera, entendemos la Hermenéutica como una actividad de reflexión en el sentido etimológico del término, es decir, una actividad interpretativa que permite la captación plena del sentido de los textos en los diferentes contextos por los que ha atravesado la humanidad. Interpretar una obra es descubrir el mundo al que ella se refiere en virtud de su disposición, de su género y de su estilo (p. 174).

 

La fundamentación epistemológica del paradigma hermenéutico supone la comprensión interactiva y comprensiva del sentido de las expresiones y acciones del sujeto a través del estudio de sus discursos y prácticas sociales.

El método utilizado en la presente investigación es puramente cualitativo, ya que en todo el proceso se ha utilizado la recolección y análisis de los datos para afinar las preguntas de investigación o revelar nuevas interrogantes. En el proceso de interpretación se planteará una hipótesis, la cual entendemos según Hernández Sampieri, Roberto (2018) como una guía de investigación o estudio. Esta se define como una explicación tentativa del fenómeno que investigamos (p. 104).

Se utiliza como principal fuente de recolección de datos la entrevista que, según los autores Barela, Liliana; Miguez, Mercedes y Conde, Luis (2009) tiene como finalidad la conservación y transmisión de historias, de la vida cotidiana en general, y de todo aquello que no deje huellas escritas, o deje muy pocas. Se trata no sólo de recuperar lo vivido, sino también los significados que tienen para las personas, relación ésta difícil de lograr a través de las fuentes escritas (p. 22). La entrevista será semiestructurada: las preguntas, el modo de enunciarlas y el orden pueden ser variados por el entrevistador, según su criterio y cómo se vaya desenvolviendo la entrevista (p.  30).

La razón por la que elegimos la entrevista como una de nuestras principales fuentes de conocimientos para realizar este proyecto de investigación, es porque conociendo mínimamente el trabajo realizado por esta OSC nos parece de suma importancia el elemento humano que plantea la fuente oral, como lo propone Andújar, Andrea (2014):

 

[...]Estas son el resultado de una construcción, de un acto creativo gestado en el intercambio entre investigador/a y entrevistado/a que posibilita bucear en cómo las personas fueron pensando y edificando su mundo, y en cómo expresaron su comprensión de la realidad en sus prácticas y en sus relatos sobre ellas (p. 19).

 

Asimismo, nos parece prudente encausar nuestra investigación desde la perspectiva microhistoria.[5] Sin lugar a dudas, uno de los puntos de este proyecto de investigación fue recuperar una parte de la historia local que era desconocida. Agudizando la mirada, delimitamos el problema de estudio, entendiendo la microhistoria como tal, siendo observada a través de un microscopio, como establece Sandra Fernández (2015):

 

Si el microscopio introduce la idea de la mirada intensa sobre lo que a simple vista no se puede ver y reconocer, la red lo hace en especial para imponer un recorte asociado a la cantidad, pertinencia y calidad de las fuentes a examinar. La adecuada selección de las fuentes para el acercamiento historiográfico es el gesto metodológico esencial para llevar adelante la investigación tanto micro histórica como regional/local (p. 15).

 

La asociación civil “Capullitos” se consolida como tal en el año 2004. Sin embargo, en el presente proyecto de investigación la temporalidad estudiada es 2002-2022, la razón por la cual decidimos expandir la misma es porque en sus inicios este espacio funcionaba sólo como comedor de domingo. No fue hasta que la sociedad comenzó a anoticiar el trabajo de este grupo de mujeres, que se tuvo la intención de oficializarlo como una asociación civil. Consideramos que en el tiempo en el que funcionó sin contar con esta categoría legal se encuentran sus verdaderos principios fundacionales, marcando así su esencia.

Como se ha explicado anteriormente, nuestras fuentes principales fueron las entrevistas y el relato oral. Estas fueron seleccionadas con el objetivo de abarcar tres temporalidades diferentes, buscando identificar si los objetivos y las estrategias de intervención se modificaron a través del tiempo o se mantuvieron intactas. Otra de las variantes que nos resultó interesante tener en cuenta fue la concurrencia al espacio, y si se vio alterada durante la temporalidad estudiada.

En primer lugar, para contextualizar los primeros años del surgimiento de este espacio, fue vital recuperar la voz de Silvina Villegas. Identificándola en ese año y medio previo a la oficialización de la asociación, es junto con una de sus vecinas quien da cuenta de la necesidad de alimentar a los niños y niñas del barrio por los resultados de la crisis que azotaba a todo el país. Seguidamente contamos con el aporte de Daniela Robles, quien presidió el espacio entre 2012-2015. Para ella, “Capullitos” fue un espacio de contención en el que pudo volcar la gran mayoría de su tiempo no sólo para brindar la ayuda correspondiente a las niñas y los niños que formaban parte, sino también para ocupar su mente y corazón en un momento muy difícil de su vida personal. Por último, y para representar la actualidad de la Asociación, charlamos con la persona que forma parte del espacio hace más de una década, conociéndolo a fondo y manteniendo parte de la esencia de base. Betty Costa es la presidenta del espacio aproximadamente desde el año 2019 hasta la actualidad. A través de ella, se deja ver la adaptación de “Capullitos” ante la ausencia de un espacio propio donde llevar a cabo las actividades características de la Asociación.

 

Capullitos: un breve recorrido por su historia

 

Contexto Nacional

 

Transcurría el año 2002, la situación en el país era sumamente hostil: la crisis que afectaba a la sociedad argentina, resultado de las desfavorables medidas tomadas por el gobierno neoliberal representado por quien ocupó la presidencia durante 1989-1999, Carlos Saúl Menem, provocaba un malestar generalizado por la falta de recursos para solventar las necesidades básicas de la población. Como lo plantea Corrales, Javier (2011):

 

Los sectores populares argentinos vieron debilitarse los canales a través de los que actuaban colectivamente en defensa de sus intereses. Se instaló la idea de que la sociedad era desigual por naturaleza y que ello obedecía a “la fuerza de las cosas”, una perspectiva que Menem abordaría al afirmar que pobres hubo siempre [...] (p. 226).

 

Partiendo de la afirmación realizada por Menem, nos parece necesario resaltar que la pobreza datada por el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INDEC).[6] En mayo de 2002, fue del 53,0% mientras que, en octubre del mismo año, fue del 57,5%. Aludiendo con esto a que los dichos del entonces presidente solamente demuestran que la excepción modifica la regla, ya que estos índices son el resultado de la reproducción de un sistema económico que carecía de solvencia.

Debido a que el comedor de domingo estaba destinado a darle el almuerzo a niños y niñas, nos parece importante resaltar que, en este momento, los niveles alcanzados por la pobreza eran mucho más terribles entre la población infantil. Según el informe publicado por el Centro de Estudio Legales y Sociales (CELS) acerca de la situación de los chicos en el país:

 

La ausencia estatal, por otra parte, no permite morigerar esa situación de carencias y privaciones. Según muestran los propios datos oficiales, la tasa de cobertura de los programas sociales implementados para atender a los grupos más vulnerables es ínfima, especialmente en programas destinados a satisfacer las necesidades más básicas y primordiales como la alimentación y el cuidado de la salud de los niños y sus madres (p. 15).

 

2002, crisis total

 

Los inicios del comedor de domingo, aún no bautizado como “Capullitos”, se dan en un marco de pobreza generalizada. Los primeros meses de funcionamiento fueron en un club social y barrial, conocido como “Club Unión del Norte”. Estas dos mujeres —Silvina Villegas y Ana Balmaceda— llegaban al salón con un carro, dos mecheros, garrafas y dos ollas. Con estas herramientas, las donaciones de los almacenes de la ciudad y su predisposición, comenzaron a alimentar a niños y niñas que sólo comían durante los días de semana, en la escuela.

Con esta predisposición, Ana busca nuevos donadores para obtener la materia prima: “una vez se fueron hasta el frigorífico a pedir carne”. Es en este recorrido que conoce a Pedro Cabodevila, quien luego sería quien marcaría el camino para fundar la asociación civil como tal. Su aporte, además de brindar carne para cocinar, fue ofrecer un nuevo espacio en el que todos estuvieran más cómodos, prestar el transporte del frigorífico para buscar a todos los niños y niñas que almorzaban en el comedor, formar un gabinete interdisciplinario que interviniera en situaciones particulares, conseguir padrinos que apoyaran monetariamente al espacio, estas son algunas de las cosas que podemos mencionar.

Es así, como “Capullitos” se consolida como asociación civil teniendo su sede en la esquina de Carballeira e Italia. Allí, Balmaceda y Villegas comenzaron a estar acompañadas por las madres que acudían a colaborar con la cocina, las maestras que se contrataban para dar apoyo pedagógico a los niños y niñas, entre otras cosas.

Aquí es cuando comenzamos a observar un patrón de funcionamiento. No nos sorprende el hecho que desde los inicios de la OSC las tareas, en su gran mayoría, sean llevadas a cabo por mujeres —la cocina, las profesionales, las colaboradoras—, dado que estas actividades y funciones están histórica, social y culturalmente vinculadas al género femenino. En palabras de Joan Scott (1996), entendemos el género como un elemento constitutivo de las relaciones sociales basadas en las diferencias que distingan los sexos y el género es una forma primaria de relaciones significantes del poder (p. 23).

De esta manera, las tareas vinculadas al cuidado han estado históricamente ligadas al género femenino, como lo explica Guerrero, Gabriela (2019):

 

Esta forma de “organización social del cuidado” (...) da cuenta de cómo a las mujeres se les delega responsabilidades en ausencia de otras políticas y acciones que apunten a una mejor distribución entre diversas instituciones –más allá de las familias–, y entre varones y mujeres. En este sentido, la idea de que las mujeres “deben” ser responsables del cuidado es una representación consolidada en diversos sectores de la sociedad (p. 121).

 

Por otro lado, se evidencia en el relato la relación de compañerismo y contención que se generaba entre las colaboradoras: dentro de toda la pobreza, la pasábamos bien. Charlábamos entre las mujeres sobre lo que nos pasaba, ver todo lo que le pasaba al que estaba ahí que estaba mucho peor que nosotras.[7]

Parafraseando a Fournier, Marisa (2017), el primer paso para encontrarse con otras mujeres que contaran con otras realidades y que al mismo tiempo convivieran en el mismo contexto de desesperanza y necesidad, fue salir de casa. De esta manera, podían verse reflejadas dentro de los escenarios similares y al mismo tiempo tan distintos en los cuales juntas deberían trabajar. Es la suma de la separación entre lo personal y lo colectivo el resultado de este cruce de realidades.

De este modo y teniendo en cuenta los conceptos sociales despectivos, como por ejemplo el uso de frases como “pobres hubo siempre”, incluida una ausencia estatal, no solo a nivel nacional sino también provincial y local, se percibe el arduo trabajo en los inicios de “Capullitos”.

El contexto de la ciudad era desolador. Ocupando la intendencia Gustavo Dehesa, no contaba con los recursos y los medios para solucionar todas las problemáticas que estipulamos, pasaban por su escritorio de manera diaria. No evidenciamos en las entrevistadas un sentimiento negativo hacia su persona, sino la comprensión de las dificultades en la generación de puestos de trabajo.

Encontrándose a sí misma con la necesidad de contribuir de alguna manera a las carencias presentadas, en este caso comenzando como “Comedor de Domingo”. En esta etapa, se buscó brindar acompañamiento no solo con un plato de comida, sino también desde la contención. En esta situación, es que se vuelve tan complicado separar la razón del corazón, como nos cuenta Villegas: yo recorrí lugares que no sé cómo explicarlo, cuando me supera la situación había gente que tenía un millón de problemas y yo no podía hacer nada para solucionarlo, ahí hacían falta profesionales. Yo iba, cocinaba, charlaba, pero más que eso no podía hacer.[8]

 

Acompañamiento y contención en calidad, no en cantidad

 

A razón de tener que abandonar el espacio ubicado en la esquina de Carballeira e Italia, “Capullitos” encuentra su nuevo punto de encuentro en el “Viejo Mercado Central”, ubicado en la calle Santa Fe. Allí es donde se da la presidencia de la segunda entrevistada, Robles.

Su intervención comienza alrededor del 2012. El contexto socioeconómico era más alentador que en los inicios de Capullitos, como lo detalla Gené, Mariana (2016) siendo referenciada por Novaro, Marcos, el crecimiento económico retomó los niveles previos al comienzo de la crisis internacional, se alcanzaron récords de consumo de bienes y servicios, de recaudación tributaria y gasto público, y de uso de la capacidad instalada en la industria (p. 399).

Es importante destacar que, según el INDEC (2012) en el segundo semestre del año mencionado, el índice de pobreza era del 5,4%, un 47,6% menor que en la etapa tratada en el anterior capítulo.

Por consiguiente, el crecimiento económico del país, pudo verse reflejado en la asociación. Contando a partir de ese momento no solo con infraestructura para la contención de las niñas y niños concurrentes, sino contando también con acompañamiento educativo, además de seguir supliendo las necesidades primarias de alimentación, vestimenta, entre otras. Estipulando quizás la primera adaptación del objetivo principal, vinculado ahora a una dimensión pedagógica.

Sin embargo, el crecimiento económico del país, ¿acompañó al crecimiento de estas instituciones? Cuando comenzamos con el relevamiento de bibliografía, apareció el tema de la influencia política dentro de este tipo de organizaciones. Por esto, nos pareció importante cuestionar a las entrevistadas acerca de este tópico.

A diferencia de las demás entrevistadas, Robles cuenta con un gran afianzamiento hacia un espacio político en particular, en el cual ocupó el cargo de secretaria de gobierno, y actualmente lo representa en el Concejo Deliberante de nuestra ciudad. A pesar de esto, ella aclara:

 

Mientras yo estuve con Capullitos, no estuve en política partidaria, si había estado en política, si había sido secretaria de gobierno, pero participaba en la comisión como una más, cuando yo deje la política partidaria, me acerque a la política social, y obviamente que por mi atraviesa una ideología política que yo nunca reniego de ella, porque son los principios que a mí me llevan a plantearme y a decir bueno esta es la realidad y con esto tengo que trabajar.[9]

 

El mayor acompañamiento económico para cubrir los gastos alimenticios provenía de la provincia. De esta manera, la comisión podía enfocarse en llevar a cabo otro tipo de actividades: se realizaban talleres de teatro, de oficios, se organizaban los locros para el 9 julio y el 25 de mayo, vendían pan casero, mermeladas caseras, entre otras.

En resumidas cuentas, nos lleva a pensar que es necesaria esta separación entre lo político y lo político partidario, para de esta manera generar un espacio en el que cualquier miembro de la comunidad, sin importar su ideología pueda acercarse y sentirse cómodo dentro la OSC.

Así es como se busca la construcción de un espacio que no sólo genere comodidad, sino también contención recíproca. Con esto nos referimos a lo que Robles menciona:

 

Por eso hablo con este amor, que sentí, porque cuando más lo necesite, yo siempre digo, como los chicos me necesitaron a mí en su momento y yo les di todo, yo necesite de ellos y ellos me dieron todo. Ellos fueron una parte importantísima en que hoy yo esté de pie.[10]

 

Las OSC como “Capullitos” van significando y modificando el concepto de necesidad. No sólo es necesitado aquel al que le falta un plato de comida, o un abrigo para el frío, sino también aquel que precisa la motivación y el mínimo empujoncito para seguir día a día.

Con el cambio de gobierno nacional y local, comienza la dicotomía entre calidad y cantidad. Es necesario problematizar el hecho de que se solicita el acompañamiento a una mayor cantidad de niños y niñas, sin brindar los recursos necesarios para que esto sea realizado de manera óptima: la realidad que hoy estamos viviendo, nos demuestra que a lo social se le debe dar un abordaje serio, entonces hay que tener recursos.[11]

 

La balanza y las paradas

 

Ahora bien, ¿cómo se dispone “Capullitos” en la actualidad? ¿cómo logró perdurar en el tiempo?, estas podrían ser algunas de las preguntas puestas en la balanza, con el fin de traer a colación la última entrevista realizada a Costa, actual presidenta de la asociación.

Si bien ella está presente durante todo el período que abarcamos anteriormente, su presidencia comienza como tal alrededor del 2018. Con la sede aún en el “Viejo Mercado Central”, la dinámica siguió siendo la misma de siempre: diferentes talleres, acompañamiento pedagógico, gabinetes interdisciplinarios. El punto de quiebre llegó cuando terminó el contrato de concesión y tuvieron que dejar el edificio y mudarse a otro lugar. La primera parada sería una casa ubicada en la calle Juan B. Justo al 700. Con los fondos que recaudaban de los padrinos, alquilaron el inmueble donde establecieron su nuevo lugar de trabajo. Allí ordenaron todos sus muebles, organizaron salones, y dividieron grupos de trabajo. Así fue la dinámica hasta que surgió un nuevo imprevisto: la pandemia del COVID-19.

La intención, en un principio, fue seguir manteniendo el espacio. Sin embargo, se tornó complicado, como nos relata Costa:

 

Cuando estábamos alquilando esta casa, pusimos en la balanza si era conveniente seguir sosteniendo el alquiler cuando no lo estábamos usando. Lo estábamos pagando para utilizarla 2 horas nada más de lunes a jueves, porque en ese momento no hacíamos talleres como hacemos ahora. No se justificaba pagar un alquiler por tan poco tiempo.[12]

 

Al no contar con el pago de las cuotas societarias, era muy difícil seguir manteniendo el espacio. Es así como buscan su segunda locación. En ese contexto, la municipalidad les cede el edificio donde funcionaba con antelación la Comisaria de la Mujer, detrás de la Escuela Agrotécnica N° 335, sobre calle Meunier.

Así como en la primera parada la dificultad era económica, aquí será edilicia. Si bien pudieron trabajar durante cierto tiempo, no era de la mejor manera. Por los protocolos derivados del COVID-19, debían tener las ventanas abiertas, no contaban con calefacción centralizada, por lo tanto, tenían que calentarse con estufas eléctricas. Hasta que un día el piso del aula se desmoronó: estuvimos ahí hasta que se hundió el piso, y en la otra aula se llovía mucho. Las otras dos salitas eran muy chiquitas, y la otra ala nos quedaba muy incómoda.[13]

En consecuencia, debieron acudir nuevamente a la municipalidad para gestionar un nuevo espacio de trabajo. Es así como llegan a la última y actual parada, el Punto Digital: un espacio público de inclusión digital que brinda conectividad, capacitaciones y acceso a las nuevas Tecnologías de la Información y de la Comunicación (TIC). Los Puntos Digitales son espacios de conocimiento, participación y entretenimiento, que están presentes en todo el país.[14]

Si bien el espacio no es de su propiedad ni únicamente para su tarea, se reconoce que lograron adaptarse a una nueva dinámica muy diferente a las que venían tratando: aquí no cuentan con cocina, por lo tanto, ya no pueden realizar eventos que eran tan importantes en el pasado como la realización de comidas típicas para fechas patrias, o la elaboración de dulces y pan casero para vender en ferias. De esta manera, el objetivo sólo recae en el acompañamiento pedagógico y en la merienda.

Dado que su nuevo desafío es llenar el vacío que quedó de los meses de educación virtual, podemos decir que están abocadas directamente a enseñar la lectoescritura y acompañar el crecimiento académico de los niños y niñas que hoy acuden al espacio, nos resulta interesante el aporte de Ferreiro, Emilia (1991) acerca de la problemática del desarrollo de la alfabetización:

 

Creo que es necesario pensar las situaciones escolares en términos de condiciones ambientales de alfabetización y no sólo en términos de métodos de enseñanza (como ha sido tradicionalmente). Es indispensable reflexionar sobre los tipos de prácticas a través de las cuales los niños son introducidos a la alfabetización y sobre el modo en que el lenguaje escrito es presentado a través de esas prácticas (p. 34).

 

Hoy en día uno de los objetivos a futuro de la asociación es lograr que todos los niños y niñas que acuden al espacio dominen la lectoescritura después de varios meses en los que no contaron con clases virtuales, menos presenciales. Parafraseando a Navarro, Federico, la pandemia del COVID-19 puso en evidencia el dicho de “menos es más”, teniendo en cuenta que las tareas debían ser más cortas y específicas a la hora de trabajar, con propósitos priorizados. Como nos comenta Paola Barbosa, la actual coordinadora pedagógica de “Capullitos”, allí no existió la virtualidad. Las maestras debían acercarse a las familias con las tareas impresas para que los niños y niñas pudieran resolverlas. El inconveniente comenzaba cuando muchas veces no eran bien recibidas. Comenzaron a notar que en gran parte de los grupos familiares había mucha dificultad en torno a la lectoescritura, y en muchas otras directamente eran analfabetos.

En estos malos recibimientos, una de las actitudes que se repetían eran los mensajes en malos términos, como nos cuenta Barbosa: en el tiempo en el que yo pensaba qué responder ya recibía otro mensaje de una mamá llorando y pidiendo disculpas, pero que no lo podía ayudar porque no sabía leer.[15]

Visualizando el futuro, otro de los objetivos que se plantea la asociación es reconstruir el gabinete interdisciplinario. Como pudimos notar en las épocas anteriores, siempre se contó con el apoyo y el trabajo de profesionales como psicopedagogas, trabajadoras sociales, psicólogas, entre otras, con el fin de limar algunas asperezas que se observan dentro del espacio. Actualmente, sólo cuentan con maestras que llevan a cabo el acompañamiento pedagógico, y una psicopedagoga que colabora en la intervención de situaciones particulares. La concreción de este objetivo se ve limitada por la falta de recursos económicos: el único ingreso estable con el que cuentan es el Fondo Alimenticio para la Niñez y Adolescencia (FANA). Este aporte es brindado por la Municipalidad de Rufino, y sólo puede utilizarse un porcentaje para la compra de alimentos, y el resto para indumentaria y útiles. El Concejo Deliberante está votando, actualmente, un proyecto en el que se propone aumentar el monto y que parte de ese dinero pueda ser utilizado para pagar los sueldos del personal que trabaja en la asociación.

 

Conclusión

 

En base a lo expuesto a lo largo de nuestra pesquisa, consideramos que hemos ido brindando algunas respuestas a nuestros interrogantes iniciales. Es pertinente postular que, las razones políticas por las que se fundó Capullitos están lejos de ser partidarias, simplemente provienen del deseo de alimentar y acompañar pedagógicamente a niños y niñas carenciados. Por otro lado, descubrimos que el hecho de colaborar en la asociación despertó en sus participantes y activistas/voluntarios, un sentimiento de pertenencia que a su vez crea una relación de contención recíproca entre la comisión y los concurrentes. En cuanto a los recursos, a lo largo del tiempo se han visto alterados, mientras que en su origen recibían donaciones de todo tipo para cocinar el almuerzo de los domingos, al establecerse como asociación civil, comenzaron a contar con otro tipo de ingresos económicos, tales como la cuota de los socios, aportes del Estado, entre otras.

Por todo esto, consideramos haber llegado a conclusiones que nos acercan de manera positiva a visibilizar las estrategias de adaptación e intervención propuestas por la asociación civil “Capullitos” logrando la supervivencia del espacio durante dos décadas. En cuanto a sus principios fundacionales, creemos que han tenido que ser modificados a la fuerza. Debido al cambio en los objetivos, teniendo en cuenta que en un principio estaban relacionados con alimentar a los niños y niñas que acudían al espacio, mientras que ahora su principal fin es totalmente pedagógico, siendo este enseñar la lectoescritura, vemos un gran cambio en estos, que debieron adaptarse a los inconvenientes surgidos para que el espacio perdure en el tiempo.

En lo que respecta a nuestro recorrido, hemos llegado a la conclusión de que la temática investigada guarda aún más aristas a profundizar y múltiples derivas, que nos permitirá abordarlas en instancias posteriores de investigación.

 

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Recibido: 26/06/2023

Evaluado: 27/07/2023

Versión Final: 14/08/2023

 



(*) Profesora de Historia (Instituto Superior del Profesorado N° 19) Argentina. Email: vidoretsofi@gmail.com ORCID: https://orcid.org/0009-0005-4344-5258.

(**) Profesora de Historia (Instituto Superior del Profesorado N° 19) Argentina. Email: aldicastrobernardez@gmail.com ORCID: https://orcid.org/0009-0007-6309-9991.

[1] El presente artículo es una reelaboración del trabajo final presentado en el Seminario de Investigación Histórica en el marco de la carrera del Profesorado de Historia del Instituto Superior del Profesorado N º 19 “Raquel Cane”, de la ciudad de Rufino, Santa Fe.

[2] Cooperating Volunteers. Historia del Voluntariado. Recuperado de: https://www.cooperatingvolunteers.com/sin-categorizar/historia-del-voluntariado/

[3] Entrevista a Silvina Villegas, octubre 2022, Rufino, Santa Fe.

[4] Recuperado de: https://revistaempresarial.com/empresas/liderazgo/la-adaptabilidad-como-estrategia-en-las-organizaciones/

[5] Siguiendo a Giovanni Levi (2018), Si queremos entender la Microhistoria, podemos decir que parte de una imagen de la historia como la ciencia de las preguntas generales, pero de las respuestas “locales”; es decir, no apunta a generalizar respuestas, sino que, a través de un hecho, un lugar, un documento, un acontecimiento, quiere identificar preguntas que tienen un valor general, pero que dan lugar a un amplio espectro de respuestas diferentes. Se emplean, en fin, como método, modelos generativos, elaborados a partir del examen minucioso de una realidad para generar e identificar una pregunta relevante para muchas realidades y que permita y preserve sin embargo las muchas soluciones diversas de casos específicos (p. 2).

[6] La medición de la pobreza con el método de Línea de Pobreza (LP) consiste en establecer, a partir de los ingresos de los hogares, si éstos tienen capacidad de satisfacer por medio de la compra de bienes y servicios un conjunto de necesidades alimentarias y no alimentarias consideradas esenciales. El procedimiento parte de utilizar una Canasta Básica de Alimentos (CBA) y ampliarla con la inclusión de bienes y servicios no alimentarios (vestimenta, transporte, educación, salud, etcétera) con el fin de obtener la Canasta Básica Total (CBT).

[7] Entrevista a Silvina Villegas, octubre 2022, Rufino, Santa Fe.

[8] Entrevista a Silvina Villegas, octubre 2022, Rufino, Santa Fe.

[9] Entrevista a Daniela Robles, octubre 2022, Rufino, Santa Fe.

[10] Entrevista a Daniela Robles, octubre 2022, Rufino, Santa Fe.

[11] Entrevista a Daniela Robles, octubre 2022, Rufino, Santa Fe.

[12] Entrevista a Betty Costa, octubre 2022, Rufino, Santa Fe.

[13] Entrevista a Betty Costa, octubre 2022, Rufino, Santa Fe.

[14] Recuperado de: https://rufinoweb.com.ar/punto-digital-rufino-2/

[15] Entrevista a Paola Barbosa, octubre 2022, Rufino, Santa Fe.