“Tirar la chancleta”. Movimiento de mujeres, agencia y politización de las identidades feministas en Rosario en los años 80

 

Luciana Seminara(*)

 

ARK CAICYT: https://id.caicyt.gov.ar/ark:/s24690732/ks2l3vwfo

 

Resumen

 

Este artículo aborda un conjunto de factores que convergieron en el nacimiento y expansión de una identidad feminista en la ciudad de Rosario desde mediados de la década de 1980 en el seno de Indeso Mujer. Una experiencia local que confluye con otros grupos y ONG como GRR (1980) o Casa de la Mujer (1986) y constituyen experiencias paradigmáticas de los ritmos y las modalidades que fue adquiriendo la agenda feminista y las luchas por la ampliación de derechos y procesos de construcción del propio movimiento en la escena local y nacional. En ese sentido nos proponemos dar cuenta del devenir de un movimiento de mujeres que fue creciendo en agenda y masividad en el particular contexto de la transición democrática Argentina. Específicamente nos detendremos en el análisis de las publicaciones de Indeso y entrevistas realizadas a parte del grupo fundador, se buscará reponer el sentido político de sus proyectos de acción y transformación, en su vinculación con la ciudad y las mujeres rosarinas.

 

Palabras clave: Movimiento de mujeres; Años 80; Feminismos; Argentina.

 

 

"Tirar la chancleta". Women's movement, agency and politicization of feminist identities in Rosario in the 1980s

 

Abstract

 

This article addresses a set of factors that converged in the birth and expansion of a certain feminist identity in the city of Rosario since the mid-1980s within Indeso Mujer. A local experience that converges with other groups and NGO such as GRR (1980) or Casa de la Mujer (1986) and constitute paradigmatic experiences of the rhythms and modalities that the feminist agenda and the struggles for the expansion of rights and processes of construction of the movement itself acquired in the local and national scene. In this sense, we intend to give an account of the evolution of a women's movement that grew in agenda and massiveness in the particular context of Argentina's democratic transition. Specifically, we will focus on the analysis of the publications of Indeso Mujer and interviews conducted with part of the founding group, seeking to reinstate the political meaning of their projects of action and transformation, in their relationship with the city and the women of Rosario.

 

Key words: Women's movement; 80´s; Feminism; Argentina.

 

 

 

 

 

“Tirar la chancleta”. Movimiento de mujeres, agencia y politización de las identidades feministas en Rosario en los años 80

 

Introducción

 

La transición democrática y los años 80[1] en Argentina constituyen un amplio y denso período donde es posible desplegar múltiples estrategias analíticas para abordar un espacio temporal crítico, complejo y cambiante. Sin lugar a duda, la construcción de una agenda de “lo público” que pone sobre la mesa la “reconstrucción de la democracia” recorre transversalmente esas múltiples perspectivas, así como la emergencia de nuevas expresiones culturales, políticas y sociales. En esa clave, la ampliación de la agenda feminista y la emergencia de las agrupaciones de mujeres son insoslayables como rasgo distintivo de esa época. Un período en el que conviven distintos modos del “destape”, las mujeres, las feministas y las disidencias fueron poco a poco ganando en visibilidad primero y masividad después.

La militancia en grupos de mujeres, y específicamente en agrupaciones feministas no constituye una novedad de estos años, sin embargo, su trascendencia fue en aumento, del mismo modo la mayor visibilidad que adquirieron los temas y problemas de las mujeres en la agenda pública.

Finalmente, también debe tenerse en cuenta que para muchas mujeres que se encontraron con el feminismo de los años 80 supuso retomar senderos iniciados con anterioridad, en otros supuso un cambio radical en la manera de ver y de pensar la política. Ciertamente, el feminismo empezó a colarse en las viejas estructuras, a veces de manera imperceptible, otras de manera más estruendosa, un poco de aire fresco irrumpía en los viejos locales partidarios, y así los interrogantes en torno a la especificidad de la experiencia vital de las mujeres empezaba a nutrir debates, encuentros y reflexiones. Vaya como ejemplo la brevísima experiencia de la revista UNIDOS Mujer (Vasallo, 2021), publicación del Peronismo Renovador, bajo la dirección de Chacho Alvarez.[2]

La publicación sólo alcanzó tres números y pasó a llamarse UNIDAS a partir de la segunda edición. En ese sentido, la necesidad de desnaturalizar ciertas prácticas comenzó por señalar lo que aparecía como parte del sentido común y la normalidad.

Allí, las mujeres peronistas se preguntaban provocadoramente:

 

¿UNIDOS o UNIDAS?... ¿por qué una separata? ¿Es que somos el suplemento rosa del número de Navidad?... esa falta de espacio y el seudoespacio al que nos empuja nos son muy familiares. Una de nosotras recuerda una anécdota: en un Congreso partidario, cuatro o cinco compañeras integrantes de la Comisión de Mujeres elaboran un documento alrededor de una mesa, encima de un escenario. Se asoma un congresal, busca a alguien con los ojos y dice: “¿No hay nadie acá, che?[3]

 

Indeso Mujer. Una experiencia rosarina

 

A codazos, las mujeres argentinas empezaban a ganar espacio en la escena pública a medida que avanzaba la década del 80; las preguntas por la especificidad de la experiencia de las mujeres comenzaban a permear las instituciones, la vida política y social. Sobran ejemplos de ello en todas las latitudes del país y Rosario no fue la excepción.

El acta fundacional del “Instituto de Estudios Jurídicos y Sociales de la Mujer” (Indeso) fue firmada el 30 de marzo de 1987. Sin embargo, sus primeros pasos se dieron varios años antes y derivan de la confluencia de dos factores, el regreso al país de antiguas compañeras de militancia que habían partido al exilio durante la última dictadura militar y la necesidad de explorar nuevos horizontes laborales y políticos. Indeso es una organización no gubernamental que aún continúa en actividad. Fue creada en el año 1984 y se proyectó desde ese momento como un espacio de trabajo colectivo y fundamentalmente de asesoramiento legal para mujeres trabajadoras. No obstante, a lo largo de los años y en un contexto de transformación y ampliación de la agenda política, la institución también fue ampliando su campo de acción siempre al compás del movimiento de mujeres y el feminismo latinoamericano.

Ese feminismo, y primeramente la preocupación por encontrar vías de reflexión y acción que pusieran en tela de juicio la desigualdad entre varones y mujeres, se cimentó sobre la base de relaciones de amistad y sororidad que habían germinado una década atrás. En algunos casos, como ya ha sido señalado, esas preocupaciones pusieron en tensión otras formas de la militancia política propias de las décadas anteriores, y fueron permeando sus intereses personales y su actividad profesional (Seminara y Viano, 2009). En este punto es necesario señalar que el colectivo inicial de la experiencia de Indeso estuvo conformado por cinco mujeres. Mabel Gabarra, Mimí y Susana Chiarotti, Sonia Contardi y Susana Moncalvillo fueron quienes dieron el impulso inicial y sostuvieron las primeras trayectorias de Indeso en los primeros años de la década del 80.[4]

Recientemente se ha señalado el carácter pionero de la experiencia de las organizaciones rosarinas entre las que se destaca Indeso (Bortolotti, Figueroa y Viano, 2017). Allí quedó demostrado un aspecto nodal para comprender las particulares modulaciones que intervinieron en la construcción del feminismo local: la red de relaciones interpersonales, disciplinares y entre organizaciones que se fue urdiendo al ritmo de debates, espacios de reflexión y dinámicas de talleres. UNIDAS (1982) y el Grupo de Reflexión Rosario (GRR) fueron puntos nodales en esa red de alianzas y proyectos estratégicos. En algunos casos, esas nuevas preocupaciones pusieron en tensión otras formas de la militancia política propias de las décadas anteriores y fueron permeando sus intereses personales y su actividad profesional.

En una entrevista realizada a Mabel, ella recuerda que:

 

(…) yo ya me había visto con Susana (Chiarotti) en Francia y habíamos hablado de la posibilidad de trabajar con la cuestión de las mujeres, que yo en ese momento mucho no sabía, bueno …

Pregunta: ¿Y por qué esa inquietud?

La inquietud era porque ella estaba trabajando en Bolivia con una organización que se llamaba CEJIS[5] en derechos humanos, con aborígenes, campesinos. Entonces ella me decía: si vos te volvés y yo me vuelvo, hagamos algo que sea un tipo de organización que sea de asesoramiento legal y todo eso, como yo estoy haciendo en Bolivia.  La cuestión es que el CEJIS nos puede hacer algún proyecto como para llegar y armar alguna organización allá y recibir algún tipo de subsidio como para trabajar.

Pero… y nosotras empezamos a mirarnos, y… nosotras ¿en qué podemos trabajar?, siempre trabajamos con laburantes, … con trabajadores. ¿Por qué no laburamos con las mujeres trabajadoras? Y esa fue la idea, y entonces cuando volvimos, (yo volví en abril) en julio formamos Indeso con ella. Yo me relacione con Mimí [6] acá cuando volvimos y empezamos a trabajar. Ella nos mandó dinero de Bolivia y armamos Indeso.

 

Pese a que en un principio se propusieron abordar temas de estrecha vinculación con las mujeres en tanto trabajadoras, prontamente su campo de acción se vio trastocado. Ese trastocamiento y la complejización del “tema de las mujeres” no puede explicarse por fuera del clima general de apertura y ampliación de derechos que se despliega en la década del 80 y con la construcción de una agenda pública de las mujeres y del feminismo. Una agenda que trasciende por mucho el ámbito local y encuentra puntos de confluencia con el ámbito nacional y latinoamericano, en particular esas vinculaciones son visibles a través del abordaje de temas y preocupaciones específicas que encontramos diáfanamente graficados en las publicaciones de Indeso.

 

De los derechos laborales a los derechos de las mujeres

 

Como se dijo más arriba, Indeso empezó a funcionar en el año 1984 en un pequeño departamento de un edificio del macrocentro de la ciudad de Rosario; pero las primeras actas que dan cuenta de su fundación fueron elaboradas años más tarde. Esto se debió en parte a ciertos requerimientos burocráticos y legales que dificultaron el funcionamiento de la institución. Pese a haber sido redactadas con posterioridad a los hechos, las actas dan cuenta de los trabajos previamente iniciados y de los objetivos fijados por aquel grupo inicial de mujeres que le daba impulso. Un aspecto llamativo es la composición de la primera Comisión Directiva. Allí aparecen nombres de familiares directos de las fundadoras:  madres, maridos, amigas a quienes acudieron para poder cumplir con los engorrosos requisitos legales que demandaba la creación de una Asociación Civil con personería jurídica. Así ese grupo inicial debió recurrir a otras redes de mujeres que no necesariamente compartían intereses y perspectivas políticas, pero que generosa y desinteresadamente acompañaron el proceso de constitución formal de Indeso Mujer.

En esa primera acta se transcribe el Estatuto de la institución que fijaba entre sus objetivos principales:

 “1-Contribuir a la divulgación de las normas jurídicas que beneficien a la mujer y trabajar por su capacitación legal. 

  2-Brindar conferencias y cursos donde se debatan estos temas.”

De los relatos también se desprende que en principio había una explícita y delimitada preocupación por los derechos laborales de las mujeres. En esa dirección es importante recordar que el sentido original de Indeso fue el de ser proyectado como espacio de respuesta a posibles necesidades de asesoría jurídica. Pero muy pronto las demandas y el campo de acción se fueron ampliando.

Los años ochenta fueron el contexto de ampliación de derechos de las mujeres en nuestro país, empezando por el plano de los derechos civiles y diversificándose a medida que el mismo movimiento ampliaba sus horizontes.

En Argentina la plena ciudadanía recién llegará a mitad de siglo y hubo que esperar hasta el año 1985 para ver promulgada la Ley de patria potestad compartida[7] y recién en junio de 1987 el boletín oficial de la República Argentina publicaba la Ley de Divorcio vincular.[8] En ese contexto, Indeso publica un Cuaderno de Divulgación, el N° 4, bajo el título: “El discurso político sobre el divorcio y la situación de la mujer en la Argentina”.[9]

En el texto, a cargo de Sonia Contardi, se hace una detallada historización del tema encuadrando el análisis en una perspectiva más general, el de la secularización de la vida y la política.

 

Desde 1888, la propuesta del divorcio ocupa el escenario político en Argentina. Casi 100 años de historia, de marchas y contramarchas, de debates públicos encarnizados entre iglesia y estado que caracterizaron los proyectos políticos de la generación del 80; estructuración de un estado centralizado, laicización de todas las prácticas sociales: defunción, nacimientos y matrimonios de los ciudadanos, control de la población e incentivo de la inmigración (Contardi, 1987).

 

La publicación tiene rigurosidad académica aunque denota cierta intención de servir como instrumento de debate y formación para un público amplio. Podría decirse que busca generar conciencia en torno a un debate que, incluso después de promulgada la ley, ocupaba un lugar central en la escena política argentina, de hecho incluye un apartado coyuntural donde se hace un racconto de los debates parlamentarios sobre el tratamiento de la ley de divorcio en el Congreso Nacional.[10]

También en ese año 1987, como respuesta a viejas demandas, Raúl Alfonsín impulsa la creación de la Subsecretaría de la Mujer, dependiente de la Secretaría de Desarrollo Humano y Familia. Fue el primer intento institucional por promover la igualdad de derechos y oportunidades para las mujeres. Al frente de la subsecretaría estaba Zita Montes de Oca, que no consideraba la despenalización del aborto como un tema central para la salud de las mujeres, faltaban aún algunos años para que el tema fuera incorporado sin censura a la agenda y al presupuesto de trabajo de las organizaciones feministas y el Estado en sus múltiples niveles.

En cambio, en aquellos años la violencia hacia las mujeres fue ganando agenda no sólo en las preocupaciones de los círculos militantes. En parte puede inferirse que la repentina visibilización del problema de la violencia sexista en los medios de comunicación y su fuerte impacto sobre la sociedad fue consecuencia del asesinato de Alicia Muñiz a manos del campeón mundial de boxeo Carlos Monzón en febrero de 1988.

El asesoramiento jurídico que prestaba Indeso no sólo se remitió entonces a cuestiones laborales. Prontamente las demandas por una vida sin violencia cobraron mayor injerencia en las directrices asumidas por la institución, como lo refieren algunos de los testimonios y la cantidad de publicaciones que abordan la problemática. La “violencia doméstica” y la necesidad de trabajar en torno al consentimiento en las relaciones sexo afectivas fueron incorporadas con celeridad en una ya densa agenda de problemas.

Hablar hoy de “violencia doméstica” parece un eufemismo para no señalar el específico contenido sexista de esa violencia. Sin embargo, por aquellos años representó un avance significativo en los modos de nombrar a los femicidios, que solían disfrazarse tras la carátula de “crimen pasional” o simplemente no eran considerados una cuestión de Estado.

En el año 1985, comenzaron a editar una publicación que con el paso del tiempo sería emblemática de la organización: La Chancleta.

Tempranamente Indeso aborda estas cuestiones, intentando hacer dialogar la limitada legislación existente en ese momento con la necesidad de visibilizar un problema social. El tercer número de La Chancleta editado en 1985 se propuso explicar el sentido del 25 de noviembre “Día de la No Violencia contra la Mujer”, allí señala los distintos tipos de violencia y las posibles respuestas frente al silencio y la complicidad imperantes.

Si la “violencia doméstica” era la más común de las violencias que vivían las mujeres, ¿por qué era invisible?

En La Chancleta se señala que su invisibilidad se explica en parte porque “ocurre en la esfera íntima del hogar” y además “Porque las mujeres tienen miedo, se sienten culpables y les da vergüenza. Por eso no lo cuentan.”[11]

En el transcurso de las dos décadas siguientes, Indeso dedicó una tercera parte[12] de los treinta y dos números editados hasta 2003, a trabajar y denunciar la “Violencia doméstica”. Llevaron adelante una importante cantidad de talleres y cursos.

Todas estas actividades se fueron acoplando a un tema de vital importancia para las mujeres y de muy larga data, el derecho a decidir sobre el propio cuerpo. En ese sentido, Indeso fue asumiendo un rol cada vez más comprometido con la difusión de temas vinculados a la salud reproductiva para derivar finalmente en una marcada inclinación hacia la necesidad de debatir la legalización del aborto de cara a la sociedad. Este último aspecto aparece también reflejado en las publicaciones, primero en términos de una política de difusión de los métodos anticonceptivos, la salud reproductiva y luego avanza hasta llegar a reclamar abiertamente la legalización del aborto en el marco de la adhesión a la “Campaña Nacional por el derecho al Aborto legal, seguro y gratuito” hacia los primeros años de los dos mil.

A través de La Chancleta puede verse reflejada la trama de preocupaciones y líneas de intervención que fueron ocupando la agenda de Indeso. Tanto el primero como el segundo número abordan la legislación y los derechos en el ámbito del “trabajo doméstico”, el tercero (aparecido en marzo de 1986) cuenta los antecedentes históricos y la importancia de la inclusión del Día Internacional de la Mujer (sic) en el calendario y las efemérides internacionales, los siguientes números alternan temas ligados a derechos laborales y civiles y fundamentalmente se visibiliza un tema que irá cobrando cada vez mayor visibilidad y centralidad: la “violencia doméstica” (distintos tipos de violencia, cómo detectarla, qué hacer frente a ella).

Una de las primeras dificultades o desafíos que el grupo tuvo que afrontar fue cómo y a través de qué medios podía entablar una suerte de diálogo con las mujeres del espacio local. Podría decirse que aparece como objetivo implícito el de difundir las ideas feministas, esa particular mirada del mundo que habían incorporado y que les transformó la vida.

Los distintos números de la publicación estaban destinados a dar visibilidad a “los problemas de las mujeres". Una amplia agenda de temas se fue construyendo al ritmo que el mismo movimiento de mujeres y el feminismo local ganaban espacios y debates en la agenda pública.

A través de este órgano de difusión comenzaron a hacer circular sus ideas y visiones del mundo. Tenía un precio módico e incluso muchas veces se regalaba, otras sirvieron como material de apoyo para talleres y cursos. Susana M dedicó, sobre todo en esos primeros años, la mayor parte de su tiempo a editar la joven revista.

 

Teníamos el texto de la ley que había que traducir de manera sencilla, entonces una manera que ya había empezado Mimí era con dibujitos…tipo historieta y poner el texto de la ley con ejemplos, etc.…entonces yo hacía toda la diagramación, en esa época teníamos una máquina de escribir y letraset[13] … después recortabas los pedacitos y lo ibas armando, pegando sobre los globitos. Porque los escribíamos a máquina para que sea más legible que la letra manuscrita…

 

Es notoria en esta primera etapa de La Chancleta, la primacía que tuvo la necesidad de hacer inteligible el guion por sobre el diseño o un análisis más complejo de la realidad que denunciaban.

Aún sin enunciarse desde el feminismo, esas primeras apariciones en la escena pública denotan una clara y crítica revisión de los privilegios e injusticias del patriarcado.

Es necesario insistir en los modos de pensar de ese feminismo a través de distintas aristas: las estrategias que movilizaron junto a una decidida vocación por intervenir en la agenda pública, la necesidad de construcción colectiva y de interpelar a la sociedad desde ese feminismo que emergió en sus vidas.

En esta clave, hay que señalar la fuerte matriz binaria que moldeó y prefigura sus intervenciones. Un binarismo propio de las teorías feministas, irrefutablemente permeadas por la segunda ola y la teoría de la diferencia sexual.[14] Todo ello derivó en la presencia de cierto esencialismo que, no obstante, les permitió construir unas líneas de intervención que en el contexto resultaron disruptivas y altamente politizadas.

Una breve selección de imágenes de los primeros números editados permite ver con claridad algunas de esas primeras formas de denuncia y concientización que postulaban.[15]

Del análisis de las ilustraciones de La Chancleta, podemos señalar dos ejes de intervención que las mujeres de Indeso privilegiaron por sobre otros: derechos de las mujeres, y obligaciones de otros con respecto a las primeras (trabajadoras, madres, amas de casa, víctimas de violencia, etc.).

A través del lenguaje gráfico quedan planteadas cuestiones en forma de interrogantes de la vida cotidiana,[16] como por ejemplo la imposición de la proposición “de” en la trasmutación del apellido de las mujeres tras contraer matrimonio. La intención graficada es clara, poner en evidencia las desigualdades basadas en el sistema sexo-genérico, formuladas desde la simplicidad del lenguaje basado en dibujos que teatralizan e ilustran situaciones con las que cualquier mujer podría empatizar.

En este sentido, puede pensarse que La Chancleta cumplió un papel pedagógico que buscaba desnaturalizar las prácticas patriarcales tan arraigadas en el sentido común rosarino, en primer lugar hacerlas visibles de manera sencilla, para que todas las mujeres pudieran reflexionar sobre ello, sentirse interpeladas y tal vez hermanadas por la experiencia compartida.

La necesidad de acercamiento a las mujeres pobres y de sectores de menores recursos económicos también fue un condicionante a la hora de elegir modos de comunicar eficaces y simples. En una suerte de apuesta por “traducir” la legislación y los derechos de las mujeres a un lenguaje sencillo y fácil de aprehender.

 

Tirar la chancleta: “hacer lo que se suponía no debías hacer”

 

Era el año 1986 y algo en el aire señalaba que no eran pocas las mujeres que habían decidido “tirar la chancleta”; el feminismo comenzaba a multiplicarse, a paso lento pero firme. Se conquistaron derechos, se avanzaba en libertades, se intentaba romper con los moldes prefijados, darle rienda al goce y también a la rabia contenida. En esta dirección, hay una imagen de mi propia infancia que recuerdo con nitidez. Mi madre conversaba con una vecina en la puerta del edificio en pleno centro rosarino. Hablaba, gesticulaba y movía los brazos dejando al desnudo su decisión de no depilarse las axilas. Los pelos negros como bigotes asomaban alegremente cada vez que levantaba los brazos. Yo no podía dejar de mirar las axilas, porque me parecía que “llamaba demasiado la atención”, mientras que la vecina esforzadamente no quitaba los ojos del rostro de su interlocutora.

La imagen, la brevísima anécdota, intenta ilustrar las distintas modulaciones que intervienen en una sociedad aún no demasiado permeable a las críticas al patriarcado, las buenas costumbres y los estereotipos de belleza, entre tantas otras rupturas que comenzaban a sucederse en la cotidianidad de aquellas que comenzaban a mirar el mundo desde la asunción del feminismo.

En ese sentido, vale la pena detenerse a pensar en torno a los Encuentros Nacionales de Mujeres[17] (ENM), esa instancia donde fue posible generar una enunciación desde un sentido colectivo de la experiencia. Una experiencia que por otra parte encuentra finalmente espacio para su despliegue en el contexto de la transición democrática, cuando parte del fracaso del proyecto político de la revolución dio paso a otra agenda "secundarizada" por el objetivo del cambio social. Esto no quiere decir que no haya habido experiencias previas, de hecho, esas mismas mujeres se ocuparon de buscar, registrar y reconocer su propia genealogía hasta allí invisibilizada. Pero como es sabido fue necesario encontrarse de manera sistemática en espacios propios para dar rienda suelta a otras preocupaciones e intereses.

El feminismo salió definitivamente de los clósets, forzaba las agendas de la democracia, reclamaba derechos y conquistaba conciencias. Ponía en cuestión los mandatos patriarcales como la maternidad obligatoria y comenzaba a reclamar la soberanía de los cuerpos y el derecho a una vida plena y libre de violencias, aunque el aborto siempre constituyó un punto de debate y no todas estaban de acuerdo en levantar esas banderas en los primeros años de la transición.

Esas trayectorias se fueron gestando en una búsqueda, a veces errática y otras de modo más consciente, en la asunción de una identidad colectiva: el feminismo, una identidad no exenta de tensiones y contradicciones pero que es ante todo fruto de experiencias colectivas de ruptura con el statu quo.

La Chancleta Nº 22 editada en junio de 1991 (ver figuras 7-8) está dedicada a la historización de los ENM y allí se vislumbra algo de esa experiencia arrolladora que significó para muchas mujeres involucrarse con ese movimiento que venía gestándose. Ir al ENM suponía de algún modo “tirar la chancleta”, dejar todo en pausa y viajar con muchas otras para “hacer el encuentro”. En las páginas de La Chancleta se ve en los dibujos mujeres reunidas, leyendo, conversando, algunas convenciendo a otras de la importancia de ir, de participar, romper con las pautas y normas de buena conducta, era disruptivo: salir de la casa, y encontrarse con una misma y con otras.

Allí parece haberse acuñado una de las máximas que se repiten como mantra en los ENM: “ninguna vuelve igual”. La afirmación tiene una suerte de efecto afirmativo cada vez que sucede uno de los ENM, y alude al poder de transformación individual que emana de la experiencia colectiva que se genera en esos encuentros. Porque entre otras cosas, la vida vista desde la perspectiva feminista es por esencia cuestionadora, transformadora, crítica, también de nuestra propia vida y los parámetros desde los que la hemos pensado y soñado.

 

El feminismo latinoamericano y la agenda neoliberal

 

Como es sabido, la modalidad de talleres y ejes de trabajo adoptada en los ENM, no fue prerrogativa exclusiva del movimiento de mujeres argentinas, trasladado desde diversas experiencias a escala global es constitutivo de la masividad que fue adquiriendo en la Argentina. Precisamente allí radica un elemento clave: uno de los aspectos más conmovedores del feminismo en Argentina reside en ese carácter germinal, pero con voluntad hegemónica, una voluntad que se retroalimenta en espacios compartidos.

En el año 1989 durante los días 19 y 20 de agosto, Rosario fue sede del IV ENM, pese a la proximidad temporal con los saqueos sucedidos pocos meses antes, la inestabilidad y tensión social y la creciente crisis económica, el Encuentro fue un éxito y 3000 mujeres se congregaron en la ciudad.

El mencionado número de La Chancleta editada a mediados del año 1991 es dedicado íntegramente a una historización de los ENM, que para ese momento ya iba por su sexta convocatoria. Entre los aspectos que se destacan, Indeso incluye las listas de talleres y la transcripción de algunas de las “conclusiones”. En el encuentro de Rosario señalan que “a pesar de que la Comisión Organizadora creyó en algún momento que la crisis económica que empezaba a vivir el país haría prácticamente imposible la participación masiva. Se otorgaron 820 becas de alojamiento y se ofreció comida gratuita durante el desarrollo del encuentro para quienes no podían pagarla. Fue un gran esfuerzo para que TODAS las que pudieran costearse el viaje o llegar de alguna forma pudieran participar. Funcionó una guardería para los niños de las mamás que no tenían dónde, ni con quien dejar a sus niños”.

Para el funcionamiento de los ENM, ya desde su primera edición se pensó la organización en talleres específicos donde las participantes debían inscribirse. Si se observa el 3º Encuentro se verá que se sugerían los siguientes ejes: “Trabajo, Salario, Educación, Cultura, Vivienda, Familia, Identidad, Violencia, Sexualidad. Salud, DDHH, Medios de comunicación, Legislación, Sindicalización, Poder y Política, Medio ambiente, Jubilación de amas de casa, Jardines Maternales.”[18]

Para el 5º, desarrollado en la ciudad de Termas de Río Hondo, durante los días 16, 17 y 18 de junio de 1990, destacan que:

 

participaron alrededor de 4000 mujeres, se funcionó en talleres como siempre, los más numerosos fueron los de “MOVIMIENTO DE MUJERES” y “TRABAJO Y SINDICALIZACIÓN”. El Taller Movimiento de Mujeres era la primera vez que funcionaba y debió subdividirse en tres dada la cantidad de participantes. Transcribimos parte de las conclusiones: Se reconoció la existencia de un proceso de crecimiento y construcción del Movimiento de Mujeres, y querer participar responsablemente de este proceso.

Se coincidió en no darle una estructura formal al movimiento a fin de garantizar la horizontalidad, la no burocratización, el protagonismo directo de todas las mujeres y evitar la manipulación.[19]

 

Particularmente interesa señalar la necesidad que tuvieron de debatir y reflexionar sobre la autopercepción de ese emergente y cada vez más convocante movimiento de mujeres. La masividad de este taller da cuenta de ello. En la ciudad de San Bernardo ese mismo año, del 18 al 24 de noviembre se llevó adelante el V Encuentro Feminista Latinoamericano y del Caribe donde se congregaron 2500 mujeres representantes de 38 países. María Oddone, la misma que pocos años atrás había subido las escaleras con la pancarta “No a la maternidad. Sí al placer” dando lugar a una de las fotografías más emblemáticas del feminismo de los años ochenta,[20] compartía amargamente, en una publicación porteña, las sensaciones que había experimentado en el Acto Inaugural:

 

(...) fue un mitín político de izquierda. Abrió el acto de iniciación una de las organizadoras argentinas que no creyó oportuno hablar de feminismo, sino del indulto anunciado por el gobierno argentino. Dijo: "Nos quieren imponer el olvido" y la concurrencia de las delegaciones que portaban pancartas con el correspondiente nombre de su país, corearon el "no" al indulto. Esta alocución inicial marcó la tónica de los discursos de las representantes de las delegaciones. Siguiendo con el ejemplo de la organizadora argentina, cada una de las mujeres que hablaron se refirieron a las situaciones políticas de sus países desde el punto de vista izquierdista.[21]

 

La agenda feminista comenzaba a politizarse en múltiples direcciones, ¿la crisis económica y política del neoliberalismo amenazaba una vez más con secundarizar la agenda feminista?

En un complejo contexto de agudización de la crisis económica, la democracia argentina comenzaba a engrosar sus deudas con múltiples sectores de la sociedad y, en cierto punto, reclamaba a las feministas posicionarse en defensa de derechos elementales e incorporar también aspectos de una agenda que no era exclusivamente “de las mujeres”.

Oddone reclamaba que “de un encuentro que se denominó feminista, estuvo ausente toda referencia a la lucha de género contra el sistema patriarcal.”

Sin embargo, debe señalarse que el texto “Declaración de San Bernardo” además de sumar demandas coyunturales de la realidad social y política argentina, supuso el puntapié inicial para uno de los temas centrales que darían fuerza, sistematicidad y masividad a las agendas feministas en el cambio de siglo. El V Encuentro Feminista Latinoamericano y del Caribe incorporó abiertamente la “cuestión del aborto” como problema de salud pública. En este sentido, las disonancias, los disgustos (como el de María Oddone) y ciertas reverberaciones en torno a posicionamientos políticos dan cuenta del devenir de los diálogos de las mujeres autoorganizadas con los cambiantes y tensos climas sociales y políticos de la sociedad argentina. El movimiento de mujeres atravesó diversas crisis, así también lo atestiguan las distintas resoluciones de los ENM, y su devenir da cuenta de los múltiples aspectos que hacen a la experiencia vital de las mujeres y disidencias sexogenéricas en cambiantes y complejas realidades. Entre esos aspectos deben destacarse los enormes costos generados por la desocupación, la miseria, y una crisis económica heredadas del terrorismo de Estado y su política neoliberal.

Como se expuso más arriba, esa ligazón orgánica que el movimiento de mujeres y los feminismos supieron construir con la realidad social y la agenda de los DDHH también puede verse reflejada en las páginas de La Chancleta.

La intención de reponer estas disonancias en torno a “los temas del feminismo” que comenzaron a debatirse con renovado impulso hacia la década del noventa, busca analizar la raíz de la dinámica de los feminismos latinoamericanos: la búsqueda de radicalidad y su intrínseco vínculo con las cambiantes coyunturas políticas, en países donde la desigualdad económica, política y social son inseparables de la lucha por más derechos para las mujeres. Es cierto que el debate sobre “los indultos” se filtró en la agenda feminista del mismo modo que lo hicieron otros temas urgentes en otros contextos, pero lejos de dispersar la potencia y la radicalidad del feminismo, lo moldearon y fortalecieron.

Este aspecto es esencial para comprender y contextualizar la enorme capacidad de politización de los feminismos -de ayer y hoy-, y tal vez allí radique en parte, esa voluntad de transformar el mundo, fuerza motora que sostiene las banderas de gran parte -aunque no todos- de los feminismos actuales.

Por otra parte, una muestra de esa capacidad de regeneración puede verse en las constantes modificaciones al modo de nominar los ENM. Hoy, y habiendo transitado 36 ediciones, es convocado como el Encuentro Plurinacional de Mujeres, Lesbianas, Trans, Travestis, Bisexuales y No Binaries, por supuesto que como consecuencia la sigla es mucho más extensa aunque se reconoce como parte del devenir de los originarios ENM y contiene en sus variantes la necesidad de contener distintas modulaciones y experiencias, y por sobre todo es síntesis de la necesidad de dar cuenta de un colectivo que no está exento de tensiones, debates y proyecciones, un movimiento que ha sabido trascender fronteras y fundamentalmente ha sabido sostenerse en una permanente búsqueda de líneas de transgresión. Vaya como ilustración de esta afirmación la fotografía de las mujeres y feministas francesas que en el acto de incorporar el derecho al aborto en la Constitución Nacional de Francia en marzo de 2024, eligieron como símbolo de su posición el pañuelo verde, emblema de las luchas por la legalización del aborto en la Argentina (imagen 9).[22]

 

Conclusiones

 

Se sabe que ningún derecho conquistado está escrito en piedra y que las agendas políticas, también la de los feminismos, se construyen en base a avances y retrocesos en permanente diálogo con las agencias sociales. Qué es lo que es propio de los feminismos y qué pertenece a otros campos de acción de las mujeres y disidencias, es un aspecto que insistentemente volverá a ser eje de debates y experiencias, precisamente porque en su desarrollo, esos debates, dan cuenta de la capacidad de lucha y de resistencia del propio movimiento, pero también de su posibilidad de adaptarse a cánones de consumo, estereotipos y prefiguraciones conservadoras que danzan al ritmo de los renovados vientos neoliberales.

Este aspecto deja abierta una serie de interrogantes que confluyen con otros períodos y ciertas agencias emergentes de los feminismos actuales. Cuestiones que no han sido abordadas aquí, pero que, no obstante, como una suerte de hilo de Ariadna, nos permite retomar desde el presente, viejas y nuevas deudas de las agendas feministas. En ese sentido, se torna cada vez más necesario rescatar las huellas de un andar que otras dejaron en el laberinto de las luchas políticas y sociales dadas en clave feminista, en pos de la construcción de nuevas identidades colectivas y disruptivas. En esa dirección, recuperar las trayectorias individuales de las militantes de Indeso y otras pioneras locales es fundamental, también resulta significativa la posibilidad de acceso a los archivos institucionales. En el caso de Indeso, se trata de un acervo documental de gran relevancia para reponer ciertos aspectos de la dinámica de la historia local y nacional del movimiento de mujeres y el feminismo desde los años 80 en adelante. Asimismo Indeso mantuvo estrechos y fuertes lazos con distintas instituciones de la ciudad y con otras ONG del ámbito internacional, posee una nutrida biblioteca con libros especializados, revistas y publicaciones periódicas de distintas latitudes de Latinoamérica.[23] Las publicaciones y los modos de comunicar de Indeso fueron cambiando a lo largo de los años, tanto en La Chancleta como en los Cuadernos de Divulgación, también desde las campañas de sensibilización en la vía pública, pero los temas centrales en torno a los cuales se organiza la agenda y su intervención política conservan esa preocupación inicial: la Violencia contra las mujeres.[24]

Desde aquellos primeros dibujos en forma de tiras de historietas, donde se explicaba que “la violencia doméstica” era un amplio abanico de formas de agresión tanto psíquica como emocional o física, hasta la simplificación de la campaña en un despojado y efectivo lema “los Derechos Humanos empiezan por casa”. Persiste, ante todo, una preocupación por sensibilizar y denunciar la violencia contra las mujeres. Esa misma preocupación se desplegó en las campañas llevadas a cabo a partir de la década del noventa para la Legalización del Aborto.[25] En ambos casos el acento está puesto en la visibilización de un drama cotidiano, en la necesidad de señalar la situación como un problema de salud pública, y como consecuencia la urgencia de dar respuestas desde el Estado. Desnaturalizar y visibilizar las muertes de mujeres en Argentina víctimas de violencia, constituye un elemento que se continuó como eje vertebrador de las intervenciones públicas de Indeso.

En este sentido, las mujeres de Indeso, como aquellas de otras organizaciones pioneras (Bortolotti, Figueroa, Viano, 2017) fueron fundamentales en la transmisión y la reconfiguración de experiencias y aprendizajes para las luchas feministas de nuestro presente. Reponer entonces parte de sus modos de comunicar, visibilizar e intervenir en el espacio público local, constituye un modo de entrelazar diversas y múltiples experiencias.

 

Bibliografía

 

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Bortolotti, M., Figueroa, N. y Viano, C. (2017). Pioneras. La constitución del movimiento feminista en Rosario, Zona Franca. Revista del Centro de estudios Interdisciplinario sobre las Mujeres y de la Maestría poder y sociedad desde la problemática de Género, N° 25, pp. 36-61.

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Restovich, D. y Kresic, A. (2023). “«La vergüenza real es no poder gritar… Yo soy lo que soy»: el movimiento LGBT entre la represión y la crisis del VIH-SIDA”, en Águila, G. (coord.), Los 80 en Rosario. Historia social, política y cultural de una ciudad en transición. Rosario: Homo Sapiens Ediciones.

Seminara, L. y Viano, C. (2009). “Las dos Verónicas y los múltiples senderos de la militancia: de las organizaciones revolucionarias de los años 70`s al feminismo”, en Andújar Andrea, et al., De minifaldas, militancias y revoluciones. Exploraciones sobre los ’70 en Argentina. Buenos Aires: Ediciones Luxemburg.

Spadillero Gaioli, B. (2020). Indeso-Mujer, la historia de un legado feminista en Rosario. Zona Franca, (28), 550–570. DOI: https://doi.org/10.35305/zf.vi28.183 Recuperado de https://zonafranca.unr.edu.ar/index.php/ZonaFranca/article/view/183/183

Tesoriero, M. (2020). Historia del movimiento de mujeres y feministas en Argentina tras el retorno a la democracia. El caso de la Multisectorial de la Mujer (1983-1991). Tesis de maestría.

Vassallo, M. (2021), “Presentación de Unidas”, Ahira. Archivo Histórico de Revistas Argentinas, Recuperado en: https://ahira.com.ar/revistas/unidas/

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Anexo

 

Texto, Carta  Descripción generada automáticamenteImagen 1

Imagen disponible en: https://ahira.com.ar/ejemplares/unidos-mujer-no-1/

 

 

Mapa  Descripción generada automáticamente con confianza media

Imagen 2

Tapa Cuadernos de Divulgación 4 (1987) disponible en https://indesomujer.org.ar/publicaciones-2/publicaciones/

Imagen que contiene Texto  Descripción generada automáticamente

Imagen 3

La Chancleta, Rosario, N° 1 (1985) disponible en: https://indesomujer.org.ar/publicaciones-2/publicaciones/

 

 

Carta  Descripción generada automáticamente con confianza baja

Imagen 4

 

La Chancleta, Rosario, N° 18 (1989) Disponible en: https://indesomujer.org.ar/publicaciones-2/publicaciones/

 

 

 

Imagen que contiene Diagrama  Descripción generada automáticamente

Imagen 5

Cuadernos de Divulgación, N° 1 (1985) Disponible en: https://indesomujer.org.ar/publicaciones-2/publicaciones/

 

 

Un dibujo de una persona  Descripción generada automáticamente con confianza media

Imagen 6

Cuadernos de Divulgación, N° 1 (1985) Disponible en: https://indesomujer.org.ar/publicaciones-2/publicaciones/

 

 

Imagen 7

Foto en blanco y negro de un grupo de personas caminando en la calle  Descripción generada automáticamente

Fotografía disponible en: https://www.eldiarioar.com/sociedad/no-maternidad-si-placer-historia-foto-hizo-historia_1_10990858.html

 

 

Texto, Carta  Descripción generada automáticamente

Imagen 8

La Chancleta, Rosario, N° 22 (1991) Disponible en: https://indesomujer.org.ar/publicaciones-2/publicaciones/

 

 

 

Una multitud de gente  Descripción generada automáticamente

Imagen 9

 

Fotografía disponible en: https://www.pagina12.com.ar/717878-francia-es-el-primer-pais-en-proteger-el-derecho-al-aborto-e

 

 

 

 

Texto  Descripción generada automáticamente

Imagen 10

 

 

La imagen que aquí se reproduce es una versión de trabajo que luego fue impresa en tamaño A3 con el logo de Indeso y fue parte de una campaña grafica (1998/1999). Archivo personal Susana Moncalvillo.

 

 

 

 

 

Imagen 11

 

Texto  Descripción generada automáticamente con confianza baja

 

Archivo personal Susana Moncalvillo

 

 

Imagen que contiene tabla, papalote, papel, artículos  Descripción generada automáticamente

Imagen 12-13

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Imagen que contiene puesto  Descripción generada automáticamente

Fotografías Archivo personal Susana Moncalvillo.

 

 

Recibido: 05/06/2024

Evaluado: 07/08/2024

Versión Final: 13/11/2024

 



(*) Licenciada en Historia; Doctora en Historia (Universidad Nacional de Rosario. UNR). Profesora Titular de grado de Problemática Histórica (UNR); Docente de posgrado (Maestría de Historia Social Argentina y Latinoamericana. UNR); Directora de carrera (Especialización en Educación Sexual Integral. UNR). Coordinadora (Diplomatura de Estudios Avanzados en Historia Reciente Argentina. UNR), Miembro del Centro Latinoamericano de Investigaciones en Historia Oral y Social (CLIHOS-UNR). Argentina. Email: eleseminara@gmail.com ORCID: https://orcid.org/0009-0004-9669-8980

[1] Este artículo forma parte del Proyecto PID -UNR “Los 80s en Rosario. Actores, agencias estatales, prácticas y representaciones, entre la dictadura y la transición democrática” Coord.: Gabriela Águila.

[2] Ver imagen 1 en anexo.

[3] Unidos Mujer, Buenos Aires, Año 1, nº 1, 1986.

[4] Una reconstrucción de la experiencia de Indeso puede leerse Spadillero Gaioli, 2020. No obstante, debemos señalar la omisión de algunas de las mujeres que, aunque con divergencias temporales en su incorporación, formaron parte de ese grupo fundador. Vaya entonces a modo de reparación los nombres de todo el grupo inicial.

[5] El Centro de Estudios Jurídicos e Investigación Social (CEJIS) fue fundado en 1978 por los abogados Susana Chiarotti Boero (Argentina) y Miguel Parrilla (España) quienes montaron un equipo para el apoyo jurídico a los sectores sociales más desprotegidos de Bolivia. A inicios de la década de 1990, el CEJIS patrocinó los procesos de titulación de tierras indígenas en el proceso de saneamiento. Fruto de este, logrando asegurar más de 7 de las 11 millones de hectáreas reconocidas a los pueblos indígenas en las tierras bajas del país. Ya en la primera década de este siglo, el CEJIS asesoró técnicamente las movilizaciones que condujeron a la demanda de la Asamblea Constituyente así como la propuesta de Nueva Constitución Política del Estado que los sectores sociales aglutinados en el Pacto de Unidad presentaron al cónclave, base de la actual Carta Magna boliviana en vigencia, con la cual Bolivia se reconoce como Estado Plurinacional. Consultar: https://www.cejis.org/historia/

[6] Noemí (Mimí), hermana de Susana Chiarotti.

[7] Ley 23.264 estableció la patria potestad compartida entre el padre y la madre en relación con lxs hijxs menores de edad. Además, eliminó toda distinción en la filiación, estableciendo la igualdad de lxs hijxs fuera o dentro del matrimonio ante la ley.

[8] Ley 23.515 otorgó el derecho al divorcio vincular y a volver a contraer matrimonio. Además, quitó la obligación para las mujeres de establecer el domicilio en el del cónyuge, de llevar la preposición “de” y el apellido del esposo.

[9] Ver imagen 2 en anexo.

[10] Cfr. Contardi, S. (1987). El discurso político sobre el divorcio y la situación de la mujer en la Argentina. Rosario: Indeso. Cuaderno de Divulgación N° 4. Recuperado de https://indesomujer.org.ar/publicaciones-2/publicaciones/

[11] La Chancleta, Rosario, Nº 7, marzo de 1987. Ver imágenes 3 y 4 en anexo.

[12] La Chancleta, Rosario, N° 3, “Día de la No Violencia contra la Mujer”, 25 de Noviembre de 1985. La Chancleta, Rosario, N° 7, “Violencia Doméstica”, Marzo de 1987. La Chancleta, Rosario, N° 8, "Violación”, Junio de 1987. La Chancleta, Rosario, N°16-17, "Anticonceptivos”, Junio-Septiembre de 1989. La Chancleta, Rosario, N°18, "Violencia Doméstica”, Noviembre de 1989. La Chancleta, Rosario, N° 20, "Mujer y Salud”, Marzo-Junio de 1990. La Chancleta, Rosario, N° 26, “Violencia Doméstica”, Abril de 1994. La Chancleta, Rosario, N° 27, “Violencia Doméstica”, Enero de 1996. La Chancleta, Rosario, N° 28, “Violencia Doméstica”, Agosto de 1999. La Chancleta, Rosario, N° 29, “Violencia Doméstica”, Marzo de 2003. La Chancleta, Rosario, N° 30, “Derechos Sexuales y Reproductivos”, Agosto de 2003. La Chancleta, Rosario, N° 31, “Derechos Sexuales y Reproductivos”, Agosto de 2004. La Chancleta, Rosario, N° 32, “Violencia contra la Mujer en el Ámbito Doméstico”, Octubre de 2004.

[13] Técnica de rotulación y diseño mediante caracteres adhesivos.

[14] Para reponer otras derivas emergentes en la transición democrática de las identidades disidentes puede consultarse Restovich y Kresic (2023).

[15] Ver imágenes 3 a 6.

[16] Ver imagen 3 en Anexo.

[17] Los días 23, 24 y 25 de mayo de 1986, mujeres de distintas partes del país se dieron cita en la ciudad de Buenos Aires para dar inicio al 1º Encuentro Nacional de Mujeres en el Teatro San Martín. La idea no fue espontánea ni azarosa, por el contrario, y como ya se ha señalado, fue resultado de la necesidad de hacer converger distintas organizaciones, y grupos de mujeres que estaban emergiendo a lo largo y ancho del país.

 

[18] La Chancleta, Rosario, Nº 22, junio 1991 disponible en: https://drive.google.com/file/d/1BEB21ufv2MSyk_K_ExDoCy-kqiWncM6O/view

[19] La Chancleta, Rosario, Nº 22, junio 1991. Recuperado de: La Chancleta N° 22. Los Encuentros Nacionales de Mujeres. Junio de 1991.pdf

[20] Ver imagen 7 en Anexo.

[21] El Informador Público, Buenos Aires, 30/11/1990. Recuperado de: https://archivos.cedinci.org/index.php/movimiento-feminista-el-v-encuentro-feminista-latinoamericano-y-del-caribe

 

[22] Pueden consultarse varios portales que cubrieron la noticia. entre ellos https://www.clarin.com/mundo/francia-primer-pais-mundo-darle-proteccion-derecho-aborto-constitucion_0_A8ECOi9mhp.html

[23] Tanto el catálogo de la Biblioteca como las publicaciones se encuentran en línea: https://indesomujer.org.ar/

 

[24] Ver imágenes 10 y 11 en anexo.

[25] Ver imágenes 12 y 13 en anexo.